domingo, 22 de agosto de 2010

Poesia al Profesor ...de Alberto Kriz

les informo que Alberto Kriz le escribió a Luis Vergara, y copio el correo:

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Estimado Compañero:

Muy grato fue compartir contigo el último fin de semana en Arica-Tacna. Aprovecho de agradecerte todas las gentilezas que tuviste para con nosotros.

Estuve mirando fotos de nuestros cursos en el colegio, Kinder, 2º, 3º Básicos, 1º EM y otras. Al observar los rostros saltan a mi memoria nombres y apellidos; Santelices, Plaza, Manriquez, Sergio Contreras, Hector Villena, Francisco Fernández, Aldo Nally, Antonio Haddad, Achondo, De La Barra, Vallejos, Cristi, Collarte, Rocca, etc, etc. Imposible recordarlos a todos, la memoria no es mi fuerte. En todo caso aprovecho, a través de tí, de enviar saludos a todos los ex-IAE-1972 en la web.

Adjunto poesía corregida.

Abrazos fraternos,

Alberto Kriz
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Un abrazo a todos y esperamos sus noticias

Copio Poesia v2.0

AL PROFESOR


Rey de los Unos y de los Otros
príncipe de fuegos pedagógicos
gestor de prístinos valores humanitarios que de tu persona heredamos
quiero decirte que apenas cabe en mi corazón la alegría de volver a verte,
mas aún en compañía de esta secuaz cofradía de compañeros,
piratas que hicimos de tu vida en el aula una verdadera proeza de paciencia
y cual salidos de una cueva de bandidos robábamos lo mejor de tu sapiencia,
nosotros, asesinos de la ortografía, la gramática y los números,
cada día que envejecemos, mas te valoramos.


Hoy me pregunto:
qué sería de nosotros sin tu labor generosa ?
que seríamos si no fuere por tu dedicación a sol y sombra
y por la nobleza que de tu interior brota en manantiales
y por tu ejemplo de perseverancia y transparencia …
qué seríamos sin tu aliento constante ?


Dime tú Señor Profesor
enséñame nuevamente el camino
hazme clases una vez mas
sucede que tengo un dulce recuerdo de tus enseñanzas
y ahora que me acerco a tu edad
ya no quiero pasar de curso
quiero ser siempre tu alumno.


Dime tú Señor Profesor,
díctame de nuevo la historia de los hombres
revélame otra vez la magia de la geografía universal
muéstrame la alquimia del medioevo,
háblame de Teotihuacan y de aquella cultura maya ancestral.


Pero por sobre todas las cosas
dime tú Señor Profesor,
dime tú Chuncho Mayor
después de todo eso
cómo cresta podría olvidarte ?

jueves, 5 de agosto de 2010

El Morro de Arica

El Morro de Arica

Arica es una ciudad que comparte una romántica y escueta parte de mi vida mortal y perecedera, y conlleva una gran parte de mi vida práctica emocional. Nunca tuve amores en Arica porque se supone que esos amores se tengan en Mejillones(1), pero el amor emocional hacia Arica se revela de su brava y valiente historia durante la Guerra del Pacífico donde uno de mis tatarabuelos fué administrador y Presidente: El Ilustrísimo Colegiado Don Domingo Santa María, orgullo de la familia y guerrero inmortal chileno, quien gobernó la patria y administró la Guerra del Pacífico desde el 18 de Septiembre de 1881 hasta el 18 de Septiembre de 1886.

Durante su administración el dispuso de la Guerra del Pacífico hasta su término en 1883. Se las arregló para capturar Lima y forzar al Perú a firmar el tratado de Ancón en Octubre de 1883, poniendo así término a la guerra. Mi tatarabuelo fué precedido por Aníbal Pinto(2) y sucedido por José Manuel Balmaceda(3).

Búsquedas arqueológicas han arrojado evidencia de que la región de Arica estaba habitada por diferentes grupos nativos por lo menos desde hace unos 10.000 años. Parte de la evidencia se encuentra en el cementerio de Chinchorro(4) localizado en una playa de Arica. Esta guerrera ciudad fué fundada por el Capitán Español Don Lucas Martínez de Begazo en 1541, quién llegó inicialmente a estos periféricos territorios del gran imperio Inca con Don Francisco Pizarro. El Rey de España nombró a Don Lucas Martínez de Begazo Encomendador de las Tierras de Arequipa y Arica.

El ilustre fundador de Arica, Don Lucas Martínez Begazo nació en Trujillo, España en el año de 1510, pero no se sabe a ciencia cierta la fecha exacta de su nacimiento, y murió en la ciudad de Lima, Perú el 29 de abril de 1567. Fué hijo de Francisco Martínez Begazo y de Francisca de Valencia. Don Francisco Martínez Begazo fué un honorable conquistador español en el recientemente descubierto Nuevo Mundo.

Don Lucas llegó a Panamá en el año 1529 de su Majestad El Rey de España, y allí se acopló a la tercera expedición que preparaba Don Francisco Pizarro, quién en ese entonces levantaba velas para dirigirse hacia la costa del Perú, en una clara y soleada mañana acariciada por una serena y salina brisa marina, el 27 de Diciembre de 1530.

Después de su fundación como la Villa de San Marcos de Arica, la localidad creció en tamaño e importancia estratégica para España, y en 1570 se le nombró "La Muy Ilustre y Real Ciudad San Marcos de Arica". Hoy simplemente: Arica.

