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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Desmembrando una Nación

Con alarma y preocupación, el mundo observa el atentado de desmembramiento de España a través de un intento de secesionismo de la región de Catalonia.  A esta alarma y preocupación, yo le adiciono una dosis de merecido sarcasmo personal.

El movimiento independentista catalán (independentisme català); es un movimiento político derivado históricamente del nacionalismo catalán que busca la independencia de Catalonia del Reino de España.  El símbolo que enarbola esta región es la bandera  "L'Estelada Blava" o “Senyera Estelada”.  Esta bandera tiene dos versiones, una azul y una roja, donde ambas representan pro-independencia, y de las cuales, la versión azul se ha convertido en el principal símbolo del separatismo Catalán.

El origen de mi sarcasmo se deriva de que las nuevas “naciones” parecen estar germinando con una regularidad –si nó perturbadora; ridícula.  A inicios del siglo pasado había menos Estados soberanos independientes en el planeta comparado con los que existen hoy.  Normalmente, una vez que se establece una nación –cualquier nación-, ésta tiende a perseverar, lo que hace que el desaparecimiento o descuartizamiento de una nación sea muy raro.  Esto ha sucedido solo en pocas oportunidades durante el siglo pasado, pero cuando ha sucedido, estas naciones fragmentadas desaparecen por completo de la faz del globo terráqueo, arrastrando consigo la destrucción total de sus gobiernos, territorios, banderas y sentido de comunidad como colectividad y sociedad.

Secesión

A la luz de las teorías de secesión, hay una pregunta fundamental relacionada estrictamente con la polisémica filosofía política: ¿Cuál es la base de la autoridad del Estado?

En términos de una entidad política, un estado es cualquier comunidad organizada políticamente dotada de poder soberano e independienteque integra la población que vive bajo un único sistema de gobierno.  Estos estados pueden ser soberanos o nó.  En el caso de los Estados Federados, estos estados son miembros de una unión federal teniendo solo una soberanía parcial, pero sin dejar de ser estados independientes autónomos bajo un claro marco de organización socialpolíticacoactiva, y económica, y regidos por una amalgama de instituciones que regulan su sociedad.

Entonces, la base de la autoridad del Estado en los países federados es una comunidad territorial y constitucional que forma parte integral de una coalición.  En este tipo de constitución, los miembros o estados de los países federados transfieren algunos de sus poderes soberanos a un gobierno federal.

Descuartizando y Disolviendo Estados

¿Cómo y por qué los Estados se disuelven?  Quizá encontremos esta respuesta bajo el polvo del pasado, entre los hipogeos históricos de aquellos olvidados países que ya no existen. 

Se especula que hay muchas razones fundamentales para disolver un país.  La disolución de un Estado no depende de razones exclusivamente políticas, económicas o sociales.  Los motivos de secesión son más amplios que esto y se refieren a cada Estado en forma independiente y específica.  Un ejemplo sarcástico de disolución de Estado yace en el desgarramiento de Prusia, un país que nunca existió, pero que fué “disuelto” en 1947.

Para comprender el estado de esta situación, tenemos que exhumar y re-descubrir algunos pasajes de la historia de Alemania.  Previamente a que “Alemania” se convirtiese en una nación, era un conjunto de varios estados territoriales independientes que decidieron unirse en una forma desdibujada e imprecisa bajo una “confederación”.   En el año de 1866, uno de estos estados territoriales independientes se apodaba: Prusia.

Prusia era un estado beligerante y agresivo el cual declaró guerras y derrotó a Austria y luego a Francia, y en 1871; Prusia decidió unirse a Alemania como un estado federal.   El resto de los demás estados alemanes todavía estaban en existencia, pero funcionaban como lo hacen los estados americanos modernos, manteniendo un gobierno federal y gobiernos estatales separados.  La gran diferencia aquí es que los estados Americanos no son un gentilicio, y aquí es donde yace la ironía de mi sarcasmo.

Esta situación política perduró y se extendió después de la Primera Guerra Mundial a pesar de que estos estados ya no eran monarquías, sino que a esta altura; ya se habían convertido en repúblicas o semi-repúblicas.  Bajo este esquema todavía existían Prusia, Baviera, Sajonia, y otras regiones federales, pero ahora como parte integral de un estado alemán más amplio.

Cuando la Segunda Guerra Mundial rescindió o se convirtió en una paulopastía –para usar una palabra del esperanto más adecuada en este contexto- los aliados objetaban que Prusia fuese tan militarista y belicista, y la consideraban como el semillero y la causa del acentuado militarismo de Alemania, y por consiguiente, decidieron disolver el estado de Prusia.  Los “prusianos” que aún están vivos son el último vestigio de Prusia, los que a su muerte, se llevarán al Horno el último rastro de lo que fue un día: Prusia.

Un Demónimo Común: Gentilicio

Un gentilicio es una palabra específica que identifica a pobladores o nativos de un lugar en inconfundible, y que se deriva del nombre de ese lugar en particular.  Como ejemplos de gentilicio, se dice que un hawaiano es un habitante de la isla de Hawaii; un griego es un habitante de Grecia; un mallorquino es un habitante de Mallorca, en las islas Baleares de España; y un gitano es un “habitante” originario del subcontinente Indio, pero quienes efectuaron un éxodo masivo hacia las regiones del Imperio Romano a principios del siglo XIV, donde se denominaban: “Romani”.

Los demónimos no necesariamente se refieren a un lugar de origen físico o étnico con respecto al lugar de asiento residencial de un grupo, además; diversos demónimos son precedidos por un etnónimo perteneciente a un conjunto étnico específico a una región. Por lo tanto, un “hispano” puede ser cualquier residente o ciudadano del planeta y de cualquier grupo étnico que vive como poblador derivado de Hispania –el nombre que los Romanos le dieron a la Península Ibérica-, o menos rigurosamente; un habitante de España.

Un gentilicio también tiene un ancla pesada en el idioma, lo que une a los habitantes de una región bajo el patrio de su lenguage de origen.  Los indios Alacalufe en la Patagonia chilena hablan el idioma “alacalufe”, y a pesar de que son parte armónica de una población indígena más amplia y homogénea llamada Káwesar, se les denomina: “Alacalufes”.   

El Gentilicio de Castilla

El idioma Castellano es un gentilicio, es la lengua con la que los habitantes de Castilla estaban vinculados.  No había “españoles” en aquel tiempo.  Los gentilicios de España en aquel tiempo era asturianos, cantabreses, castellanos, manchegos, aragoneses, catalanes, valencianos, gallegos, canarios, riojanos, navarros, vascos, murcianos, ¡y quien sabe cuántos más!   Y después tenemos a Extremadura, la tierra de insólitos gentilicios.

En Italia no había “italianos”, sino que sus poblaciones estaban añudadas por una lengua única sin un gentilicio físico.  En Chile no había “chilenos”, sino que “hispanos”, los que evolucionaron a “criollos” y después a “chilenos”.

¿Cuál es la diferencia fundamental entre los estados unidos de los Estados Unidos de Norteamérica y los estados federados de otros países? 

Los estados americanos al sur del continente americano se federaron bajo Castilla para ser luego disociados.  No hay “estados federados” ya, sino algunos “estados unidos”, los que constituyen una nación indivisible; y también hay otros países independientes.  El mismo fenómeno ocurrió en Europa y en otros vecindarios del planeta.  

Algunos ejemplos de “estados unidos” originarios (y ya extintos) son los Estados Unidos de Bélgica, antiguo nombre de Bélgica; los Estados Unidos de Brasil, antiguo nombre de Brasil; los Estados Unidos de América Central, país extinto conformado por los actuales El Salvador, Nicaragua y Honduras; los Estados Unidos de Colombia, antiguo nombre de Colombia; los Estados Unidos de Indonesia, antiguo nombre de Indonesia; los Estados Unidos de Venezuela, antiguo nombre de Venezuela; y los Estados Unidos de las Islas Jónicas, para nombrar algunos entre los muchos existentes.  ¿Sabía usted esto?  ¿Qué cosas, no?

La cohesión que sustentan los estados unidos norteamericanos está basada en el amor a la patria y no porque odien a su país.  La guerra interna de secesión que sostuvo este país no fué en contra de los Estados Unidos de Norteamérica, sino que en contra de una facción opuesta dentro de los territorios federados.  La guerra civil Americana (1861-1865) fué el resultado de una controversia de larga historia sobre la esclavitud, la que estalló en una guerra civil en Abril de 1861.

Entre los 34 estados de EE. UU (La Unión) en Febrero de 1861, siete estados sureños que mantenían la esclavitud declararon en conjunto e individualmente su secesión de los Estados Unidos de Norteamérica para formar los Estados Confederados de América, o Los Estados del Sur.  Esta Confederación aumentó a 11 once estados “esclavos”.  Esta nueva Confederación jamás fué reconocida in facto o diplomáticamente por el gobierno de los Estados Unidos, ni tampoco le fué concedido o aceptado un reconocimiento por ningún país extranjero.  Los estados que permanecieron leales a La Unión abarcando los estados fronterizos donde la esclavitud era legal, se conocieron como La Unión o El Norte. 

Los confederados perdieron la guerra contra una ideología, contra La Unión; y no contra un país, o en contra de su propio país.  ¿Es esto lo mismo que está pasando con España y Cataluña?

¿De Donde se Originan las razones de Catalonia para Independizarse de España?

Necesito repasar mi conocimiento en esto.  Si mi conocimiento difiere del suyo, tendré que culpar a mis educadores por mis inadmisibles errores.  Y si es así, de antemano pido una infinidad de disculpas por mi inaceptable pseudociesis de historia y cultura sobre España.

Para comenzar, Cataluña consistía en una región independiente de la Península Ibérica, hoy en día España y Portugal, la que sustentaba su propio idioma, sus propias leyes y sus particulares tradiciones regionales.

En el año de 1150, el matrimonio de Petronila, Reina de Aragón y Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, formó una dinastía dejando a uno de sus hijos para heredar todos los territorios de la región de Aragón y Cataluña.  Éstos fueron el Rey Alfonso II de Aragón; Pedro, Príncipe de Aragón, Conde de Cerdeña, Carcassonne y Narbona; Dulce Reina de Portugal; Ramón Berenguer III (Pedro), Conde de Provenza y Sancho y Regente de Aragón.

Esto perduró hasta el advenimiento del Rey Felipe V (1/11/1700 – 15/1/1724).  La Guerra de la Sucesión Española terminó con las derrotas de Valencia en 1707, Cataluña en 1714, y finalmente con el último bastión en las islas en 1715.  Esto trascendió en el origen de la España moderna.  Tiempo después de la intervención militar de Francisco Franco en 1938 en Cataluña, esta región obtuvo un grado de autonomía en 1977, cuando la democracia regresó al país.

Las invocatorias de Cataluña por una independencia completa se fueron acrecentando constantemente hasta Julio de 2010, cuando el Tribunal Constitucional de Madrid revocó parte del estatuto de autonomía de 2006, afirmando que no existe base legal para reconocer Cataluña como nación dentro de España. 

Esto es un claro ejemplo de estados federados con gentilicios independientes, lo que no es el caso de la guerra de Secesión de los Estados Unidos.  Entonces, ¿son estas las razones que impulsan esta secesión?, ¿o es el resultado de un gentilicio enraizado adalpelágicamente?  Usted dirá...

Gentilicios del Sur

Chile, esa larga, flaca, escabrosa y en parte desmembrada porción de tierra en la región Antártica famosa de nuestro atolondrado planeta, también tiene gentilicios, y uno de ellos –los Mapuches- es el más fuerte y cohesionado.  Su acérrima coherencia viene de una lengua común, y con una amplia base de costumbres enraizadas, cultura inclusiva, historia ancestral con tradiciones patrimoniales y uso; y un arraigado terruño común el que han habitado por más de 2.600 años.  Esto los hace un gentilicio.

Antes de que el inconsciente conquistador español invadiera América, el Inca peruano envió repetidas incursiones guerreras hacia el sur de esta franja de tierra, tropas las que se cree que alcanzaron el río Maule y que tuvieron batallas con los Mapuches entre el río Maule y el río Itata.  Esto se reputa así porque ningún contingente de esas algarradas bélicas retornó para decirle al Inca que mierda estaba pasando en esa tierra a la que llamaban con toda razón: “chile”, por lo soberbia, gallarda y belicosa.  Los Incas no sabían decir “picante”.

Los Incas no pudieron derrotar a este gentilicio.

Después, los españoles invadieron el territorio Mapuche desde el Perú.  Su insolente propagación hacia las tierras sureñas fué un corolario de la conquista del Perú, y cuando Pedro de Valdivia llegó a “Chile” en 1541 desde el Cuzco, y sin internarse más hacia el sur, fundó Santiago del Nuevo Extremo.  Las tribus mapuches nortinas resistieron fútilmente al  profano usurpador, pero a pesar de que muy poco se sabe sobre la indocilidad con la que resistieron, se sabe que no fueron conquistados.

