miércoles, 1 de abril de 2015

Placebo

A veces escribo con tinta indeleble, y a veces escribo con un corrosivo y cáustico ácido destilado del agria bilis de la derrota humana.  He manuscrito este luengo y espacioso despacho con una escasa y tasada onza del concentrado ácido de mi existencia.

Esta es una tertulia monóloga peripatética(1) específicamente redactada en simples, desnudos y más que todo; en honestos términos personales acerca del conocido "efecto placebo", ilación que tiene una semblanza alarmante y socialmente pringosa con algunas de las mayores incongruencias de la vida, y que pone a descubierto y de manifiesto muchas de las falacias arraigadas en la forma en que el ser humano piensa y actúa.  Este escrito no es apto para nimios adultos de entendimientos microscópicos.  Para entender, deducir y razonar esto, es necesario tener un dominio más o menos evolucionado de control cultural, registro didáctico, y de la autoridad formativa que estos conceptos requieren para ser discernidos.

(1) La escuela peripatética fué una escuela de filosofía en la antigua Grecia (335 A.C).  La escuela originalmente deriva su nombre Peripatos de las llamadas Peripatoi (περίπατοι "columnas") del Liceo en Atenas, donde se reunían consuetudinariamente los miembros de este grupo Aristoteliano a discutir principios mientras se paseaban. Peripatetikos se deriva de una palabra griega bastante similar (περιπατητικός) la que se refiere al acto de caminar; y como adjetivo, "peripatética" se utiliza a menudo para significar lo itinerante, lo vagabundo, el serpenteo, o la caminata alrededor. 

Y algo más.  El contenido de este escrito es un sincero fruto y de mi mente, frutos que no son monocárpicos ni especulativos; y tampoco son la reacción cesaropapista emocional de una glándula criptoanalítica superactiva, aunque se prestarán para que aquellos sabuesos pseudo-intelectuales, malnacidos, pérfidos y desleales ataquen mi derecho de expresión, y escudriñen mis capacidades geístas las que inevitablemente; siempre estarán por sobre los límites noesistas, cualquiera que éstos sean, y que éstos módicos martextistas solo pueden soñar con alcanzar con sus obtusas y pequeñas mentes.

¡Advertencia! – Warning! –  ¡Attenzione! - ¡Varování! - ¡Warnung! - ¡Mise en garde!
Antes de comenzar debo decir de que hay algo que aprendí, adopté y asimilé en los hadalpelágicos dobleces de mi conciencia, de esta cultura en la que vivo y que me enseñó a expandir mis horizontes sociales, civiles, mentales y culturales; oportunidad y ocasión que no tuve en mi antigua cultura porque me fué denegada por los Nibelungos reinantes de aquella época.  Éste es un derecho fundamental señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948; principio que se llama "Libertad de Expresión".  No es que yo no conociese o estuviese consciente de este principio con anterioridad, lo que ocurría en aquel entonces y que sigue ocurriendo hoy, es que en la mayoría de los países en que he vivido y trabajado, y a pesar de que este derecho humano fundamental está enunciado, declarado y señalado en  todas las constituciones de los sistemas democráticos; en la mayoría de los casos no se practica o se puede practicar, ni se defiende con la honestidad con que se debería.  El cinismo conoidal de los gobiernos despóticos está siempre dispuesto a atropellar barbáricamente este Derecho Humano con abundante impunidad y cobardía, en contra de los honestos ciudadanos que no se pueden defender. 

No solo la "Libertad de Expresión" es atropellada impunemente por los especulativamente entrampados y entorpecidos grupos de los especímenes, aquellas ególatras pandillas que gobiernan nuestros apoltronados pueblos –producto del exorcismo de las "elecciones"-; pero también ésta arbitrariedad es consumada pecaminosamente y en forma habitual por muchísimos ciudadanos poseedores de escasa materia gris, residuales coprolitas morales de civilizaciones muertas los que siguen representando a vivientes despojos de ignorantes civilizaciones.  Ellos viven mezclados entre nosotros.

Esto lo sé muy bien porque lo viví en carne propia, y sufrí sus desalmadas e injustas consecuencias; pero como yo no le tengo miedo a nada ni a nadie en el Universo, persisto en emancipar mi afilada y licenciosa pluma la que sé está embetunada de un estilo grueso y basto, turgente y rígido; el cual provocará entre los menos vigilantes del juicio humano una galopante disentería mental, y tal vez, un vertiginoso delirio moral al estilo Capgras.

El derecho a la libertad de expresión es definido como un medio para la libre difusión de las ideas, opiniones, e ilustraciones, y así fué concebido durante una época histórica que le dió nacimiento a un movimiento cultural e intelectual en Europa desarrollado principalmente en Francia e Inglaterra, el que se desenvolvió desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, y que es llamado: "Período de la  Ilustración".

Esta corriente intelectual (la Ilustración) fué uno de los pilares más importantes de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, el que está expresado en la "Primera Enmienda" de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, y que también fué un pilar decisivo en la Revolución francesa.  Éste es un principio primordial, cardinal e imprescindible para el descubrimiento de la verdad porque la existencia de opiniones disidentes permite poner a prueba, y a mantener viva y fundamentada la opinión verdadera, evitando así que una opinión indiscutida o impuesta se convierta en dogma o prejuicio infundado.  Muchos países aunque no adoptaron este Principio, lo "copiaron" para tenerlos en sus libros, pero no lo practican, e incontables; ni siquiera lo entienden, y execrablemente muchos otros no tienen la más mínima intención de hacerlo.  Esto lo sé muy bien porque lo viví en carne propia, y sufrí sus desalmadas e injustas consecuencias; pero como yo no le tengo miedo a nada ni a nadie en el Universo, persisto en emancipar mi afilada y licenciosa pluma.

Quería esclarecer este detallito antes de que usted siguiese leyendo porque quiero que se acuerde y reconozca de que usted tiene el derecho de no leer, y que yo tengo el derecho de expresarme sin su permiso o aprobación, y de que mis ideas no tienen que estar de acuerdo con las suyas; y de que usted y yo, los dos tenemos el derecho de ponernos de acuerdo a estar en desacuerdo.  Así que si usted sospecha de que posee algún vestigio de deshonestidad intelectual o barbarismo contemplativo, por pequeñísimo que éste pueda ser; hágase un favor y deje la tara de un solecismo social y cultural de lado, al menos temporalmente hasta que termine de leer este papiro electrónico.  Si esto no le apetece, por favor hágase usted mismo un gran favor y deje de leer ahora mismo.

Solo intelectos calificados y auto-facultados desde este punto en adelante, de otra forma; ¡NO LEA ESTO!

Aristóteles

Comencemos entonces a analizar el "placebo" a través del apropiado cristal del mono-peripatetismo Aristoteliano.  ¿Y qué diablos es el placebo?  El placebo (del Latín: placēbō "debería agradar") es un artificio de simulacro digno del contenido del libro de Sun Tzu, "El Arte de la Guerra"; en otras palabras, es un "tratamiento" completamente ineficaz, engañoso, médicamente contrario y planteado con intencionada negligencia que es usado para curar o aliviar una enfermedad u otra legítima condición médica que un individuo pueda sufrir, y con el cual se pretende engañar conscientemente al paciente receptor.  Es un "tratamiento" más falso que Judas Iscariote*.  Lo sorprendente, insólito e inesperado de este falso "tratamiento" es que muchas veces los pacientes receptores de este procedimiento de placebo, exhibirán y ostentarán una mejoría real o percibida de la condición médica que se les está tratando.  A este fenómeno comúnmente se le llama el "efecto placebo".  ¿Qué cosas, no?

*Nota:  Hay que darle crédito a Judas Iscariote porque a pesar de la pifiada y mala calidad humana que poseía, no era abogado, político o sacerdote.  La palabra "sacerdote" es una etimología que se deriva del Latín: "sacerdos", palabra que curiosamente en la lengua Castellana está formada por los parcelas filológicas: "sa" y "cerdos"...  "Sa" curiosamente en Latín también significa: Judas.  Aquello de cerdos con sotana; pues ya todos sabemos de esto.

En efecto, el placebo es una droga o tratamiento completamente inefectivo que de alguna manera hace que el paciente se sienta mejor, o incluso se mejore.  El placebo es sin duda un fenómeno fascinante en intrigador, y quizá la más portentosa anomalía en la medicina de hoy.  El efecto placebo señala y pone en evidencia la importancia y la trascendencia de la percepción y el rol del cerebro en la salud física.  Por ejemplo, el alivio en la enfermedad de Parkinson por medio de la administración de placebo está asociada con la secreción de dopamina en el cerebro.  La dopamina (DA) es un simple químico orgánico de la familia  Catecolamina (CA), un neurotransmisor monoamínico que realiza una serie de importantes funciones fisiológicas.  Pero yo apuesto a que usted ya sabía eso.

Por razones desconocidas y misteriosas, un paciente responde en forma pasmosamente   positiva a un agente neutro e inactivo.  Nuestra medicina moderna usa este artilugio hoy en pruebas como las sindicadas "pruebas dobles ciegas", donde ni el paciente ni el doctor saben si se le está suministrando al paciente durante el tratamiento de su condición, un agente activo o un placebo.  Esta clase de exámenes de prueba se usan para determinar si el efecto de una droga (el agente activo) es superior al efecto del placebo, en otras palabras, para evaluar si la droga ¡es mejor que nada!  De aquí se desprende el dicho: "Peor es nada".  Esta frase aplicada con el acento filo-fonético en la forma de la criminolalia del Coa lingüístico chileno, se pronunciaría: "¡Pior es ná, p'u gil!"

Aquí viene la parte circumbirúndica(2) del asunto del placebo.  Durante la administración de innumerables pruebas y exámenes médicos en una variedad de condiciones galenas, la respuesta fisiológica positiva del paciente a este agente neutro se registra entre el 25% y el 75% de los casos.  Como usted puede ver, ¡esto es absolutamente circumbirúndico! 

(2) Este término diccional o vocablo de facundia es de particular territorialidad, y es usado principalmente en Chile por algunas clases sociales connaturalmente desheredadas de una germanía ilustrada y apta, y es una aleatoria fusión de los inuendos del significado de las palabras asombroso, secreto, misterioso, inexplicable y prodigioso.  Así que cuando usted quiera expresar su admiración por algo, o por algún asunto que confina el significado conceptual de estas varias palabras de la lengua Castellana; simplemente use este práctico vocablo chileno y refiérase al asunto en cuestión como: "circumbirúndico".

Estos datos, estadísticas y resultados médicos representan un 30% de los casos reportados usados en estas "pruebas dobles ciegas", y esta cifra depende de varios factores.  Entre las principales razones para reportar este bajo alguarismo, es que a los doctores les gusta muy poco el aceptar que un poco de azúcar en el tratamiento de sus pacientes tiene más efectividad que sus 6 años de intensos estudios en conjunto con una farmoteca atiborrada de drogas y remedios politécnicamente facultativos.  Pero lo que especialmente les gusta menos, es que a ciertos facultativos les desagrada profundamente que les digan que a veces su capacidad galena está a la altura de una tacita de té (con o sin azúcar).  ¿Qué cosas, no?

En términos generales, mientras más complicado y dramático sea el tratamiento, la respuesta positiva del placebo es más alta.  Este placebo se administra en la forma de pastillas o cápsulas que se "sumam eam oretenus" (toman en forma oral) y constan de varios tamaños, colores, y contenido.

