Mostrando entradas con la etiqueta chile. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta chile. Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de enero de 2014

Insapiens Nomina, et Iniuriam Et Cetera et Repugnansi

El título de este escrito en Latín significa "Nombres Equivocados, y Enunciaciones Desacertadas e Incongruentes", y habla holgadamente de apelativos filológicos y etimológicos sin el patronímico rotulante lógico de la palabra o su tácita lógica imbuída, los que han sido asignados equivocada y arbitrariamente con respecto a la esencia, índole, enjundia, quid substancia, o al concepto definitorio con respecto al sujeto que éstos identifican.  Este sujeto puede ser una noción percibida o real, un nombre, un hecho, o un lugar.  En Castellano Chileno simplemente se leería: "El nombre de la gueá no tiene n'a que ver con lo que es, p’o!"

El origen de estas palabras e incomprensibles léxicos, en muchos casos es un enigma inescudriñable que proveniente de una oscura trastienda tan abstrusa e inasible como el discontinuo y salpicado proceso del agiotaje mental; como aquel perversamente concebido fetal producto de de la sórdida lucidez y de los roídos y pifiados encéfalos políticos.

El dicho popular Latino que lee: "Errare Humanum Est" (errar es humano) y su conveniente respuesta: "Locutus Est De Anate Galliuna" (decía el pato que se bajaba de la gallina), a lo que consecuentemente la religiosa gallina responde en estos casos así: "Dimittem Sit Divinum" (perdonar es divino); no es precisamente lo que quiero describir con esta etérea glosa, pero contiene crudezas, audacias y arrogancias completamente inexplicables y esotéricas; pero aún así, reales.  Deben de creerme en esto porque yo soy como la religión: "Jamás me equiboco o estoy herrado".

A los únicos que no he insultado merecida y justificadamente aún y aquí, es al contagioso morbo pestilente de abogados deshonestos; pero les debo sus válidas befas lícitamente.  Y no quiero insultarlos en general, porque la circuncisión mental y la mutilación moral que plaga estos seres transmutan mucho entre un abogado deshonesto, entre otros más licenciosos e indecorosos; y entre el resto que son cumplidamente corruptos, libertinos y rijosamente lúbricos.  Pido públicas disculpas y exoneración por la falta de dedicación personal a esta sustancial cuestión.

Entonces, hay nombres que se le dan a las cosas, entes, objetos, organismos, etc., al parecer sin darle mucha importancia al sujeto nombrado, sino que a la intención de nombrar al sujeto.  En otras palabras, a algunas cosas se les ha nombrado por conveniencia ya sea política, religiosa, económica, o por cualquier otro motivo que no es el de identificar las cosa por su naturaleza esencialmente fundamental.

Hay muchísimos ejemplos de esto, pero aquí voy a nombrar solo algunos de los que me llaman más la atención, porque cuando los escucho me recuerdan la paletita de madera que el doctor nos introduce en la boca para aplastarnos la lengua y poder espiarnos las amígdalas, la pendulante úvula, y la garganta; paletitas a las que los doctores llaman correctamente: depresor de lengua.  Lo que quiero decir es que estos nombrecitos me dan arcadas y casi me hacen vomitar.

Antes de comenzar, quiero aclarar fehaciente, auténtica y claramente que los coloquiales soliloquios anotados referencialmente en este escrito, no tienen la más peregrina intención o conato de insultar, denigrar, humillar o vilipendiar a nadie ni a nada, y que mis claras opiniones no son objeto de intríngulis porque los susodichos nombres son públicos, y no los he estipulado ni inventado yo, y lo estipulado son hechos reales verificables.  ¿Qué cosas, no?  La parte de la verificación es su trabajo.   

In Moniker (Los nombrecitos)

Yucatán

Yucatán es un Estado Mexicano ubicado en la Península de Yucatán, entre el Mar Caribe y el Golfo de Mexico.  Según testimonios de la historia, esta expresión fonética fué la expresión verbal lingüística de un indígena Maya a un explorador español quien andaba indagando como se llamaba la región en que se encontraba.  El indio Yucateca le respondió al explorador: "Uh yu ka t'ann", lo que significa en lengua Maya: "No entiendo lo que dices".  Entonces los españoles corrompieron esta cacofonía a: Yucatán.  ¡Brillante!

Se cree que el brillante "traductor" de esta frase Maya fué el fraile de mentalidad cenobita de nombre Toribio de Benavente, en su inverosímil libro: "Historia de los Indios de la Nueva España".  Además, este fraile tradujo la palabra Maya: "Cotoch" como:"capa", pero que en Maya significa "casa".  ¡Hasta en esto los curas inventan soserías absurdas!

El nombre que los indígenas (ahora Yucatecas) de la región le daban a su tierra era: "El Mayab", que significa: "unos pocos".  Entonces de acuerdo a la descarriada traducción del despistado clérigo español, las tierras y los habitantes de Yucatán se entenderían algo parecido a esto: "Los No Entiendo lo que Dices viven en la región No Entiendo lo que Dice; y se les llama cariñosamente los que No Entienden lo que Dices, y viven en armonía con los otros No Entiendo lo que Dices, sin tener ningún problema de entendimiento con los que No entienden lo que Dices".  ¿Quién entiende esto?  Este nombre no se entiende así que debería cambiarse por uno más realista. 

Puerto Rico

Más que un nombre, el patronímico "Puerto Rico" alude al antiguo comercio marítimo  de una gran cantidad de valiosa estiba y mercancías que zarpaban del puerto de San Juan Bautista de esta isla del Mar Caribe.  El navegante y descubridor Español don Cristóbal Colón lo bautizó este puerto arbitrariamente con el título de "San Juan Bautista", nombre derivado de sus infundadas creencias religiosas.

Los habitantes nativos de la isla eran la tribu de los Taínos (Tribu Taína), los que llamaban a su isla: "Borikén", que de acuerdo a la lengua nativa de estos habitantes, la traducción de este nombre significa algo parecido a "Tierra de Nuestro Altísimo y Bravo Señor".   Con el descuartizamiento fonético de esta palabra perpetrado por los Castellanos parlantes, la palabra terminó transformándose en "Borínquen".  Otra palabra derivada de este vocablo es el gentilicio común "boricua" con el que hoy se identifica a los oriundos de Puerto Rico.

Los españoles originalmente llamaron a la capital de la isla: Puerto Rico.  Con el paso del tiempo y la desorganización administrativa generalizada de la isla (lo que sigue vigente hasta hoy) los nombres del país y de la ciudad capital se suplantaron mutualmente de modo que "Puerto Rico" pasó a ser San Juan, y San Juan Bautista pasó a ser Puerto Rico.  Hoy, la capital de Puerto Rico es San Juan, y los portorriqueños no están seguros de cómo se armó semejante lío.  Eso era antes...

Volviendo a lo del nombre, Puerto Rico no tiene nada de "rico".  Por ejemplo, la cesantía es más del 15%, un tercio de la población vive de a costillas del Gobierno y sin trabajar; la deuda externa esta fuera de control  ($56,820,000,000 de dólares al 31 de Diciembre de 2010); la tasa de homicidios es 6 veces más alta que la de los Estados Unidos; los Bonos avalados por el Gobierno Portorriqueño están clasificados en la escala Moody's como Baa3, que es un pendejésimo(1) sobre la basura y llevan más riesgo que jugar a la Ruleta Rusa con seis balas; la mitad de la gente recibe "estampillas de comida" del gobierno, y es un país sin una industria relevante para la economía.  Puerto Rico de "rico" no tiene nada.  Este nombre está equivocado y debería cambiarse por uno más realista. 

(1) El "pendejésimo" es una macro-medida idiosincrásica de un filologismo desviado del Coa Chileno, la que se refiere a una medida de longitud estreñidamente pequeña, que equivale al grosor de un "parva pubes" (pendejo). 

Costa Rica

Para variar, los españoles bautizaron a este país centroamericano.  Y también fueron aquellos mismos que vinieron con el navegante y descubridor Español don Cristóbal Colón nacido en Felanitx(2), en las Islas Baleares durante su cuarta jornada por los territorios del Nuevo Mundo.  Este nombre se motivó y suscitó a la vista de los ricos y valiosos adornos y ornamentos de oro elaborados por los indios, los que en aquella época existían en abundancia y eran usados como bisutería y para marcar un estatus social.

 (2) Don Cristóbal Colón, el Magno Descubridor de América fué inalterablemente nacido por la gracia de Dios Todopoderoso en el año de 1460, en Felanitx, Mallorca, Islas Baleares, España; ilegítimo pero Real hijo de su padre Don Carlos de Trastámara y Évreux, también conocido como Carlos IV de Navarra, Príncipe de Viana de la Casa de Trastámara, legítimo hermano del rey Fernando el Católico; y de su madre Margarita Colón, la más bella e irresistible mallorquina de aquestos tiempos.  Don Cristóbal Colom (el que era su verdadero nombre) debió haber nacido aproximadamente entre mediados  y finales del mes de Junio de 1460, un fruto puro del amor, la pasión, y el veraniego sol de Mallorca.  Punto.  (Extracto del Libro "Livro del  Jeroglífico, Enigmático y Anfibológico Misterio De la Cuna y Casta del Almirante Descubridor Don Cristóbal Colón" del autor Rodrigo A. Guajardo).

Por supuesto que los afanosos conquistadores (precursores del meollo de las andanzas políticas contemporáneas) se robaron todo lo que pudieron hasta que dejaron a esta rica región (Costa Rica) más pobre que un político después de perder la campaña.

