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miércoles, 2 de mayo de 2018

¿Civilización?

¿Y qué es civilización?  A estas alturas de mi vida tengo jocoserias* dudas que mi definición de esta antigua palabra (un logogrifo creo yo) se ajusta a nuestro mundo real.  ¡Ya no sé qué es civilización!  A pesar de que no puedo definir civilización en términos abstractos o en una simple circunscripción teórica, ciertamente puedo reconocerla cuando la veo.  ¿Qué cosas, no?

Las civilizaciones –a mi parecer- desarrollan sus autobiografías y memorias en tres diferentes aéreas y aspectos, registros que definen sus niveles de civilización, cultura y florecimiento.  Uno de estos compendios de evolución abarca los hechos, otro sus palabras, y el tercero, su arte.  Sin estos instrumentales elementos, no se puede construír civilización.  Ninguno de estos compendios se puede comprender a no ser que leamos y entendamos los otros dos.  Curiosamente, el compendio en que se puede confiar y creer más, es el último.

Estos desarrollos normalmente pasan al olvido en gran parte: los hechos se olvidan a veces por conveniencia, a veces por razones políticas, y también por otros motivos porque a pesar de que la historia la escribe la civilización, los hechos en cierne son transcritos para la posteridad por el hombre bajo sus egoístas razones.  Las palabras, es decir; las enseñanzas, las opiniones, y los conceptos intelectuales normalmente se los lleva el viento a no ser que un escribano las perpetúe en papel.  Finalmente, lo que nos queda es el arte –o por lo menos parte de lo que es- arte al que hacinamos en museos y otros lugares afines.

Normalmente, una etapa de civilización se define como un lapso cronológico de un período de desarrollo social, económico, de derecho y organización que un grupo haya alcanzado en un ciclo de desarrollo en que ciertas tribus humanas se agencian avances considerables y notorios para calificar como “civilizada”.  En otras palabras, el proceso por el cual una sociedad alcanza una etapa avanzada de desarrollo en áreas heterogéneas y organización social.  Me refiero a “tribus” para ejemplarizar cualquier grupo humano en cualquier fase de la historia quienes están compuestos por clanes, familias, razas, castas, linajes, estirpes, hordas, pueblos, catervas, pandillas, grupos, hatajos, camarillas, bandas, prosapias; y una infinidad de sub-grupos humanos en el vasto y polivalente manto de la de las sociedades.  Todos nosotros pertenecemos a algún grupo de estos nombrados aquí, y juntos así;  formamos las civilizaciones

¿Interrupciones o Ambages?*

Tengo serias sospechas de que el progreso de nuestras razas hacia un estado de civilización estable y avanzado está gobernada por otras fuerzas o poderes criptogénicos.*  Quizá haya una intervención de terceros de tiempo en tiempo para darnos una ayuda a avanzar, porque nos quedamos trancados en este largo camino a formar una civilización que tenga valor innato como tal.  ¿Por qué pienso así?  Simplemente porque hay una pesada evidencia a través de la historia en que acontecimientos inexplicables le ocurren a ciertos grupos de nuestra civilización.  Cuando uso la palabra: “civilizaciones”, en plural; es porque creo que hay una gran diferencia en el desarrollo social, técnico, científico, y económico entre los grupos humanos que pueblan este desordenado mundo, donde algunas civilizaciones aún se mantienen tramontanas.

Como se puede observar en la documentada genealogía de nuestra historia pasada, en numerosas ocasiones se ha producido un gran cambio; rápido y transitorio, en que increíbles acontecimientos científicos y tecnológicos ocurren dentro de una sola generación.  Ha habido momentos en la historia de nuestro planeta en que la Tierra ha sufrido un calentamiento notable, o se ha tornado más radioactiva dentro de sus fluctuaciones normales.  Esto es una sospecha sumamente personal  pero estas variaciones documentadas son hechos reales, concretos, y verificables; y estas alteraciones sostienen el valor en que se basan mis difidencias.

No sé si seré yo el único que se fija en estas cosas (espero que no), pero me llama poderosamente la atención de los efectos de estas variaciones planetarias y/o los efectos de otros acontecimientos estelares que afectan a nuestro planeta tales como la magnífica explosión de la estrella neutrón SGR 1806-20, una estrella neutrón localizada a 50,000 años-luz de nuestro planeta.  Éste, fué el mayor terremoto estelar jamás registrado en la historia cósmica que conocemos.  Los efectos de este increíble estallido cósmico que ocurrió el 27 de Diciembre del 2004, sacudió la Tierra en una forma épica que su escala es casi imposible de exagerar.

Entre otros variados y masivos efectos, este terremoto estelar produjo una enorme ola de energía tan brutalmente poderosa que ionizó parcialmente la atmósfera superior de la Tierra, e hizo que el campo magnético de nuestro planeta repicara como una campana.  Lo que hace que una estrella de neutrones sea un Magnetar es su campo magnético: este campo magnético puede llegar a medir hasta un cuatrillón (un 1 seguido de 24 ceros: 1,000,000,000,000,000,000,000,000) de veces más poderoso que el de nuestro abollado planeta. 

Pero este escrito no es acerca de un Magnetar.  A los cambios que me refiero son cambios locales a nuestro planeta, locales de la Tierra completa.  El hecho es que tres o cuatro veces en la historia conocida del Hombre, éste ha dado un salto hacia adelante en todas las ciencias y en todas las direcciones al unísono, lo que sería impensable bajo las condiciones evolutivas convencionales de nuestra tropezada especie.

El primer evento documentado fué alrededor de año 3,000 antes de la Era Común cuando la civilización “apareció” repentinamente no solo en Egipto y Mesopotamia, pero también en el Valle Indus (1).  Estas civilizaciones estaban familiarizadas con la alfarería, construían casas de dos pisos con ladrillos, eran mercaderes, ganaderos, tenían baños y alcantarillado, caminos, usaban la rueda sin ejes; y otros avances tecnológicos además de poseer una avanzada técnica metalúrgica para producir plomo, cobre, aluminio y bronce.

(1) La Civilización del Valle del Indus, o Civilización de Harappa, fué una civilización de la Edad del Bronce, principalmente en las regiones del noroeste de Asia del Sur, la que se extiende desde lo que hoy es el noreste de Afganistán hasta Pakistán, y el noroeste de la India.

Otro ejemplo aparece de improviso a finales del año 600 antes de la Era Común, donde no solo se observa el milagro de Ionia (2) y Grecia, donde la filosofía, la ciencia, el arte, la poesía y la tecnología alcanzaron un punto de desarrollo y adelanto que no se pudo emular otra vez por más de 2,000 años.  También durante este lapso India alcanzó un nivel de sabiduría e iluminación espiritual el que nunca se ha igualado.

(2) Ionia fué una región antigua en la parte central de la costa occidental de Anatolia en la actual Turquía, la región más cercana a lo que era históricamente Esmirna.  Consistía en los territorios más septentrionales de la Liga Jónica de asentamientos griegos.

Otro acontecimiento de este género ocurrió alrededor del año 1,100 de la Era Común, y aparentemente afectó a todo el planeta.  El efecto de más fuerza y el más dramático se manifestó en el Oeste de Europa.  En cada aspecto de la vida –acción, filosofía, organización, tecnología- hubo una formidable efusión de energía, una intensificación completa de la existencia humana.  Se generó un nivel de organización nunca observada antes en la historia: Emperadores, reyes, papas, obispos, santos, artista, eruditos, filósofos, inventores, astrólogos, cosmólogos, artesanos, militares, matemáticos, etc., fueron protagonistas impresionantemente sobresalientes en su propio valor comparativo.

Lo importante de estos sucesos, es que ocurrieron en forma repentina, ¡y contenidos en una sola vida!  El ámbito de cambio más significante fué en escultura, la que se deshizo de la vitalidad del barbarismo, marcando así la época más ilustre que conocemos del arte.  Estos súbitos avances de la civilización aparecieron repentinamente en una escala de tamaño mirífico.*

Déjà vu

Si nos saltamos al presente, quizá podamos ver que este fenómeno pueda estar ocurriendo ahora durante nuestra generación.  Si recordamos que la primera calculadora electrónica de cuatro funciones básicas apareció en el mercado en 1974, y luego Internet hizo presencia pública a finales de 1990, hasta la aparición del Apple iPod a fines del 2001; podemos decir que estos inventos fueron escasos y espaciados, pero desde ese entonces la tecnología y la inventiva humana han dado un salto ciclópeo.  En un cortísimo lapso de tiempo --menos de 20 años-- hemos avanzado años luz comparada con la velocidad evolutiva característica de nuestras civilizaciones, y no solo hemos avanzado los inventos y tecnología inicial, pero hemos adelantado y perfeccionado estas disciplinas en forma inimaginable.

Nuestra generación está viviendo el desdoblamiento múltiple de la tecnología y de las ciencias durante nuestro corto periodo de vida.  Quizá no nos percatemos de ello, pero desde que jugué por primera vez al “Pong”, un juego electrónico diseñado por Atari que hizo su debut a finales de 1972, era un juego mono-dimensional, con gráficos pobrísimos, y casi sin imaginación.  Hoy por hoy, los juegos de video son ¡simplemente asombrosos!, y los electrónicos que se usan para ello, no son menos impresionantes.  Desde una edad en que soñábamos con tener un reloj como el de James Bond en el cual se podía ver al interlocutor hasta hoy, en que con nuestros accesorios electrónicos podemos no solo ver a nuestros interlocutores casi en tres dimensiones, pero podemos mirar al planeta completo por esta ventanilla portátil que nos cabe en una sola mano. 

