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jueves, 1 de noviembre de 2012

Pasajes - Emil Zátopek


Paavo Nurmi, Emil Zátopek, Peter Snell, Kipchoge Keino, Sebastian Coe, Saïd Aouita, Noureddine Morceli, Haile Gebrselassie, Hicham El Guerrouj, Kenenisa Bekele, Abebe Bikila... 

Éstos son algunos de los nombres que pertenecen sin debate a la lista de los más grandes corredores de distancias; pero para mí el nombre que brilla por sobre los otros y sin quitarle ningún mérito a los demás, es el nombre: Emil Zátopek

Maratón

Antes de comenzar a visitar la vida de Emil, veamos un poco de dónde sale este nombre Griego con el que se ha bautizado una carrera moderna.  La historia de esto es complicada como la economía Griega contemporánea, pero con un poco de atención y paciencia, dilucidaremos sus orígenes.

El nombre Maratón proviene de la leyenda de Filípides, un mensajero griego bueno para correr.  Según cuenta la leyenda (y los Griegos eran maestros para contarlas) Filípides, un hemerodromo(1) Ateniense que según la leyenda y los testimonios de Plutarca,  fué enviado desde el campo de batalla de Maratón a Atenas para llevar las noticias de que los Persas, en su primera invasión a Grecia encabezados por el Almirante Datis y el General Artaphernes, habían sido derrotados en batalla.  La batalla ocurrió en Agosto o Septiembre del año 490 antes de la invención del cristianismo.  Filípides corrió 42.195 kilómetros sin detenerse ni para echar la corta.  Según Heráclides Ponticus (y otros novelistas de la época) cuando Filípides llego enfrente de la Asamblea Griega que estaba esperando ansiosamente por noticias del frente de batalla,  exclamó: "νικωμεν' (nikomen)", ¡Hemos ganado!  Acto seguido se murió completamente.  ¿Qué cosas, no?

(1) Hemerodromo era un correo Griego, es decir, un mensajero que llevaba misivas entre varios puntos del Imperio a pié y corriendo.


(*) Clarificación:

Un colega que yo clasifico como a un Scholar me ha suministrado adicional data que aclara mas el proceso de la configuración del nacimiento de "La Maratón", la que por razones prácticas y técnicas resultó ser en lo que es hoy.

De: Manuel Rodríguez Álvarez (Editada por claror)

"Su origen [La Maratón] se encuentra en el mito de la gesta del soldado griego Filípides, quien en el año 490 a. C. habría muerto de fatiga tras haber corrido unos 40 km. desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa.  En realidad Filípides recorrió el camino desde Atenas hasta Esparta para pedir refuerzos, lo que serían unos 240 kilómetros [De acuerdo a Google Earth, la distancia es de 153.3 km.; pero esto es usando distancias directas.  La distancia actual corrida por Filípides sin tener caminos apropiados fué probablemente alrededor de 240 km.].  Aún así, el mito ganó mucha popularidad sobre lo que realmente sucedió, y en honor a éste se creó una competición con el nombre de "Maratón", que fué incluída en los juegos [Olímpicos] de 1896 de Atenas inaugurados por el Barón Pierre de Courbetin.

En estos primeros Juegos Olímpicos el gran héroe fué el ganador de la prueba de Maratón, un vendedor de agua griego llamado Spiridon Louis, que fué seleccionado casi por obligación por un oficial del ejército griego.  Antes de la salida permaneció dos días en oración y ayuno.  Al final de la carrera entró en solitario por la meta para delirio de sus compatriotas, salvando así el honor Helénico, dado que fué el único triunfo griego en una prueba de atletismo en estos juegos.  Esta victoria lo convirtió en una persona rica; incluso un carnicero se ofreció a darle carne de por vida y un zapatero a calzarle.  Murió sin faltarle nada.

Los 42.195 km. por los que hoy día conocemos el Maratón datan del año 1908, cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Londres y la reina [La Reina Alexandra Caroline Marie Charlotte Louise Julia de Dinamarca, casada con el Rey Eduardo VII del Reino Unido] estableció, sin quererlo, esta distancia como la distancia oficial de la carrera de resistencia por antonomasia.  Esta distancia es la que separa la ciudad inglesa de Windsor del estadio White City, en Londres.  Los últimos metros fueron añadidos para que la final tuviera lugar frente al palco presidencial del estadio.  La distancia quedó establecida definitivamente como única oficial en el congreso de la IAAF celebrado en Ginebra en 1921, antes de los Juegos Olímpicos de París 1924." 

¿Qué cosas, no?


La Maratón fué uno de los originales eventos al comienzo de los juegos Olímpicos modernos en 1896, pero estos juegos Olímpicos se realizaban consuetudinariamente en Grecia desde el año 776, también antes de la invención del cristianismo.