 De acuerdo con el Banco Mundial, este es un país sub-desarrollado que carece de mantención estructural y administrativa, que no puede obtener significativas nuevas inversiones en infraestructura.  Posee una tasa de pobreza de casi un 25%, con un índice de desempleo del 8% (2012), y tiene un déficit comercial de casi un 6%.  En el 2008 el crecimiento económico disminuyó a un aumento del 3% comparado con el 7% del año anterior.  El valor del Colón (la moneda nacional), en el año 2006 se redujo a un 86% de su valor con respecto al dólar

En realidad parece que Costa Rica se asemeja más a una Costa Endeudada, así que este nombre probablemente debería ser cambiado a Costa Costosa. 

Las Islas Canarias

Según los historiadores y cronistas antiguos, el curioso nombre de: "Islas Canarias" se derivaría tal vez del apelativo de la lengua Latina "Terra Canariae Insulae", lo que significa "Isla de los Perros". 

De acuerdo a las crónicas históricas del historiador, científico, naturalista y militar Romano Plinio el Viejo, el rey de Mauritania Juba II nombró a esta isla "Canaria" (solo a Gran Canaria como la conocemos hoy) porque según él, ésta contenía "vastas multitudes de perros de tamaño muy grande de los cuales sus ladridos se escuchaban a distancia".

Se teoriza de que estos "perros" eran en realidad una especie de foca monje (Canis Marinus) o comúnmente conocidos como "lobo de mar", a pesar de que estas dos palabras latinas significan claramente "perro de mar".  Probablemente la enorme cantidad de estas focas ladrantes fué la impresión que les quedó ensartada en la memoria a los escasos primeros romanos quienes arribaron en las cercanías de estas islas por vía marítima. 

Afortunadamente parece que estos sujetos -Juba II y Plinio el Viejo- no estaban borrachos, porque de lo contrario habrían visto canarios del tamaño de un perrazo grande por todas partes; aunque el nombre de la isla no hubiese cambiado.  Estos giles deben haber sido amigos del fraile Toribio de Benavente...  ¿Qué cosas, no?

Los antiguos Griegos también conocían a la gente que habitaba al oeste de la isla, y decían que estas gentes tenían “cabezas de perro”, y que idolatraban y reverenciaban a unos enormes y magníficos perros que vivían en la isla.  El caso es que no hay ni perros grandes ni canarios monstruosos en esta isla, y los arqueólogos no han encontrado ni siquiera un mojoncito de perro para afirmar estas teorías, por lo que creo que el nombre debería ser "Voluptuaria Smilesve" a debido a su industria: el turismo.

Tierra del Fuego

Tierra del Fuego es un archipiélago en el extremo más meridional del continente sudamericano, al frente del Estrecho de Magallanes.  El archipiélago está dividido despótica y arbitrariamente entre Chile y Argentina.

Los primeros europeos exploradores llegaron al archipiélago con la expedición marítima de Fernando de Magallanes en el año de la Reina, en 1520.  No hubo ningún europeo que se haya establecido allí hasta la segunda mitad del siglo XIX porque era muy inhospitalario, muy frío; y hasta ahora no se sabe a ciencia cierta el origen del asuntito del "fuego" de la región.

El explorador portugués Fernando de Magallanes, quien navegaba a contrata de la Corona Española cuando arribó a estas cariñosas riberas, creyó ver muchos incendios.  Hay que tener en consideración que con las largas travesías originadas desde Europa, los marineros de estas frágiles embarcaciones se lo pasaban borrachos y tenían escorbuto hasta en los ojos.

Con todo esto, estaban todos paranoicos.  Magallanes cuenta en sus bitácoras de que los Yaganes, los habitantes nativos de las islas; habían construído fogatas visibles desde mar adentro porque los estaban esperando escondidos en los bosques para emboscar a su armada.  

¿Habrá sido un gil a la vela éste Magallanes?  Si el pueblo Yagán los hubiesen querido emboscar (y esto solo sucede en los "bosques"), ¿para qué iban a construír semejante número de fogatas y ponerlos sobre aviso?  Lo único que necesitaban hacer los Yaganes si su intención era la de "descartuchar"(3) y entrañablemente escindir a los paranoicos nautas, era simplemente esperarlos escondidos entre los árboles de los idílicos bosques Chilenos, y dejarse caer sobre ellos sorpresivamente y descuartizarlos sin miramientos; tal como lo habían estado haciendo por miles de años con las repetidas y desdichadas expediciones guerreras que el Inca del Perú había enviado al sur del río Bio Bio, y que de las cuales nunca nadie regresó para decirle al Inca qué era lo que había o sucedía en las tierras de "Chili".

(3) La expresión "descartuchar" es una insinuación coloquial de poca amabilidad sexual.  Explícitamente se usa para referirse a alguien que ha perdido su virginidad en una forma no muy romántica y obviamente; semi-pública.  En Chile esta expresión también se usa para referirse a quienes han sido derrotados en cualquier arena, refriega en la cual la falta de habilidad de estos poco pudibundos para combatir, ha quedado de manifiesto.

Lo más cómico de esto es que originalmente Magallanes bautizó a estas lejanas comarcas (de acuerdo a una de sus bitácoras) como "Tierra de Humo".  Esto debe haber sido producto de la humareda que tenían Magallanes y la marinería mientras fumaban mariguana como locos en la cerrada cala de su barquito sin claraboyas.  Enigmáticamente, rodeado de misterio y sin razones que se puedan establecer o verificar, el nombre de la región fué cambiado posteriormente a "Tierra del Fuego".  ¿Qué cosas, no? 

Lo que realmente pasó fué lo siguiente: Los Yaganes estaban haciendo una Teletón para ayudar a nuestro hermanos Argentinos a comprar Llamas para exportárselas a los indios Pampas, los que como ya se habían comido a casi todos sus congéneres, decidieron comenzar a comer otras cosas aparte de los integrantes de su misma tribu; los que ya se les estaban terminando.  Entonces, como parte de las actividades de la Teletón, organizaron una carrera de Huemules al estilo "Le Mans", y marcaron el circuito de carrera con fogatas teletonescas.

Entretanto, los navegantes del Mundo Añejo se acercaban lentamente a sus costas casi desapercibidamente, y humedecidos en Ron e intoxicados con otras varias yerbas fumables en sus lentas carabelitas hechas de de palo de madera de árbol de bosque de pino abeto rojo.  Digo "casi" desapercibidamente porque los Yaganes los podían ver claramente recortados en contra del horizonte en el mar plano.   Acuérdese que en ese tiempo el mundo era plano, así que el mar lo era también.

Entonces, a la vista de las carabelas en el horizonte, un Yagán le comentó a otro:

Yagán 1: ¿Veí esas custiones en el agua?
Yagán 2: ¿Las porqueriítas negras ésas flotando?
Yagán 1: Sí, po.
Yagán 2: Sí, po.
Yagán 1: ¿Que creís que son?
Yagán 2: ¿No sé po, y tú?
Yagán 1: Tampoco, pú
Yagán 2: A lo mejor son ballenas...
Yagán 1: A lo mejor, pú.
Yagán 2: Vámono p'a la Teleton.
Yagán 1: Ya po.
Yagán 2: Güeno po.

En otras palabras, los Yaganes no tenían ningún interés ni preocupaciones acerca de estos marineros que les traían la peste bubónica, enfermedades venéreas y otras gentilezas cortesía del continente Europeo.

Después, la famosa Tierra del Fuego se convirtió en arena de grandes conflictos desde la fiebre del oro a las rupturas geopolíticas, trayendo colosales problemas a sus gentes y a los países envueltos en estos conflictos.  Por ésto se le debería cambiar el nombre a esta región y debería llamársele o Tierra del Frío, o Tierra de Conflicto.

Océano Pacífico

En éste, el océano más grande de este planeta, numerosos desplazamientos humanos han ocurrido desde tiempos prehistóricos.  Las migraciones más destacadas están las de los Polinesios que vivieron desde el borde Asiático del océano a Tahití, a Hawái, a Nueva Zelanda, a Isla de Pascua y, posiblemente llegaron a las costas de los Estados Unidos.  

Este lado del océano fué descubierto por el navegante y explorador español Vasco Núñez de Balboa durante sus expediciones en el siglo XVI.  Como todas las exploraciones de la época, éstas eran todas por "oído", así que la expedición de Balboa atravesó el istmo de Panamá y llegó de sopetón y sorpresa al "Océano Pacífico" en el año de su Majestad en 1513.

Balboa bautizó a este océano con su legítimo nombre de: "Mar del Sur".  El que llegó atrasado a la fiesta fué Ferdinando de Magallanes quien navegó el Mar del Sur mientras se daba una vuelto por los mares del planeta desde el año 1519 hasta el año 1522.  Después de navegar por los tremendamente tempestuosas aguas del Cabo de Hornos, y compararlas con la tranquilidad de las aguas del Mar del Sur, Magallanes tuvo la brillante idea de llamar a este amplio océano: "Pacífico".  Y eso que no andaba perdido.

Magallanes se murió definitiva y radicalmente en Filipinas (creyendo que estaba entre Filisteos) en el año de 1521.  De lo que Magallanes no tenía la más peregrina idea, es que las aguas del Cabo de Hornos son tempestuosas porque la diferencia entre las mareas lunares de ambos océanos, el Pacífico y el Atlántico; es de más de cinco metros de diferencia en su punto máximo, y cuando la luna se cambia de lado, arrastra las aguas a través de este estrecho pasaje con una violencia y velocidad inusitadas.  Y le llamaron Cabo de Hornos porque si no tenían cuidado con el paso, los barquitos estaban "cocinados".