La generación anterior a la nuestra saltó desde las señales de humo y las palomas mensajeras a los teléfonos alámbricos.  La generación adelante nuestra nació con todos estos inventos en la cuna.  ¿Verán ellos un salto tecnológico en su generación como el que nuestra generación está experimentando?  Espero que sí.  Quizá no conozcamos los robots, los viajes interespaciales, el contacto con otros seres galácticos, la derrota del hambre y la pobreza, y quizá hasta la eliminación de las pendejadas humanas que tanto afectan nuestro desarrollo hoy en día.  Espero que ellos lo vean durante su lapso viviente.  Espero que sí.

De Inexistencia a Plenitud

En el último cuarto de centuria se han inventado más cosas prácticas que en los 200 años anteriores.  A continuación nombro algunas con las que probablemente este familiarizado, pero que desde su invención; han cambiado, desaparecido, sido reemplazadas, o han sido desarrolladas a un nivel más avanzado.  Muchos de estos inventos fueron creados mas tempranamente, pero no eran prácticos.  En fechas muy posteriores se comenzaron a comercializar cuando prestaban utilidad masiva.  Un ejemplo es la calculadora electrónica de bolsillo.  Ésta fué inventada a principios de los 70’s, pero su comercialización no fué posible hasta 1974.  Éste fue un salto desde el Ábaco.

1990 - Adobe Photoshop
1991 - Linux
1992 – Mini disco, Mensajes de texto
1994 - Teléfono portátil Nokia, Play Station
1996 – Nintendo 64, DVD
1998 - Google
2000 – Teléfono con cámara, flash drive, bluetooth
2001 – Toyota Prius
2002 – Disco Blu-ray
2004 – Facebook
2005 - Youtube
2006 – Wii
2007 – iPhone
2008 – Teléfonos astutos (Smart phones), Uber, Bitcoin, Airbnb
2010 – Instagram, iPad
2011 – Snapshat
2013 – Ingeniería genética, ojo biónico
2014 – Vehículo espacial Curiosity, robots (humanos)
2015 – Rockets espaciales reusables
2016 – Drones

Hay muchísimas más invenciones, pero estas son algunas con las que nuestra generación está más familiarizada, las que tal vez todavía no sabemos usar.  Cabe hacer notar que la estupidez se inventó más de 35.000 años atrás, y todavía sigue vigente a pesar de que no se ha hecho ningún progreso en este aspecto.

Civilización

La palabra inglesa "civilization" viene del francés civilisé del siglo XVI ("civilizado"), del Latín civilis ("civil"), relacionado con civis ("ciudadano") y civitas ("ciudad").  Hay un tratado fundamental, El Proceso Civilizador publicado en 1939 por Norbert Elias, quien rastrea las costumbres sociales de la sociedad medieval cortesana, hasta el período moderno temprano.  Hay otro tratado, La Filosofía de la Civilización publicado anteriormente en 1923 por Albert Schweitzer, donde esboza dos opiniones: una puramente material, y la otra material y ética.  Schweitzer dice que la crisis mundial es producto de la pérdida de la idea ética de la civilización, en otras palabras, el advenimiento de la imbecilidad humana.  Yo le encuentro razón.

La idea de “civilización” y su filosofía cívica varía grandemente entre pensadores, culturas, razas y regiones, por lo que no está muy claro cuál es la base específica de una civilización.  Lo que hay son rasgos comunes y disparatados, todos en la misma olla.

¿Civilización?  Entonces, ¿qué es civilización?  A estas alturas de mi vida tengo jocoserias dudas de que mi definición personal de este logogrifo se ajuste a nuestra realidad mundana.  ¡Ciertamente ya no sé muy bien qué es civilización!  A pesar de que no puedo definir civilización en términos abstractos o en una simple circunscripción teórica, ciertamente puedo reconocerla cuando la veo.  ¿Qué cosas, no? ¿Puede usted?

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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Ambaje – Devanado; forma indirecta; retraso
Criptogénico – De origen desconocido
Jocoserio  Mitad en broma, mitad en serio
Logogrifo - Acertijo en el que se encuentran las letras de otras palabras
Mirífico – Prodigioso, extraordinario

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco

domingo, 1 de noviembre de 2015

Civilizaciones

A nosotros los bojigangas humanos nos encanta clasificar todas las cosas o para ordenarlas, o para hacerlas un beneficio propio.  En cualquier caso, cuando hacemos esto lo hacemos en una forma egoísta y arbitraria que nos haga la vida más fácil, o para aislarnos de lo que no queremos o aborrecemos.  Y entonces determinamos límites, instauramos reglas, fijamos fronteras, establecemos niveles para casi todo, trazamos líneas divisorias, codificamos contornos, circunscribimos periferias, perfilamos contextos, maquinamos metas, tasamos bordes, medimos cúspides, delimitamos profundidades, arqueamos la naturaleza, y calibramos, graduamos y acordonamos nuestros tan variados y tan poco justipreciados comportamientos. 

El problema con esto, es que nos olvidamos de la naturaleza que enclaustra y esconde la raza humana grabada en su insana genética, y dejamos su particularidad fuera de este desequilibrado orden al que llamamos inconsciente e ignorantemente: Civilización.  Como nota aparte, quiero aclarar que no desestimo a la raza humana como especie, sino que a su depreciada capacidad nomotética de razonamiento colectivo.

Este es un problema serio porque contrario a lo que la ignorancia catervática que predica idióticamente la imbecilidad universal de que todos somos iguales -a pesar de que cada uno de nosotros somos tan individuales y tan diametralmente diferentes los unos de los otros- nos encajan en el mismo envase rotulado "un-tamaño-para-todos", en esa cajita con la errada etiqueta sellada con la zafia retórica: "civilización".  La civilización es un sueño incumplido, un orden incompleto e inexistente, es una fantasía a la que nos aferramos desesperadamente para darle cierto sentido a nuestras coexistencias como especie, la que hasta ahora, no tiene un destino común conocido alguno.

Cualquiera se dá cuenta de que su amigo, su vecino, o cualquier otro perecedero mortal que anda por la calle; no comparte el mismo nivel de "civilización" que usted confina en su ser, o cree poseer.  El hecho es que en el mundo en que vivimos, aún quedan humanos que no han evolucionado mucho desde su bacteriano origen hacia el comportamiento y proceder cuadrúmano.  Hay muchos de estos seres que aún viven en el período Antropoceno, y que mental y cívicamente aún subsisten como Hedera Helix (hiedra) en nuestras sociedades contemporáneas.  Nadie sabe cuántos rezagados y otros pardales misceláneos están disimulados en nuestras sociedades descolgándose desde los períodos previos al nuestro, y que aún viven, conviven y sobreviven apretada y camufladamente entre nosotros.

La evolución más difícil de conseguir es la evolución intelectual y mental.  La evolución física y fisonómica está garantizada en forma natural, cíclica y cronológica.  Es sólo cosa de tiempo y medio ambiente amasados cuidadosamente por los instintos de conservación y capacidad de adaptación de la especie.  El hecho de que su vecino parezca un simio, no es culpa de él, pero el nivel de desarrollo intelectual que conlleve; lo es.  El destontarse es una responsabilidad personal y no es transferible.  Por supuesto que la oportunidad para conseguir esto, juega un gran papel.

Por eso es que en nuestra "civilización" los hay mezclados terroristas, bárbaros, giles que creen en un dios o en otro, brutos, astutos, amables, inteligentes, imbéciles, conscientes e inconscientes, y por más civilizados que creamos que somos, y aunque tan distintos; somos todos de la misma especie.  De la misma especie.  Ser de la misma especie no significa bajo ningún punto de vista de que somos todos iguales.  Si alguien le ha enseñado lo contrario y usted lo cree, usted es incivilizado; y probablemente una migaja pseudo-mental perdida de alguno de los oscuros, enigmáticos y variados peldaños de la larga y empinada escala de la evolución humana.  El retrasarse civilmente no es un delito, ¡no actualizarse lo es!  

¿Regresión de la especie?

Los seres humanos sufrimos de la triste perturbación de proyectar una falsa uniformidad social y cívica para apoyar nuestras interminables y fantasiosas teorías.  Es prácticamente imposible cuantificar las tendencias evolucionarias de cada grupo social en la escala de civilizaciones, entonces optamos por clasificarlas bajo una "uniformidad social de grupos" cuando nos es más ventajoso para escudar y excusar nuestros livianos silogismos.  Esto irremediablemente conlleva a la regresión evolutiva y social de la espacie humana.

Esto no significa que nuestra especie no sea capaz de elaborar o forjar tendencias de desarrollo evolutivo, sino que no sabemos y no somos capaces de juzgar imparcialmente lo que hemos aprendido del pasado, entonces acrecentamos nuestra capacidad de cometer errores en el presente.  Esto pasa porque somos flojos y tenemos la peligrosa tendencia de simplificar demasiado nuestros problemas y desafíos presentes porque esa decaída actitud nos acomoda más.

A pesar de que nuestro acuoso planeta tiene suficiente espacio seco para acomodar una infinidad de civilizaciones y se las arregla para mantener aunque frágilmente, un equilibrio en nuestra capacidad de sobrevivir, esto no nos granjeará sobrevivencia como especie porque nos pasamos la mayor parte del tiempo peleando, explotándonos y matándonos entre nosotros; y defendiendo nuestros ridículos "derechos" y "creencias" en vez de trabajar juntos por la sobrevivencia de la especie.  Esto se llama regresión, y nosotros y nuestra actual civilización, somos expertos en esto.

El progreso tiene la imbuída capacidad de florecer en cualquier ambiente, lugar, o situación; incluso dentro de la regresión.  Esto queda demostrado en que una dada "civilización", en casi todas las generaciones de ésta ha existido y existe un exiguo grupo de individuos que son capaces de alcanzar preponderantes avances en ciencia y tecnología, a pesar de que la mayoría de los individuos de esa misma generación están en franca regresión moral, tecnológica, cívica e intelectual.  Estos individuos son los chupasangres de nuestras civilizaciones.  No porque un urbanita sea capaz de residir en una ciudad se convierte en una persona civilizada, aunque haya tenido educación porque la medida de la civilización no es su complejidad.  Civilización encierra más que eso.