Después vino la guerra de Arauco.  Esta fué una larga y sangrienta guerra y durante los años ulteriores a la Batalla de Curalaba, los Mapuches iniciaron una insurrección y con una asonada colectiva entre Mapuches y Huilliches, marcharon en contra del invasor y el resultado fué que las ciudades españolas de Angol, Imperial, Osorno, Santa Cruz de Oñez, Valdivia y Villarrica fueron completamente obliteradas, o fueron abandonadas por sus habitantes en pánico total; y con la mera excepción del archipiélago de Chiloé, todo el territorio chileno al sur del río Bío Bío fué rescatado y redimido del dominio español.

No contentos con esto, la Nación Mapuche entonces cruzó la Cordillera de los Andes para conquistar las actuales provincias argentinas de Chubut, Neuquén, La Pampa y Río Negro. España nunca más intentó recuperar esos territorios.

Los españoles no pudieron derrotar a este gentilicio.

En el conflicto moderno, las abiertas disputas por la tierra Mapuche en Chile aún continúan con enfrentamientos violentos en algunas áreas mapuches, especialmente en las comarcas del norte de la región de la Araucanía, entre Traiguén y Lumaco.  En un esfuerzo por calmar las tensiones, la Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas – la que fué creada por Decreto Supremo del 18 de Enero del 2001- emitió un informe en el año 2003 el que pedía cambios drásticos en el tratamiento de los indígenas de Chile, de los cuales más del 80% son actualmente Mapuches.  Entre las recomendaciones se incluyeron el reconocimiento formal de los derechos políticos y "territoriales" para todos los pueblos indígenas Mapuches, y esfuerzos para promover sus identidades culturales.

Lo que nos dice que Chile no ha podido derrotar este gentilicio.

Entonces, la pregunta fundamental relacionada rigurosamente con la polisémica filosofía política de hoy sigue siendo la misma: ¿Cuál es la base de la autoridad del Estado?

Pues así es señor, como se descuartizan naciones.  ¿Qué cosas, no?


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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 




El Loco

lunes, 1 de abril de 2013

Pasajes - Los Hermanos Pincheira


En cada generación hay una puta y un ladrón.  El freno de la puta es su conciencia; el castigo, a veces el del ladrón. 

Los enfermantemente destacados hermanos Pincheira fueron los líderes de una conocida y erradamente pregonada banda de bandoleros y abigateadores chilenos, que entre los años de 1818 y 1832 asolaron impunemente varias regiones del sur de Chile y Argentina llegando hasta la ciudad de Buenos Aires.  Estos salvajes forajidos se acoplaron a la causa Realista (descaminadamente por supuesto) y lucharon en contra de los Patriotas uniéndose entonces a la causa Realista durante la guerra por la Independencia de Chile.  Los Pincheira se educaron bajo el enajenado sobradillo de los frailes Franciscanos, así que no es ninguna sorpresa la calaña de comparsa que terminaron siendo.  La "causa Realista" no era nada de realista dado que el Rey de España pretendía ejercer dominación en unas tierras ajenas y desconocidas a más de 11.000 kilómetros de distancia de su reino y empotradas en la "Región Antártica famosa". 

Este pobre reyecito no sabía de que esta región de la que él hablaba era: "Chile, fértil provincia y señalada en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida."  Se lo dijo un español mismo, pero el rey no quiso escuchar, y consecuentemente los españoles lo averiguaron poco después "Por la Razón, o la Fuerza", y a un alto precio.

Todos los bandoleros Pincheira fueron hijos legítimos de Martín Pincheira.  Martín Pincheira había estado empleado como peón en la hacienda de Manuel De Zañartu, localizada en la criolla ciudad de Parral.  El hacendado Manuel De Zañartu que posteriormente como otros hacendados de la región, les proveyó a los Pincheira con ayuda económica, acto traidor por el cual fué declarado enemigo de la patria.  Esto demuestra que la familia completa de los Pincheira y los truhanes que les apoyaron, contrario a lo que algunos perjuros, renegados e ingratos antipatriotas insidiosos sugieren, es indigna de haber sido Chilena, y que en un absurdo e ignorante esfuerzo tratan de romantizar esta bazofia en una estulta y concúbita comedia cinematográfica de mal gusto.

La deshonrosa prole Pincheira estaba compuesta por cuatro hermanos y dos hermanas, desgraciadamente todos nacidos en Chile.  Estos rufianes fueron: Santos, Pablo, Antonio, José Antonio, Rosario, y Teresa.  Los hermanos Pincheira comenzaron a robar y a cometer toda clase de delitos desde 1817, el mismo año en que nació  Guillermo III de los Países Bajos, Rey de los Países Bajos y Gran Duque de Luxemburgo.  Los Pincheira eran originarios de la zona de Parral, ciudad fundada por el Viceroy del Perú Ambrosio O'Higgins, quien llamó originalmente a la ciudad "Villa Reina Luisa" en honor a la esposa de Carlos IV.  El actual Parral está localizado al norte de la ciudad de Chillán, nombre que en Mapudungún significa "Silla de Fuego" debido al volcán de sus cercanías.

Antes de estos obscuros acontecimientos familiares que afectarían a tanta gente, los Pincheira trabajaron al igual que su padre como peones de la hacienda del rebelde realista Manuel De Zañartu.  Antonio, el mayor de los Pincheira llegó a ser cabo del Ejército Realista y combatió bajo los blasones del Rey Ferdinando VII de España en la Batalla de Maipú.  El Rey Ferdinando VII de España fué dos veces Rey de España: en 1808 y desde 1813 a 1833.  Este último período está en controversia con José Bonaparte. 

Como las huestes Chilenas le sacaron la cresta a los Realistas en dicha batalla (Maipú), Antonio volvió a su tierra y comenzó sus correrías malintencionadas, arrastrando en ello a sus entorpecidos hermanos.  Dicen por ahí que Antonio Pincheira seguía convencido de la causa de la Corona Española, pero esto no le excusa el convertirse en un bribón asesino y sinvergüenza, el delincuente y maleante vulgar que terminó siendo con su pandilla de hermanos y hermanas; de manera que no hay ninguna controversia para su calificación como un despreciable villano puro.

Lo más curioso de esto, es que esta banda de malhechores contaba con el respaldo y el apoyo de varios sectores de la iglesia católica, esa lepra religiosa la que siempre inmiscuye su larga y sucia narizota en asuntos ajenos y que no le incumben; y estos descarados y descarriados "hombres de dios" auspiciaban hechos como asalto, saqueo, violación, y el rapto de mujeres a cambio de recompensa; como fué el caso específico de Trinidad Salcedo, por cuya libertad exigieron "una carga de vino que terminó en el vientre de los curas, dos cargas de harina para los cuarteles Pincheristas, y 200 pesos en Plata para el bolsillo de los Pincheira".  Estos hechos verídicos constan en el archivo del Ministerio de Guerra de la República de Chile.

También recibían sostén de muchos hacendados realistas como Clemente Lantaño, un terrateniente de Ñuble; y además el concubinato político del Cabildo de Chillán los apoyaba en sus correrías.  Hoy en día, todos estos traidores y facinerosos han encontrado una carrera profesional análoga como políticos deshonestos; y de los curas degenerados, pues ya todos sabemos dónde éstos terminan.  No es coincidencia que Satanás rime con sotanas.

Estos malandrines de apellido Pincheira consiguieron hacerse de un extenso refugio en las zonas altas de la cordillera de Chile, en frente de Parral, asilo que era un auténtico poblado con cientos de mujeres secuestradas, y toda clase de bienes robados y mal habidos.  Algo así como el Congreso, pero un poco más extenso.

Alarmado con esto de la guerra de la Independencia en Chile, el guatón sinflón del Virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela Griñán y Sánchez Muñoz de Velasco, le encomendó a otro traidor de nombre Vicente Benavides para organizar y mantener resistencia armada en las posesiones de la corona en el sur del país, y para ayudarse; compró el apoyo de los grupos indígenas de la zona como los Pehuenches.  Benavides controló por un tiempo los territorios rayanos al sur del río Biobío que estaba fraccionado en tres frentes.  Los llanos centrales estaban a cargo de Benavides; un infeccioso cura entrometido y depravado de nombre Juan Antonio Ferrebú (que rima tan bien con Belcebú) quien servía al dinero y no a su "dios", comandó el sector costero; y los ladrones Pincheira se dedicaron al área cordillerana.

La buenas noticias son que Benavides fué justamente fusilado en 1822.  Le sucedió Juan Manuel Picó, quien fué honestamente asesinado solo dos años más tarde, y en ese mismo año el cura Ferrebú visitó a sus demoníacos compinches cristianos (Súgart, Lucifer, Frimost, Astaroth, Silcharde, Bechard y Guland, ¿sabía usted de ellos?) en el infierno después de haber sido justicieramente fusilado.  Desde ese momento, José Antonio Pincheira se adjudicó la excusa de la responsabilidad de la guerrilla, con lo que se auto-otorgó amplia licencia para delinquir, y lo hizo ininterrumpidamente hasta su derrota en 1832, el mismo año en que Ecuador se anexó arbitrariamente las Islas Galápagos.

Un poco de Historia

Con el tiempo y el reclutamiento de forajidos, el número de bandoleros en las huestes  Pincheira incrementó grandemente y se habló de que su alguarismo fué de alrededor de unos 1.000 hombres de a caballo, y todos sometidos a un caudillaje monolítico jerarquizado militarmente; algo así como un dictador con pañales sucios.  La mayoría de este contingente estaba formado por bandidos netos, ex-presidiarios, y convictos fugados de la ley, en otras palabras, la crema y nata del espíritu político socialista.

La Alianza con los Pehuenches

Desde el año de 1822, los Pincheira trabajaron en la artesanía de alianzas con los poco honestos Caciques Pehuenches, quienes le permitieron asentarse a ambos lados de la Cordillera de Chile, no solo sin molestarlos, pero cubriendo y protegiendo sus andanzas.  Los principales arbotantes y asentamientos que los Pincheira establecieron en Chile durante esa época fueron las instalaciones y permanencias ubicadas en Los Maitenes, un pequeño lugar enclavado en la cordillera; en Roble Huacho (ubicado en medio de un bosque en la región de la Araucanía); y la infausta cueva de los bandidos Pincheira localizada a 67 kilómetros de la ciudad de Chillán. 

Una vez visité la triste y ridícula Cueva de los Pincheira cuando mis jóvenes plantas aún se entrenaban en el arte de explorar y transitar este (aparentemente) redondo planeta.  La cuevita no tenía nada de épico o extraordinario, en efecto; ¡ni parece cueva!  Es apenas un triste socavación natural en la roca que no tiene NADA DE CUEVA y que en un día lluvioso y con viento, no presta ninguna protección.  ¡Vaya cuevita!  Ni el Milodón la aceptó como morada, ni las vacas, y ni los leones o los coyotes porque ni para guarida o cubil servía.  Si usted puede mirar a la "cueva" ésta, ¡se dará cuenta de que es pura mala cueva!

Esta desproporcionada pseudo- gruta se declaró Patrimonio Histórico Nacional ¿...?  ¿Qué más se podría esperar de la falta de entelequia mental de algunos políticos orgullosos de sus hediondos pasados?  ¿Qué cosas, no?

Además de los asentamientos en Chile, los Pincheira tenían establecimientos en el extenso territorio Argentino.  Tenían colonizaciones en el valle de Varvarco (el asentamiento de Matancilla) y en la laguna Epulafquén en el territorio Neuquino.  Por el sur, comprendían  un afluente del Neuquén llamado río Agrio; en la zona de Butalón (los asentamientos de Malal Caballo (quién sabe de dónde habrán sacado el nombrecito éste), Raja Palos (sin comentarios), y Guañacos a la vera del río del mismo nombre en el Departamento de Minas.  Estos fértiles y protegidos valles eran utilizados principalmente como campos de engorda  para el ganado robado en la Provincia de Buenos Aires, antes de contrabandearlo a Chile.

No hay necesidad de repetir que los hermanitos Pincheira eran una plaga pandémica habitual.  No contentos ni satisfechos con delinquir en esta gran zona sudamericana, estos prevaricadores de pandilla atacaron la ciudad de Mendoza.