A propósito, el mapa de este océano fué cartografiado por  Abraham Ortelius; y lo nombró como lo hizo Magallanes: "Maris Pacifici".  Abraham Ortelius que vivio del 14 de Abril de 1527 al 28 de Junio de 1598; fué un flamante cartógrafo y geógrafo Flamenco, el padre del primer Atlas moderno llamado el "Theatrum Orbis Terrarum" (El Teatro del Mundo). 

Si usted ha navegado las aguas del océano Pacífico en abundancia como lo he hecho yo, usted sabrá muy bien que esta gran poza de agua de "pacífico" no tiene absolutamente nada.  Debería seguir llamándose por su genuino nombre de: "Mare Australis" (Mar del Sur).

La Guerra de los Cien Años

La Guerra de los Cien Años en realidad duró 116 años, desde el año 1337 al año 1453.  El problema de matemáticas con este nombre se desprende de que en aquellos años los combatientes eran tan ignorantes que no sabían calcular bien, y cuando contaban con los dedos, les era difícil mantener a diez o doce marineros con los dedos estirados y sin moverse para poder contar.  Para empeorar las cosas, no todos los marineros tenían todos sus dedos; y los ábacos que usaban para hacer cálculos estaban incompletos o quebrados. 

Incompletos porque los "ungidos" clérigos se robaban las cuentas del ábaco que estaban hechas con perlas, para vendérselas a los indígenas del Nuevo Continente a cambio de oro y sexo con niños, aunque por esto último nunca pagaban o han pagado hasta la fecha.

La Guerra de los Cien Años fué una sucesión de conflagraciones acaecidas entre Inglaterra y Francia por el control del trono Francés.   La guerra se debió a un malentendido en la dinastía de Guillermo el Conquistador, rey de Inglaterra en 1066, que nunca dejó las cosas claras con el asunto de la posesión de su ducado en Normandía, Francia y otras tierras surtidas que poseía en Europa.  Como ven, los problemas de propiedad usados como excusa para matarse los unos a los otros no son nuevos.

Como residentes permanentes e indocumentados de Francia, los reyes ingleses le debían "homenaje feudal" al rey de Francia, pero con esto lis ingleses arrastraban el poncho.  En el año 1337, Eduardo III de Inglaterra se negó rotundamente a reconocer y rendirle homenaje al rey Felipe VI de Francia, hecho con que Francia inició las acciones para reclamar la confiscación de las tierras de Edward II en la ex-provincia Romana de "Gallia Aquitania", hoy Aquitania a secas; la que limitaba con las provincias de "Gallia Lugdunensis", "Gallia Narbonensis", e "Hispania Tarraconensis".

A este evento se le debería llamar "La Guerra de los Porros en Matemáticas"; o simplemente "La Guerra de los 116 Años y Algo".

El Ciempiés (la chilopoda o escolopendra)

Los quilópodos son una clase de miriápodos conocidos vulgarmente como ciempiés y escolopendras; esto obviamente viniendo -otra vez- de los negados en el arte de las matemáticas.  Tienen un horrible y desagradable cuerpo alargado y plano que es muy parecido al alma de los clérigos; y está formado por 21 segmentos metámeros (anillos) con solo un par de extremidades en cada anillo.  Esto significa que hay solo DOS patas por anillo, y 21 x 2 han sido siempre 42; lejos de la cuenta de 100.

Estos legales animalejos repugnantes y  asquerosos existes desde hace por lo menos unos 421 millones de años, siempre han tenido 42 patas; ni más ni menos, por supuesto que con la excepción de los bicharracos cojos. 

Ahora, los quilópodos (ciempiés) se distinguen de los diplópodos (milpiés) en que estos últimos, en cada metámero de su cuerpo tienen dos pares de patas.  Veamos 4 patas por anillo… (uhmm… rascándome la cabeza)… estas 4 patas multiplicadas por 21 segmentos a mí me resultan 84 patitas…  ¿De dónde chucha han sacado que son 1,000?  Los entomólogos de estas especies deberían integrar el Club de los Matemáticos Crápulas junto con los otros  nombrados anteriormente, porque de la forma en que cuentan y hacen cálculos; ¡deben ser amigos de los franceses!

Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch

Aunque usted no lo crea, éste es el nombre de una ciudad.  El nombre de esta ciudad que se parece más a un ruido gutural regurgitativo que a un nombre legible; está ubicada en Anglesey, Wales, en el Reino Unido (o como sea que se llame).  El umbral de este problema es el que los ingleses aún no pueden decidir aún su idiosincrasia concluyente.  Le llaman a su país Inglaterra, Reino Unido, Gran Bretaña, Wales, Welsh, ¡y quién sabe qué más!  Deberían haberse quedado con el nombre que le pusieron los romanos: Britannia, el que se deriva de la tribu alemana de los Angles que vivían en los territorios conocidos como Engla Land (Tierra de los Angles).  Esto es un buen ángulo, y así no tendrían nombrecitos filosofunculistas como el de este lugar.

Aunque existe una desamparada colina en Nueva Zelanda bautizada con el nombre de Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu, este altozano galés posee uno de los nombres más largos entre los lugares oficialmente reconocidos en el mundo de habla inglesa.

Los paisanos y labriegos de la región aseguran de que en la transcripción de la germanía galesa significa "La iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca del remolino rápido y la iglesia de St. Tysilio de la cueva roja".  Parece obvio de que estos galeses, de acuerdo al nombre de su colinita, son “huecos”; y con respecto al origen de su “cueva roja”, preferiría no opinar.

Afortunadamente, el nombre de esta loma también se deletrea Llanfairpwllgwyngyll, y más comúnmente se le conoce y nombra Llanfair PG, o simplemente  Llanfairpwll.  Este nombrecito en Coa Chileno apropiadamente estereotipado y en forma coloquial simple, sería: "La Loma de la Chucha", o “La Loma de la Cresta”. *

*Nota del autor: La “cresta” es el sombrero del gallo (o la carúncula)

Aeropuerto internacional de  Córdoba, Pajas Blancas 

República Argentina.  Sin comentarios.  En este aeropuerto aparentemente se vuela bajo.  Estas gentes deberían de visitar un  avanzado “Lorem Seminis”, o doctor de espermios.

También hay unas Pajas Blancas en Casabó, un distrito de Montevideo en la República Oriental del Uruguay donde no hay orientales.  ¿Qué cosas, no?  Etimológicamente hablando, el nombre del país se deriva del río Uruguay, nombre y voz Guaraní que significa: "Río del Pájaro Pintado".   Cachetones…

Parque Nacional Verga

Esto es algo digno de discutir.  Me encontré con este tieso nombre en un viaje mientras pasaba por el Condado de Gloucester, en Nueva Jersey, USA.  Para empeorar las cosas, viajaba con un amigo Uruguayo, el que al percatarse del patronímico de este parque, explotó en carcajadas que le hacían lagrimear los ojos.  Se rió a mandíbula batida y suelta por lo menos por unas 15 millas de carretera a 65 millas por hora.  Yo también me reí bastante, y va sin decirlo de que el resto del viaje lo pasamos haciendo comentarios y brillantes acotaciones referentes al nombre de este parquecito. 

Citábamos slogans como:
“Bienvenidos al Parque Verga donde se puede sentar sin que lo molesten””
“Parque Verga, el lugar preferidos para las damas”
“No hay mejor Verga que este Parque”

“Parque Verga, un sólido lugar de esparcimiento”
“En el Parque Verga, siéntese sin preocupaciones”
Y hubo otros comentarios que no me atreva a escribir aquí.

Villa Pene

España merece un capítulo especial.

En Galicia, España hay un lugar llamado Villa Pene, o Villapene en donde todos sus habitantes; aparentemente son naturales de Pene, o simplemente a estos ciudadanos se les llama: los penes.

Por no sé qué sombrías y raras razones, en Valencia hay una pequeña aldea llamada: Sueca.  Quizá este nombre se deba a algunas umbrosas inclinaciones semi licenciosas del español promedio.

A través del país, las cosas comienzan suaves, y después se desvían hacia el porno áspero.  En Lanzarote, al extremo Este de las Islas Canarias está: Tías, lo que recuerda algunas damas de Valparaíso.  Después, en Galicia en la provincia de Pontevedras tenemos a: Parderrubias.  ¿De cuáles dos rubias hablan? Eso fué lo que nunca se supo…

Aquí es donde la cosa se pone más brusca.  En Ávila, una ciudad localizada en la Comuna Autónoma de Castilla y León, tenemos a Poyales del Hoyo; en Gerona al noreste de Catalonia está: Espolla.  En Lugo, Galicia, tenemos a Villapene.  Y hay más, pero creo por ahora es suficiente, y que está bien que los españoles se quieran "cachetonear", pero creo que a veces se les pasa la mano.

Los Chilenos heredamos esto de los Españoles:

También tenemos en Chile nombres incomprensibles y desacertados, por lo menos para nombrar ciertos pueblos.  Quizá el poblado más conocido es el de Peor es Nada, confinada en la comuna de Chimbarongo, en la Región del Libertador Bernardo O'Higgins.  ¿Será que este pueblito lleva una pista sobre la amante de O’Higgins?  Durante la Colonia, los ilustres también tenían su “peor es n’a” escondida fuera de la vista pública.  He visitado el pueblito a menudo, y no se merece el nombre que le puso el guacho O’Higgins.

