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miércoles, 1 de enero de 2020

¿Por qué Mentimos?

Todos mentimos, todo el tiempo.  Esto causa problemas por decir lo menos. ¿Entonces, por qué lo hacemos?

Los resultados arrojados por un estudio realizado por la Universidad de Massachusetts en el año 2002, establecen que el 60% de los adultos no pueden tener una conversación de más de diez minutos sin mentir por lo menos una vez.  Este porcentaje suena mejor de lo que realmente es: aquellas personas en el estudio actualmente mintieron con un promedio de 3 embustes durante su breve conversación.  ¡Aparentemente estamos jodíos!  ¿Qué cosas, no?

Los expertos dicen que todo se reduce a las arenas movedizas del “yo” y a tratar de lucir bien tanto para nosotros como para los demás.  El concepto de “yo”​ (y su étimo latino: ego) es un término difícil de definir debido a sus diferentes acepciones. ​ A lo largo de la historia su definición se ha relacionado con otros términos como psique, ser, alma, conciencia.  La aproximación académica hace precisiones según la disciplina desde la que se enuncie. 

El estudio del “yo” abarca tanto disciplinas de orientación biológica tales como la psicobiología, la neurobiología, la neuropsicología, etc., como disciplinas de corte filosófico y humanista.  El término “yo” se relacionaría con los conceptos de conciencia y cognición.  Aquel que tiene dos personalidades no tiene dos “yo”, de otra forma éste sería un “yo-yo”.

La inclinación a mentir "está relacionado con la autoestima", dice el psicólogo Robert Feldman de la Universidad de Massachusetts.  "Encontramos que tan pronto como las personas sienten que su autoestima se ve amenazada, inmediatamente comienzan a mentir en niveles más altos".  Esto es como un placebo mental.  ¿Qué cosas, no?

Pero no todas las mentiras son dañinas.  De hecho, dicen algunos investigadores que a veces mentir es el mejor enfoque para proteger la privacidad, a nosotros mismos y a otros de la malicia.  Algunos engaños, como la jactancia y la mentira en nombre del tacto y la cortesía, pueden clasificarse como poco graves.  Pero las mentiras descaradas (como las que a veces dice usted, ya sea que impliquen dejar de lado la verdad o poner algo falso) son dañinas.  Éstas corroen la confianza y la intimidad, las que son literalmente el pegamento de nuestras sociedades.

Engañándonos a nosotros mismos

Estudios muestran manifiestamente que muchos animales se envuelven en prácticas de decepción, o engañan deliberadamente a otros animales, pero solo los humanos estamos diseñados para engañarnos a nosotros mismos y a los demás.  La investigación del psicólogo Robert Feldman muestra que la gente está tan comprometida con la gestión de cómo les perciben los demás, que a menudo no pueden separar la verdad de la ficción en sus propias mentecitas.  Y Pinocho no tiene nada que ver con esto.
Por ejemplo, en un experimento, Feldman juntó a dos personas que no se conocían previamente en una habitación.  Su conversación fué grabada en video mientras que estos conversaban.  Más tarde y de forma independiente, se les pidió a cada uno que vieran la cinta e identificaran cualquier cosa que hubiesen dicho que no fuese del todo precisa.
En lugar de definir la conversación como mentira, y evitar el tono y peso moral de la palabrita, los investigadores de Feldman simplemente le preguntaron a los sujetos después de su conversación que identificaran todo lo que habían dicho en el video que "no fuese del todo exacto".
Inicialmente, cada sujeto expresó que lo que había dicho era completamente exacto, per al verse a sí mismos en el video, los sujetos se sorprendieron genuinamente al descubrir que lo que habían dicho are algo inexacto.  Las mentiras iban desde fingir que querían a alguien que en realidad no les gustaba, hasta afirmar falsamente ser la estrella de una banda de rock.
Este estudio, el que fué publicado en el Journal of Basic and Applied Psychology, encontró que el 60% de los participantes habían mentido al menos una vez durante una conversación de solo 10 minutos, diciendo un promedio de 2.92 “inexactitudes”.
"La gente miente casi reflexivamente", dice Feldman. "No piensan en ello como parte de su conversación social normal". Pero la investigación mostró lo contrario.

Feldman opina que lo que hacemos al hablar así, no es tanto el tratar de impresionar a otras personas; sino que de mantener una visión de nosotros mismos que sea consistente con la forma en que nos gustaría que fuésemos.  Queremos ser agradables, hacer que la situación social sea más fluída o más fácil, y evitar insultar a los demás por desacuerdo o discordia.

Lo curioso de los resultados de este experimento, es que muestra que los hombres no mienten más que las mujeres, pero tienden a mentir para verse mejor.  La diferencia radica probablemente en que las mujeres mienten para que la otra persona se sienta mejor.  En una investigación similar y paralela relacionada con entrevistas de trabajo, se descubrió que las personas extrovertidas tienden a mentir más que aquellas que son de un carácter más introvertido.

Feldman asevera que los individuos deberían ser más consecuentes con el grado en que tienden a mixtificar, y la honestidad todavía produce relaciones personales y grados de confianza más genuinas hacia el prójimo.  Aprender a mentir es una etapa natural en el desarrollo infantil, y los impúberes se convierten en mentirosos más serios y melifluos a medida que crecen.

Mentiras en el lugar de trabajo

Otra investigación realizada por Jennifer Argo de la Universidad de Alberta, Canadá; examinó más profundamente las bases de la prevaricación* en el lugar de trabajo.  Las amenazas a nuestro sentido de identidad y a nuestra autoestima resultan ser factores determinantes cuando se trata de mentir a los compañeros de trabajo en lugar de hacerlo a extraños.  En otro estudio reciente de la que fué coautora, demostró que las personas en general están aún más predispuestas a mentirle a sus compañeros de trabajo, que a los extraños.

El factor determinante de esta actitud es que queremos lucir bien cuando estamos en compañía de otros, especialmente enfrente de aquellas personas que nos importan, y mentimos para, consciente o inconscientemente; proteger nuestra autoestima y estatus en el grupo.

El experimento consistió en poner a un sujeto en un escenario, diciéndole que había pagado más que otro compañero de trabajo por el mismo automóvil nuevo.  Cuando el compañero de trabajo en este escenario, mencionó lo que habían pagado, $200 o $2,000 más en diferentes versiones del experimento, se le pidió al sujeto que diese su opinión sobre este escenario.

Argo descubrió que sus sujetos estaban más dispuestos a mentir cuando la diferencia de precios era pequeña y cuando hablaban con un compañero de trabajo en lugar de hablar con un extraño.

En general, se ha descubierto que los consumidores mienten para proteger su identidad pública y privada, escribió Jennifer Argo en el Journal of Consumer Research con sus colegas de la Universidad de Calgary, y la Universidad de British Columbia.  Argo señaló que estaba sorprendida de que las personas estén tan dispuestas a mentirle a alguien que conocen, incluso por una pequeña discrepancia de precios.

Esto está estrechamente relacionado con que las personas aparentemente se encauzan en el corto plazo en engañar a alguien, solamente para salvaguardar su autoimagen y autoestima en el momento presente.  El riesgo con esto es que en el futuro, si la persona mentida se entera de la verdad, esto puede tener consecuencias a largo plazo para el embaucador.  ¡Por eso es que los mentirosos deben poseer excelente memoria!

Nadie hace hincapié en que el sueldo es una mentira, ¿no lo cree usted?

Nuestra humanidad

Es obvio y claro que nuestra naturaleza humana está pifiada.  Figuradamente, la historia de la humanidad está riada de mentirosos astutos y experimentados como la mendaz prensa y televisión americanas.  Cuantiosos delincuentes mienten y elucubran falsedades para obtener retribuciones ilegales, tal como lo hizo el fraudulento financiero Bernie Madoff durante muchos años. 

Este sinvergüenza habitual les escamoteó miles de millones de dólares a inocentes inversionistas hasta que su plan criminal falló.  La más sobresaliente mayoría de los tramposos son los políticos ignorantes y desgraciados, los sacerdotes pedófilos y degenerados en general, y los cuentistas abogados deshonestos.  Esta basura se encuentra a la cabeza de la competencia petate en las praderas del engaño y las vastedades de la mentira.

Usualmente, los individuos mienten para encubrir comportamientos erróneos, tal como lo hizo el nadador estadounidense Ryan Lochte durante los Juegos Olímpicos de Verano en el 2016 en Río de Janeiro, Brasil; diciendo que él y sus compañeros de equipo habían sido asaltados y robados a punta de revólver en una estación de servicio.  El hecho real fué que Lochte y sus compañeros, alta e irresponsablemente intoxicados con alcohol después de una fiesta, quienes fueron arrestados por guardias de seguridad armados después de destruír e infligir grandes daños a propiedad privada.  Estos pseudólogos* ganan notoriedad por el nivel de atrocidad, descaro o por lo dañina que sean sus calumnias e imposturas.