Tuvieron también asentamientos al sur de lo que es la Provincia de Mendoza.  Estos asentamientos se llamaban Jirones, Payén Matru y El Manzanito.  En lo que ahora se llama la Provincia de La Pampa; establecieron poblados renegados en Chical Có, Limay Mahuida, y Chalileo (vaya nombrecitos, ¿no?).  A esta última –Chalileo- le cambiaron el nombre a "Isla de los Pincheira".  Más tarde, el billonario griego Aristóteles Onassis les copiaría esta magnífica idea de tener una isla propia.   

La "Isla de los Pincheira" no era solamente un lugar para darse categoría y estatus social, sino que también era un punto estratégico de control y supervisión de las rastrilladas a lo largo de las orillas del río Chadileo, el que está cerca de laguna Urre Lauquén; desde donde se desataban los asoladores malones en contra de los ciudadanos honrados y trabajadores de Chile y Argentina.  Para poder perpetrar estos asaltos en forma fulminante y cruzar rápidamente la cordillera de ida y vuelta, estos reos morales disponían y controlaban el paso cordillerano llamado Boquete de Alico, que es un paso fronterizo localizado en la zona centro-sur de Chile (y Argentina) cerca de un poblado chileno de nombre San Fabián de Alico; que es la  capital de la comuna precordillerana de San Fabián, en la Provincia de Ñuble, de la Región del Biobío, y con una escasa población de alrededor de 1.400 cordilleranos habitantes.  Nicanor Parra y Violeta Parra nacieron en San Fabián de Alico.

Los últimos Estertores

Después de muchas barrabasadas y una larga y sangrienta historia, la mayoría de los Pincheira y sus seguidores fueron derrotados, apresados y ejecutados como los sarnosos animalejos que siempre fueron.   Estos maleantes asesinos no fueron nada parecidos a Robin Hood, sino que fueron una pandilla ignorante de vulgares forajidos.  Los hermanos Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira se alzaron contra las tropas patriotas de su propio país en 1817 y durante 15 años mantuvieron una vergonzosa guerrilla en nombre del Rey de España, una despreciable y barata excusa para disfrazar el beneficio de sus propias y desviadas inclinaciones.  

Estos malditos proscritos asaltaron, saquearon, violaron, asesinaron, robaron, y raptaron  cobardemente inocentes e indefensas mujeres a cambio de recompensa (con el apoyo de la iglesia, ¿habré mencionado esto anteriormente?).  Cualquier licencioso que encumbre y vanaglorie a estos criminales; es un perfecto imbécil, un magistral e insensato cretino, y por supuesto; un traidor a la Patria.

José Antonio Pincheira fué el último maleante de la familia quien anduvo fugado por un tiempo, y después de entregarse cobardemente a las autoridades Chilenas y obtener una amnistía por sus delitos (por supuesto viniendo de sucios y deshonestos políticos interesados de la época), fué contratado como empleado en la hacienda del Presidente José Joaquín Prieto Vial, otro individuo que nunca pudo explicar el por qué de su irresponsable proceder; y por qué le dió asilo y protección a un ladrón asesino.   Las deshonestas e indecorosas historias que se cuentan de Joaquín Prieto, este hombre de tan alta posición y tan baja ralea quizá sean ciertas después de todo...  (Estoy seguro de que este "mago de las finanzas" y jefe de las Tropas Peluconas, estaba en clandestina connivencia hetaira con Joaquín Murrieta Orozco).

Esta desgraciada bazofia humana, el último criminal mañoso de la familia Pincheira, José Antonio; el que no fué menos culpable que ningún otro criminal, murió viejo y siempre traidor a la Patria, rodeado de unos hijos llenos de vergüenza, descrédito y humillación; dejando una enferma huella y una distorsionada leyenda detrás de su pusilánime y vergonzosa vida.  Los Pincheira fueron unos humanos tan pequeños, tan pequeños como la nimia conciencia que nunca tuvieron.

¡Que jamás tengan paz en el infierno Pincheiras desgraciados!


El Loco

viernes, 1 de junio de 2012

Nuestros Veteranos

Una vez más, el Día de los Veteranos vino y se fué. Como lo hace cada año. Se fué entre los ensordecedores rugidos de las poderosas motocicletas de los "Rolling Thunders" (Truenos Rodantes), y entre las salvas de los Cadetes de impecables uniformes de lustrosos botones dorados las que llenaban el cielo con las fragorosas explosiones de sus armas. Ese día también se fué mezclado en el silencio de las izadas y arriadas de nuestras orgullosas banderas, tejido cuidadosamente entre los nítidos toques del clarín, bajo la sombra del llamado a Silencio; y desapareció paulatinamente entre los suaves dedos de las frágiles llamas que conmemoran al Soldado Desconocido que a esta hora de la tarde -y a pesar de sus aparentemente temblorosas existencias- comenzaban ya a ganarle terreno al sol que se escondía desconsolado en el horizonte allá a lo lejos, horizonte al que los edificios de la ciudad quebraban hoy con especial cuidado.

Ese día se fué triste entre las ardientes lágrimas y los profundos sollozos que inundaron las murallas del monumento a los caídos en Viet-Nam, se fué entre las sordas conversaciones de los Veteranos sobrevivientes que vinieron a descubrir cuáles de sus camaradas cayeron durante el año que pasaba; y finalmente este extraordinario día se fué engalanado del morado dolor de las viudas, y del borrado futuro paternal que les fué robado a los hijos que nuestros soldados dejaron huérfanos por darnos a nosotros una mejor vida. El resto del mundo no se enteró porque no entienden nada de esto; y quizá nosotros comenzamos a olvidarnos de ellos también porque estamos muy ocupados.

Ese día se fué lenta y penosamente, poco a poco como la intermitente cantinela de los motores infernales de los Rolling Thunders que se deshacían entre los baches del camino y se diluían en las orillas de las calzadas, y que los llevaron de vuelta a casa con su atronador ruido de silencio. Las flores de las tumbas se marchitaron prontas y las memorias se extinguieron otra vez, sosegadamente; como se seca una férvida lágrima en las gastadas mejillas de los desamparados... Ese día ya se fué otra vez hasta el próximo año... silente como el día en que cada uno de nuestros Veteranos partió sin mirar atrás.

Pero, ¿quiénes son estos Veteranos? ¿Por qué les recordamos? ¿Para qué les recordamos? ¿Quiénes les recordamos? ¿Cómo les recordamos?

Los Veteranos son aquellos valientes que dieron un paso más que el resto, les recordamos porque ese paso extra nos ha dejado más espacio para vivir libres, les recordamos para no olvidarnos de que la Libertad tiene un precio inaceptable, y quienes les recordamos somos aquellos que derramamos lágrimas henchidas de pena y dolor, a pesar de que no les conocemos, a pesar de que no son nuestra familia directa, a pesar de que pagaron el precio más alto y con la moneda más cara; sin egoísmo y sin vacilación por todos aquellos que como a mí, ni siquiera conocían; y les recordamos como a nuestros hombres y mujeres en uniforme, los que son portadores de una tradición militar orgullosa que ha sido hereditaria de generación en generación por ya más de dos siglos. En los turbulentos tiempos de guerra y en los soleados días de paz igualmente, nuestros veteranos han servido con un valor y una distinción inigualable frente a la abrumadora adversidad, demostrando en su paso un compromiso y una resolución consumada para con nuestro país y sus amados ciudadanos, los que apenas les recordamos una vez al año...

Sí, nosotros los "gringos" somos una raza especial, complicada, rara y escasa; resistente y resuelta; soñadora y guerrera. Sí, así somos, somos como somos, o no somos de ninguna otra manera. A muchos les disgustamos y no nos quieren, pero está bien porque pensamos que es su derecho. Hay muchos que nos critican injusta y ácidamente, pero está bien porque pensamos que es su derecho. Y hay muchos que nos juzgan sin siquiera saber qué están juzgando, pero está bien porque nosotros pensamos que también éste es su derecho. Y a la postre, somos como somos porque es nuestro derecho. Un derecho que hemos conquistado y que no ha sido regalado.

Sí, somos especiales; como nuestros Veteranos. Somos raros en varias áreas, tal como nuestros Veteranos. Somos soñadores como ningún otro. Fuimos los únicos que llegamos a la luna, y que volvimos, y ahora estamos empeñados en alcanzar las estrellas. Y somos muy complicados porque inventamos la Libertad cuando ejercitábamos la esclavitud, y porque somos tremendamente egoístas con la generosidad; y porque muchas veces derrochamos más misericordia que sentido común. Ya ven, somos sumamente raros. ¿Qué cosas, no?

Nuestros Veteranos, nuestros Soldados, les arrebataron a los Nazis el mundo de sus mortíferas garras, y después le devolvimos Europa a los europeos, y no nos quedamos con ningún país como lo hicieron los Rusos. Les abrimos los ojos en forma vertical a los japoneses en su propia tierra, y les hicimos probar su propia medicina, pero con moderación y humanidad, y no como ellos estaban acostumbrados a hacerlo con los demás; y también les devolvimos su isla. Corea no nos resultó tan bien como esperábamos, pero tampoco les quitamos tierra, y hasta nos llevamos a nuestros Veteranos muertos a casa para no usar su tierra.

Gente rara estos Veteranos, ¿no cree usted? Y después de salvar a su familia, no le mandan la cuenta para que usted pague los hospitales donde les amputaron las piernas o los brazos que perdieron mientras defendían a los suyos, ni siquiera le piden ayuda para pagar por la silla de ruedas en la que estarán postrados por el resto de sus vidas; y los que no pudieron regresar, no le dejaron a usted la preocupación de sus viudas a quienes dejaron desamparadas allá en casa, acá; en nuestra amada tierra. Y ni siquiera esperan que usted les recuerde el Día de los Veteranos. Por eso y mucho más es que nosotros recordamos a nuestros Veteranos por usted.

Y no aprendemos nunca. Por donde sea que haya un ser humano en peligro, allá vamos a defenderlo. Y nos critican porque nos metemos donde no nos llaman, pero si a su familia la estuvieran asesinando, a usted no le importaría que un Veterano entrometido arriesgue (o dé) su vida para salvarla porque usted no puede, y lo hará sin ingratitudes aunque su bandera no sea la misma que la de él. Vaya gente rara ésta... rara porque envían a muchísimos de sus mejores jóvenes, hombres y mujeres; hacia el peligro, a danzar con la muerte, a cambiar bien intencionadas acciones por balas, metralla y traiciones, y para dejar despedazadas sus vidas y sus cuerpos solo por la idílica causa de luchar por la Libertad más allá de sus fronteras, para que usted y yo, y también para que mis hijos y los suyos podamos vivir mejor con más libertad. Y lo hacen día y noche, todo el año. Ya lo vé, estos Veteranos no aprenden nunca.

Y sí, nunca se olvide de que los "gringos" pagan por todo, usted nunca recibirá una cuenta ni se le pedirá una garantía; y todo esto, una desinteresada cortesía de nuestros Veteranos. Y a veces nos critican de ignorantes porque sólo hablamos Inglés. Quizá se olvidan de que si no hubiese sido por nuestros Veteranos, en Europa hoy solo se hablaría alemán. Quizá el Inglés sea una lengua escueta, pero tiene palabras como Honor, Deber, y Gloria, una ración de combate más que suficiente para cualquiera de nuestros Veteranos.

Cuando esté descansando cómodamente en su sofá preferido, pregúntese: ¿cuántos de mis compatriotas han visto combate? ¿Cuántos compatriotas Veteranos conozco? Si usted conoce a alguno, respételo y venérelo; es un bajo precio, pero con una alta deuda moral. ¿Sabía usted que el 13% de nuestros ciudadanos "gringos" son Veteranos? ¿Cuántos hay en su país?... Mi abuelito Víctor fué un Veterano.

Durante la Parada en honor a nuestros Veteranos, una Parada no solo de los Militares, pero de todos nosotros, ciudadanos o nó; en frente de las graderías y en un sitial especialmente acomodado, estaba Bill Tucker, alias “Sarge”, un oriundo del Estado de Delaware atendiendo a su 75° desfile del Día del Veterano. Me conmovió ver a este gastado hombre de largos años sentado en su silla de ruedas en silencio y con tanta dignidad, vestido con su uniforme militar altamente condecorado, como recordándonos que ese día era para recordar y honrar. Quise acercarme para estrechar su mano, pero el Marine que lo escoltaba me detuvo con un cortés gesto y me dijo: "Un momento por favor señor porque ahora está llorando". Miré cuidadosamente a "Sarge", pero solamente lo ví muy serio. "No está llorando", le dije al Marine, y él me respondió: "Sí, está llorando sin lágrimas. El dejó todas sus lágrimas yaciendo con sus compañeros caídos en una playa desconocida lejos de casa; y por eso es que ya no le quedan lágrimas, pero sé que está llorando...". En ese momento pasaba nuestra bandera anunciada por los marciales sones de la banda de guerra, y "Sarge" saludó con su mano temblorosa, y el Marine se cuadró con elegancia y marcialidad. Me volteé hacia la bandera y la saludé con humildad y con el pecho henchido de orgullo. Cuando la bandera pasó, volví sobre mis pasos y me alejé de "Sarge". No quise interrumpir el llanto de aquel Veterano extraordinario.

