lunes, 2 de septiembre de 2013

Griegos que Exhortan

A nadie le cabe duda de que los pretéritos e iluminados Griegos han tenido una formidable y definitiva influencia en casi todas las sociedades; especialmente en las sociedades occidentales.  Diversas y numerosas Ciencias y Géneros Literarios fueron originados, creados, cimentados y establecidos por los Griegos; y muchos de sus variados escritos y redactados han sobrevivido al Hombre y al tiempo, más o menos íntegros.  En este escuálido escrito les narraré algunas esencias de cada uno de estos escritores griegos antiguos, los que considero como a los más influyentes en la historia; por lo menos, para mi historia.  Por supuesto de que hay muchos más Griegos supercalifragilisticexpialidocious, pero éstos de los que hablo aquí son los que me gustan más a mí. 

No hay ninguna otra sociedad que haya producido este tipo de claros intelectos, y en estas cantidades internamente dentro de sus autocracias y dominios.  El denominador común de estos magníficos creadores intelectuales es la potente impresión y profunda huella que sus variados manifiestos, volúmenes y tratados ejercieron y siguen ejerciendo sólidamente en nuestras nutridas, y a veces obtusas; sociedades contemporáneas y en nuestras tan amamantadas culturas modernas, no obstante nuestros políticos con gonorrea mental.

Estos Griegos nombrados a continuación no están en ningún orden cronológico ni alineamiento predeterminado, simplemente los fuí colocando en el desfile a medida de que me acordaba de ellos.  Después de un rato, me aburrí de tratar de acordarme, así que decidí terminar el escrito cuando mi memoria se acordó de olvidarse.  Pero antes de entrar en materia, les ofrezco algunas palabras acerca de la filosofía Griega antigua para así poder comprender un poco mejor a estos vetustos ciudadanos de a continuación, los que nos dejaron tanto en su eterno y extraordinario legado.
  

La Filosofía Griega Antigua

La Filosofía (Griega) comenzó a germinar y a florecer en el siglo VI antes de la Era Común, y continuó desarrollándose prósperamente hasta el Período Helenístico (al que el narcisista Alejandro Magno llamaba "Período Alejandrino"), aquel difícil y sacudido período en que a Grecia se le "asimiló" al Imperio Romano.  Durante este período, los Filósofos y Escritores Griegos disertaron y expusieron sobre una pluralidad de cuestiones y premisas, las cuales incluyeron tesis sobre estética, ética, metafísica, ontología, lógica, biología, retórica y desgraciadamente, filosofía política y el adictivo estupefaciente de las masas maquinales: la religión.

En mi llana, respetuosa y disciplinada opinión debo conceder que la filosofía Griega antigua ha influído tremendamente en la definición y dictamen de las corrientes de pensamiento Occidentales.  Estos lúcidos y evidentes rasgos de influencia fueron adalides fundamentales derivados de los filósofos Helenísticos y de la Antigua Grecia, los que llevaron a fruición los movimientos como el Renacimiento, el que fué una ideología cultural que abarcó aproximadamente el período del siglo XIV al siglo XVII, comenzando en Italia hacia el término de La Edad Media, y después extendiéndose al resto de Europa; y a la Edad de la Iluminación, que fué un movimiento cultural intelectual entre los siglos XVII y XVIII, que comenzó en Europa y posteriormente se vertió hacia las Colonias Americanas.  

El propósito de este movimiento era el reformar la sociedad utilizando la razón y la lógica, desafiando las ideas basadas en la tradición, la fé, la magia y el conocimiento previo, y basándose en el Método Científico (Del griego: μετά (hacia, a lo largo) + οδός (camino); y del Latín: scientia (conocimiento, ciencia) = "Camino hacia el Conocimiento", o "Camino hacia la Ciencia").  Posiblemente usted ya sabía todo esto, pero es que cuando yo era chiquito comía mucha sopa de "Choroy" en la cordillera de Chile cuando pasaba unos fabulosos campamentos con mi Tío Lucho, y por eso es que repito tanto.  El "Choroy" era un loro gritón pero sabroso.

He aquí los susodichos Magnos Helenos:

Metrodorus de Stratonikeia

Metrodorus originalmente fué un discípulo y educando del Epicureísmo; un sistema filosófico que preserva la búsqueda de una vida benigna, virtuosa y feliz mediante el manejo y la práctica inteligente de placeres y dolores; la ataraxia (la disposición de ánimo propuesta por los epicúreos, estoicos y escépticos, siendo ésta la "ausencia de turbación"); y los vínculos de amistad entre sus correligionarios.  Más tarde, desertó de esta conocida escuela para convertirse en discípulo de Carnéades, un filósofo y orador a quien Metrodorus consideraba como un leal seguidor de Platón.   Cicerón califica a Metrodorus como un orador de gran ímpetu y versatilidad.  Metrodorus floreció alrededor del año 110 de la Era Común.  Me gusta Metrodorus porque tuvo la valentía y la osadía de romper los recios e inflexibles esquemas unidireccionales Helenísticos; de hecho, fué el único que tuvo la audacia y la temeridad de saltar de una escuela a otra.

Homero

Homero es mejor conocido por la caterva mundial en referencia a los dos -quizá más famosos- poemas y epopeyas épicas de la historia: La Ilíada, compuesta en Hexámetros dactílicos; y La Odisea, escrita en lo que llamamos "El Dialecto Homérico".  La Ilíada es reconocida como la obra retórica filológica más antigua de la literatura occidental.  Los Griegos asimilaron y absorbieron la influencia de Homero, y no se consideraban educados a menos que hubiesen leído y estudiado sus obras.  Todavía se polemiza que Homero no era una persona histórica real.  No se sabe absolutamente nada de él, de su vida, o de su historia; y varios escolásticos opinan que La Ilíada y La Odisea, son la combinación de obras de autores múltiples.  No importa quién escribió La Ilíada y La Odisea; el hecho es, que han influenciado en forma fundamental nuestra literatura.  Me gusta Homero porque a pesar de su fama, sigue manteniendo un incógnito arcano e incognoscible. 

Xenophilus de Chalcidice

Este hombre que vivió en la primera mitad del siglo IV de la Era Común fué un filósofo Pitagorista y un acabado músico.  Se especula que siendo un inseparable amigo y profesor de Aristoxenus de Tarentum, un filósofo Peripatético pupilo de Aristóteles; fué éste quien lo inició en la doctrina Pitagórica.  Se cree que él perteneció a la última generación Pitagórica, y el único que vivió en Atenas en el siglo IV de la Era Común.   Nos relata Diógenes Laërtius –un biografista de filósofos Griegos- que cuando alguien le preguntó a Xenophilus de cómo podría educarse mejor a un hijo, Xenophilus respondió, "haciéndolo ciudadano de un estado bien gobernado".  De acuerdo a Aristoxenus,  Xenophilus vivió hasta los 105 años, y según Plinio, Xenophilus de Chalcidice jamás se enfermó, ni siquiera una vez en toda su vida.  Me gusta Xenophilus de Chalcidice porque era más sano que un ajo.

Sófocles

Sófocles fué un impresionante y portentoso dramaturgo que escribió 123 obras teatrales mientras estuvo vivo.  Desafortunadamente sólo siete obras han sobrevivido intactas pero afortunadamente incluyen las obras Antígona, Edipo Rey, y Electra.  Sófocles perfeccionó y propagó el teatro añadiendo a terceros actores, redujo la jerarquía del coro, y además en un acto de originalidad, incorporó la escenografía.  ¡Sus obras eran el Tecnicolor y la Cinemascopía de la época!  Sófocles también derogó el formato característico de trilogía en las tragedias, e hizo de cada parte, una obra completa en sí misma.  Me gusta Sófocles porque con la extensa experiencia que tenía en tragedias y melodramas, hoy podría pasar perfectamente por un Cubano.

Tisias

Al igual y en conjunto con Korax de Syracuse, Tisias fué uno de los fundadores de la retórica Griega antigua o Sofisma (no confundir con la sofisma política). Tisias fué un pupilo del abogado Korax, quien acordó enseñarle el sucio trabajo de abogado bajo la condición de que Tisias pagaría por su escolaridad si ganaba su primer caso.  En caso contrario, si Tisias no ganaba su primer caso legal, no le pagaría un Dracma a Korax porque entonces la instrucción recibida probaría ser inútil.  Tisias desarrolló la retórica legal en el campo de la disputa filosófica.  También se dice que él fué maestro de Isócrates, uno de los diez oradores Áticos considerados los más grandes oradores y logógrafos de la Época Clásica.  Conocemos acerca de la labor de Tisias a través de referencias escritas de Platón, Aristóteles, y Cicerón.  Me gusta mucho Tisias porque se lo mandó guardar a Korax, el abogadillo.

Heródoto

Heródoto es considerado unánime y universalmente como el Padre de la Historia de la cultura occidental.  Consideraba la historia como una ciencia, y coleccionaba y revisaba su material comprobando su veracidad y precisión.  No era uno de esos giles ignorantes y luctuosos filosofunculistas historiadores y ecumenistas que escriben lo que les conviene, y no la realidad o la verdad.  Heródoto fué también un talentoso narrador que hacía lucir la historia como una gran aventura.  El origen de la palabra "historia" se desprende del libro de Heródoto llamado "Las Historias", lo que en Griego significa "consultas".  Este libro está considerado como el primer trabajo y la primera obra de sobre historia en la Literatura Occidental.  Me gusta Heródoto porque no era ningún pendejo ultracepidario. 

Pyrrho

Poco se sabe de Pyrrho, pero lo suficiente para que a mí me guste.  Sabemos que fué un filósofo Griego Antigüo Clásico, y se le acredita como el primer filósofo Escéptico que inspiró la creación de la Escuela Pirronista, fundada por Aenesidemus durante el siglo I de la Era Común.  Los Escépticos cuestionan la actitud frente al conocimiento, a los hechos y a las opiniones y falsas creencias declaradas como hechos, y ponen en duda los asentimientos que se aceptan sin lógica o verificación, tal como los preceptos religiosos.  Pyrrho nació en Eleia, un distrito Griego ubicado en el mar Jónico.  Diógenes Laërtius, y  Apolodoro de Atenas dicen que Pyrrho fué inicialmente un pintor, y que sus pinturas se exhibieron en el gimnasio de Eleia.  Más tarde se dedicó a la filosofía estudiando las obras de Demócrito; y según Diógenes Laërtius, Pyrrho se familiarizó con la Dialéctica Megara, una escuela de filosofía fundada por Euclides Megara, uno de los estudiantes de Sócrates.  Me gusta Pyrrho porque era un Escéptico y no un ciego mental.