En un sentido personal y subjetivo más amplio, creo que la civilización no sólo significa la seguridad, la comodidad y el esplendor en las necesidades cotidianas, sino que además debe de ser complementada y aumentada con el refinamiento y generoso incremento del conocimiento, y abundantemente condimentada con el amplio cultivo de las virtudes humanas con el solo objetivo de exaltar la vida productiva humana a un nivel superior.  Esto trae felicidad.

Como no hay mucho que podamos hacer con respecto a esto en forma masiva, y como aún no tenemos un válido y vigoroso resquicio para salir de este enfermo estuche al que rubricamos con una irresponsabilidad neurótica: "civilización"; entonces soñemos un poco.

La Escala Kardashev de Futuras Civilizaciones

Un astrónomo ruso muy astuto y visionario de nombre Nikolai Kardashev, quien es además astrofísico, Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas, y es el Director Adjunto del Instituto de Investigación Espacial de Rusia (a veces traducido como El Instituto de Investigación Cósmica) de la Academia de Ciencias de Rusia en Moscú, inventó esta curiosa escala de civilizaciones.

Este clarividente y despabilado señor propuso por primera vez en 1964 lo que llamamos la Escala Kardashev.   La Escala Kardashev propone varios niveles de civilización a partir de una amplia gama de escalas de poder, hasta la inclusión del uso de métricas distintas al poder o energía puras.  La Escala Kardashev es un método para medir niveles de civilización y de avance tecnológico basados en la cantidad de energía que una civilización es capaz de producir, manejar y utilizar para su beneficio.

Esta escala tiene designadas tres categorías denominadas Tipo I, II, y III.  Una civilización de Tipo I utiliza todos los recursos disponibles en su planeta de origen, hasta que los agota completamente y destruye el planeta y haciendo esto; arrastra a la especie a la extinción.  ¿Le parece familiar este escenario?

El Tipo II le perdona la vida a su planeta y se dedica a aprovechar toda la energía posible proveniente de su estrella; y el Tipo III obtiene y emplea íntegramente la energía que puede explotar de la galaxia en que su planeta está estacionado.  Por supuesto que la escala es solamente hipotética, pero a la incivilizada raza humana le pone el consumo de energía y sus potenciales usos en una perspectiva cósmica más civilizada.

También están las categorías IV y V de Civilización, pera ya hablaremos de ellas un poco más adelante.  Por si se está preguntando, nuestra sociedad contemporánea completa, incluído usted, yo y el gato del vecino, está clasificada como Nivel 0, porque no hay niveles menores o negativos en esta graduación.  Estamos medios jodidos, ¿no cree usted?

Si usted está pensando que esto es pura especulación filosófica, déjeme darle un ejemplo.  Es cierto que a veces las especulaciones filosóficas no logran describir la naturaleza de la realidad, como fué la antigua proposición Griega clásica que los cielos estaban compuestos por un quinto elemento: el éter.  Después de que los avances científicos y tecnológicos descifraron "los cielos", esta proposición fué destronada atendiendo a los hechos reales.  Sin embargo, en diferentes ocasiones, las especulaciones filosóficas a la postre resultaron ser bastante exactas.

Por ejemplo, en el siglo IV antes de la Era Común (AEC), el filósofo Demócrito(1) dedujo que el universo estaba compuesto por unidades indivisibles de materia conocidas como "átomos".  Esta creencia se justificó y comprobó más de 2.000 años más tarde por el físico teórico alemán Albertito Einstein, conocido por sus amigos como "el Beto".

(1) Demócrito, oriundo de AbderaTracia, fué un  griego presocrático filósofo y matemático que vivió entre los siglos IV a V AEC.  Fué discípulo de Leucipo y se le apodaba "el filósofo que ríe", porque siempre se reía de lo que él, u otros decían.  De aquí se deriva el calificativo "Abderiano(a)" para denominar a aquellos que se ríen tontamente sin sentido o causa cuando hablan, o cuando escuchan a otro.

Entonces, ¿cómo se define "civilización"?

Según una concisa pero acertada descripción contemporánea, "civilización" se definiría como: "Un estado avanzado en el cual la ciencia, la industria y el gobierno han llegado a un estado evolucionado y perfeccionado de desarrollo y estabilización de la sociedad humana en un alto nivel de cultura".  Como usted puede ver, no estamos ni cerca de esto y por eso es que somos Nivel 0.  Quizá si nos pudiéramos deshacer de los políticos falaces, de los curas depravados y de los abogados livianos; nos podríamos actualizar por lo menos al Nivel 0.5 con beneficios.

Nuestra(s) Civilización(es) Actual(es)

Los científicos sociales tales como Vere Gordon Childe, un arqueólogo y filólogo australiano quien se especializó en el estudio de la prehistoria europea; han definido una serie de rasgos que se supone distinguen a una civilización de otro tipo de sociedad.  A través de la historia, las civilizaciones se han distinguido por sus medios y capacidad de subsistencia, por sus tipos y niveles de medios de vida, por sus patrones de asentamiento y colonización de sus espacios vitales, por sus formas de gobierno, por su escalada estratificación social, por sus sistemas económicos, por su nivel de alfabetización, y por otros varios surtidos y heterogéneos rasgos culturales.

Si tratamos de clasificar nuestras sociedades coetáneas, podremos ver que hay muchas y con muy pocas áreas comunes entre todas ellas.  Lo único que estas civilizaciones pasadas y presentes tuvieron y siguen teniendo en común, es que todas ellas han dependido y siguen dependiendo pesadamente de la agricultura.  Como diría el famoso y acertado poeta Cubano de los cuatro acentos don José Julián Martí Pérez (conocido como José Martí): "¡El resto es "mielda", chico!".

En comparación con otras sociedades, algunas de nuestras concurrentes sub-civilizaciones tienen estructuras políticas más complejas, como por ejemplo, el Estado.  Las sociedades estatales son más estratificadas que otras sociedades, en las que impera una mayor y más marcada diferencia entre las clases sociales que la componen.  La clase dominante, normalmente concentrada en las ciudades, tiene el control sobre gran parte del excedente monetario e industrial (de dicho Estado), y ejerce su voluntad a través de acciones forzadas por un gobierno, o por una burocracia.  ¿Le suena conocido?

Civilizaciones se hacen de sociedades, y sociedades las forman individuos.  Para que esto funcione y para que los individuos de una sociedad progresen y evolucionen como grupo cohesivo, tienen que tener fines comunes y compartidos.  De hecho, nuestras sociedades están tremendamente divididas entre sus individuos, entonces lo que tenemos son distintas creencias, distintas metas, distintos objetivos, distintas leyes, somos de variados colores, diferentes en configuración y forma, no hablamos un lenguaje común, dilatamos el hambre y la pobreza, entretenemos la honestidad con la impudicia; y nuestros compases y bitácoras morales están descentrados y completamente desnivelados en Latitud y Longitud

Desafortunadamente todos estos factores trabajando al unísono y en una misma dirección son elementos necesarios para el progreso no solo de la especie, sino que también del civismo.  El concepto de progreso proyecta un destino.  La teoría de la evolución nos conecta con el mundo natural, que explica cómo y por qué somos una parte de la naturaleza.  Progreso y evolución no son lo mismo, pero trabajan juntos.  Al parecer, en nuestra especie los únicos coeficientes en que tenemos comunión dentro de nuestras racionadas, surtidas, mal dotadas y desiguales sociedades; es el comer, cagar y dormir.

Si miramos a nuestras actuales "civilizaciones" con el teórico Cedazo de Conflictos, todas nuestras culturas humanas y civilizaciones actuales están basadas en un sistema político de alguna clase, lo que conlleva una marcada y perpetua desigualdad social para poder funcionar; o sea que hay un entuerto mayúsculo de civilizaciones fallidas y culturas pifiadas que nadie puede entender, ¡y ninguna de ellas funciona bien o es "justa"!  Martí también dijo: "La Libertad y la Justicia son una fantasía, vivir de sueños es lo verdadero".  Bueno, por eso es que somos una civilización Nivel 0.  ¿Qué cosas, no?

¿Y ahora qué?

Creo que estamos alcanzando (si es que ya no estamos allí) un punto pivotal inevitable de inflexión en nuestras sociedades como un solo cuerpo relacionado e incluyente.  Según dice el renombrado físico teórico Michio Kaku, un futurista Americano; los próximos 100 años en los avances de nuestras ciencias determinarán si nos extinguimos como especie; o florecemos.  100 años de ciencia determinarán si nos quedamos estancados como civilización de Tipo 0 y perecer, o iniciaremos como sociedad cohesiva nuestro tránsito hacia el Universo.  

Tienen que ser por lo menos 100 años porque de a cuerdo al filósofo Carlos Gardel: ¡20 años no es nada!  En caso de que usted esté un poco perdido con lo orígenes de Carlitos Gardel; su nombre de pila fué Charles Romuald Gardes, y fué un francés-argentino cantante, cantautor, compositor y actor, y la figura más prominente en la historia del tango.  

Los teoristas sobre tiempos futuros afirman que a medida que nuestra civilización crece y se torna más avanzada y vanguardista, sus demandas de energía aumentarán diametralmente y en forma acelerada debido a su explosivo crecimiento demográfico, lo que conllevará necesidades energéticas inherentes a sus diversos sistemas de sobrevivencia.  Teniendo en cuenta estos factores de impulso, la Escala Kardashev fué desarrollada específicamente como una forma de mesurar el avance tecnológico de una civilización, basada en la cantidad de energía utilizable que ésta necesita, tenga a su disposición, y pueda manejar para satisfacer sus variadas necesidades de aplicación y uso.