Salsipuedes es otra menudencia insólita de este largo y angosto país.  Salsipuedes está ubicado en la VI región y en la Comuna de Malloa.  Se supone que se llama así porque en los albores de su historia, sus habitantes se mantenían aislados por largos períodos debido a las enormes crecidas del río Cachapoal.  Estarían aislados, pero podían salir del pueblo cuando se les parara el hoyo. (4)

(4) La gráfica expresión: "cuando se le para el hoyo" es una cuestión de susceptibilidades de tiempo y dirección, y es provocada por temperamentos volátiles e impacientes.  En otras acepciones, cuando a alguien “se le para el hoyo”, significa que esta persona hará lo que quiera, cuando quiera, y donde quiera, sin razón o motivo justificado, y basado simplemente en su reacción temperamental sin raciocinio.  Por ejemplo, los gatos se dejan acariciar solamente cuando se les “para el hoyo”.  Los políticos también mienten cuando se les “para el hoyo”.

En las tranquilas pero grandiosas riberas del poderoso río Bío Bío tenemos a una localidad sensualmente llamada: Entrepiernas.  El Correo de las Brujas dice que el verdadero nombre de este pueblo es Entrepiedras, que es un nombre común para varias localidades, pero quizá porque está precisamente ubicado entre las dos piernas en que se divide el rio, las mentes suspicaces y ladinas criollas, le cambiaron el nombre.  Espero que el aire de Entrepiernas sea respirable.

La Calor, localidad rural de la comuna de San Clemente en la VII región, y que descansa en las cortas faldas de la Cordillera de Chile (conocida antiguamente como “Cordillera de los Andes”.  ¿Qué cosas, no?  El hecho es que en este pueblo el Verano es templado, pero en el Invierno y en el resto del año es más helado que nalga de pingüino.  El hecho es que no hace calor para llamarse si, y sus habitantes se conocen como Calorenses; y no como "acalorados".

Intercourse, Pennsylvania (Coito, Pennsylvania)

Intercourse (Inglés para coito) es un pequeño pueblo enclavado en el Condado de Lancaster, en el estado de Pennsylvania, USA.  Su población cuenta con menos de 1,300 habitantes, por lo que se puede deducir que de Intercourse no tiene nada, a no ser que sus habitantes sean casi todos estériles.  No más sobre este insinuante pueblito.

Poto

Para un chileno, llamarse así sería una desgracia mayúscula.  Si usted es europeo o norteamericano, este apellido suena “la raja”.  A pesar de lo indigno y desatinado del apellidito éste; es muy popular.

De acuerdo a unos 5,109 documentos históricos con que cuentan los archivos de Ancestry.com, existe la siguiente cantidad de Potos.(5)

1,371 inscritos en Registros Electorales.
426     registrados en los archivos de Inmigración.
1,139 verificados como Partidas de Nacimiento, Matrimonio, y Certificados de Defunción.
513     miembros del Árbol Genealógico de Ancestry.com.
1,660   suscritos en padrones militares.

(5) La palabra poto es un aforismo Mapundungún. Para el que no sabe de estos términos nativos, poto son las nalgas.  Las nalgas son dos expresivas porciones redondeadas y tibias de la anatomía, situados en la parte posterior de la región pélvica de la persona humana.  Se encuentran localizadas al Sur de la parte posterior humana, y al Sur del perineo.

Como usted puede ver, hay Potos por dondequiera.  Algunos de los Potos más famosos y prominentes por estas latitudes, se encuentran Grace y Virginia Poto las que nacieron en Columbus, Georgia en 1970.  Estas dos mujeres que originalmente se llamaban Grace and Virginia Kennedy, se cambiaron sus nombres a Poto y Cabengo Kennedy.  Estas hermanas eran gemelas idénticas, tal como las mejillas que conozco tan bien.  ¿Con que parte del cuerpo estarían pensando cuando se cambiaron el nombre?  Nadie lo sabe, pero es MUY sospechoso.

Thomas W. Poto

Aunque hay incontables historias en relación y envolvimiento de Potos, aquí hay una de corte legal.

Había un señor originario de New York (en esta malgastada ciudad hay una cantidad de Potos inimaginable) que desgraciadamente sabía muy bien la dudosa connotación de la palabra “poto”, y que para mas desgracia; se llamaba Thomas W. Poto.  Sus amigos le llamaban Tom Poto, pero su extensiva familia lo llamaba cariñosamente “potito” desde que era chiquitito. 

Por supuesto que recibía muchas bromas y comentarios que envolvían directamente o alrededor del área de las sentaderas, y un día; esto le aburrió y decidió cambiarse el nombre.  Así que fué a la corte  y le pidió al Juez que aprobara su cambio de nombre, y como el Juez era un hombre justo y comprensivo, le autorizó para que legalmente se cambiase el nombre.  Desde ese momento Thomas W. Poto se convirtió en John W. Poto.

*Nota del autor: Esto no tiene nada que ver con Potos, pero se ha percatado usted de que el problema de las mujeres negras a las que se les muere el marido, ¡es que todas se convierten en Viudas Negras!

Canguro o Cangurú

Este caso es algo parecido al inverosímil evento de  Yucatán.   Algo parecido le ocurrió al Capitán James Cook en Australia, mientras navegaba como “Master’s Mate” (6) la embarcación HMS Eagle (6), una nave de cuarta categoría de la flota de la Real Armada.  Cook pertenecía a la “Real Sociedad Americana de Londres para mejorar el conocimiento Natural” y actuaba con esta excusa para darse vueltas por el mundo y reclamar territorios ajenos para la corona Británica, o Inglesa, o Reino Unido, o Gran Bretaña, o Wales, o Welsh, o lo que sea. 

(6) HMS es el acronismo para “Las Naves de su Majestad”. Este  es el prefijo que las naves usaban  para todos los  buques de la Armada de la Tierra de los Angles (comúnmente conocida como “Inglaterra”) que las poco humildes monarquías; formal o informalmente usaban para inflar sus increíbles egos.

(7) Master’s Mate literalmente significa “Compañero del Maestro” es un viejo ablativo completamente obsoleto el que era utilizado por la Marina Real, la Marina de los Estados Unidos,  y los servicios comerciales en ambos países para un Suboficial Mayor que asistía al Administrador. Master’s Mate se convirtió en el rango moderno de Sub-Teniente en la Armada Real.

Cook, al ver por primera vez este formidable, enorme y morrocotudo ratón con una cola titánica, unos piés más grandes que los zapatos del “Tony Caluga”, con una conveniente “shopping bag” en la güata, y dando unos colosales saltos en los parajes Australianos, se quedó completamente desconcertado con el espectáculo; entonces cuando les preguntó a los aborígenes por ese extraño e inusual animal que avanzaba a brincos (y que algunos llevaban pasajeros); lo que los aborígenes le contestaron “Kan ghu ru”, lo que textualmente que significa “no te entiendo”.

Entonces para el conocimiento de la humanidad y “para mejorar el conocimiento Natural”, cortesía de la Real Sociedad Americana de Londres para mejorar el conocimiento Natural, un canguro es en realidad un… “no te entiendo”.  ¡Y eso que aquí no hubo ningún laico envuelto!  ¿Qué cosas, no?



El Loco  

lunes, 1 de abril de 2013

Pasajes - Los Hermanos Pincheira


En cada generación hay una puta y un ladrón.  El freno de la puta es su conciencia; el castigo, a veces el del ladrón. 

Los enfermantemente destacados hermanos Pincheira fueron los líderes de una conocida y erradamente pregonada banda de bandoleros y abigateadores chilenos, que entre los años de 1818 y 1832 asolaron impunemente varias regiones del sur de Chile y Argentina llegando hasta la ciudad de Buenos Aires.  Estos salvajes forajidos se acoplaron a la causa Realista (descaminadamente por supuesto) y lucharon en contra de los Patriotas uniéndose entonces a la causa Realista durante la guerra por la Independencia de Chile.  Los Pincheira se educaron bajo el enajenado sobradillo de los frailes Franciscanos, así que no es ninguna sorpresa la calaña de comparsa que terminaron siendo.  La "causa Realista" no era nada de realista dado que el Rey de España pretendía ejercer dominación en unas tierras ajenas y desconocidas a más de 11.000 kilómetros de distancia de su reino y empotradas en la "Región Antártica famosa". 

Este pobre reyecito no sabía de que esta región de la que él hablaba era: "Chile, fértil provincia y señalada en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida."  Se lo dijo un español mismo, pero el rey no quiso escuchar, y consecuentemente los españoles lo averiguaron poco después "Por la Razón, o la Fuerza", y a un alto precio.

Todos los bandoleros Pincheira fueron hijos legítimos de Martín Pincheira.  Martín Pincheira había estado empleado como peón en la hacienda de Manuel De Zañartu, localizada en la criolla ciudad de Parral.  El hacendado Manuel De Zañartu que posteriormente como otros hacendados de la región, les proveyó a los Pincheira con ayuda económica, acto traidor por el cual fué declarado enemigo de la patria.  Esto demuestra que la familia completa de los Pincheira y los truhanes que les apoyaron, contrario a lo que algunos perjuros, renegados e ingratos antipatriotas insidiosos sugieren, es indigna de haber sido Chilena, y que en un absurdo e ignorante esfuerzo tratan de romantizar esta bazofia en una estulta y concúbita comedia cinematográfica de mal gusto.