Este pasado Noviembre 12, con la sinceridad más grande que mi existencia ha logrado construír, les he pagado tributo con el más alto respeto, y le he reconocido el más alto honor a la valentía de nuestros Veteranos, a nuestros Caídos y a sus familias, porque esta gran Nación que he adoptado, tierra en la que vine a nacer de nuevo; esta Nación que me ha adoptado como al más legítimo de sus hijos, y que me dió un hogar al que puedo llamar mío, aquí en los territorios del Old Dominion bajo el cálido amparo de la Democracia más sólida del planeta; quizá no la mejor, pero sin duda la más sólida y consistente, Nación que seguirá siendo la Tierra de los Libres y el Hogar de los Valientes solamente y gracias al Sacrificio de nuestros Veteranos. Nuestra bandera no flamea porque la mueve el viento... La bandera de nuestra Patria flamea impulsada por el último respiro de cada uno de los valientes que murieron por defenderla.

¡Larga Vida Veteranos!

El Loco

sábado, 1 de octubre de 2011

El "Roto" Chileno

El manoseado, despectivo, mal entendido y erróneamente empleado substantivado "roto" (o "roteque" como dicen las viejas pitucas que se creen algo) con el cual se denomina rastreramente a un arquetipo de ser humano en Chile; se refiere autocráticamente a una persona de origen humilde, urbano y pobre, aunque la pobreza no tenga absolutamente nada que ver con el conspicuo concepto de la humildad. Esto último, es un producto del engreimiento social desviado puramente del arraigado, ajeno y adquirido esnobismo chileno que vive mal ubicado en las débiles mentalidades insubstanciales. Cualquier chileno que cree o siente que otro congénere puede establecer superioridad social ante él, le califica liviana y públicamente de "roto", en un desesperado y fútil esfuerzo de preconizar su frágil e ilusorio estatus de preponderancia social, que más que estatus, es un confuso, oscuro, triste y descentrado complejo de inferioridad.

¿Como comenzó la faramalla de todo esto? Es curioso. En los albores del siglo XX, cuando en Chile se celebraban las Elecciones Parlamentarias -la primera elección parlamentaria del siglo- donde se eligieron 94 tácitamente honrados diputados y se renovaron 13 senadores imaginativamente de gran integridad, que personificaban a los pintorescos partidos de la Alianza Liberal (Los Rojos), la Coalición (los Azules), y la Convención Democrática (los Verdes)(1), representando a las provincias de Atacama, Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Cachapoal, Colchagua, Maule, Ñuble, Biobío y Chiloé. Hoy Santiago no es provincia, y Cachapoal desapareció rápidamente del mapa político, a la usanza de cómo se ignoran y olvidan las ácidas lágrimas del pueblo, encanilladas indiscriminadamente en el mismo amorfo fardo de las huecas, vanas y petulantes promesas políticas.

1) Lo peculiar de estos matices políticos es que si usted mezcla el rojo con el azul y con el verde resultan en un gris azulado; un color siniestro y feo como la maldad que se parece mucho a un moretón. Después de todo, no es sorpresa de que los colores políticos se acercan a sus verdaderas raíces… Los colores políticos son como el arcoíris: si los colores están separados, por sí solos son todos lindos y muy inocentes, pero al igual que el arcoíris, no tienen ni principio ni fin determinados, y al final siempre están vacíos. ¿Qué cosas, no?

Como estos pinches aristocráticos chilenos de sur y centro del país ignoraban y despreciaban el proletariado de la zona norte, los curtidos habitantes nortinos que habían perdido sus camaradas, vidas y familias en la sangrienta e innecesaria hecatombe de la Guerra del Pacífico defendiendo su patria, y que aún se afanan en limpiar las escarlatas arenas de desierto nortino de sus secas y gloriosas manchas de sangre, comenzaron a crear corrientes políticas adversas a rajatabla con las ideologías de los conglomerados políticos aristocráticos del sistema del parlamentarismo. Hoy, en el siglo XXI, todavía no sabemos quién tiene la razón, ni para dónde carajo vá ninguno de estos partidos políticos chilenos. En cada elección circense Presidencial los chilenos van a las urnas a votar con gran fanfarria por el payaso de turno, y por el partido más aparatoso y hueco que promete no arreglar nada lo más rápido posible.

¿En qué lugar se han perdido aquellos políticos honestos y brillantes? No lo sé. Lo que sé, es que los hay, pero que están escondidos en alguna parte. Me refiero a aquellos escasos políticos buenos y decentes que trabajaron y que trabajan honestamente por su país e hicieron su trabajo patriótico y desinteresado. Sé que los hay en Chile, y los hay por todo el mundo, pero obviamente no están a cargo hoy. Ojalá ellos vuelvan a las urnas algún día porque tendrán mi voto... y me imagino que el suyo también.

Bueno, durante estos graciosos días cuando la política chilena todavía llevaba pañales que no estaban tan sucios y ceñidos como hoy, y cuando los absurdos grupos elitistas chilenos sin gloria expresaban sus enfermos prejuicios y ejercían una odiosa discriminación en contra de determinadas clases sociales, es cuando el término "roto" comienza a adoptar arbitrariamente una connotación clasista en Chile, específicamente en referencia a los ciudadanos pobres de las urbes nacionales. Éste no era un clasismo intelectual, cultural o educacional, sino que era la concepción de un clasismo minoritario y mayoritario, en donde la "clase minoritaria" se apropia del trabajo, y la "clase mayoritaria" ejerce dominación mediante el Estado, las leyes y las fuerzas represivas. En otras palabras, hay un grupo que trabaja y produce, y otra manga de huevones flojos y aprovechadores dedicados a la politiquería. ¿Le dolió? No se preocupe, la Vaselina es muy barata (y estoy seguro de que más de alguien le podrá facilitar "aplicador" por si lo necesita).

Dentro de las más manifiestas y centelleantes ridiculeces y humoradas paradójicas sociales chilenas, el folclórico término es también usado con insinuaciones afectivas, sobre todo en su forma afija diminutiva común de las lenguas romanceras, o incluso con el peso del adjetivo épico que los rapsodas de turno quieran darle.

Pues bien; durante la invasión y ocupación española según se narra en la "Historia General de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Oceáno", el Descubridor de Chile y Conquistador Don Diego de Almagro(2), regresaba del sur del continente atravesando esforzadamente la más rigurosa y más árida región del planeta, el Desierto de Atacama en el año 1537 de su Majestad. Durante esos mismos años, en Europa el Imperio Otomano (Turco) atacaba la isla Griega de Corfú y el sur de Italia.

(2) El nombre familiar completo y real de Don Diego de Almagro está perdido en las arrugas de la historia. Se le llama Diego de Almagro porque nació en Almagro, en la actual Provincia de Ciudad Real, una Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, España en 1475, adquiriendo su apellido del nombre de su ciudad natal.

La travesía conquistadora de regreso del sur de Chile para Almagro fué completamente desastrosa y en los límites de lo siniestro. Almagro, que de partida no sabía nada de desiertos, tuvo su primer encuentro con el Todopoderoso Desierto de Atacama; un infierno sequísimo de más de mil kilómetros de largo, de unos 40.600 kilómetros cuadrados de desecados parajes más áridos que la conciencia de Judas, más estériles que los retóricos debates políticos, y de tierras tan áridas e infecundas en donde ni siquiera crece la esperanza del condenado.

Tal fué el estado catastrófico en que llegó Almagro y sus huestes al Perú, que desde entonces se les llamó los "rotos de Chile". La travesía fué tan ardua y heroica, que les quebró el espíritu a los conquistadores, les destrozó sus vestimentas, y les rompió el hálito aventurero. Estos viajeros llegaban al Perú casi sin vestimenta uniforme y los más vestidos iban extraña y estrafalariamente abigarrados, lo que hizo que se les denominara a estos viajeros, "rotos", que en el sentido Castellano antiguo literal de la palabra, significa: ir de cualquier modo.

Al final de su constreñida peregrinación, estos errabundos exploradores llenos de esfuerzo y valentía llegaron a sus destinos literalmente rotos; rotos provenientes de Chile. Desde ese entonces, a quienes vinieran de esas tierras australes se les denominaba "rotos", pero este apodo no tenía nada que ver con una categoría social. Cuatro años después de este deplorable y desafortunado episodio, solo un bizarro y osado Guzmán que con una valentía inusitada, se atrevería a ir a conquistar las hermosas y vírgenes tierras que descansaban a cubierto más allá de estas desérticas y australes calderas de Pedro Botero: El Gobernador y Capitán General Interino del Reino de Chile, Don Pedro Gutiérrez de Valdivia, de Castuera, Extremadura.

Sé que hay otros oriundos que aseguran de que la procedencia de la palabra "roto" es muy distinta, y que el término se aplicaba desde la época de la Conquista, pero francamente no me interesa, porque el origen de la palabra "roto" es para muchos, sinónimo de astroso, rotoso, parchado; aunque la procedencia y el espíritu original del vocablo es muy distinta. Sólo a partir del siglo XIX esta masa popular de gentes calificadas como "rotos" adquiere una visibilidad patente y surgidora, ya que hasta entonces la hegemonía soberana de la aristocracia Castellana y Vasca mantenía al pueblo criollo despojado de cualquier protagonismo social.

El roto chileno adquiere caracteres míticos y legendarios en el alma y la substancia social chilena en los episodios descritos de la Guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Unido Restaurador de Chile. Las tropas chilenas finalmente vencieron a las tropas confederadas en la gloriosa Batalla de Yungay que comenzó el 13 de Enero de 1839, y que concluyó el 20 de Enero del mismo año como a eso de las seis de la tarde después del tecito. La gran mayoría del contingente bélico chileno estaba formada por grupos de tronco social pobre, rotos tan pobres como heroicos, patriotas, gallardos y valientes.

En Chile se les rinde solemne homenaje a los vencedores de Yungay cada 20 de Enero, día constituído como el Día del Roto Chileno, donde indirectamente es también conmemorado con el Himno de Yungay, batalla e himno percibidos como la consolidación de la nacionalidad chilena. Todavía me acuerdo del marcial son de este heroico himno que tantas veces canté orgulloso y con la emoción a flor de labios mientras me esforzaba por sujetar unas nerviosas lágrimas que se atropellaban por salir y escaparse furtivamente de mis ojos en aquellos mis mozos días, cantaba con un orgullo típico del Roto Chileno, aunque yo era un simple "Choro del Puerto":

Coro:.................................Como debería cantarse:

Cantemos la gloria................Cantemos la gloria
del triunfo marcial...............del triunfo marcial
que el pueblo chileno.............que el ROTO CHILENO
obtuvo en Yungay..................obtuvo en Yungay.

Estrofa I
Del rápido Santa
pisando la arena,
la hueste chilena
se avanza a la lid.
Ligera la planta,
serena la frente,
pretende impaciente
triunfar o morir.

Como todo siempre cambia y nada es eterno jamás con la excepción de la pobreza y el hambre, en el Chile actual la palabrita "roto" se usa hoy para referirse a la persona maleducada, con falta de educación, o de manifiesta e insensible tosquedad social, lo que se diferencia dilatadamente del modelo de la simple división laya y clasista en la sociedad chilena. Hoy resulta que la "rotería" es el intrínseco acto mismo de poca generosidad o munificencia cultural, o la desfachatez y procacidad educativa. Entonces a los que llaman "rotos" con tanta displicencia y sentido agravio, son aquellos ligeros individuos que rompen descaradamente las reglas sociales sobre el respeto, el buen proceder, y los preceptos de educado comportamiento. O sea, estos son los giles que todavía no han leído el "Manual de Carreño"(3)

(3) El Manual de Carreño, o Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres (el del cual tanto le habló su abuelita) y cuyo título oficial y completo es "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para uso de la Juventud de Ambos Sexos", fué escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño en 1853. Este manual; que aunque contiene algunas normas de urbanidad consideradas hoy obsoletas; se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales.

Por favor tenga en cuenta -y esto con sumo cuidado- de que el apelativo "roto" tiene una diferencia fundamental con los vulgares epítetos tales como "cuma" o "flaite". El calificativo "cuma" se ha relacionado directamente con el hampa delictual chilena hasta más o menos el siglo XX, en donde a finales de este siglo, por la necesidad de una palabra más despectiva y apropiada para ciertas podridas raleas sociales chilenas, surge la determinativa expresión gráfica y simbólica de "flaite", vocablo con el cual hoy nos referimos al vulgar delincuente y facineroso anti-social juvenil, producto de la extracción más baja y "pelienta" que ha sido capaz de generar la simbiótica sociedad de este largo y depauperado país.