Como de costumbre, todos nuestros conquistadores antepasados provenientes del Viejo Continente traían títulos de "Guzmanes", un rótulo de alta y añeja nobleza rebosante de pedigrí; y unos nombres más largos que la constipación de harina tostada. Por ejemplo tenemos al Conde de la Conquista Don Álvaro Núñez Cabeza de Vaca y de Zurita Jerez de la Frontera. ¡Qué lo parió! Si yo hubiese sido uno de aquellos Guzmanes de la nobleza de la época, mi nombre hubiese sido: El Muy Ilustre Don Rodrigo Antonio Silvestre Guajardo Izquierdo de Santa María y Escobedo y al que me Robe el Lápiz que le salga Joroba Morisca. ¡Olé, coño!

Lo curioso es que muchos de estos nobles caballeros se comportaban como unos vulgares bandidos. Don Lucas Martínez Begazo y los soldados de Pizarro desembarcaron en Túmbez, en la costa norte peruana y marcharon hasta San Antonio de Cajamarca al interior de Perú buscando el oro del Imperio. Después de un corto trueque de información con los Incas usando emisarios por ambas partes, se concertó un encuentro entre Pizarro y Atahualpa.

El 16 de noviembre de 1532 capturaron a mansalva al crédulo Inca Atahualpa y le sacaron la cresta. El 26 de Julio de 1533 decidieron ejecutar a Atahualpa y nuestro querido Lucas Martínez dejó testimonio escrito de este suceso: ... "al tiempo que dieron garrote e mataron al dicho Atabalipa(5), dijo que encomendaba sus hijos al gobernador don Francisco Pizarro, e apercibiéndole don fray Vicente de Valverde…" y el resto realmente no le interesa a nadie.

Después de que mataron a Atahualpa, Lucas y los soldados de Pizarro apretaron cachete hacia el Cuzco; y una vez allí, asaltaron, se tomaron la ciudad, y la saquearon de todos los tesoros incaicos.

Pero la dulce y valiente ciudad de Arica que es una de las ciudades más secas del planeta, no tiene ninguna culpa de estos cruentos sucesos ni de aquellos hechos ignominiosos. Arica es una hermosa y limpia ciudad con aproximadamente unos 200.000 audaces habitantes (sin contar las momias), a sólo 18 inestables kilómetros del Perú, y descansa serenamente en los invitantes alrededores del Valle de Azapa, donde crecen las más prodigiosas y formidables aceitunas del planeta.

Arica tiene una piedrita muy famosa. Normalmente se le conoce como El Morro de Arica. Esta colosal y geológica roca se ubica frente a ese mar que tranquilo te baña, y posee 139 sangrientos, heroicos, y escarpados metros de altura pavimentados de vidas patrióticas y gentiles, y tapizado de gritos de combate y arenga. Si te sientas en las ahora calladas y silenciosas trincheras que rodean las escabrosas laderas del Morro y escuchas con atención; todavía podrás oír los sones y los gritos de guerra de nuestros antepasados.

Algunos dicen que es el viento, pero yo sé que son las voces de nuestros héroes porque puedo escuchar claramente sus conversaciones bélicas y los ruidos pesados y furtivos de los decididos soldados de bombachas coloradas y guerreras azules, las cuales se veían gallardas y hermosas bajo el implacable sol del desierto del norte, brillando brutalmente sobre las polvorientas casacas de botones dorados y cubiertas del violento carmesí color de la sangre chilena.

Más allá del horizonte del desierto dibujado por la quieta y silenciosa camanchaca, allá escondidos detrás del seco mutismo de Atacama puedo oír los decididos y sordos pasos de la soldadesca del Séptimo de Línea que enarbolando sus Gloriosos y Viejos Estandartes sembrados de cicatrices de gloria y haciendo redoblar sus rugientes tambores de combate, entonan sus ahogadas canciones de guerra mientras avanzan con coraje y sin mirar atrás a enfrentar resueltamente la muerte de largos brazos y postreros alientos.

Mirando en lontananza desde las quietas trincheras, entre la roja polvareda me parece ver un sudoroso quepís galopando orgulloso a la cabeza del batallón de los Jinetes del Infierno. Oigo sus diáfanos clarines de batalla golpeando esos bravíos corazones, y puedo oír aquellos tiros de carabina que a pesar de haber sido descargados hace más de 100 años, sus ecos aún resuenan en nuestros corazones; y también puedo escuchar calladamente los sigilosos y tristes lamentos de aquellos cófrades que fueron despedazados a bayonetazos en encarnizadas y malditas batallas. Yo los puedo oír... pero algunos dicen que es el viento...

El Morro de Arica se observa claramente y sin obstrucciones desde casi cualquier punto de la ciudad. Al pié de este lugar hay una plaza que exhibe algunos de los acérrimos armamentos que tronaron bajo la sombra y protección de sus belicosas banderas, y al son del valeroso retintín de los osados e inmortales Baluartes que esgrimían con honor el 3° y el 4° de Línea.

También hay un Museo Histórico y de Armas el que guarda celosamente las inolvidables evidencias y reminiscencias de la Guerra del Pacífico. El Morro de Arica se declaró Monumento Nacional y Sitio Histórico en 1971.

El Morro y la Guerra del Pacífico

Nuestra Guerra del Pacífico fué un triste pero heroico y necesario conflicto armado que estalló en 1879 y que duró hasta 1883. En este belicoso conflicto se enfrentaron la gloriosa República de Chile en contra las repúblicas del Perú y de Bolivia. También a este conflicto se le conoce como la Guerra del Guano(6) y Salitre.

El 07 de Junio de 1880 señala el día del asalto y toma del Morro de Arica, y también establece el día del Arma de Infantería del Ejército de Chile.