Resulta que mentir es algo en lo que la mayoría de nosotros somos muy expertos, incluídos los Papas católicos a través de la historia.  Mentimos con gran facilidad, en formas grandes y pequeñas, a extraños, a compañeros de trabajo, a amigos y a nuestros seres queridos.  Por ejemplo, les decimos a nuestras esposas que queremos a nuestra suegra.  Y decimos esto sin arrugarnos.  Las buenas (o malas) noticias es que nuestra capacidad de deshonestidad es tan fundamental para nosotros como nuestra necesidad de confiar en los demás, lo que irónicamente nos hace terriblemente inútiles para detectar mentiras.  

Desgraciadamente el ser mentiroso es un estado natural el que está estrechamente interpolado y engranado en nuestra propia estructura mental, tanto es así; que es honesto y sincero decir que mentir, es humano.  Pero es divino también.  ¿Qué cosas, no?

Ubicuidad*

La universal omnipresencia de la mentira fué documentada sistemáticamente por primera vez por Bella DePaulo -hace más de 20 años atrás-, una psicóloga social de la Universidad de California en Santa Bárbara, California.  DePaulo y sus colegas les pidieron a 147 adultos que mantuvieran cuenta durante una semana cada vez que intentaran engatusar a alguien. Los investigadores encontraron que los sujetos mintieron en promedio de dos veces al día.

La mayoría de estas falsedades eran inocuas, con la intención de ocultar las deficiencias de uno o proteger los sentimientos de los demás.  Algunas mentiras eran excusas: un sujeto atribuía el hecho de no sacar la basura de su casa al no saber a dónde tenía que llevarla, a pesar de que ya llevaba viviendo 17 años en la misma casa.

Sin embargo, otras mentiras, como la afirmación de haber estado en una guerra; tenían como objetivo presentar una imagen falsa.  Si bien se trataba de transgresiones menores, un estudio posterior de DePaulo y otros colegas que incluyeron una muestra similar indicó que la mayoría de las personas, en algún momento, han dicho una o más "mentiras serias", ocultando una aventura de un cónyuge, por ejemplo, o haciendo falsas reclamaciones en una solicitud de universidad. 

El problema que yo le veo a este estudio, es que no sabemos si los sujetos envueltos en él mintieron acerca de los resultados.  Somos todos mentirosos, ¿no?  Entonces la validez de este estudio puede que sea falso o deceptivo.  Por lo tanto y consecuentemente, no hay ninguna diferencia entre escuchar las indecentes añagazas que un fraudulento fraile nos esputa* desde un moralmente sucio púlpito, y las mentiras que un criminal produce para salvar su licencioso pellejo.

El que los seres humanos ostenten un dudoso talento para engañarse los unos a otros, no debería sorprendernos en absoluto.  Esta ambigua habilidad es quizá de origen genético.  Los investigadores especulan que la mentira como norma de comportamiento, surgió poco después de la aparición del lenguaje.  El lenguaje ofrece la capacidad de manipular a otros sin usar fuerza física o violencia.  Esto factiblemente ha conferido una admirable ventaja en la competencia por recursos, muy similar a la evolución de estrategias fementidas* en el reino animal, como por ejemplo, el camuflaje*.

Con un arte de mentir apropiadamente desarrollado, es muchísimo más fácil obtener poder comparado con otros modos de hacerlo.  Es mucho más fácil y menos riesgoso el obtener  dinero o riqueza de alguien usando elaboradas mentiras, que golpear a alguien en la cabeza o asaltar un banco. 

Las escusas normalmente son mentiras.  Las que no lo son, son razones.  Cuando nos levantamos tarde y no podremos llegar a tiempo a nuestros trabajos, mentimos echándole la culpa al tráfico, a un accidente automovilístico que bloqueó nuestra pasada, a que la electricidad se había cortado, a que tiene un hijo enfermo, que el bus no paró y lo dejó plantado, o que al carburador de su automóvil le dió peritonitis.  Diremos cualquier mentira para justificar nuestra irresponsabilidad, pero muy raramente diremos la verdad en este tipo de situaciones.

Como la mentira ha llegado a ser reconocida como un rasgo humano profundamente arraigado, los investigadores de ciencias sociales y los neurocientíficos han tratado de iluminar la naturaleza y las raíces de este dañino talento.  ¿Cómo y cuándo aprendemos a mentir? ¿Cuáles son los fundamentos psicológicos y neurobiológicos de la deshonestidad? ¿Dónde le ponemos coto a este comportamiento?  

Las investigaciones nos dicen que somos propensos a creer algunas mentiras, incluso cuando son claramente contradichas por evidencias claras.  Estas ideas sugieren que nuestra propensión a engañar a los demás y nuestra vulnerabilidad a ser engañados, son especialmente importantes en la era de las redes sociales.  Nuestra capacidad como sociedad para separar la verdad de las mentiras se encuentra bajo una amenaza sin precedentes, especialmente para los “milenials”.

Veamos...

Hay dos cosas que podemos decir con absoluta seguridad sobre los tristes seres humanos: nuestros dedos opuestos, los pulgares; nos dan una ventaja extraordinaria para usar herramientas.  Me pregunto: ¿por qué solo tenemos uno en cada mano entonces?, y la segunda cosa es que todos somos grandes mentirosos.  ¡Ha!  A los cuatro años, el 90% de los niños han comprendido y aprendido a manejar eficientemente  el concepto de mentir.  Y a partir de esa edad, empeora.

¿Qué tan malo es? Según un estudio hecho en el año 2002 por la Universidad de Massachusetts, actualmente el 60% de los adultos no pueden tener una conversación de diez minutos sin mentir al menos una vez.  Sé que estás leyendo esto ahora mismo pensando y creyendo que tú eres parte del 40% que no miente.  Eso es lo que también pensaron los mentirosos en el estudio cuando escucharon sus conversaciones grabadas.  Éstos se sorprendieron por la cantidad de mentiras que habían dicho.  ¿Qué cosas, no?

¡La verdad de la mentira es que les mentimos a todos!  Nuestros padres se llevan o se han llevado lo peor, esto de acuerdo a The Day America Told the Truth, una publicación de James Patterson (un autor y filántropo norteamericano).  Petterson dice que un 86% de nosotros les miente regularmente a nuestros padres, seguidos de cerca por nuestros amigos a quienes les mentimos un 75%.

A nuestros hermanos o hermanas les mentimos alrededor de un 73%, y a nuestros cónyuges con un diogénico* 69%.   Pero por lo menos, en general mentimos acerca de asuntos que no son realmente importantes, pequeñas cosas que creemos que nos harán lucir mejor o más agradables (a no ser la susodicha sea una suegra).  

En una encuesta realizada por una compañía británica que arrienda películas, el 30% de los clientes encuestados mintieron cuando se les inquirió si habían visto la película: “El Padrino”.  El asunto es que El Padrino es una película clásica, por lo que asumimos que todos la han visto, por lo tanto le creemos a cualquiera que nos diga que la han visto; sea esto cierto o nó. 

Como queremos conectar y encajar socialmente, decimos una pequeña mentira a la que llamamos equivocadamente “una mentira blanca”.  Esto a su vez hace que otros piensen que todos han visto la película y, antes de que darnos cuenta, 3 de cada diez personas están tratando de mantener una conversación dióptrica* sobre este filme clásico sin tener la más peregrina idea de lo que están hablando, pero asintiendo cuando alguien que ha visto la película hace un comentario sobre una parte de ella.

Pero a veces desgraciadamente mentimos sobre cosas que son importantes.  Según un cálculo basado en los resultados de varios estudios, el 40% de las personas mienten en sus hojas de vida o “curriculum vitae”.  Si bien esto es algo que los empleadores se tragan sin verificar pero que deberían tener en cuenta, es peor si usted es parte del 30% de los usuarios de Internet que buscan amor en un sitio de citas donde el amor no existe, y donde la gran mayoría de sus amigos imaginarios viven.

Según un prolongado estudio realizado por el magazine Scientific American, un 90% de las personas que buscan una cita en línea mienten descaradamente en su perfil.  La mayor mentira contada por las mujeres es sumamente obvia; de promedio, las mujeres afirman que pesan por lo menos 6 kilos menos de lo que realmente pesan.  No dicen que las patas de sus camas tienen várices por el peso.  Y por supuesto, mienten acerca de su edad.  Esto prueba que no hay ninguna mujer vieja.

Los hombres por otro lado, hacen uso fraudulento de sus perfiles para tratar convencer a los otros de que son más altos, más buenmozo, más ricos y/o mejor educados de lo que realmente son.  Aquí es cuando uno vá de flaite a profesional instantáneamente porque el papel y la Internet resisten cualquier cosa escrita.  ¿Qué cosas, no?