Últimamente; y esto le he visto en la tele en CNN y lo he leído repetidamente en los diarios, en el "FaceBook" y en otros medios de comunicación global y masiva, como producto de la corrosiva erosión social chilena ha surgido un buitre del sentido común que normalmente suele volar muy bajo y más allá del los límites y del horizonte de la paciencia cívica, al que cariñosamente se le denomina: "Flaite Político", dueño absoluto de un estiaje moral aplastante.

El flaite político es una especie de dragón feo mal hecho, una incongruencia social, un reptil suelto que no escupe fuego, sino estupidez; y es más peligroso que un club de suegras. Se puede determinar fácilmente quiénes son estos lagartos tufosos simplemente leyendo los hechos de la política consuetudinaria chilena en los periódicos locales. Si usted no lee gacetas o no vé noticieros, no se preocupe porque la pestilencia de estas salamandras de mal gusto se puede oler y percibir en cualquier lado, en cualquier ambiente y a cualquier hora. ¿No ha notado (ni se ha preguntado el por qué de) la gran cantidad de potentes desodorantes ambientales que se están vendiendo en todos los supermercados de su ciudad? ¿Qué cosas, no?

Como dato de referencia le puedo sugerir que cualquier personaje que usted conozca y que a su parecer, se balancea peligrosamente entre las diversas definiciones de precarios límites de estos fluídos estratos sociales; y que usted no ha logrado clasificar aún porque no es un cuma, no es un flaite, o tampoco es un flaite político, le aseguro de que este personaje es un flamante "Pendejo".

Todo el mundo tiene historias y chistes de rotitos chilenos, y yo que no soy menos en esto, también le ofrezco una epístola. Este es el cuento de un Rotito Chileno que le envía una carta explicatoria al juez:

"Estimado Señor Juez:
Por favor no culpe a mi mujer ni a nadie más de que yo esté abandonando este matrimonio y a toda mi familia, pero es que me tengo que "correr" inmediatamente antes de que me vuelva loco porque ya no sé ni quién soy, y mi vida se ha transformado en un horrible martirio familiar y sin identidad plausible.

Mi situación es un poquito complicada, pero trataré de explicárselo señor Usía como mejor pueda con mis propias palabras personales mías mismas de mí. Yo soy un orgulloso rotito "patipelao", pero que ya estaba cansado de andar "patiperreando" sin destino por el mundo, así que la soledad de mis días me empujó a tomar la malísima decisión de casarme con una bella y voluptuosa viuda para calmar mi vida, mis pasiones, y para finalmente; tener una familia como cualquier otro suertudo.

Desgraciadamente la viuda ésta que me arrebató las ganas apenas después de dos "pilsen", tenía una hija muy atractiva, comprensiva y media güena p'al palanqueo, y de haberlo sabido antes; nunca me hubiese casado con la viuda. Esto le parecerá muy raro señor Don Juez, pero déjeme explicarle lo siguiente:

Mi anciano padre que para mayor desgracia mía era viudo y tremendamente "bandío", se enamoró perdidamente de la hija de mi mujer, así que prontamente se "desnupciaron" Usía, de manera que mi mujer se convirtió en la suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madre, y como si esto no fuese poco, mi padre ahora es mi yerno.

Al poco tiempo mi madrastra trajo al mundo un hermoso varón, que resulta que ahora es mi hermanito, pero también es nieto de mi mujer, por lo tanto yo, señor Juez, soy ahora el abuelo legítimo de mi hermano chico.

Poco tiempo después y producto de nuestro apasionado amor, mi mujer me dió un retoño un poco turnio pero bien regordete que ahora es hermano de mi madre y también es cuñado de mi padre, y el rechonchito es asimismo tío de los hijos de mi padre. ¿Va cachando usted señor Juez?

Como mi mujer ahora es suegra de su propia hija, y yo soy padre de mi madre; y mi padre y su mujer son mis hijos; por lo tanto, yo soy mi propio abuelo. ¡Puchas la "payasá" señor Juez! ¡Ahora resulta que el cura no deja entrar a la iglesia a ninguno de mi familia porque dice que somos promiscuos, y hasta el perro ahora me mira de reojo!

Después de lo explicado, ahora no quiero seguir aburriéndolo señor don Juez con el tema de los padrinos y de los primos, porque ahí sí que nos enredamos, así que me despido de todos ahora mismo y me voy a "patiperrear" de vuelta otra vez porque ya no sé quién carajo soy; y prefiero seguir siendo un simple "rotito chileno" como antes, que aunque no era gran cosa, ¡por lo menos sabía quién era, pó!

Con tóo respeto,
El Disprosio Levapalante Bascuñán".

Ahora. Ponga atención ciudadano. El "Roto Chileno" en su concepto único, verdadero y justo; es un héroe nacional por su propio peso y mérito personal. ¡No joda!, si no hubiese sido por el "rotito chileno" hubiésemos perdido la Guerra del Pacífico, y el Perú y Bolivia estarían limitando hoy al sur con Osorno. Piense dos veces cuando quiera insultar a alguien llamándolo "Roto". A mi parecer, el que a uno le llamen "Roto" es un gran honor. Si quiere insultar a alguien y usted es de la vieja guardia, llámele cuma; si es más moderno, llámele flaite; y si usted tiene sentido común, llámele flaite político; ¡pero por favor no lo llame Roto!

No se olvide de que también hay una connotación elegante y cariñosa que usamos cuando nos referimos como "roto" a un prójimo que admiramos. Personas como yo por ejemplo, nos deleitamos con orgullo en llamar a alguien "rotito" cuando queremos ensalzar un acto, una gracia, o alguna hazaña de algún "rotito" con la cual nos identificamos y admiramos. Por ejemplo decimos: "¡El otro día conocí a un "rotito" seco p'a la pelota! ¡Lo hubieses visto! ¡Se pasó a toda la defensa, y de una sola patada metió dos goles y sin traspirar!" …¿Acaso no narramos estos cuentos con orgullo?

Recuerde que tenemos algunos "Rotos" tremendamente ejemplares que no tienen nada de despreciable, pero sí son envidiables como por ejemplo: Virgilio Arias, Tomas Chávez, Nicanor Plaza, Rebeca Matte, Eduardo Provoste, Don Francisco (Mario Luis Kreutzberger Blumenfeld), Lucho Gatica, Leonor Varela, Leonora Latorre, Vick LeCar, Claudio Arrau, Pablo Neruda, Domingo Santa María, el Tony Caluga, Gabriela Mistral, El Florcita Motuda, Manuel Blanco Encalada, Arturo Godoy, Manuel Rojas, el querido Don Lolo y Condorito, para nombrar solamente unos pocos afortunados. (Por ahí dicen las malas lenguas que la Mata Hari era una "rotita" "arrancá" de Chile).

El apodo de "roto" que se les ha concedido a estos ilustres ciudadanos y laboriosos personajes, es para destacarles en un sitial de honor y en una categoría muy exclusiva, envidiable y bastante especial; porque el concepto del "Roto Chileno" no es simplemente un estatus (aunque éste título haya sido manoseado tan impunemente) sino que es una gloriosa filosofía de una estigmática heroica y positiva; y aunque a usted le guste o nó, el roto chileno es el portador de la verdadera Identidad Nacional Chilena. Para que usted lo sepa amigo, no le quepa duda de que la palabra "Roto" es más limpia y merecedora que el prontuario del Papa.

Entonces en toda y merecida justicia, la palabra "Roto" es portadora de un glorioso y verdadero valor, intrínseco y del otro. Está forjada con valentía, amor y arrojo; está empapada de una actitud patriótica y esforzada y lleva matices pintados con inteligente viveza de una osada y original picardía. Nos enorgullecen sus actos y atesoramos melancólicamente sus episodios sociales, lo comparamos e igualamos a los más grandes próceres de la raza humana, y lo identificamos con los más humildes y sinceros protagonistas de la historia; pero aún así mis queridos Homo Chilensis, a veces mezquinamente le perdemos el respeto; y sin inmutarnos, trapeamos el sucio suelo con su imaculada dignidad. Les aseguro de que esto no nos trae ninguna gloria, ni tampoco es necesario para validarnos a nosotros mismos.

Si alguien me llamara "Roto" alguna vez, estaría intensamente orgulloso aunque no yo posea todavía el calibre y la altura necesarios que me califiquen para alcanzar el honor de ser un verdadero y genuino "Rotito Chileno".

¡Viva el Roto Chileno, mierda!

El Loco.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El Colocolo

¡Como el Colocolo no hay, olrai! (all right). Sí; sin duda alguna todos nosotros, especialmente los hinchas del popular, glorioso e inmortal Club Deportivo de Fútbol Colo-Colo sabemos exactamente quién es este famoso personaje… pero pregúntese usted, ¿sabemos realmente quién es este asonado personaje? Quizá usted no sepa tanto como cree saber. Al menos yo pensaba que sabía un poco del Colocolo, pero creo que no sé tanto como quizá sepa usted. Veamos.

Para comenzar, debo aclarar de que el Colocolo no es una pila de giles con camiseta blanca y mechas tiesas corriendo como energúmenos detrás de una pelota de 32 cascos que no les obedece en una cancha de pasto proletario, y que circulan mezclados con otro gallo con traje de cebra (o por lo menos con un atavío más exclusivo que el resto de los jugadores) que siempre está metido al medio del baile y güeviando p'arriba, p'abajo, a diestra y siniestra chiflando sin parar con un jodío silbato y repartiendo gratis y desinteresadamente unas pintorescas y originales tarjetitas de diferentes y vivos colores que aparentemente, no las quiere nadie.

Tampoco me refiero a aquel sabio Mapuche (Colo Colo), que alcanzó la fama de su gente cuando logró hacer elegir "Toqui" (líder militar) del pueblo Mapuche al Cacique Caupolicán. Esto lo consiguió mediante una prueba que consistía en levantar un pesado tronco, y mantenerlo sobre los hombros por la mayor duración posible. Al aceptar esta prueba para competir por el puesto, los caciques Mapuches Tucapel y Lincoyán, sin intentarlo le dan suficiente tiempo a Caupolicán para llegar a la reunión y adherirse a la prueba como participante. Caupolicán ganó la prueba ya que era el más fuerte de todos. Lo curioso de esto es que esta afición a los palitos terminó como un problema bastante peliagudo para el señor Caupolicán.

Dentro de la obra épica "La Araucana" de Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, Don Alonso le dá a Colo Colo un paralelo con el guerrero Néstor, uno de los héroes de la Ilíada de Homero, hijo de Neleo y Cloris, y además, Rey de Pilos. Según los académicos de la honorable y ancestral lengua de los Mapuches, es muy probable que el nombre de este afamado cacique esté incompleto ya que entre los Mapuches, los nombres personales tenían siempre -e inseparablemente- un sustantivo y un adjetivo, como nos enseñó claramente nuestro egregio profesor de La Lengua Castellana, don Selim Sadek Nifuri. Estos épicos nombres Mapuches adquiridos, correspondían a animales y deberían relacionarse con un apodo o con una característica distintiva de dicho animal. Probablemente Ercilla desconocía esta regla, y por lo demás Don Alonso no hablaba Mapudungún, y en ese tiempo todavía no existía el "Correo de las Brujas", el que fué inventado por la Quintrala(1) años después.

(1) Catalina de los Ríos y Lisperguer (1604-1665) era una aristocrática terrateniente chilena del siglo XVII, apodada La Quintrala debido a su pelo rojo llameante. La nefasta Catalina de los Ríos era de descendencia española, alemana y Amerindia y era más mala que un yogurt de chorizo.

Al Colocolo con que me refiero a ustedes chilenos todos, es un vistoso felino pequeño con manchas y rayas, y que es nativo de las cuestas y las laderas del Centro y Norte de la Andeana Cordillera de Chile.

El Leopardus Colocolo, técnicamente llamado Lynchailurus Colocolo, es conocido también como el Gato de los Pajonales; o simplemente, Colocolo. El Colocolo es un felino o gato pequeño que tiene una longitud de cuerpo de entre 51 y 76 centímetros, una longitud de cola de 30 centímetros, casi tan larga como historia de pobre; y pesa entre los 3 y los 7 kilos. El color de su pelaje va desde el gris al café oscuro, con rayas y manchas de color marrón oscuro. Este gatico es un animal carnívoro al que se le distingue por poseer unos sólidos colmillos extraordinariamente fuertes, pero a la vez, tiene unos molares con puntas filudas que les sirven para desgarrar la carne de sus presas. El Colocolo posee unas enormes garras retráctiles, una excelente y clara visión nocturna, y para hacer todo esto trabajar al unísono, cuenta con un cuerpo sorprendentemente fuerte, inconcebiblemente rápido y más flexible que el increíble aguante de la clase obrera.

