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sábado, 1 de octubre de 2016

Carta a mi Hijo Lucas

Septiembre 11, 2016

Querido Lucas Martino,

Este día, es el primer aniversario de tu muerte.  Simplemente, no puedo describir lo mucho que te extraño y lo mucho que lloro por tí.  Mi corazón está helado debido a tu ausencia, pero también está tibio gracias a los recuerdos que tengo de tí.

Siempre miro a las estrellas porque una vez me dijiste que la sustancia con la que están hechos nuestros espíritus, procede únicamente de una lejana galaxia, desde el centro de la explosión del corazón de una mega-estrella moribunda; y lo que nos mantiene vivos, son las partículas de las cenizas de esta estrella.

Te he escrito esta "carta" pensando que quizá los cometas podrían llevártela y entregártela en ese lugar infinito donde estás morando ahora.  No he escrito todas las cosas que quería decirle, o todo lo que siento, o acerca de las cosas que abruman mi corazón sangrante.  Tengo tanto que decirte Lucas Martino, pero me temo que el Universo podría abrir mi carta para leer lo que hay dentro, y descubrir la intolerable profundidad de mi herida.


No puedo comenzar a articular lo mucho que significas para mí, y lo mucho que aún significas para mí en cada día de mi vida.  Nunca voy a llegar a abrazarte de nuevo, o besar tu frente como lo hacía a menudo, o decirte hola o adiós; y nunca sabré cuál fué tu último pensamiento.  Es una pérdida imposible.  Yo vivo sólo con la contemplación de las muchas cosas que me hubiese gustado haber hecho contigo, y ahora que estás tan lejos, nada de esto es posible.

Te escribo porque debes de saber cuánto enriqueciste mi vida y la vida de tantos otros.  Te amo tanto hijo, te extraño mucho, y espero que seas feliz donde quiera que estés Lucas Martino.  Estoy triste porque la cornucopia de donde las cosas bellas con que rociabas mi vida, se ha secado para siempre.

Con frecuencia visitas mis sueños con tu música, con la "Música de Lucas", y esos sueños tuyos le inyectan temporalmente vida a mi alma muerta, y me recuerdan que una vez tuve una viva.  Tu música es un reflejo de tus sentimientos profundos, y cuando sueño al compás de sus ritmos, es como si me estuvieses contando la historia de tus pensamientos.  Tengo una gran empatía con lo que debe haber sido el haber cargado con los sentimientos de tristeza que tenías.  Gracias a tí, ahora puedo entender lo que es la verdadera angustia.  Tu agradable música contiene apretadamente el dolor y la belleza, la felicidad y la tristeza; juntos como un poderoso mensaje de gran alcance, y con todo el poder de tu existencia.  Te amo tanto hijo, y te extraño tanto Lucas Martino.

Sé que voy a verte otra vez, allí donde las estrellas le hacen el amor al universo detrás de soles oscuros, donde no hay dolor ni tristeza, donde la unión es la sencillez intangible.  Sé que voy a verte de nuevo Lucas y volveré a disfrutar de la cercanía de tu increíble sonrisa, y mi espíritu estará libre de los corrosivos sentimientos que oprimen mi lastimosa y frágil naturaleza humana.  Ya estoy listo para ese viaje.  Yo sé que va a ocurrir durante el segundo de un día que se esconde lejos, allá dentro de muchos años, en ese oculto segundo en que tomaré mi último aliento, para luego exhalarlo y así dejarlo todo atrás para siempre.  Como tú lo hiciste.  Y estaré feliz.  Te lo prometo, Lucas, estaré feliz.  Es fácil esperar por ese lejano  e inevitable momento, porque nunca jamás he dejado de amarte.

Sé que nuestras vidas, aquellas que poseemos nosotros los seres vivientes, serán despedazadas una y otra vez más por los acontecimientos de la vida.  Es la naturaleza de la vida.  Después, tendremos algunos momentos felices para remendar las heridas, para aminorar el dolor, y para rellenar las vacías cuencas de nuestras lágrimas.  Pero no te preocupes de esto Lucas, porque tú ya sabes bien cómo funciona este negocio de la "vida". Tú lo sabes bien.  Es como si hubieses vivido cien años en dieciséis espléndidos años.  Mi corazón nunca se romperá de nuevo porque no hay un solo pedazo de él que pueda romperse una vez más.  Los trozos de mi corazón son tan infinitamente pequeños ahora, que no es posible que se rompan ni siquiera una vez más.