Eurípides

Eurípides fué otro poeta Griego trágico con alma de Cubano.  Escribió alrededor de 95 obras trágicas; de las cuales solo 18 se han salvado completas, de las otras solo quedan fragmentos.  Sus obras más conocidas son Alcestis, Medea y Bacchus (Baco).  Sus obras fueron muy modernas para la época en las que retrataba sus personajes en una forma muy realista, presentaba mujeres fuertes y esclavos instruídos e inteligentes –cosa que era muy poco convencional.  Eurípides es el dramaturgo Griego que ha imbuído la mayor influencia en la Tragedia Europea.  Eurípides fué uno de los tres más grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles.  Me gusta Eurípides porque le gustaban tanto las mujeres como me gustan a mí.

Plutarca

Plutarca se llamaba Plutarca cuando era ciudadano Griego, pero cuando se convirtió en ciudadano Romano, su nombre cambió a Lucius Mestrius Plutarchus.  Plutarca fué un historiador Griego, biógrafo y ensayista; conocido principalmente por sus obras "Vidas Paralelas", que narraba las vidas de los nobles Griegos y Romanos; y "Moralia", una colección de 78 ensayos y discursos que nos dan una visión de la vida cotidiana de los ciudadanos Romanos y Griegos.  Se le considera "Middle Platonist", que es el nombre moderno que se le ha adjudicado a la etapa del desarrollo de la filosofía de Platón.  Nació en Chaeronea, en la región de Boeotia, Grecia; una pequeña ciudadela a unos veinte kilómetros al Este de la ciudad de Delphi, cuna del Oráculo de Delphi y cerquita del monte Parnasos.  Me gusta Plutarca porque solidarizo y comparto con él el horrible descuartizamiento de nuestros nombres cuando adquirimos una nueva nacionalidad.

Hipócrates

Hipócrates fué un consumado galeno y es considerado el padre de la medicina.  Su obra "The Hippocratic Corpus" es una magnífica y detallada colección de 70 compendios y epítomes sobre diferentes temas médicos.  Una gran parte de esta obra está compuesta por estudios de casos específicos.  Su trabajo más famoso es el "Hippocratic Oath", o "Juramento Hipocrático"; el que es un tratado sobre la ética doctoral.  Sobre estos principios, los médicos de hoy toman su juramento.  Otra gran contribución de Hipócrates fué un aporte directo a la medicina al ser el primero en describir en detalle una serie de enfermedades.  Se polemiza que Hipócrates no fué el único autor del Corpus Hipocrático, y que al menos parte de la obra fué una contribución complementaria de sus estudiantes y seguidores.  Me gusta Hipócrates porque no tiene nada de hipócrita.

Leucippus

Leucippus fué uno de los primeros Griegos que desarrolló la teoría del atomismo, una Filosofía Natural que establece la idea de que todo está compuesto enteramente de diversos elementos imperecederos e indivisibles llamados "átomos", la que fué elaborada en mayor detalle más tarde por su alumno y sucesor Demócrito, el que formuló la teoría atómica para el universo.  Según esta teoría atomista, si se toma un trozo de material y luego se corta en dos partes, y se repite la maniobra divisoria continua y sucesivamente; eventualmente se llegará una parte que no se puede cortar ya más.  Ésta sería la parte más pequeña a la que se puede llegar, y por ende; éste es el "átomo".  Un posible candidato que estuvo maquinando esta teoría del atomismo antes de Leucippus, fué el Fenicio Mochus de Sidón, durante la época de la Guerra de Troya en el siglo XII de la Era Común.  Me gusta Leucippus porque llega al meollo de las cosas.

Aristófanes

Aristófanes fué un prolífico y feraz dramaturgo que escribió una cachada grande de comedias.  Escribió 40 obras, de las cuales solo quedan 11 manuscritos completos y de las otras solo sobreviven algunos fragmentos.  Sus contemporáneos le tenían un terror negro a la pluma de Aristófanes porque con ella ridiculizó y expuso a famosos y destacados Atenienses.  Platón acusa a Aristófanes de que a causa de su obra "Las Nubes", al guatón Sócrates lo sometieron a juicio y ejecución.  No hay fé de erratas en esta afirmación.  Otras obras notables de Aristófanes fueron "Las Avispas" y "Lysistrata", que es una comedia cómica acerca de la misión de una mujer con el fin de terminar la Guerra del Peloponeso.  Aparte de su valor artístico para el teatro, sus obras también han servido como documentos históricos sobre la vida de los Atenienses. Me gusta Aristófanes porque como yo, no tiene pelos en la pluma (lengua).

Cleinias de Tarentum

Este señor era un Filósofo Pitagorista y un amigo de Platón.  Hay una historia que dice que Diógenes Laërtius le dió la autoridad a Aristoxenus, en el sentido de que Platón quería quemar todos los escritos de Demócrito que pudiese encontrar, pero esto fué impedido por Cleinias y Amyclus de Heraclea -quien con sus hermanos pereció en la masacre de Niobios según la mitología Griega.  Cuando Cleinias se encabronaba, calmaba su ira tocando el arpa; y la saga cuenta que cuando Prorus de Cyrene perdió toda su fortuna y todo lo que tenía a causa de una revolución política, Cleinias que no sabían nada de él salvo de que era un compañero Pitagórico, tomó el enorme riesgo de viajar a Cyrene para suministrarle a Prorus suficiente dinero para que cubriese todas las pérdidas de su derrota.  Me gusta Cleinias porque no era amarrete.

Platón

Platón fué un aplicado alumno de su maestro Sócrates.  Lo curioso de esta relación es que Sócrates nunca escribió nada de su cosecha, y su filosofía se conoce solamente a través de los escritos y las obras de Platón.  El pensamiento de Sócrates influenció grandemente a Platón, y la ejecución de Sócrates le afectó muchísimo de la que fué testigo cuando tenía 29 años de edad.  Hay 35 diálogos y 13 cartas que se le atribuyen a Platón, siendo sus obras más famosas "La República" y "El Simposio".  Platón es considerado como uno los padres de la Filosofía Occidental, y su "Teoría de las Formas" y sus ideas sobre el Estado ideal de la República todavía se discuten hoy en día.  Me gusta Platón porque no era flojo para escribir.

Adrastus de Aphrodisias

Adrastus fué un renombrado Filósofo Peripatético que vivió en el siglo II de la Era Común, y que quede claro que él no inventó los afrodisíacos.  Adrastus fué el autor de un Tratado sobre la ordenación y arreglo de las escrituras de Aristóteles y su sistema de filosofía, según nos cuenta Simplicius, uno de los últimos Neoplatonistas y discípulo de Ammonius Hermiae y Damascio, y también de Aquiles Tacio.  Adrastus fué un gran matemático competente cuyos Escritos Harmónicos se citan con frecuencia por Theon de Smyrna en las secciones sobrevivientes de su obra "Sobre Matemáticas Útiles para el Entendimiento de Platón".  En el siglo XVII, Gerrit Janszoon Vos (un teólogo y erudito clásico holandés) dijo que esta obra de Adrastus la sisaron los gazmoños malandrines del Vaticano, y actualmente se encuentra en la biblioteca del Vaticano.  Me gusta Adrastus porque le gustaban las cuentas claras.

Aristóteles

Aristóteles fué otro de los muchos alumnos de Platón, y el primero en criticarlo.  Solamente 47 de sus obras han sobrevivido la raza humana, la mayoría de las cuales son simplemente auxilios de lectura.  Aristóteles es el último de los grandes filósofos griegos (los otros dos son Sócrates y Platón por si no los he nombrado todavía) y también se le considera el primer auténtico biólogo.  Fundó la Lógica como ciencia, construyó los cimientos del método científico, y escribió sobre varios otros temas.  Aristóteles también fué el tutor de Alejandro Magno; y tuvo una influencia fundamental en Santo Tomás de Aquino y por eso sigue siendo una proyección en la educación católica y teológica.  ¡Joder!  Pero Aristóteles me gusta porque yo también critico ácidamente "La República" de Platón.

Demonax

Demonax  fue un Filósofo Griego Cínico, cuya Filosofía Cínica es que el propósito de la vida es vivir una vida de virtud, y de acuerdo con la naturaleza.  Cuando era bien chiquitito nació en Chipre, pero más tarde se trasladó a Atenas, donde su sabiduría y su gran habilidad en la resolución de conflictos y bretes le granjeó la admiración de los ciudadanos Atenienses.  El fué profesor de Lucian de Samosata, un Orador y Satírico que escribía en Griego, y que escribió la biografía de Demonax en alabanza a su maestro.  Cuando Demonax murió, recibió un funeral público magnífico.  Mi funeral será mucho más diferente al de Demonax, pero Demonax me gusta porque era un virtuoso medioambientalista.

Euclídes

Euclídes fué otro iluminado matemático y fué el padre de la geometría.   Se sabe muy poco de su vida, pero sabemos que él era un activo usuario y contribuyente de la Biblioteca de Alejandría.   Su obra principal se llama "Los Elementos", la que todavía se utiliza como libro de texto de matemáticas, y apenas es superado por el "Playboy" y "Condorito" en términos de copias vendidas.  El librito éste contiene un sistema de pruebas matemáticas que sigue siendo la base de las matemáticas hoy, y el librito con que Justo Margalet nos arruinaba injustamente y dictatorialmente las vacaciones.  Me gusta Euclídes porque me fascina la geometría.

