Año 1971....cerca del colegio....algunos eran "habitues"..... Festival de la Cancion en el Colegio Santa Elena...que tal????
miércoles, 7 de enero de 2009
martes, 30 de diciembre de 2008
Deseos de Año Nuevo de Rodrigo A. Guajardo.
Mis queridos y valientes Ercillanos,
Siempre en estas fechas me acuerdo de aquellos tiempos en que celebrábamos el Año Nuevo con la familia en la casa. En aquellos tiempos yo vivía en Valparaíso y no tenía más de cuatro años. El 31 de diciembre nos tomábamos una copa de champaña, y como porteño imberbe, siempre me tocaba un vaso de vaquelita con un jodío jugo de manzanas, pero me las arreglaba para saborear un poco de champaña del vaso de algún pajarón que lo había dejado descuidado. No me retaban mucho, y esto, solo porque también era el día de mi cumpleaños.
Después de la celebración en la casa, nos íbamos al paseo Atkinson a ver los fuegos artificiales de la bahía de Valparaíso, y yo miraba los despliegues multicolores en el cielo del puerto con ojos desorbitados y llenos de imaginación, interrumpido ocasionalmente por una vieja, un petardo, un cuete, o una estrellita alrededor de donde estábamos. A mi me gustaban mas las viejas… Ahora lo puedo comprobar…
Terminado el despliegue de luminosos colores, nos desbandábamos a visitar todas las fiestas que había en el barrio, y no llegábamos a casa sino hasta la madrugada. ¡Que tiempos aquellos! No me preocupaba la economía, los negocios, los estudios, ni siquiera lo que llevaba puesto. Vivía esos intensos momentos libre de preocupaciones, y dejaba volar mi imaginación con las promesas de ese “Próspero Ano Nuevo”.
Han pasado ya 55 años… y ya casi he olvidado la mayoría de esos 31 de diciembre que nos traían siempre la promesa de bonanza y fortuna. Antaño no teníamos nada. Ahora tenemos un montón más, y tenemos que reconocer que hay mucha fortuna en ello. Ahora tenemos nuestras propias familias, nuestros hijos, nuestros logros profesionales, nuestras porciones de alegría y llanto, y nos tenemos a nosotros mismos, crecidos, conscientes.
Es cierto que a veces las cosas no nos salen como queremos, y que también nos desalientan y hasta nos ponen un poco deprimidos. Pero a la postre, tenemos un montón mas de que con lo que empezamos, y tenemos que darle el valor merecido a nuestros logros, no importa cuáles sean.
Pero el día de hoy es muy diferente, ¡es el 31 de diciembre!, ¡el Año Nuevo!, ¡es mi cumpleaños! (que desde los 50, no le doy la bienvenida como solía hacerlo). Sí, hoy como todos los Años Nuevos pensaré un poquito en varias cosas, pensare mucho en las cosas buenas y ligeramente en las malas, pensaré en recuerdos y ansiedades. Pensaré por ejemplo en saber a mis amigos de la niñez tan lejos, pensaré porque hay momentos en que a veces desfallecemos. Pensaré en aquellas ocasiones en que envidié la alegría de los niños, pero también recordaré que fuí uno de ellos.
Me acordaré de la hermosura que los atardeceres no han perdido, redescubriré aquel lucero perdido entre el rebozo de las estrellas. Me delataré a mi mismo el inmenso amor de mi madre, y suspiraré por estar a veces tan lejos de todo, en especial de mi niñez.
Me amargaré un poco porque una mariposa agoniza en los marchitos pétalos de una rosa, pero me alegraré por la alegría de mis triunfos, y por la invencibilidad de mis sueños. Me acordaré de todos, de amigos y enemigos, y ya no me importará el que a veces dude y tropiece.
Me acordaré por los que a veces se acuerdan de mí. Pensaré en aquellas ausentes sonrisas. Pensaré en pobres y ricos, en débiles y poderosos. También me acordaré de un día abracé a mi abuelo, y en el que defendí a mi hermano.
Cuando el último día del año esté por expirar, pensaré un poquito en mí, luego, pensaré unos momentos en este nuevo año que nos trae una renovada promesa. Y volveré a ser niño, aunque sea por unos efímeros instantes, y miraré la vida con ojos un poco diferentes, con mas ilusión, con mas esperanza, con mas convicción, con mas sinceridad, con mas inocencia, con mas determinación, y con mas deseos de que a cada uno de ustedes la vida les traiga bonanza, felicidad, y el amor que todos necesitamos alguna vez.
