El manoseado, despectivo, mal entendido y erróneamente empleado substantivado "roto" (o "roteque" como dicen las viejas pitucas que se creen algo) con el cual se denomina rastreramente a un arquetipo de ser humano en Chile; se refiere autocráticamente a una persona de origen humilde, urbano y pobre, aunque la pobreza no tenga absolutamente nada que ver con el conspicuo concepto de la humildad. Esto último, es un producto del engreimiento social desviado puramente del arraigado, ajeno y adquirido esnobismo chileno que vive mal ubicado en las débiles mentalidades insubstanciales. Cualquier chileno que cree o siente que otro congénere puede establecer superioridad social ante él, le califica liviana y públicamente de "roto", en un desesperado y fútil esfuerzo de preconizar su frágil e ilusorio estatus de preponderancia social, que más que estatus, es un confuso, oscuro, triste y descentrado complejo de inferioridad.
¿Como comenzó la faramalla de todo esto? Es curioso. En los albores del siglo XX, cuando en Chile se celebraban las Elecciones Parlamentarias -la primera elección parlamentaria del siglo- donde se eligieron 94 tácitamente honrados diputados y se renovaron 13 senadores imaginativamente de gran integridad, que personificaban a los pintorescos partidos de la Alianza Liberal (Los Rojos), la Coalición (los Azules), y la Convención Democrática (los Verdes)(1), representando a las provincias de Atacama, Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Cachapoal, Colchagua, Maule, Ñuble, Biobío y Chiloé. Hoy Santiago no es provincia, y Cachapoal desapareció rápidamente del mapa político, a la usanza de cómo se ignoran y olvidan las ácidas lágrimas del pueblo, encanilladas indiscriminadamente en el mismo amorfo fardo de las huecas, vanas y petulantes promesas políticas.
1) Lo peculiar de estos matices políticos es que si usted mezcla el rojo con el azul y con el verde resultan en un gris azulado; un color siniestro y feo como la maldad que se parece mucho a un moretón. Después de todo, no es sorpresa de que los colores políticos se acercan a sus verdaderas raíces… Los colores políticos son como el arcoíris: si los colores están separados, por sí solos son todos lindos y muy inocentes, pero al igual que el arcoíris, no tienen ni principio ni fin determinados, y al final siempre están vacíos. ¿Qué cosas, no?
Como estos pinches aristocráticos chilenos de sur y centro del país ignoraban y despreciaban el proletariado de la zona norte, los curtidos habitantes nortinos que habían perdido sus camaradas, vidas y familias en la sangrienta e innecesaria hecatombe de la Guerra del Pacífico defendiendo su patria, y que aún se afanan en limpiar las escarlatas arenas de desierto nortino de sus secas y gloriosas manchas de sangre, comenzaron a crear corrientes políticas adversas a rajatabla con las ideologías de los conglomerados políticos aristocráticos del sistema del parlamentarismo. Hoy, en el siglo XXI, todavía no sabemos quién tiene la razón, ni para dónde carajo vá ninguno de estos partidos políticos chilenos. En cada elección circense Presidencial los chilenos van a las urnas a votar con gran fanfarria por el payaso de turno, y por el partido más aparatoso y hueco que promete no arreglar nada lo más rápido posible.
¿En qué lugar se han perdido aquellos políticos honestos y brillantes? No lo sé. Lo que sé, es que los hay, pero que están escondidos en alguna parte. Me refiero a aquellos escasos políticos buenos y decentes que trabajaron y que trabajan honestamente por su país e hicieron su trabajo patriótico y desinteresado. Sé que los hay en Chile, y los hay por todo el mundo, pero obviamente no están a cargo hoy. Ojalá ellos vuelvan a las urnas algún día porque tendrán mi voto... y me imagino que el suyo también.
Bueno, durante estos graciosos días cuando la política chilena todavía llevaba pañales que no estaban tan sucios y ceñidos como hoy, y cuando los absurdos grupos elitistas chilenos sin gloria expresaban sus enfermos prejuicios y ejercían una odiosa discriminación en contra de determinadas clases sociales, es cuando el término "roto" comienza a adoptar arbitrariamente una connotación clasista en Chile, específicamente en referencia a los ciudadanos pobres de las urbes nacionales. Éste no era un clasismo intelectual, cultural o educacional, sino que era la concepción de un clasismo minoritario y mayoritario, en donde la "clase minoritaria" se apropia del trabajo, y la "clase mayoritaria" ejerce dominación mediante el Estado, las leyes y las fuerzas represivas. En otras palabras, hay un grupo que trabaja y produce, y otra manga de huevones flojos y aprovechadores dedicados a la politiquería. ¿Le dolió? No se preocupe, la Vaselina es muy barata (y estoy seguro de que más de alguien le podrá facilitar "aplicador" por si lo necesita).