La deshonrosa prole Pincheira estaba compuesta por cuatro hermanos y dos hermanas, desgraciadamente todos nacidos en Chile.  Estos rufianes fueron: Santos, Pablo, Antonio, José Antonio, Rosario, y Teresa.  Los hermanos Pincheira comenzaron a robar y a cometer toda clase de delitos desde 1817, el mismo año en que nació  Guillermo III de los Países Bajos, Rey de los Países Bajos y Gran Duque de Luxemburgo.  Los Pincheira eran originarios de la zona de Parral, ciudad fundada por el Viceroy del Perú Ambrosio O'Higgins, quien llamó originalmente a la ciudad "Villa Reina Luisa" en honor a la esposa de Carlos IV.  El actual Parral está localizado al norte de la ciudad de Chillán, nombre que en Mapudungún significa "Silla de Fuego" debido al volcán de sus cercanías.

Antes de estos obscuros acontecimientos familiares que afectarían a tanta gente, los Pincheira trabajaron al igual que su padre como peones de la hacienda del rebelde realista Manuel De Zañartu.  Antonio, el mayor de los Pincheira llegó a ser cabo del Ejército Realista y combatió bajo los blasones del Rey Ferdinando VII de España en la Batalla de Maipú.  El Rey Ferdinando VII de España fué dos veces Rey de España: en 1808 y desde 1813 a 1833.  Este último período está en controversia con José Bonaparte. 

Como las huestes Chilenas le sacaron la cresta a los Realistas en dicha batalla (Maipú), Antonio volvió a su tierra y comenzó sus correrías malintencionadas, arrastrando en ello a sus entorpecidos hermanos.  Dicen por ahí que Antonio Pincheira seguía convencido de la causa de la Corona Española, pero esto no le excusa el convertirse en un bribón asesino y sinvergüenza, el delincuente y maleante vulgar que terminó siendo con su pandilla de hermanos y hermanas; de manera que no hay ninguna controversia para su calificación como un despreciable villano puro.

Lo más curioso de esto, es que esta banda de malhechores contaba con el respaldo y el apoyo de varios sectores de la iglesia católica, esa lepra religiosa la que siempre inmiscuye su larga y sucia narizota en asuntos ajenos y que no le incumben; y estos descarados y descarriados "hombres de dios" auspiciaban hechos como asalto, saqueo, violación, y el rapto de mujeres a cambio de recompensa; como fué el caso específico de Trinidad Salcedo, por cuya libertad exigieron "una carga de vino que terminó en el vientre de los curas, dos cargas de harina para los cuarteles Pincheristas, y 200 pesos en Plata para el bolsillo de los Pincheira".  Estos hechos verídicos constan en el archivo del Ministerio de Guerra de la República de Chile.

También recibían sostén de muchos hacendados realistas como Clemente Lantaño, un terrateniente de Ñuble; y además el concubinato político del Cabildo de Chillán los apoyaba en sus correrías.  Hoy en día, todos estos traidores y facinerosos han encontrado una carrera profesional análoga como políticos deshonestos; y de los curas degenerados, pues ya todos sabemos dónde éstos terminan.  No es coincidencia que Satanás rime con sotanas.

Estos malandrines de apellido Pincheira consiguieron hacerse de un extenso refugio en las zonas altas de la cordillera de Chile, en frente de Parral, asilo que era un auténtico poblado con cientos de mujeres secuestradas, y toda clase de bienes robados y mal habidos.  Algo así como el Congreso, pero un poco más extenso.

Alarmado con esto de la guerra de la Independencia en Chile, el guatón sinflón del Virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela Griñán y Sánchez Muñoz de Velasco, le encomendó a otro traidor de nombre Vicente Benavides para organizar y mantener resistencia armada en las posesiones de la corona en el sur del país, y para ayudarse; compró el apoyo de los grupos indígenas de la zona como los Pehuenches.  Benavides controló por un tiempo los territorios rayanos al sur del río Biobío que estaba fraccionado en tres frentes.  Los llanos centrales estaban a cargo de Benavides; un infeccioso cura entrometido y depravado de nombre Juan Antonio Ferrebú (que rima tan bien con Belcebú) quien servía al dinero y no a su "dios", comandó el sector costero; y los ladrones Pincheira se dedicaron al área cordillerana.

La buenas noticias son que Benavides fué justamente fusilado en 1822.  Le sucedió Juan Manuel Picó, quien fué honestamente asesinado solo dos años más tarde, y en ese mismo año el cura Ferrebú visitó a sus demoníacos compinches cristianos (Súgart, Lucifer, Frimost, Astaroth, Silcharde, Bechard y Guland, ¿sabía usted de ellos?) en el infierno después de haber sido justicieramente fusilado.  Desde ese momento, José Antonio Pincheira se adjudicó la excusa de la responsabilidad de la guerrilla, con lo que se auto-otorgó amplia licencia para delinquir, y lo hizo ininterrumpidamente hasta su derrota en 1832, el mismo año en que Ecuador se anexó arbitrariamente las Islas Galápagos.

Un poco de Historia

Con el tiempo y el reclutamiento de forajidos, el número de bandoleros en las huestes  Pincheira incrementó grandemente y se habló de que su alguarismo fué de alrededor de unos 1.000 hombres de a caballo, y todos sometidos a un caudillaje monolítico jerarquizado militarmente; algo así como un dictador con pañales sucios.  La mayoría de este contingente estaba formado por bandidos netos, ex-presidiarios, y convictos fugados de la ley, en otras palabras, la crema y nata del espíritu político socialista.

La Alianza con los Pehuenches

Desde el año de 1822, los Pincheira trabajaron en la artesanía de alianzas con los poco honestos Caciques Pehuenches, quienes le permitieron asentarse a ambos lados de la Cordillera de Chile, no solo sin molestarlos, pero cubriendo y protegiendo sus andanzas.  Los principales arbotantes y asentamientos que los Pincheira establecieron en Chile durante esa época fueron las instalaciones y permanencias ubicadas en Los Maitenes, un pequeño lugar enclavado en la cordillera; en Roble Huacho (ubicado en medio de un bosque en la región de la Araucanía); y la infausta cueva de los bandidos Pincheira localizada a 67 kilómetros de la ciudad de Chillán. 

Una vez visité la triste y ridícula Cueva de los Pincheira cuando mis jóvenes plantas aún se entrenaban en el arte de explorar y transitar este (aparentemente) redondo planeta.  La cuevita no tenía nada de épico o extraordinario, en efecto; ¡ni parece cueva!  Es apenas un triste socavación natural en la roca que no tiene NADA DE CUEVA y que en un día lluvioso y con viento, no presta ninguna protección.  ¡Vaya cuevita!  Ni el Milodón la aceptó como morada, ni las vacas, y ni los leones o los coyotes porque ni para guarida o cubil servía.  Si usted puede mirar a la "cueva" ésta, ¡se dará cuenta de que es pura mala cueva!

Esta desproporcionada pseudo- gruta se declaró Patrimonio Histórico Nacional ¿...?  ¿Qué más se podría esperar de la falta de entelequia mental de algunos políticos orgullosos de sus hediondos pasados?  ¿Qué cosas, no?

Además de los asentamientos en Chile, los Pincheira tenían establecimientos en el extenso territorio Argentino.  Tenían colonizaciones en el valle de Varvarco (el asentamiento de Matancilla) y en la laguna Epulafquén en el territorio Neuquino.  Por el sur, comprendían  un afluente del Neuquén llamado río Agrio; en la zona de Butalón (los asentamientos de Malal Caballo (quién sabe de dónde habrán sacado el nombrecito éste), Raja Palos (sin comentarios), y Guañacos a la vera del río del mismo nombre en el Departamento de Minas.  Estos fértiles y protegidos valles eran utilizados principalmente como campos de engorda  para el ganado robado en la Provincia de Buenos Aires, antes de contrabandearlo a Chile.

No hay necesidad de repetir que los hermanitos Pincheira eran una plaga pandémica habitual.  No contentos ni satisfechos con delinquir en esta gran zona sudamericana, estos prevaricadores de pandilla atacaron la ciudad de Mendoza.

Tuvieron también asentamientos al sur de lo que es la Provincia de Mendoza.  Estos asentamientos se llamaban Jirones, Payén Matru y El Manzanito.  En lo que ahora se llama la Provincia de La Pampa; establecieron poblados renegados en Chical Có, Limay Mahuida, y Chalileo (vaya nombrecitos, ¿no?).  A esta última –Chalileo- le cambiaron el nombre a "Isla de los Pincheira".  Más tarde, el billonario griego Aristóteles Onassis les copiaría esta magnífica idea de tener una isla propia.   

La "Isla de los Pincheira" no era solamente un lugar para darse categoría y estatus social, sino que también era un punto estratégico de control y supervisión de las rastrilladas a lo largo de las orillas del río Chadileo, el que está cerca de laguna Urre Lauquén; desde donde se desataban los asoladores malones en contra de los ciudadanos honrados y trabajadores de Chile y Argentina.  Para poder perpetrar estos asaltos en forma fulminante y cruzar rápidamente la cordillera de ida y vuelta, estos reos morales disponían y controlaban el paso cordillerano llamado Boquete de Alico, que es un paso fronterizo localizado en la zona centro-sur de Chile (y Argentina) cerca de un poblado chileno de nombre San Fabián de Alico; que es la  capital de la comuna precordillerana de San Fabián, en la Provincia de Ñuble, de la Región del Biobío, y con una escasa población de alrededor de 1.400 cordilleranos habitantes.  Nicanor Parra y Violeta Parra nacieron en San Fabián de Alico.