Pero bien, antes de que usted jure que nunca más en su vida volverá a confiar en nadie, reflexione sobre esto: un estudio realizado por la Universidad de Toronto descubrió que, en realidad; son las personas más confiables las que mejor pueden saber cuándo se les miente.  Esto es lo opuesto con los degenerados mentirosos del púlpito.

Otras mentiras

“Mentira” también  es una canción compuesta por el chileno Buddy Richard en 1982 y fué un gran éxito internacional para el cantante, compositor y musicólogo nicaragüense Hernaldo Zúñiga y, casi simultáneamente, también significó un gran éxito para la argentina Valeria Lynch.  Esta canción fué compuesta por Buddy Richard para participar en el concurso televisivo chileno de 1982 "Aplausos" en el Canal 13, el que ganó con esta trova.

Hernaldo dijo (¿se acuerda de Hernaldo?) "Lo escuché en la transmisión de un concurso musical en Santiago, Chile, mientras estaba sentado en la habitación de un hotel".  ¿Será verdad esto?  Después de esto, Hernaldo hizo la primera versión grabada de esta canción la que apareció en un disco en su álbum de 1982 titulado "A Tanto Fuego".  Si no me cree, pregúntele a “Florcita Motuda”.


La mentira más popular entre las mujeres es cuando le dicen a otra mujer: “¡Que bién te ves!”.  Y ni siquiera se arrugan para decirlo.  ¡Lo peor es que la otra se lo cree!  Por eso es que las mentiras funcionan.  Y claro, los hombres no mienten, solo emiten respuestas imprecisas.

Una cosa más...

Para cerrar, les ofrezco mis resoluciones para este nuevo año:


  • Haré que sucedan cosas buenas para otras personas, para aquellos aquí ahora; y para los que vendrán después de mí.
  • Cuando las cosas se pongan difíciles y me cueste cumplirlas, me recordaré a mí mismo que puedo lograr cualquier cosa con tiempo, esfuerzo, paciencia, capacidad de recuperación, y resistencia.
  • Cuando mi situación no sea la mejor, haré lo mejor posible con lo que tenga a mi alcance.
  • Seré ingenioso y responsable.
  • Voy a superarme como persona y esperar más de mí.
  • Estaré obligado a este mundo y a la gente en él.
  • Y finalmente, correré más rápido que mis sueños para poder atraparlos, porque mientras más dé, más disfrutaré mi vida.
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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Camouflage – Esta palabra francesa significa el uso de cualquier combinación de materiales, coloración o iluminación para el ocultamiento, ya sea haciendo que los animales u objetos sean difíciles de ver (crypsis) o disfrazándolos como algo más (mimesis).
Diogénico – Cínico, impúdico.
Dióptrico(a) – Transparente.
Esputa – Escupe.  Cuando estaba en el colegio les preguntaba a mis compañeros: ¿Tu madre esputa?  Lo que oían era: ¿Tu madre es puta?  Esto es un problema que causa la ignorancia del idioma Castellano. 
Fementido(a)  Que no tiene fé ni palabra.  Es un culto que se refiere a las cosas que son engañosas o falsas
Prevaricación  La prevaricación, o prevaricato, es un delito que consiste en que una autoridad, juez u otro servidor público quien dicta una resolución arbitraria en un asunto administrativo o judicial a sabiendas de que dicha resolución es injusta y contraria a la ley. ​
Pseudólogo – Mentiroso patológico.
Ubicuidad - Facultad que representa a una determinada persona para estar presente en dos lugares distintos y al mismo momento.  La palabra ubicuidad es de origen latín “ubique” que significa “en todas partes”.

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco

miércoles, 2 de agosto de 2017

La Historia del Sobre

Nadie nunca piensa seriamente en un sobre, ese insospechado envoltorio de papel que suele llevar documentos (y quizá otros objetos) dentro de él, y que es transportado a través de cortas y largas distancias (llueva o truene)  por todo el planeta.  No pensamos en él hasta que necesitamos uno de ellos y entonces decidimos qué tipo y tamaño de sobre queremos, pero aún sin nunca pensar en la larga historia de este práctico y anciano inventito.

La necesidad y la urgencia de comunicarnos son innatas a nuestra tan mal construída naturaleza humana, y por eso es que yo escribo, y usted lee.  Una de las convenciones de materializar estos inaguantables y demandantes impulsos de querer comunicarnos y mantenernos en contacto, se hace palpable en la redacción de cartas.

Después de la invención del papel y por siglos, las cartas eran dobladas y selladas con plomo, cera, lacre u otro apropiado sellador para efectuar la plica* de la carta y no se necesitaban sobres, entonces los servicios postales cobraban por cada hoja de la carta para lo cual debía violar el sello de éstas, contar las hojas para determinar una tarifa de envío, y luego re-sellar las cartas.  En la década del año 1840 -y debido a muchos reclamos de los usuarios del sistema de correos sobre privacidad- se efectuó una reforma postal que se implementó desde Inglaterra a los Estados Unidos.  Esta reforma postal contenía tarifas e importes más bajos de franqueo, lo que contribuyó a que más clientes, especialmente estadounidenses; usasen el servicio de correos en una forma más frecuente.

Las tarifas de envío ya no se basaron más en el número de hojas contenidas en la carta, sino que en el peso de ésta y la distancia que recorrería.  En el año 1851, el mismo año en que el General mexicano José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez reemplazó como Presidente a José Joaquín Antonio de Herrera (las malas lenguas dicen que porque tenía un nombre muy corto), el costo de una carta que pesase 28 gramos era de solo 3₵ (centavos) para los norteamericanos para enviar sus despachos a cualquier punto del país.

Historia

Hace ya más de 4.000 años y con mucha antelación a la invención de los sobres hechos de papel que usamos hoy, los babilonios diseñaron un envoltorio de arcilla para transportar y proteger importante correspondencia.  Estos ancestrales y primigenios “sobres” estaban manufacturados con arcilla porque el papel aún no se había inventado y durante el tiempo (4000 AEC) en se cree que la domesticación del Equus Caballus (caballo) comenzó en las estepas eurasiáticas cerca de Dereivka, Ucrania central.

La forma en que fabricaban estos sobres era relativamente simple.  Tomaban arcilla húmeda y la doblaban alrededor del mensaje el que estaba escrito originalmente en otra tableta de arcilla ya endurecida, entonces los bordes de la arcilla húmeda se presionaban alrededor del mensaje a enviar hasta envolverlo completamente, acoplando y sellando los extremos de la arcilla blanda.  Luego este sobre se cocía en un horno para que se endureciera y asegurándose así que la pastilla contenida dentro, estuviese salvaguardada.

Para obtener el mensaje contenido en la tableta que encerraba el sobre y poder leerlo, había que destruír muy cuidadosamente el envoltorio exterior de arcilla endurecida (el sobre) para no destruír la tableta que éste llevaba en sus entrañas.  Este práctico inventito fué el predecesor del sobre moderno.

Como pueden ver, los sobres tienen una luenga y útil historia.  Quizá la palabra “luenga” es apropiada aquí ya que tiempo después se usó la “lengua” para sellarlos.  Éste no es más que un abecedarianismo anastrófico fonético de letras y palabras en caso de que a usted se le “lengüe la traba”.

Por allá por el año 3.500 Antes de la Era Común (AEC) fué el período en que comenzó a usarse el Calendario de la Cuenta Larga Mesoamericana (Calendario Maya) por varias civilizaciones mesoamericanas precolombinas; período en que los chinos también usaban unos “sobres” esféricos hechos de arcilla para intercambiar mensajes secretos.  Estos sobres sellados de arcilla se usaban para mantener la “carta” fuera del alcance de individuos fisgones, y además para evitar cualquier falseamiento o alteración del documento original el que podía haber estado escrito sobre una tableta, seda u otro material como cuero, por ejemplo.  En aquella época en China la población en general no sabía leer ni escribir, por lo que los sobres de arcilla no eran empleados muy a menudo por la caterva habitual.

Prontamente la agudeza China se hizo patente en el desarrollo de los sobres.  Los chinos entonces desarrollaron el primer sobre de papel cuando éstos inventaron este tipo de usable pergamino alrededor del siglo II Antes de la Era Común (AEC) lo que correspondería aproximadamente a la época de las dinastías Qín (9th century BEC – 221 BEC) y Zhàn Guó (403 AEC–222 EC), los que son dos de los siete “Estados en Guerra” (Warring States).  Durante este período, en el mundo occidental, se desarrollaba la Primera Guerra Púnica en la que con la Batalla de las Islas Aegates, los Romanos hundieron la flota Cartaginesa, poniendo así fin a la Primera Guerra Púnica (241 AEC).