De la forma en que funcionamos como especie, necesitamos unos cuantos cientos de años para planificar solo 20, y para alcanzar sociedades desarrolladas, inteligentes y sostenibles, debemos de pensar y planificar en el orden de miles de millones de años, porque nuestra civilización actual necesita desarrollar e integrar planes de alcance inter-generacional con metas que se proyecten más allá de nuestras progenies; entonces estos planes de largo alcance necesitan ser desarrollados hacia un futuro lejano, pensando en generaciones de Tipo II.

¿Por qué digo esto?  Aparte de porque estoy loco, es porque creo que no entendemos ni podemos vislumbrar el futuro.  Si lo pudiésemos hacer, haríamos algo al respecto.  Por ejemplo, sabemos que a nuestro planeta le quedan alrededor de unos mil millones de años (más o menos) antes de que se torne completamente inhabitable.  ¡Claro!  ¿Por qué nos importaría si para ese entonces todos nosotros ya estaríamos muertos?  Sí, el problema es que nosotros morimos hoy, pero la especie se extingue mañana. 

Paralelamente, nuestro Sol entrará en su etapa natural de expansión y morirá de un ataque de fusión termonuclear surtido, y mientras lo hace; evaporará nuestros océanos en menos que canta un gallo, y freirá todo lo orgánico e inorgánico, incluyendo nuestra especie y la roca en que vivimos.  Pero eso es un problema de algún otro individuo en el futuro, ¿verdad?   Este es el típico pensamiento teorético de la filosofía fundamental política.  

Los problemas transcendentales requieren mucho tiempo de planeamiento y transición porque las soluciones de última hora siempre fallan.  La falta de responsabilidad en planear un futuro que no nos pertenecerá, podría ponerle fin a dos mil millones años de evolución.  Es incómodo y molesto pensar en esto, pero es cierto.  Uno de los muchos problemas que yo tengo es que soy un irremediable optimista despiadadamente empedernido y brutalmente sincero, pero cuanto más aprendo sobre nuestra civilización; más concluyo en que nuestra especie es suicida.  Espero que alguien me demuestre que estoy terriblemente equivocado.

La Escala

Aquí la cosa se complica un poco más.  Ponga atención:

Como mencioné anteriormente, en el año de 1964 esta escala fué originalmente diseñada por el astrofísico ruso Nikolai Kardashev.  Kardashev en ese entonces se entretenía todo el día tratando de descubrir señales de vida extraterrestre que pudiesen estar embutidas dentro de señales cósmicas.  Para referencia, también en ese año bisiesto (1964) hubo múltiples pichangas simultáneas en el patio verde de los Maristas, y el glorioso Buque Manicero se paseaba enseñoreándose por la plaza Victoria en Valparaíso, Chile.  Aparte de esto, ese año en la sociedad chilena y en Chile no pasaba absolutamente nada.  Aquí en el Norte, en 1964 se produjo el primer Ford Mustang, de los cuales se vendieron 418.812 modelos entre los meses de Abril y Diciembre de ese mismo año.

La escala cuenta con 3 diferentes clases como base, y cada una con un nivel de energía disponible en términos de Watts: Tipo I = (10¹⁶W), tipo II = (10²⁶W) y tipo = III (10³⁶W).   Otros astrónomos han ampliado la escala a Tipo IV = (10⁴⁶W) y a Tipo V, en que la energía disponible para consumo en este tipo de civilización sería igual a toda la energía disponible no sólo en nuestro universo; pero en todos los universos y en todos los tiempos futuros. Estas adiciones consideran tanto el acceso a la energía, como a la cantidad de conocimiento que las civilizaciones tengan acceso y sostengan.

Primeramente es crucial considerar que la raza humana ni siquiera ha llegado al nivel básico de esta escala, lo que demuestra que no somos más bestias porque no nos alcanza el tiempo.  Estamos pegados en este desheredado nivel porque hemos sido incapaces de sobrevivir, mantenernos vivos y producir la energía que necesitamos sin depender de la agricultura y un surtido de animales muertos, por lo que seguimos siendo una pobre civilización de un rendido Tipo 0.   Para poder avanzar más rápido y en una forma más progresiva y tener algunas reales posibilidades de encaramarnos a una civilización de Tipo I, deberíamos considerar seriamente el eliminar permanentemente la pesada carga muerta que representan los dodoistas mamales circuncidados mentales sin moral evolucionaria; a quienes me he referido anteriormente en forma seguida y con un dedicado y honesto cariño negativo.

Volviendo a las predicciones del físico futurista Michio Kaku, éste cree (o se imagina) que podríamos alcanzar una clasificación como civilización Tipo I durante los próximos 100 a 200 años; y quizá en más tiempo.  Quizá míster Kaku sueña muy alto (lo que es bueno porque necesitamos soñadores progresistas).  Si consideramos que el hombre apareció en esta rotatoria pelotita celeste en la que vivimos juntos y revueltos desde hace unos 65.000.000 de años empezando con los primates. Si le agregamos a esto otros 2,015 años, según la última vez que sumé esto me dá 65.002.015 años de evolución.  ¿Y todavía estamos en el Nivel 0?  Quizá 100 o 200 años sea un poco irrealista. 

Ahora se preguntará usted, ¿qué realmente significa y representa cada uno de estos arbitrarios niveles altamente jerarquizados de civilización en términos más concretos y entendibles?  Ahora que aterrizamos convenientemente en el utópico campo de la fantasía inducida y auto infligida --conocida en otros círculos como "religión"-- hablaremos en detalle de esta futurista hipótesis sobre esta ponderadas "civilizaciones" posteriores.

Los Distintos Tipos de las Civilizaciones Kardashev

Tipo I

El concepto contenido en esta categoría Tipo I, implica que las especies de una civilización en general han sido capaces de conquistar y aprovechar eficientemente la mayoría, o toda la energía termonuclear de una estrella cercana o de otra fuente astral de energía utilizable para su recolección y almacenamiento.  Este acopio de energía aprovechable será utilizado para satisfacer las crecientemente agresivas demandas de energía de una población que se reproduce y multiplica rápidamente.

Para conseguir esta meta en forma estable, nuestra civilización conjunta tendría que aumentar su producción actual de energía en más de 100,000 unidades, siendo el valor de una unidad la energía que producimos mundialmente hoy en forma planetaria conjunta en un año.  Otra forma de conseguir esta ambiciosa meta requeriría que fuésemos capaces de emplear eficazmente y sin desperdicio la energía existente en todo el planeta, teniendo un control permanente y constante sobre todos los recursos de energía naturales disponibles en la Tierra.  

Mi abuelo solía decir astutamente: "La Humanidad comenzará a progresar rápidamente sólo cuando las razas se civilicen".  Como un gran conjunto de razas surtidas, si nosotros los lastimosos seres humanos dejásemos de pelearnos por pendejadas entre nosotros y nos concentrásemos en un fin común; podríamos controlar los volcanes, el clima, los terremotos, los tsunamis, la biota, los ríos, el mar, el viento, la temperatura, ¡e incluso los abogados, frailes y políticos!  Sé que soñar no cuesta nada, pero es una idea alcanzable.  

Para alcanzar este tipo de nivel de civilización habrá que generar proezas extraordinarias, hazañas titánicas, gestas épicas y epopeyas aparentemente imposibles de visualizar, pero en comparación a los avances científicos y tecnológicos que nuestra especie aún puede generar, esto nos dan la esperanza de superar estos niveles básicos y primitivos de control que poseemos ahora.  Estos avances que debemos desarrollar no son nada comparados con el calibre de los que alcanzarán las sociedades con una clasificación más alta.

Tipo II

El consecuente sucesor de la civilización Tipo I, es un salto mayúsculo al Tipo II.  Recuerde que a esta altura estaríamos "civilizados" por lo que trabajaríamos juntos por una misma meta y así avanzaríamos más rápido.  Los individuos que conforman la civilización Tipo II, empíricamente deberían ser perfectamente capaces de administrar, distribuír y aprovechar completamente el poder y la energía captable de su estrella más cercana; y no sólo logar la metamorfosis de los fotones estelares a energía pura, pero además obtener el control, manipulación, y la administración de la estrella en cuestión.  Las mecánicas y métodos propuestos para agenciarse este dominio energético varían en concepción e idea.

Hasta la fecha, el método propuesto más asequible y menos lejano a la realidad para alcanzar esta meta, es la presunta "Esfera de Dyson".  Esta gigantesca esfera hipotética consiste en una mega estructura que enclaustra completamente una estrella, entonces teniendo la estrella capturada en estas condiciones de aislamiento se podría cosechar la mayor parte, o la totalidad de la potencia energética contenida en este poderoso cuerpo celeste.

Esta mega recontra grande y circumbirúndica estructura (la Esfera de Dyson) sería entonces capaz de abarcar cada pulgada de la superficie de la estrella, y de esta forma; la recopilación de la mayoría --si no toda-- de la producción energética de la estrella podría ser recolectada para su transferencia a nuestro planeta para su proceso y uso posterior.  Por otro lado, si pudiésemos domar la energía de fusión nuclear que es el mecanismo primordial que estimula a las estrellas; esto significaría el poseer un reactor de mega escala que nos serviría para procesar esta energía y satisfacer nuestras canibalísticas necesidades energéticas.  Con estos inventitos, también podríamos cazar las enormes masas de gas espacial con un reactor orbital para así utilizar su hidrógeno, extrayéndolo lentamente a medida de que lo necesitemos.

¿Qué significaría para nuestra especie el tener a nuestra disposición esta formidable fuente de energía?  Contabilizando las posibles armas y equipo bélico que pudiésemos construír en base a este manantial extraordinario de energía, hasta hoy; nada conocido por nuestra ciencia podría destruír una civilización del Tipo II.  Además, esta energía a nuestra disposición nos abriría las puertas del universo de par en par.  También nos serviría efectivamente para defendernos de posibles ataques de otras civilizaciones galácticas, o de catástrofes cósmicas.  