Por cualquiera que sea el peso legítimo que estos estudios puedan sostener, se ha comprobado que las pastillas rojas, amarillas y cafés dan mejores resultados; y las pastillas verdes, y azules producen efectos menos dramáticos.  También se ha comprobado que mientras estas pastillas o cápsulas sean más pequeñas, aparentemente trabajan mejor, y todos estos comprimidos se consumen bajo el principio: "multum in parvo"; que literalmente significa: "mucho en poco".  En el contexto del placebo, mientras más pequeña sea la pildorita, más grande es el efecto percibido.  Iba a decir: "¿Qué cosas, no?, pero me arrepentí.

Se dice que otro aspecto que se considera una ventaja para que estas píldoras obtengan más efecto en los pacientes, es su nomenclatura Latina.  Por ejemplo, a una mezcolanza de alcohol, alcaravea, cochinilla, glicerina y pimienta cayena se le llama Tinctura Cardamoni Compositae.  La Tinctura Cinchonae Compositae sería un baturrillo de quinina, cáscara de naranja, cochinea y alcohol.  Ambas mixturas trabajan maravillosamente bien y se usan principalmente como tónicos.  Yo me fabriqué mi propio placebo con raíz de Genciana,  cáscara de Níspero, extracto de Yuzu, oleorresina de Luma Apiculata, y Raspado de la Uña de la Gran Bestia; y lo denominé: "Absque Lutum in Cerebris Compositae" (Cerebro sin boñiga).  Se usa principalmente para curar la inercia mental, la falacia intelectual y el irracional e inadmisible staphylococcus del creacionismo.  Desafortunadamente no tengo especímenes para la venta en este momento (ni muestras gratis).

Aquí es donde viene el dolor intelectual.  Usted todavía está a tiempo de cerrar el libro antes de sufrir un corto-circuito intelectual, para el que no tengo ningún Compositae.

Placebo Histórico (Historicis Placebo)

El placebo histórico se compone principalmente de la literatura escrita que todos leemos, pero que muy pocos cuestionamos.  Aparentemente las personas olvidan que todos los escritos han sido ejecutados por un ser humano dando su versión personal de la historia como él o ella la vé o la ha visto.  Algunos de estos autores fueron pagados para escribir una versión específica, otros tergiversaron la historia para su ventaja y provecho, muchos narraron los hechos espacio-temporales imparcialmente, y otros simplemente escribieron los hechos en forma errada.  Cristóbal Colom el Mallorquín creyó haber descubierto equivocadamente Las Indias, pero el cartógrafo Américo Vespucio llamó al nuevo continente que esquematizó en sus mapas: "Tierras de Américo".  Nadie chilló, y el nuevo continente quizá en vez de haber podido llamarse "Colombia" o "Colomina" (en honor a una villa de la provincia de Tarragona, en España); ahora se llama América...  (profundo suspiro sin trapicarme).

Tal es el caso de la historia de la historia.  En el pasado, toda la información conocida era compartida y transmitida de boca a oído a través de palabras y lenguajes que no llevaban  necesariamente la exactitud de los hechos, sino la percepción de los hechos de aquel que los contaba, y así era transferida de generación en generación.  Los errores de percepción y finalmente de hecho en la transferencia de estos acontecimientos, son incontables, y en muchas de estas gestas históricas y sociales, la verdad está  irrecuperablemente perdida.

Cuando Joseph Justus Scaliger (nacido en Agen el 5 de Agosto de 1540, y fenecido el 21 de Enero de 1609 en Leiden, Francia)  enunció y comenzó la ciencia moderna de la cronología para ordenar la historia, estableció estas bases con su libro "De Emendatione Temporum".  Scaliger no tenía en mente la "verdad de la historia", sino que su periodización.

La historia escrita es el período en la historia del mundo que ha sido anotada usando un lenguaje.  Esto comenzó alrededor de 4.000 antes de la Era Común con la invención de la escritura, y se propagó grandemente con la invención de la imprenta -alrededor de 1439- del alemán  Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg; conocido como "Guti" para los amigos y la familia.

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el placebo?  Pues bien, el efecto placebo de la historia es cuando no aprendemos nada de ella.  Nos complacemos con leerla y memorizarla, sin aplicarle lógica o sentido común.  El aprender historia nos hace sentir bien, más educados, mas "civilizados", y hasta quizá en algunos casos, un poco más "superior" a otros por nuestro comando conocedor (Præcipe Intelligo) de la historia.  Todo esto lo aprendemos de libros que alguien más escribió, y nunca cuestionamos la capacidad del autor ni la veracidad de la información escrita.  Pero nos sentimos bien de conocer la "historia"...

El efecto placebo de la historia viene de lo que no conocemos o sabemos de ella, de lo que nunca cuestionamos, y vivimos una vida en simple conocimiento (simplici cognitione) hasta que alguien se decide a escarbar, averiguar y a cuestionar, y entonces la historia cambia irremediablemente.  ¿Un ejemplo?: Plutón.

¿No es verdad de que aprendimos que Plutón era un planeta?  Plutón es ese pedrusco que vive solo dándose vueltas allá en la periferia de nuestro sistema solar.  Y se nos enseñó por generaciones de que era un "planeta" desde su descubrimiento por Clyde W. Tombaugh el 18 de Febrero de 1930, y al que se le denominó: 134340 Pluto.  El número que acompaña al nombre Pluto corresponde a una secuencia ordenada interestelar de control, y no es porque a Clyde le gustaba jugar al Bingo.

Desde su descubrimiento y hasta el año 2006, Plutón fué clasificado como un planeta.  Nadie cuestionó nada...  En la década de 1970, tras el descubrimiento de un cuerpo de masa planetaria menor (2060 Chirón) en el exterior del sistema Solar y reconociendo que Plutón tenía una masa relativa menor que Chirón, su estatus como un gran planeta comenzó a ser cuestionado en la palestra científica.  A finales del siglo XX y a principios del siglo XXI, muchos objetos astrales análogos y conformes a Plutón fueron descubiertos en nuestro sistema Solar exterior, en particular un objeto discóbolo disperso llamado Eris descubierto en el año 2005.  Eris tiene una masa astral de un 27% más que Plutón.  Entonces ante la acumulada evidencia, el día 24 de Agosto del año 2006, la Unión Astronómica Internacional (UAI) re-definió las calificaciones y lo que abarca para calificar como "planeta". 

Y así y sin más ceremonia se jodió Plutón.  Tomó solo una mente inquisitiva que no se imbuyera del placebo histórico para comenzar un cambio radical en la historia.  ¿Es usted un adicto al placebo histórico?  ¿Dónde quedó esa frase peripatética y circumbirúndica tan de moda y que escuché tantas veces durante los 70's repetida mecánicamente por todos aquellos que llevaban pelo largo, pantalones "Pata de Elefante"* y cinturones anchos: "Cuestiónalo todo"?  Parece que esta presumida frasecita no pasó de ser más que una socavada reverberación de mentes rimbombantes completamente vacías de intención.  Desafortunadamente para mis lectores, yo practico esa reflexiva y prudente frase.  Todos los días.

*Nota: También había pantalones "piel de durazno", pero yo no los usaba por miedo a que el cuesco se me metiera en el Foraminis.

Según las malas lenguas que dicen que después de toda esta bulla científica, en el 2014, a Plutón se le devolvió su suspendido estatus de "planeta".  ¿Qué cosas, no?

Placebo Religioso (Religionem Placebo)

"Los hombres de poco acumen (perspicacia) están siempre equivocados.  Por cierto, el asunto de predecir el futuro es un pueril sueño infantil de pura magia". 
– El Otro Dios--.  Nó, nó ése, sino que aquel otro.

Quizá usted no esté completamente preparado emocional y psíquicamente para leer este manifiesto de gran realismo y crudeza.  Quizá usted no ha terminado de desarrollar completamente sus disciplinas perceptoras normales, anormales, biológicas, cognitivas, comparativas, culturales, diferenciales, de desarrollo, evolucionarias, experimentales, matemáticas, de personalidad, positivas, negativas, cuantitativas y sociales entre otras.  Quizá algunas de estas aéreas todavía están en su frágil fase de desarrollo, o quizá ya se desarrollaron; pero lo hicieron mal o en forma incompleta o fragmentaria.  O quizá nó.  Quizá usted sí tiene el equilibrio, la sensatez, y la cordura necesarias para leer, comprender, analizar, y ser capaz de absorber conceptos en forma imparcial antes de vomitarlos en una reacción emocional histérica, cosa que en general; es un asunto convulsivo propio de mujeres enajenadas, viejas, apasionadas y delirantes.

Sin duda hay personas con una gran capacidad de abjurar acefálicamente por detrás del sentido común y por debajo del entendimiento sin arbitrio, producto de una amplexación mental del vasto y anchuroso mar de sargazos mentales.

Afírmese los pantalones o cierre el libro.  Es de hombres el equivocarse; de idiotas el insistir en el error.

Nota: El placebo religioso es más malo y dañino que clery(3) de zapallo.

(3) El Clery es una bebida alcohólica chilena hecha con vino blanco y con trozos de duraznos en conserva, el que se la sirve a los invitados en los velorios. El Clery, según varios catedráticos e historiadores de los confines culinarios chilenos, sería originario de la internacional ciudad de Talca, pero sin importar de dónde sea que haya salido el Clery; siempre termina en un -normalmente- triste velatorio. Mi abuelita Teresa tenía su propia receta de Clery, y se llamaba "Clery Doña Teresa", al que lo preparaba con abundante aguardiente, una generosa porción de coñac, y algunas dulces chirimoyas molidas. Este Clery hay que tomárselo bien sentado porque después de tres vasos, a uno se le doblan las piernas y se empieza a parecer demasiado al muerto.

El placebo religioso es la forma más conveniente y económica para evadir la realidad irresponsablemente y con el siempre dispuesto exorcismo condescendiente de los otros irresponsables que le rodean.  Éste es el lavado de cerebro más efectivo porque se lo propina usted mismo.  La más afamada píldora de placebo religioso se llama "biblia".  Es un compendio de origen y autores en su mayoría desconocidos y rescindidos del lenguaje y del intelecto necesarios para escribir.  El hecho de que una porción de este anticuado librito portador esté rubricada con un nombre refiriéndose a su articulista, no significa que conozcamos o sepamos de dicho autor, o que dicho autor esté calificado para escribir sobre estas materias; incluído yo.  Esto queda demostrado rápida y simplemente al leer las inverosimilidades escritas sueltamente y sin ninguna lógica en este popular panfletillo, expresiones propias del oscurantismo intelectual y de la fantasía alucinante presente en casi cualquier época. 

Además, este librillo fué escrito en una jerigonza de lenguas muertas a las que algunos pseudo escolásticos "revivieron" por medio de "traducciones" inorgánicas y denegadas de autoridad; y en este proceso clandestino y arbitrario, las adaptaron a la medida y en la dirección de sus egos e intereses personales.  De hecho hay más de 2.500 diferentes versiones conocidas de la famosa "biblia".  En efecto, la "biblia" no es más que un retórico astroteológico híbrido literario surtido sin valor intelectual alguno.

Pero no se puede negar el hecho de que quien lee (dije lee; no dije analiza) sus absurdos contenidos, los que son una colección de cuentos de hadas y situaciones incoherentes las que incluyen historietas increíbles como el pelo de Sansón y la evasión cognitiva a la falta de ombligos de Adán y Eva; obtienen o parecen obtener un alivio y un gozo interior, por supuesto en una medida estrictamente correlativa a los intelectos de cada descifrador.  En la jerigonza Chilena a esto se le denomina: "Caldo de cabeza".