De vuelta a Emil

El corredor de largas distancias Emil Zátopek, nació en Kopřivnice, un pueblito en la región de Moravia-Silesia en Czechoslovakia el 19 de Septiembre de 1922, cuando Czechoslovakia era un país sin quebrarse completamente todavía.  Emil nació en el día en que se celebra la Parada Militar en Santiago de Chile, revista con la que se conmemoraban las fiestas de una merecida Independencia conquistada y ejercida con sangre, y auspiciada por el valor de sus ciudadanos durante el 18 de Septiembre del año de Su Majestad de 1810(2).

(2)  Muchos no saben que el Rey de España en 1810 no fué Carlos IV ni el abdicado Ferdinando VII, sino que José Napoléon Bonaparte, el hermano mayor de Napoleón I de Francia, quien lo hizo Rey de Nápoles y Sicilia (1806-1808), y después lo coronó Rey de España y de Las Indias como José I de España (1808-1813).  El sobrenombre de José Napoleón en Nápoles y Sicilia era: "El Intruso", y en España: "Pepe Botella".

Aún se discute mucho sobre de que Emil fué el séptimo de ocho nacidos, o de que fué el sexto de siete.  En cualquier caso, Emil fué el penúltimo nacido en la prole de esta económicamente modesta familia.  Emil tuvo que empezar a trabajar a los 16 años de edad en una fábrica de calzados en Zlín, a orillas del rio Dřevnicer en lo que era el Imperio Austro-Húngaro, llamada Bata; para ayudar a la familia.  Ese nefasto año su país fué ocupado a la fuerza por el ejército Nazi alemán dirigido por Adolfo Hitler, el triste hombrecillo aquel del bigote subdesarrollado y sin personalidad y que se peinaba con un bistec (1938).

Poco después de comenzar a trabajar, el jefe de Emil, un hombre sumamente estricto, seleccionó cuatro muchachos al azar -entre ellos Zátopek- y les ordenó participar en una carrera.  Zátopek protestó enérgicamente alegando de que él era muy delgado y no servía para correr, así que el entrenador lo envió a hacerse un examen médico.  Después de los exámenes, el médico dictaminó de que Emil estaba en perfecto estado de salud, por lo tanto, se vió obligado a participar en la carrera que fué de 1.500 metros.

Una vez terminada la carrera donde clasificó segundo en un grupo de cien corredores, Emil Zátopek expresó de que cuando comenzó a correr, de pronto sintió el ánimo y la necesidad de ganar la carrera, y a pesar de no haber ganado, ésto fué lo que lo impulsó a dedicarse a correr.  Desde ese momento tomó en serio su nueva afición y se inscribió en un club atlético local del cual no sé su nombre, donde desarrolló su propio programa de entrenamiento modelado sobre lo que había leído y aprendido del olímpico Finlandés Paavo Johannes Nurmi; su héroe de la época y el poseedor de nueve medallas de oro y tres de plata.  

Apenas habían pasado cuatro escasos años desde que Emil se embarcó en esta "carrera", en 1944 rompió los récords checoslovacos en 2.000, 3.000 y 5.000 metros.  Casi al final de la guerra se incorporó al ejército Checoslovaco, en donde sus superiores conocedores de las habilidades deportivas de Emil, poco a poco le fueron dando más tiempo para que pudiese implementar su régimen de entrenamiento, el que era de una rigidez y una demanda  extenuantes.  Sus esfuerzos pagaron bien porque fué seleccionado para el equipo nacional Checoslovaco para el Campeonato Europeo de 1946, donde finalizó quinto en los 5.000 metros, quebrando su propio récord nacional de 14:50.2, cubriendo la distancia en solo 14:25.8.

La primera vez que Emil Zátopek atrajo la atención internacional fué en 1946, cuando aún siendo un soldado del ejército Checoslovaco, se fué en bicicleta desde su cuartel en Praga hasta Berlín -un poco más de 350 kilómetros- para entrar en la carrera de 5.000 metros en los juegos acaecidos durante la ocupación de las Fuerzas Aliadas de Ocupación en Europa.  Prácticamente se bajó de la bicicleta para entrar en la carrera.  ¿Qué cosas, no?

Emil Zátopek se hizo irremediablemente famoso en Helsinki, Finlandia en 1952 donde ganó los 5.000 y los 10.000 metros planos, pero su fama se acrecentó como masa con exceso de levadura y polvos para hornear cuando unos escasos minutos antes de que comenzara la Maratón, se decidió a competir en ésta sin haber practicado nunca en su vida para semejante prueba.  Por supuesto que ganó la medalla de oro, y sus excitados y enardecidos hinchas y compatriotas le bautizaron como "La Locomotora Checa".

En 1954, Zátopek fué el primer atleta en la historia moderna de las Olimpíadas en quebrar la barrera del minuto 29 en los 10.000 metros.  Tres años antes, en 1951, Emil quebró la barrera de 1 hora para la carrera de 20.000 metros (59:51.8).  Por estas hazañas y el despliegue extraordinario de su capacidad de corredor de largas distancias, es ahora mundialmente considerado como uno de los corredores más extraordinarios que ha producido el siglo XX, junto con sus heterodoxos y brutales métodos de entrenamiento.