Luego de la asonada victoria de las armas chilenas en la batalla de Tacna el 26 de Mayo de 1880, se estableció que el siguiente objetivo trascendental sería la conquista de Arica, defendida férreamente por el Ejército del Perú. Cinco bien aperadas fortificaciones defendían la ciudad, y una numerosa Guarnición defendía el estratégico Morro de Arica. La ciudad de Arica, y especialmente su Morro se consideraban barbacanas impenetrables con defensas mortíferas e inconquistables; pero los garbosos muchachos del 2º de Línea (Regimiento Maipo) y del 3º de Línea (Regimiento Yungay) tomaron a sangre y fuego los fortines de la ciudad, dejando como último objetivo, el inextricable fuerte del Morro de Arica.

Quedaba entonces, la aparentemente imposible conquista del Morro, que con sus 139 y tantos metros de altura y vértigo, que con una escabrosa e inaccesible caída vertical por el Oeste y el Sur, y que con su maciza e impenetrable meseta en la cumbre de 200 metros por lado, casi un perfecto cuadrado fácil de defender e imposible de derrotar; presentaba una colosal dificultad, y amenazaba invencibilidad y muerte.

Después de que las fuerzas chilenas eliminaron la amenaza de los Fuertes de la planicie, los efectivos del 3º y del 4º de Línea empuñaron sus armas y sus ansiosos corvos con sus manos hechas de arena, sol y silencio, y se lanzaron impertérritamente, pero con sus corazones henchidos de patriotismo y valentía a la imposible conquista del Morro entre trémulas balas y largos tragos de Chupilca del Diablo(7). El fragor de la batalla retumbaba por doquier, y la valentía desplegada por los soldados fué tal, que nuestros leales guerreros hicieron palidecer en comparación a los 300 Espartanos de las Termópilas. La invencible fortaleza del Morro sucumbió en 55 eternos y sangrientos, pero gloriosos minutos. El contingente peruano fué derrotado honrosamente, y cuando estaba escribiendo esta epístola, alguien me preguntó por los soldados bolivianos... Lamentablemente no sé quién carajo son los bolivianos...

La bandera Chilena ha flameado ahí desde entonces porque la Fuerza necesita de la Razón, y la Razón necesita de la Fuerza. Y basados en este episodio inmortal de la entorpecida historia humana, todas las naciones civilizadas del mundo pueden deleitarse y enorgullecerse por las épicas y eternamente coetáneas victorias militares de esta resuelta, audaz y patriótica República de Chile, porque sin duda alguna éstos son los triunfos fundamentales y filosóficos de las causas y raíces del Derecho, de la Libertad y de la Justicia.

Los marinos de buques extranjeros que se encontraban anclados en el puerto observando la titánica batalla se quedaron pasmados y atónitos con este portentoso despliegue the valentía y determinación. Éstos necios marineros extranjeros habían hecho gruesas apuestas sobre la duración del asalto que oscilaban entre cinco días, y tres semanas.

Hoy en día el Regimiento Rancagua con asiento en Arica, el que fué el 4º de Línea durante la Guerra del Pacífico, es uno de los pocos Regimientos en el mundo que pueden estar a la mira del escenario de sus más heroicas hazañas desde el patio de sus propios cuarteles.

Por eso es que el Morro me pincha el alma, me araña el corazón, me estruja el espíritu, y me desgarra una silenciosa y húmeda lágrima que rueda rauda y expedita por las secas murallas de mi espiritualidad guerrera, despierta con desasosiego mis desnudas memorias literarias, y me muestra una imagen fantasmal y seductora del Morro, otrora cubierto de sangre y arena.

Crónicas de mi tatarabuelo

Me puedo imaginar a mi tatarabuelo Don Domingo Santa María González vestido en su sempiterno traje oscuro, sentado cómodamente en una amplia silla de mimbre en la florida y colorida veranda de su casa patronal hecha de adobes, osadía e historia; ubicada en las faldas de la entonces todavía colonial ciudad de Santiago de Chile, bajo la suave sombra de algunos robles viejos y de un solitario sauce llorón que baña sus sedientas raíces en las cristalinas y presurosas aguas de una ronroneante vertiente que cruza la propiedad descuidadamente.

Quizá sustentaba un vaso de dulce limonada con sabor a conquista, o tal vez era un tazón de té frío proveniente de Ceilán en una mano, y en la otra mano, probablemente sostenía un abanico; una reliquia de algún recóndito lugar de España que todavía huele a vestigio, traído por alguna dama de su ascendencia familiar; y mientras rodeado por sus nietos y familia, narraba acompasadamente algunas de las heroicas e inolvidables crónicas de la Guerra del Pacífico, interrumpido a veces por la fresca brisa cordillerana, y por los afectuosos cuidados brindados por su cariñosa esposa Doña Emilia Márquez de la Plata Guzmán, hija de Fernando Márquez de la Plata y Calvo de Encalada, y María del Carmen Guzmán y Fontecilla.

A sus pies estaba echado el adormilado perro de la familia que miraba lánguidamente una parra de doradas uvas que crecía desordenada y libre en el extremo poniente de la veranda. El perro de mi tata creo que se llamaba: Cancerbero Spiro Guillome Balearic de La Iberia de Valladolid y Guau (alias - El Quiltro).

Ocasionalmente cuando el acaso me lleva cerca del océano y observo sus espumosas orillas, siento una tibia y seductora nostalgia dentro del pecho, y me parece oír claramente los portentosos relatos de mi noble tatarabuelo que susurran así:

"... y tras la resonante y augüriosa victoria en el Campo de la Alianza, las huestes chilenas al mando de mis amigos el Coronel Santiago "Manco" Amengual (1815-1898) y el Segundo Comandante Adolfo Holley (1833-1914), quienes enfilaron decididamente dirigiendo sus curtidas tropas hacia la alta ciudad de Tacna en el Perú, y a su arribo, la conquistaron y la ocuparon sin dilación".