Estos variados seres se congregan en un club al que denominan "iglesia", una palabra raptada del término Ekklēsia, la palabra griega que era el nombre de la Asamblea Principal de Atenas en la Edad de Oro.  La subscripción a este ateneo se deposita en un canastito que pasan alrededor liberalmente por lo menos una vez alrededor de los asistentes durante la ejecución de su rito.  En esta cofradía,  donde sus aeolistas dirigentes y maestros de ceremonia se disfrazan de una versión multicolor y más carnavalesca que la del Ku Klux Klan, se celebran un surtido de motivos y excusas, se tratan de explicar las necedades escritas, y se les promete a los asistentes "salvación eterna".  Se practica en esta función protocolar formulista un arcaico rito donde aparentemente se promueven las bebidas alcohólicas y el endocanibalismo en un siniestro intento de pretender que el vino es sangre mortal, y la carne humana; pan.

Todos cantan (y a veces gritan) una y otra vez los mismos cánticos que han sido solfeados incesablemente desde tiempos inmemoriales, beben vino de una copa en la que comparten generosa y descuidadamente toda clase de microbios, y se tragan en silencio un pedazo de pan ácimo que asevera la transubstanciación de éste (otra enajenación insana), y la que reparte un pantomimo vestido de payaso con un vocabulario a la altura del léxico del Correcaminos.  ¡Ridículo pero muy efectivo!  Los feligreses entonces al terminar este rito (la palabra rito casualmente significa "espíritus"), regresan a sus casas y lugares de trabajo aparentemente más contentos, con sonrisas en la cara, y creyéndose mejores de lo que eran antes de haber entrado a ese templo, lo que hicieron con la misma parsimonia con que las vacas entran al matadero.

Los efectos de este placebo religioso supuestamente duran alrededor de una semana porque a los adictos se les requiere regresar al templo cada siete días bajo pena de "pecado mortal" (¡Qué susto!, ¿no?), y donde la iglesia convenientemente recolecta otra vez su diezmo y mientras los morlacos caen en el canasto, un loco por allá parapetado detrás de un crujiente confesionario les grita a pulmón pelado y con los ojos desorbitados a los feligreses: "¡Ora pro nobis!, ¡Ora pro nobis!  El diezmo, ese arbitrario arancel impositivo eclesiástico, que aunque voluntario, es impuesto en los tontos usando las mismas diestras propiedades asociativa, cumulativa y distributiva de las matemáticas y que por supuesto; no paga impuestos.  Este placebo infla exitosamente el ego existencialista, pero no arregla el cerebro ni la disentería mental.

Y hay más.  El placebo religioso es para los pobres idiotas que confunden los necios misterios de antaño con la historia moderna, y aceptan literalmente como real todo aquello que sólo tiene un sentido místico, fatuo, presuntuoso y sin lógica discernible.  Toda la "historia sagrada" ha sido coercionada, editada y distorsionada por una iglesia que la negoció y se la embutió a las masas ignorantes de forma que la iglesia pudiese tener la exención de ejercer la sodomía retórica en todos los índices históricos y los escritos de cualquier idiosincrasia.  Su bestial ignorancia y brutal intolerancia hacia todas las otras "religiones" puso a la iglesia católica desde entonces, a la cabeza del barbarismo intelectual, de la contravención de la lógica,  y enunció y formuló de manifiesto su indisimulable castración mental.  ¿Algunos ejemplos?

Tengo innumerables ejemplos absurdos (demasiados tal vez) pero poco tiempo para tonterías; así que daré unas pocas referencias surtidas para su propio escrutinio y circunspección.  Empecemos con una incoherencia del libro Génesis.

En Génesis 1,27 dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó".  Después en el mismo libro, en Génesis 2,18-22 dice: "No es bueno que el hombre esté solo (bla, bla, bla…).  Entonces Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas (bla, bla, bla…).  Y de la costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer".

Bueno, ¿en qué quedamos?  El librito éste nos dice primero que dios creó la primer pareja de humanos al mismo tiempo; después parece olvidarse de lo que dice primero, y agrega más tarde que la mujer fué hecha después del hombre... y como un simple derivado de éste, y mientras éste dormía.  ¿Será por esto que algunas mujeres hacen cosas a espaldas del hombre?  Curioso, ¿no?

Por supuesto que no hay ninguna lógica ni consistencia entre las versiones de la creación, por eso es que a estos cuentos bíblicos se les llama "creacionismo".  Aparte de esto, se menciona de que el hombre fué hecho "a imagen y semejanza de dios".  Entonces, qué conclusiones podemos sacar de otro pasaje de este librillo que dice: "El instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud" (Génesis 8,21).  Si esto tiene algo de verdad, si el hombre es malo; entonces dios también es un delincuente habitual ya que uno es creado a imagen y semejanza del otro, por ende, ¡la maldad del hombre proviene del mismo dios que el hombre inventó!


Ahora un absurdo del "Diluvio Universal".  Este chisme no es ni siquiera original, sino un mugrón retrasado de un ciclo de mitos acerca de un diluvio, conocidos y narrados en todas las religiones -que por cierto no son "aparecidas de última hora" como lo es el "cristianismo"-, leyenda que también está presente en la historia de varias civilizaciones.  Miles de años antes de que se haya chafallado la biblia al estilo Frankenstein, este epigrama del gran diluvio universal ya estaba reclamado como lo es en el Ziusudra sumerio donde también construyeron un "arca"; también está expresado en Acadia con su héroe diluviano Athrakasis que se llevó la fama mucho antes de Noé.  En Babilonia fué el Uta-Napisthim; en Grecia fué el Deucalión; Armenia puso de moda su héroe diluviano Xisuthros; y así sigue el cuento y la lista de "diluvios".  No me crea a mí, estudie un poco de historia real y compruebe lo que cito en la biblia de su elección, ya que tiene miles de diferentes versiones de éstas a su disposición.


En Génesis 6,13-21 dice claramente: "Dios dijo a Noé: He decidido acabar con toda la raza humana porque la tierra está llena de violencia.  Construye un arca de madera de ciprés de 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto; y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán (bla, bla, bla…).  Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos".  Para comenzar, aparentemente este dios no tenía la más peregrina idea de ingeniería, proporciones, ni de sentido común para pedirle esta mayúscula barbaridad al pobre Noé que ya estaba más viejo que la injusticia social y a su avanzada edad; más débil que el himen.

Debe de saber usted que en ese entonces el "codo" como unidad de medida equivalía a unos meros 45 centímetros; entonces las lógicas dimensiones del arca deberían haber sido unos 135 metros de longitud, por unos 22,5 metros de ancho, y con una altura de unos 13,5 metros.  ¿Cuál es el absurdo? (¡como si esta pregunta tuviese que hacerse!).  Con una nave de estas dimensiones, ¿cómo demonios se las arregló Noé para meter en este exiguo espacio más de 2 millones de especies vivas, incluyendo el alimento y otros pertrechos para este viajecito sin destino? ¿Cómo no se hundió el arca con el peso, o inmediatamente después de la primera comida y después de que todos los animales fueron al baño?  Podemos aseverar con mucha confianza de que Noé no tenía la más emigrada idea del concepto de biodiversidad; por supuesto a no ser que Noé y los suyos hayan estado todas sus vidas viviendo sin salir de una cueva o de una islita tan reducida como el intelecto sacerdotal.

Nota: Solamente pare mantenerle informado, el Jardín del Edén que era perfecto, se asume que no fué destruído durante la inundación de Noé, sino que fué "transportado a un lugar muy lejano" e inaccesible, donde útil y convenientemente nunca jamás se podrá encontrar.  De aquí se desprende justa la expresión: "Se fué para el Carajo".  A estas alturas, usted ya se había olvidado del Jardín del Edén, ¿ha?  ¿Qué cosas, no?

La última incoherencia de esta tarde; cortesía del libro Éxodo.  Esto es para la risa: en el librito llamado Éxodo en 7,8-12 dice: "Y arrojó Aarón su vara delante del Faraón y sus ciervos, y la vara se transformó en culebra.  Entonces el Faraón le ordenó a sus sabios y hechiceros hacer lo mismo, y ellos hicieron lo mismo.  Cada uno arrojó su vara al piso, las cuales inmediatamente se convirtieron en culebras; pero entonces la vara de Aarón devoró las varas de los sabios y los hechiceros egipcios".  Está de manifiesto aquí de que el poder de los dioses mitológicos de Egipto podían realizar los mismos trucos con la misma habilidad y calidad que el dios hebreo; lo que a éste le quita la fama de "único y verdadero", y demuestra claramente de que los sabios y los hechiceros egipcios cometieron el error de no saber qué tipo y tamaño de culebras deberían haber escogido para transformar sus varas.  Si estos magos hubiesen sabido más de herpetología (la ciencia de los reptiles); Aarón se habría jodido irremediablemente.

Este tipo de placebo es magistralmente manipulado para el provecho directo de los esbirros que lo suministran.  Esto lo hacen para distraer de la realidad a los menos pensantes y para ocultar verdades que no son convenientes; como por ejemplo, de que el Papa Benedicto XVI cuyo verdadero nombre es Joseph Aloisius Ratzinger, fué un Nazi.  Podrán ocultar el nombre de estos susodichos, pero no la realidad.  Ratzinger nació en  Bavaria Freistaat Bayern, Alemania, e integró las Juventudes Hitlerianas Nazis en 1941.  En 1943 este "Papa" se integró a las fuerzas antiaéreas de la Luftwaffenhelfer, y posteriormente recibió su entrenamiento militar en la Infantería Militar Alemana de la Bundeswehr.  ¿Su iglesia nunca le dijo esto?  Se les debe haber olvidado...  Qué curioso, ¿no?

No me crea nada a mí porque yo no sé nada; yo soy un tremendo ignorante, pero el problema para usted es que yo lo cuestiono todo -quizá esto haya sido el mejor legado que me dejaron los "Hippies".  Lea usted mismo el librito éste al que genéricamente llaman biblia y hágase algunas preguntas lógicas, cuestione los escritos armado con una dosis de sentido común, ¡y despierte!  El gran problema del placebo religioso es que nadie lo cuestiona.  No sé si es por el infundado terror a los curas, o por la consustancial ignorancia propia, o por la ingénita complacencia personal (o flojera intelectual) producto de un encarnado placebo personal (Seipsum Persuation Placebo), y no de una Paramnesia Reduplicativa.  En cualquier caso, no se exponga a ser una víctima áulica predeterminada de una necesaria e inevitable Eugenesia dogmática para limpiar su nigromancia cabalista.

Otro detalle que pone al descubierto la increíble falsedad del sistema religioso cristiano, son las fechas en que sus orígenes se acomodan tan convenientemente.  Hablan de AC y DC, como si la historia del planeta revolviese alrededor de una fantasía alucinante embaucadora, la que es percibida como ofensa por las otras insípidas religiones, y por los otros realistas y objetivos seres humanos (o no creyentes).  Por eso es que los escolásticos se refieren a la cronología del Hombre como la Era Común. 

Como dato fisgón para usted, se encontró una momia de alrededor de 1,300 años de antigüedad proveniente de Nubia(3), con un estampado de tinta "cristiana" en uno de sus muslos, en el lado interior cerca de la ingle y de la pudendorum genitalia.  Esto me hace acordar de la Juana.