Papel

A este nuevo y útil invento le asignamos la palabra “papel” como nombre, palabra que es  etimológicamente derivada del Papiro, nombre que a su vez se deriva del Griego “πάπυρος” (papuros), naciente del nombre de la planta de Cyperus Papyrus la que se usaba para confeccionar un material análogo al papel pero bastante más grueso que éste, producto que era utilizado en la antigüedad para escribir.  Entonces papel se deriva etimológicamente así: Pa-pi-ro = Pa-pel.  ¿Qué cosas, no?

Este nuevo “papel” también hizo su poco dignificante pero gran debut en los excusados y retretes del Imperio Chino con un absolutamente práctico y conveniente uso higiénico.   El resto de la humanidad usaba palos, rocas, y hojas de alguna vegetación poco suertuda que se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

De Vuelta al Sobre

Entonces y antes del año 1845 de la Era Común, los únicos sobres de papel que estaban disponibles en el mercado  para uso casero o comercial, estaban hechos a mano -el mismo año (1845) en que el Estado de Florida fué admitido como tal convirtiéndose en el 27º Estado de la Unión en los Estados Unidos de Norteamérica- los británicos Edwin Hill y Warren De La Rue patentaron el primer dispositivo mecánico para la fabricación masiva de sobres de papel.

Edwin Hill fué un funcionario del Servicio de Correos de la Reina Victoria quien además de inventar la máquina de sobres, abogó por cambios legales y políticos en Inglaterra durante la Era Victoriana.

Warren de la Rue fué un pionero de la fotografía cósmica, y desarrolló un método a través del cual la mayoría de las observaciones astronómicas modernas se continúan haciendo con el uso de este método.

Alrededor de 50 años después del invento de la máquina de sobres, se inventó una máquina que le agregaba goma a la tapa de los sobres, entonces los sobres venían pre-engomados y solo había que pasarles la lengua o mojarlos de algún otro modo para sellarlos.  Anteriormente a este adelanto, para cerrar los sobres se usaba cola, cera, o algún pegamento aplicado manualmente para sellar el sobre.

En nuestros tiempos, los sobres abarcan una colosal variedad tamaños, colores, materiales y personalización.  A pesar de esto, el sobre aún no estaba quieto, y en Junio 10 del año 1902 –año en que la Compañía Francesa del Canal de Panamá se ofrece a vender su derecho a construír un canal para los Estados Unidos por 40 millones, lo que cambió la preferencia de construír este canal de paso en Nicaragua- el inventor norteamericano nacido en Kentucky, Americus Franklin Callahan mientras vivía en Chicago, Illinois, obtuvo una patente para el primer sobre con ventanilla.  La industria de cobros rápidamente adoptó estos sobres para enviarnos las odiadas cuentas, y lo que vemos a través de esta ventanilla nunca nos gusta.

Nota del Autor:
Hay una anécdota que dice que antes de la invención del sobre, un necesitado Emperador Chino desconocido, le afeitaba una pierna a un esclavo, luego escribía su mensaje en ella, esperaba que el cabello le volviese a crecer para así encubrir el mensaje, y entonces enviaba al esclavo a su destino.  Una vez que el esclavo arribaba a su destinación, le volvían a rasurar la pierna para poder leer el mensaje.  Algunas de las contrariedades de este mañoso sistema radicaban en que el mensajero no debía de bañarse para no arruinar el mensaje, por lo que estos mensajes generalmente eran bastante hediondos, el esclavo debía de ser lo suficientemente peludo, y el mensaje de ninguna manera podía ser urgente.

Otro Elemento Postal – La Goma

La palabra “goma” se refiere a pegamento, y su nombre proviene del Ficus (Higo) elástico, Gomero, o árbol del Caucho, una especie perennifolia del género de los higos que es nativo del Este de la India y del Oeste de Indonesia.  Cuando a este árbol se le hace una incisión en la corteza, produce abundantes cantidades de látex (derivado de Ficus Elasticus) el que es un material viscoso y adhesivo.  

Cuando usted le pasa su lengua traposa a la tapa de un sobre para sellarlo, ¿se ha preguntado alguna vez de qué está hecha la goma a la que le pasa su lengua tan despreocupadamente y que después se traga el resto que le queda pegado en su lengüita?  Para su tranquilidad, la mayoría de los pegamentos que se utilizan hoy para pre-engomar los sobres están hechos en base a goma Arábiga, la que es perfectamente digerible aunque usted no hable el idioma. 

La goma Arábiga (la que a veces es referida como goma de Acacia) es un pegamento natural preparado de la savia cuajada de varias especies de Acacia.  La Acacia es un género que abarca aproximadamente 160 especies de árboles y arbustos en la familia de los guisantes (Fabaceae).  Las acacias son nativas de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, particularmente Australia y África.

Hoy en día, la goma Arábiga se cosecha primariamente de dos especies, la Acacia Senegal, y la Acacia Vachellia.  Normalmente, los productores recolectan esta “goma” en forma comercial de árboles silvestres, y la mayoría de este producto -el 80%- proviene de Sudán.  También esta savia se recolecta en el Sahel, que es la zona ecoclimática y biogeográfica de transición en África entre el Sáhara del norte, y la Sabana sudanesa del sur; desde Senegal hasta Somalia, aunque históricamente la goma Arábiga se cultivaba mayormente  en Arabia y Asia Occidental por lo que de aquí proviene su nombre original.

¿Cuánta Goma Arábiga Consumimos?

Aunque usted no lo crea, lo más probable es que usted consuma una alta cantidad de goma Arábiga todos los días en las muchas cosas que come y lengüetea.  La goma Arábiga es un componente necesario y específico para una gran plétora de alimentos, la que se comporta como estabilizador para alear (ligar o engomar) alimentos para que éstos mantengan su firmeza en una pieza.

¿Dónde se encuentra la Goma Arábiga?

Postres y Confecciones

La mayoría de los dulces y calugas* duras que comemos se fabrican con goma Arábiga, la que contribuye a prevenir que el caramelo se pegue en los dientes, y hace que el dulce dure más tiempo en la boca.  A los helados con un contenido de grasa bajo también se les agrega goma Arábiga.  El polvillo blanco que cubre la goma de mascar, es mármol pulverizado.  ¿Qué cosas, no?

Soda y otras bebidas

La mayoría de las sodas o gaseosas que bebimos contienen goma Arábiga.  Este ingrediente actúa como un aditivo que absorbe el agua, lo que resulta en una bebida más espesa y quizá de mejor sabor cuando toca sus papilas gustativas.  Este efecto que produce una textura más densa hace que la soda se mantenga adherida a la lengua durante un corto lapso, lo que le permite a usted degustar más la dulzura de la bebida.  La goma Arábiga también es común como estabilizador en la cerveza, la que se usa para evitar que la fermentación continúe una vez que el proceso de preparación se haya  terminado.

Semillas Confitadas

Semillas como nueces, almendras, anarcados*,  pistachos, pecanas* y otras nueces confitadas con miel o azúcares, normalmente contienen goma Arábiga.  La goma Arábiga ayuda a que la sal, el azúcar u otras especias usadas en la confitura de estas semillas se adhieran a las nueces antes del proceso de tostado de éstas.  Entonces al tostar las nueces, la evaporación de la humedad de la goma Arábiga hace que las especias se aglutinen con la nuez.

Alimentos variados

Una gran cantidad de aderezos o adobos para ensaladas con poca grasa contienen varios tipos de aglutinantes, incluyendo goma Arábiga.  Esto se usa para substituír parte de la grasa y para impedir que el aceite y el agua se separen.  Los productos que emplean goma Arábiga incluyen mostaza, productos de huevo, productos lácteos, cremas, queso y postres manufacturados con leche tales como pudín o budín.  También se le agrega goma Arábiga a productos como, avena, cereales y pan.

Suegras Profesionales, Políticos Mentirosos, Abogados Indecentes, y Frailes Degenerados

Se cree con mucha base lógica y demostrada que la mayoría de estos individuos están fundamentalmente hechos de goma Arábiga, porque después de que uno entra en contacto con cualquiera de ellos -accidentalmente o por necesidad; es casi imposible sacárselos de encima.  Como solución para esto, hay que usar la misma técnica efectiva que se usa para ignorar y protegerse de un ataque verborreal de una suegra profesional: simplemente hay que hacerse el muerto.

Por lo tanto, no se preocupe de los vestigios que le queden en la lengua después de lamer un sobre, o de las cosas que ponga en su boca o en su lengua que contengan goma Arábiga, porque la preocupación, cualquier preocupación; es siempre agotadora.  A veces yo vivo preocupado de no preocuparme, y eso me preocupa mucho porque la preocupación de no preocuparme me mantiene preocupado en preocuparme de no preocuparme de las preocupaciones que me preocupan, ¡y esto es una preocupación muy preocupante para estar preocupado de preocuparse!  Así que no se preocupe.