Ha pasado un año muy largo y también muy corto, y mi dolor y mi tristeza están todavía tan frescos y crudos como aquel terrible día en que te fuíste de mi vida.  Yo no sabía esto, pero el día que partiste, la cuenta regresiva para tu “Aniversario de Muerte”, ya había comenzado, y aquí estamos ahora.  Por favor, no dejes que las estrellas sepan de esto.  Estos pesados sentimientos van a durar por mucho tiempo Lucas, hasta que yo esté lo suficientemente viejo y gris, y cuando mi espíritu y mi corazón ya no me duelan más.  Esa será mi señal para iniciar mi viaje a verte de nuevo, Lucas Martino, a unirme a tí y regocijar una vez más mi espíritu con la cercanía de su sonrisa.

Ayer me recliné en silencio sobre el crujiente dintel de la puerta de la casa, un minuto antes de la medianoche.  Estaba rastreando el cielo a ver si podía ver la llegada de la fecha de tu “Aniversario de Muerte”, los que a veces nos traen los calendarios del tiempo.  Ví la brillante pero pálida luz de la frágil cola de un veloz cometa que cruzaba los misteriosos cielos oscuros; y por un segundo pensé que eras tú haciéndome señas.  Lo sé... es sólo mi distendida imaginación saturada de un millón de tus recuerdos, explotando en melancólica nostalgia.  Después de todo Lucas, tu “Aniversario de Muerte” se acerca imperecedero, y en este día estaré pensando en tí más intensamente.  Tu vida, tu sonrisa y tu espíritu tan libre me han  inspirado a ser un hombre mejor, mejor de lo que era ayer.  Gracias por eso Lucas.

Fuíste una persona tan increíble y un ser humano tan extraordinario, que me hubiese gustado poder haber pasado más tiempo contigo, aunque hubiese sido solo un día más...  Estuviste entre nosotros por tan corto tiempo, porque dieciséis años no son nada; nada en términos de tiempo, pero lo son un tesoro infinito de tu riqueza humana.  Pienso en tí todos los días y espero que seas feliz en el cielo.  Sí, dieciséis años es muy poco tiempo Lucas, un abrir y cerrar de ojos, un parpadeo de la existencia; y tienes que perdonarme otra vez Lucas, porque todavía no puedo comprender por qué nos dejaste.  Yo sé que tuviste una razón para alejarte de nosotros tan tempranamente, pero simplemente no puedo entenderlo; pero al mismo tiempo, no puedo agradecerte lo suficiente por quién eras como persona y como hijo.  Tu invencible espíritu ha realmente inspirado a muchas personas, incluyendo a tu familia que te ama tanto.  Tu gran corazón y tu sorprendente sonrisa jamás serán olvidados.  Te amaré hasta la muerte hijo, siempre lo haré.  Muchas gracias por todo lo que hiciste por mí.

Brevem vita tuam, sed sunt perpetuo memoria.  Tu vida fué corta, pero los recuerdos de tí son para siempre.  ¡Oh! ¡Eras tan joven, demasiado joven Lucas!  Sin embargo, nuestros recuerdos de tí no se desvanecerán jamás.  No te he visto ya por un año, pero todavía oigo tu estridente risa en mi corazón, y tengo tus sonrisas estampadas en mi espíritu.  No tienes idea de lo mucho que te extraño.

Muchas veces me siento solo y con la necesidad de tu ausente compañía Lucas, al igual que las olas del océano necesitan la playa para existir, al igual que las flores necesitan el sol para florecer, al igual que el valle necesita de las montañas para poder ser; pero tú no estás aquí...  Eso me pone tan triste.  Pero voy a esperar para verte de nuevo Lucas, al igual como la cigarra espera la mayor parte de su vida bajo tierra, para un día emerger y cantarle toda su vida al éter, al igual que un depredador con paciencia y en silencio acecha su presa, al igual que el oso que duerme un largo tiempo esperando que la primavera lo despierte; y luego, cuando mi tiempo llegue; iré a verte de nuevo Lucas.