(3) El nombre de "Nubia", que es ampliamente utilizado para designar a los habitantes de la region de Kush, es sinónimo del término "Nobae" o "Noba".  Estos últimos eran habitantes Nilo-saharianos que dominaron Kush, nombre con que designaban a Nubia; a comienzos del siglo -III de la Era Común. "Nubia" era una fuente de oro para los antiguos egipcios, por eso algunos historiadores especulan que el término puede tener su origen en la palabra egipcia "Nub", que significa "oro".

Nuevas imágenes dadas a conocer por el Museo Británico muestran la antigua tinta, que data de hace 1.300 años, retratando un tatuaje "cristiano" ubicado en lo alto de la parte interna del muslo de una mujer sudanesa momificada.  El cadáver bien conservado fué descubierto durante una excavación arqueológica en el norte de Sudán a lo largo de las orillas del río Nilo.  La escaneadora TC (Tomografía Computarizada) le permitió a los investigadores observar debajo de la piel de la mujer y mirar sus huesos, mientras que las imágenes infrarrojas mostraron con claridad un distintivo tatuaje en el muslo.

Los investigadores del Museo Británico desentrañaron y definieron el tatuaje como un monograma del arcángel Miguel, basándose en las antiguas letras ortográficas Griegas que escriben Miguel" "MIXAHA".  Otros arqueólogos han encontrado este símbolo estampado en los mosaicos de iglesias y otros artefactos previamente, pero nunca antes en carne humana.  La momia se exhibió en el Museo Británico de Londres en Mayo del 2014 como parte de una exposición llamada: "Vidas Antiguas: Nuevos descubrimientos".

Este descubrimiento prueba una vez más de que casi todas las religiones contemporáneas –incluyendo el llamado "cristianismo"-, se originaron en la antigua Grecia miles de años antes de la utópica invención del sindicalizado Cristianismo y las otras enrarecidas  religiones las que en conjunto cuentan más de 4,200 , las que son todas parte de un elaborado y dolo plan de Religionem Placebo.  Mientras la Ciencia más avanza, más religiones, teologías y credos fútiles perecen simplemente porque las plagias subalternas nunca han sido sanas.

Usted se preguntará: ¿por qué yo siempre critico a la liturgia Cristiana?  La respuesta es muy simple.  Si criticara al Islam o al Qurán, al Hinduísmo o al Budismo, al Shinto o al Judaísmo, al Siquismo o al Cheondoismo, o incluso al Hoahaoismo o al Tenriismo -estas últimas siendo un pequeñísimo grupo- para empezar; probablemente usted no entendería nada porque tengo la ligera sospecha de que probablemente usted sabe poco o nada de estas religiones; por lo tanto no podría comparar el criticismo ni los hechos, los dogmas o los elementos supletorios o circunstanciales, y por lo tanto no podría dilucidar mis críticas, ni menos analizarlas, deliberarlas o rebatirlas.  Por esta razón principal me dedico a descuartizar este Rumí, algo sobre el que usted al menos que cree que entiende y quizá, puede opinar.  En el puntual caso de que usted entendiese bastante de esto, tal vez podríamos tener una alegre e instructiva discusión sobre apateísmo, disidencia religiosa, o hasta incluso de nomológico humanismo secular.  ¿Le parece?     

Placebo Político (Politicum Placebo)

Éste es el peor de todos.  "Peor" es una diminuta palabra casi imperceptible para expresar la cantidad de basura intelectual y el estiércol moral reprimidos en la palabra "político"; pero haré un honesto esfuerzo sobrehumano para –de alguna manera- explicar en forma imparcial los efectos quae pertinent ad placebo derivados en ésta área.  Estoy seguro de que puedo hacerlo bastante bien y en forma honesta porque estoy acostumbrado a las arcadas mentales, a las náuseas morales, a los viciados espasmos éticos Juris Prudentis; y a la fétida fragancia de la pestilente bazofia de las larvas políticas imbuídas de poliúrica mental.  En otras palabras, estoy "vacunado" en contra de la Immisceretur (política), o cólico venéreo moral.

El placebo político tiene varias formas y viene en diferentes y atractivos envoltorios, pero a pesar de su elegante y dócil envoltura, es más peligroso que muleta con rodamientos.  Es peligroso porque uno no se lo administra voluntariamente, sino que se nos inyecta arteramente a través de la tele, los diarios, las revistas, la radio, el internet y nuestros amigos.  La pus de la purulencia política alcanza su clímax de peligrosidad durante las campañas políticas en que aquellos tristes y luctuosos hombrecillos sin moral ni ética las escupen en flemáticos gargajos de indecencia a través de los manidos medios de comunicación. 

Después de una elección –cualquiera que ésta sea- todos los ciudadanos que votaron en el Bingo político se alegran porque ganó su candidato, ¿pero qué ganaron ellos?  Los pobres siguen siendo pobres y las esperanzas siguen siendo sólo eso: esperanzas.  ¡Pero todo el mundo se alegra!  Y salen a las calles a celebrar en algarabía profiriendo galimatías en forma de "slogans" sin sentido como: "¡el pueblo unido, jamás será vencido!", y al gritarlo, hasta le ponen un tonito y un ritmo cabalístico.  Cabalístico porque nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que quieren decir con estos alaridos y vocinglerías que llevan menos mensaje que eco de mudo.  Pero a pesar de esto la fiesta dura todo el día y toda la noche, y hasta a veces, varios días; y los irreflexivos celebrantes se regocijan porque alguien más –a quien ni siquiera conocen- ha triunfado en algo, y corren por las calles celebrando más entusiasmados que evangélico con pandereta dominguera.  Sin embargo para ellos esta "victoria", que es más hueca que la defensa de Jaén, les pone en sus pobres mentecitas la idea de que han ganado algo.  ¿Qué cosas, no?

Una vez que las celebraciones cesan y la realidad vuelve a la inconsciente y torpe vida de los circenses consumidores de placebo político, estos se dan cuenta de que han sido usados –una vez más- por aquellos más astutos y ladinos que han asegurado sus futuros por lo menos por otros cuatro años, mientras que los otros ligeros ciudadanos seguirán comiendo barro y lamiendo pobreza, sorbiendo injusticia y acumulando discriminación hasta la próxima repartija de placebo político que les hará olvidar todas sus experiencias pasadas, y les hará sentir fantásticamente bien otra vez mientras les proporcionen su amado y adictivo placebo político.  También se darán cuenta que ese "campeón" que eligieron para que defendiera sus derechos y luchara por ellos, les dará menos apoyo que un bastón de goma, y probará ser más vago e inefectivo que el Ángel de la Guarda de los Kennedy.  Sin embargo, algunos se lo merecen.

Si hay algo a lo que los políticos se parecen mucho, es a la indigestión: nunca terminan de hacer su trabajo.  Al parecer, la naturaleza necesita consumir completamente alrededor de tres generaciones para obtener el perfeccionamiento de la selección de un nuevo tipo de generación.  Esto fué cierto desde que los Romanos surgieron de esa calina de fábula que siempre se ciñó al Imperio, y desde que establecieron el derecho de alienación que instituyó la formación de los Estados relativamente grandes; hasta que urdieron el flagelo del político (Politicae) o de la basura política (politicis purgamentum).  Desde ese momento, esta carie colectiva desató la decadencia social y moral de las civilizaciones.   

Pero no todo es malo con los políticos.  Ha de dárseles crédito por algo.  Cuando un político -como acto consuetudinario- falla desastrosamente en cumplir las funciones del sombrío cargo político que se le ha asignado por conveniencia; se le asigna un cargo diferente, y así, simplemente se le cambia de posición en el yugo del establecimiento político, y así lo ponen a hacer otra cosa para la cual tampoco está calificado o es apto para, o simplemente no sabe hacerla.  Éste es el principio fundamental y substancial del reciclado de basura.

Placebo Lingüístico (Linguam Placebo)

"Todos los cristianos son cretinos, y todos los cretinos son cristianos".

Si se le han parado los pelos con esta frase, probablemente usted no tiene la más peregrina idea del por qué.  Note por favor de que este enunciado no es mi frase, sino que es una legítima frase bíblica.

Quizá éste acertado aforismo biblo-nacido le suene injusto, pero etimológicamente hablando, todos los cristianos son cretinos porque el lenguaje y la filología no son fantasiosos ni fatuos como la religión.

Los cretinos originales eran unos enanos deformados y mentalmente deficientes que vivían aislados en algunos remotos lugares de los Alpes.  A esta condición médica en nuestros tiempos se le denomina Síndrome de Deficiencia Congénita de Iodo, pero los Suizos de aquel entonces no sabían nada de esto.  Lo único que sabían era que estas personas tenían un problema, y que ellos eran seres humanos y también feligreses cristianos.  Por estas razones, los Suizos decidieron llamarlos Cretinos, palabra que significa: cristianos.  Esto lo hicieron con muy buenas intenciones porque era como llamarlos "congéneres" o "compañeros", pero esta palabra, como tantas otras; fué víctima del abuso de matones engreídos y desposeídos intelectualmente los que rápidamente tergiversaron la palabra y la usaron en un sentido denigrante y derogatorio; entonces cristiano o cretino se convirtió en un término de abuso.

Los primeros idiotas también fueron cristianos, o mejor dicho, los primeros cristianos fueron idiotas.  La palabra idiota hizo su debut en escena por primera vez a través de la lengua Inglesa en la Biblia de Wycliffite publicada en 1382.  En esta interpretación de la biblia, en el Libro de los Hechos dice lo siguiente:

Forsoth thei seygne the steadfastnesse of Petre and John,
Founden that thei weren men with oute lettris, and idiotis

Este verso de la biblia de Wycliffite fué traducido en la versión de la biblia del Rey James de la siguiente forma:

Now when they saw the boldness of Peter and John,
and perceived that they were unlearned and ignorant men

Sin embargo, en la biblia escrita en Latín por San Jerónimo, el mismo pasaje se lee:

Videntes autem Petri constantian et Iohannis conperto quod
Homines essent sine litteris et idiotae

Lo que en simple Castellano se lee:

Cuando vieron la osadía de Pedro y Juan,
 percibieron que eran hombres analfabetos y vulgares (idiotae)

Sin duda, "San" Pedro y "San" Juan eran incontestablemente idiotas simplemente porque eran ignorantes e iletrados.  No poseían ninguna clase de calificaciones de ningún tipo, por lo tanto eran lo que conocemos hoy como "vagos" y no pertenecían a ninguna clase social o grupo laboral ni profesional.

Ninguna de las expresiones cretino o idiota fué originalmente planteada como un insulto; una de estas palabra era un galantería, y la otra; una simple descripción.   Lo que pasa es que la gente es cruel y siempre está buscando una forma baladrona de abusar a otros, pero el problema real es que uno de los efectos del Placebo Lingüístico, es que el común de los cretinos es idiota, y desconoce completamente el significado de las palabras, y aún así; no se preocupa de destontarse un poco y aprender un menguado monto de lenguage porque es más fácil y cómodo ser illiteratus linguarum peritus, y acusar insulto dentro de una propia ignorancia a través de palabras y expresiones disfrazadas de ofensa o agravio por los abundantes ropajes de la ignorancia propia.

¿Su mamá esputa?  Probablemente, y la mía también.  Esputar significa: escupir, por lo tanto casi todas las mujeres (y los hombres) esputan.  Usted puede ver esta frase escrita e inmediatamente sospecha una diferencia, pero si alguien le pregunta esto oralmente, probablemente usted no vea claramente la diferencia y le propine a su inquisidor una paliza que no se merecía ni la sospechaba.  Éste es el precio que el alfabetismo cobra del analfabetismo.  Para que quede claro, la palabra analfabeto no tiene ningún derivado ni semejanza con el término: anal, aunque el sutil contenido clarividente incluído en ambas palabras sea similar.