En el estado de Tipo II, si ocurriese que un meteoro u otro cuerpo sideral del tamaño de nuestra luna o más grande penetrasen nuestro sistema solar en un curso de colisión directo con la Tierra, tendríamos la capacidad tecnológica para pulverizar y desatomizar ese objeto mucho antes que se aproximara a nuestro aguado planeta.  O quizá pudiésemos acelerar la velocidad elíptica de nuestro planeta para hacernos a un lado y dejar que la roquita sideral siga su camino y choque con otro desprevenido planeta. 

Pero si no quisiésemos alterar el movimiento natural de la Tierra, podríamos re-dirigir la piedrita astral el hacia el sol, o hacia un hoyo negro y que se joda.  Para hacer esto, tendríamos que tomar decisiones sin envolver a los políticos porque de otra forma, nunca podríamos ponernos de acuerdo para tomar una resolución de ninguna especie, y energía abundante o nó, con planeta y todo nos iríamos al Horno.  Entonces, teniendo el control y manejo de un planeta o de una estrella, acumularíamos más que suficiente energía para proteger a nuestra civilización humana y tener un seguro contra la extinción.  Los peligros existentes en ese futuro, ya no serán nada más que antiguos caminos.  Hasta ahora vamos bien y no hemos utilizado ni frailes, abogados o políticos.

Tipo III

El Tipo III de civilización convertirá nuestra especie en asiduos y osados nómadas y aventureros galácticos.  A esta altura de la historia humana creo que ya no seríamos clasificados como "Homo Sapiens" porque ya estaríamos muy pasados de moda.  Ahora; poseyendo una exorbitante cantidad de conocimiento acerca de todo lo que tenga que ver con energía en el universo, este Statum Scientiae nos daría el derecho y la oportunidad de denominarnos con un calificativo más apropiado para la especie, la que ya se ha convertido en una raza superior.  Propongo que nos denominemos: "Hominis Proficiebat", que es Latín para "Hombre Avanzado".  A esta altura ya no tendríamos el constante flagelo de los hirudos (sanguijuelas) mencionados anteriormente en el Tipo 0.

Ahora, hay que comprender que la evolución nunca viene gratis.  Con la manipulación de la energía cambiaremos muchas cosas como por ejemplo, nuestra alimentación, nuestro medio ambiente, nuestra biología, y nuestra genética por nombrar algunas de las más influyentes.  En términos biológicos y mecánicos empujados por miles de años de evolución, es factible que nuestros cuerpos hayan cambiado drásticamente en forma y tamaño, y los "terrestres" de esta civilización Tipo III diferirán enormemente de la raza humana que conocemos hoy.

Como parte de nuestra evolución, tendríamos la habilidad de transformarnos en "cyborgs", esos organismos cibernéticos que son parcialmente biológicos y parcialmente mecánicos; dejando a los descendientes humanos puros y sin alteraciones físicas mayores, como una subespecie humana en esta nueva, avanzada sociedad.  Aquellos desafortunados "humanos naturales" cuyas fisonomías sigan siendo enteramente biológicas, tendrán grandes desventajas en sus capacidades y habilidades físicas comparadas con sus homólogos cibernéticos, lo que los convertiría irremediablemente en un grupo de personas discapacitadas, inferiores, o no evolucionadas.

En esta etapa de desarrollo evolucionario la expansión y reproducción de la especie estaría mayormente a cargo de inmensos protectorados de robots capaces de "auto reproducirse", y los condones ya no prestarían uso alguno para los humanos; y su número de individuos se multiplicaría en millones, quienes se desplegarían como peste por todos los rincones de la galaxia colonizando y conquistando estrella tras estrella y cuanto objeto se les ponga por delante, repitiendo continuamente el proceso hasta conquistar el universo hasta el último rincón.  Sí, el Universo tiene rincones.

Cada uno de estos cyborgs tendría la capacidad de construír independientemente más Esferas de Dyson (o un modelo más avanzado) para continuar encapsulando energía y formando una mega-red de distribución para trasladar la energía al planeta que la necesite.  Para poder desarrollar esta ciclópea industria interestelar de producción de energía, primero nuestra especie tendría que resolver o cambiar algunas de las leyes básicas de la Física, como por ejemplo, viajar a la velocidad de la luz sin chocar con ninguna cosa en el espacio.   

¡Ah!  ¡La Velocidad!

En 1994, el físico teorético mexicano Miguel Alcubierre Moya propuso un nuevo tipo de tecnología (el Alcubierre warp drive) lo que nos permitirá viajar 10 veces más rápido que la velocidad de la luz, y sin llegar a romper la velocidad de la luz...  a 3,000,000 de kilómetros por segundo...  ¡Chuchas!  O sea que cuando prendamos los focos luminosos de nuestras naves espaciales para alumbrar el camino, la luz de estas lámparas estaría rezagada a unos 2,700,000 de kilómetros detrás de nuestra nave espacial, ¡por lo tanto no podríamos ver hacia a dónde carajo nos dirigimos!  Este futurista enunciado es bastante desconcertante, pero se supone que trabaja de la siguiente manera:

El concepto de la unidad "Alcubierre" se columpia en al Teoría General de Relatividad, y en realidad no intenta propulsar o acelerar una nave intergaláctica a insanas velocidades superiores a la de la luz; lo que hace en cambio, es utilizar la deformación espacio-temporal dictada por la Teoría General de Relatividad para deformar y manipular la tela del universo alrededor del galeón espacial.  Lo que ocurre entonces es que cuando se activa esta unidad Alcubierre, el espacio-temporal detrás de la nave sideral se expande, y el espacio-temporal delante de la nave se contrae. 

El efecto es que la nave experimenta una "caída libre" entre dos o más niveles de "tiempos similares y concurrentes" tejidos en la tela del universo.  Es como saltar en un "hoyo de tiempo" desde un tiempo presente a otro tiempo presente sin efectos inerciales o temporales.  También podríamos desarrollar múltiples velocidades mecánicas "warp", o inventar la "tele-portación", o sacar boletos para el "Worm Hole".  Y con esto, el Metro queda obsoleto.  ¿Qué cosas, no?

Si a esta altura usted está medio mareado con este loco escrito, tómese un descanso con un cafecito, un tecito o un matecito con Pisco antes de seguir leyendo porque lo que sigue, no lo creo ni yo mismo.  Y hablando de velocidad, cuando su suegra le pida una máquina que vaya de 0 a 200 en 5 segundos; regálele una pesa.

Tipo IV

Los seguidores de Kardashev proponen que una civilización de Tipo IV en esta escala sería demasiado avanzada y no evolucionaría más allá de Tipo III.  Kardashev cree firmemente que el Tipo III sería el límite y la máxima capacidad de desarrollo y evolución de cualquier especie.   Aunque muchos están de acuerdo con él, hay algunos creen que hay aún un nivel más, o un límite más alto que podría lograrse.

Se supone que las civilizaciones visualizadas en el propuesto Tipo IV, serían capaces de usufructuar del completo compendio energético de todo el universo y para eso, podrían viajar a la misma acelerada velocidad de expansión del espacio universal.  Además, esta especie de civilización Tipo IV podría vivir dentro de Agujeros Negros Supermasivos.  Si esto efectivamente es así, a esta especie del Tipo IV se le podría poner negra la cosa.

Para superar los métodos de generación de energía nombrados en las civilizaciones analizadas anteriormente, este tipo de hazañas (conquistar un Hoyo Negro) sería imposible conseguir hasta para la imaginación.  Entonces una civilización de Tipo IV tendría que recurrir a fuentes o surtidores de energía completamente desconocidas para el Tipo III en el universo.  Y quizá estas neófitas, desconocidas, y extrañas fuentes de energía, no se comporten o adhieran a las leyes de la Física que conocemos, y probablemente estén ubicadas "en el más allá".

Tipo V

¡Seguro!  El Tipo V podría ser el siguiente avance posible para tan avanzada civilización. Este nivel sería tan avanzado que los miembros de la especie que alcancen el nivel Tipo V serían básicamente dioses, y tendrían el conocimiento y la habilidad para manipular el universo cómo y cuando les satisfaga.  Y hasta aquí no más llegaría el famoso cuento de "La Creación" y no necesitaríamos más de la Tele ni del iPhone.

En realidad, la triste especie a la que llamamos "ser humano", está infinita y remotamente lejos hasta de soñar en alcanzar estos niveles.  Pero no debemos pensar que cosas como éstas no se pueden lograr porque el negativismo conlleva a la derrota; y la derrota es la negación de una especie.  Tratemos de proteger y cuidar nuestro planetita porque es el único que tenemos hasta la fecha.  Si no lo hacemos, estaremos muchísimo más cerca del Hoyo Negro de lo que esperamos.  Yo no soy un físico futurista, pero me imagino que los "hoyos negros" siempre huelen muy mal.

¿Mucha imaginación dice usted?  ¡No se olvide de que inventamos a los políticos!



El Loco

lunes, 1 de diciembre de 2014

Esquirlas del Espíritu

Mi espíritu tiene una serie de esquirlas filudas que están presas en mi mente.  Algunas de estas astillas a veces crecen más de lo normal y es necesario lijarlas un poco para que sus filosas aristas no perforen o rajen el prístino y dilatado tul de mi indomable espíritu.  Como las suyas, estas esquirlas no se pueden eliminar porque son engendros y apéndices de nuestras frágiles y enfermizas naturalezas, pero como casi cualquier otra cosa, se pueden mantener bajo control con un poco de mantención y cuidado.  Estas afiladas esquirlas provienen de las inconquistables aéreas de mi cerebro, las que se escapan subrepticias y sibilinas para refugiarse en los perennes ejidos de mi espíritu incalculable.