Sé que tu madre, tu hermana y tu hermano se sienten de la misma manera que me siento yo, pero tal vez de una manera más profunda porque ellos tienen espíritus más fuertes, corazones más grandes, y almas más profundas que la mía.  Son mucho más valientes y más bellos seres humanos de lo que yo pudiese nunca llegar a ser.  Su fuerza no proviene de las cosas que pueden hacer, sino que de las colosales cosas que pueden superar.  Se trata de una fuerza extraordinaria que sólo puedo soñar con poseer.  La gente que no cree en súper héroes, es porque no conoce a mi familia.

Y cuando te vea de nuevo Lucas, las violetas marchitas recuperarán su color, la lluvia va a cantar otra vez en el suelo, el pabilo apagado volverá a alumbrar una vez más, el caldero al final del arcoíris se llenará por segunda vez; y el profundo dolor y la devastadora tristeza se disiparán de mi corazón hasta llegar a ser solo una mala y muy lejana memoria.

Hasta que llegue ese momento Lucas, estaré soñando con antiguos dragones mágicos y siderales, con fantásticas estrellas salvajes y primordiales, y con la gracia infinita de tu hermosa y sincera sonrisa, porque todo esto vive en mi imaginación, y porque mi imaginación es el pensamiento más alto que poseo.

Te amo
Tu imperfecto padre.

_____________________________

Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 


El Loco

Carta a mi Hijo Lucas

Septiembre 11, 2016

Querido Lucas Martino,

Este día, es el primer aniversario de tu muerte.  Simplemente, no puedo describir lo mucho que te extraño y lo mucho que lloro por tí.  Mi corazón está helado debido a tu ausencia, pero también está tibio gracias a los recuerdos que tengo de tí.

Siempre miro a las estrellas porque una vez me dijiste que la sustancia con la que están hechos nuestros espíritus, procede únicamente de una lejana galaxia, desde el centro de la explosión del corazón de una mega-estrella moribunda; y lo que nos mantiene vivos, son las partículas de las cenizas de esta estrella.

Te he escrito esta "carta" pensando que quizá los cometas podrían llevártela y entregártela en ese lugar infinito donde estás morando ahora.  No he escrito todas las cosas que quería decirle, o todo lo que siento, o acerca de las cosas que abruman mi corazón sangrante.  Tengo tanto que decirte Lucas Martino, pero me temo que el Universo podría abrir mi carta para leer lo que hay dentro, y descubrir la intolerable profundidad de mi herida.


No puedo comenzar a articular lo mucho que significas para mí, y lo mucho que aún significas para mí en cada día de mi vida.  Nunca voy a llegar a abrazarte de nuevo, o besar tu frente como lo hacía a menudo, o decirte hola o adiós; y nunca sabré cuál fué tu último pensamiento.  Es una pérdida imposible.  Yo vivo sólo con la contemplación de las muchas cosas que me hubiese gustado haber hecho contigo, y ahora que estás tan lejos, nada de esto es posible.

Te escribo porque debes de saber cuánto enriqueciste mi vida y la vida de tantos otros.  Te amo tanto hijo, te extraño mucho, y espero que seas feliz donde quiera que estés Lucas Martino.  Estoy triste porque la cornucopia de donde las cosas bellas con que rociabas mi vida, se ha secado para siempre.

Con frecuencia visitas mis sueños con tu música, con la "Música de Lucas", y esos sueños tuyos le inyectan temporalmente vida a mi alma muerta, y me recuerdan que una vez tuve una viva.  Tu música es un reflejo de tus sentimientos profundos, y cuando sueño al compás de sus ritmos, es como si me estuvieses contando la historia de tus pensamientos.  Tengo una gran empatía con lo que debe haber sido el haber cargado con los sentimientos de tristeza que tenías.  Gracias a tí, ahora puedo entender lo que es la verdadera angustia.  Tu agradable música contiene apretadamente el dolor y la belleza, la felicidad y la tristeza; juntos como un poderoso mensaje de gran alcance, y con todo el poder de tu existencia.  Te amo tanto hijo, y te extraño tanto Lucas Martino.