Emil Zátopek también se le conoció en los círculos deportivos y de entrenamiento como "El Checo Rebotador" debido a su peculiar y desgarbado estilo de correr.  Cuando se entrenaba, corría dando unos brinquitos como si fuese a saltar, pero no saltaba nunca, entonces parecía que iba dando botes por la pista.  Si Emil hubiese sido Cordobés o Sevillano y hubiese entrenado a lo largo del río Guadalquivir que está a un corto trote del Golfo de Cádiz; en su correr estoy seguro de que habría dado saltitos jabonados de delfín.  Emil valoraba más substancia por sobre estilo.

Emil continuó experimentando constantemente con su distintivo sistema de entrenamiento a través del cual desarrolló lo que llamamos hoy el "entrenamiento interválico" (lean bien esta palabrita, por favor), que es una técnica para incrementar y elevar el nivel de producción de estamina.  Esto consiste en alternar meticulosamente actividades de alta exigencia con otras de menor demanda física.  En el caso de Emil, éste hacía intervalos entre correr a máxima velocidad por un trecho, y seguidamente correr a menos velocidad por otro trecho; y hacía esto hasta que los hongos dermatofitos que vivían entre los  dedos de sus pies pedían misericordia.  Al comienzo los otros atletas se burlaban de su sistema de ejercicio pero los claros e innegables resultados de éste eventualmente asentó el sistema de Emil como uno de los cimientos infaltables en los programas de entrenamiento y de ejercicio de la gran mayoría de los atletas contemporáneos.

Emil Zátopek se jubiló como corredor de distancias en el año 1958, pero permaneció como un popular héroe de su país hasta el día de hoy.  En 1948 se casó con Dana Ingrova Zatopkova, una medallista de oro olímpico en el lanzamiento de la jabalina, quien lo tuvo en la mira y a tiro de jabalina durante todo el matrimonio.

Siendo un héroe en su país natal, Emil Zátopek fué una figura bastante influyente en el Partido Comunista de Checoslovaquia, pero por gravitar su preferencia sobre el ala Democrática del partido, en 1968 fué despóticamente desposeído de su rango, y luego expulsado del Ejército y del Partido.  No contentos con esto, las sucias alimañas políticas le robaron todos los cargos importantes que había conseguido en base a su propio mérito y esfuerzo, y fué forzado humillantemente a trabajar en una serie de posiciones inferiores,  peligrosas y sin importancia, como por ejemplo tuvo que servir de obrero en las minas de Uranio, tuvo que recoger basura en las calles de Praga, y fué obligado a cavar pozos en medio del barro.   El 9 de Marzo del año 1990, Zátopek fué rehabilitado por el disidente Václav Havel, Presidente de la República Checa (Feb. 2, 1993 – Feb.2, 2003), quien tenía una conciencia mucho mejor y más alta, y ciertamente más limpia que la de la gran mayoría de sus pseudo-ciudadanos y colegas políticos merecedores de navegar en aquel triste buque manicero neoyorquino.

Para la irreparable pérdida y desgracia del mundo olímpico, "La Locomotora Checa" Emil Zátopek murió en la ciudad de Praga a la edad de 78 corridos años, después de haber batallado largamente con una enfermedad, para finalmente sucumbir a un derrame cerebral.  Fué internado en "condiciones muy serias" en el Hospital Central Militar de Praga el 8 de Noviembre del año 2000 desde donde inició su última carrera hacia el infinito.

Sus funerales se celebraron en el Teatro Nacional de Praga al que atestaron innumerables personalidades del mundo deportivo internacional en el año 2000.  Póstumamente fué galardonado con la medalla "Pierre de Coubertin" en Diciembre de ese mismo año.  Pierre de Frédy, Barón de Coubertin fué un brillante Educador e Historiador francés quien fundó el Comité Olímpico Internacional.  La estatua de Emil Zátopek es la del único atleta olímpico exhibida en el Museo Olímpico Suizo de la ciudad de Lausana, una ciudad de la región de habla francesa de Romandy, ciudad de origen Romano, en el Oeste de Suiza.

Cada vez que observo los juegos olímpicos y veo a los esforzados corredores de largas distancias, no puedo dejar de pensar en ese titán de travesías que ya no corre más por las pistas olímpicas de tartán ni por los senderos de este planeta, pero de quien aún vislumbro el brillo de sus doradas y heroicas medallas.

Gracias y descansa en paz "Locomotora Checa".


El Loco

lunes, 1 de agosto de 2011

El Parque Bestial Urbano

No sé si usted se ha habrá dado cuenta de que las ciudades en que vivimos; todas ellas, no son nada menos que un patético Parque Bestial Urbano lleno de animales dispares de todas clases y géneros. No me refiero al urbano "parque zoológico" porque en los parques zoológicos solo viven animales civilizados. El Parque Bestial Urbano es como la apócrifa e ilusoria Arca de Noé de una imaginación con sobredosis de esteroides y una cadena de problemas adenoideos endémicos, pero real. Hay una cantidad inverosímil de animales que existen y conviven en estas sociedades cosmopolitas desequilibradas concienzudamente por la pintoresca y egoísta repartición de la riqueza tangible, pero equilibrada por el carácter y naturaleza de sus salvajes y extraños habitantes.