Brotinus de Metapontum

Era un filósofo Pitagorista y un amigo personal y discípulo del mismo Pitágoras.  Alcmaeon de Croton, uno de los más eminentes filósofos naturales y teóricos médicos de la antigüedad; le dedicó sus trabajos a Brotinus, a León (el del teorema de Pitágoras) y a  Bathyllus (un bailarín/actor de Pantomimus en Roma y el comediante favorito de Gaius Cilnius Maecenas.)  Hay obscuros reportes que dicen que nadie estaba seguro si Brotinus
era el padre o el marido de Theano (Theano era una mujer).  Brotinus no era fleto.  Algunos poemas Órficos son atribuídos a Brotinus.  Uno es un poema llamado "Sobre la Naturaleza" (Physika), y otro poema llamado "La Bata y La Red", el que también se le atribuye Zopyrus de Heraclea, autor de tres poemas Órficos.  Todavía no me hago amigo de este gallo.

Arquímedes

Arquímedes fué un Matemático, Ingeniero, Inventor, Físico, Astrónomo y jugador de Emboque Griego. Es conocido por la invención del Tornillo de Arquímedes, un mecanismo para mover agua, el que está todavía en uso hoy en día y al que llamamos "bomba de agua".  También después de una opípara comida a la que le siguió una diligente siesta, calculó el valor exacto de π (pi).  Arquímedes descubrió cómo calcular el volumen de objetos irregulares sumergiéndolos en agua.  Según la leyenda, este sorpresivo descubrimiento lo hizo mientras tomaba un baño y que lo hizo salir corriendo calato a la calle (estaba tan emocionado que se le olvidó vestirse) y gritó "¡Eureka!".  Me gusta Arquímedes porque muy a menudo le usurpo la palabrita.

Comentario

Aparte de las lisuras que he expresado como razón del por qué me gustan estos filósofos; quiero agregar de que por supuesto está además la profundidad, transcendencia, relevancia, e ideología libre de sus magnos trabajos.  Lo que pretendo con este escrito es aumentar su conocimiento otro poquito acerca de los padres del pensamiento sin ponerme muy serio.

Un Filósofo sin Tiempo

Y aunque no era Griego ni para comer, el filósofo más acertado, atinado y descifrado de la historia fué el iluminado natural nacido en Argentina (nadie es perfecto) Enrique Santos Discépolo, quien escribió una obra apocalípticamente acertada de título "Cambalache".  He aquí su importante tratado.

"Que el mundo fué y será una porquería, ya lo sé,
en el quinientos seis y en el dos mil también;
que siempre ha habido chorros, Maquiavelos y estafáos,
contentos y amargaos, valores y doblez.
Pero que el siglo veinte es un despliegue
de maldá insolente ya no hay quien lo niegue,
vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, pretencioso, estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor,
lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao...
Si uno vive en la impostura
y otro afana en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.

¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavinsky van Don Bosco y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia junto a un calefón.

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril,
el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
¡Dale nomás, dale que va,
que allá en el horno nos vamo a encontrar!
¡No pienses más, hacete a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao!
Si es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de las minas,
que el que mata que el que cura
o está fuera de la ley."

Si este compendio de Enrique Santos Discépolo hubiese sido escrito en Grecia en el siglo VI antes de la Era Común, y aunque hubiese sido escrito en Lunfardo; hubiese sido tan válido como lo es hoy. 

¡Chau ciruja!

jueves, 1 de agosto de 2013

El Burro

Esta historia incontrastable es para los que se sienten un poco decaídos, menoscabados, o quizá un poco deprimidos.  Este epigrama no le resolverá nada de su situación actual, pero le dará una perspectiva inconmensurable y además, una alternativa diferente al escenario en que está viviendo de momento.

Usted ya se habrá dado cuenta de que en este mundo siempre hay un prójimo más desdichado que nosotros, más pobre que nosotros, más solo y aislado que nosotros, más tonto que nosotros, más chico que nosotros, más guatón que nosotros, más grande que nosotros, más flaco que nosotros, más inteligente que nosotros, más necio y más desesperado que nosotros.  ¡Ah!, y más feo y más pelado que nosotros también.

La cosa es ponerse uno mismo en una seria perspectiva con respecto al mundo que nos rodea, por más injusto o vacío que éste parezca.  Acuérdese que la libertad y la justicia son una fantasía, sólo el vivir de sueños es lo verdadero.  Si usted no es capaz de hacer esto con el poder innato que le brinda su calidad de ser humano, o cree o piensa por un segundo que usted no tiene sobrada calidad humana para levantarse de cualquier caída;  pues entonces usted está convirtiendo una situación en algo mucho más serio de lo que parece.  No se quede sentado esperando por milagros porque no existen.  Si se cae tres veces, ¡levántese cuatro!, y si quiere caminar, ¡no se siente! 

Por más disminuído que usted se considere o se conciba en algún momento de su vida, sepa que usted tiene un valor innato.  Acuérdese de que usted fué el único sobreviviente que logró llegar a la meta final en la carrera más difícil, más mortífera, más dura, más combativa, más injusta y más larga de su vida; una carrera tan definitiva que decidiría el resto de sus existencia.  Está cabrón, ¿ah? 

Usted fué el único sobreviviente de más de 2,500,000,000 (dos mil quinientos millones por lo menos) de inquietos y nerviosos espermios que compitieron con usted en esa carrera vital por alcanzar el indiviso óvulo de su madre, y como nadie lo conocía a usted, todos estos giles estaban tratando de joderlo desde que comenzó la carrera, y estoy seguro que usted no estaba en la primera fila cuando comenzó la espantada.

Y aunque no le hubiese gustado, usted compitió porque no había mañana para los perdedores, y movió su colita y empujó con su cabecita, y no dió codazos porque no tenía codos todavía, pero estoy seguro de que se tiró peos, estornudó, transpiró, escupió, maldijo, le hizo zancadillas a los otros espermios, etc., y hasta recibió un "pollo en el ojo"(1); en otras palabras, asumió su responsabilidad de espermio e hizo lo que era menester hacer.

(1) Esta poco intuitiva expresión popular jerigonzal es una especie de fandango lingüístico-gramatical chileno.  Aunque la frase es gramaticalmente correcta, su significado académico escapa a la comprensión colectiva del lenguaje Castellano, y si usted no es chileno; necesita traducción.  Esta expresión de la lengua Castellana significa básicamente que usted ha recibido inesperadamente y en contra de su voluntad, la asquerosa esputación a alta velocidad de un tangible material  inanimado mucoso-pringoso, y de abiertas características viscoso- secretorias (ejemplo: moco, gargajo, mucosidad, secreción, flema, vela, loro, y pollo entre otras) sobre uno de sus desprevenidos ojos.  ¿Qué cosas, no?

Quizá nadie nunca sepa cuántas contingencias pasó en esta vital carrera, qué tremendo esfuerzo usted invirtió en este capital camino, y ni cuántas veces estuvo a punto de rendirse...  pero no se rindió, ni se detuvo a quejarse, y ni tampoco se arrinconó a llorar solo triste y abandonado en una olvidada arruga del útero.  Lo que hizo fué confrontar las circunstancias, ¡y luchó!  Solo gracias a su victoria basada nada más que en su propio e inalienable esfuerzo, es la única razón para que usted esté aquí y ahora leyendo las palabras de este loco, el que un día también ganó esta carrera en otra Olimpíada Uterina fenomenal.  Eso tiene un valor enorme, ¿no lo cree usted?  Pues entonces estampe una sonrisa en sus labios ¡y levántese!, porque aunque usted no lo crea, hay muchos ahí afuera que han depositado su confianza y sus esperanzas en usted...

Para empezar, el único problema que por ahora aún no tiene solución, es la muerte; pero ésta es una solución en sí misma.  ¿Qué cosas, no?  Lo paradójico de la muerte es que cuando usted se muera se le resolverán automáticamente todos sus problemas, pero si usted se suicida (no es que se vaya para Suiza), perderá totalmente su calidad humana, que es el tesoro más grande y más valioso al que un ser vivo puede optar.  Y es irrecuperable.

¿Y la perspectiva?

De vuelta a la perspectiva.  Esto pasó en Chisdasvinto, a unos kilómetros de Enevadita, y al sur de Pordócimo, en el límite norte con Cracopia, en el paupérrimo país de la goma. Chisdasvinto era una aldea de las más pobrísimas que han existido en la historia de la Humanidad, tan pobre así, que sus pobladores no podían beber agua porque ni siquiera tenían sed.  Todo en el pueblo era paupérrimo: las casas estaban casi derruídas por completo, las calles tenían más hoyos que la teoría de la relatividad, los animales eran transparentes y no tenían sombra, y los pobres niñitos del pueblo estaban tan flacos que después de que comían garbanzos, parecían un rosario ambulante, y de lo pobretones que eran, y el río que cruzaba el pueblo ¡tenía solamente una orilla!  La situación era definitivamente peor que la suya.

Un día temprano en la mañana, Hermenegildo (que era tan pobre que no tenía sombra) se levantó temprano como lo hacía cada mañana, y se fué en busca de su porfiado burro Hércules para comenzar la faena matutina de arar la mísera faja de tierra en la que plantaba algunos vegetales para el sustento de su familia.  La tierra era tan seca que cuando cosechaba las uvas, éstas ya eran pasas, y las alcachofas apenas daban una hoja.  Cuando se acercó a la gastada estaca clavada en el suelo la que servía de hangar, corral, meadero de perros y habitación para Hércules; éste no se encontraba allí.  Hermenegildo se alarmó grandemente porque Hércules nunca se alejaba de su cómodo alberge. 

Rápidamente y en una forma un poco frenética,  Hermenegildo se puso a buscar a su burro por todos los lugares que conocía y que le fué posible.  Nada.  El burro no estaba por ninguna parte.  Abatido, triste y un poco consternado por el extraño desaparecimiento de Hércules, Hermenegildo corrió desesperadamente de vuelta a casa a preguntarle a Elisenda Emeditación, su mujer de muchos años; a ver si sabía algo del paradero de Hércules.  Para su descorazonamiento, Elisenda Emeditación no tenía la más peregrina idea del paradero de Hércules, pero tanteó:

Elisenda Emeditación:  ¿Le diste agua a Hércules anoche? 

