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lunes, 1 de mayo de 2017

Ad Mortem

Este escrito completo es un fragmento de los partos intelectuales monomáticos pero honestos de un Traficante de Ideas Dementes que aborta filosofías teorizantes, salvajes y parciales, para que la humanidad pensante se cuestione... o no.

The Humanitarian Hell Raiser (El Humanitario Creador de Infiernos) – RAG.
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La Muerte

A menudo representada como un esqueleto vestido en una túnica o sotana y esgrimiendo una gran guadaña, la muerte es personificada así porque antiguamente se creía que ésta "cosechaba" las almas de los vivos, robándoles así de la vida.  Entre otros nombres, también se le conoce como Muerte, La Muerte, Grim Reaper, o El Cuarto Jinete del Apocalipsis; aquella alegórica y ficciosa figura bíblica que monta el apócrifo Caballo Pálido (bayo, no blanco).

Tanatopsis - Una idea, mil pensamientos

A menudo pienso sobre la muerte.  La muerte se supone que sea un acontecimiento definitivo, pero natural.  Muchas veces no lo es; como la muerte del Amor el que jamás muere de una muerte natural.  Estos ácidos pensamientos tanatognomónicos me asaltan y me emboscan muy a menudo, especialmente desde la súbita, dolorosa, y espiritualmente anaeréctica muerte de mi bien amado hijo Lucas Martino.  Así aprendí a morir estando vivo, para poder vivir estando muerto.

Hace un poco más de diez años atrás tuve un encuentro cercano con la muerte.  Ésta vino a buscarme en una clara mañana de fuego helado y nieve candente, y no oculta entre las tenebrosas sombras de la tarde como piensa la gente.  Vino a buscarme presta y sin enojos, y mirándome fijamente a los ojos.  Pero yo sabía que el secreto de la muerte se oculta encerrado y celoso en el plácido y reposado espíritu de la vida del presente.  Entonces le escupí en la cara, y obteniendo mi anabiosis; ella hubo de marcharse; aunque sé que no lo hará para siempre. 

La Muerte es una fiel camarada que siempre nos acompaña silente y devota hasta el final de nuestra jornada.  A veces se acerca, y a veces se aleja; pero siempre está pronta a hacer su cosecha.  Sé que ella volverá por mí algún día, y allí terminará esta áspera y dulce correría de mi vida.  Y como un árbol seco para siempre, el calendario de mi muralla ya no tendrá más hojas, y ni ayeres ni mañanas.  Por eso es que creo que cada nuevo día en que despierto vivo, es una irrisoria cortesía extra que me dá la muerte.  Amamos la vida y odiamos la muerte, y esto es porque la vida es una hermosa mentira, y la muerte una verdad dolorosa.        

Quizá Sir Williams Shakespeare esté en lo correcto acerca de la vida.

¿Cuál es la naturaleza de la muerte durante la vida? 

Creo que la muerte es la fórmula de entender lo que constituye nuestra propia existencia, porque la vida es la decepción de la muerte.  La muerte del hombre a través de su existencia determina su finitud, y es la metafísica indiscutible y axiomática para concebir y entender que el hombre, a divergencia de cualquier otra entidad viviente en las vastas extensiones del Universo, es el espécimen más terminalmente afectado y perturbado por la irreversible destructibilidad y realidad de la muerte. 

He concluído de que aunque parezca mórbido, un hombre que ha pasado por amarguísimas experiencias, sufrido pérdidas imposibles, sobrellevado los más destructivos escarmientos, tolerado los más demoledores golpes del Sino, y sobrevivido los más brutales y mordaces azotes del fátum; aprende indudablemente a disfrutar hasta de sus más profundos y enfermos sufrimientos.  Esto me sucede a mí.

Quizá la muerte es la explicación de la existencia misma.  Puede que la muerte sea la puerta al orden de la nada o de la inconsciencia total, o el viaje conclusivo del espíritu hacia la lejanía inconcebible donde se desvanecerá para siempre.  ¿Es ésta la naturaleza de la muerte durante la vida?  Pues debe de serlo porque “Vita est Fidelis ad Mortem” (la vida es fiel hasta la muerte).  Sí, y nuestra vida nos es fiel a nosotros, pero solo hasta la muerte.   