Este raro pero encantador mamífero es digitígrado, es decir, camina sobre sus dedos, no lo hace para no despertar a sus presas, sino para que los abogados deshonestos, los curas y los políticos no se enteren de que anda alrededor y lo hagan caer presa de las sucias prácticas de estos bucaneros cosmopolitas de pensamientos con Melanosis. Tiene las orejas muy pequeñas para ser un gato salvaje -pero a pesar de esto sabe escuchar, no como otros- y una lengua muy áspera (áspera y no suelta como los contrahechos morales nombrados anteriormente), y la aspereza de su lengua se debe a que sus papilas se encuentran dirigidas hacia atrás, y no a una naturaleza meramente cosmopolita.

Este extraordinario gato tiene un pelaje hermoso y bastante largo, y posee graciosas líneas oscuras en la parte de los hombros y la nuca. En las patas presenta severas franjas transversales oscuras; tan oscuras, como las nefastas esperanzas del desheredado, y tan transversales como las elucubraciones políticas.

Es un animal que tiene las orejas puntiagudas como la Pica (2) de Caupolicán, y un rostro ancho y veraz como las lejanas y utópicas esperanzas del desventurado. Se reproduce solo una vez al año como la Pascua, y dá a luz una camada de una a tres magníficas y hermosas crías tras un período de 80 días de gestación, suficiente tiempo como para dar la vuelta al mundo en un globo aerostático.

(2) Caupolicán después de ser capturado en la batalla de Antihuala, fué llevado ante el Conquistador Alonso de Reinoso, quien lo condenó a morir en la pica, una muerte terrible por empalamiento. El empalamiento es un método de tortura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca de madera puntiaguda. La penetración puede realizarse por un costado, por el recto, la vagina o por la boca. La estaca se solía clavar en el suelo dejando a la víctima colgada para que muriera de tremendos dolores y muy lentamente. El Alguacil de Campo Cristóbal de Arévalo fué el encargado de ejecutar a Caupolicán. Caupolicán fué subido y amarrado a una tarima que tenía un madero con punta cortado en la forma de la pica en el centro. Caupolicán, mostrando gran serenidad y valentía, miró soberbiamente a la multitud de españoles que lo contemplaban y dijo:
«Pues el hado y suerte mía me tienen esta suerte aparejada, vean que yo la pido, yo la quiero, que ningún mal hay grande y es postrero».
Aquí hay una muestra de la heredad de valentía y temeridad de la raza chilena, la que Don Alonso de Ercilla inmortalizó en "La Araucana". ¿Qué cosas, no?


Ficha Vital del Colocolo:
Hábitat: El Colocolo puede ser encontrado en las laderas del Norte y Centro de la Cordillera de Chile. Es nativo de la zona occidental central de América del Sur, que se expande desde Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Argentina, y hasta la Gloriosa República de Chile a través del equivocado nombre de la Cordillera de Los Andes.

Dieta: Los Colocolos se alimentan principalmente de pequeños mamales y algunas aves.

Reproducción: Después de un período de gestación de alrededor de 80 a 85 días, el Colocolo (en este caso la Colocola) dá nacimiento de 1 a 3 cachorros.

Depredadores: Abogados deshonestos, curas y políticos; conocidos en su hábitat natural urbano como Sangüijuelis Chupacabrus Cabronis.

Enemigos Naturales: Abogados deshonestos, curas y políticos; conocidos en su hábitat natural urbano como Sangüijuelis Chupacabrus Cabronis.

Sub-especies: Hay 2 sub-especies del Colocolo; el Leopardus Colocolo Colocolo, y el Leopardus Colocolo Wolffsohni, u Oncifelis Colocolo Wolffsohni.

Datos interesantes: El Colocolo es conocido también como Colocolo Pampas Cat, o Colocolo Gato de las Pampas, pero que los argentinos insisten en llamarlo "Ché Colocolo", ¿viste?

Estado de Conservación: Amenazado de extinción. Esta categoría es de acuerdo a La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), la cual fué fundada en Octubre de 1948 en Fontainebleau, Francia. Esta organización mundial tiene su sede principal en la ciudad de Gland, Suiza. En esta glandular ciudad, la UICN reúne a 83 estados, 108 agencias gubernamentales, 766 organizaciones no gubernamentales, y 81 organizaciones internacionales, con alrededor de 10.000 expertos y científicos de 181 países miembros. ¡Que lo parió!

También sabemos que el Colocolo comparte parcialmente su hábitat en el territorio Chileno con otro gatito pequeño -el elusivo y tímido Kodkod. ¿Ha notado usted que todos estos animales tienen el nombre repetido? ¿Colo-colo, Kod-kok? Aparentemente el Taxonomista que les puso los nombres era bien tartamudo hasta para escribir.

El Kodkod es el más pequeño de los gatos salvajes en el hemisferio occidental donde el más grande, es el jaguar. El Kodkod (Guigna de Leopardus), y también conocido como Guiña, es el gato más pequeño de las Américas, y se encuentra solamente en Chile central y meridional, con una presencia muy limitada en la Isla de Chiloé.

El Kodkod es un felino extremadamente recluído y no se adapta bien a las áreas disturbadas por el hombre, les tiene un terror ciego a los abogados, a los curas y a los políticos; y es por eso que viven en un estado de comportamiento alterado que llega a ser nocturno para evitar interferencia humana. Se dice en leyendas antiguas que este comportamiento lo adquirieron después de ver lo que le hicieron a Caupolicán, y es por eso que estos inteligentes y astutos felinos, al igual que el Colocolo, no quieren tener nada que ver con los seres humanos.

Un Colocolo Heroico
Se cuenta que en el belicoso año 1943 se creó una distinción muy importante y muy parecida la "Medalla al Valor" -la cara condecoración que Chile le dá a sus militares ejemplares- pero para animales: la Medalla Dickin.

Esta medalla era otorgada en reconocimiento al extraordinario valor con que ciertos animales prestaron críticos y estratégicos esfuerzos de ayuda y sacrificio durante las guerras, u otras situaciones especiales. Como ejemplos meramente paradigmáticos podemos señalar a los canes que eran utilizados durante las Segunda Guerra Mundial para localizar supervivientes, o el de las homéricas palomas que llevaban importantes mensajes entre la lluvia de balas y metralla.

Entre los años 1943 y 1949, se otorgó la inefable cifra de 54 medallas Dickin; 32 otorgadas a las osadas palomas, 18 para los audaces caninos, 3 a ciertos estoicos caballos, y 1 para un singular e insólito gato de nombre Simón.

¿Y el gato qué hizo para merecer este alto galardón de tan distinguida condecoración? Pues bien, este magno galardón lo conquistó el felino Simón durante su valeroso y heroico servicio sobreviviendo las ignominiosas intrigas del "Incidente de Yangtzé" en Abril de 1949 durante su viaje por el río Yangtzé hacia Nanjin, en China.

Como todos saben, Simón no era su verdadero nombre ni identidad, sino que eran su identidad y "nombre de guerra", ya que si caía en las infames manos del enemigo, su verdadera identidad (y la de su familia) estarían protegidas.

Simón viajaba como parte de la dotación del vapor de guerra Inglés Amethyst, un vapor de avanzada. Simón se embarcó al servicio de este navío de guerra en el puerto de Stonecutters Island, a principios de 1948 en Hong Kong.

Durante su travesía hacia Nanjin por el rio Yangtzé, el barco fué emboscado y sitiado por un ataque de los comunistas chinos, y durante varios días de asedio, muchos de la tripulación murieron a manos de sus brutales enemigos ambarinos. Durante la fiera contienda, el abogado deshonesto del Amethyst se cayó al agua infestada de tiburones hambrientos, cocodrilos ávidos y pirañas insaciables, pero no se lo comieron por cortesía profesional, ni tampoco se ahogó porque la mierda flota.

Al pequeño Simón -para salvar su vida de esta hecatombe-, no le quedó ninguna otra opción que huír a parapetarse en la cala del navío. Después de 5 largos y agobiadores días escondiéndose de los rojos enemigos, acosado por el hambre, agotado y consumido por el boicot, no tuvo más remedio que resurgir en cubierta.

Cuando Simón afloró a cubierta, estaba herido y aún temblando de terror, efectos de la traidora asonada del maldito escarlata chino, sosteniendo cuatro profundas heridas de metralla en su elástico cuerpo, quemaduras en su lustroso pelaje, y una horrible excoriación encefálica. La tripulación sobreviviente del ataque lo vendó y le procuraron cariñosa atención médica, y acto seguido lo pusieron a descansar. No obstante su precaria condición física, Simón se rehusó a descansar y mientras se recuperaba continuó cazando las ratas que apestaban el barco para evitar que estos sucios roedores les provocaran infecciones a sus compañeros que estaban heridos.

Después de que Simón terminaba su turno de cacería ratonil y sin tomarse un descanso, se dedicaba a patrullar entre sus compañeros enfermos, los que le veían pasar con su pequeña cabecita vendada y cojeando dolorosamente. Los supervivientes se sintieron reconfortados por el heroico y desinteresado ejemplo del minúsculo felino, y estrujaron fuerzas del ejemplo de Simón para seguir adelante, imitándole.

Simón, que a pesar de haber sido malamente herido, sirvió valiente y dedicadamente en el Amethyst durante y después del incidente Yangtzé. Acabó laboriosamente y con mucho denuedo y dolor con muchas de las pestilentes ratas que invadían el buque. Su ejemplar comportamiento fué del más alto nivel a pesar del las horrendas heridas que recibió a manos de la inusitada fiereza del ataque chino. Simón continuó liquidando sistemáticamente y con gran voluntad las ratas a razón de por lo menos, una por día. Esto fué muy importante porque las ratas infectaban a los tripulantes, y acababan con las provisiones del barco.

Simón, que vivió casi toda su vida en el mar, con el total descorazonamiento de sus compañeros de armas, murió cuatro días antes de recibir su merecida medalla. Fué dignamente enterrado con honores militares en el cementerio de animales de la P.D.S.A. (Peoples Dispensary For Sick Animals) en Inglaterra. En su epitafio se lee lo siguiente:

IN MEMORY OF
"SIMÓN"
SERVED IN H.M.S. AMETHYST
MAY 1948 - SEPTEMBER 1949
AWARDED DICKIN MEDAL
AUGUST 1949
DIED 28TH NOVEMBER 1949.
THROUGHOUT THE YANGTZE INCIDENT
HIS BEHAVIOUR WAS OF THE HIGHEST ORDER

Más de 60 años después de su muerte, algunos de los más polvorientos archivos secretos de Scotland Yard, de la CIA, de la DINA y de los Boy Scouts fueron de-clasificados oficialmente para conocimiento del público, y se descubrió con sorpresa en estos furtivos documentos de que Simón, el felino heroico, era un Colocolo chileno trabajando de agente secreto para la Corona Real Británica.

Usted dirá que yo inventé todo esto, pero le aseguro que no es así. Y si no me cree, pregúntele a Hércules Poirot, a Baden-Powell, o por lo menos tiene que darme algo de crédito por mi fértil imaginación. Cuando pueda y si puede y es capaz, levante su libre voz en templada defensa del Colocolo, este magnífico felino chileno que espera un poquito más de conciencia proveniente de sus bien amados, pero tan indolentes compatriotas.

El Loco.

jueves, 5 de agosto de 2010

El Morro de Arica

El Morro de Arica

Arica es una ciudad que comparte una romántica y escueta parte de mi vida mortal y perecedera, y conlleva una gran parte de mi vida práctica emocional. Nunca tuve amores en Arica porque se supone que esos amores se tengan en Mejillones(1), pero el amor emocional hacia Arica se revela de su brava y valiente historia durante la Guerra del Pacífico donde uno de mis tatarabuelos fué administrador y Presidente: El Ilustrísimo Colegiado Don Domingo Santa María, orgullo de la familia y guerrero inmortal chileno, quien gobernó la patria y administró la Guerra del Pacífico desde el 18 de Septiembre de 1881 hasta el 18 de Septiembre de 1886.

Durante su administración el dispuso de la Guerra del Pacífico hasta su término en 1883. Se las arregló para capturar Lima y forzar al Perú a firmar el tratado de Ancón en Octubre de 1883, poniendo así término a la guerra. Mi tatarabuelo fué precedido por Aníbal Pinto(2) y sucedido por José Manuel Balmaceda(3).