Hermenegildo:  ¿Agua?  - Vaciló un instante - ¡Se me olvidó!

Elisenda Emeditación:  ¡Qué jodienda contigo Hermenegildo!  ¡Ésta es la tercera vez que lo haces!  ¡Anda tú a saber por dónde anda el jodío burro tratando de beber!

Hermenegildo salió apresuradamente a la carrera (en Chilensis Sordidus Coa Linguam: "apretando cachete") y en silencio en busca del burro otra vez, y sin contestarle una sola palabra a su mujer porque él bien sabía que Elisenda Emeditación, a pesar de ser una cariñosa esposa, tenía un genio de los mil tres demonios.  Hermenegildo se dirigió expeditamente y corriendo más rápido que un Chasqui(2) en esteroides a preguntarle a su vecino que tenía su rancho ubicado unas dos leguas al sur de la alquería de él, y cuando llegó al lugar; encontró a Domiciano ordeñando alegremente una vaca overa.

(2) Los Chasquis eran  ágiles corredores de largas distancias en conjunto o en postas con un físico altamente capacitado para esta función, los que llevaban y entregaban mensajes, manjares reales como pescado y otros objetos de valor a través y a lo largo y ancho del Imperio Inca, principalmente al servicio del Sapa Inca.  Los Chasquis eran despachados a lo largo de miles de kilómetros, aprovechando el vasto sistema Inca de carreteras y puentes colgantes diseminados en los Andes de Perú y Ecuador.  En la costa de lo que hoy es Perú su ruta funcionó desde Nazca a Tumbes.  Las rutas Chasquis también se extendían hacia otras partes del Imperio en partes las que ahora son Colombia, Bolivia, Argentina y Chile.

Hermenegildo:  ¡Domiciano!  ¿Has visto a Hércules?

Domiciano:  ¡Coño de la Madre, Domiciano!  Pillé a Hércules montando a Bernardina esta mañana, y la sucia vaca ésta lo estaba disfrutando!  ¡Cuida a tu jodío jumento porque no quiero estar emparentado contigo, ¿oíste?! - refunfuñó Domiciano airado.

Hermenegildo:  Perdona Domiciano, te juro que no volverá a suceder.  ¿Sabes por dónde agarró Hércules?

Domiciano:  Lo ví arrancando p'al pozo seco.  A veces con la lluvia, el pozo coge algo de agua.

Hermenegildo salió disparado en dirección al pozo en busca de Hércules mientras que Bernardina lo observaba alejarse en tanto que rumiaba pienso con una enorme sonrisa y mientras que su cola se meneaba con una sospechosa velocidad.  Cuando Hermenegildo llegó a las cercanías del pozo, no vió a Hércules por ningún lado, así que comenzó a llamarlo en voz alta: "¡Héééérculeeees!,  ¡Héééérculeeees!, ¿¡dónde estáááááás!?  Después de unos instantes, escuchó un desabrido rebuzno que salía desde el fondo del pozo seco.  Se acercó presuroso al borde del pozo y miró hacia abajo.  Para su completo espanto, ahí se encontraba Hércules.  Estaba sentado en el fondo del pozo, y parecía no estar herido o magullado.

Le entró la helada desesperación a Hermenegildo porque el pozo era muy hondo y oscuro, y sería difícil rescatar a Hércules.  Mientras se rascaba los pocos pelos que aún se le aferraban al sebáceo cuero cabelludo, pensaba frenéticamente como iba a sacar al burro del pozo, pero con el nerviosismo, no se le ocurría nada práctico.  No podía bajar un lazo porque al comenzar a tirar el burro hacia arriba, éste se ahorcaría con su propio peso.  Nadie podía bajar a amarrar el burro porque de otra manera no habría forma de que él solo pudiese tirar al burro y al ayudante hacia la superficie, aunque hubiese conseguido más ayuda y correr la peligrosa eventualidad de tener entonces dos cautivos en el hoyo. 

Nadie tenía una grúa, un tractor o una polea, o ningún artefacto similar que pudiese servir para levantar tamaño peso.  Mientras esto pasaba, Hércules rebuznaba cada vez más alto, contribuyendo a la desesperación de Hermenegildo.  Con el ruido de los aullidos bestiales que pegaba Hércules, los pocos vecinos de la región se comenzaron a juntar alrededor del pozo atraídos por la infaltable curiosidad, y para ver cómo podrían ayudar a Hermenegildo con esta delicada situación.

Entonces, en un improvisado cónclave, Hermenegildo y sus vecinos se pusieron a discutir el asunto del burro:

Cloroaldo:  Oye Hermenegildo, ¿No es éste el burro viejo y flaco que tú tienes?

Hermenegildo:  Pues sí.

Andrónico:  La verdad es que está bien flaco.

Trigídia: ¡Pues claro!  - dijo la mujer de Andrónico.

Nicéforo:  Además de flaco y viejo, ya no sirve para nada…

Englatina:  Eso es cierto, eso es cierto - replicó la esposa de Nicéforo.

Domiciano:  ¡Pues p'a culiar vacas sí que sirve el mulo ése!

Sandalio:  ¿Cuánto pesa Hércules?

Hermenegildo:  Como unos 150 kilos…

Andrónico:  ¿¡150 kilos!?  ¡Putas si está flaco el jodío burro!

Trigídia: ¡Pues claro! 

Nicéforo:  Humm… debería pesar por lo menos unos 270 kilos para estar sano…

Englatina: Eso está bien.

Hermenegildo:  ¡Joder!  ¿¡Vamos a hablar de la salud del burro, o lo vamos a sacarle del hoyo!?

Trigídia: ¡Pues claro!

Domiciano:  Pero espera un momento, Hércules probablemente esté herido y te va a costar un ojo de la cara el veterinario.

Hermenegildo:  Además, si ya no va a poder trabajar en el campo, ni para charqui te va a servir.

Sandalio:  No hay forma de sacar a Hércules de este hoyo, deberíamos sacarlo de su miseria…  - entonces Hércules dejó escapar un rebuzne fenomenal que les puso los pelos de punta a todos.

Hermenegildo:  Quizá ustedes tengan razón… pero es como de la familia…

Englatina: Eso está bien.

Nicéforo:  ¡Mujer, a ver si te callas la boca!

Domiciano:  Creo que ya tienes suficiente familia con Elisenda Emeditación; ¿para qué coños quieres ese burro despilfarrado?

Trigídia:  ¡Pues claro!

Andrónico:  ¡Joder!  ¡Tú también Trigídia!  ¡Por dios cállate la boca!

Englatina:  Eso está bien.

Sandalio:  A ver ustedes mujeres, ¿por qué no se van a desplumar gallinas y le dejan estas cosas a los hombres?

Trigídia:  ¡Pues claro!

Englatina:  Eso está bien - y las dos se pusieron a caminar en dirección al gallinero que estaba a un tiro de piedra del pozo mientras Englatina preguntaba: ¿Está bien eso? - a lo que Trigídia respondió: - ¡Pues claro!

Nicéforo:  Mira Hermenegildo, si Hércules no se muere pronto, lo mataremos tratando de sacarlo.

Sandalio:  No hay forma de sacar a Hércules de este hoyo, deberíamos sacarlo de su miseria…  - entonces Hércules dejó escapar otro rebuzne más fenomenal que el anterior que les puso la carne de gallina a todos, especialmente a la conciencia de Hermenegildo.

Cloroaldo:  Aparte de eso, si se nos muere en la intentona, tendremos que enterrarlo, y eso es más trabajo.

Hermenegildo:  ¿Qué hacemos entonces?

Andrónico:  Sugiero que le dejemos caer una piedra grande en la cabeza a Hércules, y después lo enterramos en el mismo pozo.  Este pozo ha sido un peligro y tenemos que resolverlo.

Hermenegildo:  ¡Pero eso es cruel!

Sandalio:  ¡Más cruel es dejarlo sufrir en estas condiciones!  ¡Joder!  ¡Acabemos con el burro de una vez ya!  - a esta altura, Hércules apenas emitía rebuznos ya que estaba agotado de tanto rebuznar-.

Hermenegildo:  (profundo suspiro).

Finalmente, Hermenegildo decidió que el burro ya estaba muy viejo, estaba sufriendo, ya no servía para mucho y además, el hoyo del pozo seco necesitaba ser tapado de todas formas para evitar accidentes como éste en el futuro.  Y en un sanseacabó, Hermenegildo resolvió que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo, y que lo mejor sería enterrarlo y acabar con esta tragedia.

Apesadumbrado por esta decisión pero consciente de que esto era lo mejor, le pidió a todos sus vecinos que le ayudaran en tan nefasta tarea.  En silencio todos fueron a buscar sus palas, con la excepción de Cloroaldo, que se puso a buscar una piedra grande.  Unos minutos más tarde, Cloroaldo regresó al pozo donde ya los otros estaban esperando con palas, con una enorme piedra que apenas la podía sostener.

Hermenegildo:  No quiero tirar la piedra.  ¡Es como matar a un miembro de la familia!

Domiciano:  ¡Joder Hermenegildo!  ¡Ya te he dicho que ya tienes más que suficiente con Elisenda Emeditación!  ¡Acaba de joder!

Nicéforo:  Cloroaldo, dame esa piedra que yo la aviento.  - Seguidamente y con algo de dificultad, Cloroaldo le entregó la piedra a Nicéforo. 

Hermenegildo:  Apunta con cuidado Nicéforo para que no lo hagas sufrir.

Nicéforo:  No te preocupes que le daré en medio de la cabezota que éste tiene. - Y se asomó a la orilla del pozo para ver mejor.

Hércules que estaba mirando hacia arriba y escuchando lo que sucedía, se dió cuenta de lo que estaba pasando y comenzó a rebuznar desesperadamente, y los rebuznos ahora le salían con gallos. 

Hermenegildo:  ¡Apúrate Nicéforo que no puedo aguantar más esta tragedia!