Después de beber un largo y refrescante sorbo de su cubilete, continuaba:

"Todavía nos quedaba el problema de Arica. Aquí necesitábamos propinarle un golpe letal a la Milicia del Perú que ocupaba nuestra tierra. Así que el General Manuel Baquedano - El Gran Vencedor, Jamás Vencido (1823-1897), decretó de inmediato la salida del contingente de reserva al mando del Coronel Pedro Lagos (1832-1884), para que marchara hacia el puerto del Morro.

El majestuoso Morro esperaba silencioso y emboscado, custodiado por el monitor "Manco Cápac"(8) y la columna Constitución, ambas bajo el mando del Capitán de Fragata José Sánchez Logomarcino. Hacia el norte de la localidad se erguían tres alcázares peruanos poderosamente armados: el fuerte "San José", el fuerte "Santa Rosa" y el fuerte "2 de Mayo" que se encontraba a un tiro de piedra del hospital de la Cruz Roja; y en la cima del Morro, se encontraba el fuerte "El Morro". El resto del terreno adyacente a la ciudad de Arica, estaba nutridamente minado".

Después de acomodarse un poco en la crujiente silla y mientras Doña Emilia Márquez de la Plata Guzmán le rellenaba de líquido el cubilete que ahora descansaba en una mesita contigua, mi tata continuaba:

"Después de una larga noche donde los hombres fueron ordenados expresamente de esconder todos y cualquier objeto que produjera reflejo, se dedicaron a forrar cantimploras, yataganes y cuchillos, y a cubrir con barro los dorados botones de sus guerreras. Lo más doloroso para estos valientes fué que les prohibieron fumar. Parte de la noche, los soldados chilenos la usaron para afilar sus corvos y sus bayonetas, y también contaron detenidamente una vez más los escasos cartuchos con que contaban para el asalto. A tempranas horas de la quieta y fría madrugada del 7 de Junio de 1880, los chilenos avanzaron sigilosamente pisando la densa neblina hacia el peñón, ordenadamente y al acompasado ritmo de sus henchidos corazones.

Los regimientos 3º y 4º de Línea marcharon tras sus pabellones de guerra ascendiendo al Morro, seguidos de cerca y en silencio por el regimiento 1º de Línea, "El Buín", y todos ellos, entre el ruido de la artillería y las arengas de combate, se abrieron paso sangrientamente hacia la cima avanzando a punta y filo de corvo y bayoneta porque los escasos 150 tiros de que disponía cada soldado, solo les aguantarían media hora de batalla".

Aquí el tata hace una pomposa pausa y mira atentamente a quienes le estaban escuchando. Vió caras serias y ojos despabilados; y su cubilete estaba siempre lleno a pesar de que sorbía su contenido constantemente. Satisfecho de la cerrada atención que le prestaba su audiencia, continuó, pero ahora sudando un poco con la excitación:

"Las fogueadas falanges chilenas disponían con un total de 5.379 hombres reales con varoniles talantes, -aunque esta cifra ha sido siempre abultada groseramente y adornada con fuegos artificiales por los historiadores peruanos, con lo cual intentan acentuar y exagerar la superioridad numérica de Chile-.

Lo que no cuentan estos archiveros y ensayistas de obscuros angostillos es que las única fuerza efectiva que pudo atacar el Morro fué la Infantería, ya que para la caballería y la artillería no era factible el ascenso al Morro. A la postre, menos de 4 mil cansados hombres encontraron numerosos e irrecusables detrimentos estratégicos al cargar en contra de tan empinada ladera, y a plena vista del enemigo que se parapetaba en un reducto completamente fortificado.

Cerca de las 6 horas de esa belicosa madrugada, cuando la neblina comenzaba a levantarse apresuradamente precipitada por la húmeda y salada brisa de la costa y por las polainas en fugaz movimiento, los asustados centinelas del Morro detectaron con terror y atónitos ojos a los feroces chilenos subiendo con la prisa y la prestancia que les brindaba la Chupilca del Diablo. Los poderosos cañones peruanos comenzaron a vomitar fuego desesperadamente y sin demora en contra la avalancha humana que se les venía encima precipitadamente y sin piedad. Esta era la "Carga del Infierno" a la que los peruanos tanto temían.

El avezado 3º de Línea se arrojó furibundamente en contra la primera línea de defensa, mostrando sus blancos dientes dibujados con una mueca de muerte detrás de sus afiladas bayonetas, y en medio de un festival de enconados cañonazos y una nutrida lluvia de plomo enemigo. Sus incisivos corvos esperaban inquietamente colgados de los cintos de cuero negro y curtido, en espera de su oportunidad. Aterrorizados, los peruanos cobardemente detonaron los almacenes de dinamita -estas prácticas conocidas como "polvorazos" eran consideradas cobardes y alevosas en aquellos días- , haciendo volar el fuerte y despedazando soldados chilenos y peruanos por igual.

Mientras tanto el veterano 4º de Línea ya había desbaratado y derrotado las defensas del fuerte "Del Este", y durante su embestida de avance dejó el suelo tapizado de sanguinolentos y despedazados cadáveres desparramados sobre un barro hecho de sangre y escoria. La brutal ofensiva no le dejó otra opción a los peruanos que apretar raja a todo chancho hacia el fortín de la cima del Morro, mientras que los pálidos soldados peruanos que estaban en la cima, se sujetaban el culo a dos manos.