Para mí, la muerte no tiene un significado subjetivo porque filosóficamente tenemos que hablar de ella en forma metafórica ya que dentro de la irrealidad de la muerte, ésta es real y unidireccional.  Ella es irreal durante nuestra vida, pero se torna real cuando llega.  Si nacimos para morir, entonces ¿cuál es el sentido de la vida?  Por eso es que no es fácil determinar cuál es la naturaleza y el significado de la vida, y quizá la muerte y su concepto no tienen un significado subjetivo porque son una noción completamente vacía que carece de presencia.  La muerte tendrá un significado filosófico, pero no tiene ningún significado subjetivo.  No debemos tomar la muerte en serio, ésta solo acaece una sola vez en la vida.

La percepción y el efecto de lo que es la muerte tienen un sentido coherente y una función disconforme para los humanos vivos, empero; la muerte misma no tiene uso o sentido para sí misma.  Al igual que el resto de los seres vivos del planeta desde su incepción hasta su Omega, yo solo sé una cosa de la muerte: su llegada es comienzo de la ausencia total, de la ausencia sin conciencia.  Pero, ¿qué es ausencia sin conciencia?  Si la ausencia sin conciencia es la nada total, ¿entonces cómo la detectamos?, ¿cómo medimos la nada total?  La muerte nos trae su ausencia sin conciencia, pero no podemos detectarla porque la muerte se la lleva a rastras cuando ésta se lleva a sí misma consigo.

Preguntas

Si la muerte es eterna y la vida es sólo un fugaz suspiro en el infinito manto del tiempo, entonces; ¿cuál es el verdadero valor de la vida?  ¿Es el valor de la verdad, o la verdad del valor?  ¿Es la ausencia de lo eterno, o lo eterno de la ausencia?  ¿Hay un momento más importante en la vida, o es la vida el momento más importante de la muerte?  ¿Es estar consciente de la ausencia de la conciencia, o es tener una inconsciente ausencia de conciencia?  ¿Qué son entonces Tiempo, Muerte y Consciencia?  Estos no pueden ser términos generales porque tiempo, muerte y consciencia son siempre particulares al individuo.  Es MI tiempo, MI consciencia, MI muerte...  Ésta es la verdadera diátesis de la vida.  Entonces, ¿será mi muerte el comienzo de mi más grande aventura?

Presunciones Presuntuosas y Presumidas

Para el extraordinariamente simplista y pseudo-taoísta Zhuang Zhou, el chino que vivió durante el “Período de los Reinos Combatientes” en la Centuria IV antes de la Era Común, la muerte es sólo la transformación de la materia de un estado a otro, tal como la comida se transforma en caca.  Este “filósofo” sin certificación declara que en un momento estamos vivos, y en otro; somos forraje de helmintos, y esto es además, algo que debemos celebrar.

Es obvio que el valor de la vida humana por allá en el siglo IV AEC estaba un milímetro sobre la Drosophila Melanogaster y sus borceguíes de Rhizopus Nigricans; cuando nó un decímetro bajo el excremento.

Hay una superstición sobre la muerte de la esposa de Zhuang Zhou.  La alegoría narra de que después de que la esposa de Zhuang Zhou murió, un amigo de Zhuang Zhou le encontró golpeando una tina de baño y cantando.  

- Vivías con ella, crió a tus hijos, envejeció y murió.  ¿Por qué estas cantando? - Y Zhuang Zhou respondió:

- “¿Por qué no debería cantar?  Vivió, murió, se convirtió en otra cosa.  Uno no debe llorar, uno debe celebrar los cambios, golpear la bañera y cantar.  La muerte no es nada, nada de temer”.

Curiosamente y según la historieta, Zhuang Zhou dijo “Vivió, murió, se convirtió en otra cosa”, pero no dijo: se convirtió en forraje de gusanos.  Es irrebatible de que la esquizofrenia, la demencia y el desequilibrio mental eran ya evidentes en el Imperio Chino.