Entonces Nicéforo sin más dilación cerró el ojo izquierdo para apuntarle a la cabeza del burro.  El problema era que Nicéforo era turnio y no se podía determinar si le estaba apuntando a Hércules, o a la luna.  Después de una neurasténica sesión de rápidos parpadeos y cambios de ojo, Nicéforo aparentemente pudo enfocar el ojo pivotante, y sin más prórroga arrojó la dura piedra al vacío.  Se hizo un profundo silencio que duró apenas un par de segundos, y de pronto se escuchó un ruido pesado y seco; como cuando uno deja caer un trozo de carne con violencia en un mesón de madera.  Se oyó un quejido que al principio fué fuerte, pero inmediatamente se disolvió en el silencio del fondo del pozo.  Acto seguido, todo se aquietó y no hubo ni un ruido que saliese del pozo…

Silenciosamente y sin hablar, todos los vecinos cogieron sus palas y empezaron a tirarle tierra al pozo en una forma maquinalmente resignada.  Ya se estaba haciendo de noche, y la visibilidad comenzó a perderse rápidamente, así que el piquete se apresuró aún más con las paladas de tierra.  Menos de media hora después ya estaba completamente obscuro, y apenas se reflejaban las siluetas de los aplicados vecinos que se encajaban contra el horizonte de la obscuridad del campo; típico de las noches Chisdasvintias.  De pronto, Cloroaldo dijo:

Cloroaldo:  Parece que ya acabamos con esto...

Hermenegildo:  ¿Por qué dices eso, Cloroaldo?

Andrónico:  Parece que se escucha la tierra que tiramos cayendo al fondo, que ya debe estar bastante elevado.

Trigídia: ¡Pues claro!  - dijo la mujer de Andrónico que había regresado con Englatina trayendo vino para los sedientos trabajadores-.

Nicéforo:  Sí, yo también puedo oír el ruido, pero no puedo ver nada con la obscuridad.

Englatina:  Eso es cierto, eso es cierto.

Domiciano:  ¡Ya llegaron las cotorras otra vez!

Sandalio:  ¿No te parece que el ruido es un poco extraño?

Hermenegildo:  Ahora que lo dices…

Andrónico:  Tienes razón, suena bastante raro, ¿no?

Trigídia: ¡Pues claro! 

Nicéforo:  Humm… deténganse.  Demos una mirada.  ¡Englatinaaaa!  - gritó - ¡trae una vela!

Englatina: Eso está bien.

Cuando todos se acercaron a la orilla del pozo bajo la temblorosa luz de la titilante candelilla, Hermenegildo y los otros se quedaron totalmente sorprendidos de lo que vieron... el ruido que oían, era producido por el mismo Hércules, que con cada palada de tierra que le caía en el lomo, se la sacudía y daba un paso encima de la tierra, acuñándola con sus pezuñas...   Y había estado haciendo esto con cada palada de tierra que los hombres arrojaban al negrísimo hoyo del pozo; de una negrura y lobreguez que emula el futuro político de nuestros pueblos.

Y en un instante, todo el mundo miró atónito y boquiabierto cómo Hércules de un ágil salto, alcanzó hasta la boca del pozo, pasó graciosamente por encima del borde, y salió trotando con la cabeza erguida levantando polvo de tierra con sus cascos pollinos, y con un tremendo chichón adornándole la frente.  Hércules inmediatamente se encaminó directamente al bebedero de los cerdos que estaba cerca, y bebió hasta que se hartó. 

Después de beber y de patear el suelo dos veces, se dirigió a ver a Bernardina que estaba con su hermana Santupalancia, que por cierto era una diosa de vaca con una ubre divina, y unas ancas que cualquier yegua se las envidiaría; y que podía abrir de par en par unos ojos adornados con unas cepilladas pestañas más ampliamente que cualquier vaca del Condado cuando estaba ejecutando "aquello".  Caballerosamente y con gran delicadeza, Hércules se las desayunó a ambas en perfecto orden y en medio de un festival de alegres quejidos y rumiadas de vaca.  Esto lo hacía porque Hércules era de Talagante(3).  Después se fué a su estaca, se acomodó encima de una gavilla de paja que descansaba al pie de la estaca, y se durmió placenteramente.

(3)  Talagante es una pequeña ciudad, capital de la comuna y de la provincia del mismo nombre (¿qué original, no?).  Esta localidad se encuentra en la región metropolitana de Santiago de Chile.  La palabra "Talagante" es una palabra derivada de la lengua Quechua (Talacanta), lo que significa literalmente "Lazo de Hechicero".  El título de Hechicero era el epígrafe propio del Curaca, o Gobernante de la tribu.  Los Quechuas habitaron y dominaron este vallecito central por encargo del Imperio Inca hasta la disruptiva llegada de los españoles.  Con respecto a lo del burro...  es otro cuento.

Domiciano:  ¡Jodío animal!  ¡P'a lo único que sirve la bestia ésta es p'a culiar vacas inocentes! ¡Que lo parió!

Hermenegildo se encogió de hombros sin decir nada, se dió media vuelta, y enfiló hacia su pago.

Y aquí acaba la historia de Hércules.  Lo que importa de la historia es sólo lo que podamos aprender y estrujar de ella.  Muchas veces la vida nos va a tirar tierra, lodo, piedras, y todo tipo de porquerías...  Nuestros conocidos hablarán de ayudarnos, pero quizá en realidad no les interese, y hasta puede que te empujen más hacia abajo en el hoyo, porque muchas veces, los seres humanos cuando no están un milímetro por sobre el simio, están un largo centímetro bajo el cerdo.  Esto te hará sentirte solo, abandonado, sin amigos, sin salida… 

El truco para salir del pozo es sacudirse la bazofia y la mierda que la vida te arroja, y usarla para dar un paso hacia arriba, aunque sea un pequeño paso a la vez.  Toma cada uno de los problemas y las situaciones difíciles de tu vida como un escalón hacia arriba, hacia la boca del pozo.  Si no te rindes y tratas, podrás salir de los pozos más profundos, y así construirás tu carácter.

Cuando uno evoluciona, también crea evolución a su alrededor.  Eres libre para tomar decisiones con coraje, desprendimiento y a veces; con una dosis de locura.  Aprender es envolverse en el mundo de lo desconocido.  No tengas miedo de esto, ni miedo de cambiar, atrévete a desafiarlo todo.  Insiste una y otra vez sin cansarte, recuerda que sin determinación se puede perder una batalla que ya parecía ganada.

Nunca te des por vencido, siempre empieza de nuevo y nunca te olvides de lo que quieres y de lo que eres.  No tengas miedo de equivocarte, de cometer errores y de saber que es necesario se humilde para aprender.  Ten paciencia para encontrar el momento adecuado para actuar.  El mundo está en las fuertes manos de aquellos que sueñan, de los que tratan, y de los que corren el riesgo de vivir sus sueños.  Recuerda que aquel que no se arriesga, no cruza el río, y que camarón que se duerme, se lo fornican los sapos.  Tu valor como ser humano no cambia bajo ninguna de las efímeras circunstancias que cruzan tu camino a diario.  El valor de Hércules el burro, siguió siendo el mismo mientras estaba en el pozo y cuando estaba fuera de él. 

Tú eres esto y mucho más, simplemente porque eres un ser humano, y además; tu valor no es solo el que te asignan los demás, pero es principalmente el valor que tú te asignas a tí mismo.  Lo más importante de esto, es que en esta incolora historia hay envuelto un  concepto que si no es el más brillante, es el agente más diligente y dinámico del éxito: la Perseverancia. 

La Perseverancia es una facultad que desarrollan los hombres que están conscientes del potencial de su poder interno; aquellos que por virtud de la convicción que tienen en sus propios méritos y capacidades, obtienen generalmente el logro de éxitos notables y de numerosas consecuciones fructíferas.  Perseverancia no es ni más ni menos que el triunfo de la fuerza de Voluntad sobre las falacias de sí misma.

Pocas personas nacen en una cuna de oro, empero; todos y sin excusa pueden aspirar a conquistar fortuna en sus vidas, esto a través de una secuencia continua de esfuerzos racionales y de un gran atrevimiento personal.  Aquí no hay espacio para flojedad, indecisiones, pereza, desmadejamiento, o excusadas debilidades; porque el poder de voluntad sin perseverancia ni método, no puede existir.  En esto tampoco hay zonzos milagros envueltos ni la fantasiosa y fachendosa intervención divina; esto es puramente una realidad humana alcanzable y palpable que se llama claramente: Perseverancia.  Hércules y los espermios, son tremendamente perseverantes.



El Loco

lunes, 1 de julio de 2013

Longitud


Es curioso como a veces la búsqueda de algo específico nos puede conducir con albúrico azar al insólito descubrimiento de otro objeto; muchas veces, impensado.  Éste es el caso de la Longitud.

Vivimos en una avanzada era de comunicaciones en que el conectarse con otro individuo –independientemente de la distancia a que se encuentre el uno del otro-  solo toma oprimir uno o dos botones de su aparato comunicador (al que antaño se le llamaba "teléfono"); y que para encontrar información no hace falta nada más que garabatear unas cuantas palabras en una placa electrónica portátil, o simplemente dictarle verbalmente las instrucciones al "confingunt exuperet automaton", y poder acceder así a un mundo de información que vive flotando allá arriba, en las etéreas nubes. 

O si queremos saber dónde estamos, ya sea de que estemos caminando o viajando en algún vehículo, solo basta apretar un menudo botoncito en nuestro "navegador", y ¡Eureka!, nos dice exactamente dónde estamos, con solo unos centímetros de error posicional, y en un par de cortos y consecutivos segundos.  Lo curioso es que este par de cortos y consecutivos segundos son una eternidad eternal eterna de perpetuidad pertinaz, porque el viaje de ida y retorno de la señal que le envía su aparatito a un satélite que está en una órbita asincrónica a unos 20.000 kilómetros de la Tierra, solo tarda alrededor de unos 600 milisegundos (0.6 segundos).

Esta maravilla sucede porque hoy tenemos una increíblemente enorme red de satélites en  órbita, tan avanzados tecnológica y ópticamente, que no solo pueden ubicar una hormiga en un decímetro cuadrado, pero que hasta pueden decirnos a qué velocidad camina, de qué color es, cuántas patas tiene, y cuál es la temperatura del suelo en que pisa.  ¡Y a mí que me cuesta tanto encontrar mis lentes!  ¿Qué cosas, no?