Embriagados de euforia y chupilca, los soldados chilenos cruzaron temerariamente y sin miedo los campos minados, y hasta se olvidaron de esperar los refuerzos de El Buín que les pisaba los talones, y se abalanzaron salvajemente y sin misericordia en pos de los espantados peruanos persiguiéndolos hasta la misma cumbre del glorioso peñón. En este momento la batalla estaba más enredada que una olla de espagueti sin mantequilla, los soldados peruanos corrían en total desconcierto como gallinas castellanas sin cabeza, y los chilenos repartían corvasos gratis a diestra y siniestra con la mas colérica improvisación".

Después de una solemne y aparatosa pausa, el tata continuó con voz grave y con flema antes de que la noche comenzara a cubrir la fresca veranda:

"El Comandante Juan José San Martín de quién no sé su fecha de nacimiento, pero ahora conozco la de su heroica muerte, iba al frente de los furiosos chilenos poniéndole el pecho a las balas, y sucumbió como un titán atravesado mortalmente por los necios tiros de los fusiles de sus enemigos; pero su valeroso piquete siguió su imparable trayectoria hasta abatir el último combatiente del último fuerte en medio de un apocalíptico desconcierto de estrago y muerte. Airadas voces sonaban entre el fragor de la batalla diciendo -"¡Conchetumadre!", "¡Muere maricón!", "¡Indio 'e mierda!", piropos que eran correspondidos cariñosamente por lo peruanos.

Allí, también se desplomó alcanzado por los proyectiles chilenos el Coronel Alfonso Ugarte Vernal (1847-1880), y escasos minutos después, el valiente Comandante en Jefe de la Artillería peruana Don Francisco Bolognesi Cervantes (1816-1880) junto a su leal comandante, el Capitán de Navío Juan Guillermo Moore (1836-1880), quienes murieron valerosamente junto al último piquete, junto el remanente de los valientes peruanos que rodeaban heroicamente la bandera de su país hasta que el último soldado cesó de existir, cumpliendo así con la promesa de Bolognesi: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho"

A las 7 de la mañana del 7 de Junio de 1880 y en medio de un albedrío general, la bandera tricolor chilena era entonces izada gallardamente en el mástil de la cumbre del Morro, que ahora estaba teñida de sangre y atiborrada de cadáveres. Este lábaro nunca más se volvió a arrear del mástil del Morro de Arica y hoy... "

Repentinamente alguien me sacó de mis cavilaciones... no sé quién sería. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no supe quién me habló. Ya no oigo a mi tatarabuelo. No importa, mañana lo escucharé otra vez, porque a pesar de lo que dicen por ahí, yo sé que no es el viento...

Pero en fin, no hablemos más del asunto, solo prométanme que si visitan el Morro de Arica alguna vez, le entregarán a éste un solemne saludo con reverencia y devoción que le envía este fugaz viajero que vive inextricablemente fusionado en una cultura lejana y diferente, pero que guarda los dulces e intrépidos recuerdos de una historia marcial que a pesar de ser lejana, se guarece amparada en una romántica y escueta parte de mi vida mortal y perecedera, y conlleva una gran parte de mi vida práctica emocional.

El Loco

(1) Mejillones es una ciudad portuaria y una comuna chilena en la provincia de Antofagasta. Se sitúa en el lado norteño de la península de Mejillones que está a 60 kilómetros al norte de Antofagasta. Al oeste, en las partes norteñas de la península, está Punta de Angamos, sitio del combate naval del mismo nombre, durante la guerra del Pacífico.

(2) Aníbal Pinto Garmendia (15 de Marzo de 1825 - 9 de Junio de 1884) fué el noveno Presidente de Chile que sirvió entre los años 1876 y 1881.

(3) José Manuel Emiliano Balmaceda Fernández (19 de Julio de 1840 – 18 de Septiembre de 1891) fué el décimo- primer Presidente de Chile que sirvió entre los años 1886 y 1891. Balmaceda era parte de la aristocracia Castilla-Vasca en Chile.

(4) Las momias de Chinchorro son restos momificados de individuos de la cultura Sudamericana de Chinchorro. Son los más antiguos ejemplos de restos humanos momificados, fechados miles de años antes que las momias egipcias. La datación de radiocarbono revela que la momia más vieja descubierta de Chinchorro fué la de un niño en un sitio cercano al Valle de Camarones, cerca de 60 millas de sur de Arica; con una antigüedad de más de 5,050 Antes del Flaco INRI.

(5) ATABALIPA, o ATAHUALPA, fué el Inca que regía el Perú en los días de la invasión Española a las Américas. Atabalipa era el hijo de Huayna Capac. Las leyes Incas requerían que las esposas principales de los incas fueran parientes de sangre, y que ningún niño de otro parentesco podía ser legítimo. La madre de Atahualpa había sido la princesa de Quito; sin embargo, a petición de su padre Huáscar, el heredero al trono, consintió dividir el reino con Atahualpa bajo la única condición de que Atahualpa debería rendirle homenaje solo a él (a Huáscar), y no hacer conquistas más allá de sus propios dominios. Esta conducta liberal e infame de Huáscar fué retribuída graciosamente por Atahualpa, quién reunió secretamente a un numeroso ejército, y atacó a Huáscar quien estaba asentado en el Cuzco, tomándolo prisionero, y subsecuentemente exterminó a todos sus seguidores, y mató a toda la familia de Huáscar usando las torturas más atroces. Jodíos los indiecitos, ¿no?

(6) El guano es la acumulación masiva de excrementos de aves marinas en el litoral (en algunos lugares los excrementos son de murciélago). En otras palabras, en la Guerra del Pacífico se pelearon por pura mierda.