Maristas de la Gloriosa y Heroica Promoción del ‘72, les deseo un buen Año Nuevo, salud, felicidad, y que vuestro espíritu se hinche de orgullo y esperanza, que los pelos que les queden; les duren, que los dientes que les queden; se queden donde están, que la memoria no se les olvide, que nunca veamos un bastón como regalo en nuestro cumpleaños, que nunca necesitemos pañales desechables, que ojalá inventen mejores anteojos, que las cejas no nos crezcan tan salvajemente, que no nos salgan muchos pelos en la nariz ni en las orejas, y que no nos pongamos tan viejos, tan rápido, para así poder ver a nuestros compañeros de la Vieja Guardia aunque sea solo una vez mas.
El Loco.
Siempre en estas fechas me acuerdo de aquellos tiempos en que celebrábamos el Año Nuevo con la familia en la casa. En aquellos tiempos yo vivía en Valparaíso y no tenía más de cuatro años. El 31 de diciembre nos tomábamos una copa de champaña, y como porteño imberbe, siempre me tocaba un vaso de vaquelita con un jodío jugo de manzanas, pero me las arreglaba para saborear un poco de champaña del vaso de algún pajarón que lo había dejado descuidado. No me retaban mucho, y esto, solo porque también era el día de mi cumpleaños.
Después de la celebración en la casa, nos íbamos al paseo Atkinson a ver los fuegos artificiales de la bahía de Valparaíso, y yo miraba los despliegues multicolores en el cielo del puerto con ojos desorbitados y llenos de imaginación, interrumpido ocasionalmente por una vieja, un petardo, un cuete, o una estrellita alrededor de donde estábamos. A mi me gustaban mas las viejas… Ahora lo puedo comprobar…
Terminado el despliegue de luminosos colores, nos desbandábamos a visitar todas las fiestas que había en el barrio, y no llegábamos a casa sino hasta la madrugada. ¡Que tiempos aquellos! No me preocupaba la economía, los negocios, los estudios, ni siquiera lo que llevaba puesto. Vivía esos intensos momentos libre de preocupaciones, y dejaba volar mi imaginación con las promesas de ese “Próspero Ano Nuevo”.
Han pasado ya 55 años… y ya casi he olvidado la mayoría de esos 31 de diciembre que nos traían siempre la promesa de bonanza y fortuna. Antaño no teníamos nada. Ahora tenemos un montón más, y tenemos que reconocer que hay mucha fortuna en ello. Ahora tenemos nuestras propias familias, nuestros hijos, nuestros logros profesionales, nuestras porciones de alegría y llanto, y nos tenemos a nosotros mismos, crecidos, conscientes.
Es cierto que a veces las cosas no nos salen como queremos, y que también nos desalientan y hasta nos ponen un poco deprimidos. Pero a la postre, tenemos un montón mas de que con lo que empezamos, y tenemos que darle el valor merecido a nuestros logros, no importa cuáles sean.
Pero el día de hoy es muy diferente, ¡es el 31 de diciembre!, ¡el Año Nuevo!, ¡es mi cumpleaños! (que desde los 50, no le doy la bienvenida como solía hacerlo). Sí, hoy como todos los Años Nuevos pensaré un poquito en varias cosas, pensare mucho en las cosas buenas y ligeramente en las malas, pensaré en recuerdos y ansiedades. Pensaré por ejemplo en saber a mis amigos de la niñez tan lejos, pensaré porque hay momentos en que a veces desfallecemos. Pensaré en aquellas ocasiones en que envidié la alegría de los niños, pero también recordaré que fuí uno de ellos.
Me acordaré de la hermosura que los atardeceres no han perdido, redescubriré aquel lucero perdido entre el rebozo de las estrellas. Me delataré a mi mismo el inmenso amor de mi madre, y suspiraré por estar a veces tan lejos de todo, en especial de mi niñez.
Me amargaré un poco porque una mariposa agoniza en los marchitos pétalos de una rosa, pero me alegraré por la alegría de mis triunfos, y por la invencibilidad de mis sueños. Me acordaré de todos, de amigos y enemigos, y ya no me importará el que a veces dude y tropiece.
Me acordaré por los que a veces se acuerdan de mí. Pensaré en aquellas ausentes sonrisas. Pensaré en pobres y ricos, en débiles y poderosos. También me acordaré de un día abracé a mi abuelo, y en el que defendí a mi hermano.
Cuando el último día del año esté por expirar, pensaré un poquito en mí, luego, pensaré unos momentos en este nuevo año que nos trae una renovada promesa. Y volveré a ser niño, aunque sea por unos efímeros instantes, y miraré la vida con ojos un poco diferentes, con mas ilusión, con mas esperanza, con mas convicción, con mas sinceridad, con mas inocencia, con mas determinación, y con mas deseos de que a cada uno de ustedes la vida les traiga bonanza, felicidad, y el amor que todos necesitamos alguna vez.