Sé que voy a verte otra vez, allí donde las estrellas le hacen el amor al universo detrás de soles oscuros, donde no hay dolor ni tristeza, donde la unión es la sencillez intangible.  Sé que voy a verte de nuevo Lucas y volveré a disfrutar de la cercanía de tu increíble sonrisa, y mi espíritu estará libre de los corrosivos sentimientos que oprimen mi lastimosa y frágil naturaleza humana.  Ya estoy listo para ese viaje.  Yo sé que va a ocurrir durante el segundo de un día que se esconde lejos, allá dentro de muchos años, en ese oculto segundo en que tomaré mi último aliento, para luego exhalarlo y así dejarlo todo atrás para siempre.  Como tú lo hiciste.  Y estaré feliz.  Te lo prometo, Lucas, estaré feliz.  Es fácil esperar por ese lejano  e inevitable momento, porque nunca jamás he dejado de amarte.

Sé que nuestras vidas, aquellas que poseemos nosotros los seres vivientes, serán despedazadas una y otra vez más por los acontecimientos de la vida.  Es la naturaleza de la vida.  Después, tendremos algunos momentos felices para remendar las heridas, para aminorar el dolor, y para rellenar las vacías cuencas de nuestras lágrimas.  Pero no te preocupes de esto Lucas, porque tú ya sabes bien cómo funciona este negocio de la "vida". Tú lo sabes bien.  Es como si hubieses vivido cien años en dieciséis espléndidos años.  Mi corazón nunca se romperá de nuevo porque no hay un solo pedazo de él que pueda romperse una vez más.  Los trozos de mi corazón son tan infinitamente pequeños ahora, que no es posible que se rompan ni siquiera una vez más.

Ha pasado un año muy largo y también muy corto, y mi dolor y mi tristeza están todavía tan frescos y crudos como aquel terrible día en que te fuíste de mi vida.  Yo no sabía esto, pero el día que partiste, la cuenta regresiva para tu “Aniversario de Muerte”, ya había comenzado, y aquí estamos ahora.  Por favor, no dejes que las estrellas sepan de esto.  Estos pesados sentimientos van a durar por mucho tiempo Lucas, hasta que yo esté lo suficientemente viejo y gris, y cuando mi espíritu y mi corazón ya no me duelan más.  Esa será mi señal para iniciar mi viaje a verte de nuevo, Lucas Martino, a unirme a tí y regocijar una vez más mi espíritu con la cercanía de su sonrisa.

Ayer me recliné en silencio sobre el crujiente dintel de la puerta de la casa, un minuto antes de la medianoche.  Estaba rastreando el cielo a ver si podía ver la llegada de la fecha de tu “Aniversario de Muerte”, los que a veces nos traen los calendarios del tiempo.  Ví la brillante pero pálida luz de la frágil cola de un veloz cometa que cruzaba los misteriosos cielos oscuros; y por un segundo pensé que eras tú haciéndome señas.  Lo sé... es sólo mi distendida imaginación saturada de un millón de tus recuerdos, explotando en melancólica nostalgia.  Después de todo Lucas, tu “Aniversario de Muerte” se acerca imperecedero, y en este día estaré pensando en tí más intensamente.  Tu vida, tu sonrisa y tu espíritu tan libre me han  inspirado a ser un hombre mejor, mejor de lo que era ayer.  Gracias por eso Lucas.