(7) La Chupilca del Diablo es una mezcla de pólvora negra con aguardiente de uvas. Esta poción infernal era preparada e ingerida por los soldados chilenos durante la guerra del Pacífico. Cuando consumida por un soldado, éste se lanzaba frenético a la batalla atacando ferozmente a sus enemigos con una energía energúmena y sin temor a la muerte o remordimiento. Cuando los enemigos de los chilenos querían atacar sabiendo lo de la chupilca, decían: "Si hay muchos chilenos, nos arrancamos; si hay pocos chilenos, nos escondemos; y si no hay ninguno, ¡fuego con ellos carajo!"

(8) El monitor Manco Cápac, fué un navío costero de guerra que perteneció a la marina de guerra del Perú, y que intervino en operaciones bélicas durante la Guerra del Pacífico. El monitor fué construído en un astillero de Cincinnati, Ohio, por las compañías Alexander Swift & Co. y Niles Works. Fué comisionado el 21 de Mayo de 1864 por la marina de guerra norteamericana bajo el nombre de USS Oneota. Poco después del término de la guerra civil Americana (Junio 10, 1865), el Oneota fue dado de baja y vendido de vuelta a Alexander Swift & Co. el 13 de Abril de 1864. El monitor fué posteriormente vendido por Alexander Swift & Co. ilegalmente a la marina de Guerra del Perú, junto con su gemelo el monitor Atahualpa (originalmente bautizado Catawba). Fué hundido por su propia tripulación peruana en el puerto de Arica el 7 de Junio de 1880 para impedir que cayera en manos de los chilenos.
El mismo Loco

martes, 13 de julio de 2010

Visita a Concepcion

Estimados amigos:




Ayer lunes 12 de julio, debi visitar la ciudad de los Angeles (Chile)....debido a la cercania, me dirigi a la ciudad de Concepcion, que despues de dos horas de viaje..pude llegar...un muy bonito dia , despejado pero muy frio....




alli me encontre con Robert Greig P, en donde le hice entrega de nuestro tazón distintivo del centro y el anuario de nuestros egresados 1933 - 2009.


Estaba muy contento y pudimos recordar a nuestros compañeros incluso a quienes se nos adelantaron....al mismo tiempo, me pude reunir con otro exalumno del IAE pero de otra promocion (1970)....con ellos estamos tratando de construir un Centro de Exalumnos de aquellos egresados de algun colegio marista y que residan en Concepcion y sus alrededores.

En la foto, Victorio Ibañez (1970) sentado, Robert Greig (1972) y Pedro Rojas (1972)


De esta forma, estos dos exalumnos que no sabian de la existencia mutua, se encontraron e intercambiaron conocimientos y vivencias....muy bonito el encuentro....


adjunto foto




un abrazo a todos


viernes, 9 de julio de 2010

Celebración del Día Nacional del Exalumno Marista

CELEBRACION DEL DIA NACIONAL DEL EXALUMNO MARISTA

Tal como se habia acordado en la reunion de la Federacion Nacional de Exalumnos Maristas celebrada en Quillota el 25/04/10, el dia domingo 06 de junio recien pasado se celebró en el Instituto Alonso de Ercilla el DIA NACIONAL DEL EXALUMNO MARISTA.

Esta celebración se hizo bajo el alero de la Pascua de San Marcelino, donde pudimos contar con la presencia del provincial Hno Antonio Peralta, del Vice Provincial Hno. Mariano Varona, del Rector Hno Jesus Triguero, del Asesor Nacional Hno Hernán Cabrera y de los miembros de la familia marista de nuestro colegio.
El padre Jorge, quien celebraba la misa, dijo unas palabras hacia los exalumnos. En esta misa asistieron exalumnos de las promociones 1957, 1960, 1972, 1977, 1983, 1985 y 2000.




















¿Llama o Fuego Fatuo?

Desde que el primer "Homo Hominis" (humano) golpeó un trozo de pedernal en contra de una piedra, el fuego ha proporcionado luz, calor, protección y sustento para la imposible raza humana. No fué fácil descubrir el fuego. Tomó mucho tiempo, esfuerzo, imaginación, curiosidad, y también una generosa dosis de suerte, pero más que eso, tomó perseverancia y un gran espíritu de descubrimiento. La verdadera llama que el ser humano descubrió no fué la llama física del fuego, sino una llama mucho más importante y simbólica que ha distinguido al "Hominid Erigere" (Homo Erectus) desde su incepción -aunque a la parte de "erectus" no todos han logrado llegar intelectualmente aún-, y que ésta creatura lleva intrínsecamente dentro de su salvaje naturaleza.

Desde entonces, la llama ha tomado una connotación multidisciplinaria tan extensa y disímil en sus asertos que cubre desde la vasta imaginación espiritual, pasando detalladamente por el filosófico abanico de lo físico a lo metafísico, y traspasando las inconscientes fronteras infinitas de lo divino y de lo demoníaco, todo en la misma bolsa. Este símbolo extraordinario está mezclado en casi cada aspecto de nuestras vidas, lo necesitamos para expresar nuestros pensamientos y sentires, lo necesitamos para subsistir emocional y espiritualmente, y es un usado artilugio para mantener nuestra "pasión" vibrante y actualizada.

Y así, la llama significa muchas cosas para muchas gentes y en muchas acepciones diferentes y con valores diversos, pero en mi indigente y desautorizada opinión, la llama más importante de todas es la que cada uno de nosotros lleva adentro, y es acerca de la cual quiero visitar y conversar contigo en este día. No hago esto porque yo crea que los hombres estultos y los hombres salvajes siempre dan o necesitan explicaciones; sino porque pienso que los hombres inteligentes investigan. Recuerden que vuestras opiniones son siempre mas válidas e importantes que las mías.

