Bueno, este año se inició con un asado en la parcela de Leonardo Villarroel....Asistió nuestro querido profesor don Jorge Gutierrez...las fotos hablan por si mismas
lunes, 19 de enero de 2009
Asado Enero 2009
Bueno, este año se inició con un asado en la parcela de Leonardo Villarroel....Asistió nuestro querido profesor don Jorge Gutierrez...las fotos hablan por si mismas
martes, 13 de enero de 2009
Un saludo del hermano Germán Chaves
Amigos:
Testimonio del Hermano Germán Chaves, desde Orán, Argelia
Domingo 11 de Enero de 2009 - Carisma y Misión
Recibe mi saludo afectuoso. Aquí estoy, volviendo a encontrarme contigo. Sí, cada cierto tiempo hablamos de nuestras cosas y compartimos la vida de manera sencilla. Tú, desde esa misión que llevas con alegría sobre tus hombros, en familia, en el trabajo, en la comunidad, entre tus amigos. Yo, desde una manera de "estar" aquí, lo más abierto posible a la verdad y a la vida en Argelia.
1.- Nuestra Fiesta de Navidad, con una novedad ecuménica.
Como te das cuenta, a pesar de estar a unos kilómetros de Europa, la ignorancia es grande entre la gente.
Pero también es cierto que este aislamiento obligado, nos hace tomar conciencia de una manera mucho más fuerte, de lo que decimos y cantamos y sentimos en nuestra fe.
Les aplaudimos mucho. Y después, en el tiempo del chocolate y torta, los pequeños se llenaban los bolsillos de "koyacs y chicles". Y volvían una y otra vez a las mesas, con un poco de timidez. No daban crédito a esa abundancia, en libertad. Y los palitos de los dulces, se les salían de los bolsillos. Pero todo fue sencillo y auténtico. Y este grupo de evangélicos son argelinos, por supuesto.
2.- Año Nuevo fuera de casa.
Esta vez, para final e inicio de año, los siete Hermanos Maristas que vivimos en Argelia, fuimos a una ciudad a 160 kilómetros de Orán. Se llama Tlemcen. Es una ciudad histórica. Allí, los Focolares, los mismos que hacen las Mariapolis, tienen una casa de retiros y convivencias.
3.- ¡Caballero, tiene manchado el pantalón!
Iba tranquilo, con dos bolsas de verduras en las manos. La calle es muy estrecha y en algunos momentos, circulamos con dificultad, muy apretados. Todo favorece el asalto, suavecito y caballeroso. Un señor de unos cincuenta años, me advierte, tocándome el brazo, que mi pantalón blanco tienes tres gruesas manchas negras de barro. Él está arrodillado, mostrándome la situación. Su cara era como de sorpresa y lamento. Me inclino hacia abajo y le digo: "No se preocupe; gracias, señor, no tiene importancia".
En ese mismo momento, en el apretujón de todos, unas manos me aprietan la cintura y la espalda, como en actitud de apoyo y de lamento compartido. Evidentemente, la caja de los lentes, que estaba en el bolsillo de la parka, quedó a merced de alguien que la llevó sin dificultad.
4.- Mis queridos niños, ¡a todo ritmo!:
Ruego por ti al Señor y a su Buena Madre María.
Hermano Germán Chaves, desde Orán, Argelia.
sábado, 10 de enero de 2009
Acerca de Marcelino – Por si no lo sabían, y lo que no nos enseñaron en el colegio.
John Baptiste Marcellin Champagnat nuestro fundador, nació el 20 de Mayo de 1789 en Rosey, cerca de Saint Etienne (Loire), Francia durante los turbulentos días de la Revolución Francesa, y siendo el noveno de un total de diez niños. Marcelino fué un hombre extraordinario con una pasión por Dios inigualable, y una compasión por la humanidad sin límites.