Ahora ya me cansé de escribir, así que me voy a meter al “sobre” para tomarme una siestecita.


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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Abecedarianismo – Orden rudimentario de letras o palabras creadas relevantes a un orden alfabético predispuesto en una frase.
Anarcado – Cashew, también conocido como Marañón.
Anastrófico – La inversión de orden de letras y palabras como dispositivo retórico.
Caluga – Chilenismo para Toffee.
Pecana – Nuez americana.
Plica – Sobre sellado, lacrado.

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco

domingo, 1 de noviembre de 2015

Civilizaciones

A nosotros los bojigangas humanos nos encanta clasificar todas las cosas o para ordenarlas, o para hacerlas un beneficio propio.  En cualquier caso, cuando hacemos esto lo hacemos en una forma egoísta y arbitraria que nos haga la vida más fácil, o para aislarnos de lo que no queremos o aborrecemos.  Y entonces determinamos límites, instauramos reglas, fijamos fronteras, establecemos niveles para casi todo, trazamos líneas divisorias, codificamos contornos, circunscribimos periferias, perfilamos contextos, maquinamos metas, tasamos bordes, medimos cúspides, delimitamos profundidades, arqueamos la naturaleza, y calibramos, graduamos y acordonamos nuestros tan variados y tan poco justipreciados comportamientos. 

El problema con esto, es que nos olvidamos de la naturaleza que enclaustra y esconde la raza humana grabada en su insana genética, y dejamos su particularidad fuera de este desequilibrado orden al que llamamos inconsciente e ignorantemente: Civilización.  Como nota aparte, quiero aclarar que no desestimo a la raza humana como especie, sino que a su depreciada capacidad nomotética de razonamiento colectivo.

Este es un problema serio porque contrario a lo que la ignorancia catervática que predica idióticamente la imbecilidad universal de que todos somos iguales -a pesar de que cada uno de nosotros somos tan individuales y tan diametralmente diferentes los unos de los otros- nos encajan en el mismo envase rotulado "un-tamaño-para-todos", en esa cajita con la errada etiqueta sellada con la zafia retórica: "civilización".  La civilización es un sueño incumplido, un orden incompleto e inexistente, es una fantasía a la que nos aferramos desesperadamente para darle cierto sentido a nuestras coexistencias como especie, la que hasta ahora, no tiene un destino común conocido alguno.

Cualquiera se dá cuenta de que su amigo, su vecino, o cualquier otro perecedero mortal que anda por la calle; no comparte el mismo nivel de "civilización" que usted confina en su ser, o cree poseer.  El hecho es que en el mundo en que vivimos, aún quedan humanos que no han evolucionado mucho desde su bacteriano origen hacia el comportamiento y proceder cuadrúmano.  Hay muchos de estos seres que aún viven en el período Antropoceno, y que mental y cívicamente aún subsisten como Hedera Helix (hiedra) en nuestras sociedades contemporáneas.  Nadie sabe cuántos rezagados y otros pardales misceláneos están disimulados en nuestras sociedades descolgándose desde los períodos previos al nuestro, y que aún viven, conviven y sobreviven apretada y camufladamente entre nosotros.

La evolución más difícil de conseguir es la evolución intelectual y mental.  La evolución física y fisonómica está garantizada en forma natural, cíclica y cronológica.  Es sólo cosa de tiempo y medio ambiente amasados cuidadosamente por los instintos de conservación y capacidad de adaptación de la especie.  El hecho de que su vecino parezca un simio, no es culpa de él, pero el nivel de desarrollo intelectual que conlleve; lo es.  El destontarse es una responsabilidad personal y no es transferible.  Por supuesto que la oportunidad para conseguir esto, juega un gran papel.

Por eso es que en nuestra "civilización" los hay mezclados terroristas, bárbaros, giles que creen en un dios o en otro, brutos, astutos, amables, inteligentes, imbéciles, conscientes e inconscientes, y por más civilizados que creamos que somos, y aunque tan distintos; somos todos de la misma especie.  De la misma especie.  Ser de la misma especie no significa bajo ningún punto de vista de que somos todos iguales.  Si alguien le ha enseñado lo contrario y usted lo cree, usted es incivilizado; y probablemente una migaja pseudo-mental perdida de alguno de los oscuros, enigmáticos y variados peldaños de la larga y empinada escala de la evolución humana.  El retrasarse civilmente no es un delito, ¡no actualizarse lo es!  

¿Regresión de la especie?

Los seres humanos sufrimos de la triste perturbación de proyectar una falsa uniformidad social y cívica para apoyar nuestras interminables y fantasiosas teorías.  Es prácticamente imposible cuantificar las tendencias evolucionarias de cada grupo social en la escala de civilizaciones, entonces optamos por clasificarlas bajo una "uniformidad social de grupos" cuando nos es más ventajoso para escudar y excusar nuestros livianos silogismos.  Esto irremediablemente conlleva a la regresión evolutiva y social de la espacie humana.

Esto no significa que nuestra especie no sea capaz de elaborar o forjar tendencias de desarrollo evolutivo, sino que no sabemos y no somos capaces de juzgar imparcialmente lo que hemos aprendido del pasado, entonces acrecentamos nuestra capacidad de cometer errores en el presente.  Esto pasa porque somos flojos y tenemos la peligrosa tendencia de simplificar demasiado nuestros problemas y desafíos presentes porque esa decaída actitud nos acomoda más.

A pesar de que nuestro acuoso planeta tiene suficiente espacio seco para acomodar una infinidad de civilizaciones y se las arregla para mantener aunque frágilmente, un equilibrio en nuestra capacidad de sobrevivir, esto no nos granjeará sobrevivencia como especie porque nos pasamos la mayor parte del tiempo peleando, explotándonos y matándonos entre nosotros; y defendiendo nuestros ridículos "derechos" y "creencias" en vez de trabajar juntos por la sobrevivencia de la especie.  Esto se llama regresión, y nosotros y nuestra actual civilización, somos expertos en esto.

El progreso tiene la imbuída capacidad de florecer en cualquier ambiente, lugar, o situación; incluso dentro de la regresión.  Esto queda demostrado en que una dada "civilización", en casi todas las generaciones de ésta ha existido y existe un exiguo grupo de individuos que son capaces de alcanzar preponderantes avances en ciencia y tecnología, a pesar de que la mayoría de los individuos de esa misma generación están en franca regresión moral, tecnológica, cívica e intelectual.  Estos individuos son los chupasangres de nuestras civilizaciones.  No porque un urbanita sea capaz de residir en una ciudad se convierte en una persona civilizada, aunque haya tenido educación porque la medida de la civilización no es su complejidad.  Civilización encierra más que eso.

En un sentido personal y subjetivo más amplio, creo que la civilización no sólo significa la seguridad, la comodidad y el esplendor en las necesidades cotidianas, sino que además debe de ser complementada y aumentada con el refinamiento y generoso incremento del conocimiento, y abundantemente condimentada con el amplio cultivo de las virtudes humanas con el solo objetivo de exaltar la vida productiva humana a un nivel superior.  Esto trae felicidad.

Como no hay mucho que podamos hacer con respecto a esto en forma masiva, y como aún no tenemos un válido y vigoroso resquicio para salir de este enfermo estuche al que rubricamos con una irresponsabilidad neurótica: "civilización"; entonces soñemos un poco.

La Escala Kardashev de Futuras Civilizaciones

Un astrónomo ruso muy astuto y visionario de nombre Nikolai Kardashev, quien es además astrofísico, Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas, y es el Director Adjunto del Instituto de Investigación Espacial de Rusia (a veces traducido como El Instituto de Investigación Cósmica) de la Academia de Ciencias de Rusia en Moscú, inventó esta curiosa escala de civilizaciones.

Este clarividente y despabilado señor propuso por primera vez en 1964 lo que llamamos la Escala Kardashev.   La Escala Kardashev propone varios niveles de civilización a partir de una amplia gama de escalas de poder, hasta la inclusión del uso de métricas distintas al poder o energía puras.  La Escala Kardashev es un método para medir niveles de civilización y de avance tecnológico basados en la cantidad de energía que una civilización es capaz de producir, manejar y utilizar para su beneficio.

Esta escala tiene designadas tres categorías denominadas Tipo I, II, y III.  Una civilización de Tipo I utiliza todos los recursos disponibles en su planeta de origen, hasta que los agota completamente y destruye el planeta y haciendo esto; arrastra a la especie a la extinción.  ¿Le parece familiar este escenario?

El Tipo II le perdona la vida a su planeta y se dedica a aprovechar toda la energía posible proveniente de su estrella; y el Tipo III obtiene y emplea íntegramente la energía que puede explotar de la galaxia en que su planeta está estacionado.  Por supuesto que la escala es solamente hipotética, pero a la incivilizada raza humana le pone el consumo de energía y sus potenciales usos en una perspectiva cósmica más civilizada.