Cuando emito el vocablo "riqueza" no me refiero como "ricos" a aquellas personas con más dinero y valores materiales que otros, a los cuales tan injustamente se les maltrata constantemente moral y socialmente por los depravados espiritualistas desviados, socialmente ciegos y flojos que siempre quieren algo por nada, y envidian y hablan mal de los que tienen más que ellos basados en un recelo completamente desalineado emocionalmente, malintencionado intelectualmente, y estimulado por una ideología moral practicante tan equivocada y tan desmedida como su incontinencia mental misma, barbárica y sin igual. Pero a la postre, este estereotipo de pensamiento es un producto típico de amebas mentales.

Cuando nombro "riqueza", me refiero a esos seres humanos que dejaron la calidad de animales cosmopolitas invertebrados socialmente acopiando una riqueza moral sólida, un haz de principios macizos y consistentes, un respeto por la ley y el orden, una educada observancia por sus congéneres, un desarrollo personal concreto del principio civilizado, y han amasado ideales prácticos, considerados e incluyentes. También, estos valiosos vertebrados han sido capaces de desarrollar y respetar una responsabilidad social e individual, una honestidad universal, una lealtad incondicional, un sentido responsable del estado de derecho; y ciertamente contribuyen a la cultura humana: un largo trecho desde los baladíes hombres con la gangrena moral de Jericó. En otras palabras, estos seres humanos "ricos" aglutinan consciente y voluntariamente los principios y los pilares básicos de la civilización moderna.

Pero al igual que un zoológico común y corriente, un Parque Bestial Urbano tiene animales. Animales de todas clases y aromas. Muchos animales. Entonces es menester nombrar algunos de ellos aquí para que podamos diferenciar sus géneros y sus distintivas idiosincrasias. Como les pasa a todos, a mí no me gustan todos los animales. Hay algunos que me gustan, otros que detesto, hay otros que me son indiferentes, hay otros que adoro, hay otros que me encabronan, hay otros que simplemente venero, y hay otros que espero se extingan lo antes posible. Todo depende de cómo nos identifiquemos con ellos.

¿Ha notado usted que las viejitas delicadas y las abuelitas tiernas siempre tienen perritos pequeños y cautivadores? ¡Es porque son como ellas! Este es el principio básico de la transferencia emocional y el paralelismo de identidad. Estas viejitas se hacen acompañar de estos perritos sumamente mansos, adorables, débiles como ellas y que requieren máximos cuidados, y que demandan mucho amor y cariño; ni más ni menos como las atenciones que las ancianitas mismas requieren.

Y claro, hay también aquellos que se creen Tarzán de Huerto sin regadío y tienen un Dobermann, o un Pastor Alemán, o un Bulldog con cara de maldito para expresar sus machismos aparentes y la vaga creencia de que tienen genitales extra. Y claro, ellos también los aman y los cuidan con el mismo cariño que lo hacen las viejitas, con la diferencia que cuando las viejitas se hartan del jodío perro porque se defecó o meó en la alfombra: les gritan: - ¡No vuelvas a hacer eso Lulú! ¡No te lo voy a permitir más!, y acto seguido recogen a Lulú con un apuro fingido y la ponen cariñosamente en el sillón mientras miran a Lulú seriamente con sus arrugados labios fruncidos haciéndole un puchero de reproche bien intencionado.

En cambio los dueños hormonales de los perrazos más grandes cuando éstos hacen lo mismo y los sacan de quicio, les gritan como desaforados: - ¡Sale perro culiao! ¡¿Por qué mierda no te v'ai a cagar afuera?!, ¡¿Cómo chuchas se te ocurre hacer esto?! -como si el perro les fuese a contestar-, y acto seguido y refunfuñando en voz alta incoherencias de un vocablo ininteligible emitidos por sus prepucios vocales, le pegan una tremenda patada al pobre perro por donde le caiga mientras que el despistado perro trata de esconderse donde pueda. Realmente no sé del origen de qué secreción glandular han salido estos mequetrefes.

Así como es bien sabido de que los dueños de animales, cualquiera que éstos sean, se comienzan a identificar con sus mascotas y hasta parecerse a ellas según dicen algunos, hay otros animales que se congregan dentro de las regiones cosmopolitas en jaurías, manadas y rebaños de su misma naturaleza horizontal, y que también son muy, pero muy parecidos entre ellos a través de sus cardinales esencias y recuas primitivas, las que comparten en casi todos sus rasgos existenciales.