La expresión esputar vive tremendamente lejos del significado de fornicarian meretrice, lo que usted inconscientemente y con gran sine litteris haya podido desorientadamente confundir con la ácida palabrita: Puta.

Es más fácil ser ignorante, y muchos estarían de acuerdo que mientras más ignorante uno es, más feliz se es.  Yo recomendaría ser un poco menos feliz, y ser capaz de sacudirse un poco el Placebo Lingüístico para poder comunicarse mejor y más claro con otros sibaritas de la lengua sin denotar el ser epicúreos conocedores, o ser confundidos con algún inmodesto pedante; ya que los que lo juzgarán, lo harán desde las cuencas criptorréicas de sus acomodaticios cerebros.

Placebo Personal (Seipsum Persuation Placebo)

El ingrediente activo principal y más efectivo del placebo personal es la auto-complacencia.  Todos nosotros poseemos complacencia en alguna medida; pero este placebo también contiene otros torpes ingredientes de vicio y libertinaje como la irresponsabilidad, la flojera, la ineptitud, la incuria, la negligencia, la caquexia moral, y a veces; agua.

La complacencia es esa persistente actitud de tolerancia con la cual nos consentimos  excesivamente, y la palabrita misma (complacencia) está derivada de la palabra "placebo"; y es la trascendental generadora del auto-lavado cerebral a través de un placer enfermo.  Sus efectos se sienten más cuando sabemos que no estamos haciendo lo que debiéramos.  Actúa como una anestesia moral porque lo que no hacemos no lo hacemos simplemente porque tenemos incrustada una tolerancia fuertemente amparada en el raciocinio del "siempre ha sido así”, o  “a mí no me va a pasar”, o "lo haré mañana o después", o "no me voy a preocupar de eso ahora"; y con ello un perfecto catálogo inagotable de excusas fáciles, baratas y convenientes para no tomar acción, o para no tener que cambiar el placer de la zanganería por la dura y honorable demanda de la responsabilidad.

Estas actitudes serviles, producto del placebo personal amasado voluntariamente en el cerebro de los afectados, tienen nombres surtidos en el léxico colegiado y en el lenguaje común.  La expresión colegiada es por supuesto "Vesperas At Alio" (Placebo Personal), pero en la jerga común algunos le asignan un tonillo más apropiado para las masas llamándola "pajeo mental" o "caldo de cabeza", pero como quiera que usted llame a este placebo personal, es siempre lo mismo, y desafortunadamente; lo fabrica usted mismo.  Es una especie de hermafroditismo meníngeo moral con ginecomastia cerebral que vive en un círculo vicioso de su valioso intelecto, que por cierto, se reduce inversamente o aumenta proporcionalmente dependiendo de la cantidad de placebo personal que usted se trague.

¿Se preocupa usted por los atajos emocionales que toma en su vida?  Si no, la auto-complacencia puede racionalizar entonces que usted es: a) perezoso, b) idiota, c) intratable, d) un caso perdido, e) un perfecto imbécil, y f) todo lo anterior.  Esta trampa mental la tiende su placebo personal para justificar una posición insostenible de pronóstico de culpa hacia los demás, o hacia la vida.  En cualquier caso, la idea es que la culpa nunca es suya.

El factor "conveniencia” también tiene implicaciones altamente comprometedoras y amenazantes cuando se trata de vencer la inercia intelectual y tomar acción.  Por si no se ha dado cuenta todavía, su placebo personal modela inadecuadamente su comportamiento social, le roba el poco tiempo que le va quedando de vida para disfrutar algunas actividades importantes, genera un gran detrimento en su calidad humana, algo así como una carie podrida que ni un tratamiento de canales puede arreglar.  La próxima vez que comience a crear excusas para no actuar y se licencie enviciándose en una complacencia falsa, antes de tragarse la excusa mírese primero al espejo, y entonces repítase algunas célebres frase como éstas que le ofrezco y obsequio aquí:

- Los vicios del placebo personal vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes; y se quedan como amos.

- Todos los vicios del placebo personal, con tal de que a usted le acomoden, los confundirá y finalmente los usará como virtudes.

- Aquel quien es un sumiso del placebo personal, tiene muchos amos, pero ninguno es bueno.

- Podrás vivir entre los deleites y los desenfrenos del placebo personal, pero has de expiarlos luego, con humillación y miseria.

- El placebo personal rara vez se manifiesta en contra de la honradez; normalmente la usa para disfrazarse de ésta.

Si ninguna de estas frases que he parido cariñosamente para que usted tenga ánimos para cambiarse ese pañal mental ya saturado de placebo personal le dan deseos de cambiar su modo, -si es que acaso lo tiene, por supuesto- usted está cagado.

Uno de los efectos laterales más dañinos del placebo personal se llama: Procastinación.  La procastinación es ese maldito hábito que poseemos de postergar prestezas o circunstancias que debiéramos atender inmediatamente y sin dilación; pero que preferimos sustituírlas por otras actividades no solo mucho más irrelevantes, pero muy agradables.  Aquellos que practican el axioma de "No dejes para mañana lo que puedes hacer la próxima semana" normalmente terminan viviendo en la pobreza mental, espiritual y económica porque son más flojos y menos originales que el que diseñó la bandera de Paz.  Bueno, usted no tiene que tomar consejos de nadie, y menos viniendo de mí que soy un simple cuestionador sin prole; porque que al final, su vida no es nada más que lo que usted haga de su vida.

Praesent et increpavi (Sección de protestas)

Esta sección está especialmente diseñada como una sección para refunfuñar, y así evitar una trasquila emocional y moral unilateral.  Si a usted le a ofendido, molestado, o de otra forma; encabronado lo que leyó, usted tiene el derecho inalienable de reclamar, refunfuñar, gruñir, rumiar, renegar, zumbar, farfullar y quejarse. 

Para eso, tiene que rebatir los argumentos que acaba de leer en una forma sistemática, lógica, y fundada.  El problema con esto es que cuesta trabajo y mucho tiempo el preparar y esgrimir una respuesta o refutación válida, creíble y aceptable; y además, debe poseer un conocimiento igual, o más amplio y profundo del que yo poseo para que su reclamo merezca respeto y consideración.

Digo que es un problema porque la mayoría de la gente sufre de severos casos de Seipsum Persuation Placebo, elemento que se ha discutido en detalle en este escrito.  Un problema digo, porque para disentir y rectificar hay que estar preparado, tener conocimiento, prueba, y de otro modo; saber con propiedad de lo que se está hablando sin erigir dudas insalvables en su interlocutor.

Para poder construír un argumento contundente, defendible y más circular que el mío, usted deberá hacer mucha investigación,  aglomerar bibliografía, entender una variedad de conceptos, tener la claridad y sinceridad para discriminar ideas, saber la diferencia entre fantasía y realidad, y ser lo suficientemente articulado para exponer, explicar y puntualizar en forma vehemente y convincente su contraataque. 

Para la mayoría de las personas esto es mucho trabajo y no lo hacen; lo cual me dá una ventaja absoluta sobre los que reclaman por reclamar.  Es menester y es necesario aclarar que el reclamo discrecional infundado y la opinión gratuita, son como el hoyo del poto (Vea "Poto" más adelante): todo el mundo tiene uno y no hay que justificarlo.

Miseratus (Lástima)

Ahora que les tiré boñiga blanda y líquida con ventilador de aspas anchas y filudas no me voy a disculpar, ni a retractar, y ni siquiera voy a sentir lástima por los comatosos consumidores de Placebo; cualquiera que éste sea, con la única excepción del placebo médico.  El que yo le diga todo esto a usted, es muy malo, pero tengo el derecho a hablar protegido por mi "Libertad de Expresión".  No deje que el placebo personal se convierta en su ulpo(4) mental.  Quizá sea malo que le diga estas cosas , pero es más malo el que usted las practique y las ejerza navegado por su consciente autonomía de autodeterminación.

(4) El "Ulpo" es un alimento líquido de alto poder nutritivo y valor calórico el tiene un impacto vasodilatador, el que hace que aumente la temperatura corporal. El ulpo  es una especie de mazamorra espesa elaborada con harina tostada, miel o azúcar, y agua caliente o hervida. Este alimento es altamente popular entre mineros, andinistas, arreadores o excursionistas que demandan alimentos nutritivos no perecederos, también fáciles de estibar y preparar rápidamente. El ulpo es una delicadeza de  la Gastronomía de Chile, un vocablo Quechua – el idioma de los Incas- que significa "harina seca".

Hágase un gran favor y olvídese del placebo; cualquiera que éste sea, y póngase positivo porque usted lo puede hacer con solo un poco de esfuerzo, con su poder de voluntad aunque éste sea exiguo, y sin necesidad de tragar mierda; ajena o personal.  Use su poder de voluntad y piense positivamente porque el poder de permanecer positivo no puede subestimarse.  Use su poder de voluntad porque usted lo tiene y siempre lo ha tenido, solo es cuestión de desempolvarlo un poco. 

El poder del pensamiento positivo es acción definitiva, algo completamente opuesto al placebo en base y efecto y que le traerá incontables beneficios.  Algunos de estos beneficios son –en caso de que usted ande un poco perdido- el que la gente positiva vive más largo y más sana; trabajar en un ambiente positivo es más productivo que uno negativo; los líderes de pensamiento y actitud positiva son más capaces de tomar decisiones correctas bajo presión; y los matrimonios son mucho más propensos a tener éxito cuando la pareja experimenta una proporción de 5 a 1 de interacciones positivas en contra de las negativas.  Mientras que las parejas con interacciones positivo/negativas son 1 a 1, los matrimonios tienen más probabilidades de terminar en un divorcio, que por fácil que éste resulte ser, siempre será catastrófico y calamitoso para todas las partes envueltas.

¡Y hay más! La gente positiva como usted, los que expresan sus emociones positivas con regularidad son más resistente al estrés, a los desafíos y a la adversidad.  También estas personas (como usted) son capaces de mantener una perspectiva más amplia de la vida y mantener una visión general positiva que les ayuda identificar soluciones donde los giles negativos no ven una, y que entonces mantienen una perspectiva más estrecha que cintura de avispa anoréxica.  Los pensamientos, emociones, y las actitudes positivas contrarrestan los efectos negativos del estrés: ¡no joda, no se puede estar satisfecho y estresado al mismo tiempo!

Y por último para que no se aburra, emociones positivas como por ejemplo la gratitud y el aprecio, ayudan a los atletas a alcanzar un nivel superior de rendimiento.  ¡Las personas con actitud positiva tienen más amigos! Y esto es un factor clave para la felicidad y la longevidad humanas.  Y para cerrar, observe de que los líderes más populares son los que demuestran positividad y son los más proclives a obtener el apoyo de los demás.

Bueno, ahora vaya al baño, y arroje en el inodoro cualquier placebo que lo esté victimizando; acto seguido tire la cadena(5), sáquele el polvo acumulado en su fuerza de voluntad, invístase con su actitud positiva, rescate su carácter; y olvídese de este desagradable asunto del que acaba de leer.  En el peor de los casos, prepare una dosis de "Absque Lutum in Cerebris Compositae" con la receta que le agasajé más arriba en este escrito.