Otros exiliados mentales dóciles de pensamiento plantean que la muerte vive con nosotros hasta que decide partir, pero; ¿cómo es posible que la muerte viva?  Acaso ¿no es la muerte la negación de la vida y lo absolutamente contrario a ésta?  Además, la muerte no puede partir a no ser que la acompañemos nosotros.  El problema es que todas nuestras ideologías son contrarias a la psicología humana como por ejemplo, siempre fabricamos una filosofía para nuestra falta de valentía; y esto es porque el Hombre es la única creatura que se niega a ser y reconocer lo que es.

Ad Rem (de vuelta a la realidad)

Platón manifiesta en su “Apología” y en su diálogo “Crito” que la preferencia de Sócrates era el mantener sus principios morales y morir, antes que violar estos sólidos principios suyos para prorrogar la muerte.   

El relato de su muerte proclama a Sócrates heroicamente aceptando la muerte -a quien no conocía- por defender sus principios, y mientras bebía libre y tranquilamente la Cicuta Virosa filosofaba en voz alta mientras que el veneno lo mataba.  Este necrótico acto de Sócrates no solo expresa un embrión de desafío en contra de sus sicofantas, pero además; un cuidadoso y premeditado desafío hacia el Estado.  

Con respecto al mandato del Estado, Sócrates obedecerá sus dictámenes a menos que se le ordene el dejar de dedicarse a la filosofía.  El Estado le deniega esto, y Sócrates desacata el mandato.  Entonces, ¿cuál fué la naturaleza de la muerte durante la vida de Sócrates?  

Al igual que el resto de los seres vivos del planeta desde su incepción hasta su Omega, yo solo sé una cosa sobre la muerte: su llegada es el comienzo de la ausencia total de conciencia.  Quizá el final entonces es el principio del principio, y el principio del principio es el fin del final.  Consecuentemente, ¿la muerte hace que nada importe, o hace que todo importe?  ¿Es la vida una riqueza natural, o es una muerte artificial?

La pregunta prevalece: ¿Cuál es el valor y la naturaleza de la muerte durante la vida?  Esta pregunta se la hago a usted.  No trate de racionalizar esta pregunta porque racionalización es la mentira que nos decimos a nosotros mismos, y es lo que usamos para enmascarar la advertencia de conflicto en nuestra conciencia.  Debemos recordar que la verdadera integridad humana no necesita leyes.

Entonces, pregúntese usted: ¿Cuál es el valor y la naturaleza de la muerte durante Mi vida?  

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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Tanatognomónico  Característico de muerte
Tanatopsis - Vista o reflexión sobre la muerte
Anaerética – Destructiva
Diátesis – condición particular del cuerpo o de la mente; factor predisponente
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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 





El Loco

viernes, 9 de julio de 2010

¿Llama o Fuego Fatuo?

Desde que el primer "Homo Hominis" (humano) golpeó un trozo de pedernal en contra de una piedra, el fuego ha proporcionado luz, calor, protección y sustento para la imposible raza humana. No fué fácil descubrir el fuego. Tomó mucho tiempo, esfuerzo, imaginación, curiosidad, y también una generosa dosis de suerte, pero más que eso, tomó perseverancia y un gran espíritu de descubrimiento. La verdadera llama que el ser humano descubrió no fué la llama física del fuego, sino una llama mucho más importante y simbólica que ha distinguido al "Hominid Erigere" (Homo Erectus) desde su incepción -aunque a la parte de "erectus" no todos han logrado llegar intelectualmente aún-, y que ésta creatura lleva intrínsecamente dentro de su salvaje naturaleza.