Voy a nombrar a algunos de estos animales que constituyen estas piaras de peculiaridad cosmopolita. Antes de hacerlo, comprenda que cualquier parecido con su propia realidad o con la de su vecino es una mera coincidencia, y ésta indeliberada coincidencia quizá sea más real de lo que usted crea, quiera observar, o quiera aceptar, porque le guste o nó; usted probablemente también vive en uno de estos Parques Bestiales Urbanos. Empecemos por los animales que me gustan:

Me gustan los gatos. Los gatos son magníficos, pero un poco hinchapelotas porque son muy independientes y territoriales. A pesar de que los gatos son animales muy adaptables y "domésticos", y en contra de la inexperta creencia popular, su expectativa de vida está reducida en un ambiente hostil. Todo gato, de cualquier tamaño u origen, lleva inherente en sus genes los instintos básicos de su estado salvaje, y se acerca a los humanos por una actitud más de conveniencia y comodidad que de ingentes lazos de sentimientos de afecto. Si usted cree que el gato lo ama, ¡usted está loco! Esto no descarta la posibilidad de que algunas mascotas felinas lleguen a tener fuertes lazos afectivos con sus seres humanos elegidos. En fin, el gato hace lo que quiere, cuando quiere y donde quiere. No le pide permiso a nadie y no depende de su dueño para vivir en plenitud y comodidad, y cuando le dá la gana, para la cola y se marcha sin más trámite para el lado que sea que esté encarando. Los gatos son civilizados.

Ahora un animal que adoro. Adoro a los perros. Chicos y grandes, cualquier perro porque no necesito identificarme mucho con ellos. Todos los perros son cariñosos, leales, alegres, juguetones, y son una extraordinaria compañía. La mayoría de las veces son mejores que las personas. No importa cómo les tratemos, cuánto les gritemos y hasta cómo los castiguemos, ellos están siempre contentos de vernos, y nos reciben cada vez que llegamos a casa como si hubiésemos estado afuera de viaje por un largo tiempo. Apenas nos ven, saltan, mueven la cola con un frenesí que casi se les despega del culito, nos lengüetean y nos babean a más no poder, ¡y hay algunos que hasta se mean de felicidad! Dígame usted: ¿Cuantos amigos suyos hacen esto por usted? Los perros son entusiastas y devotos de sus amos. Cuando golpean su puerta, su perro sale disparado ladrando como si la visita fuera para él; y lo hace con el mismo ánimo cada vez que alguien golpea la puerta, sin importarle que la visita no sea nunca para él. Los perros son civilizados.

Aquí hay un animal que detesto. El Perezoso, mejor conocido como: empleado público. El Perezoso al igual que su congénere humano público ambos son folívoros, flojos y negligentes; y lo único que hacen durante todas sus vidas es comer, dormir y cagar. Hay excepciones por supuesto, pero yo no tengo la suerte de conocer a alguna todavía. A diferencia de sus semejantes cosmopolitas, los Perezosos de la selva misteriosa no se convierten milagrosamente en el correcaminos a las cinco de la tarde cuando hay que dejar la oficina. Lo milagroso de esto es que al otro día, apenas entran a la oficina, se transforman en Perezosos otra vez. ¡Vaya milagro de la naturaleza urbana! Esta actitud adquirida es producto neto de la carencia total de profilaxis sicológica que ha degenerado en profundas caries mentales. El depredador más grande y peligroso de este animalejo es el trabajo responsable. Los Perezosos no son civilizados.

Bueno, éste es un animal que me es bastante indiferente: el Pidulle(1). Este Enterobio Vermicularis es el vago cosmopolita, al cual sin poner mucho esfuerzo en buscar, usted puede encontrarlo sentado ociosamente en los bancos de las plazas hablando por su celular, vagando sin destino durante sus peregrinaciones en los Mall, durmiendo con la boca abierta en el maltratado pasto de los parques, fumándose la vida en las esquinas con sus inservibles amigos sin personalidad, y sentados en los cafés pretendiendo bizantinamente el estar haciendo negocios importantes con sus laptops acompañados de una pretérita tacita de café que les dura cuatro horas.

(1) Pidulle (Oxiuriasis): pequeñas lombrices que habitan y se revuelcan en la mierda ubicada en la parte final del intestino, más exactamente, en el ciego (ojetillo) intestinal grueso. Es un parásito Nematodo de los más pequeños, pero joden tanto como los políticos de calvicie intelectual.


También y muy a menudo se le encuentra apandillado en comité en los corredores de nuestras bufonas instituciones fiscales. Pero por cierto los Pidulles no nos son tan indiferentes después de todo ya que nos mantienen ocupados en actividades poco decorosas y socialmente sin gusto, como por ejemplo la de rascarse febrilmente los labios anales con el dedo pulgar mientras esbozamos una mueca semi-macabra de satisfacción y consuelo. Estos Pidulles sociales piensan que una docena de huevos frescos es caviar de gallina. No señor, los Pidulles no son civilizados.

Las tres alimañas que siguen en esta lista de sabandijas cosmopolitas sí que me encabronan y son las que me producen el eco seco y desabrido de las arcadas de mi espíritu. La primera, es la sanguijuela, o "político" como es mejor conocida por todos. No hay mucho que explicar acerca de estos quiltros sociales ya que todo el mundo sabe que son la desgracia personificada de la humanidad civilizada. Los políticos sin embargo, tienen una gracia muy singular que les diferencia particularmente del resto de los autóctonos del Parque Bestial Urbano cosmopolita: ¡se parecen a más de un animal! Por ejemplo, también se identifican muy cercanamente a través de una relación netamente de parentesco familiar, con los zorros y las ratas. Otra cosa que nunca me he podido explicar es ¿por qué a una mujer pública la llaman prostituta, pero a un hombre público le llaman "político"? ¿Qué cosas, no?