Maristas de la Gloriosa y Heroica Promoción del ‘72, les deseo un buen Año Nuevo, salud, felicidad, y que vuestro espíritu se hinche de orgullo y esperanza, que los pelos que les queden; les duren, que los dientes que les queden; se queden donde están, que la memoria no se les olvide, que nunca veamos un bastón como regalo en nuestro cumpleaños, que nunca necesitemos pañales desechables, que ojalá inventen mejores anteojos, que las cejas no nos crezcan tan salvajemente, que no nos salgan muchos pelos en la nariz ni en las orejas, y que no nos pongamos tan viejos, tan rápido, para así poder ver a nuestros compañeros de la Vieja Guardia aunque sea solo una vez mas.
El Loco.
jueves, 18 de diciembre de 2008
Saludos de Sergio Reckmann
QUERIDA COFRADIA,
ME PERDÍ ESTA COMIDA POR UN PELITO,YA QUE LA NOCHE DEL JUEVES VOY VIAJANDO A SANTIAGO,PERO LES DESEO TODO EL EXITO,QUE LO PASEN SUPER BIEN OJALA SEAN MUCHOS LOS QUE ASISTAN,LES MANDO UN GRAN ABRAZO Y LES DESEO A TODOS FELIZ NAVIDAD,Y UN PROSPERO AÑO NUEVO,TÓMESE UN TRAGUITO A MI SALUD,
SE DESPIDE SU AMIGO SERGIO RECKMANN VITORES
Saludos de Rodrigo Guajardo
Estimados amigos y compañeros Maristas,
Siempre fueron mis mejores intenciones y deseos el poder estar con ustedes en esta Reunión Plenaria en El Parrón, pero desdichadamente los eventos político-económicos contemporáneos me tienen atrapado todavía por estas frías latitudes con la consecuente y lamentable pérdida de ver a mis amigos y compañeros una vez más, y antes de que alguno de nosotros pare las chalas.
Les hago llegar un cariñoso saludo de Navidad y deseos de un Próspero Año Nuevo, y un ¡hasta pronto muchachos! También quiero decirles que guardo hermosos recuerdos de todos ustedes enraizados en nuestros tiempos púberes, en aquellos tiempos en que todos nosotros crecimos nuestros pendejos aproximadamente a la misma vez, aunque algunos de nosotros, como yo por ejemplo, seguimos tan verdes y aweonaos como cuando éramos Maristas de pantalón corto.
Disfruten la comida y la camaradería al máximo porque a nuestra edad una de estas reuniones podría ser nuestra Última Cena, y esto lo digo porque a la mayoría de nosotros se les acabó la garantía, y otros están medios cagados.
Por el valor que sea que mis palabras tengan para ustedes, estaré pronto otra vez visitándoles en Chile, y esta vez con una marraqueta de ayuda bajo el brazo para darle una mano bien merecida a nuestros compañeros con más dificultades.
Un abrazo.
El Loco.
Post Scriptum: Imprimí esta carta en letras bien grandes porque he notado de que la mayoría está medio piticiego, sin mencionar que el pelo de la mayoría parece haber emigrado hace bastante tiempo a pedir asilo epidérmico en otras partes del cuerpo.
Siempre fueron mis mejores intenciones y deseos el poder estar con ustedes en esta Reunión Plenaria en El Parrón, pero desdichadamente los eventos político-económicos contemporáneos me tienen atrapado todavía por estas frías latitudes con la consecuente y lamentable pérdida de ver a mis amigos y compañeros una vez más, y antes de que alguno de nosotros pare las chalas.
Les hago llegar un cariñoso saludo de Navidad y deseos de un Próspero Año Nuevo, y un ¡hasta pronto muchachos! También quiero decirles que guardo hermosos recuerdos de todos ustedes enraizados en nuestros tiempos púberes, en aquellos tiempos en que todos nosotros crecimos nuestros pendejos aproximadamente a la misma vez, aunque algunos de nosotros, como yo por ejemplo, seguimos tan verdes y aweonaos como cuando éramos Maristas de pantalón corto.
Disfruten la comida y la camaradería al máximo porque a nuestra edad una de estas reuniones podría ser nuestra Última Cena, y esto lo digo porque a la mayoría de nosotros se les acabó la garantía, y otros están medios cagados.
Por el valor que sea que mis palabras tengan para ustedes, estaré pronto otra vez visitándoles en Chile, y esta vez con una marraqueta de ayuda bajo el brazo para darle una mano bien merecida a nuestros compañeros con más dificultades.
Un abrazo.
El Loco.