Desde entonces, la llama ha tomado una connotación multidisciplinaria tan extensa y disímil en sus asertos que cubre desde la vasta imaginación espiritual, pasando detalladamente por el filosófico abanico de lo físico a lo metafísico, y traspasando las inconscientes fronteras infinitas de lo divino y de lo demoníaco, todo en la misma bolsa. Este símbolo extraordinario está mezclado en casi cada aspecto de nuestras vidas, lo necesitamos para expresar nuestros pensamientos y sentires, lo necesitamos para subsistir emocional y espiritualmente, y es un usado artilugio para mantener nuestra "pasión" vibrante y actualizada.

Y así, la llama significa muchas cosas para muchas gentes y en muchas acepciones diferentes y con valores diversos, pero en mi indigente y desautorizada opinión, la llama más importante de todas es la que cada uno de nosotros lleva adentro, y es acerca de la cual quiero visitar y conversar contigo en este día. No hago esto porque yo crea que los hombres estultos y los hombres salvajes siempre dan o necesitan explicaciones; sino porque pienso que los hombres inteligentes investigan. Recuerden que vuestras opiniones son siempre mas válidas e importantes que las mías.

Cuesta una enormidad mantener viva una llama como la del talante y dimensión de la espiritual. No me refiero como "espiritual" a ninguna manifestación fanática y ciega de lo religioso, o a la ignorante y obstruída perspectiva de lo oculto, o a la falta de sentido común e inteligencia de lo desalumbradamente supersticioso. Cada uno define su "espiritualidad" como le parezca (creo que en Chileno se dice :"como se le pare el hoyo") ya que no hay ninguna manera de hacer cumplir o imponerle a la raza los preceptos y las reglas de lo civilizado y de lo inteligente. En este aspecto, la libertad es absoluta desde los inmanentes pensamientos hasta el libertinaje autoimpuesto.

La "llama espiritual" a la que me refiero es a esa capacidad vuestra de lucha y perseverancia alimentada constantemente por nuestra fuerza de voluntad, si la tenemos. Invariablemente, esto nos hace lo que somos, lo que pensamos, y nos lleva a donde llegamos. Yo sé que algunos de los escatologistas(1) que viven dentro de nuestro radio de vida se reirán de esto, y sus críticas baratas, ignorantes y gratuitas inundarán los guturales y enormes espacios vacíos de sus bocas. Después de todo, el escatologismo es un vicio adquirido con impericia y es ejercitado con jactancia a voluntad como lo hacen los abogados, curas, y políticos.

(1) Escatologista
Un escatolojista es aquel individuo que se dedica el estudio de la mierda. Estos caracteres poseen una obsesión innata e inigualable hacia el excremento y la materia fecal. Su lenguaje y literatura se ocupa principalmente de las materias excrementicias o excretorias en una manera naturalmente lasciva que va en complemento directo con sus capacidades mentales. Es como tener celulitis mental, pero cimentada en una abundante deyección de heces. Todos conocemos a alguno. La raíz etimológica de la palabrita viene del Griego "skato", una forma combinada de "skor" - caca. En última instancia viene de la raíz indoeuropea "sker" (excremento) que es también la fuente de la basura y de la escoria (¡no puedo evitar el pensar instintivamente en abogados, curas y políticos!). No puedo evitar que se me vengan a la mente los negros nombres de unos cuantos de éstos gallos... Etimológicamente, la escatología es la parte de la religión y de la teología que trata acerca del fin del mundo. Curioso, ¿no?

La diferencia entre ustedes y un escatologista, es que ustedes son la llama, y el escatolojista es el fuego fatuo (Ignis fatuus). Entre las creencias profundamente enraizadas de las culturas rurales europeas originales -y todavía contemporáneas, especialmente en las culturas populares gaélicas y eslavas, se cree que los fuegos fatuos son espíritus malignos de muertos u otras bestias sobrenaturales que procuran extraviar a los viajeros de su camino. Yo pienso que los fuegos fatuos (personas) son simplemente un peo hediondo del alma.

Si necesitan un poco de inspiración para avivar esa llamita vuestra, lean otra vez el poema "Don't Quit" (No Te Rindas) de ese gran autor anónimo. Por si no lo conocen, aquí les entrego una humilde traducción de este poema. Disculpen la mala calidad de la traducción, pero es que por acá tambien andan los escatologistas de la lengua jodiendo y criticando. Los escatologistas son mis enemigos, pero no puedo odiar a mis enemigos porque después de todo los creé yo mismo. La traducción de este poema al Castellano no rima para nada, pero es el contenido lo que cuenta.