(5) La expresión "tirar la cadena" no se refiere a imponerle un castigo o ejercer autoridad sobre un esclavo como se ha expresado en algunas ocasiones. La invención del retrete (water-closet o "water-clos") data del año 1589, y su inventor fué el británico John Harrington. El diseño incluía una cisterna, una taza para posar las mejillas, una reserva de agua por encima de la taza, y una cadena para descargar el agua y enviar a los alegres mojones y su compañía hacia lo desconocido.  De aquí es de donde viene la expresión "tirar la cadena".

Poto

El "poto" es la atractiva envoltura glútea abundantemente carnosa-rosadita en su mayoría- y suave que esconde y protege su ano.  El ano a su vez -del Latín "anus", que significa "anillo"- es una palabra proveniente del lenguage Proto-Indo-Europeo, el primer proto-lenguage aceptado por los lingüistas.  El sujeto en cuestión es una curiosa abertura de labios sumamente arrugados y mal aliento que se encuentra en el extremo completamente opuesto de la boca del tubo digestivo de cualquier animal.  Los anfibios, reptiles y aves usan el mismo orificio –también conocido como cloaca- para excretar los desechos líquidos y sólidos, y también para efectuar la divina cópula y la puesta de huevos.  El desarrollo del ano fué una etapa muy importante en la evolución de los animales multicelulares como nosotros, y concebido con una función singular y específica, cosa que los frailes aún no pueden comprender.  Y notablemente todo animal tiene uno, lo que desafortunadamente hace del ano común, un género completamente plural, de origen divisible y ordinario, y más cotidiano que el esfuerzo de vivir.  Por eso es que las opiniones sin materia gris se parecen tanto al poto, o a su abstersivo ano.

Exara Correlativum:

A propósito de anus.  El papel higiénico "oficial" es el papel que fué producido específicamente para este indecoroso pero necesario uso y propósito, y se estima que proviene por lo menos desde finales del siglo XIV de la Era Común, cuando los emperadores chinos ordenaban fabricar trozos de papel suave en hojas rectangulares que medían de unos 60x90 centímetros para ser usadas despachadamente para este exacto propósito.  No se tienen datos históricos del tamaño de los traseros de los emperadores chinos, pero éste se cuestiona por el grotesco tamaño del papel que usaban para limpiárselos.

¡Evigilas!

Para una opinión diferente, observe los "links" denotados abajo.  Espero que usted sea maduro, porque esto es turbador y alarmante; y lo peor de todo, es que puede gatillar y detonar pensamiento crítico.  Tap Out!




El Loco

domingo, 1 de marzo de 2015

El Pantano Maldito

Mis interminables "pataperreadas"(1) me han llevado por muchos inmemorables rincones de este inverosímil y curioso planeta al que llamamos "Tierra" y que sin embargo es casi pura agua; y a pesar de que la mayoría de los lugares en los que mi planta ha impreso su sello han sido agradables y aventurosos, este periplo sucedió a finales de Julio en un año que prefiero olvidar, donde los días son más húmedos que de costumbre, calurosos y ciertamente más tenebrosos durante la bulliciosa noche; pisé osadamente  los parajes del Pantano de Manchac; el que realmente me enseñó "de facto" el hecho de que todo lo que brilla no es oro.  Manchac me llevó por un inolvidable y tétrico peregrinaje.  Digo que me envolví "osadamente" en esta jornada porque cuando uno es osado, es normalmente porque no tiene la más peregrina idea de en qué es lo que se está metiendo.  ¿Qué cosas, no?

(1) La expresión "pata de perro", "pateperro", o "pat'eperro" es un filologismo lingüístico del Coa chileno que es usado sueltamente para señalar a un individuo que viaja o recorre mucho.  La circumbirúndica expresión se deriva de los perros, los que cuando están despiertos recorren enormes distancias de aproximadamente 120 kilómetros  por día (alrededor de 9 horas al día a un promedio de 13 kilómetros por hora).   Esta prosaica expresión "perruna" no tiene ninguna relación con la magistral obra del extraordinario autor Chileno Carlos Droguett: "Patas de Perro".

Manchac, también conocido como Akers; es una comunidad en Tangipahoa, Luisiana, Estados Unidos.  Este extravagante y peculiar lugar se encuentra en el canal Paso Manchac del lago Maurepas, que se conecta con el lago Pontchartrain.  Aquí se encuentran las ruinas de uno de los cinco faros originalmente construídos en el lago Pontchartrain para la seguridad de los navegantes de estas pantanosas aguas.  Éste era el faro "Manchac Luz Pass".  El nombre "Manchac" se desprende de una expresión de la lengua de la nación indígena Choctaw que significa literalmente: "puerta trasera" (hacia el lago Pontchartrain).

Preámbulo al Susto

Para poder tener una aventura que sea verdaderamente espeluznante, hay que tener pelos en la nuca; los que tienen un talento y una idoneidad especial para pararse con el susto.  Si usted es pelón, también se asustará pero no podrá usar la expresión "espeluznante", sino que se tendrá que conformar con expresiones paralelas como pavoroso, espantoso, horrendo, o simplemente "atroz" como diría cierto portorriqueño que cruzó suave y delicadamente una de mis aventuras. 

Incluso para llegar a esta zona, hay que cruzar uno de los puentes más largos del mundo, el tercero en la lista por su longitud, el Puente del Pantano de Manchac de casi 37 kilómetros de longitud.  La larga travesía de este puente con sus lóbregas vistas le agrega más emoción y suspenso a la anticipación de la aventura.

Cuando puse pié sobre esta pretérita ciénaga, yo no sabía que el Pantano de Manchac era considerado tan seriamente como un lugar maldito o embrujado, una pegajosa reputación que se le colgó e imputó a causa de una historia antigua del siglo pasado.  Entre otras siniestras historias se encuentran la leyenda de Julie White, la Reina Vudú Presagiadora de la Muerte; también se rumorea que es el hogar de Rougarou el sanguinario Hombre Lobo Cajún; y que Big Bad es un fantasma residente del lugar; asimismo se dice que ahí vive Letiche, el críptico monstruo homínido del negro y pestilente pantano, y esto sin contar los descomunales mosquitos, los hercúleos caimanes, las desmedidas serpientes, los lagartos formidables, y otra gran menudencia de raros anfibios que a la vista hacen temblar la "pajarilla".  Los tenebrosos y deformados cipreses le dan al pantano un marco aterrador.

Durante la tarde anterior a la excursión por el pantano, en el hotel en que nos alojábamos nos visitó un guía para explicarnos las actividades a ocurrir el día siguiente.  El guía, que era un indio Choctaw, se demoró cerca de tres minutos en decirnos cuál sería la ruta a recorrer el siguiente día, pero se tomó más de dos horas para relatarnos unas historias horrorosamente espeluznantes acerca del pantano maldito.  Sentada al lado mío había una gorda con más rollos que el hombre "Michelin", la que gemía cada vez que el indio decía algo asustadizo.  No le ví parársele un pelo en la nuca porque los pobres pelos estaban sepultados en grasa.  Pensé que sería más seguro estar cerca de la gorda en el bote que usaríamos prontamente, porque si nos hundíamos, ella les iba a durar más a los caimanes y el resto de nosotros podría nadar para salvarse antes de que los caimanes tuvieran tiempo de terminar este magnífico bocadillo de comida chatarra.  También consideré comprar una botella de Kétchup para embetunar a la gorda antes de que se hundiera y hacerla más atractiva para los cocodrilos rapiñeros, pero me arrepentí.

El guía Choctaw hizo especial hincapié en las historias del Hombre Lobo Cajún, y Marie Laveau, otra Reina del Vudú  de origen africano, la que vivió en Nueva Orleans entre los años 1794 y 1881.  Cuenta la leyenda que en las licuadas e hidrófilas cercanías de Nueva Orleans la Reina del Vudú Marie Laveau, quien se encontraba encarcelada por ejercer actos de hechicería, rabiosa les expelió un hechizo a las aguas de este pantano, y a causa de este iracundo y vengativo hechizo, se produjo un devastador huracán que ocasionó la completa destrucción y consecuente desaparición de tres aldeas en el año 1915, y que además fué sindicado culpable de muchas muertes de pescadoresexploradores turistas de la época.  Cuando la gorda escuchó la palabra "turistas", repentinamente la atacó un hipo galopante.  Otro efecto de la maldición fué que los bellos cipreses cobraron formas tenebrosas, y las aguas se volvieron turbias y hediondas como promesa de político.

También nos advirtió Uskula Humma –que era el nombre del guía indio, y que su nombre significa "Flauta Roja" en Choctaw–  de que la zona a explorar estaba sobrevolada por brujas invisibles, las que acostumbraban a lanzarles hechizos Vudú a los intrusos que se atrevían a invadir el pantano.  Lo de "Rojo" en el nombre del guía no sé de donde salió, pero lo de "Flauta" era probablemente porque este indio grandote tenía voz de pito.  Cuando la gorda escuchó lo de los hechizos voladores, se cayó de su silla, que a estas alturas, a las pobres y flacas patas de la silla les estaban saliendo várices.  Nunca había visto yo antes desplomarse tan desordenadamente a un poliedro mazacotudo.  ¿Qué cosas, no?

La Espeluznante Aventura (Ta-ta-ta-táaaan)

La aparentemente inapropiada embarcación dejó el pequeño muelle de maderos para adentrarse incautamente en los parajes de ese pantano que parecía estar esperándonos con sus oscuras fauces de neblina y con una arboleda de deformadas ramas adornadas con lóbregos colgajos.  Poco a poco la embarcación comenzó a penetrar ese lugar que de por sí, su aspecto nos hizo sentir que si cayésemos accidentalmente (o nó) en sus fangosas aguas, no saldríamos jamás de ellas, y nuestros desahuciados gritos pidiendo auxilio no serían oídos nunca en la sordina del pantano; y que no seríamos encontrados por nadie.   Los invisibles y parapetados cantos de las ranas se escuchaban amenazadores desde el neblinoso fondo del pantano.  Por sus sonidos, uno podría pensar que cada rana era del tamaño de un hipopótamo.  A medida de que nos internábamos en el siniestro pantano, las conversaciones en el bote bajaban de tono, hasta que ellas desaparecieron paulatinamente casi completamente.  Muy poco a poco e imperceptiblemente estábamos sucumbiendo irremediablemente al hipnotizador sortilegio del Pantano Maldito, de igual manera en la que Jasón y sus osados Argonautas sucumbieron al cántico de las seductoras Sirenas.   Niaaaaahahahaa!

El Capitán de la lancha se veía cabizbajo y melancólico y nos miraba recelosamente de reojo.  Traté de ser cortés y tratar de iniciar una conversación con él, pero cuando me acerqué y lo saludé, me miró sospechoso y me dijo:


- "No me gusta hacer amigos con gente que puede desaparecer misteriosamente". –Acto seguido, me dió la espalda.

Sin amedrentarme, traté otra vez de abrir una vía de comunicación, y apuntando hacia una entrada en la umbrosa selva cenagosa; agregué:

- "¿Se puede ir por ahí?"

Volteándose rápidamente hacia mí como irritado e impaciente me dijo con una voz agria pero firme, voz que estaba subrayada por uno de sus ojos cubierto con nubosas cataratas con lo que se veía aún más tenebroso que el pantano mismo:

- "Los que conocemos el lugar y que sabemos de sus perversos caminos, nos negamos a entrar a las zonas oscuras.  Los que lo han hecho, nunca han regresado". –Agregó algo molesto, y volteando su cabeza hacia el área de los asientos, me hizo un gesto claramente insinuativo para que fuese a sentarme.