Las sanguijuelas políticas se diferencian de los científicos en que éstos últimos se esfuerzan por hacer posible lo imposible, mientras que los políticos se esfuerzan por hacer imposible lo posible. Por eso es que la política es la prostitución de la mente y del bienestar social, y la profundidad de sus ideas raramente va más allá de la superficie de sus grasientos y malolientes cueros cabelludos que más que cueros cabelludos, parecen escrotos prestados. He aprendido mucho basado en una enormidad de ejemplos contemporáneos e históricos de que los cabecillas políticos son un tropel desbandado de farsantes canallas, fuleros cobardes, mentirosos impostores y cuentistas traidores; casi todos incapaces de acaudillar a un pueblo inteligente, patriota y valeroso. Las sanguijuelas no son civilizadas. Esto lo digo con mucho respeto y cariño por las incomprendidas sanguijuelas reales. La diferencia fundamental entre una sanguijuela y un político, es que el político es el animal de la lengua larga y de las ideas cortas.

La segunda alimaña no merece mi abominación completa como el resto de las otras falacias humanas, pero estos vómitos morales me producen desagradables náuseas y sí me repugnan superlativamente. Ésta alimaña especial es el áspid clerical, el falso clítoris religioso; los curas. Más que repulsión, los curas me producen una despiadada lástima horriblemente amplia y espaciosa, más colosal que la que siento por la honesta e infortunada serpiente bíblica, que la pobre por decir la verdad y nada más que la verdad, fué sentenciada injusta e impúdicamente al averno por los siglos de los siglos. Amén. Suerte tuvo el procreador de que no existía el "FaceBook" en ese entonces. Los curas a la sazón, aparte de ser pedófilos y degenerados infantofilios, son una triste y resentida expresión intelectual de segunda clase. El áspid no es civilizado.

La tercera y la más sucia alimaña que yo más detesto, es el abogado deshonesto -- ¡verso!--. Y sí, aunque a usted le parezca tremendamente inverosímil e inexplicable, se sabe de la existencia de algunos abogados completamente honestos, los que están clasificados dentro del bestiario urbano como "Hombres de Ley". Nunca ha habido un parecido más grande y extraordinario entre una bestia inicua y un "humano". Es casi como si uno fuese el otro. El abogado deshonesto y la hiena son gemelos morales e intelectuales de una equivalencia y simetría genética portentosa. Ya vé usted, su dios personal comete grandes errores, y muy a menudo. Al abogado deshonesto se le puede clasificar como el modelo estándar de una bazofia tautóloga de alto precio, y a la pobre e inconsciente hiena (y deshonesta también por naturaleza hereditaria) como una tautologista prebenda; al final del día, ambas vanas existencias están construídas en inuendos absolutos que no justifican sus putrefactas existencias; ni siquiera en un perfil filosófico de cualquier analecta, por escuálida de que éste sea.

Los abogados deshonestos --estas formas de vida que penosamente sobrevivieron la Abiogénesis y que nunca pasaron una prueba Litmus-- son incuestionablemente los especímenes que yo más detesto con todas las fuerzas de mi existencia. Son el anticristo de todos los válidos principios morales y espirituales que gravitan sobre los seres humanos civilizados, tal como lo expresa y concede claramente y por escrito el Apóstol Juan acerca de estos libidinosos apóstatas sindicalistas (www.biblia.com). Uno de los grandes y más profundos valores morales de nuestra sociedad civilizada, es la superioridad personal y ejemplar a través de un probo respeto y obediencia de las reglas y cánones explícitos de comportamiento. Estos valores no son parte del arsenal de moralidad de estos confusos matones emocionales y promiscuos piratas urbanos: los abogados deshonestos, éstos que con su voraz apetito, vicio y desenfreno por la injusticia social, han parido la corrupción sin ningún dolor. No es raro encontrar grafiti en las murallas en los lugares que los abogados deshonestos frecuentan proclamando: ¡Muera el Roto Quezada!

Las enseñanzas morales enfatizan y acentúan la auto-cultivación personal del ser humano, la emulación del modelo de una moral ejemplarizadora, y la maestría del logro de un juicio experto, práctico, respetuoso y autoritativo; y no del mondo y lirondo conocimiento oportunista de las reglas. En otras palabras, éstas son las éticas de la virtud; y no la consumada antípoda adquiridas conscientemente por el abogado deshonesto. El depredador más peligroso para estas especies es la Ética Moral porque es una expresión demasiado grande para la comprensión y asimilación de esta piara. Las hienas no son civilizadas, y los abogados son escolásticos certificados de la deshonestidad y los catedráticos dómines del libertinaje moral. ¡Qué almorrana social más incómoda y embarazosa! Bueno, suficiente acerca del consorcio de estos antropófagos de la ética que convierten los principios morales en la más monstruosa Necrópolis de la Decencia.