No te Rindas

Cuando salgan mal las cosas, como a veces saldrán,
cuando el camino que sigues penosamente parece cuesta arriba,
cuando los fondos son bajos y las deudas son altas,
y quieres sonreír, pero tienes que suspirar,
cuando las cosas te estén agobiando un poco,
¡Descansa si tienes que hacerlo, pero no te rindas!

La vida es extraña con sus contorsiones y vueltas,
como cada uno de nosotros aprende a alguna vez,
a muchos una simple falla los derrota,
cuando pudieron haber ganado si hubiesen perseverado;
no te rindas aunque el paso parezca lento;
puede ser que triunfes con otro hálito.

La meta es a menudo más cercana
de lo que le parece a un hombre débil y vacilante,
a menudo éste se rinde antes de haber capturado la victoria,
y aprende demasiado tarde,
lo cerca que él estaba de la corona de oro.

El éxito es lo opuesto de la derrota,
es el tinte plateado de las nubes de la duda;
y nunca puedes decir cuán cerca estás de tu meta,
pero puede ser que estés cerca cuando parece lejos;
entonces apégate a la lucha cuando ésta te golpee más duro;
cuando las cosas parecen peor, es cuando no debes rendirte.
------- Anónimo

Yo tengo un poster de este poema en mi pieza y otro en mi oficina. Cada día lo veo, lo leo, y lo pienso. Todo aquel que entra en mi oficina también lo ve y a veces, lo lee. Algunos me preguntan acerca de él, y algunos otros lo adoptan. Uso este poema como fuente de inagotable inspiración y sustento para mi primitivo y atolondrado espíritu, y como refuerzo y energía para la caza de aquellos de mis sueños que aún se encuentran inconclusos y rondando por ahí; porque a la postre y sin esta llama, ¿qué sueño que no sea salvaje y alocado podrá nunca tornarse en realidad?

Hay otro poema que también me provee con las enormes cantidades del combustible que mi voraz alma necesita para nutrir apuradamente el virulento e insaciable apetito mi despiadada imaginación, las cuales alimentan rudimentaria pero efectivamente esa montaraz llama interna del espíritu ingobernable pero disciplinado de mi vida, llama a la que alimento concienzudamente para que crezca día a día con emancipación, paz y alegría. Este poema también cuelga de los vacíos clavos de mis murallas espirituales, y está estrangulado eternamente en las ranuras de mis abundantes pensamientos.

Si (If)

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en tí mismo cuando los demás dudan de tí,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruírlas con las herramientas desgastadas...

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "!Continuad!".

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.
------- Rudyard Kipling

Yo cuido y alimento esta temblante flamita que llevo adentro y es por eso que también trato de cooperar con la "llama Marista" que algunos de nuestros compañeros luchan por mantener viva a través de múltiples actividades -como nuestro blog- sacando energía y recursos de sus propias "llamas internas" y de sus férreas voluntades hechas de la sempiterna, resistente, y cruda arcilla Marista. Tengo una profunda admiración, un establecido respeto, y una subliminal pero sana envidia por aquellos estupendos Maristas que comparten sus flamas sin egoísmo.

Pero de la llama más importante de todas las que existen en el universo y de la que aún no he hecho mención aquí, es la tuya; y más crucial aún, lo que harás con ella, Ercillano. Mantén esa frágil llama de tu vida y persevera incansablemente para convertirla en un siniestro infernal. Digo frágil llama porque no importa cuánto o cuán seguido la alimentes, cuánto o cuán persistentemente la fortifiques, o cuánto o cuán atentamente la defiendas, ésta siempre estará a la corta distancia de un breve y súbito soplo de extinguirse, pero como el Fénix, ella podrá encenderse otra vez para seguir quemando febrilmente el colosal pabilo de tu espíritu.