También están las categorías IV y V de Civilización, pera ya hablaremos de ellas un poco más adelante.  Por si se está preguntando, nuestra sociedad contemporánea completa, incluído usted, yo y el gato del vecino, está clasificada como Nivel 0, porque no hay niveles menores o negativos en esta graduación.  Estamos medios jodidos, ¿no cree usted?

Si usted está pensando que esto es pura especulación filosófica, déjeme darle un ejemplo.  Es cierto que a veces las especulaciones filosóficas no logran describir la naturaleza de la realidad, como fué la antigua proposición Griega clásica que los cielos estaban compuestos por un quinto elemento: el éter.  Después de que los avances científicos y tecnológicos descifraron "los cielos", esta proposición fué destronada atendiendo a los hechos reales.  Sin embargo, en diferentes ocasiones, las especulaciones filosóficas a la postre resultaron ser bastante exactas.

Por ejemplo, en el siglo IV antes de la Era Común (AEC), el filósofo Demócrito(1) dedujo que el universo estaba compuesto por unidades indivisibles de materia conocidas como "átomos".  Esta creencia se justificó y comprobó más de 2.000 años más tarde por el físico teórico alemán Albertito Einstein, conocido por sus amigos como "el Beto".

(1) Demócrito, oriundo de AbderaTracia, fué un  griego presocrático filósofo y matemático que vivió entre los siglos IV a V AEC.  Fué discípulo de Leucipo y se le apodaba "el filósofo que ríe", porque siempre se reía de lo que él, u otros decían.  De aquí se deriva el calificativo "Abderiano(a)" para denominar a aquellos que se ríen tontamente sin sentido o causa cuando hablan, o cuando escuchan a otro.

Entonces, ¿cómo se define "civilización"?

Según una concisa pero acertada descripción contemporánea, "civilización" se definiría como: "Un estado avanzado en el cual la ciencia, la industria y el gobierno han llegado a un estado evolucionado y perfeccionado de desarrollo y estabilización de la sociedad humana en un alto nivel de cultura".  Como usted puede ver, no estamos ni cerca de esto y por eso es que somos Nivel 0.  Quizá si nos pudiéramos deshacer de los políticos falaces, de los curas depravados y de los abogados livianos; nos podríamos actualizar por lo menos al Nivel 0.5 con beneficios.

Nuestra(s) Civilización(es) Actual(es)

Los científicos sociales tales como Vere Gordon Childe, un arqueólogo y filólogo australiano quien se especializó en el estudio de la prehistoria europea; han definido una serie de rasgos que se supone distinguen a una civilización de otro tipo de sociedad.  A través de la historia, las civilizaciones se han distinguido por sus medios y capacidad de subsistencia, por sus tipos y niveles de medios de vida, por sus patrones de asentamiento y colonización de sus espacios vitales, por sus formas de gobierno, por su escalada estratificación social, por sus sistemas económicos, por su nivel de alfabetización, y por otros varios surtidos y heterogéneos rasgos culturales.

Si tratamos de clasificar nuestras sociedades coetáneas, podremos ver que hay muchas y con muy pocas áreas comunes entre todas ellas.  Lo único que estas civilizaciones pasadas y presentes tuvieron y siguen teniendo en común, es que todas ellas han dependido y siguen dependiendo pesadamente de la agricultura.  Como diría el famoso y acertado poeta Cubano de los cuatro acentos don José Julián Martí Pérez (conocido como José Martí): "¡El resto es "mielda", chico!".

En comparación con otras sociedades, algunas de nuestras concurrentes sub-civilizaciones tienen estructuras políticas más complejas, como por ejemplo, el Estado.  Las sociedades estatales son más estratificadas que otras sociedades, en las que impera una mayor y más marcada diferencia entre las clases sociales que la componen.  La clase dominante, normalmente concentrada en las ciudades, tiene el control sobre gran parte del excedente monetario e industrial (de dicho Estado), y ejerce su voluntad a través de acciones forzadas por un gobierno, o por una burocracia.  ¿Le suena conocido?

Civilizaciones se hacen de sociedades, y sociedades las forman individuos.  Para que esto funcione y para que los individuos de una sociedad progresen y evolucionen como grupo cohesivo, tienen que tener fines comunes y compartidos.  De hecho, nuestras sociedades están tremendamente divididas entre sus individuos, entonces lo que tenemos son distintas creencias, distintas metas, distintos objetivos, distintas leyes, somos de variados colores, diferentes en configuración y forma, no hablamos un lenguaje común, dilatamos el hambre y la pobreza, entretenemos la honestidad con la impudicia; y nuestros compases y bitácoras morales están descentrados y completamente desnivelados en Latitud y Longitud

Desafortunadamente todos estos factores trabajando al unísono y en una misma dirección son elementos necesarios para el progreso no solo de la especie, sino que también del civismo.  El concepto de progreso proyecta un destino.  La teoría de la evolución nos conecta con el mundo natural, que explica cómo y por qué somos una parte de la naturaleza.  Progreso y evolución no son lo mismo, pero trabajan juntos.  Al parecer, en nuestra especie los únicos coeficientes en que tenemos comunión dentro de nuestras racionadas, surtidas, mal dotadas y desiguales sociedades; es el comer, cagar y dormir.

Si miramos a nuestras actuales "civilizaciones" con el teórico Cedazo de Conflictos, todas nuestras culturas humanas y civilizaciones actuales están basadas en un sistema político de alguna clase, lo que conlleva una marcada y perpetua desigualdad social para poder funcionar; o sea que hay un entuerto mayúsculo de civilizaciones fallidas y culturas pifiadas que nadie puede entender, ¡y ninguna de ellas funciona bien o es "justa"!  Martí también dijo: "La Libertad y la Justicia son una fantasía, vivir de sueños es lo verdadero".  Bueno, por eso es que somos una civilización Nivel 0.  ¿Qué cosas, no?

¿Y ahora qué?

Creo que estamos alcanzando (si es que ya no estamos allí) un punto pivotal inevitable de inflexión en nuestras sociedades como un solo cuerpo relacionado e incluyente.  Según dice el renombrado físico teórico Michio Kaku, un futurista Americano; los próximos 100 años en los avances de nuestras ciencias determinarán si nos extinguimos como especie; o florecemos.  100 años de ciencia determinarán si nos quedamos estancados como civilización de Tipo 0 y perecer, o iniciaremos como sociedad cohesiva nuestro tránsito hacia el Universo.  

Tienen que ser por lo menos 100 años porque de a cuerdo al filósofo Carlos Gardel: ¡20 años no es nada!  En caso de que usted esté un poco perdido con lo orígenes de Carlitos Gardel; su nombre de pila fué Charles Romuald Gardes, y fué un francés-argentino cantante, cantautor, compositor y actor, y la figura más prominente en la historia del tango.  

Los teoristas sobre tiempos futuros afirman que a medida que nuestra civilización crece y se torna más avanzada y vanguardista, sus demandas de energía aumentarán diametralmente y en forma acelerada debido a su explosivo crecimiento demográfico, lo que conllevará necesidades energéticas inherentes a sus diversos sistemas de sobrevivencia.  Teniendo en cuenta estos factores de impulso, la Escala Kardashev fué desarrollada específicamente como una forma de mesurar el avance tecnológico de una civilización, basada en la cantidad de energía utilizable que ésta necesita, tenga a su disposición, y pueda manejar para satisfacer sus variadas necesidades de aplicación y uso.

De la forma en que funcionamos como especie, necesitamos unos cuantos cientos de años para planificar solo 20, y para alcanzar sociedades desarrolladas, inteligentes y sostenibles, debemos de pensar y planificar en el orden de miles de millones de años, porque nuestra civilización actual necesita desarrollar e integrar planes de alcance inter-generacional con metas que se proyecten más allá de nuestras progenies; entonces estos planes de largo alcance necesitan ser desarrollados hacia un futuro lejano, pensando en generaciones de Tipo II.

¿Por qué digo esto?  Aparte de porque estoy loco, es porque creo que no entendemos ni podemos vislumbrar el futuro.  Si lo pudiésemos hacer, haríamos algo al respecto.  Por ejemplo, sabemos que a nuestro planeta le quedan alrededor de unos mil millones de años (más o menos) antes de que se torne completamente inhabitable.  ¡Claro!  ¿Por qué nos importaría si para ese entonces todos nosotros ya estaríamos muertos?  Sí, el problema es que nosotros morimos hoy, pero la especie se extingue mañana. 

Paralelamente, nuestro Sol entrará en su etapa natural de expansión y morirá de un ataque de fusión termonuclear surtido, y mientras lo hace; evaporará nuestros océanos en menos que canta un gallo, y freirá todo lo orgánico e inorgánico, incluyendo nuestra especie y la roca en que vivimos.  Pero eso es un problema de algún otro individuo en el futuro, ¿verdad?   Este es el típico pensamiento teorético de la filosofía fundamental política.  