Búsquedas arqueológicas han arrojado evidencia de que la región de Arica estaba habitada por diferentes grupos nativos por lo menos desde hace unos 10.000 años. Parte de la evidencia se encuentra en el cementerio de Chinchorro(4) localizado en una playa de Arica. Esta guerrera ciudad fué fundada por el Capitán Español Don Lucas Martínez de Begazo en 1541, quién llegó inicialmente a estos periféricos territorios del gran imperio Inca con Don Francisco Pizarro. El Rey de España nombró a Don Lucas Martínez de Begazo Encomendador de las Tierras de Arequipa y Arica.

El ilustre fundador de Arica, Don Lucas Martínez Begazo nació en Trujillo, España en el año de 1510, pero no se sabe a ciencia cierta la fecha exacta de su nacimiento, y murió en la ciudad de Lima, Perú el 29 de abril de 1567. Fué hijo de Francisco Martínez Begazo y de Francisca de Valencia. Don Francisco Martínez Begazo fué un honorable conquistador español en el recientemente descubierto Nuevo Mundo.

Don Lucas llegó a Panamá en el año 1529 de su Majestad El Rey de España, y allí se acopló a la tercera expedición que preparaba Don Francisco Pizarro, quién en ese entonces levantaba velas para dirigirse hacia la costa del Perú, en una clara y soleada mañana acariciada por una serena y salina brisa marina, el 27 de Diciembre de 1530.

Después de su fundación como la Villa de San Marcos de Arica, la localidad creció en tamaño e importancia estratégica para España, y en 1570 se le nombró "La Muy Ilustre y Real Ciudad San Marcos de Arica". Hoy simplemente: Arica.

Como de costumbre, todos nuestros conquistadores antepasados provenientes del Viejo Continente traían títulos de "Guzmanes", un rótulo de alta y añeja nobleza rebosante de pedigrí; y unos nombres más largos que la constipación de harina tostada. Por ejemplo tenemos al Conde de la Conquista Don Álvaro Núñez Cabeza de Vaca y de Zurita Jerez de la Frontera. ¡Qué lo parió! Si yo hubiese sido uno de aquellos Guzmanes de la nobleza de la época, mi nombre hubiese sido: El Muy Ilustre Don Rodrigo Antonio Silvestre Guajardo Izquierdo de Santa María y Escobedo y al que me Robe el Lápiz que le salga Joroba Morisca. ¡Olé, coño!

Lo curioso es que muchos de estos nobles caballeros se comportaban como unos vulgares bandidos. Don Lucas Martínez Begazo y los soldados de Pizarro desembarcaron en Túmbez, en la costa norte peruana y marcharon hasta San Antonio de Cajamarca al interior de Perú buscando el oro del Imperio. Después de un corto trueque de información con los Incas usando emisarios por ambas partes, se concertó un encuentro entre Pizarro y Atahualpa.

El 16 de noviembre de 1532 capturaron a mansalva al crédulo Inca Atahualpa y le sacaron la cresta. El 26 de Julio de 1533 decidieron ejecutar a Atahualpa y nuestro querido Lucas Martínez dejó testimonio escrito de este suceso: ... "al tiempo que dieron garrote e mataron al dicho Atabalipa(5), dijo que encomendaba sus hijos al gobernador don Francisco Pizarro, e apercibiéndole don fray Vicente de Valverde…" y el resto realmente no le interesa a nadie.

Después de que mataron a Atahualpa, Lucas y los soldados de Pizarro apretaron cachete hacia el Cuzco; y una vez allí, asaltaron, se tomaron la ciudad, y la saquearon de todos los tesoros incaicos.

Pero la dulce y valiente ciudad de Arica que es una de las ciudades más secas del planeta, no tiene ninguna culpa de estos cruentos sucesos ni de aquellos hechos ignominiosos. Arica es una hermosa y limpia ciudad con aproximadamente unos 200.000 audaces habitantes (sin contar las momias), a sólo 18 inestables kilómetros del Perú, y descansa serenamente en los invitantes alrededores del Valle de Azapa, donde crecen las más prodigiosas y formidables aceitunas del planeta.

Arica tiene una piedrita muy famosa. Normalmente se le conoce como El Morro de Arica. Esta colosal y geológica roca se ubica frente a ese mar que tranquilo te baña, y posee 139 sangrientos, heroicos, y escarpados metros de altura pavimentados de vidas patrióticas y gentiles, y tapizado de gritos de combate y arenga. Si te sientas en las ahora calladas y silenciosas trincheras que rodean las escabrosas laderas del Morro y escuchas con atención; todavía podrás oír los sones y los gritos de guerra de nuestros antepasados.

Algunos dicen que es el viento, pero yo sé que son las voces de nuestros héroes porque puedo escuchar claramente sus conversaciones bélicas y los ruidos pesados y furtivos de los decididos soldados de bombachas coloradas y guerreras azules, las cuales se veían gallardas y hermosas bajo el implacable sol del desierto del norte, brillando brutalmente sobre las polvorientas casacas de botones dorados y cubiertas del violento carmesí color de la sangre chilena.

Más allá del horizonte del desierto dibujado por la quieta y silenciosa camanchaca, allá escondidos detrás del seco mutismo de Atacama puedo oír los decididos y sordos pasos de la soldadesca del Séptimo de Línea que enarbolando sus Gloriosos y Viejos Estandartes sembrados de cicatrices de gloria y haciendo redoblar sus rugientes tambores de combate, entonan sus ahogadas canciones de guerra mientras avanzan con coraje y sin mirar atrás a enfrentar resueltamente la muerte de largos brazos y postreros alientos.

Mirando en lontananza desde las quietas trincheras, entre la roja polvareda me parece ver un sudoroso quepís galopando orgulloso a la cabeza del batallón de los Jinetes del Infierno. Oigo sus diáfanos clarines de batalla golpeando esos bravíos corazones, y puedo oír aquellos tiros de carabina que a pesar de haber sido descargados hace más de 100 años, sus ecos aún resuenan en nuestros corazones; y también puedo escuchar calladamente los sigilosos y tristes lamentos de aquellos cófrades que fueron despedazados a bayonetazos en encarnizadas y malditas batallas. Yo los puedo oír... pero algunos dicen que es el viento...

El Morro de Arica se observa claramente y sin obstrucciones desde casi cualquier punto de la ciudad. Al pié de este lugar hay una plaza que exhibe algunos de los acérrimos armamentos que tronaron bajo la sombra y protección de sus belicosas banderas, y al son del valeroso retintín de los osados e inmortales Baluartes que esgrimían con honor el 3° y el 4° de Línea.

También hay un Museo Histórico y de Armas el que guarda celosamente las inolvidables evidencias y reminiscencias de la Guerra del Pacífico. El Morro de Arica se declaró Monumento Nacional y Sitio Histórico en 1971.

El Morro y la Guerra del Pacífico

Nuestra Guerra del Pacífico fué un triste pero heroico y necesario conflicto armado que estalló en 1879 y que duró hasta 1883. En este belicoso conflicto se enfrentaron la gloriosa República de Chile en contra las repúblicas del Perú y de Bolivia. También a este conflicto se le conoce como la Guerra del Guano(6) y Salitre.

El 07 de Junio de 1880 señala el día del asalto y toma del Morro de Arica, y también establece el día del Arma de Infantería del Ejército de Chile.

Luego de la asonada victoria de las armas chilenas en la batalla de Tacna el 26 de Mayo de 1880, se estableció que el siguiente objetivo trascendental sería la conquista de Arica, defendida férreamente por el Ejército del Perú. Cinco bien aperadas fortificaciones defendían la ciudad, y una numerosa Guarnición defendía el estratégico Morro de Arica. La ciudad de Arica, y especialmente su Morro se consideraban barbacanas impenetrables con defensas mortíferas e inconquistables; pero los garbosos muchachos del 2º de Línea (Regimiento Maipo) y del 3º de Línea (Regimiento Yungay) tomaron a sangre y fuego los fortines de la ciudad, dejando como último objetivo, el inextricable fuerte del Morro de Arica.

Quedaba entonces, la aparentemente imposible conquista del Morro, que con sus 139 y tantos metros de altura y vértigo, que con una escabrosa e inaccesible caída vertical por el Oeste y el Sur, y que con su maciza e impenetrable meseta en la cumbre de 200 metros por lado, casi un perfecto cuadrado fácil de defender e imposible de derrotar; presentaba una colosal dificultad, y amenazaba invencibilidad y muerte.

Después de que las fuerzas chilenas eliminaron la amenaza de los Fuertes de la planicie, los efectivos del 3º y del 4º de Línea empuñaron sus armas y sus ansiosos corvos con sus manos hechas de arena, sol y silencio, y se lanzaron impertérritamente, pero con sus corazones henchidos de patriotismo y valentía a la imposible conquista del Morro entre trémulas balas y largos tragos de Chupilca del Diablo(7). El fragor de la batalla retumbaba por doquier, y la valentía desplegada por los soldados fué tal, que nuestros leales guerreros hicieron palidecer en comparación a los 300 Espartanos de las Termópilas. La invencible fortaleza del Morro sucumbió en 55 eternos y sangrientos, pero gloriosos minutos. El contingente peruano fué derrotado honrosamente, y cuando estaba escribiendo esta epístola, alguien me preguntó por los soldados bolivianos... Lamentablemente no sé quién carajo son los bolivianos...

La bandera Chilena ha flameado ahí desde entonces porque la Fuerza necesita de la Razón, y la Razón necesita de la Fuerza. Y basados en este episodio inmortal de la entorpecida historia humana, todas las naciones civilizadas del mundo pueden deleitarse y enorgullecerse por las épicas y eternamente coetáneas victorias militares de esta resuelta, audaz y patriótica República de Chile, porque sin duda alguna éstos son los triunfos fundamentales y filosóficos de las causas y raíces del Derecho, de la Libertad y de la Justicia.

Los marinos de buques extranjeros que se encontraban anclados en el puerto observando la titánica batalla se quedaron pasmados y atónitos con este portentoso despliegue the valentía y determinación. Éstos necios marineros extranjeros habían hecho gruesas apuestas sobre la duración del asalto que oscilaban entre cinco días, y tres semanas.

Hoy en día el Regimiento Rancagua con asiento en Arica, el que fué el 4º de Línea durante la Guerra del Pacífico, es uno de los pocos Regimientos en el mundo que pueden estar a la mira del escenario de sus más heroicas hazañas desde el patio de sus propios cuarteles.

Por eso es que el Morro me pincha el alma, me araña el corazón, me estruja el espíritu, y me desgarra una silenciosa y húmeda lágrima que rueda rauda y expedita por las secas murallas de mi espiritualidad guerrera, despierta con desasosiego mis desnudas memorias literarias, y me muestra una imagen fantasmal y seductora del Morro, otrora cubierto de sangre y arena.

Crónicas de mi tatarabuelo

Me puedo imaginar a mi tatarabuelo Don Domingo Santa María González vestido en su sempiterno traje oscuro, sentado cómodamente en una amplia silla de mimbre en la florida y colorida veranda de su casa patronal hecha de adobes, osadía e historia; ubicada en las faldas de la entonces todavía colonial ciudad de Santiago de Chile, bajo la suave sombra de algunos robles viejos y de un solitario sauce llorón que baña sus sedientas raíces en las cristalinas y presurosas aguas de una ronroneante vertiente que cruza la propiedad descuidadamente.

Quizá sustentaba un vaso de dulce limonada con sabor a conquista, o tal vez era un tazón de té frío proveniente de Ceilán en una mano, y en la otra mano, probablemente sostenía un abanico; una reliquia de algún recóndito lugar de España que todavía huele a vestigio, traído por alguna dama de su ascendencia familiar; y mientras rodeado por sus nietos y familia, narraba acompasadamente algunas de las heroicas e inolvidables crónicas de la Guerra del Pacífico, interrumpido a veces por la fresca brisa cordillerana, y por los afectuosos cuidados brindados por su cariñosa esposa Doña Emilia Márquez de la Plata Guzmán, hija de Fernando Márquez de la Plata y Calvo de Encalada, y María del Carmen Guzmán y Fontecilla.

A sus pies estaba echado el adormilado perro de la familia que miraba lánguidamente una parra de doradas uvas que crecía desordenada y libre en el extremo poniente de la veranda. El perro de mi tata creo que se llamaba: Cancerbero Spiro Guillome Balearic de La Iberia de Valladolid y Guau (alias - El Quiltro).

Ocasionalmente cuando el acaso me lleva cerca del océano y observo sus espumosas orillas, siento una tibia y seductora nostalgia dentro del pecho, y me parece oír claramente los portentosos relatos de mi noble tatarabuelo que susurran así:

"... y tras la resonante y augüriosa victoria en el Campo de la Alianza, las huestes chilenas al mando de mis amigos el Coronel Santiago "Manco" Amengual (1815-1898) y el Segundo Comandante Adolfo Holley (1833-1914), quienes enfilaron decididamente dirigiendo sus curtidas tropas hacia la alta ciudad de Tacna en el Perú, y a su arribo, la conquistaron y la ocuparon sin dilación".