Por supuesto que no tienes que seguir mi consejo, pero quiero que sepas que esta porfiada actitud mía me ha ayudado a vivir más intensamente, me ha dado una vida de mejor calidad, me ha hecho infinitamente más feliz, ha reducido mis frustraciones grandemente; ha generado un tremendo poder "secreto" que me inviste con brío y con un atrevimiento inaudito para conquistar las diarias afrentas de la vida, y me ayuda a seguir persiguiendo terca y pertinazmente aquellas escurridizas metas que aún no he podido lograr, pero que palidecen en franco contraste con las que he logrado capturar.

Esa llama de antaño con la que naciste un día, era una pequeña, una frágil deflagracioncita del humilde fuego que está destinado a convertirse para tí en un incendio fuera de control, pero es menester de que le brindes el cuidado necesario y apropiado. Es menester de que la cuides y la protejas para que te sirva de aliento y soporte en los anárquicos y tristes días que puedan todavía estar rezagados y mezclados en la implacable tinta que escribe y relata tu vida con la inextricable pluma de tu existencia. Es menester de que pienses en esto porque estoy seguro de que tienes sueños cubiertos de polvo el algún rincón abandonado de tu alma esperando ser despertados y activados. Estoy seguro de que aún hay sueños inconclusos tuyos rondando y acechando tu mente en busca de la oportunidad de ser concluídos exitosamente. Estoy seguro de que has estado pensando en ese furtivo sueño que te acosa casi a diario y te dispara fogonazos de anhelo, y sé que desearías tener los medios, la energía, o quizá la voluntad de cazarlo de una vez por todas...

También sé que "la edad" nos tiene un poco amolados y posiblemente sin las energías necesarias para dar una lucha jabonada con saltos de delfín como lo hizo Antoñito El Camborio en el Romancero Gitano de Federico García Lorca, y tal vez tengas un cutis amasado con aceituna y jazmín, pero tú no tendrás cuatro puñales que te hagan sucumbir. Creo firmemente y con raíces inamovibles de que "la edad" es un concepto paranoico que nos hace envejecer prematuramente, que envenena lentamente pero en forma segura y metódica nuestras cansadas entelequias, y aunque nos deshilache, nos gaste la carne y nos muela los huesos, sigue siendo un concepto que solo es válido en las mentes dolientes y moribundas; y porque el carácter y el nervio nace de lo recóndito de nuestro espíritu, es que tienes que levantarte rabiosamente y comenzar otra vez a perseguir con resolución mortal aquellos sueños esquivos que se burlan constantemente de tu espíritu y que te mean la cara con cinismo; hazlo aunque sea lo último que hagas antes de que aquellas viejas Voces de Muerte cesen de sonar cerca del Guadalquivir.

Pero antes de actuar mi querido Ercillano, tienes que decidir si lo que envuelve tu libre espíritu es una llama, o es simplemente un fuego fatuo. Quizá esto ya lo hayas decidido hace eones, pero si no lo has hecho todavía, aún estás a tiempo -no solo de decidirlo, sino también de desarrollar y convertir esa llama en el incendio que tu vida necesite, y liberar ese tremendo y explosivo capital humano que encierra bajo presión tu espíritu (quizá) dormido. Esto lo sé muy bien porque soy un curtido y resuelto humanitario cultivador de grandes y Dantescos infiernos que se especializa en acechar, asaltar y capturar cerrilmente sueños imposibles persiguiéndolos con ferocidad homérica y sin piedad alguna más allá de las infinitas y blancas fronteras de la mente; y que me entretengo con placer insaciable sacudiendo brutal e indiscriminadamente los frágiles y perezosamente apaciguados cimientos de las almas de las personas que amo y aprecio, porque he sido "El Gran Matador" de los malos sueños y la inercia maldita, y también porque he dejado contentos a todos mis intransigentes clientes, especialmente a mi cliente estrella: mi abrupta, pertinaz, e insolente existencia.

¿Llama, Fuego Fatuo, o Escatolojista? Tú decides.

El Loco