Más sobre el Parque Bestial Urbano
Ahora, si usted se considera un participante activo de la "Carrera de Ratas", por favor reconsidere su digna y valiosa posición como ser humano. No se mezcle ni se deje arrastrar por el bodrio cosmopolita que flota en sus obscuros y empantanados océanos de sargazo intelectual. Acuérdese que camarón de se duerme, se lo culean los sapos. Dedíquese concentrada y honestamente a mejorarse a sí mismo como un digno ser humano en cada fibra de su naturaleza, conságrese a civilizarse concienzudamente, y aunque me quiera creer o nó, con esto logrará brindarse la felicidad permanente y recuperará el intrínseco e innato valor humano real que ya tantos han (o hemos) perdido.

Destínese a salir a la calle y a redescubrir que quizá usted no pertenece en su Parque Bestial Urbano local, y que usted es una clase diferente de "animal", y también descubra que el encontrarse a sí mismo no es tan difícil; lo que sí, toma cojones y valentía el alcanzarlo. Engalánese con una lustrosa armadura de valores morales, adornada con aquellas virtudes humanas suyas las que nunca ha perdido, y dedíquese a ser usted, un ciudadano moral y civilizado, un ser humano cabal, industrioso y productivo. Y hasta es posible de que encuentre a otros gladiadores tal como usted, decididamente involucrados en la misma ardua pero enaltecedora faena.

Esto será de un gran beneficio para su familia, para la sociedad en que habita, para la raza humana en conjunto, y por supuesto; para usted quien es el más importante integrante del Parque Bestial Urbano en que habita, porque en los Parques Bestiales Urbanos no se vive; sino que se habita. Tenga cuidado de todas maneras porque el ser civilizado no es un antídoto o una vacuna efectiva contra abogados deshonestos u otras basuritas y tumorcillos sociales de este tipo.

Yo le considero a usted como uno de mis lectores muy invisibles y tremendamente anónimos, le respeto incondicionalmente aunque no le conozca; y le dedico mis quizá perturbadores e insolentes pero realistas y muy honestos escritos, con un cariño único y una púdica pleitesía porque el que dá la cara en la calle a todos es usted, tal como lo hago yo. La cara que los demás observan en nosotros es simplemente la que reflejamos.

Ahora, ¿cara de qué tiene usted? ¿De civilita, de hiena, de perro, de gato, o de almorrana? Cara de raja no puede tener porque la raja no es un animal. Pues no sé qué cara tiene usted, ni tampoco sé cuál es el rostro que los otros le ven a usted, o el que usted les exhibe públicamente a la luz del día. De cualquier manera, todos los días usted se pone un rostro para salir a la calle y enfrentar la sociedad cotidiana, aunque sea una cara de huevón, o una cara de inocente y cándido bufón, o quizá su cara real. ¿Quién lo sabe? Cuando yo le vea, le diré platónica y diplomáticamente lo que pienso.

La cara es nuestra carta pública de presentación la cual leen e interpretan a diario nuestros prójimos conocidos y desconocidos, visibles e invisibles, honrados o abogados, sinceros o políticos, morales o curas. No cualquiera puede descifrar los escondidos jeroglíficos escritos en su talante, la mayoría solo pueden leer esas legibles marcas con que usted se adorna la cara a diario, y que sus lectores saben leerlas e interpretarlas con un gran nivel de destreza y clarividencia. Su cara es su fachada, es el traje moral que usted exhibe en su exuberante desfile diario por las barbáricas calles y los brumosos pasadizos de su ciudad --o Parque Bestial Urbano--, o como usted quiera llamarla.

Como la ropa, la cara se ensucia, y por más bien vestido que aparezca en sociedad, si su ropa está sucia y manchada, a veces es mejor circular en pelotas. ¿Cuántas de las caras que usted vé a diario, a su parecer; están sucias, o manchadas, o en ambos estados? Quizá no vea tantos rostros sucios como caras de hienas, de áspides o de sanguijuelas, o quizá caras de loros parlantes como la de mi cotorrienta suegra andando por las calles. Párese a mirar esos rostros más detenidamente la próxima vez que salga a la calle, pero asegúrese que su rostro esté limpio, o por lo menos; calato (2). ¿Ha notado que cuando usted mira a su prójimo en forma directa y abiertamente a los ojos, éste (o ésta) se pone tremendamente incómodo y al vuelo, desvía su mirada de la suya? ¡Pues claro, a través de los francos ojos se puede leer fácilmente lo que hay detrás de la máscara!

(2) Calato viene del vocablo Quechua: q'ala, que significa "desnudo" o "sin ropa". Esta palabra ha sido adoptada como parte del Castellano de diversas regiones de Sudamérica, especialmente en Chile. Los chilenos son extraordinarios. Es la única raza a la cual "se le para el hoyo".