Dentro de las más manifiestas y centelleantes ridiculeces y humoradas paradójicas sociales chilenas, el folclórico término es también usado con insinuaciones afectivas, sobre todo en su forma afija diminutiva común de las lenguas romanceras, o incluso con el peso del adjetivo épico que los rapsodas de turno quieran darle.
Pues bien; durante la invasión y ocupación española según se narra en la "Historia General de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Oceáno", el Descubridor de Chile y Conquistador Don Diego de Almagro(2), regresaba del sur del continente atravesando esforzadamente la más rigurosa y más árida región del planeta, el Desierto de Atacama en el año 1537 de su Majestad. Durante esos mismos años, en Europa el Imperio Otomano (Turco) atacaba la isla Griega de Corfú y el sur de Italia.
(2) El nombre familiar completo y real de Don Diego de Almagro está perdido en las arrugas de la historia. Se le llama Diego de Almagro porque nació en Almagro, en la actual Provincia de Ciudad Real, una Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, España en 1475, adquiriendo su apellido del nombre de su ciudad natal.
La travesía conquistadora de regreso del sur de Chile para Almagro fué completamente desastrosa y en los límites de lo siniestro. Almagro, que de partida no sabía nada de desiertos, tuvo su primer encuentro con el Todopoderoso Desierto de Atacama; un infierno sequísimo de más de mil kilómetros de largo, de unos 40.600 kilómetros cuadrados de desecados parajes más áridos que la conciencia de Judas, más estériles que los retóricos debates políticos, y de tierras tan áridas e infecundas en donde ni siquiera crece la esperanza del condenado.
Tal fué el estado catastrófico en que llegó Almagro y sus huestes al Perú, que desde entonces se les llamó los "rotos de Chile". La travesía fué tan ardua y heroica, que les quebró el espíritu a los conquistadores, les destrozó sus vestimentas, y les rompió el hálito aventurero. Estos viajeros llegaban al Perú casi sin vestimenta uniforme y los más vestidos iban extraña y estrafalariamente abigarrados, lo que hizo que se les denominara a estos viajeros, "rotos", que en el sentido Castellano antiguo literal de la palabra, significa: ir de cualquier modo.
Al final de su constreñida peregrinación, estos errabundos exploradores llenos de esfuerzo y valentía llegaron a sus destinos literalmente rotos; rotos provenientes de Chile. Desde ese entonces, a quienes vinieran de esas tierras australes se les denominaba "rotos", pero este apodo no tenía nada que ver con una categoría social. Cuatro años después de este deplorable y desafortunado episodio, solo un bizarro y osado Guzmán que con una valentía inusitada, se atrevería a ir a conquistar las hermosas y vírgenes tierras que descansaban a cubierto más allá de estas desérticas y australes calderas de Pedro Botero: El Gobernador y Capitán General Interino del Reino de Chile, Don Pedro Gutiérrez de Valdivia, de Castuera, Extremadura.
Sé que hay otros oriundos que aseguran de que la procedencia de la palabra "roto" es muy distinta, y que el término se aplicaba desde la época de la Conquista, pero francamente no me interesa, porque el origen de la palabra "roto" es para muchos, sinónimo de astroso, rotoso, parchado; aunque la procedencia y el espíritu original del vocablo es muy distinta. Sólo a partir del siglo XIX esta masa popular de gentes calificadas como "rotos" adquiere una visibilidad patente y surgidora, ya que hasta entonces la hegemonía soberana de la aristocracia Castellana y Vasca mantenía al pueblo criollo despojado de cualquier protagonismo social.
El roto chileno adquiere caracteres míticos y legendarios en el alma y la substancia social chilena en los episodios descritos de la Guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Unido Restaurador de Chile. Las tropas chilenas finalmente vencieron a las tropas confederadas en la gloriosa Batalla de Yungay que comenzó el 13 de Enero de 1839, y que concluyó el 20 de Enero del mismo año como a eso de las seis de la tarde después del tecito. La gran mayoría del contingente bélico chileno estaba formada por grupos de tronco social pobre, rotos tan pobres como heroicos, patriotas, gallardos y valientes.