No hay esquirlas más importantes, o más grandes que otras, sino que algunas son más desagradables que otras en la larga escala de lo ingrato, lo displicente y lo sórdido, y son más notorias en las abultadas jerarquías de lo desleal y de lo intolerante.  Por lo tanto, no hay un "orden" o un "escalafón" de serie o de sucesión para ordenarlas.  Son lo que son: diarrea mental o "caldo de cabeza sin sal".  Por lo tanto, hay que limarlas a medida que crecen y se comienzan a notar. 

Este escrito puede bautizarse como un vómito emocional, como un estertor espasmódico de vergüenzas ajenas, o como una regurgitación efervescente de la basura que se queda a veces enredada en los fuelles del caletre de mi ondulada mente.  Este escrito no tiene ni lógica ni orden discernible y las esporádicas e incongruenciales apariciones de su contenido no obedecen a ningún orden establecido de acuerdo a su lógica personal, ni a la nomotética universal, o a la nomológica natural; son simplemente la bizarra e idiótica bazofia de mi inclaudicable mente.

Para poder cifrarlas en este pergamino electrointernetoscríptico, raspé cuidadosamente la negra tinta vieja y seca que se quedó pegada en el fondo de los muchos tinteros casi vacíos que subsistieron abandonados después de ser usados, y a esos rayados de tinta seca les agregué un poco de agua amarga; y con esta libidinosa materia escribí la sarta de tonterías que sigue, las cuales usted puede escoger el leerlas o nó, u ocupar su tiempo en algo más sano y productivo.  Lo que usted leerá a continuación son los coléricos brincos y respingos de mi atolondrada pluma escarbando entre los acervados lóbulos de mi azorado cerebro, perpetrando una necesaria auto-profilaxis a costa suya.  Espero que le guste saltar.

No hay hombre que pueda comprar mi luz, ni hay hombre capaz de comprar mi silencio.
--RAG—

El Territorio de lo Insano, el Territorio de mi Mente (en 10 saltitos)

Salto 1

Amo a la Humanidad pero bajo ningún punto de vista amo a todos los humanos; y menos a los engendros humanoides que son parte de aquellos a quién no amo, y estos últimos no son parte de la Humanidad porque son bestias irracionales producto de una sociedad enferma, decadente y mañosa.  Los más destacados sandios de esta estirpe son los maleantes consuetudinarios: los abogados valetudinarios y ladrones, los políticos nanocefálicos apestosos, y los numerosos sanguisugentes sacerdotes de incestuosidad mental, moral y espiritual.  A esta basura la puedo identificar a una milla de distancia porque todos huelen a rata muerta, cuando no a buitre sarnoso.

Debo de aclarar de que yo NO AMO a estos neotenios, pero nunca dije que los ODIO.  Para odiar a alguien, éste "alguien" debe de poseer al menos un valor humano matriz, una brizna de civilidad, una mísera menudencia de moral con la cual poder ensañarse.  Estos esbirros no la poseen ni en su más mínima expresión enunciada, entonces; ¿a quién odia el Loco se preguntará usted?...  Pues bién, es muy simple: odio a los mosquitos, a las pulgas, a la traición, odio que se me acabe el papel higiénico en el momento menos oportuno, y odio que me mientan y que me dejen esperando.

Amar a la Humanidad es un trabajo largo y terrible como el trabajo de vivir, y la mayoría de las veces, este trabajo no paga bien.  Creo que esto se deriva de que el concepto de la "humanidad" como lo conocemos y aceptamos hoy se generó con el Homo Sapiens, porque antes de él los "seres humanos" que caminaban este planeta eran nada más que unos impensantes brutos y oportunistas carroñeros.  Algo anormal de estos últimos antropoides caminantes se nos quedó enredado penosamente en los genes y en el DNA, y nunca nos hemos podido deshacer de este estigma, huella que es la mácula que nos ha marcado para siempre.  Es por este básico y cardinal principio de que yo egoístamente, pero con completa razón; amo a la Humanidad pero jamás a todos los entes que la integran; especialmente a aquellos que malograron la aguja de su compás moral.  ¡Que se mueran los feos!

Salto 2

Siempre he pensado que si sigo un sueño auténtico no dejaré rastro ni trazo, y ni sendero que ilumine a los ciegos pasos de sus pisadas sin huella; y ni siquiera la secuela de una frágil sombra de luz muriente porque los sueños están hechos de una ingrávida luminiscencia y de una eterna y etérea inconsciencia.  Y muchas veces, incontables veces; me he quedado rodeado de una clara oscuridad mirando atónito hacia el infinito, temeroso, dudando, soñando sueños desconfiados,  delirando irrealidades que ningún otro mortal jamás se ha atrevido a soñar antes. 

Tomo responsabilidad por mí mismo y por las muchas acciones que perpetro a través de mi vida porque haciendo esto, desarrollo un hambre inmensa por soñar; y más aún, por cazar esos inmanentes y locos sueños míos.  Sí señor, soy un optimista y un irremediablemente inquieto soñador.  Tengo que soñar muy alto y muy seguido para poder alcanzar las estrellas, y cuando no las puedo alcanzar, rabioso y vengativo agarro una bocaronada de viento solar, o un puñado del polvo de la cola de un errante cometa, o por lo menos le esputo rabioso una de mis cárdenas memorias a una de esas desprevenidas nebulosas que cruzan incautamente mi camino.

Un sueño es el infinito y sudoroso coito de la imaginación y el deseo, la total cópula de la fantasiosa utopía y la realista materialidad humanas.  Estas quiméricas irrealidades viven vibrando furiosamente en el desconocido callejón de los sueños violados.  El sueño tiene vida propia, y la ordeña y la estruja de los tejidos de nuestro espíritu y de nuestra inconsistente y quebradiza calidad humana.  Y cuando un sueño nace, no puede morir ni nada puede matarlo.  Pedro Calderón de la Barca escribió "La Vida es Sueño".  Pero la Barca estaba terriblemente equivocado, tal como su subconsciente Monólogo de Segismundo.  La vida es real, el sueño es su espíritu.

Salto 3

Cuando miro a aquel negro bosque que me arranca furiosas lágrimas, debo de respirar profundo y recordarme a mí mismo de que aquella espesura a la que miro, es solo una fronda de árboles malditos en un desecrado concierto, y a los que puedo mirar parapetado desde la seguridad de las sólidas almenas de mi invencible espíritu.  Estos árboles son mis miedos y mis temores.  Ese obscuro y negro bosque está arbitrariamente hecho de mis miserias y de mis frustraciones, de mis derrotas y de mis profanaciones, de mis cegueras y de mis forzados silencios.  Y los frutos de sus ramas, son mis jacintinas inconsciencias. 

Y me dá pena el silencio que guardo porque éste no puede hablar, y me dá pena la bulla que hago porque ésta no puede callarse, pero ambas penas viven en la armonía de los lugares recoletos, talayóticos, y telúricos de sus propias existencias tan duras como la Edad del Hierro; sin vida y sin visitantes, en las puertas donde la oportunidad nunca golpea.  Viven en ese negro bosque que me arranca furiosas lágrimas.  Pero las lágrimas y las sonrisas se parecen mucho a mí, a lo que yo soy porque ni mis lágrimas ni mis sonrisas están confinados a ningún sentimiento en particular; porque a menudo lloro cuando estoy feliz, y sonrío cuando estoy muy triste.

La pena es como la soda cáustica en agua hirviente: limpia efectivamente todas las cañerías que acaudalan nuestra angustia.  Y cuando la pena se desliza jabonosamente por nuestras delicadas enfermedades sentimentales, toma la basura que las obstruye, y la convierte en lágrimas.  A veces profusamente, y a veces nó.  Como el pobre Humberto que derramó tan solo una lágrima, porque era tuerto.  Y las lágrimas son el desagüe del espíritu, la cloaca de nuestra índole; son las que llevan la sucia inmundicia que acongoja nuestro espíritu, y las evapora en nuestras mejillas, y las destila sobre nuestras faldas, y las confunde con los resbaladizos mocos.  Afortunadamente, este tipo de líquido no se puede reciclar.  Y así, cuando dejamos de llorar nos sentimos un poco mejor, y el negro bosque que nos quiere arrancar nuestras lágrimas se queda incapaz, sólo con su fronda de árboles malditos en desecrado concierto, y a los que ya podemos mirar sin temor desde las elevadas y tenaces almenas de nuestros irreductibles espíritus. 

Salto 4

Y no estoy más Loco porque mi amigo Bering me alimenta cada día con pequeños trozos de Mallorca, me nutre dadivosamente con imperceptibles y celulares fragmentos del dietario de nuestra historia, y con diseminadas efemérides de una estatura abaculística gigantesca; como si él estuviese alimentando con el júbilo de un dorado trigo mancebo, a un hambriento pollo loco.  Y así, grano a grano me espanta aquellos fríos sueños de una obscuridad iniluminable, y me ayuda a imaginar lo inimaginable.  Entonces esas tristezas ya no pueden estallar en sonidos, ni en gemidos, ni en pensamientos raros, ni en irreflexiones furiosas, y entonces se mueren secas y desteñidas en un oxidado candil Camborio.

Y Bering, como todos mis amigos, no camina detrás de mí porque yo no lo guío.  Tampoco camina delante de mí porque no soy un seguidor.  Sólo camina a mi lado porque somos amigos.  Digo esto sinceramente porque no hay nada que no haría por aquellos que son realmente mis amigos; y porque no tengo ni la más peregrina idea de cómo amar a mis amigos a medias o en mitades, pero también porque ésa no es mi naturaleza ni nunca lo será.  Es crítico el saber amar íntegramente porque la amistad verdadera es lo más difícil de encontrar, y es un fenómeno más raro que el amor mismo; y por eso hay que salvarla a costa de lo que sea.