Los últimos Estertores

Después de muchas barrabasadas y una larga y sangrienta historia, la mayoría de los Pincheira y sus seguidores fueron derrotados, apresados y ejecutados como los sarnosos animalejos que siempre fueron.   Estos maleantes asesinos no fueron nada parecidos a Robin Hood, sino que fueron una pandilla ignorante de vulgares forajidos.  Los hermanos Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira se alzaron contra las tropas patriotas de su propio país en 1817 y durante 15 años mantuvieron una vergonzosa guerrilla en nombre del Rey de España, una despreciable y barata excusa para disfrazar el beneficio de sus propias y desviadas inclinaciones.  

Estos malditos proscritos asaltaron, saquearon, violaron, asesinaron, robaron, y raptaron  cobardemente inocentes e indefensas mujeres a cambio de recompensa (con el apoyo de la iglesia, ¿habré mencionado esto anteriormente?).  Cualquier licencioso que encumbre y vanaglorie a estos criminales; es un perfecto imbécil, un magistral e insensato cretino, y por supuesto; un traidor a la Patria.

José Antonio Pincheira fué el último maleante de la familia quien anduvo fugado por un tiempo, y después de entregarse cobardemente a las autoridades Chilenas y obtener una amnistía por sus delitos (por supuesto viniendo de sucios y deshonestos políticos interesados de la época), fué contratado como empleado en la hacienda del Presidente José Joaquín Prieto Vial, otro individuo que nunca pudo explicar el por qué de su irresponsable proceder; y por qué le dió asilo y protección a un ladrón asesino.   Las deshonestas e indecorosas historias que se cuentan de Joaquín Prieto, este hombre de tan alta posición y tan baja ralea quizá sean ciertas después de todo...  (Estoy seguro de que este "mago de las finanzas" y jefe de las Tropas Peluconas, estaba en clandestina connivencia hetaira con Joaquín Murrieta Orozco).

Esta desgraciada bazofia humana, el último criminal mañoso de la familia Pincheira, José Antonio; el que no fué menos culpable que ningún otro criminal, murió viejo y siempre traidor a la Patria, rodeado de unos hijos llenos de vergüenza, descrédito y humillación; dejando una enferma huella y una distorsionada leyenda detrás de su pusilánime y vergonzosa vida.  Los Pincheira fueron unos humanos tan pequeños, tan pequeños como la nimia conciencia que nunca tuvieron.

¡Que jamás tengan paz en el infierno Pincheiras desgraciados!


El Loco

martes, 1 de enero de 2013

El llanto de Mamiña



Nota del autor:  Para facilitar la lectura y entendimiento de las voces Quechuas, he agregado un tableta de referencia más abajo para asistir al lector si la necesita.  De antemano pido humildes disculpas por mis errores en esta venerable lengua debido a mi infinita ignorancia lingüística y a mi abismante analfabetismo filológico en este patriarcal léxico.

Aranway

- ¡Por Zupay! ¡Y qué vas a hacer! - profirió furioso el collana Inca Muru Huanca a su huatuc Quisu Mayta con un vozarrón de trueno que hizo temblar el concurrido templo de Sacsayhuamán en las alturas del Cuzco.  Las huallatas y los veneros que visitaban los techos del templo emprendieron el vuelo asustados, y las doncellas Incas atemorizadas buscaron prontamente refugio en los recintos del huatuc Villac-umu.

- ¡Estoy pidiendo consejo de Coricancha! - se apresuró a decir con una voz amilanada el asustado sacerdote mientras que una gota de sudor helado se le había quedado atrapada entre la sien y el desorbitado ojo izquierdo.

- ¡Quiero una solución antes de que despierte Inti, porque si no tienes una respuesta para entonces, Mamacocha te acogerá en su seno!

- ¡La tendrá mi señor, la tendrá mi señor! - respondió Quisu Mayta casi sin aliento y temblando de pavor como una doncella en su noche de nupcias mientras que uno de sus importantes esfínteres amenazaba con abandonar sus deberes en cualquier momento y anegarle el wara.  Acto seguido y con la infaltable autorización de la mano del Inca,  desapareció precipitado entre las cortinas del templo para ir a postrarse de rodillas y con la frente en el helado suelo de piedra frente al ornamentado  tabernáculo de  Mamaquilla, para pedirle y rogarle por misericordia, y por una respuesta para salvar su vida.

Inti se fué a dormir, y Mamaquilla se enseñoreó por sobre las alturas andinas en el Hanan Pacha mientras que Quisu Mayta hervía en fiebre y miedo de que el Inca lo enviara a Ucu Pacha.  Sin saber si ésta era su última noche en Kay Pacha, oró la noche entera hasta que la alliq lo sorprendió de cara al suelo, sumido en un sopor de desalentado cansancio y un fatigado agotamiento.

Las blanquinegras huallatas habían retornado al templo, pero estaban alborotadas.  Se escuchaban voces de alerta provenientes del ascendiente camino al templo desde allá abajo.  Quisu Mayta se levantó de un alífero brinco y se asomó a la abertura en la muralla de grandes piedras neolíticas que servía de ventana y trató de mirar en lontananza hacia abajo mientras se refregaba los ojos que aún trataban de enfocar su visión y negociar los potentes rayos que Inti dejaba caer esparcidos sobre la escarchada tierra.

¡Los sacerdotes de Coricancha, los sacerdotes de Coricancha! - proferían excitadas las voces desde abajo mientras que al paso de la carrera acelerada de estos altos ungidos que llegaban al lugar, los runakuna se postraban a su paso en señal de respeto y sumisión.  Al darse cuenta Quisu Mayta de que la amante Mamaquilla había respondido sus oraciones desesperadas, frescas lágrimas afloraron a sus ojos y volvió a caer postrado enfrente de Mamaquilla agradeciéndole entre lloriqueos y convulsiones de desahogo la creencia de que la diosa le había salvado la vida.

Hunk'as inan (Semanas antes)

Antes de que estos desfavorables acontecimientos sucediesen, la vida del Inca en el Cuzco era placentera y parecía que los dioses estaban satisfechos y que les sonreían con marcada benevolencia; pero oscuras nubes se vislumbraban en el horizonte de la familia real del Inca.

Una de sus hijas, quizá la más bella y a la que el Inca prefería más, una princesa Incaica en todo su derecho y destinada a engalanar las veneradas Aqllawasi, comenzó a enceguecer paulatinamente sin aparentes causas hasta que la pobreza de su visión ya la traicionaba, y era tan notoria que ya no lo podía ocultar.  Foscas noticias llegaron a los oídos del alarmado Inca de que la princesa Asnaq Yaku estaba quedando ciega, entonces el Inca hizo que la trajeran inmediatamente ante su presencia.  Cuando Asnaq Yaku se presentó ante su padre, a Muru Huanca le quedó de manifiesto de que su preciada hija tenía tremendas dificultades viendo las cosas a su alrededor.

¿Por qué Muru Huanca eligió a Asnaq Yaku como su preferida?  Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero dice el viento cordillerano que fué por las mismas razones que el trigo entre todas las flores; ha elegido a la amapola.

Consternado por este hecho, prontamente convocó a sus huatucs para discutir una solución para este percance tan lamentable.  Después de varios minutos de animadas y bulliciosas deliberaciones, los huatucs del Inca encabezados por Quisu Mayta no habían llegado todavía a una solución probable, entonces como el tiempo apremiaba, Quisu Mayta le dijo al Inca:

Necesitamos unos días para encontrar una solución - articuló con la voz autoritaria que le daba el adecentado penacho hecho de las plumas del poderoso Sarcoramphus Papa (Cóndor Real) que adornaba su cabeza de sacerdote.

¿Puedes solucionar este problema?

- ¡Sí, le prometemos una solución mi señor!

- ¿En cuántos días? - replicó el Inca Muru Huanca con voz autoritativa.

Quisu Mayta titubeó peligrosamente unos segundos mientras los otros huatucs aguardaban nerviosamente la respuesta de su líder.  Había una descarnada línea de seguridad que separaba la paciencia del Inca de la degollaína instantánea, y esta línea bordeaba peligrosamente en los cinco segundos.  Casi al límite de su existencia, Quisu Mayta contestó con los ojos desorbitados:

- Tres semanas... - y se quedó como esperando que una explosión de furia de dioses se rompiera contra su cabeza.  El Inca lo miró seriamente y después de algunos inacabables segundos agregó:

- Yki kan kimsa hunk'as - (tienes tres semanas).  La voz del Inca impregnó la murallas del  Sacsayhuamán donde las tímidas huallatas y los veneros otra vez emprendieron el vuelo espantados.  Seguidamente, los huatucs también abandonaron el templo como si hubiesen visto un fantasma.  Pálidos como éstos, los huatuc se reunieron de urgencia en los recintos de Villac-umu para discutir la situación y la orientación de sus actos, los que fácilmente podrían ser los últimos de sus vidas por la maquinal promesa ofrecida por Quisu Mayta al gran Collana.

Las frenéticas discusiones entre los huatucs de cómo resolver el problema siguieron por muchos días y sus estrelladas noches altiplánicas.  En el penúltimo día de la primera  semana y en la madrugada de su último día, aún no habían llegado a un consenso de qué hacer para resolver el problema de la visión de Asnaq Yaku, cuando uno de los sacerdotes menores ofreció medio asustado una posibilidad desesperada levantando su raquítica voz para decir:

- ¿Podríamos mandarla a Gulumapu? - dijo el huidizo ullqu wamra Gualpa, un hombrecillo de corta estatura, rastreando con sus ojos las reacciones de los otros huatucs, la que no se dejó esperar.