En Chile se les rinde solemne homenaje a los vencedores de Yungay cada 20 de Enero, día constituído como el Día del Roto Chileno, donde indirectamente es también conmemorado con el Himno de Yungay, batalla e himno percibidos como la consolidación de la nacionalidad chilena. Todavía me acuerdo del marcial son de este heroico himno que tantas veces canté orgulloso y con la emoción a flor de labios mientras me esforzaba por sujetar unas nerviosas lágrimas que se atropellaban por salir y escaparse furtivamente de mis ojos en aquellos mis mozos días, cantaba con un orgullo típico del Roto Chileno, aunque yo era un simple "Choro del Puerto":
Coro:.................................Como debería cantarse:
Cantemos la gloria................Cantemos la gloria
del triunfo marcial...............del triunfo marcial
que el pueblo chileno.............que el ROTO CHILENO
obtuvo en Yungay..................obtuvo en Yungay.
Estrofa I
Del rápido Santa
pisando la arena,
la hueste chilena
se avanza a la lid.
Ligera la planta,
serena la frente,
pretende impaciente
triunfar o morir.
Como todo siempre cambia y nada es eterno jamás con la excepción de la pobreza y el hambre, en el Chile actual la palabrita "roto" se usa hoy para referirse a la persona maleducada, con falta de educación, o de manifiesta e insensible tosquedad social, lo que se diferencia dilatadamente del modelo de la simple división laya y clasista en la sociedad chilena. Hoy resulta que la "rotería" es el intrínseco acto mismo de poca generosidad o munificencia cultural, o la desfachatez y procacidad educativa. Entonces a los que llaman "rotos" con tanta displicencia y sentido agravio, son aquellos ligeros individuos que rompen descaradamente las reglas sociales sobre el respeto, el buen proceder, y los preceptos de educado comportamiento. O sea, estos son los giles que todavía no han leído el "Manual de Carreño"(3)
(3) El Manual de Carreño, o Manual de Urbanidad y Buenas Costumbres (el del cual tanto le habló su abuelita) y cuyo título oficial y completo es "Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para uso de la Juventud de Ambos Sexos", fué escrito por el venezolano Manuel Antonio Carreño en 1853. Este manual; que aunque contiene algunas normas de urbanidad consideradas hoy obsoletas; se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales.
Por favor tenga en cuenta -y esto con sumo cuidado- de que el apelativo "roto" tiene una diferencia fundamental con los vulgares epítetos tales como "cuma" o "flaite". El calificativo "cuma" se ha relacionado directamente con el hampa delictual chilena hasta más o menos el siglo XX, en donde a finales de este siglo, por la necesidad de una palabra más despectiva y apropiada para ciertas podridas raleas sociales chilenas, surge la determinativa expresión gráfica y simbólica de "flaite", vocablo con el cual hoy nos referimos al vulgar delincuente y facineroso anti-social juvenil, producto de la extracción más baja y "pelienta" que ha sido capaz de generar la simbiótica sociedad de este largo y depauperado país.
Últimamente; y esto le he visto en la tele en CNN y lo he leído repetidamente en los diarios, en el "FaceBook" y en otros medios de comunicación global y masiva, como producto de la corrosiva erosión social chilena ha surgido un buitre del sentido común que normalmente suele volar muy bajo y más allá del los límites y del horizonte de la paciencia cívica, al que cariñosamente se le denomina: "Flaite Político", dueño absoluto de un estiaje moral aplastante.
El flaite político es una especie de dragón feo mal hecho, una incongruencia social, un reptil suelto que no escupe fuego, sino estupidez; y es más peligroso que un club de suegras. Se puede determinar fácilmente quiénes son estos lagartos tufosos simplemente leyendo los hechos de la política consuetudinaria chilena en los periódicos locales. Si usted no lee gacetas o no vé noticieros, no se preocupe porque la pestilencia de estas salamandras de mal gusto se puede oler y percibir en cualquier lado, en cualquier ambiente y a cualquier hora. ¿No ha notado (ni se ha preguntado el por qué de) la gran cantidad de potentes desodorantes ambientales que se están vendiendo en todos los supermercados de su ciudad? ¿Qué cosas, no?
Como dato de referencia le puedo sugerir que cualquier personaje que usted conozca y que a su parecer, se balancea peligrosamente entre las diversas definiciones de precarios límites de estos fluídos estratos sociales; y que usted no ha logrado clasificar aún porque no es un cuma, no es un flaite, o tampoco es un flaite político, le aseguro de que este personaje es un flamante "Pendejo".