Y como ya se ha hecho una costumbre sin inercia, este pollo loco busca esos interminables granos dorados de la amistad para nutrirse cada vez que se levanta el sol.  Y este raro pábulo engorda.  Me engorda el espíritu, me engorda los sentimientos, me engorda los deseos de triunfar, y me engorda la humanidad que llevo orgulloso por delante tal como me enseñó a hacerlo mi tío Lucho.  Y cuando termino de masticar esos dorados granos de trigo mancebo, escupo afanoso sus mancillados hollejos los que (como las lágrimas) arrastran consigo mis insensibilidades y mis enojos, y los escupo lejos, por allá, donde ni siquiera pueda pisarlos, y dentro de los anchurosos sacos, de las oficiosas talegas y de las dilatadas alforjas de su complicidad, esa basura del espíritu se muere pegada a esos hollejos, y se seca irremediablemente para siempre. 

Salto 5

Siempre he pensado que si hablo, mis palabras deben ser más hermosas que mi silencio porque ésta es la única manera digna de ocultar mi encabritado y nefasto silencio.  El problema es que mis palabras no son hermosas, ni suaves, ni bonancibles, ni condescendientes; sino que son bestialmente honestas como el ácido muriático, y muchas veces hieren como los fríos y traidores puñales en las arteras manos de los hermanos Heredia.  A veces trato de disfrazar mis palabras con complacientes y oficiosas mentiras, pero estas circenses máscaras se despegan fácilmente y se caen estrepitosamente desde mis enmascaradas palabras como cuando se derrumba incontenible el grandioso edificio "Ilusión" después de ser apuñalado por una traidora infidelidad.

Debo ser muy cuidadoso con mis palabras, especialmente con aquellas ácidas, corrosivas y malintencionadas porque a pesar de que mi afilada lengua carece completamente de huesos, garras, colmillos o cartílagos, es lo suficientemente poderosa y letal para destruír un corazón, para asesinar un sueño, para desecrar una certeza, para aniquilar una ilusión, para tornar una verdad en delación, y para inmolar una virgen esperanza.  Las palabras tienen un gran poder, y si lo absorbemos, con ese poder es posible aprender aún más.  Aprender por ejemplo que por cada palabra altisonante que pronunciemos, debemos de tener también una acción grandilocuente que le corresponda.  Puedo aprender palabras que otros hombres no pueden oír, puedo aprender palabras que otros hombres no pueden entender, y puedo descifrar la enfática revelación de su armonía, lo que otros hombres no pueden comprender.

Un pensamiento sin palabras está ciego, a pesar de que las palabras y los pensamientos siempre se escriban con la misma tinta y provienen del mismo tintero.  Quiero que mis palabras no lleven polvo, que mi gramática no tenga antónimos, que mi retórica no tenga esquinas, que mi elocuencia no tenga ventanas rotas; y que mi mensaje deje en el aire una estela de lagartos indignados y sedientos.  Es mejor tener mucho que decir y pocas palabras para hacerlo, que tener muchas palabras y nada que decir.  Las palabras despiertan el pensamiento, y cuando éste se despierta, ya no se vuelve a dormir.  El pensamiento puede corromper palabras, y palabras pueden corromper el pensamiento; por eso es que debo de ser muy cuidadoso con mis palabras.

Salto 6

Los días malos son como las moscas, hay que matarlos y no preocuparse más de ellos porque un día malo no hace una vida mala ni nos desvían de la preciada meta de la jornada (¡a no ser que usted sea huevón, por supuesto!).  Cuando un día malo me visita sin invitación, tengo tres opciones para defenderme: o dejo que este día de mierda me defina, o dejo que me destruya emocionalmente, o lo utilizo para hacerme aún más fuerte.  Los días malos no tienen el abismante poder de un río furibundo que puede fragmentar y dividir una planicie, que puede dividir una montaña, o que puede desmenuzar un valle; un día malo es solo un tonto pedrusco parado ilusamente en medio de un torrentoso e iracundo río tratando de detener sus arrasadoras e inatajables aguas.  El mejor escudo contra un día malo, es una sonrisa permanente a través de la cual se puedan ver claramente los dientes.

Creo que el mejor remedio para un día malo es actitud porque la única opción de un día malo, soy yo.  Cuando llegue al final de su vida, usted tiene la opción de morirse callado, o estacionar su automóvil y seguir a pié.  A veces pienso que los días malos son los mejores terapistas para nuestra salud mental.  Un día malo es como una horrible tormenta, pero cuando hemos capeado la tormenta, no nos acordamos de cómo la aguantamos ni de cómo la franqueamos.  En estas cosas de la vida, nunca estamos seguros si nuestras tormentas realmente pasan o se calman; pero una cosa es cierta: al salir de una mala tormenta en nuestras vidas, ya no somos la misma persona que éramos antes de que la borrasca comenzara y nos despeinara los sentidos antes de que aquel mal día naciese.  Eso es todo lo que es un mal día.

Casi siempre me olvido de los días malos, y nunca me olvido de que los días malos; todos ellos terminan siempre a la medianoche, y el beneficio que nos traen es que ponen en perspectiva a los días buenos.  Un día malo puede ser malo para nuestros egos, pero si los entendemos bien, son un gran beneficio para nuestros espíritus y una nueva aventura para nuestro carácter.  Nunca me preocupo de un día malo porque no me soluciona el día siguiente ni me borra los errores del día anterior, sino que solo me priva de la energía que necesito para ultimar el día malo que estoy viviendo.  Cuando un día malo llega hay que aprender del pavo real.  Éste despliega su hermosa cola sin importar si el día es malo, o es feriado.  No se olvide de que todos los días cuestan caros.  Cuando se nos termina un día, bueno o malo; es un día menos que nos queda para vivir y gastar, así que trate de gastar sabiamente cada día; aunque sea malo.  El peor día malo es aquel sin sonrisas.  Al final, los días malos son como moscas, hay que matarlos y no preocuparse más.

Salto 7

Las sonrisas son gratis.  ¡Regálelas!  Nunca dejo que mis labios se enteren de mis problemas y mis aflicciones porque así, pueden sonreír constantemente sin saber lo que ocurre en el inestable piso de arriba.  Para mí, el sonreír infatigablemente es extraordinariamente importante porque un día la vida se va a cansar de mi firme sonrisa, y dejará de joderme.  Y el tamaño de tu sonrisa debe ser como cuando abrazas a alguien querido que no has visto en diez años, y a quién no verás por otros diez.  Mientras más grande es la sonrisa, menos lugar ocupa.  Una gran sonrisa desplaza las arrugas del espíritu y extirpa y elimina las espinillas del mal humor, además cuesta menos que la electricidad y da más luz.  La Mona Lisa era lisa, pero su sonrisa no lo era porque no hay ninguna cosa seria que no se pueda decir con una sonrisa.

La razón del por qué a veces me olvido sonreír no es porque haya perdido mi sonrisa, lo que pasa es que ella está bajo mi narizota y a veces no la veo, entonces se me olvida de que está allí y no la esbozo como debería.  Debo siempre de recordar que entre la baba y los mocos, hay siempre una sonrisa.  La sonrisa más valiosa es aquella que dibujan nuestros labios cuando nada nos está saliendo bien en nuestra vida, y si sonreímos estando solos, agobiados y sin compañía, entonces esa sonrisa es realmente genuina.  Sonreír es la mejor segunda cosa que puedo hacer con mis labios, aunque los tenga partidos.  A veces alguien vive porque tiene una sonrisa tuya de la cual se ha aferrado, y que no sabes cuándo la regalaste.  La sonrisa es el preámbulo de la risa, y cuando yo ya no pueda reírme de mí mismo, entonces será la hora en que los demás se rían de mí.

La primera honesta sonrisa que esbocé en mi vida fué poco después de haber nacido, cuando me dí cuenta de que estaba vivo y de que tenía mucho tiempo por delante, y decidí que apenas aprendiese a caminar podría ir en pos de todos mis sueños.  Y así lo hice.  Desde chiquito.  Ahora ya no me queda mucho tiempo pero he conseguido agarrar los sueños más salvajes que me robaban la siesta, algunos de aquellos que corrían más rápido que yo, unos pocos de los que se veían tan grandes cuando yo era tan chico, los que parecían más difíciles cuando no sabía lo que significaba fácil, y algunos de aquellos que parecían imposibles antes de que yo creyera en lo posible.  Ahora los tengo a todos ellos amarrados apretadamente con mis sonrisas, y encerrados estrechamente en los capachos de mi espíritu... y por eso es que yo sonrío.  Y además porque una honesta y amplia sonrisa exacerba e irrita grandemente a aquellos que quieren destruírme.

Salto 8 (un salto lleno de transcursos y tropezones)

La única razón por la que el sol se levanta cada mañana sobre el horizonte, es porque nosotros estamos aquí para verlo llegar.  La Luna no se esconde, sino que se apresura por detrás del planeta para vernos otra vez en la alborada que despide a la pasante noche. 

A veces viajo al sol cuando estoy soñando, y en mi jornada en ocasiones veo al tonto de Ícaro estampado en el suelo con sus pendejas alas de cera.  Para viajar al sol solo se necesita imaginación, ni alas de cera ni las infernales máquinas de tiempo.  Además, el sol viaja hacia nosotros todos los días, pero es cortés visitarlo de vez en cuando, por eso es que a veces viajo al sol cuando estoy soñando.

Tomamos diversas y extrañas medicinas para mejorar el funcionamiento de nuestro cuerpo, entonces ¿sería lógico que tuviéramos pensamientos extraños y diversos para fortalecer nuestra débil sabiduría?  Las mejores ideas siempre han sido paridas por pensamientos extraños e insólitos, por lo que podría deducir que las tonterías y las ingenuidades que salen de mi cabeza podrían ser la base de algo magno, de algo heroico, de algo proverbial y soberbio. 