Esto no fué siempre así, claro está.  Durante el período de la historia del hombre en que comenzó a navegar las mojadas aguas de su planeta desde la simple balsa, pasando por los Fenicios y los barcos de vapor, hasta nuestros submarinos de la clase "Virginia" de propulsión nuclear; tenían que mantener la tierra siempre a la vista sin que desapareciera detrás del horizonte; de otra manera, estarían irremediablemente perdidos, y a merced de los míticos monstruos de los anchos, desconocidos y peligrosos océanos.

Cualquier embarcación de hoy tiene la capacidad portátil de determinar su ubicación exacta con respecto a la Longitud.  No solo las embarcaciones marítimas, pero cualquier vehículo que se mueve, incluyéndolo a usted si tiene un GPS (Global Positioning System) en su "teléfono"(1).  Pero en aquellos instintivos entonces, el saber dónde se encontraba una embarcación mientras estaba navegando, era una gran disyuntiva problemática mundial, la que persistió inmutable por muchos siglos. 

(1)  El asuntito al cual los viejos como yo seguimos llamando "teléfono", no es ya más un teléfono. Solía ser ese aparatito que transformaba la voz humana en un sonido por medio de señales electrónicas, por las cuales dos individuos se podían comunicar "hablando" aunque no estuviesen en las misma vecindad.  Esos aparatos hoy tienen nombres diferentes (IPhone, Blackberry, Palm, Remotum Loquela, etc.) y ya no son simples "teléfonos", sino que constituyen complejísimos dispositivos con mecanismos electrónico-multicomunicacionales.  Un largo camino recorrido desde la simple e inocente paloma mensajera (Columba Livia).  Si Alexander Graham Bell pudiese ver estos inventitos ahora, ¡estaría más contento que tortuga con ruedas!

Como los barcos de la época se pasaban perdiendo constantemente en los mares, estrellándose en contra de ariscas y peligrosas costas, y naufragando en arrecifes desconocidos; cuando llegaban a puerto lo hacían con semanas o meses de atraso debido a que nunca sabían exactamente dónde estaba el punto de la costa en el que debían arribar para atracar sus naves.  Las corrientes marinas y los vientos los desviaban tanto de sus rutas, que el hecho de que llegasen a tierra, ya era una suerte y un logro extraordinarios.

La completa carencia de un procedimiento práctico y exacto para determinar la Longitud, mantenía a los capitanes de estas embarcaciones infatigablemente adivinando hacia dónde navegar.  En aquellos días de ciega exploración, cada capitán navegaba aferrado a una divagante y peregrina idea de dónde carajos estaba parado, y para donde coños iba; esto a pesar de haber tenido tablas de navegación, compases, cuadrantes celestiales y brújulas a su disposición.  En otras palabras, aquellos navegantes andaban mas perdidos que Adán en el Día de la Madre.

La ciega y embobada navegación de aquellos días era tan astuta como la forma en que nuestros políticos de mierda y de pensamientos hermafroditas; aquellos catatónicos hircismus axilares de pseudo lenguaje posesionados de una bancarrota moral completa,  que navegan las anoréxicas y patogénicamente estíticas economías contemporáneas de nuestros infortunados países.   

Entonces, el apuntarle al puerto de destino era una verdadera hazaña.  Grandes navegantes como Marco Polo, Hernando de Magallanes, Vasco De Gama, Zheng He, Bartolomé Díaz, Cristóbal Colón, Vasco Núñez de Balboa, Juan Caboto, Sir Francis Drake, Jacques Cartier, Vicente Yánez Pinzón, y hasta Juan de la Cosa; todos ellos llegaban a destino la mayor parte de las veces por actos del acaso, del capricho, por casualidad, por desconocidos impulsos de buena suerte, o por mágicas razones, y no como el soberbio Capitán de un  Buque Manicero. Cuando no le apuntaban al puerto de destino, seguro que encallaban en algún otro lugar desconocido, o sin saber cómo; arribaban a una costa completamente desconocida y se convertían automáticamente y sin quererlo; en "Descubridores".  ¿Qué cosas, no?

Debido a las gigantescas pérdidas de peculio, riquezas, barcos y tesoros a raíz de extralimitados naufragios marítimos, los gobiernos de los países exploradores y sus navegantes comerciales, ofrecían formidables sumas de dinero a quien fuese capaz de inventar o desarrollar un método de navegación que fuese más exacto, y que pudiese remediar el problema imposible e inexistente de la navegación Longitudinal.

Los más renombrados y famosos astrónomos de la época aceptaron el reto de desenredar el enigma de la navegación Longitudinal.  Todos ellos basaron sus trabajos de investigación  en las recientemente descubiertas "mecánicas del universo".  Astrónomos como Giovanni Doménico Cassini (Italiano-Francés, 1625-1712); Christiaan Huygens (Holandés, 1629-1695); Galileo Galilei (Italiano, 1564-1642); Sir Isaac Newton (Inglés, 1642-1727); y Edmond Halley (Inglés, 1656-1742), todos ellos acabados conocedores del cosmos, recurrieron a los astros, a la luna, a cuerpos astrales y a las estrellas para extraer su conocimiento y poder aplicarlos al arcano entresijo de la Longitud.

Debido a le enorme cantidad de dinero ofrecida y en juego, por todos lados surgieron observatorios, miradores siderales y balaustradas galácticas que emperifollaron la mayoría de las ciudades grandes como Talca, París y Londres, con el solo designio e intención de determinar la jabonosa Longitud basados en las señales y marcas que ofrecen los infinitos cielos.  

También hubo abundancia de aquellas mentes más estrechas y de baja celeridad que desde sus fimbriados pedúnculos cerebrales proponían poner un oráculo en el barco y preguntarle a los ángeles que estaban colgados del cielo por dónde ir, otros; planteaban interpretar los aullidos de un perro herido a bordo, y otros un poco menos estultos; el ubicar de alguna manera una línea marítima de barcos a través del océano que disparasen sus cañones para guiar acústicamente a los barcos que estaban de paso.  Esto parece completamente ridículo y chusco, pero no tan estúpido como los dodoístas y beocios comentarios del omnismo típico de esta decadente era, saturada de aquellos cartujos, tan necesitados de una pequeña dosis de lógica y realidad.

A través de los muchos esfuerzos que se iniciaron para poder definir la Longitud, todos aquellos que se aplicaron a esta tarea terminaron elevando algunos métodos ya existentes a un nivel más avanzado; y también terminaron desenmascarando otros importantes descubrimientos que influyeron grandemente cómo el Hombre enfocaba su visión de la bóveda celeste y el universo; esto último para gran detrimento de la alcatótica Iglesia Católica.  Estos nuevos descubrimientos y aparatos que se inventaron durante la jornada del largo y fosco camino hacia la Longitud,  ayudaron a determinar los primeros cotejos, cálculos y mediciones reales de la distancia de la Tierra a las estrellas, y asentaron la vigente velocidad de la luz; también para el infinito y pavoroso horror infligido en la mágicas prácticas de la quoz e incoherentemente mostrenca Iglesia Católica Romana. 

Como el tiempo pasaba rápido e inexorable sin que nadie pudiese producir un método fiable y claro para medir la escurridiza Longitud, la pesquisa de la respuesta a esta incógnita alcanzó proporciones épicas a nivel científico y general durante los siglos XV, XVI y XVII.  Los capitanes y sus tripulaciones también participaban activamente en la búsqueda de la solución porque el botín a cobrar, era altísimo.  Entre osadía, temeridad y ambición, estos navegantes comenzaron a desarrollar ciertos "ajustes de navegación" basados en observaciones destinadas a obtener una mejor medición de las incógnitas distancias con respecto al Este o al Oeste de sus embarcaciones y con respecto a sus puertos de origen. 

En un intento por hacer mejores y más precisas mediciones, los capitanes dejaban caer por la borda un grueso madero que flotase atado a una sirga que llevaba una gran cantidad de nudos espaciados equitativamente, y con esto; podían observar la velocidad linear con que sus navíos se distanciaban de esta boya flotante momentánea.  Después de observar unos instantes cómo se alejaba el madero del barco y de contar los nudos que le habían seguido, recuperaban el madero jalándolo a bordo; y repitiendo la maniobra otra vez hasta que estaban satisfechos de los resultados.  Así es como se determinaba la velocidad marítima o "velocidad linear" en "nudos", medición que sigue vigente hasta hoy. 

Para ayudarse con estas imprecisas medidas de pilotaje náutico, utilizaban como complemento para sus observaciones las estrellas, la dirección de navegación, los inexactos relojes de arena o de bolsillo, y sus brújulas; datos que anotaban celosamente es sus toscas bitácoras.  Con esto registraban su calculada estimación de la distancia recorrida, y lo que demoró el recorrer dicha distancia.           

Considerando lo escaso que sabían de los cambios e influencias de las corrientes marinas, incluyendo el calculado impacto de los inestables vientos, e injiriendo sus propios errores de juicio, estos capitanes y navegantes entonces determinaban lo que creían o pensaban que era en ese momento su posición con afinidad a la Longitud.  A pesar de estos complicados esfuerzos por determinar su Longitud, los viajes se alargaban demasiado mientras que los bajeles muy a menudo erraban en encontrar tierra donde conseguir agua y verduras frescas, lo que causaba estragos entre la marinería condenados a sufrir escorbuto, producto de una dieta incompleta desprovista de frutas, hortalizas y verduras frescas lo cual les privaba especialmente de vitamina C. 

El escorbuto conllevaba al deterioro completo de la salud de la marinería.  Un peligroso efecto del escorbuto es que fragiliza los vasos sanguíneos haciendo que se rompan fácilmente con una rozadura, lo que a los argonautas les llenaba el cuerpo de moretones con el menor impacto.  Esto es muy parecido (pero no tan virulento) al homeomerous escorbuto moral de los abogados deshonestos.