Todo el mundo tiene historias y chistes de rotitos chilenos, y yo que no soy menos en esto, también le ofrezco una epístola. Este es el cuento de un Rotito Chileno que le envía una carta explicatoria al juez:
"Estimado Señor Juez:
Por favor no culpe a mi mujer ni a nadie más de que yo esté abandonando este matrimonio y a toda mi familia, pero es que me tengo que "correr" inmediatamente antes de que me vuelva loco porque ya no sé ni quién soy, y mi vida se ha transformado en un horrible martirio familiar y sin identidad plausible.
Mi situación es un poquito complicada, pero trataré de explicárselo señor Usía como mejor pueda con mis propias palabras personales mías mismas de mí. Yo soy un orgulloso rotito "patipelao", pero que ya estaba cansado de andar "patiperreando" sin destino por el mundo, así que la soledad de mis días me empujó a tomar la malísima decisión de casarme con una bella y voluptuosa viuda para calmar mi vida, mis pasiones, y para finalmente; tener una familia como cualquier otro suertudo.
Desgraciadamente la viuda ésta que me arrebató las ganas apenas después de dos "pilsen", tenía una hija muy atractiva, comprensiva y media güena p'al palanqueo, y de haberlo sabido antes; nunca me hubiese casado con la viuda. Esto le parecerá muy raro señor Don Juez, pero déjeme explicarle lo siguiente:
Mi anciano padre que para mayor desgracia mía era viudo y tremendamente "bandío", se enamoró perdidamente de la hija de mi mujer, así que prontamente se "desnupciaron" Usía, de manera que mi mujer se convirtió en la suegra de su suegro, mi hijastra se convirtió en mi madre, y como si esto no fuese poco, mi padre ahora es mi yerno.
Al poco tiempo mi madrastra trajo al mundo un hermoso varón, que resulta que ahora es mi hermanito, pero también es nieto de mi mujer, por lo tanto yo, señor Juez, soy ahora el abuelo legítimo de mi hermano chico.
Poco tiempo después y producto de nuestro apasionado amor, mi mujer me dió un retoño un poco turnio pero bien regordete que ahora es hermano de mi madre y también es cuñado de mi padre, y el rechonchito es asimismo tío de los hijos de mi padre. ¿Va cachando usted señor Juez?
Como mi mujer ahora es suegra de su propia hija, y yo soy padre de mi madre; y mi padre y su mujer son mis hijos; por lo tanto, yo soy mi propio abuelo. ¡Puchas la "payasá" señor Juez! ¡Ahora resulta que el cura no deja entrar a la iglesia a ninguno de mi familia porque dice que somos promiscuos, y hasta el perro ahora me mira de reojo!
Después de lo explicado, ahora no quiero seguir aburriéndolo señor don Juez con el tema de los padrinos y de los primos, porque ahí sí que nos enredamos, así que me despido de todos ahora mismo y me voy a "patiperrear" de vuelta otra vez porque ya no sé quién carajo soy; y prefiero seguir siendo un simple "rotito chileno" como antes, que aunque no era gran cosa, ¡por lo menos sabía quién era, pó!
Con tóo respeto,
El Disprosio Levapalante Bascuñán".
Ahora. Ponga atención ciudadano. El "Roto Chileno" en su concepto único, verdadero y justo; es un héroe nacional por su propio peso y mérito personal. ¡No joda!, si no hubiese sido por el "rotito chileno" hubiésemos perdido la Guerra del Pacífico, y el Perú y Bolivia estarían limitando hoy al sur con Osorno. Piense dos veces cuando quiera insultar a alguien llamándolo "Roto". A mi parecer, el que a uno le llamen "Roto" es un gran honor. Si quiere insultar a alguien y usted es de la vieja guardia, llámele cuma; si es más moderno, llámele flaite; y si usted tiene sentido común, llámele flaite político; ¡pero por favor no lo llame Roto!
No se olvide de que también hay una connotación elegante y cariñosa que usamos cuando nos referimos como "roto" a un prójimo que admiramos. Personas como yo por ejemplo, nos deleitamos con orgullo en llamar a alguien "rotito" cuando queremos ensalzar un acto, una gracia, o alguna hazaña de algún "rotito" con la cual nos identificamos y admiramos. Por ejemplo decimos: "¡El otro día conocí a un "rotito" seco p'a la pelota! ¡Lo hubieses visto! ¡Se pasó a toda la defensa, y de una sola patada metió dos goles y sin traspirar!" …¿Acaso no narramos estos cuentos con orgullo?