Creo estrechamente que mi destino no es un asunto de oportunidad o de ocasión, sino que es claramente una cuestión de elección propia.  Mi destino no es algo que yo espere o una cosa que esté escrita (y francamente no sé dónde chuchas se podrían escribir semejantes cosas), mi destino es un poder alto el que debo alcanzar con sabiduría, paciencia y esfuerzo.  Yo soy dueño y forjador de mi propio futuro y me rehúso a creer que el regulador de mi futuro sea el mentado "destino", porque a la postre; el futuro no es nada más que un pasado adelantado con la ventaja del tiempo.  Creer en el destino es un desatino.  Aparte de todo, el "destino" no es nada más que una invención Griega, producto de una cosmogonía mítica, una teoría que versa sobre la existencia y también envuelve a la Epistemología.  Si usted no entiende y comprende estas ciencias, usted no sabe lo que es el destino, y si entonces usted cree en el "destino", usted está más loco que yo.

Creo que cuando el mundo era plano, el sol también era plano.  Todo era plano, hasta el pensamiento humano era plano.  Y las estrellas y los cometas y las galaxias, todo ello era plano, y los asteroides y los meteoros y los objetos transneptunianios, ¡todos eran planos!, y hasta los Pulsares y los hoyos negros, y los otros planetas y las estrellas binarias y los supercúmulos y las nebulosas: todo plano.  Ahora todo es esférico.  Me gusta más así.  Ahora que sé que el sol es esférico sus rayos cariñosos me entibian más, su luz es más clara, y su superficie es más amplia aún para sembrarle mis sonrisas sobre su cálida piel cada vez que lo visito.  Y ahora que casi todo es esférico, lo único plano que queda en el Universo, es el cosmos infinito del triste pensamiento humano.

Salto 9

Alma vs Espíritu

Alma
Siempre me he preguntado acerca de la incongruencia del "alma", esa stultum absque scientia", un guasón pero efectivo embeleco del absurdo magisterio religioso.  Lo circense que hace este concepto risible es que el término "alma" (o ánima del latínanima) se refiere conveniente y arbitrariamente a un principio o entidad inmaterial puramente metafísica e invisible, que se supone que poseen los seres humanos vivos.  También es chusco el hecho de que la descripción y representación de sus intrínsecas propiedades y características, varía grande y salvajemente de acuerdo a las diferentes y disparatadas tradiciones y perspectivas filosóficas o religiosas de cada grupo místico.

El inescrupuloso concepto de "alma", etimológicamente no tiene sentido alguno ni lógica discernible.  Etimológicamente la palabra del idioma Latín: "anima" se usaba para designar el principio por el cual los seres vivos están provistos de animación y moción propias.  Como se ha definido este sentido originario, las plantas, los animales, los insectos, los seres humanos, y todo cuerpo que tenga movimiento propio; estarían entonces dotados de "alma".  De hecho y de acuerdo con la tradición religiosa judeocristiana, el alma es la principal cualidad identificadora del movimiento en la materia viviente, lo que convierte a la materia inerte a materia moviente (activa o viva), independiente del desplazamiento ajeno.  Por consiguiente, las cucarachas tienen alma (de sacerdote pedófilo, pero la tienen).

Los avances en la fisiología y neurología permitieron reconocer que los seres animados obedecen al mismo tipo de principios físicos que los objetos inanimados, al mismo tiempo que pueden desarrollar actividades diferentes de éstos, como la nutrición, el crecimiento, y la reproducción.  Entonces, basados en la lógica y no en la brujería, el "alma" como concepto rectilíneo y esotérico; no es nada más que una flatulencia de mentes subsoladas. 

El "alma" como todos los tristes dioses, no existe.  De hecho, el "alma" está dividida en múltiples conceptos que no se ponen de acuerdo entre ellos (en este sentido, son fuerzas políticas), tal como los pobres dioses.  El alma difiere en materia seria y respetuosa a partir de la filosofía occidental, pasando por la filosofía Griega, por el alineado Tomás de Aquino, por la infundada teología cristiana, por las absurdas e inmanentes "enseñanzas bíblicas", por el ingrávido magisterio católico, por la circense y festivalera iconografía religiosa, por el concepto de alma del antiguo Egipto, por las creencias Budistas, por el Chakras Hinduísta, por el Hitodama o el Reiki Japoneses, por el "Qui" Chino,  y por una sarta interminable de definiciones grotescas y populares en la generalizada teosofía de lo absurdo.

Espíritu
El espíritu en cambio es uno solo, es un solo concepto inalienable y real porque se puede percibir.  La palabra "espíritu" (del Latín spiritus: "aliento") se puede también emplear con otros significados y connotaciones diferentes, pero la mayoría de ellos se utiliza en relación con una sustancia no corpórea en contraste con el cuerpo material.  La palabra espíritu se usa a menudo para referirse en forma metafísica a la conciencia o a la personalidad.  Las nociones de espíritu y de "alma" a menudo y erróneamente se superponen, ya que ambos conceptos contrastan con el cuerpo físico, y ambos se conciben cómo sobrevivientes a la muerte corporal, especialmente en el ocultismo religioso.  Así es como venden la "pomada" de que después de la muerte hay vida eterna porque el espíritu (alma) no muere jamás.  ¡Qué huevada más aburrida!  ¿O sea que (religiosamente) cuando muera, me encontraré con las almas de Genghis Khan, o de Al Capone, o de Julio César, o de Mandrake, o de Jack The Ripper (el Descuartizador de Londres), o con todas ellas?  ¿Y después qué?  ¿Me siento a jugar "Canasta" con las abuelas muertas por una eternidad eterna para siempre jamás?  ¡Qué huevada más aburrida! 

Volviendo al espíritu.  Etimológicamente, Espíritu también significa ánimo, aliento, coraje, vigor, y en última instancia; esta palabra se deriva originalmente de la expresión Proto-Indo-Europeo: (s)peis, que no tiene nada que ver con la rúbrica de "alma".  El espíritu es real y se percibe sensorialmente como energía incorpórea pero omnipresente, no cuantificable en substancias, pero es una energía que está presente individualmente en todos los seres vivos.  Ahora; metafóricamente el espíritu puede ser la intención subyacente de un texto a diferencia de su significado literal, especialmente en asuntos relacionados con la ley donde decimos: "Hay que seguir la letra de la Ley, pero debemos practicar su espíritu".  También, el espíritu se demuestra en la lealtad y la sensación de inclusión en la historia social o en la esencia colectiva de un pueblo, de una institución o de un grupo, como por ejemplo el "espíritu de supervivencia" o el "espíritu de progreso".

La diferencia es de suma y vital importancia porque en nuestro contexto humano real, la Lógica nos navega y conduce desde la "a" hasta la "z"; pero la Imaginación nos lleva a cualquier parte y a todos los lugares; y lo que les sostiene a ambas, es el espíritu.  Con el "alma" hay que morirse primero (con los dedos cruzados) y esperar a ver si pasa algo...  algo que nunca sabremos...  ¡Qué huevada más aburrida! 

Salto 10

Perseverancia.  Me gusta mucho la perseverancia porque ella derrota al tiempo, derrota al fracaso, derrota la procastinación, derrota la insuficiencia humana; derrota la duda, y porque asimismo derrota a la derrota.  Me gusta pensar que la perseverancia es la firmeza de carácter y la fuerza de voluntad en perseguir una meta o hacer algo, a pesar de la aflicción, la dificultad, los obstáculos, los impedimentos, o el retraso en alcanzar el éxito.

Dicen que un pendejo de mujer tira más que una yunta de bueyes, pero la perseverancia es aún más poderosa que esto, porque al contrario de lo otro, la perseverancia está consciente en nuestras mentes.  La perseverancia es como las gotas de agua, las que pueden llenar un valle no importa cuán lentamente se acumulen, y esto es porque ellas nunca se detienen.  La mayoría de los hombres han sido derrotados porque perdieron su perseverancia, y con esto; nunca se dieron cuenta de lo cerca que estaban de la victoria cuando se rindieron.  A veces la perseverancia camina muy lentamente, pero nunca camina hacia atrás.  La perseverancia te permite pelear la misma batalla más de una vez para poder ganarla.  ¡Siempre es demasiado temprano para rendirse!

Durante my encabritada vida me he podido dar cuenta y convencerme de que hay muy pocas cosas imposibles para mi diligencia y mi habilidad.  Mis sueños y mis grandes metas no las he logrado alcanzar por la fuerza, sino que con el poder de mi perseverancia.  Con habilidad ordinaria y perseverancia extraordinaria, todo es posible.  La perseverancia es como un par de manos que trabajando logran y obtienen resultados reales, y no como un millón de manos unidas en insubstancial oración y que no producen nada.  Perseverancia implacable no es obstinación: la perseverancia viene de la voluntad, la obstinación de un capricho o de un mal hábito.

La perseverancia una de las bases del espíritu, el secreto de todos los triunfos; nunca una esquirla porque en el ámbito de las ideas, todo depende del entusiasmo, pero en el mundo real, todo se apoya en la perseverancia.  No sea huevón: Persevere.

No más saltos

Bueno, se me acabó la tinta hecha de agua amarga (por lo menos por ahora).  A mi espíritu aún le quedan una serie de esquirlas repartidas y diseminadas por entre sus interminables parajes, pero después de este demente escrito, éstas ya no son tan puntiagudas e incisivas.  Son más romas, más suaves ahora.  Ya no me pinchan la imaginación cuando duermo, ni me arañan el espíritu cuando sueño, ni me lijan la paciencia cuando estoy inquieto, y no me aguijonean la iniciativa cuando quiero volar, ni me rasgan el virginal y delicado velo de los sueños.  Ahora ya más pulido, puedo engalanar mi inquieto e indomable espíritu otra vez con sus hermosas sombras de colores.

Lo único que uno siempre espera y que nunca viene, es la gloria; y lo único que siempre viene y que uno nunca espera, es la muerte.  ¿Qué cosas, no?




El Loco