Fuíste una persona tan increíble y un ser humano tan extraordinario, que me hubiese gustado poder haber pasado más tiempo contigo, aunque hubiese sido solo un día más...  Estuviste entre nosotros por tan corto tiempo, porque dieciséis años no son nada; nada en términos de tiempo, pero lo son un tesoro infinito de tu riqueza humana.  Pienso en tí todos los días y espero que seas feliz en el cielo.  Sí, dieciséis años es muy poco tiempo Lucas, un abrir y cerrar de ojos, un parpadeo de la existencia; y tienes que perdonarme otra vez Lucas, porque todavía no puedo comprender por qué nos dejaste.  Yo sé que tuviste una razón para alejarte de nosotros tan tempranamente, pero simplemente no puedo entenderlo; pero al mismo tiempo, no puedo agradecerte lo suficiente por quién eras como persona y como hijo.  Tu invencible espíritu ha realmente inspirado a muchas personas, incluyendo a tu familia que te ama tanto.  Tu gran corazón y tu sorprendente sonrisa jamás serán olvidados.  Te amaré hasta la muerte hijo, siempre lo haré.  Muchas gracias por todo lo que hiciste por mí.

Brevem vita tuam, sed sunt perpetuo memoria.  Tu vida fué corta, pero los recuerdos de tí son para siempre.  ¡Oh! ¡Eras tan joven, demasiado joven Lucas!  Sin embargo, nuestros recuerdos de tí no se desvanecerán jamás.  No te he visto ya por un año, pero todavía oigo tu estridente risa en mi corazón, y tengo tus sonrisas estampadas en mi espíritu.  No tienes idea de lo mucho que te extraño.

Muchas veces me siento solo y con la necesidad de tu ausente compañía Lucas, al igual que las olas del océano necesitan la playa para existir, al igual que las flores necesitan el sol para florecer, al igual que el valle necesita de las montañas para poder ser; pero tú no estás aquí...  Eso me pone tan triste.  Pero voy a esperar para verte de nuevo Lucas, al igual como la cigarra espera la mayor parte de su vida bajo tierra, para un día emerger y cantarle toda su vida al éter, al igual que un depredador con paciencia y en silencio acecha su presa, al igual que el oso que duerme un largo tiempo esperando que la primavera lo despierte; y luego, cuando mi tiempo llegue; iré a verte de nuevo Lucas.

Sé que tu madre, tu hermana y tu hermano se sienten de la misma manera que me siento yo, pero tal vez de una manera más profunda porque ellos tienen espíritus más fuertes, corazones más grandes, y almas más profundas que la mía.  Son mucho más valientes y más bellos seres humanos de lo que yo pudiese nunca llegar a ser.  Su fuerza no proviene de las cosas que pueden hacer, sino que de las colosales cosas que puedes superar.  Se trata de una fuerza extraordinaria que sólo puedo soñar con poseer.  La gente que no cree en súper héroes, es porque no conoce a mi familia.

Y cuando te vea de nuevo Lucas, las violetas marchitas recuperarán su color, la lluvia va a cantar otra vez en el suelo, el pabilo apagado volverá a alumbrar una vez más, el caldero al final del arcoíris se llenará por segunda vez; y el profundo dolor y la devastadora tristeza se disiparán de mi corazón hasta llegar a ser solo una mala y muy lejana memoria.

Hasta que llegue ese momento Lucas, estaré soñando con antiguos dragones mágicos y siderales, con fantásticas estrellas salvajes y primordiales, y con la gracia infinita de su hermosa y sincera sonrisa, porque todo esto vive en mi imaginación, y porque mi imaginación es el pensamiento más alto que poseo.

Te amo
Tu imperfecto padre.

_____________________________

Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 


El Loco

miércoles, 15 de febrero de 2012

Y se murió mi Padre

Debieron pasar 85 años, 2 años de ceguera, 58 años de matrimonio, y 5 de Alzheimer, varias operaciones para que su existencia terrena llegara a su fin.

Hoy lo enterré junto a otros familiares tras cumplir con los ritos que la iglesia y la sociedad imponen, ritos que por cierto alegran el espíritu y nos acercan a los seres queridos, pero que muestran algunas facetas de la raza humana que lamento que existan y francamente me molestan.

Hoy se juntaron los que no se juntan nunca, mostraron su pena los que nunca demostraron su amor, lloraron los que sienten remordimientos y aparecieron los hombres y mujeres íntegros, los que no fallan nunca, los amigos, los hermanos en espíritu.

Hoy se murió mi padre cerrando un ciclo de mi vida conmigo. Hoy dejo atrás un montón de cosas, una mezcla de alegrías, penas, rabias, desilusiones, frustraciones y varios temas inconclusos. No volveré a pensar en ello y me quedaré con los recuerdos.