Cuesta una enormidad mantener viva una llama como la del talante y dimensión de la espiritual. No me refiero como "espiritual" a ninguna manifestación fanática y ciega de lo religioso, o a la ignorante y obstruída perspectiva de lo oculto, o a la falta de sentido común e inteligencia de lo desalumbradamente supersticioso. Cada uno define su "espiritualidad" como le parezca (creo que en Chileno se dice :"como se le pare el hoyo") ya que no hay ninguna manera de hacer cumplir o imponerle a la raza los preceptos y las reglas de lo civilizado y de lo inteligente. En este aspecto, la libertad es absoluta desde los inmanentes pensamientos hasta el libertinaje autoimpuesto.

La "llama espiritual" a la que me refiero es a esa capacidad vuestra de lucha y perseverancia alimentada constantemente por nuestra fuerza de voluntad, si la tenemos. Invariablemente, esto nos hace lo que somos, lo que pensamos, y nos lleva a donde llegamos. Yo sé que algunos de los escatologistas(1) que viven dentro de nuestro radio de vida se reirán de esto, y sus críticas baratas, ignorantes y gratuitas inundarán los guturales y enormes espacios vacíos de sus bocas. Después de todo, el escatologismo es un vicio adquirido con impericia y es ejercitado con jactancia a voluntad como lo hacen los abogados, curas, y políticos.

(1) Escatologista
Un escatolojista es aquel individuo que se dedica el estudio de la mierda. Estos caracteres poseen una obsesión innata e inigualable hacia el excremento y la materia fecal. Su lenguaje y literatura se ocupa principalmente de las materias excrementicias o excretorias en una manera naturalmente lasciva que va en complemento directo con sus capacidades mentales. Es como tener celulitis mental, pero cimentada en una abundante deyección de heces. Todos conocemos a alguno. La raíz etimológica de la palabrita viene del Griego "skato", una forma combinada de "skor" - caca. En última instancia viene de la raíz indoeuropea "sker" (excremento) que es también la fuente de la basura y de la escoria (¡no puedo evitar el pensar instintivamente en abogados, curas y políticos!). No puedo evitar que se me vengan a la mente los negros nombres de unos cuantos de éstos gallos... Etimológicamente, la escatología es la parte de la religión y de la teología que trata acerca del fin del mundo. Curioso, ¿no?

La diferencia entre ustedes y un escatologista, es que ustedes son la llama, y el escatolojista es el fuego fatuo (Ignis fatuus). Entre las creencias profundamente enraizadas de las culturas rurales europeas originales -y todavía contemporáneas, especialmente en las culturas populares gaélicas y eslavas, se cree que los fuegos fatuos son espíritus malignos de muertos u otras bestias sobrenaturales que procuran extraviar a los viajeros de su camino. Yo pienso que los fuegos fatuos (personas) son simplemente un peo hediondo del alma.

Si necesitan un poco de inspiración para avivar esa llamita vuestra, lean otra vez el poema "Don't Quit" (No Te Rindas) de ese gran autor anónimo. Por si no lo conocen, aquí les entrego una humilde traducción de este poema. Disculpen la mala calidad de la traducción, pero es que por acá tambien andan los escatologistas de la lengua jodiendo y criticando. Los escatologistas son mis enemigos, pero no puedo odiar a mis enemigos porque después de todo los creé yo mismo. La traducción de este poema al Castellano no rima para nada, pero es el contenido lo que cuenta.

No te Rindas

Cuando salgan mal las cosas, como a veces saldrán,
cuando el camino que sigues penosamente parece cuesta arriba,
cuando los fondos son bajos y las deudas son altas,
y quieres sonreír, pero tienes que suspirar,
cuando las cosas te estén agobiando un poco,
¡Descansa si tienes que hacerlo, pero no te rindas!

La vida es extraña con sus contorsiones y vueltas,
como cada uno de nosotros aprende a alguna vez,
a muchos una simple falla los derrota,
cuando pudieron haber ganado si hubiesen perseverado;
no te rindas aunque el paso parezca lento;
puede ser que triunfes con otro hálito.

La meta es a menudo más cercana
de lo que le parece a un hombre débil y vacilante,
a menudo éste se rinde antes de haber capturado la victoria,
y aprende demasiado tarde,
lo cerca que él estaba de la corona de oro.

El éxito es lo opuesto de la derrota,
es el tinte plateado de las nubes de la duda;
y nunca puedes decir cuán cerca estás de tu meta,
pero puede ser que estés cerca cuando parece lejos;
entonces apégate a la lucha cuando ésta te golpee más duro;
cuando las cosas parecen peor, es cuando no debes rendirte.
------- Anónimo

Yo tengo un poster de este poema en mi pieza y otro en mi oficina. Cada día lo veo, lo leo, y lo pienso. Todo aquel que entra en mi oficina también lo ve y a veces, lo lee. Algunos me preguntan acerca de él, y algunos otros lo adoptan. Uso este poema como fuente de inagotable inspiración y sustento para mi primitivo y atolondrado espíritu, y como refuerzo y energía para la caza de aquellos de mis sueños que aún se encuentran inconclusos y rondando por ahí; porque a la postre y sin esta llama, ¿qué sueño que no sea salvaje y alocado podrá nunca tornarse en realidad?