De vuelta en mi asiento me concentré en el paisaje otra vez.  Ya se estaba poniendo bastante oscuro y la densa camanchaca que cubría las turbias aguas estaba alta y casi llegaba hasta la borda del bote.  Me pareció escuchar en lontananza unas risas histéricas que resonaban drenadas por el viscoso aire.  El Capitán se dirigió a nosotros diciendo:

- "Esas risas son las de las brujas que nos esperan".

Lo dijo con tanto convencimiento que por lo menos tres pelos de la nuca se me pararon, y la oportunista incertidumbre invadió la lancha y se apoderó de las ansiosas imaginaciones de los pasajeros de a bordo.  Todos estos detalles casuales agregados a las estampas visuales del pantano, conlleva a mantener la creencia de esta vengativa maldición de la Reina del Vudú, rodeada espesamente por el ácido y desabrido aroma del miedo.  Iba a agregar aquí: Niaaaaahahahaa!, pero me arrepentí.

La lenta marcha proseguía cansina por los tétricos, largos y sombríos canales mientras que la furtiva oscuridad de la tarde se comenzaba a acomodar disimuladamente entre las foscas sombras al tiempo que yo ponderaba:  "Quizá yo no crea en estas historias tan fantasiosas y tan parecidas a las que los paranoicos y desviados frailes cuentan; pero algún tipo de explicación racional debe haber para que tantos pescadores, exploradores y turistas desaparezcan incesantemente año tras año; para que los mismos guías no se atrevan a adentrarse por los canales que llevan a las "zonas oscuras" según dicen ellos, y para que haya tanta faramalla en explicar el embrujo, el Vudú, y la maldición que rodea y envuelve misteriosamente a este Pantano Manchac.

Casi al terminar la tarde y cuando las sombras aún batallaban los escasos rayos solares que luchaban por mantener alguna luz entre el apretado dosel superior del pantano; llegamos a nuestro destino.  Estábamos cansados y un poco nerviosos.  La gráfica forma en que el paraje se desplegaba ante nosotros, no ayudaba a calmar la telúrica imaginación que ya a estas alturas estaba significantemente alborotada.

Nuestro destino era una derruída cabaña de madera bastante deteriorada que calzaba y se fundía perfectamente con los alrededores.  Nuestro albergue temporal contaba con una amplia y cómoda sala de cielos altos; pero nunca supe cuántas habitaciones había aunque todos fuimos acomodados en nuestros propios cuarteles privados.  Había una cocina, una gran despensa con variadas herramientas de trabajo, y un solo baño.  Había dos letrinas más (según nos dijeron)  instaladas a unos 30 metros hacia el Sur de la cabaña, pero nadie se atrevía a ir por allá después de que la oscuridad se sentaba en el pantano, porque incluso de día los más valientes esfínteres no se relajarían a gusto en tal escalofriante escenario.  La cabaña no tenía aire acondicionado y olía a una húmeda y anfibológica antigüedad.  A pesar de la preocupante apariencia externa de la cabaña, su interior era más placentero y acogedor. 

El guía nos dió escaso tiempo para acomodarnos en nuestras habitaciones, y nos instigó a apurarnos para una excursión que estaba planeada para ese momento hacia el interior del pantano, antes de que la crónica oscuridad se tragara todos los alrededores.  Nos sugirió que llevásemos linternas o faroles.  Él portaba un roñoso candil de aceite el que apenas iluminaba con su nerviosa e irradiante flama unos pocos pasos adelante.  Nuestro guía con su puntiaguda y picuda voz nos advirtió:

- "No lleven ninguna clase de armas porque son inútiles en contra de los habitantes del pantano.  Manténganse juntos y no se queden atrás porque espero que todos puedan volver a la cabaña". – Y acto seguido comenzó a caminar hacia la oscuridad con decididos pasos.  Nos miramos inquietamente entre nosotros y le seguimos incómodos, pero sin chistar. 

Haciendo caso omiso de su advertencia, escondido debajo de mi pantalón en la canilla derecha, yo llevaba mi cuchillo de montaña, muy parecido al que poseía en Chile el que llevaba en mis aventuras cuando mi indomable espíritu aventurero me arrastraba indolente a recorrer cordilleras, serranías o volcanes.  La gorda se veía un poco pálida, y los ríos de sudor que emanaban de su masivo cuerpo corrían indefensos arrastrados por la gravedad por entre los múltiples toboganes de grasa que forraban su cuerpo sin fronteras dietéticas, hasta que lograban zafarse del mantecoso cebo, y caer libres al suelo del pantano.  La gordinflona era sorpresivamente ágil para su ciclópeo y esferoidal tamaño.  Habíamos iniciado la marcha hacia nuestro nuevo destino: un lugar en el pantano donde haríamos una fogata, comeríamos, y aprenderíamos sobre la historia de este siniestro lugar antes de regresar a nuestro albergue nocturno.

El grupo caminaba más apretado que mano de trapecista.  Nadie quería quedarse muy atrás o rezagado.  La gorda bufaba como locomotora de vapor, pero se mantenía impertérrita en la formación.  Y mejor que lo hiciera porque bloqueaba completamente el estrecho sendero por donde circulábamos, y nadie podía adelantársele por más que tratara.  Uskula Humma, nuestro enigmático guía volteaba su cabeza engalanada con una larga trenza de pelo gris de vez en cuando para observarnos, mientras que su vocecita chillaba:

- "Itanowat ia!" –(¡Caminen juntos!) –Sonido vitriólico bucal que repiqueteó como chillido de Enicognathus Leptorhynchus, o Choroy, la bulliciosa y alharaca cotorra chilena que habita el sur de ese luengo y estrecho país.

La tenebrosa y sórdida manera en que los árboles extendían sus famélicas ramas cubiertas de Tillandsia Usneoides (musgo colgante) parecían enormes y filudas garras que intentan atrapar a quien se les acercase lo suficiente; los oscuros agujeros que la pérdida de ramas habían dejado en sus troncos se asemejaban a macabras sonrisas; las enormes y roncas ranas nocturnas cantaban sus graves y mortecinos tonos en rápidas sucesiones con tenores que podían inquietar al más valiente; mientras que las verdosas aguas fangosas y malolientes endosaban una sensación de inerte y enlutado vacío.  Si alguien caía en sus verduscas aguas lodosas, nadie oiría los desesperados gritos de ayuda que la víctima emitiese, y por seguro; nadie vendría en su rescate. 

Nuestras linternas y lámparas revelaban el acuático escondite de algunos caimanes al iluminar sus vidriosos ojos flotando en el agua, los que con la luz, instantáneamente se tornaban de un demoníaco color rojo.  Casi sentía en mi piel la presencia de sadísticos y maliciosos espíritus milenarios, nuestras sombras se confundían con los gases del pantano, y se oían en lontananza lo que parecían desesperados gritos humanos de intenso dolor.  Eran las almas en pena de los que habían caído víctimas de la maldición Vudú, según nos aseguró Uskula Humma.

Nunca supe si lo que ví flotando en el ruedo de la escasa luz que nuestras candelas arrojaban tímidamente sobre la ciénaga fueron troncos de árboles, o cadáveres putrefactos de aquellos miles de despojos mortales que aún yacen en las profundidades del Pantano Maldito.  ¡Huy, qué miedo!  La gorda seguía desplazándose por la ciénaga como un indetenible buldócer.  Por fin llegamos a un espacioso claroscuro en la selva de patituertos cipreses.  En la egoísta apertura del follaje encontramos una serie de troncos gruesos llenos de musgo colocados a modo de asientos alrededor del lecho de una fogata, el que estaba rodeado de unas grotescas piedras negras llenas de hollín bordeando los restos de una pasada fogata fenecta.

Uskula Humma rápidamente amontonó los troncos necesarios para hacer un buen fuego, y no perdió tiempo encendiéndolo y asegurándose que ardía frenético como los Lunes de Pablo Neruda.  Nunca pude averiguar de dónde demonios Uskula Humma sacó los varios elementos para la fogata...  Lo miraba mientras él se afanaba despabiladamente con la construcción del fuego, y observé que tenía fósforos, varias hojas de periódico, ramitas y hojas secas, también palitos y ramas de mediano tamaño; bastante leña y un incognoscible y subrepticio líquido combustible que encendió un fuego que parecía estar en esteroides. 

Nuestro guía portaba un pequeño morral en el que apenas cabía un gato doblado.  Este morral en realidad era una bolsa medicinal.  Esta peculiar y folclórica  talega estaba hecha de la caparazón de una tortuga de unos 12 a 13 centímetros de longitud que en su parte trasera llevaba una bolsa de gamuza cosida a mano y le colgaban trenzas de piel decoradas con cuentas de vidrio de un brillante color turquesa, y otras cuentas de huesos de animales desconocidos.  No era posible que todos los aparejos usados para hacer la fogata cupieran en esa faltriquera de tan minúsculo morralillo.  Esto era muy sospechoso.  Según un argentino, tan "sos-pechosa" como la gorda.

Una vez organizados y con el fuego incinerando como un cosquilloso averno, nos sentamos alrededor de las llamas en los troncos astutamente armados de unas largas varillas para ensartar los "marshmallows" (malvaviscos) y poder asarlos en las llamas.  También había "S'mores".  Los S'mores son un bocadillo típico de las fogatas de los Boy Scouts gringos y canadienses.  Ésta delicadeza consiste en hacer un sánguche (sandwich) de un malvavisco tostado y un trozo de chocolate intercalados entre dos trozos de galleta Graham.  Tampoco sé de dónde cresta(2) salieron todas estas cosas.

(2) La "cresta" es el sombrero del gallo o la carúncula; que a pesar de su nombre, se encuentra localizada en la cabeza.  Esta  palabra es también un chilenismo para expresar orígenes completamente desconocidos.

Apenas habíamos comenzado a disfrutar de estos frugales pero dulces mendrugos, la vocecilla de Uskula Humma comenzó a rechiflar como Soprano C6 con una fábula que me paró hasta el último pelo que tengo escondido donde las espalda pierde su honorable y decente nombre.  Creo que a todos se nos pararon los pelos con esta historia; a los espeluznados y a los otros con pelos desubicados; incluyendo a la tripuda gorda a quien secretamente llamábamos: La Oronda Señorita Puff (personaje de Spongebob Squarepants –Bob Esponja en chileno), que con los pelos parados parecía un Tetraodontidae (pez globo) o un puercoespín embarazado. 

Ésta es la historia que nuestro guía nos relató:

Antes de comenzar a relatar, Uskula Humma nos hizo callar con un ademán de sus dedos y sus labios, y miró seriamente hacia la oscuridad del pantano como si hubiese oído algo.  Después de unos tensos segundos se volteó hacia nosotros y comenzó narrando esta pavorosa y licantrópica historia diciendo:

- "En una de las casas abandonadas que vimos al pasar mientras nos dirigíamos aquí, vivía un porteador afroamericano horrible, tan feo que hacia lucir bien al "chupacabras", y que tuvo que esconderse en este pantano para que nadie los viese.  Su nombre era Rougarou.  Nunca se había casado ni tampoco había tenido descendencia alguna que se supiera.  El pobre hombre vivía en condiciones de gran pobreza, pero no obstante, él siempre fué capaz de darles la bienvenida a los escasos turistas que se apiadaban de él, y que se detenían momentáneamente a visitarlo; ocasiones en que Rougarou les ofrecía cordialmente carne fresca y otras menudencias locales.