Los problemas transcendentales requieren mucho tiempo de planeamiento y transición porque las soluciones de última hora siempre fallan.  La falta de responsabilidad en planear un futuro que no nos pertenecerá, podría ponerle fin a dos mil millones años de evolución.  Es incómodo y molesto pensar en esto, pero es cierto.  Uno de los muchos problemas que yo tengo es que soy un irremediable optimista despiadadamente empedernido y brutalmente sincero, pero cuanto más aprendo sobre nuestra civilización; más concluyo en que nuestra especie es suicida.  Espero que alguien me demuestre que estoy terriblemente equivocado.

La Escala

Aquí la cosa se complica un poco más.  Ponga atención:

Como mencioné anteriormente, en el año de 1964 esta escala fué originalmente diseñada por el astrofísico ruso Nikolai Kardashev.  Kardashev en ese entonces se entretenía todo el día tratando de descubrir señales de vida extraterrestre que pudiesen estar embutidas dentro de señales cósmicas.  Para referencia, también en ese año bisiesto (1964) hubo múltiples pichangas simultáneas en el patio verde de los Maristas, y el glorioso Buque Manicero se paseaba enseñoreándose por la plaza Victoria en Valparaíso, Chile.  Aparte de esto, ese año en la sociedad chilena y en Chile no pasaba absolutamente nada.  Aquí en el Norte, en 1964 se produjo el primer Ford Mustang, de los cuales se vendieron 418.812 modelos entre los meses de Abril y Diciembre de ese mismo año.

La escala cuenta con 3 diferentes clases como base, y cada una con un nivel de energía disponible en términos de Watts: Tipo I = (10¹⁶W), tipo II = (10²⁶W) y tipo = III (10³⁶W).   Otros astrónomos han ampliado la escala a Tipo IV = (10⁴⁶W) y a Tipo V, en que la energía disponible para consumo en este tipo de civilización sería igual a toda la energía disponible no sólo en nuestro universo; pero en todos los universos y en todos los tiempos futuros. Estas adiciones consideran tanto el acceso a la energía, como a la cantidad de conocimiento que las civilizaciones tengan acceso y sostengan.

Primeramente es crucial considerar que la raza humana ni siquiera ha llegado al nivel básico de esta escala, lo que demuestra que no somos más bestias porque no nos alcanza el tiempo.  Estamos pegados en este desheredado nivel porque hemos sido incapaces de sobrevivir, mantenernos vivos y producir la energía que necesitamos sin depender de la agricultura y un surtido de animales muertos, por lo que seguimos siendo una pobre civilización de un rendido Tipo 0.   Para poder avanzar más rápido y en una forma más progresiva y tener algunas reales posibilidades de encaramarnos a una civilización de Tipo I, deberíamos considerar seriamente el eliminar permanentemente la pesada carga muerta que representan los dodoistas mamales circuncidados mentales sin moral evolucionaria; a quienes me he referido anteriormente en forma seguida y con un dedicado y honesto cariño negativo.

Volviendo a las predicciones del físico futurista Michio Kaku, éste cree (o se imagina) que podríamos alcanzar una clasificación como civilización Tipo I durante los próximos 100 a 200 años; y quizá en más tiempo.  Quizá míster Kaku sueña muy alto (lo que es bueno porque necesitamos soñadores progresistas).  Si consideramos que el hombre apareció en esta rotatoria pelotita celeste en la que vivimos juntos y revueltos desde hace unos 65.000.000 de años empezando con los primates. Si le agregamos a esto otros 2,015 años, según la última vez que sumé esto me dá 65.002.015 años de evolución.  ¿Y todavía estamos en el Nivel 0?  Quizá 100 o 200 años sea un poco irrealista. 

Ahora se preguntará usted, ¿qué realmente significa y representa cada uno de estos arbitrarios niveles altamente jerarquizados de civilización en términos más concretos y entendibles?  Ahora que aterrizamos convenientemente en el utópico campo de la fantasía inducida y auto infligida --conocida en otros círculos como "religión"-- hablaremos en detalle de esta futurista hipótesis sobre esta ponderadas "civilizaciones" posteriores.

Los Distintos Tipos de las Civilizaciones Kardashev

Tipo I

El concepto contenido en esta categoría Tipo I, implica que las especies de una civilización en general han sido capaces de conquistar y aprovechar eficientemente la mayoría, o toda la energía termonuclear de una estrella cercana o de otra fuente astral de energía utilizable para su recolección y almacenamiento.  Este acopio de energía aprovechable será utilizado para satisfacer las crecientemente agresivas demandas de energía de una población que se reproduce y multiplica rápidamente.

Para conseguir esta meta en forma estable, nuestra civilización conjunta tendría que aumentar su producción actual de energía en más de 100,000 unidades, siendo el valor de una unidad la energía que producimos mundialmente hoy en forma planetaria conjunta en un año.  Otra forma de conseguir esta ambiciosa meta requeriría que fuésemos capaces de emplear eficazmente y sin desperdicio la energía existente en todo el planeta, teniendo un control permanente y constante sobre todos los recursos de energía naturales disponibles en la Tierra.  

Mi abuelo solía decir astutamente: "La Humanidad comenzará a progresar rápidamente sólo cuando las razas se civilicen".  Como un gran conjunto de razas surtidas, si nosotros los lastimosos seres humanos dejásemos de pelearnos por pendejadas entre nosotros y nos concentrásemos en un fin común; podríamos controlar los volcanes, el clima, los terremotos, los tsunamis, la biota, los ríos, el mar, el viento, la temperatura, ¡e incluso los abogados, frailes y políticos!  Sé que soñar no cuesta nada, pero es una idea alcanzable.  

Para alcanzar este tipo de nivel de civilización habrá que generar proezas extraordinarias, hazañas titánicas, gestas épicas y epopeyas aparentemente imposibles de visualizar, pero en comparación a los avances científicos y tecnológicos que nuestra especie aún puede generar, esto nos dan la esperanza de superar estos niveles básicos y primitivos de control que poseemos ahora.  Estos avances que debemos desarrollar no son nada comparados con el calibre de los que alcanzarán las sociedades con una clasificación más alta.

Tipo II

El consecuente sucesor de la civilización Tipo I, es un salto mayúsculo al Tipo II.  Recuerde que a esta altura estaríamos "civilizados" por lo que trabajaríamos juntos por una misma meta y así avanzaríamos más rápido.  Los individuos que conforman la civilización Tipo II, empíricamente deberían ser perfectamente capaces de administrar, distribuír y aprovechar completamente el poder y la energía captable de su estrella más cercana; y no sólo logar la metamorfosis de los fotones estelares a energía pura, pero además obtener el control, manipulación, y la administración de la estrella en cuestión.  Las mecánicas y métodos propuestos para agenciarse este dominio energético varían en concepción e idea.

Hasta la fecha, el método propuesto más asequible y menos lejano a la realidad para alcanzar esta meta, es la presunta "Esfera de Dyson".  Esta gigantesca esfera hipotética consiste en una mega estructura que enclaustra completamente una estrella, entonces teniendo la estrella capturada en estas condiciones de aislamiento se podría cosechar la mayor parte, o la totalidad de la potencia energética contenida en este poderoso cuerpo celeste.

Esta mega recontra grande y circumbirúndica estructura (la Esfera de Dyson) sería entonces capaz de abarcar cada pulgada de la superficie de la estrella, y de esta forma; la recopilación de la mayoría --si no toda-- de la producción energética de la estrella podría ser recolectada para su transferencia a nuestro planeta para su proceso y uso posterior.  Por otro lado, si pudiésemos domar la energía de fusión nuclear que es el mecanismo primordial que estimula a las estrellas; esto significaría el poseer un reactor de mega escala que nos serviría para procesar esta energía y satisfacer nuestras canibalísticas necesidades energéticas.  Con estos inventitos, también podríamos cazar las enormes masas de gas espacial con un reactor orbital para así utilizar su hidrógeno, extrayéndolo lentamente a medida de que lo necesitemos.

¿Qué significaría para nuestra especie el tener a nuestra disposición esta formidable fuente de energía?  Contabilizando las posibles armas y equipo bélico que pudiésemos construír en base a este manantial extraordinario de energía, hasta hoy; nada conocido por nuestra ciencia podría destruír una civilización del Tipo II.  Además, esta energía a nuestra disposición nos abriría las puertas del universo de par en par.  También nos serviría efectivamente para defendernos de posibles ataques de otras civilizaciones galácticas, o de catástrofes cósmicas.  