Marcelino fué uno de los hijos de Jean Baptiste Champagnat, un campesino que vivía en una pequeña villa en el sur de Francia, y su esposa, Marie Chirat. Al día siguiente de su nacimiento lo llevaron a la parroquia de Marlhes, a unos kilómetros de su casa, donde fué bautizado
Su padre lo envío al colegio, pero el profesor de Marcelino era un hombre de muy mal carácter quien golpeaba a los niños sin la menor excusa. Marcellin rehusó volver al colegio, y mas tarde usando este ejemplo, definió reglas estrictas para sus Hermanos con respecto a castigo.
Cuando cumplió 16, un cura llegó buscando niños para convertirlos en sacerdotes, y Marcelino decidió seguir este llamado. La educación de Marcelino no era buena, pero él estudió arduamente hasta que completó sus estudios, y finalmente alcanzó el estándar necesario para entrar al seminario. Marcelino vendió sus ovejas para comprar ropa y otras cosas que necesitaba para el seminario, y se fué de la casa. Él no lo sabia aún, pero su padre y su madre morirían antes de que Marcelino se convirtiera en sacerdote.
Champagnat fué ordenado sacerdote en 1816, y fué parte de un grupo dirigido por Jean Claude Colin quien fundó la Sociedad de María, una orden religiosa también llamada Padres y Hermanos Maristas. La primera asignación de Marcelino fué la de cura en la parroquia de Lavalla-en-Gier, una comunidad de alrededor de 2,500 habitantes, solo a 9 kilómetros de Saint-Etienne.
La región de Marlhes en la cual Marcelino vivió y trabajó, había sido terriblemente afectada por la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas, y como resultado de esto, la comunidad local era pobre y no tenía educación. En una ocasión, Marcelino se horrorizó cuando atendió en el lecho de muerte a un joven de 17 años que lucía mas como un niño desnutrido de 12 años, y que era totalmente ignorante de las creencias básicas de la fé Católica.
Este episodio le conmovió y le llevo a convencer a dos hombres jóvenes, Jean-Marie Granjon y Jean-Baptiste Audras para que se les unieran y así formar juntos el núcleo original de la Orden de los Hermanos Maristas. Marcelino y los Hermanos Maristas establecieron una red de colegios en las villas circundantes. La filosofía educacional de Marcelino era simple: para enseñarles a los niños, uno debe amarlos profundamente.
Marcelino murió a la edad de 51 años el 6 de Junio de 1840 en la Capilla de Nuestra Señora de los Ermitaños en
El valle de Río Gier, alrededor de 30 kilómetros de donde Marcelino comenzó su trabajo evangelizador y educacional. Para estas fechas, ya habían 48 colegios en Francia y Oceanía (Pacifico Sur), y en 1856 habían 300 casas y mas de 1500 Hermanos. El Instituto de los Hermanos Maristas no fué aprobado formalmente hasta 1863 por el Papa Pío IX.
Marcelino Champagnat fué beatificado por el Papa Pío XII el 29 de Mayo de 1955 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 18 de Abril de 1999. Su día de fiesta en la Iglesia Católica Romana se celebra el 6 de Junio. En su tiempo de más actividad, las Hermanos Maristas se contaban en un número alrededor de 10,000. En el año 2005 los Hermanos se contaban alrededor de 5,000.
miércoles, 7 de enero de 2009
Del Baul de los Recuerdos
martes, 30 de diciembre de 2008
Deseos de Año Nuevo de Rodrigo A. Guajardo.
Siempre en estas fechas me acuerdo de aquellos tiempos en que celebrábamos el Año Nuevo con la familia en la casa. En aquellos tiempos yo vivía en Valparaíso y no tenía más de cuatro años. El 31 de diciembre nos tomábamos una copa de champaña, y como porteño imberbe, siempre me tocaba un vaso de vaquelita con un jodío jugo de manzanas, pero me las arreglaba para saborear un poco de champaña del vaso de algún pajarón que lo había dejado descuidado. No me retaban mucho, y esto, solo porque también era el día de mi cumpleaños.