En su ciudad debe haber millones, o cientos de miles, o por lo menos una cachada sumamente grande de gentes que exhiben sus rostros y se los leen mutua y recíprocamente, y los rostros de esta comparsa desorganizada quizá comunican más de lo que piensan. Para el que sabe leerlos, estos rostros enmascarados manifiestan su moralidad, su existencia misma. Cabe decir que la mayoría de la gente simplemente no sabe leer rostros. Usted habrá escuchado más de una vez a un congénere decir: "Este gallo tiene cara de gil". En realidad es la pura cara de gil porque es todo lo que usted puede ver, y además es su opinión personal. De todas formas, ¿sabe usted lo que es un gil? ¿Bajo la autoridad de quién? Humm, esto me huele a estreñimiento cerebral…

Para poder desenredar con certeza y veracidad los intrínsecos significados y mensajes empotrados en las lingüísticas manifestaciones y filologías de las caras de los demás, uno tiene que tener una moral límpida y un carácter desarrollado, o por lo menos, exhibir un porcentaje decente de civilidad; y no ser "cara de palo" como la mayoría de los demás.

¿Soy yo civilizado? ¡Por supuesto que nó señor! ¡Que vá! De acuerdo al gráfico Coa(3) chileno, yo soy un "pobre y triste huevón". Como a mí aún me queda mucha naturaleza de bestia ignominiosa y como estoy medio atorado entre las incivilidades urbanas y los seres civilizados, y sigo siento una triste mutación entre animalejo y humano; sigo trabajando arduamente y sin descanso por una mejoría cívica y espiritual personal para poder un glorioso día, engrosar merecidamente las filas de los "civilitas" evolucionados. A pesar de esto, todavía puedo leer la cara de una traidora y sucia hiena, oler la pestilencia de las inmundas sanguijuelas, y escuchar el siseo engañador y tramposo de los traidores áspides desde un largo kilómetro de distancia, aunque esté nublado y lloviendo.

(3) El Coa es el lenguaje oficial de la delincuencia chilena. Normalmente cualquier lenguaje mal usado degenera en una jerga o en un argot, fenómenos que representan un incivilizado parásito lingüístico. El Coa es peor que esto. La palabra coa tiene su origen en la palabra española "coba", que significa embuste o adulación falsa, y se dice que está originada en el caló español, el lenguaje de los gitanos. Como sea que sea el cuento, los chilenos se las arreglaron para transformar la palabrita hasta que llegó a ser "Coa". En Castellano podríamos expresar nuestra admiración diciendo: "¡Esto es increíble!"; en Coa chileno esto se diría: "¡Estos güeones la cagaron, po!".

Para bien o para mal, yo vivo en un Parque Bestial Urbano bastante grande y que está saturado de estos dañinos y deletéreos cernícalos, pero esto no es lo peor ni lo que me preocupe más. Lo más alarmante y perturbador para mí es que estos gorgojos no solo andan todos sueltos y dispersos por el Parque Bestial Urbano, ¡sino que estas sabandijas son capaces de reproducirse! Esto último, es la más casta expresión fonética hablada de la fórmula del terror más atroz, notorio, comprimido y agobiante que he conocido en toda mi expuesta vida.

Si usted piensa que por el carácter de lo que yo escribo soy una persona discriminante, segregadora y leonina, usted está inmerso en un estado sumamente, intensamente, hondamente, supremamente y tristemente despistado, pero aún así usted tiene algo de razón; porque a pesar de lo que enuncio abiertamente, yo no estoy completamente civilizado aún. Y quizá como usted, yo soy simplemente una persona de gustos y preferencias cuasi-civilizadas sumamente refinadas, y mis sentimientos discriminativos no están dirigidos a la raza o a la razón, sino que sus raíces perduran en el sueño de la civilidad. ¿Qué cosas, no?

Lo único que le pido encarecidamente a usted mi querido lector, es que en su ardua jornada hacia la liberadora civilidad, sacúdase ese comportamiento de boya que flota gandulezcamente en el amplio mar de la inconsciencia, y por favor haga un esfuerzo supremo y costoso, y no se deje arrastrar inmerecidamente por la miopía social, la hipoacusia moral ni la cofosis intelectual. No se encierre en las letrinas nomotéticas infestadas del S.I.D.A. legal, de la sífilis política y del coma religioso que nos traen consuetudinariamente los rapaces buitres del sentido común.

Mire al futuro con un espíritu totalmente exento de ametropía en su conciencia de Hombre, porque usted, ante todo es un Hombre. Deshágase de ese cultivado nihilismo intelectual hereditario que se le cuelga porfiadamente como una rémora hambrienta de cada pensamiento, de cada pálpito de su vida, y de cada hebra de su existencia. Cuando logre cabalmente este espíritu libre; si es usted una dama, se sentirá y danzará como las Doncellas Polovetsianas; y si usted es un caballero, se sentirá y obrará como El Cid Campeador. ¡Buena suerte en su jornada! ¡Oh!, casi se me olvidaba: ¡por favor hágalo con extreme urgencia!

El Loco.