Una vez no hace mucho tiempo –continuó nuestro guía– un explorador vino a visitarlo, y Rougarou le ofreció un trozo de carne fresca para agradecerle la visita.

Después de comer un trozo de la carne, el hombre le preguntó sorprendido: "Dime, Rougarou, ¿de dónde sacaste esta tortuga tan sabrosa?", a lo que Rougarou respon...

Súbita y abruptamente Uskula Humma interrumpió su relato, se giró rápidamente hacia la negra espesura conteniendo la respiración por unos momentos para escuchar mejor, y se quedó paralizado así por unos largos e intensos segundos.  Su mano derecha masajeaba nerviosamente un amuleto de Shilup Chitoh Osh (El Gran Espíritu) que llevaba colgando apegadamente al pecho.  Todos aguantamos la respiración y auscultamos la incertidumbre con él.  Cortos pero crispantes momentos después, el guía resumió su interrumpido relato después de exhalar profundamente.  Todos nosotros hicimos lo mismo.

"... a lo que Rougarou respondió: "Te voy a mostrar como la consigo.  Sólo sube a la azotea de la casa usando la escalera que está apoyada contra la muralla posterior."

El hombre hizo exactamente lo que Rougarou le pidió que hiciese.  Una vez parado en la azotea, desde la altura pudo ver claramente y no muy lejos una pequeña ensenada a modo de laguna, en la que se veía una tranquila y nutrida paca de tortugas.  Mientras miraba a las tortugas, repentinamente un lobo negro salió de entre los matorrales adyacentes a la paca de tortugas, y lanzándose velozmente hacia ellas; con sus poderosas mandíbulas cogió una desprevenida tortuga de una aleta y comenzó a arrastrarla hacia la espesura.

El hombre en el tejado, sobresaltado por el evento, llamando a Rougarou le gritó: "¡Rougarou, Rougarou!, ¡ven pronto!, mira lo que está pasando con las tortugas!".  El hombre escuchó los pesados pasos de Rougarou corriendo primero, y subiendo la escala después hasta que sintió la presencia de él a su lado.  Mientras tanto, la indefensa tortuga luchaba desesperadamente por zafarse de las prensiles mandíbulas del lobo, pero todos sus esfuerzos eran en vano.

De pronto, mientras que el visitante apuntaba con su mano hacia los eventos, el lobo que estaba atacando a la tortuga la soltó y volteó su cabeza hacia donde estaba parado el hombre; lo miró erguido desde la distancia por un par de segundos, e inmediatamente dejó a la tortuga y se marchó velozmente.  El hombre sorprendido por este lance que no tenia lógica, se volteó para hablar con Rougarou, el que ahora estaba allí a su lado de pié; en su verdadera forma...  El Hombre Lobo Cajún, –prosiguió nuestro guía– arremetió ágilmente al desprevenido y aterrorizado viajero, y de un veloz y letal tarascón, le cercenó el cuello.

 ¡Pobre hombre!, !y él pensaba que estaba comiendo tortuga!...  Ahora hay más carne fresca para el próximo turista –dijo Rougarou calmadamente mientras se bajaba del techo lamiéndose sus largos y filosos colmillos, y arrastrando por detrás el ensangrentado cadáver del infortunado viajero.

A este punto, Uskula Humma dejo de hablar y se quedó contemplándonos con una mirada perdida que hacía parecer que estaba en trance.  Un escalofrío nos recorrió la nuca a todos.  Los espeluznados teníamos los pelos de la nuca izados; el resto del grupo nó, pero estaban visiblemente asustados.  La vasta gorda estaba pálida como la luna que alumbraba nuestro campamento, y se estremecía como gata en celo.

- "Bueno, dijo Uskula Humma– terminen de engullir los S'mores para hacer lo que vinimos a hacer a este lugar". 

Ya un poco más tranquilo, miré hacia el canasto donde se encontraban los ingredientes para los S'mores pensando en comerme uno más antes de proseguir, pero la canasta que había estado repleta hasta la manija unos pocos momentos antes, ahora se encontraba desahuciadamente vacía.  Miré a la gorda con clara desconfianza porque que se veía sumamente sospechosa con chocolate chorreado por su cara y sus dedos estaban llenos de una materia blanca pegajosa...  La gorda temblaba, pero ahora yo no sabía si era de susto, o de un ataque de glotonería galopante.  ¿Qué cosas, no? 

- "¡Pongan atención! –chilló la puntiaguda voz del guía– lo que haremos ahora es ver la cantidad de caimanes que nos rodea, y a los que no podemos ver.  Tomen sus linternas y nos dirigiremos a un gran árbol a la orilla del vado.  Este árbol tiene construída una plataforma entre sus gruesas ramas a unos tres metros de altura para que podamos observar el pantano desde su elevación.  Una vez en la plataforma, dirigirán los haces de luz de sus linternas hacia las aguas pantano enfrente de la plataforma".

Después de habernos dado un par de diligentes minutos para reunir nuestras vituallas, nos encaminamos en dirección del vado.  La gorda no dejaba de admirarme.  Por más que me apurase en hacer mis cosas, ella siempre se las arreglaba para estar lista antes que yo, y siempre enfrente mío.  Caminar detrás de la gorda es igual que manejar en un Fiat 500 detrás de un camión de Chuquicamata en el Camino Cintura de Playa Ancha

Después de una sudorosa y oscura caminata de unos 20 minutos llegamos a la ensenada.  Se veía tétrica pero hermosa.  La plateada luna iluminaba el claro y a las rumorosas aguas del pantano.  Todo estaba en silencio, sólo se escuchaban los graves tonos del canto de las ranas encaramándose por las sombras para ir a perderse entre las lóbregas ramas y sus ondulantes colgajos.  El árbol que nos esperaba era simplemente enorme.  Tenía varias escaleras colgantes alrededor se su generoso tronco para poder treparse hasta la plataforma.  Estaba oscuro, pero la luna nos prestaba el resplandor de su escarlata y selenita sonrisa. 

La gorda, –pensé– ¿cómo irá a subirse a la plataforma?  Me dió un poco de pena y decidí ayudarla a treparse al árbol.  Ágilmente subí por una de las colgantes escaleras hasta el estrado para poder ayudar a la gorda a izarse.  Cuando llegué a la desvencijada tarima hecha de rancias tablas que crujían más que mis rodillas, ¡la bendita gorda ya estaba allí!  En ese momento comencé a creer en brujas.

Una vez que nos acomodamos en el tablado, el guía nos indicó hacia dónde apuntar nuestras invasivas luces.  Cuando las luces golpearon el agua del pantano, pudimos ver decenas de pares de ojillos de un vivo rojo que nos miraban desde todas direcciones.  Debe de haber habido por lo menos unos setenta pares de ojos rojos diseminados a nuestro alrededor.  Por un momento me sentí como un triste pollo entre hambrientos zorros.  Las voces de admiración y sorpresa no se demoraron en enturbiar el silencio del pantano.  El espectáculo era enervante y amenazador.

Mientras estábamos ensimismados observando a los caimanes, de pronto a espaldas nuestras se oyó un terrible aullido seguido incontinenti por otro espantoso bramido aún más aterrador.  Todas las luces se volvieron instantáneamente hacia donde provenían los baladros; y para el estupor de todos, a un par de escasos metros de nosotros había un gigantesco lobo negro parado en el tablado sobre sus largas patas traseras, con sus fauces abiertas exhibiendo un portentoso y amenazador par de colmillos blancos como la palidez del pavor, los que centelleaban a la luz de la luna.  La bestia inicua agitó violentamente sus patas delanteras en el aire y emitió otro escalofriante e inhumano ladrido.

¡La confusión y el pánico fué general!  El terror se apoderó súbita y bruscamente de todos nosotros, y cuando pensábamos que inevitablemente iba a ocurrir lo peor, Uskula Humma entró fulminantemente en acción parándose osadamente entre nosotros y en frente del Hombre Lobo con su talismán de Shilup Chitoh Osh en la mano izquierda, y un enorme cuchillo dentado en la derecha; y sin dilación alguna comenzó a gritar incesantemente mientras adelantaba el amuleto hacia la bestia y agitaba violenta y amenazadoramente en su dirección el pedazote de cuchillo que parecía un alfanje:

"¡Ak okpani máhli!, "¡Ak okpani máhli!" – (¡te destruiré!, ¡te destruiré!)

La palabra "atónitos" no puede describir la ciclópea sorpresa estampada en las espantadas caras de todos los que nos hallábamos ahí.  Respondiendo a los enérgicos y repetitivos comandos de Uskula Humma emitidos a altísimos decibeles, el Hombre Lobo dando un tremendo brinco desde la plataforma hacia el vacío, desapareció raudo en la oscuridad de esa tenebrosa noche, la que abruptamente quedó inmersa en el más completo y total silencio.  Todo esto ocurrió en alrededor de diez apocalípticos segundos. Uno segundo más tarde me percaté de que los pelos de mi nuca estaban tan duros como agujas de acero.  La plataforma comenzó repentinamente a zarandearse y pensé que para peor de males, ahora nos caía encima un terremoto.  Afortunadamente no fué así.  El movimiento telúrico era producto de que la gorda se había sentado (o explayado) en el suelo, y la temblequera de su susto se traspasaba a la plataforma.  Respiré con gran alivio.  Uskula Humma nos urgió regresar de inmediato a la cabaña para evitar más peligros, lo que acatamos sin chistar. 

Después de una corta y acelerada carrera llegamos de vuelta a la cabaña.  Una vez en su interior Uskula Humma nos dijo con una amplia y gratificada sonrisa en sus labios:

- "El Hombre Lobo Cajún que acaban de ver, era un actor.  Es parte de la excursión". Acto seguido, desde debajo de una mesa cubierta de un colorido mantel sacó una caja de madera conteniendo estatuillas del maldito Hombre Lobo Cajún para la venta.  ¡Lo que debería haber estado vendiéndonos eran calzoncillos limpios!  No lo matamos porque en Luisiana el asesinato y el homicidio siguen siendo crímenes capitales.  Por joder, compré una estatuilla del Hombre Lobo Cajún a la que bauticé: Trauco.

A la mañana siguiente iniciamos nuestra marcha de regreso a la barcaza que nos regresaría al hotel.  Durante la lenta marcha de repatriación a la civilización, la embarcación bufaba con un ruido sordo y monótono mientras que su quilla le abría una larga herida a las turbias y silenciosas aguas del pantano.  Los grotescos y malformados cipreses parecían reírse de nosotros mientas nos alejábamos amilanados.  Los regurgitantes ruidos del pantano parecían apagarse paulatinamente a medida de que la lenta barca nos alejaba ceremoniosa de su espantadiza fetidez.  La gorda estaba pálida, pero respiraba.  El resto de los exploradores se veían temblorosos y un poco apurados por regresar a la civilización.  El viaje de vuelta fué bastante silencioso.  Sólo el obturador de las cámaras fotográficas quebraban el frágil silencio de vez en cuando para capturar una cigüeña o a una suegra, perdón; bruja en el subrepticio y escalofriante movimiento de las siniestras ramas de aquellos inmortales cipreses con sus invisibles escobas voladoras, caimanes, Reinas Vudú, y su peludo y realista Hombre Lobo.

No he vuelto a pisar ese pantano maldito.  Ahora voy a Fort Lauderdale y me quedo en el Holiday Inn.  ¿Qué cosas, no?



El Loco