Después de la celebración en la casa, nos íbamos al paseo Atkinson a ver los fuegos artificiales de la bahía de Valparaíso, y yo miraba los despliegues multicolores en el cielo del puerto con ojos desorbitados y llenos de imaginación, interrumpido ocasionalmente por una vieja, un petardo, un cuete, o una estrellita alrededor de donde estábamos. A mi me gustaban mas las viejas… Ahora lo puedo comprobar…
Terminado el despliegue de luminosos colores, nos desbandábamos a visitar todas las fiestas que había en el barrio, y no llegábamos a casa sino hasta la madrugada. ¡Que tiempos aquellos! No me preocupaba la economía, los negocios, los estudios, ni siquiera lo que llevaba puesto. Vivía esos intensos momentos libre de preocupaciones, y dejaba volar mi imaginación con las promesas de ese “Próspero Ano Nuevo”.
Han pasado ya 55 años… y ya casi he olvidado la mayoría de esos 31 de diciembre que nos traían siempre la promesa de bonanza y fortuna. Antaño no teníamos nada. Ahora tenemos un montón más, y tenemos que reconocer que hay mucha fortuna en ello. Ahora tenemos nuestras propias familias, nuestros hijos, nuestros logros profesionales, nuestras porciones de alegría y llanto, y nos tenemos a nosotros mismos, crecidos, conscientes.
Es cierto que a veces las cosas no nos salen como queremos, y que también nos desalientan y hasta nos ponen un poco deprimidos. Pero a la postre, tenemos un montón mas de que con lo que empezamos, y tenemos que darle el valor merecido a nuestros logros, no importa cuáles sean.
Pero el día de hoy es muy diferente, ¡es el 31 de diciembre!, ¡el Año Nuevo!, ¡es mi cumpleaños! (que desde los 50, no le doy la bienvenida como solía hacerlo). Sí, hoy como todos los Años Nuevos pensaré un poquito en varias cosas, pensare mucho en las cosas buenas y ligeramente en las malas, pensaré en recuerdos y ansiedades. Pensaré por ejemplo en saber a mis amigos de la niñez tan lejos, pensaré porque hay momentos en que a veces desfallecemos. Pensaré en aquellas ocasiones en que envidié la alegría de los niños, pero también recordaré que fuí uno de ellos.
Me acordaré de la hermosura que los atardeceres no han perdido, redescubriré aquel lucero perdido entre el rebozo de las estrellas. Me delataré a mi mismo el inmenso amor de mi madre, y suspiraré por estar a veces tan lejos de todo, en especial de mi niñez.
Me amargaré un poco porque una mariposa agoniza en los marchitos pétalos de una rosa, pero me alegraré por la alegría de mis triunfos, y por la invencibilidad de mis sueños. Me acordaré de todos, de amigos y enemigos, y ya no me importará el que a veces dude y tropiece.
Me acordaré por los que a veces se acuerdan de mí. Pensaré en aquellas ausentes sonrisas. Pensaré en pobres y ricos, en débiles y poderosos. También me acordaré de un día abracé a mi abuelo, y en el que defendí a mi hermano.
Cuando el último día del año esté por expirar, pensaré un poquito en mí, luego, pensaré unos momentos en este nuevo año que nos trae una renovada promesa. Y volveré a ser niño, aunque sea por unos efímeros instantes, y miraré la vida con ojos un poco diferentes, con mas ilusión, con mas esperanza, con mas convicción, con mas sinceridad, con mas inocencia, con mas determinación, y con mas deseos de que a cada uno de ustedes la vida les traiga bonanza, felicidad, y el amor que todos necesitamos alguna vez.
Maristas de la Gloriosa y Heroica Promoción del ‘72, les deseo un buen Año Nuevo, salud, felicidad, y que vuestro espíritu se hinche de orgullo y esperanza, que los pelos que les queden; les duren, que los dientes que les queden; se queden donde están, que la memoria no se les olvide, que nunca veamos un bastón como regalo en nuestro cumpleaños, que nunca necesitemos pañales desechables, que ojalá inventen mejores anteojos, que las cejas no nos crezcan tan salvajemente, que no nos salgan muchos pelos en la nariz ni en las orejas, y que no nos pongamos tan viejos, tan rápido, para así poder ver a nuestros compañeros de la Vieja Guardia aunque sea solo una vez mas.
El Loco.