Post Scriptum: Imprimí esta carta en letras bien grandes porque he notado de que la mayoría está medio piticiego, sin mencionar que el pelo de la mayoría parece haber emigrado hace bastante tiempo a pedir asilo epidérmico en otras partes del cuerpo.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Saludos de Carlos Sepúlveda
A TODOS MIS EX-COMPAÑEROS:
AL FIN Y AL CABO ME HE DADO CUENTA QUE SON MIS EXCELENTES COMPAÑEROS DE CAMINO EN LA VIDA, DADA NUESTRA ABSOLUTA CREENCIA DE QUE EL OTRO ES MEJOR A UNO Y GUARDA SIEMPRE EN SU ALMA, UNA PARTE DE DIOS.
CUIDENSE, PUES HAN SABIDO VIVIR LA VIDA Y TENER EN SUS OJOS LA FIEL REPRESENTACIÓN DEL BIEN HACER POR LOS DEMÁS.
NOS HEMOS EQUIVOCADO Y QUÉ IMPORTA SI LO HEMOS RECONOCIDO Y ARREPENTIDO COMO HOMBRES. AHORA NOS ENFILAMOS CON CORAZÓN TRANQUILO HACIA TODO LO QUE NOS RESTA EN UN 2009 QUE, LES ABRIGO VENTUROSO Y NERVIOSO TAMBIÉN, PERO TODO EL TIEMPO ASEGURADOS CON NUESTRA BUENA MADRE (la suertecita que nos gastamos los Maristas).
TIENEN MI ABRAZO Y MI LEALTAD, LOS SEPÚLVEDAS SOMOS LEALES HASTA EL FINAL, ASÍ COMO MIS DESEOS DE QUE VENGAN ALGUNA VEZ POR ESTOS CAMPOS DE CHILLÁN, QUE NO SÉ POR QUÉ, ASÍ SE ME DIO LA VIDA. TAN INMADURO COMO ETERNAMENTE HE SIDO, AÚN NO ME DOY CUENTA, NO OBSTANTE SÍ SÉ QUE YA DEBEREMOS IR PENSANDO EN LOS CUARENTA...
QUE EL VIEJITO PASCUERO LOS INVITE A GOZAR UNA NAVIDAD PLENA DE GRACIA Y DE GRACIAS ANTE VUESTRA SERENA SORPRESA FRENTE A REGALOS QUE NO PENSARON, LES LLEGARÍAN.
MIS GRANDES RESPETOS A TODOS,
Carlos Alberto "Mono" Sepúlveda Durán
AL FIN Y AL CABO ME HE DADO CUENTA QUE SON MIS EXCELENTES COMPAÑEROS DE CAMINO EN LA VIDA, DADA NUESTRA ABSOLUTA CREENCIA DE QUE EL OTRO ES MEJOR A UNO Y GUARDA SIEMPRE EN SU ALMA, UNA PARTE DE DIOS.
CUIDENSE, PUES HAN SABIDO VIVIR LA VIDA Y TENER EN SUS OJOS LA FIEL REPRESENTACIÓN DEL BIEN HACER POR LOS DEMÁS.
NOS HEMOS EQUIVOCADO Y QUÉ IMPORTA SI LO HEMOS RECONOCIDO Y ARREPENTIDO COMO HOMBRES. AHORA NOS ENFILAMOS CON CORAZÓN TRANQUILO HACIA TODO LO QUE NOS RESTA EN UN 2009 QUE, LES ABRIGO VENTUROSO Y NERVIOSO TAMBIÉN, PERO TODO EL TIEMPO ASEGURADOS CON NUESTRA BUENA MADRE (la suertecita que nos gastamos los Maristas).
TIENEN MI ABRAZO Y MI LEALTAD, LOS SEPÚLVEDAS SOMOS LEALES HASTA EL FINAL, ASÍ COMO MIS DESEOS DE QUE VENGAN ALGUNA VEZ POR ESTOS CAMPOS DE CHILLÁN, QUE NO SÉ POR QUÉ, ASÍ SE ME DIO LA VIDA. TAN INMADURO COMO ETERNAMENTE HE SIDO, AÚN NO ME DOY CUENTA, NO OBSTANTE SÍ SÉ QUE YA DEBEREMOS IR PENSANDO EN LOS CUARENTA...
QUE EL VIEJITO PASCUERO LOS INVITE A GOZAR UNA NAVIDAD PLENA DE GRACIA Y DE GRACIAS ANTE VUESTRA SERENA SORPRESA FRENTE A REGALOS QUE NO PENSARON, LES LLEGARÍAN.
MIS GRANDES RESPETOS A TODOS,
Carlos Alberto "Mono" Sepúlveda Durán
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