Día del Exalumno Marista
Promoción 1972
09 de noviembre de 2008
Aunque algunos de los miembros de nuestra Promoción de 1972 se integraron al colegio y a nuestro curso de a poco y a lo largo de muchos años, y algunos de nosotros viniendo de lugares muy diferentes de país, en algún lugar de esta trascendental cronología nuestros rumbos se cruzaron, se juntaron y se amalgamaron llevándonos a todos juntos a un mismo lugar… a aquel lejano ya, día de graduación en el colegio Marista Don Alonso de Ercilla y Zúñiga.
Psicólogos, Sociólogos, y algunos Psicobiólogos creen que somos quienes somos basados en dos factores principales, genética y nuestro medio ambiente. Además, ellos creen que cuando niños nosotros estamos más influenciados por estos factores y en base a esto, establecemos nuestras creencias, nuestra moralidad, y nuestro compás interno. Yo creo que nosotros nos convertimos en lo que somos por el resultado de estas influencias y por el efecto que han tenido en nosotros a través de nuestras vidas, pero también por las poderosas influencias que tuvimos los unos con los otros en aquellos inocentes y sinceros días de amistad sin complicación.
Somos como las gotas de lluvia que caen desde el cielo en la ladera de un cerro. Estas gotas se unen a otras gotas y lentamente empiezan a desplazarse formando al principio un pequeño y frágil manantial que viaja raudo hacia el valle que le espera allá abajo. Durante su viaje, estos manantiales se estrellan con otros manantiales que alteran su dirección y su tamaño, chocan con rocas y árboles que desvían su jornada, y caen en hondonadas y laderas que ahora afectan el derrotero de este caudaloso río ya, hasta que alcanza su destino final.
Durante esta jornada, cada miembro de nuestra Promoción 1972 ha tenido un efecto y un impacto sobre el otro, consciente o inconscientemente. Nosotros compartimos una historia común, compartimos una semblanza común, una trayectoria común, y todos crecimos con una ideología común. Compartimos memorias y desafíos en nuestras jóvenes vidas, risas y llantos, y más de una vez nos paramos juntos en la última línea de la cancha de Baby después de las 3 PM, desahuciada cortesía del Hermano Lucio.
Mirábamos juntos hacia el futuro y soñábamos alegremente quimeras afines, y también compartimos los días difíciles que Santiago nos obsequiaba, y los buenos tiempos en que nos divertíamos juntos. Somos quiénes somos mi queridísima Promoción 1972, en gran parte creo yo, debido a este temprano, frágil y vigoroso enlace en nuestras inquietas, tempranas y barbilampiñas vidas Maristas, que se ha perpetuado y que se perpetuará mas allá del término del tiempo.
Hoy, nuestras jornadas iniciadas en aquella suave ladera de antaño, nos han llevado por diferentes caudales hasta el destino en que nos encontramos hoy. Quiero decirles mis queridos compañeros de aquella jovial niñez, que no importa cómo llegaron, dónde llegaron, o cuándo llegaron, o si todavía están aún en esa perseverante jornada de viaje; que les añoro abismalmente y que atesoro cada singular memoria y cada efímero recuerdo que tengo de cada uno de ustedes.
También quiero agradecer desde el fondo de mi alma que es amplia, franca y profunda, la inestimable contribución de Pedro Leoncio Rojas a nuestra heroica promoción. Nos ha juntado otra vez con gran esfuerzo y constancia para no perder y mantener esas memorias vivas, para apreciar los tiempos que tuvimos juntos y reflejarlos en nuestros presentes, y para proveer un conducto franco de comunicación y ayuda mutua, un foro para decirle al mundo (o por lo menos a nuestro Mundo Marista) que aquel era NUESTRO tiempo, “la época de todas las épocas”, y que de nuestro propio y único “Sui generis” cambiamos el mundo y ahora estamos dejando un legado de amistad y camaradería para ejemplo de nuestras futuras generaciones.
Para aquellos exalumnos Maristas que no tuvieron la dicha y fortuna de formar parte de las enhiestas y heroicas Legiones de la épica era del 72, les deseo lo mejor, y espero que vuestras vidas hayan sido y sean afortunadas y felices como lo fueron las nuestras, aunque en aquel tiempo, nosotros aún no lo sabíamos.
Para aquellos de ustedes quienes quizá apenas comienzan a bajar esa ladera del cerro, y para aquellos que ya forman parte de ese manantial que ha iniciado la marcha hacia su futura promoción, ¡Carpe Diem Muchachos! ¡Que el mundo es vuestro y no dejen que nadie se los quite! Vuestra futura promoción será ese efímero momento inmortal del “Adiós al Séptimo de Línea”, en que las aguerridas huestes Maristas marcharán una vez más a conquistar ese esquivo pero promisorio futuro, con los estandartes en alto, guiados por sus desafiantes ambiciones.
¡Feliz día del Ex-alumno!