En el estado de Tipo II, si ocurriese que un meteoro u otro cuerpo sideral del tamaño de nuestra luna o más grande penetrasen nuestro sistema solar en un curso de colisión directo con la Tierra, tendríamos la capacidad tecnológica para pulverizar y desatomizar ese objeto mucho antes que se aproximara a nuestro aguado planeta.  O quizá pudiésemos acelerar la velocidad elíptica de nuestro planeta para hacernos a un lado y dejar que la roquita sideral siga su camino y choque con otro desprevenido planeta. 

Pero si no quisiésemos alterar el movimiento natural de la Tierra, podríamos re-dirigir la piedrita astral el hacia el sol, o hacia un hoyo negro y que se joda.  Para hacer esto, tendríamos que tomar decisiones sin envolver a los políticos porque de otra forma, nunca podríamos ponernos de acuerdo para tomar una resolución de ninguna especie, y energía abundante o nó, con planeta y todo nos iríamos al Horno.  Entonces, teniendo el control y manejo de un planeta o de una estrella, acumularíamos más que suficiente energía para proteger a nuestra civilización humana y tener un seguro contra la extinción.  Los peligros existentes en ese futuro, ya no serán nada más que antiguos caminos.  Hasta ahora vamos bien y no hemos utilizado ni frailes, abogados o políticos.

Tipo III

El Tipo III de civilización convertirá nuestra especie en asiduos y osados nómadas y aventureros galácticos.  A esta altura de la historia humana creo que ya no seríamos clasificados como "Homo Sapiens" porque ya estaríamos muy pasados de moda.  Ahora; poseyendo una exorbitante cantidad de conocimiento acerca de todo lo que tenga que ver con energía en el universo, este Statum Scientiae nos daría el derecho y la oportunidad de denominarnos con un calificativo más apropiado para la especie, la que ya se ha convertido en una raza superior.  Propongo que nos denominemos: "Hominis Proficiebat", que es Latín para "Hombre Avanzado".  A esta altura ya no tendríamos el constante flagelo de los hirudos (sanguijuelas) mencionados anteriormente en el Tipo 0.

Ahora, hay que comprender que la evolución nunca viene gratis.  Con la manipulación de la energía cambiaremos muchas cosas como por ejemplo, nuestra alimentación, nuestro medio ambiente, nuestra biología, y nuestra genética por nombrar algunas de las más influyentes.  En términos biológicos y mecánicos empujados por miles de años de evolución, es factible que nuestros cuerpos hayan cambiado drásticamente en forma y tamaño, y los "terrestres" de esta civilización Tipo III diferirán enormemente de la raza humana que conocemos hoy.

Como parte de nuestra evolución, tendríamos la habilidad de transformarnos en "cyborgs", esos organismos cibernéticos que son parcialmente biológicos y parcialmente mecánicos; dejando a los descendientes humanos puros y sin alteraciones físicas mayores, como una subespecie humana en esta nueva, avanzada sociedad.  Aquellos desafortunados "humanos naturales" cuyas fisonomías sigan siendo enteramente biológicas, tendrán grandes desventajas en sus capacidades y habilidades físicas comparadas con sus homólogos cibernéticos, lo que los convertiría irremediablemente en un grupo de personas discapacitadas, inferiores, o no evolucionadas.

En esta etapa de desarrollo evolucionario la expansión y reproducción de la especie estaría mayormente a cargo de inmensos protectorados de robots capaces de "auto reproducirse", y los condones ya no prestarían uso alguno para los humanos; y su número de individuos se multiplicaría en millones, quienes se desplegarían como peste por todos los rincones de la galaxia colonizando y conquistando estrella tras estrella y cuanto objeto se les ponga por delante, repitiendo continuamente el proceso hasta conquistar el universo hasta el último rincón.  Sí, el Universo tiene rincones.

Cada uno de estos cyborgs tendría la capacidad de construír independientemente más Esferas de Dyson (o un modelo más avanzado) para continuar encapsulando energía y formando una mega-red de distribución para trasladar la energía al planeta que la necesite.  Para poder desarrollar esta ciclópea industria interestelar de producción de energía, primero nuestra especie tendría que resolver o cambiar algunas de las leyes básicas de la Física, como por ejemplo, viajar a la velocidad de la luz sin chocar con ninguna cosa en el espacio.   

¡Ah!  ¡La Velocidad!

En 1994, el físico teorético mexicano Miguel Alcubierre Moya propuso un nuevo tipo de tecnología (el Alcubierre warp drive) lo que nos permitirá viajar 10 veces más rápido que la velocidad de la luz, y sin llegar a romper la velocidad de la luz...  a 3,000,000 de kilómetros por segundo...  ¡Chuchas!  O sea que cuando prendamos los focos luminosos de nuestras naves espaciales para alumbrar el camino, la luz de estas lámparas estaría rezagada a unos 2,700,000 de kilómetros detrás de nuestra nave espacial, ¡por lo tanto no podríamos ver hacia a dónde carajo nos dirigimos!  Este futurista enunciado es bastante desconcertante, pero se supone que trabaja de la siguiente manera:

El concepto de la unidad "Alcubierre" se columpia en al Teoría General de Relatividad, y en realidad no intenta propulsar o acelerar una nave intergaláctica a insanas velocidades superiores a la de la luz; lo que hace en cambio, es utilizar la deformación espacio-temporal dictada por la Teoría General de Relatividad para deformar y manipular la tela del universo alrededor del galeón espacial.  Lo que ocurre entonces es que cuando se activa esta unidad Alcubierre, el espacio-temporal detrás de la nave sideral se expande, y el espacio-temporal delante de la nave se contrae. 

El efecto es que la nave experimenta una "caída libre" entre dos o más niveles de "tiempos similares y concurrentes" tejidos en la tela del universo.  Es como saltar en un "hoyo de tiempo" desde un tiempo presente a otro tiempo presente sin efectos inerciales o temporales.  También podríamos desarrollar múltiples velocidades mecánicas "warp", o inventar la "tele-portación", o sacar boletos para el "Worm Hole".  Y con esto, el Metro queda obsoleto.  ¿Qué cosas, no?

Si a esta altura usted está medio mareado con este loco escrito, tómese un descanso con un cafecito, un tecito o un matecito con Pisco antes de seguir leyendo porque lo que sigue, no lo creo ni yo mismo.  Y hablando de velocidad, cuando su suegra le pida una máquina que vaya de 0 a 200 en 5 segundos; regálele una pesa.

Tipo IV

Los seguidores de Kardashev proponen que una civilización de Tipo IV en esta escala sería demasiado avanzada y no evolucionaría más allá de Tipo III.  Kardashev cree firmemente que el Tipo III sería el límite y la máxima capacidad de desarrollo y evolución de cualquier especie.   Aunque muchos están de acuerdo con él, hay algunos creen que hay aún un nivel más, o un límite más alto que podría lograrse.

Se supone que las civilizaciones visualizadas en el propuesto Tipo IV, serían capaces de usufructuar del completo compendio energético de todo el universo y para eso, podrían viajar a la misma acelerada velocidad de expansión del espacio universal.  Además, esta especie de civilización Tipo IV podría vivir dentro de Agujeros Negros Supermasivos.  Si esto efectivamente es así, a esta especie del Tipo IV se le podría poner negra la cosa.

Para superar los métodos de generación de energía nombrados en las civilizaciones analizadas anteriormente, este tipo de hazañas (conquistar un Hoyo Negro) sería imposible conseguir hasta para la imaginación.  Entonces una civilización de Tipo IV tendría que recurrir a fuentes o surtidores de energía completamente desconocidas para el Tipo III en el universo.  Y quizá estas neófitas, desconocidas, y extrañas fuentes de energía, no se comporten o adhieran a las leyes de la Física que conocemos, y probablemente estén ubicadas "en el más allá".

Tipo V

¡Seguro!  El Tipo V podría ser el siguiente avance posible para tan avanzada civilización. Este nivel sería tan avanzado que los miembros de la especie que alcancen el nivel Tipo V serían básicamente dioses, y tendrían el conocimiento y la habilidad para manipular el universo cómo y cuando les satisfaga.  Y hasta aquí no más llegaría el famoso cuento de "La Creación" y no necesitaríamos más de la Tele ni del iPhone.

En realidad, la triste especie a la que llamamos "ser humano", está infinita y remotamente lejos hasta de soñar en alcanzar estos niveles.  Pero no debemos pensar que cosas como éstas no se pueden lograr porque el negativismo conlleva a la derrota; y la derrota es la negación de una especie.  Tratemos de proteger y cuidar nuestro planetita porque es el único que tenemos hasta la fecha.  Si no lo hacemos, estaremos muchísimo más cerca del Hoyo Negro de lo que esperamos.  Yo no soy un físico futurista, pero me imagino que los "hoyos negros" siempre huelen muy mal.

¿Mucha imaginación dice usted?  ¡No se olvide de que inventamos a los políticos!



El Loco