Peor aún, en el caso de heridas abiertas, éstas no sanaban; a la marinería se les hinchaban las piernas y los brazos a causa de la retención de agua, sufrían hemorragias espontáneas incontrolables, las hinchadas encías les sangraban profusamente, se les soltaban los dientes, sufrían falta de aliento lo que prevenía grandemente su rendimiento, padecían de un agotamiento severo, y si llegaban a golpearse la cabeza, los vasos sanguíneos intracerebrales se les reventaban, causándoles una rápida y dolorosa muerte.  En otras palabras, en ese tiempo el escorbuto era más peligroso que recoger el jabón en la  ducha de una cárcel. 

En estas condiciones, el sufrimiento y la pérdida de vidas humanas era ya enorme, pero se acrecentaba aún más con los gigantescos estragos económicos obrados por la falta de una fórmula apropiada para conjeturar la Longitud. Con esto, las rutas marítimas que usaban las flotas bélicas y mercantes se reducían solo a unos escasos derroteros oceánicos bien conocidos, los que brindaban más seguridad de navegación.  Esta embarcaciones y su tripulación estaban forzadas a navegar confiando solamente en sus cálculos de Latitud, por ende; manteniéndose muy cerca a tierra y en un pasillo de litoral costero bastante angosto, lo cual a su vez convertía este ceñido y lineal pasaje en un tumulto naval.                         

Como si la falta de Longitud no causase suficientes problemas simplemente por su ausencia, a esto se agregaba otro gran problema.  Como había solo una estrecha carretera oceánica para navegar sin perderse, todos los barcos la usaban: navíos de guerra, buques mercantes, barcas balleneras, bateles pesqueros, falúas cargueras, barcos de pasajeros, carabelas piratas, bergantines corsarios, balandros bucaneros, y bajeles filibusteros; los que cruzaban rutas entre ellos muy a menudo, y caían presa el uno del otro.  La piratería era también un problema catastrófico; algo así como vivir a merced de una ciudad llena de abogados deshonestos impúdicos, políticos libertinos y corruptos, y frailes pedófilos mentirosos y degenerados.  ¡Ah!, y también con unos pocos "Patos Malos". (2)

(2) Entre las expresiones lingüísticas etimológicas más extrañas se encuentra ésta.  La filología moderna no ha podido encontrar una explicación sensata, filológica y lingüísticamente acertada desde los tiempos de Pergamum en Alexandria, Egipto entonces bajo el dominio de Roma.  En "Vilitates Chilenus Linguam" (lenguaje vulgar Chileno) la expresión es usada para referirse a netos delincuentes y proscritos habituales consuetudinarios; quienes se ubican en la escala social un amplio y claro centímetro por sobre los facinerosos nombrados en el párrafo precedente.

Extremadamente urgido por la gran cantidad de calamidades marítimas y por el monto y costo abismal de pérdidas que éstas causaban, el Parlamento Británico aprobó el "Acto Parlamentario Británico de la Longitud" durante el caluroso y entusiasta Verano del año de 1714; año que comenzó prestamente un Lunes por la mañana, y el mismo año en que se estableció la primera comunidad europea en el territorio de Luisiana, USA; y el afortunado año en que nació el astrónomo Francés César-François Cassini de Thury, y en que murió Ana Stuart, Reina de los tronos de Inglaterra, Escocia, e Irlanda. 

Este desesperado acto gubernamental prometió como recompensa la cantidad de 20.000 Ducados (Libras Esterlinas - £), aproximadamente el equivalente a $12 millones de dólares en la numismática de hoy(3); ofrecida a cualquier individuo que diseñase un aparato, o desarrollase una técnica o un método efectivo que le permitiese a los navegantes encontrar su Longitud exacta; y esto, con un error de unas 30 millas náuticas más o menos, lo que traducido a una medida decimal terrestre son unos 55.56 Km.  Es como ir desde la ciudad de Santiago a Valparaíso, pero terminar en Melipilla, un extraño y misterioso lugar donde enigmática y celadamente se acumulan las gentes que pierden sus sillas.  ¿Qué cosas, no?

(3) Para poner esta cantidad ($12 millones de dólares) en perspectiva, en aquellos entonces un artesano experto, como un albañil o un carpintero, podría llegar a ganar alrededor de 7 peniques por un día de trabajo, alrededor de 7 centavos de dólar en moneda de hoy (unos 35 pesos chilenos por día).  Indudablemente era una cantidad colosal de dinero.

Entre otros componentes y otras recompensas del Acta de Longitud, se estableció un panel llamado "Ribete Azul", que era un colectividad de magistrados a cargo de juzgar los resultados que se presentasen, al que se le denominó "La Junta de Longitud".  Esta Junta incluía entre sus integrantes renombrados científicos de la época, experimentados Almirantes, y para el infaltable e inerte relleno; algunos funcionarios del gobierno, conocidos en todas partes como sanguijuelas.  Dictado en el Acta de  Longitud, esta autoritaria Junta podía otorgar no solamente los premios prometidos, pero también podía suministrar estímulos económicos para ayudar a inventores algo paupérrimos y a otros más necesitados para incluírlos en el esfuerzo, y así no perder alguna idea promisoria que pudiese ayudar a resolver el formidable problema.  

Una de las obligadas exigencias y como un estricto requisito que cualquier invento, método o técnica tenía que cumplir, era que éstos se deberían probar a bordo de uno de los navíos de Su Majestad; y la travesía determinada como estándar de medida de pruebas, era la marea entre un determinado puerto de Inglaterra y otro puerto en las Indias Occidentales elegidos por los Comisarios de la Junta.  Para pasar la prueba, los nuevos artificios y las técnicas para medir la Longitud deberían arribar a estos señalados puestos  sin perder su Longitud más allá de los límites definidos por el Acta.

La Junta después de que se hizo público el anuncio de las recompensas, comenzó a recibir diariamente una cantidad ingente de propuestas.  Los "inventores" se apiñaban en las puertas del edificio de la Junta para presentar sus trabajos, y para exigir que sus diseños se les revisase en orden de llegada.  La "colas" (hileras, filas) de inventores eran sumamente largas, pero ni parecidas las colas de las JAP (Las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios) de la UP (Unidad Popular) en Chile, un tétrico período de vergüenza nacional en que los funcionarios de gobierno podían robar sin descaro porque tenían "carnet" para ello, y lo que el resto de pueblo podía conseguir a un alto precio de moneda desvaluada, era un kilo de pan añejo por familia después de haber estado esperando a la intemperie en esta "colita" entre cuatro horas y tres días.

La cosa es que la Junta durante sus 100 largos años de existencia, muchas veces estuvo a punto de derrumbarse bajo el peso de esquemas, proyectos, planos, dibujos, bosquejos, croquis de "máquinas de movimiento perpetuo"; y un sinnúmero de compendios, modelos, ideas, borradores, ensayos, planteamientos y muchas otras propuestas que aspiraban desde resolver cuadraturas circulares, pasando por la maquinación de darle sentido linear al valor de pi (π); y terminando con otros tratando de probar que se podía hacer oro (Au79) del plomo (Pb82), aunque estos chirimbólicos intentos y soluciones no tuviesen absolutamente nada que ver con el urgente y apremiante asunto de la Longitud.

Después de haber invertido colectivamente una increíble cantidad de cacumen, los científicos y devotos entusiastas de la Longitud de la era, concluyeron que para poder medir con exactitud, y en base a esto poder contestar la escuchita cuestión de la Longitud, deberían crear o elaborar un artificio(4) más preciso para mantener la medición del tiempo.

(4)  La palabra "reloj" se deriva de las palabras Goidelicas y Proto-Celtas "clagan" y "clocca", que significan "campana".  Se cree que el reloj se desarrolló en Italia alrededor del año de  1500, o quizá un poco antes; y basado en un tipo de dispositivo portátil de cronometraje que ya estaba comercialmente disponible alrededor de 1450.  En cualquier caso, estos relojes eran más inexactos que el pronóstico del tiempo.

Entonces, la idea era el poder mantener los intervalos de tiempo lo más exactamente a bordo de un navío, para después de la marea; compararlos con la hora correcta que se mantenía en los puertos de origen y destino.  El poder comparar la hora local en los puertos de arribo con el cómputo del tiempo de navegación, permitía entonces a los navegantes el  lograr convertir la diferencia de tiempo –o los lapsos de tiempo- y los errores deferenciales de cálculo, en una secesión geográfica llamada: Longitud.  

Considerando de que la mayoría de ustedes saben que el planeta Tierra es aparentemente una esfera de arbitrarios 360° de circunferencia, y que a esta piedrita esferoidal le toma un día entero para girar sobre sí misma con respecto al sol; entonces si dividimos estas 24 horas por los 360°, estos corresponden a 15°.  Esto es, claro está; de que un grado de longitud en tiempo es equivalente a cuatro minutos en cualquier punto del planeta, pero en términos de distancia, un grado en el Ecuador mide 68 km., y en los Polos se reduce a 0 (cero) km.   ¿Qué cosas, no?

Aunque la frenética carrera por conquistar la Longitud seguía delirante, alrededor de 1550  quedaban solo dos serios y pertinaces contendientes por el premio ofrecido.  En un equipo estaba el completo e indiviso estatuto científico de Europa; en el que sus plurales y numerosos científicos estaban enfrascados y ensimismados con un enrevesado y confuso sistema de observaciones y anotaciones estelares al que llamaban "Distancias Lunares", apostillas que usaban para determinar el tiempo transcurrido entre dos puntos, y así poder establecer la Longitud con respecto a la Latitud.

En el otro bando se encontraba un solitario pero audaz paladín de la imaginación de nombre John Harrison Uhrmacher.  Juanito Harrison era un soberbio autodidacta y relojero Bretón.  Harrison proponía un mecanismo horario que mantendría con precisión y puntualidad los lapsos de tiempo transcurridos entre dos puntos del planeta, por remotos y separados que éstos estuviesen.  Ésta era una idea audaz y revolucionaria para aquellos opacos tiempos de descubrimientos accidentales y poca ciencia.  El resto de los contendores habían ido desapareciendo paulatinamente uno a uno, ante la imposibilidad de producir una solución práctica y transferible para desvelar la clandestinidad de la Latitud.