Hay otro poema que también me provee con las enormes cantidades del combustible que mi voraz alma necesita para nutrir apuradamente el virulento e insaciable apetito mi despiadada imaginación, las cuales alimentan rudimentaria pero efectivamente esa montaraz llama interna del espíritu ingobernable pero disciplinado de mi vida, llama a la que alimento concienzudamente para que crezca día a día con emancipación, paz y alegría. Este poema también cuelga de los vacíos clavos de mis murallas espirituales, y está estrangulado eternamente en las ranuras de mis abundantes pensamientos.

Si (If)

Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en tí mismo cuando los demás dudan de tí,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruírlas con las herramientas desgastadas...

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "!Continuad!".

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.
------- Rudyard Kipling

Yo cuido y alimento esta temblante flamita que llevo adentro y es por eso que también trato de cooperar con la "llama Marista" que algunos de nuestros compañeros luchan por mantener viva a través de múltiples actividades -como nuestro blog- sacando energía y recursos de sus propias "llamas internas" y de sus férreas voluntades hechas de la sempiterna, resistente, y cruda arcilla Marista. Tengo una profunda admiración, un establecido respeto, y una subliminal pero sana envidia por aquellos estupendos Maristas que comparten sus flamas sin egoísmo.

Pero de la llama más importante de todas las que existen en el universo y de la que aún no he hecho mención aquí, es la tuya; y más crucial aún, lo que harás con ella, Ercillano. Mantén esa frágil llama de tu vida y persevera incansablemente para convertirla en un siniestro infernal. Digo frágil llama porque no importa cuánto o cuán seguido la alimentes, cuánto o cuán persistentemente la fortifiques, o cuánto o cuán atentamente la defiendas, ésta siempre estará a la corta distancia de un breve y súbito soplo de extinguirse, pero como el Fénix, ella podrá encenderse otra vez para seguir quemando febrilmente el colosal pabilo de tu espíritu.

Por supuesto que no tienes que seguir mi consejo, pero quiero que sepas que esta porfiada actitud mía me ha ayudado a vivir más intensamente, me ha dado una vida de mejor calidad, me ha hecho infinitamente más feliz, ha reducido mis frustraciones grandemente; ha generado un tremendo poder "secreto" que me inviste con brío y con un atrevimiento inaudito para conquistar las diarias afrentas de la vida, y me ayuda a seguir persiguiendo terca y pertinazmente aquellas escurridizas metas que aún no he podido lograr, pero que palidecen en franco contraste con las que he logrado capturar.

Esa llama de antaño con la que naciste un día, era una pequeña, una frágil deflagracioncita del humilde fuego que está destinado a convertirse para tí en un incendio fuera de control, pero es menester de que le brindes el cuidado necesario y apropiado. Es menester de que la cuides y la protejas para que te sirva de aliento y soporte en los anárquicos y tristes días que puedan todavía estar rezagados y mezclados en la implacable tinta que escribe y relata tu vida con la inextricable pluma de tu existencia. Es menester de que pienses en esto porque estoy seguro de que tienes sueños cubiertos de polvo el algún rincón abandonado de tu alma esperando ser despertados y activados. Estoy seguro de que aún hay sueños inconclusos tuyos rondando y acechando tu mente en busca de la oportunidad de ser concluídos exitosamente. Estoy seguro de que has estado pensando en ese furtivo sueño que te acosa casi a diario y te dispara fogonazos de anhelo, y sé que desearías tener los medios, la energía, o quizá la voluntad de cazarlo de una vez por todas...

También sé que "la edad" nos tiene un poco amolados y posiblemente sin las energías necesarias para dar una lucha jabonada con saltos de delfín como lo hizo Antoñito El Camborio en el Romancero Gitano de Federico García Lorca, y tal vez tengas un cutis amasado con aceituna y jazmín, pero tú no tendrás cuatro puñales que te hagan sucumbir. Creo firmemente y con raíces inamovibles de que "la edad" es un concepto paranoico que nos hace envejecer prematuramente, que envenena lentamente pero en forma segura y metódica nuestras cansadas entelequias, y aunque nos deshilache, nos gaste la carne y nos muela los huesos, sigue siendo un concepto que solo es válido en las mentes dolientes y moribundas; y porque el carácter y el nervio nace de lo recóndito de nuestro espíritu, es que tienes que levantarte rabiosamente y comenzar otra vez a perseguir con resolución mortal aquellos sueños esquivos que se burlan constantemente de tu espíritu y que te mean la cara con cinismo; hazlo aunque sea lo último que hagas antes de que aquellas viejas Voces de Muerte cesen de sonar cerca del Guadalquivir.

Pero antes de actuar mi querido Ercillano, tienes que decidir si lo que envuelve tu libre espíritu es una llama, o es simplemente un fuego fatuo. Quizá esto ya lo hayas decidido hace eones, pero si no lo has hecho todavía, aún estás a tiempo -no solo de decidirlo, sino también de desarrollar y convertir esa llama en el incendio que tu vida necesite, y liberar ese tremendo y explosivo capital humano que encierra bajo presión tu espíritu (quizá) dormido. Esto lo sé muy bien porque soy un curtido y resuelto humanitario cultivador de grandes y Dantescos infiernos que se especializa en acechar, asaltar y capturar cerrilmente sueños imposibles persiguiéndolos con ferocidad homérica y sin piedad alguna más allá de las infinitas y blancas fronteras de la mente; y que me entretengo con placer insaciable sacudiendo brutal e indiscriminadamente los frágiles y perezosamente apaciguados cimientos de las almas de las personas que amo y aprecio, porque he sido "El Gran Matador" de los malos sueños y la inercia maldita, y también porque he dejado contentos a todos mis intransigentes clientes, especialmente a mi cliente estrella: mi abrupta, pertinaz, e insolente existencia.

¿Llama, Fuego Fatuo, o Escatolojista? Tú decides.

El Loco