Después de beber un largo y refrescante sorbo de su cubilete, continuaba:

"Todavía nos quedaba el problema de Arica. Aquí necesitábamos propinarle un golpe letal a la Milicia del Perú que ocupaba nuestra tierra. Así que el General Manuel Baquedano - El Gran Vencedor, Jamás Vencido (1823-1897), decretó de inmediato la salida del contingente de reserva al mando del Coronel Pedro Lagos (1832-1884), para que marchara hacia el puerto del Morro.

El majestuoso Morro esperaba silencioso y emboscado, custodiado por el monitor "Manco Cápac"(8) y la columna Constitución, ambas bajo el mando del Capitán de Fragata José Sánchez Logomarcino. Hacia el norte de la localidad se erguían tres alcázares peruanos poderosamente armados: el fuerte "San José", el fuerte "Santa Rosa" y el fuerte "2 de Mayo" que se encontraba a un tiro de piedra del hospital de la Cruz Roja; y en la cima del Morro, se encontraba el fuerte "El Morro". El resto del terreno adyacente a la ciudad de Arica, estaba nutridamente minado".

Después de acomodarse un poco en la crujiente silla y mientras Doña Emilia Márquez de la Plata Guzmán le rellenaba de líquido el cubilete que ahora descansaba en una mesita contigua, mi tata continuaba:

"Después de una larga noche donde los hombres fueron ordenados expresamente de esconder todos y cualquier objeto que produjera reflejo, se dedicaron a forrar cantimploras, yataganes y cuchillos, y a cubrir con barro los dorados botones de sus guerreras. Lo más doloroso para estos valientes fué que les prohibieron fumar. Parte de la noche, los soldados chilenos la usaron para afilar sus corvos y sus bayonetas, y también contaron detenidamente una vez más los escasos cartuchos con que contaban para el asalto. A tempranas horas de la quieta y fría madrugada del 7 de Junio de 1880, los chilenos avanzaron sigilosamente pisando la densa neblina hacia el peñón, ordenadamente y al acompasado ritmo de sus henchidos corazones.

Los regimientos 3º y 4º de Línea marcharon tras sus pabellones de guerra ascendiendo al Morro, seguidos de cerca y en silencio por el regimiento 1º de Línea, "El Buín", y todos ellos, entre el ruido de la artillería y las arengas de combate, se abrieron paso sangrientamente hacia la cima avanzando a punta y filo de corvo y bayoneta porque los escasos 150 tiros de que disponía cada soldado, solo les aguantarían media hora de batalla".

Aquí el tata hace una pomposa pausa y mira atentamente a quienes le estaban escuchando. Vió caras serias y ojos despabilados; y su cubilete estaba siempre lleno a pesar de que sorbía su contenido constantemente. Satisfecho de la cerrada atención que le prestaba su audiencia, continuó, pero ahora sudando un poco con la excitación:

"Las fogueadas falanges chilenas disponían con un total de 5.379 hombres reales con varoniles talantes, -aunque esta cifra ha sido siempre abultada groseramente y adornada con fuegos artificiales por los historiadores peruanos, con lo cual intentan acentuar y exagerar la superioridad numérica de Chile-.

Lo que no cuentan estos archiveros y ensayistas de obscuros angostillos es que las única fuerza efectiva que pudo atacar el Morro fué la Infantería, ya que para la caballería y la artillería no era factible el ascenso al Morro. A la postre, menos de 4 mil cansados hombres encontraron numerosos e irrecusables detrimentos estratégicos al cargar en contra de tan empinada ladera, y a plena vista del enemigo que se parapetaba en un reducto completamente fortificado.

Cerca de las 6 horas de esa belicosa madrugada, cuando la neblina comenzaba a levantarse apresuradamente precipitada por la húmeda y salada brisa de la costa y por las polainas en fugaz movimiento, los asustados centinelas del Morro detectaron con terror y atónitos ojos a los feroces chilenos subiendo con la prisa y la prestancia que les brindaba la Chupilca del Diablo. Los poderosos cañones peruanos comenzaron a vomitar fuego desesperadamente y sin demora en contra la avalancha humana que se les venía encima precipitadamente y sin piedad. Esta era la "Carga del Infierno" a la que los peruanos tanto temían.

El avezado 3º de Línea se arrojó furibundamente en contra la primera línea de defensa, mostrando sus blancos dientes dibujados con una mueca de muerte detrás de sus afiladas bayonetas, y en medio de un festival de enconados cañonazos y una nutrida lluvia de plomo enemigo. Sus incisivos corvos esperaban inquietamente colgados de los cintos de cuero negro y curtido, en espera de su oportunidad. Aterrorizados, los peruanos cobardemente detonaron los almacenes de dinamita -estas prácticas conocidas como "polvorazos" eran consideradas cobardes y alevosas en aquellos días- , haciendo volar el fuerte y despedazando soldados chilenos y peruanos por igual.

Mientras tanto el veterano 4º de Línea ya había desbaratado y derrotado las defensas del fuerte "Del Este", y durante su embestida de avance dejó el suelo tapizado de sanguinolentos y despedazados cadáveres desparramados sobre un barro hecho de sangre y escoria. La brutal ofensiva no le dejó otra opción a los peruanos que apretar raja a todo chancho hacia el fortín de la cima del Morro, mientras que los pálidos soldados peruanos que estaban en la cima, se sujetaban el culo a dos manos.

Embriagados de euforia y chupilca, los soldados chilenos cruzaron temerariamente y sin miedo los campos minados, y hasta se olvidaron de esperar los refuerzos de El Buín que les pisaba los talones, y se abalanzaron salvajemente y sin misericordia en pos de los espantados peruanos persiguiéndolos hasta la misma cumbre del glorioso peñón. En este momento la batalla estaba más enredada que una olla de espagueti sin mantequilla, los soldados peruanos corrían en total desconcierto como gallinas castellanas sin cabeza, y los chilenos repartían corvasos gratis a diestra y siniestra con la mas colérica improvisación".

Después de una solemne y aparatosa pausa, el tata continuó con voz grave y con flema antes de que la noche comenzara a cubrir la fresca veranda:

"El Comandante Juan José San Martín de quién no sé su fecha de nacimiento, pero ahora conozco la de su heroica muerte, iba al frente de los furiosos chilenos poniéndole el pecho a las balas, y sucumbió como un titán atravesado mortalmente por los necios tiros de los fusiles de sus enemigos; pero su valeroso piquete siguió su imparable trayectoria hasta abatir el último combatiente del último fuerte en medio de un apocalíptico desconcierto de estrago y muerte. Airadas voces sonaban entre el fragor de la batalla diciendo -"¡Conchetumadre!", "¡Muere maricón!", "¡Indio 'e mierda!", piropos que eran correspondidos cariñosamente por lo peruanos.

Allí, también se desplomó alcanzado por los proyectiles chilenos el Coronel Alfonso Ugarte Vernal (1847-1880), y escasos minutos después, el valiente Comandante en Jefe de la Artillería peruana Don Francisco Bolognesi Cervantes (1816-1880) junto a su leal comandante, el Capitán de Navío Juan Guillermo Moore (1836-1880), quienes murieron valerosamente junto al último piquete, junto el remanente de los valientes peruanos que rodeaban heroicamente la bandera de su país hasta que el último soldado cesó de existir, cumpliendo así con la promesa de Bolognesi: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"

A las 7 de la mañana del 7 de Junio de 1880 y en medio de un albedrío general, la bandera tricolor chilena era entonces izada gallardamente en el mástil de la cumbre del Morro, que ahora estaba teñida de sangre y atiborrada de cadáveres. Este lábaro nunca más se volvió a arrear del mástil del Morro de Arica y hoy... "

Repentinamente alguien me sacó de mis cavilaciones... no sé quién sería. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no supe quién me habló. Ya no oigo a mi tatarabuelo. No importa, mañana lo escucharé otra vez, porque a pesar de lo que dicen por ahí, yo sé que no es el viento...

Pero en fin, no hablemos más del asunto, solo prométanme que si visitan el Morro de Arica alguna vez, le entregarán a éste un solemne saludo con reverencia y devoción que le envía este fugaz viajero que vive inextricablemente fusionado en una cultura lejana y diferente, pero que guarda los dulces e intrépidos recuerdos de una historia marcial que a pesar de ser lejana, se guarece amparada en una romántica y escueta parte de mi vida mortal y perecedera, y conlleva una gran parte de mi vida práctica emocional.

El Loco

(1) Mejillones es una ciudad portuaria y una comuna chilena en la provincia de Antofagasta. Se sitúa en el lado norteño de la península de Mejillones que está a 60 kilómetros al norte de Antofagasta. Al oeste, en las partes norteñas de la península, está Punta de Angamos, sitio del combate naval del mismo nombre, durante la guerra del Pacífico.

(2) Aníbal Pinto Garmendia (15 de Marzo de 1825 - 9 de Junio de 1884) fué el noveno Presidente de Chile que sirvió entre los años 1876 y 1881.

(3) José Manuel Emiliano Balmaceda Fernández (19 de Julio de 1840 – 18 de Septiembre de 1891) fué el décimo- primer Presidente de Chile que sirvió entre los años 1886 y 1891. Balmaceda era parte de la aristocracia Castilla-Vasca en Chile.

(4) Las momias de Chinchorro son restos momificados de individuos de la cultura Sudamericana de Chinchorro. Son los más antiguos ejemplos de restos humanos momificados, fechados miles de años antes que las momias egipcias. La datación de radiocarbono revela que la momia más vieja descubierta de Chinchorro fué la de un niño en un sitio cercano al Valle de Camarones, cerca de 60 millas de sur de Arica; con una antigüedad de más de 5,050 Antes del Flaco INRI.

(5) ATABALIPA, o ATAHUALPA, fué el Inca que regía el Perú en los días de la invasión Española a las Américas. Atabalipa era el hijo de Huayna Capac. Las leyes Incas requerían que las esposas principales de los incas fueran parientes de sangre, y que ningún niño de otro parentesco podía ser legítimo. La madre de Atahualpa había sido la princesa de Quito; sin embargo, a petición de su padre Huáscar, el heredero al trono, consintió dividir el reino con Atahualpa bajo la única condición de que Atahualpa debería rendirle homenaje solo a él (a Huáscar), y no hacer conquistas más allá de sus propios dominios. Esta conducta liberal e infame de Huáscar fué retribuída graciosamente por Atahualpa, quién reunió secretamente a un numeroso ejército, y atacó a Huáscar quien estaba asentado en el Cuzco, tomándolo prisionero, y subsecuentemente exterminó a todos sus seguidores, y mató a toda la familia de Huáscar usando las torturas más atroces. Jodíos los indiecitos, ¿no?

(6) El guano es la acumulación masiva de excrementos de aves marinas en el litoral (en algunos lugares los excrementos son de murciélago). En otras palabras, en la Guerra del Pacífico se pelearon por pura mierda.

(7) La Chupilca del Diablo es una mezcla de pólvora negra con aguardiente de uvas. Esta poción infernal era preparada e ingerida por los soldados chilenos durante la guerra del Pacífico. Cuando consumida por un soldado, éste se lanzaba frenético a la batalla atacando ferozmente a sus enemigos con una energía energúmena y sin temor a la muerte o remordimiento. Cuando los enemigos de los chilenos querían atacar sabiendo lo de la chupilca, decían: "Si hay muchos chilenos, nos arrancamos; si hay pocos chilenos, nos escondemos; y si no hay ninguno, ¡fuego con ellos carajo!"

(8) El monitor Manco Cápac, fué un navío costero de guerra que perteneció a la marina de guerra del Perú, y que intervino en operaciones bélicas durante la Guerra del Pacífico. El monitor fué construído en un astillero de Cincinnati, Ohio, por las compañías Alexander Swift & Co. y Niles Works. Fué comisionado el 21 de Mayo de 1864 por la marina de guerra norteamericana bajo el nombre de USS Oneota. Poco después del término de la guerra civil Americana (Junio 10, 1865), el Oneota fue dado de baja y vendido de vuelta a Alexander Swift & Co. el 13 de Abril de 1864. El monitor fué posteriormente vendido por Alexander Swift & Co. ilegalmente a la marina de Guerra del Perú, junto con su gemelo el monitor Atahualpa (originalmente bautizado Catawba). Fué hundido por su propia tripulación peruana en el puerto de Arica el 7 de Junio de 1880 para impedir que cayera en manos de los chilenos.
El mismo Loco