Según los rumores del "Correo de las Brujas", Juanito Harrison tenía dos problemas esenciales de popularidad para con la Junta de Longitud: primero, él era un forastero de Inglaterra y no Italiano; o en el peor caso, Francés.  Segundo, Juanito era un "geek" al que se le consideraba por debajo de la reputación de los "científicos" de la época.  Prueba de esta arbitraria intolerancia social y embargada discriminación esnobista, es que incluso Sir Isaac Newton cuando actuaba como primer Comisionado de la Junta de Longitud, emitió una marginante opinión expresando que el reloj de Harrison nunca sería capaz o competente para mantener la precisión del tiempo a bordo de un buque en movimiento, y menos el poder prestar un beneficio para la tarea de la correcta determinación de la famosa Longitud.  Ésta era la actitud general de aquellas mentes Nibelungas de esos entonces.

A Harrison le importó una "güeva" (vulgi testiculum nervumque chilensis) la opinión de Newton, y siguió trabajando compendiosamente en su relojito mecánico, el que tiempo después demostró sin dejar lugar a dudas, ser el método superior a todos, incluyendo las intituladas selenitas "distancias lunares".  Desafortunadamente y para reafirmar la diferencia clasista, Harrison no poseía una educación formal, y jamás fué un aprendiz o estudiante de relojería; pero anteriormente él había compuesto una serie de maquinillas de intervalos de tiempo (relojes) a los cuales había provisto con una fricción casi inexistente (el principio del movimiento eterno), y sus partes no necesitaban lubricación alguna.  

Harrison no quería utilizar los aceites y grasas lubricantes de la época simplemente porque estos eran susceptibles a cambiar su viscosidad constantemente con los acérrimos cambios de temperatura, lo que inminentemente causaba una gran variación en la velocidad y desplazamiento angulares correlativos del pseudovector cuantitativo de los planos bidimensionales interactivos de los engranajes múltiples y cremalleras diferenciales de sincronización mecánica del ordenador horológico autónomo; haciéndolos altamente inexactos e ineficaces.  En otras palabras un poco menos anamórficas y menos gnósticas: los aceititos no servían. 

Juanito Harrison también decidió astutamente no hacer uso del péndulo porque los relojes de péndulo deberían mantenerse en superficies fijas y sin movimiento y en forma constante  para que pudiesen funcionar apropiadamente, lo que jamás ocurriría a bordo de una embarcación aunque no estuviese navegando.  Otra innovación que introdujo fué el uso de aleaciones y bimetales con las que construyó las partes de su reloj.  Esto obedecía a que Harrison sabía que los metales fácilmente se  expanden cuando se calientan, y se contraen en base a un canon diferente cuando se enfrían. 

La genialidad de esta innovación reside en que Juanito, sabiendo manejar las normas de dilatación y contracción térmica de los metales; combinó en aleación diferentes metales para fabricar los diferentes engranajes y partes de sus reloj de tal modo que cuando uno de los componentes se dilatara o contrajera, uno de éstos contrarrestaba la menor alteración del otro, y con esta causa de efecto mecánico conexo interactivo y recíproco (lo que siempre me hace recordar a Isaac Newton); podía mantener constante la velocidad de su máquina medidora de tiempo.  ¿Qué cosas, no?

Después de una verdadera guerra en contra del establecimiento mental engatusado con la mohína añagaza religiosa, y embetunado con el marcado oscurantismo científico del  período, John Harrison con mucho esfuerzo y gran éxito completó una larga sucesión de experimentos, pruebas y ensayos marítimos a bordo de muchas embarcaciones incluyendo las embarcaciones de la corona, producto de los cuales; sus resultados no podían ser ya  ignorados. 

Esto causó épicas batallas y desgañitadas discusiones argumentativas en el Parlamento, el cual finalmente tuvo que aceptar que los progresos de Harrison eran calificados, y entonces se le recompensó por sus esfuerzos; pero esto ocurrió después de más de 40 años de ácidas reyertas con la sempiterna intriga política, la maledicencia académica generalizada, la inconsciente insidia y encarnada estupidez religiosa, y hasta cierto grado, por la inestabilidad económica reinante.  Esto es simplemente una pequeña muestra de los cordajes y aparejos que formaron parte de la gran intriga de la Longitud.

Para el desmedro de nuestra civilización inteligente, John Harrison nacido en 1693, murió apenas 83(5) años después en 1776, pero no antes de habernos legado quizá el más fabuloso tesoro científico que nos ha servido tan bien: La Longitud.  Lo paradójico de este asuntito de la Longitud, es que solo gracias al reloj de Harrison pudo ser domada y sometida; phanerosis que nos servirá para siempre.  

(5)   ¡John Harrison fué exacto hasta para morirse!  Nació un 24 de Marzo y se murió sin boleto de regreso también  un 24 de Marzo.  Fué un acabado carpintero  autodidacta y luego un increíble Horologista (relojero o quien estudia el tiempo).  Harrison fué nombrado número 39 en una encuesta pública de la BBC en el año 2002 para "Los 100 Británicos más Grandes de la Historia".

John Harrison, gracias al oscurantismo, la ignorancia y nulidad religiosas -como tantos otros; se convirtió en el venerado mártir de los relojeros del planeta entero.  Por largas décadas permaneció postergado por el ciego establecimiento social y religioso, pero tenazmente armado con su clara y férrea obstinación; fué el único individuo en el mundo que buscó y encontró una solución real y configurable al cronometraje destinado a resolver el problema de la Longitud.  Y todo en base a un desnudo relojito que ni siquiera era parte de esta carrera.  ¿Qué cosas, no?

Súbitamente y a raíz de este inocultable, extraordinario y asombroso desarrollo intelectual y politécnico de Harrison, ingentes catervas y tropelísticas profusiones de relojeros de todos los rincones del planeta se dedicaron a emular este aparato horológico de Harrison, y entonces comenzó una nueva y frenética carrera para construír el cronómetro marino.  La persecución por la perfección del cronómetro marino se convirtió rápidamente en una colosal y rentable industria que significó un extraordinario auge económico, bélico y de dominación para los países marítimos.  

La historia y los horologistas son tremendos y ponderados testículos de que el inusitado trabajo de Harrison fué una de las más serias y determinantes causas, y la razón gestora principal del dominio de Inglaterra sobre el mar océano, y por ende; la definitiva constitución de lo que se conoce ahora como el Gran Imperio Británico.

Grandes compañías marítimas mercantes como la "East India Company", poderosas flotas navales de todo el mundo como la "Royal Navy" de Inglaterra, y capitanes de todo tipo de embarcaciones flotantes se arremolinaron como hambrientos enjambres alrededor de las fábricas de estos fabulosos cronómetros marítimos, -y todos sin excepción alguna- pagaban el importe del elevado costo de estas extraordinarias maquinitas de su propio bolsillo, y ninguno se quejaba del costo de su portentosa compra.

La endémica revolución de la navegación había sido desatada en toda su furia por el reloj de Juanito Harrison.  En todas las bitácora navales de las embarcaciones del siglo XVII se encuentran exactas anotaciones de navegación  las que comenzaron velozmente a cambiar la fisonomía de la navegación oceánica.  Las observaciones diarias anotadas en las bitácoras comenzaron a mostrar manifiestas referencias con respecto a las lecturas de Longitud basadas en este nuevo y fantásticamente preciso "cronómetro". 

Tan efectivo fué este aparatito creado por John Harrison, que en el año marítimo de 1791 de Su Majestad, la compañía mercante "East India Company" comenzó a publicar nuevos manuales y tratados oceánicos de navegación para los capitanes de sus navíos, que en sus páginas desglosaban una columna especial para anotar las observaciones de "Longitud por cronómetro".   

Empero, muchos otros capitanes menos astutos o más paupérrimos, continuaron navegando y haciendo sus observaciones argonáuticas basados en las cómicas y desacertadas  "Distancias Lunares".  Estos eran lo únicos giles que todavía se perdían en la tina.  Desde el primer cronómetro marino que inventó Harrison, en 1735 solo había uno en existencia –el de Harrison; pero en 1815, solo 80 años después, había en uso más de 5.000 instrumentos.  Esto es una gran cantidad si se toma en cuenta de que estos instrumentos se fabricaban a mano, y tomaba meses la manufacturación de uno.  Una vez cuando yo era apenas un proyecto de hombre, ví una simulada réplica de este instrumento en el glorioso almacén "Cori".

La practicidad infinita y la total carencia de creencias en magia en la perspectiva y visión de John Harrison se demostró tan fehaciente, irrebatible, e irrefutablemente que desde aquellos tiempos en que se encontraba solo contra el mundo, y además en contra de la insípida política, y contra de las necias y mentecatas corrientes religiosas completamente deshabitadas de razón; todos estos insípidos enemigos se hicieron humo en el aire tan rápido como desaparece un acólito después de recoger el diezmo.

Longitud entonces, es una coordenada geográfica imaginaria que especifica la posición de Este a Oeste de un punto sobre la superficie de la tierra.  Es una medida angular expresada en grados (°), y se denota por la letra Griega Lambda (λ).  Puntos con la misma Longitud se encuentran denominados en líneas imaginarias que van desde el Polo Norte al Polo Sur.  Por una Convención de obscuros orígenes, uno de ellos, el Meridiano que pasa por el Observatorio Real de Greenwich, Inglaterra; establece la posición de cero grados de longitud (0°).

Por otro lado, si la Longitud la hubiesen descubierto los chilenos, ese arbitrario Meridiano Bretón en vez de pasar por Greenwich, sin duda estaría pasando por uno de los lugares más preponderantes del planeta, el que sería el verdadero Meridiano 0, y ciertamente se le habría denominado "El Meridiano de Pelotillehue".

Probablemente usted tenga un inventito nacido de las ideas de Harrison en su "teléfono", el que usa para no perderse en las junglas metropolitanas única y exclusivamente gracias a la carrera de la Longitud y a la brillante mente de John Harrison.

Persiga ese pequeño y olvidado sueño que nunca persiguió, porque si no lo hace; éste le perseguirá a usted por el resto de su vida.


El Loco