Los recuerdos, son ideas que almacenamos en nuestro cerebro por alguna razón en particular, por ejemplo alegría; esas cosas que nos hacen sonreír y que dan ese calorcito tan agradable. La rabia, otra poderosa forma de retener información del pasado, esta información nos mueve, nos activa, nos hace reflexionar y hace que corrijamos nuestro caminar por la vida y eventualmente no cometer los mismos errores.

También está la pena o tristeza, esos recuerdos son un lastre que cuesta una infinidad olvidar, pero que recurrentemente se hacen presentes con uno u otro detalle que percibimos en nuestra vida. Estos son los recuerdos que no quiere nadie, porque no aportan, sólo destruyen de a poco el alma, pero que lamentablemente todos poseemos.

Muy cerca de ellos están la desilusión y el desencanto, esos son menos dolorosos que los anteriores, pero no menos dañinos, pues de alguna forma les buscamos explicación o justificación, no siempre, pero más a menudo de lo que uno cree.

En fin, los recuerdos son las herencias personales, las que se traspasaron durante una vida, cada minuto, hora, día, semana, mes y año de nuestra existencia. Son el registro del pasado duro, sin contemplaciones y envueltos en la realidad que decidimos que fuera. Un archivo abierto de capacidad ilimitada. Los recuerdos son parte de nuestra vida que también traspasamos a otros seres humanos, como algo positivo o como algo negativo. Son el registro de nuestra conciencia.

Curiosamente las muertes hacen destacar las virtudes y rara vez se hace un recuento completo y honesto del fallecido. Somos demasiado civilizados para decir a la cara que no nos caía bien el finado, que era mentiroso o intrigante, que era un sinvergüenza o desleal. Pero esa característica es parte de los seres humanos, como los gases y las mucosidades que tanto nos molestan y disimulamos con una destreza fenomenal.

Pero, esta manera de despedir me parece la más feroz, pues no permite que uno descanse en paz, el que se queda, el que siente que sus deudas no han sido saldadas.

Dios es la justicia y sabrá poner las cosas en orden en su reino, no hace falta que le digamos como era tal o cual persona, no requiere de una educada descripción de las virtudes y el silencio de los defectos.

Hoy se murió mi padre y un desconocido le dio el pésame a mi madre, con una inmensa dulzura y desinterés. Un Médico se impresionó por la donación que mi madre hiciera de algunas pertenencias de su difunto esposo a gente que en vida las necesita. Una mujer encargada del aseo de los espacios comunes de un edificio de 15 pisos la abrazó y lloró con ella por algunos minutos. Varios trabajadores de una funeraria y del cementerio mostraron una tremenda capacidad de entender el dolor y el estado deplorable en que pudiera encontrarse para que las cosas que ofrecen fueran cómodas y no afecten su estado anímico. Hoy una familia nos esperó fuera de la iglesia hasta terminar la misa, pues ellos profesan otro credo, para apoyarme y demostrarme su cariño.

Con su muerte aparecieron los parientes que valen su peso en oro, los que ofrecieron todo su tiempo y capacidad para acompañar, para calmar, para entender, para consolar, para escuchar y estar presente. Para entregar sus bienes y su cariño. Destaco entre varios a mi esposa, a mis hijos y a una tía.

Del otro lado de la vereda, los que aprovecharon la oportunidad para hacer un encuentro familiar, para ponerse al día en las noticias de tantos años de no verse, los que se desangraron por teléfono ofreciendo todo tipo de ayuda y a quienes no vi ni un instante. Los que fueron por el deber ser, para que no se diga que no cumplió el rito social. Ninguno de ellos escribió una sola letra de condolencias como testimonio.

La muerte de mi padre trajo ante mis ojos la realidad humana, las bondades y las miserias. Trajo el cierre de un ciclo natural entre dos personas ligadas por sangre.

Hoy enterramos a mi padre y con ese acto su vida terrena, nos separamos definitiva e irremediablemente. Hoy sólo queda el recuerdo.

Francisco Javier Guajardo Izquierdo