- ¿A Gulumapu?  ¿Y para qué? – inquirió rápidamente y sin miramientos uno de los huatucs que aparentemente era importante porque llevaba en la cabeza un serio hatajo de plumas surtidas.  Las voces de los demás huatucs también se escucharon emitiendo unos gruñidos guturales en señal de estar acuerdo con la pregunta; mientras asentían como péndulos con sus cabezas incuestionablemente adornadas.

- ¡Caray puis! - dijo el sacerdotillo en cuestión, y dirigiéndose a su concurrencia, explicó:

- Para un qharichakuq como yo, que ha servido por tantos años en el awqaqkuna atipaq del Inca, y que ha recorrido todos los rincones del Imperio, enfrentado múltiples peligros...

- ¡Upalla simi, chiwi!  ¡Déjate de hablar necedades!  ¡Vete al grano y deja a un lado tu parlanchinería! – se oyó una voz molesta y desnuda de paciencia entre la multitud de penachos multicolores.

- ¡Caray puis, qué poca paciencia! – dijo la miniatura de sacerdote, y prosiguió avivadamente.  - Bueno, una vez estuve en Gulumapu, y hay unos pulmones que afloran de las montañas, y que respiran humos hediondos que curan runas.  ¡Deben ser los pulmones de los dioses de los Anti!

- ¿Curan runas? – indagó una voz.

- ¡Pues sí!

- ¡Caray puis! – exclamó otra.

- A ver si entendí bien... -  dijo Quisu Mayta que saliendo de su ostracismo habló con la  autoridad de uno que sabe que ya está muerto mientras que se acomodaba el sombrerito de plumas que era el más grande del grupo; entretanto que el resto de los huatucs de menor calibre se callaban.  - Explica eso de cómo cura gente...  en detalle... -

El iqu carraspeó un par de veces sin tragarse nada, pero para darse importancia.  Se encaramó ágilmente en un pisillo que tenía cerca para asegurarse de que todos pudieran verlo, y relató:
   
- Bueno, según lo que yo ví con mis propios ojos míos de mí que me pertenecen, hay una laguna con agua mas hedionda que ingle de guanaco con tercianas donde la gente enferma y con problemas se baña, y cuando salen de la albufera, ¡están sanos! - Aquí hizo una pausa para respirar antes de proseguir, pero fue interrumpido por Quisu Mayta que ahora estaba completamente energético y despierto, quien demandó:

- ¡Las personas enfermas, con problemas físicos y de salud?  ¿Y había ciegas también?  ¿Curaba a las ciegas también?

- ¡Caray puis!  ¡Sí!  ¡Yo lo ví con mis propios ojos míos de mí que me pertenecen!

Un silencio sepulcral se adueñó del lugar.  Ni a las bulliciosas huallatas ni a los estrepitosos veneros se les escuchaba.  Todos tenían la mirada clavada en Quisu Mayta que estaba sentado en su silla sacerdotal con la mirada perdida más allá del suelo de frías piedras sumido en profundos pensamientos a los que nadie se atrevía a interrumpir.  Después de unos embarazosos y largos minutos, Quisu Mayta levantó la vista y miró detenidamente al proyecto de hombre disfrazado de abate andino y le dijo:

- Si esto es cierto, habrás salvado mi vida y te estaré muy agradecido, además, te premiaré como a ningún otro se le haya premiado nunca - Mientras el sacerdotillo escuchaba estas palabras, las comisuras de los labios se tocaban entre sí por detrás de su cabeza; la sonrisa que su ancha cara sostenía, era abismal.  - ... ¡pero si nó¡... -remató Quisu Mayta sin terminar la frase.  No hubo necesidad de decir más para pasar este mensaje que le embetunó la cara al chato investido.  La sonrisa que poblaba el rostro del miserable ungido se borró más rápido que un relámpago apurado, y ahí fué cuando le dió isqicha galopante, una prima de "La Venganza de Moctezuma".

- ¡Está decidido! - afirmó resueltamente Quisu Mayta – Apenas despunte Inti, una delegación partirá inmediatamente a Gulumapu y se llevarán una cabra ciega para comprobar los trabajos milagrosos de los pulmones de Anti.  Los que irán serán los Sacerdotes de Coricancha, y apenas comprueben esto, volverán a toda carrera antes de que se cumpla el plazo del Inca, porque si no lo hacen... -  Quisu Mayta calló y reemplazó es resto de su frase con una mirada fulminante de la que todos intuían las consecuencias a desatarse en caso de un fracaso.

- ...lleven una buena provisión de hojas de coca.  La van a necesitar... - agregó Quisu Mayta imperceptiblemente.

Quisu Mayta se quedó en sus cuarteles esperando con desazón y esperanza a que volvieran los Sacerdotes de Coricancha con buenas noticias.  Cada atardecer, de la noche a la mañana  oró en el ara de Viracocha El Creador, e Illapa el dios del Trueno (tiempo); uno para que le ayudase con la creación de una solución, y al otro para que mantuviese el buen tiempo para que los sacerdotes recorrecaminos no se retrasaran.  Y así se lo pasó día y noche febrilmente en espera de sus enviados, hasta esa importante mañana en que la alliq lo sorprendió de cara al suelo, sumido en un sopor de desalentado cansancio y un fatigado agotamiento.

¡Los Sacerdotes de Coricancha regresan, los sacerdotes de Coricancha regresan! -  lo despertaron las excitadas y chillonas voces.  Presto y ansioso y aún con el terror bajo la piel, bajó a encontrar a los monjes al camino.  Cuando les encontró les preguntó casi sin aliento:

- Los pulmones de Anti...  ¿funcionan? – La incertidumbre y la congoja estaban desparramadas por su cara, y sus ojos con oscuros sacos producto del insomnio inducido trataban de enfocar a las figuras enfrente de él mientras que sus temblantes rodillas se ocultaban entre los largos ropajes que vestía.

Los Sacerdotes de Coricancha, que también llegaban faltos de aliento y agotados por las marchas forzadas, contestaron casi ahogándose entre las palabras que salían de sus bocas y el aire que quería entrar desesperadamente a sus pulmones:

¡Grandes son los dioses, grandes son los dioses!  ¡La cabra puede ver, puede ver! – vociferaban en jolgorio y agotamiento.  La cabra en cuestión los miraba completamente confundida porque no tenía la más peregrina idea de lo que estaba ocurriendo.

A Quisu Mayta casi se le salió el corazón por la boca.  El alivio fué tan grande, que hasta su  sacrificado y cansado esfínter se tomó una pausa momentánea, lo que forzó a Quisu Mayta a  cambiarse rápidamente el wara ceremonial.  Inmediatamente se dirigió a sus cuarteles a prepararse para anunciarle las buenas nuevas al Inca.  Una vez limpio y olorosito, y mientras que sus esforzados sacerdotes comían, bebían y descansaban un poco, se reunió con ellos para recibir los detalles.  Los detalles de esta conversación los desconozco, porque se reunieron a puertas cerradas, y desafortunadamente no pude escuchar lo que dijeron, lo que ha sido una terrible pérdida para la historia.

Esto era de una importancia vital para Quisu Mayta porque la noche anterior el Inca Muru Huanca le había llamado ante su presencia para indagar qué estaba pasando, y porque el plazo que él había fijado se vencía dentro de un día y una noche.  Esto ponía a Quisu Mayta en una posición muy precaria porque estaba a la merced de que los monjes de Coricancha regresasen a tiempo, o para salvarle la vida, o para asistir a su réquiem.

Al salir de la habitación Quisu Mayta lucía como un hombre nuevo.  Bien vestido y bien calzado se dirigió urgentemente al palacio del Inca para darle las buenas noticias de la cura milagrosa.  El Inca, después de escuchar las buenas nuevas que brotaban de la boca de Quisu Mayta como una vertiente furiosa, ordenó que velozmente llevaran a Asnaq Yaku a la lejana Gulumapu para su cura.

Los preparativos comenzaron inmediatamente, y la princesa Inca fué transportada con una gran guardia de palacio, porteadores, cocineros, doncellas de servicio, un pedicurista traído desde Qenko, y un Embajador plenipotenciario; todos destinados hacia las milagrosas tierras altas de Gulumapu.  Después de unos ocupados días de viaje en que la princesa no pudo disfrutar del paisaje porque ya estaba casi ciega, llegaron a una laguna enclavada entre las cadenas montañosas cordilleranas que bajan por las quebradas y acantilados de Los Andes hasta la Pampa del Tamarugal en los faldeos del desierto de Atacama y a tres mil metros de altura.  Una vez que ella se apeó graciosamente de su carromato y los hombres de sus bestiales guanacos y llamas, la princesa se sumergió elegantemente y un poco nerviosa en las azufradas aguas del lugar varias veces, y por varios minutos a la vez, ante la expectante mirada de los sacerdotes de Coricancha. 

El agua barrosa estaba demasiado caliente y no se podía estar mucho tiempo en ella, además la princesa tuvo que salir disparada unas cuantas veces a vomitar, porque el olorcito de las termas de Mamiña son más  hediondas que ingle de guanaco con tercianas y le revolvían el estomago a cualquiera.  Las milagrosas aguas entonces comenzaron a elaborar su portentoso efecto; le maceraron la piel y prodigiosamente le devolvieron la luz y la vista a sus hermosos ojos.  Una vez sanada la Ñusta, los incas la subieron de vuelta al transporte real el que los porteadores ya descansados, sostenían férreamente sobre sus poderosos y anchos hombros balanceándose sobre unas piernas todopoderosas que prometían un rápido y seguro viaje al ritmo del trote incaico altiplánico sin detenerse por seis días.  El transporte real se hacía a lomo de porteadores porque los Castellanos aún no llegaban con sus místicos caballos.