El Loco
Rodrigo A. Guajardo
Orgulloso Miembro De la Heroica e Indomable Promoción 1972
Promoción 1972
09 de noviembre de 2008
Aunque algunos de los miembros de nuestra Promoción de 1972 se integraron al colegio y a nuestro curso de a poco y a lo largo de muchos años, y algunos de nosotros viniendo de lugares muy diferentes de país, en algún lugar de esta trascendental cronología nuestros rumbos se cruzaron, se juntaron y se amalgamaron llevándonos a todos juntos a un mismo lugar… a aquel lejano ya, día de graduación en el colegio Marista Don Alonso de Ercilla y Zúñiga.
Psicólogos, Sociólogos, y algunos Psicobiólogos creen que somos quienes somos basados en dos factores principales, genética y nuestro medio ambiente. Además, ellos creen que cuando niños nosotros estamos más influenciados por estos factores y en base a esto, establecemos nuestras creencias, nuestra moralidad, y nuestro compás interno. Yo creo que nosotros nos convertimos en lo que somos por el resultado de estas influencias y por el efecto que han tenido en nosotros a través de nuestras vidas, pero también por las poderosas influencias que tuvimos los unos con los otros en aquellos inocentes y sinceros días de amistad sin complicación.
Somos como las gotas de lluvia que caen desde el cielo en la ladera de un cerro. Estas gotas se unen a otras gotas y lentamente empiezan a desplazarse formando al principio un pequeño y frágil manantial que viaja raudo hacia el valle que le espera allá abajo. Durante su viaje, estos manantiales se estrellan con otros manantiales que alteran su dirección y su tamaño, chocan con rocas y árboles que desvían su jornada, y caen en hondonadas y laderas que ahora afectan el derrotero de este caudaloso río ya, hasta que alcanza su destino final.
Durante esta jornada, cada miembro de nuestra Promoción 1972 ha tenido un efecto y un impacto sobre el otro, consciente o inconscientemente. Nosotros compartimos una historia común, compartimos una semblanza común, una trayectoria común, y todos crecimos con una ideología común. Compartimos memorias y desafíos en nuestras jóvenes vidas, risas y llantos, y más de una vez nos paramos juntos en la última línea de la cancha de Baby después de las 3 PM, desahuciada cortesía del Hermano Lucio.
Mirábamos juntos hacia el futuro y soñábamos alegremente quimeras afines, y también compartimos los días difíciles que Santiago nos obsequiaba, y los buenos tiempos en que nos divertíamos juntos. Somos quiénes somos mi queridísima Promoción 1972, en gran parte creo yo, debido a este temprano, frágil y vigoroso enlace en nuestras inquietas, tempranas y barbilampiñas vidas Maristas, que se ha perpetuado y que se perpetuará mas allá del término del tiempo.
Hoy, nuestras jornadas iniciadas en aquella suave ladera de antaño, nos han llevado por diferentes caudales hasta el destino en que nos encontramos hoy. Quiero decirles mis queridos compañeros de aquella jovial niñez, que no importa cómo llegaron, dónde llegaron, o cuándo llegaron, o si todavía están aún en esa perseverante jornada de viaje; que les añoro abismalmente y que atesoro cada singular memoria y cada efímero recuerdo que tengo de cada uno de ustedes.
También quiero agradecer desde el fondo de mi alma que es amplia, franca y profunda, la inestimable contribución de Pedro Leoncio Rojas a nuestra heroica promoción. Nos ha juntado otra vez con gran esfuerzo y constancia para no perder y mantener esas memorias vivas, para apreciar los tiempos que tuvimos juntos y reflejarlos en nuestros presentes, y para proveer un conducto franco de comunicación y ayuda mutua, un foro para decirle al mundo (o por lo menos a nuestro Mundo Marista) que aquel era NUESTRO tiempo, “la época de todas las épocas”, y que de nuestro propio y único “Sui generis” cambiamos el mundo y ahora estamos dejando un legado de amistad y camaradería para ejemplo de nuestras futuras generaciones.
Para aquellos exalumnos Maristas que no tuvieron la dicha y fortuna de formar parte de las enhiestas y heroicas Legiones de la épica era del 72, les deseo lo mejor, y espero que vuestras vidas hayan sido y sean afortunadas y felices como lo fueron las nuestras, aunque en aquel tiempo, nosotros aún no lo sabíamos.
Para aquellos de ustedes quienes quizá apenas comienzan a bajar esa ladera del cerro, y para aquellos que ya forman parte de ese manantial que ha iniciado la marcha hacia su futura promoción, ¡Carpe Diem Muchachos! ¡Que el mundo es vuestro y no dejen que nadie se los quite! Vuestra futura promoción será ese efímero momento inmortal del “Adiós al Séptimo de Línea”, en que las aguerridas huestes Maristas marcharán una vez más a conquistar ese esquivo pero promisorio futuro, con los estandartes en alto, guiados por sus desafiantes ambiciones.
¡Feliz día del Ex-alumno!
El Loco
Rodrigo A. Guajardo
Orgulloso Miembro De la Heroica e Indomable Promoción 1972
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