Al alejarse del lugar cargada por los porteadores entre el trote y sus afanados jadeos,  Asnaq Yaku miró hacia atrás con nostalgia fresca por última vez a ese lugar que le había devuelto la vista.  Una singular lágrima de emoción le brotó de cada uno de sus bellos ojos, las que corriendo raudamente por sus mejillas incaicas, se fundieron en una en su barbilla, y con el zarandeo que le propinaban los porteadores al transporte, la lágrima cayó al suelo no muy lejos del lugar que acababan de dejar, a la que el polvo de las tronadoras plantas de los corredores cubrió de polvo cordillerano escoltado por el silencio del altiplano.  Lo que los incas no vieron, es que la lágrima de Asnaq Yaku no se secó, sino que penetró el suelo, e hizo brotar una vertiente portentosa a la que nosotros llamamos Radium, vertiente que hoy se recomienda para las enfermedades oculares.  Desde ese entonces es que esta vertiente nos provee de las lágrimas de la Ñusta incaica.
   
Cuando el Inca recibió a su amada Ñusta de vuelta por su tour a Gulumapu y aprendió de las esplendideces del lugar, éste se convirtió instantáneamente en una leyenda, entonces los descendientes del Inca llamaron al lugar: Mamiña, que también se dice que quiere decir: La niña de mis ojos.

Y aquí termina mi Aranway.  Posteriormente y hasta nuestros días, Mamiña ha visto llegar a visitar sus Termas desde interminables caravanas incaicas, hasta regimientos de turistas con el propósito exclusivo de encontrar alivio y remedio en sus prodigiosas aguas.  Dicen los lugareños que hasta un Ekeko de Chuqiyapu (actual La Paz en Bolivia) las visitó una vez por un problema de vitíligo...  Ahora los administradores el lugar ofrecen unas prácticas y convenientes bolsitas plásticas para el vómito.  Adiyús.

Tableta de referencia Quechua

Quechua
Castellano
Quechua
Castellano
Adiyús
 adiós
Mamacocha
Diosa del mar
Alliq
la mañana
Mamaquilla
Diosa Luna
Anti
Andes
Ñusta
princesa
Aqllawasi
casas de las vírgenes del Sol, de las escogidas
Pachacutec
Transformador de la tierra
Aranway
fábula, cuento, leyenda
Qharichakuq
valiente
Asnaq yaku
agua olorosa
Runakuna
gente; personas; humanos
Awqaqkuna atipaq
ejército vencedor
Runas
Runas: gente, seres humanos
Collana
Conquistador Inca
Sacsayhuamán
recinto religioso
Gulumapu
Chile (Mapudungún)
Ucu Pacha
el mundo subterráneo, donde habitan los muertos
Hanan Pacha
el mundo de arriba, donde moran los dioses
Ullqu wamra
chico
Huatuc
Adivinos o brujos Incas
 Upalla simi, chiwi
cállate pendejo
Inti
dios sol
Villac-umu
el brujo que habla
Iqu
enano
Wara
pantalón; pañete; taparrabo
Isqicha
diarrea
Yahuar Huaca
el que llora sangre
Kay Pacha
el mundo de aquí, donde viven los hombres.
Zupay:
dios de la muerte

Mamiña

Pero Mamiña es más que eso para mí.  Hablo de Mamiña el pueblito-caserío.  Mamiña me recuerda el nitrato y el salitre, las arenas y los corvos, la pobreza y el sufrimiento de los heroicos y sacrificados pampinos que un día la hicieron realidad a fuerza de sudor y músculo, esperanzas y explotación.  Me recuerda cuando mi padre me llevaba a este lugar que aún mostraba estertores de vida mientras que él hacía negocios para su compañía chilena de carga marítima, la Naviera Nacional.

Mamiña, del Aimará "imilla" (doncella, niña), es una deidad de paraje conocida hoy mayormente por sus Termas y por las bondades terapéuticas que sus calientes aguas termales sulfurosas, las que traen hacia la superficie a borbotones el sofocante aliento de las complicadas tripas de las montañas andinas.  Está ubicada a más de 2.700 metros sobre el nivel del Mar de Chile y a unos 77 kilómetros de camino de tierra al oriente de la comuna de Pozo Almonte en la Provincia del Tamarugal,  en la Región de Tarapacá, en Gulumapu (Mapudungún para: Chile).  Las Termas de Mamiña son un importante lugar de Turismo, de descanso, y un lugar en el que se persigue salud.  Afortunadamente hoy se le reconoce legal y moralmente como territorio patrimonial de la Comunidad Indígena de Mamiña.

Dentro de su potestad existen de varias fuentes termales, y las vertientes de Ipla y El Tambo.  Cuando las visité vomité desesperadamente, dejé la mitad de mis tripas y lo que había ingerido durante la última semana desparramadas por las amarillentas piedras en las fumarolas de Baño de los Chinos.  ¡Vaya olorcito!  Pero esto no parece amedrentar a los visitantes que les encanta oler el sobaco del demonio en persona y darse largos baños en fétidas pozas de sulfuroso barro.  Dicen que las vertientes también producen purísimas aguas que pueden ser bebidas, por lo que la Compañía transnacional Coca~Cola, ha instalado una embotelladora de Agua Mineral de su exclusiva propiedad.  ¿Usted toma Coca~Cola?  ¿Qué cosas, no?

Las hermosas y cariñosas casitas que son de las erigidas originalmente fueron todas construídas con las piedras volcánica de la zona y con las callosas manos de los Quechuas; las mismas dedicadas manos que erigieron sus techos de paja y barro; barro y paja que provenían de las cercanas terrazas escalonadas en que cultivaban el sustento y futuro de sus vidas.  Hoy están abandonadas y silenciosas, como esperando que el caprichoso e inconsistente ser humano las redescubra una vez más.

Esa remota tierra de tan inmensamente pretéritos tiempos había sido ocupada por otros grupos aparentemente más humanos que algunos de los grupos que tenemos hoy.  Allí vivió la Cultura Puquina con su andenería y sus extintos lenguajes el Puquina y el Kallawaya; desde muchísimo antes de la existencia del dominio del Inca, tierras en la que aún sobreviven algunas edificaciones impertérritas del tiempo.  Sí señor, estas localidades tenían nombres bautizados miles de años antes de que la madre de cualquier conquistador hubiese nacido.

Recuerdo que mi padre me llevó a visitar una pequeña basílica desértica con el nombre de Iglesia San Marcos, la que fué edificada según los entendidos en 1632, el mismo año en que se fundó Yakutsk en Siberia, y en que el osado Galileo Galilei publicó su "Diálogo sobre los principales sistemas del mundo".   ¿Sabrá este susodicho de San Marcos cuántas cosas se habrán bautizado con su nombre?  Sin sorpresas ni variaciones de comportamiento insolente y desviadamente altanero, los ultrajeros religiosos erigieron su deleble templito sobre un antiguo cementerio indígena, el que afortunadamente fué trasladado en 1865 por gentes bastante más civilizadas y sin una moral tan complacientemente elástica como la eclesiástica.  El caso es que yo solamente miré esta infausta edificación desde afuera porque el entrar a un templete de esta laya (a cualquiera) me produce un descomunal dolor de cabeza.

Ahora Mamiña es una localidad casi desierta de calor humano, en donde ya no se vislumbra ni siquiera un buquecito manicero.  Durante los escasos días que visité sus amantes hábitos desérticos y sus viviendas milenarias, le tomé un apego especial como el que le tengo a otras localidades cordilleranas; y también sabía que la recordaría por el resto de mi inquieta y desordenada existencia.  Cuando supe que la propusieron Patrimonio de la Humanidad me llené tanto de gusto, orgullo y emoción, que derramé una sentida lágrima de felicidad, una dulce gota de agua caliente; no como la que derramó Quisu Mayta aquel día en las alturas del Cuzco; esa gota de sudor helado que se le quedó atrapada entre la sien y su desorbitado ojo izquierdo, pero ésta, mi lágrima; fué ardorosa y llena de emoción, sin miedo ni temor, empero llena de amor.

Corto fué mi tiempo en tus faldas Mamiña, pero suficiente para un amor a primera vista; y ese amor por tí será siempre el alegre polizón de mi alma.

Sé que tú derramaste una vieja lágrima también; quizá tan dulce como las de la Ñusta Asnaq Yaku, a la que presurosos el calor y el viento de Atacama bebieron sin dilación.  Sé que de vez en cuando derramas algunas lágrimas disimuladas en tu llanto, y aunque por más que te oteo el horizonte, no puede verte desde mi lejanía porque te escondes detrás de montañas majestuosas y espléndidas como mis sueños, pero tu estampa siempre estará visible en mi amplio y desbocado corazón. 

¿Por qué yo sé que de vez en cuando lloras?  Sé que quizá te habrás hecho esta pregunta Mamiña...  Pues lo sé porque lo aprendí de la misma desolada forma en que tú aprendiste a rociar algunas lágrimas de desamparo: arriesgando el manojo entero de la vida por vivir un sueño imposible, desafiando enemigos invencibles y desleales y otros muchos adversarios perecederos; y lograste atrapar el futuro entre los tejidos de tus ansias para así, poder estamparlo en el infinito y pertinaz cementerio de las memorias olvidadas. 

Mamiña, el llanto tuyo es también el llanto mío.


El Loco