Recuerde que tenemos algunos "Rotos" tremendamente ejemplares que no tienen nada de despreciable, pero sí son envidiables como por ejemplo: Virgilio Arias, Tomas Chávez, Nicanor Plaza, Rebeca Matte, Eduardo Provoste, Don Francisco (Mario Luis Kreutzberger Blumenfeld), Lucho Gatica, Leonor Varela, Leonora Latorre, Vick LeCar, Claudio Arrau, Pablo Neruda, Domingo Santa María, el Tony Caluga, Gabriela Mistral, El Florcita Motuda, Manuel Blanco Encalada, Arturo Godoy, Manuel Rojas, el querido Don Lolo y Condorito, para nombrar solamente unos pocos afortunados. (Por ahí dicen las malas lenguas que la Mata Hari era una "rotita" "arrancá" de Chile).
El apodo de "roto" que se les ha concedido a estos ilustres ciudadanos y laboriosos personajes, es para destacarles en un sitial de honor y en una categoría muy exclusiva, envidiable y bastante especial; porque el concepto del "Roto Chileno" no es simplemente un estatus (aunque éste título haya sido manoseado tan impunemente) sino que es una gloriosa filosofía de una estigmática heroica y positiva; y aunque a usted le guste o nó, el roto chileno es el portador de la verdadera Identidad Nacional Chilena. Para que usted lo sepa amigo, no le quepa duda de que la palabra "Roto" es más limpia y merecedora que el prontuario del Papa.
Entonces en toda y merecida justicia, la palabra "Roto" es portadora de un glorioso y verdadero valor, intrínseco y del otro. Está forjada con valentía, amor y arrojo; está empapada de una actitud patriótica y esforzada y lleva matices pintados con inteligente viveza de una osada y original picardía. Nos enorgullecen sus actos y atesoramos melancólicamente sus episodios sociales, lo comparamos e igualamos a los más grandes próceres de la raza humana, y lo identificamos con los más humildes y sinceros protagonistas de la historia; pero aún así mis queridos Homo Chilensis, a veces mezquinamente le perdemos el respeto; y sin inmutarnos, trapeamos el sucio suelo con su imaculada dignidad. Les aseguro de que esto no nos trae ninguna gloria, ni tampoco es necesario para validarnos a nosotros mismos.
Si alguien me llamara "Roto" alguna vez, estaría intensamente orgulloso aunque no yo posea todavía el calibre y la altura necesarios que me califiquen para alcanzar el honor de ser un verdadero y genuino "Rotito Chileno".
¡Viva el Roto Chileno, mierda!
El Loco.
sábado, 1 de octubre de 2011
domingo, 4 de septiembre de 2011
Celebracion SOBREVIVIENDO A AGOSTO V.2011
Estimados Compañeros
El viernes 02 de septiembre de 2011, celebramos (como ya es tradicion hace tres años) el "Sobreviviendo a agosto".
En esta ocasión, pudimos reunir a sobre 25 de nuestros compañeros, incluso a los que estaban fuera de santiago (Rancagua, Chillán y Argentina)
Contamos con la presencia de nuestro profesor de Historia Don Jorge Gutierrez Muñoz.
El viernes 02 de septiembre de 2011, celebramos (como ya es tradicion hace tres años) el "Sobreviviendo a agosto".
En esta ocasión, pudimos reunir a sobre 25 de nuestros compañeros, incluso a los que estaban fuera de santiago (Rancagua, Chillán y Argentina)
Contamos con la presencia de nuestro profesor de Historia Don Jorge Gutierrez Muñoz.
Se entregaron recuerdo a nuestros compañeros que han cumplido 50 años de vida marista. Se les entregó la foto del Curso de Kinder de 1961
jueves, 1 de septiembre de 2011
El Colocolo
¡Como el Colocolo no hay, olrai! (all right). Sí; sin duda alguna todos nosotros, especialmente los hinchas del popular, glorioso e inmortal Club Deportivo de Fútbol Colo-Colo sabemos exactamente quién es este famoso personaje… pero pregúntese usted, ¿sabemos realmente quién es este asonado personaje? Quizá usted no sepa tanto como cree saber. Al menos yo pensaba que sabía un poco del Colocolo, pero creo que no sé tanto como quizá sepa usted. Veamos.
Para comenzar, debo aclarar de que el Colocolo no es una pila de giles con camiseta blanca y mechas tiesas corriendo como energúmenos detrás de una pelota de 32 cascos que no les obedece en una cancha de pasto proletario, y que circulan mezclados con otro gallo con traje de cebra (o por lo menos con un atavío más exclusivo que el resto de los jugadores) que siempre está metido al medio del baile y güeviando p'arriba, p'abajo, a diestra y siniestra chiflando sin parar con un jodío silbato y repartiendo gratis y desinteresadamente unas pintorescas y originales tarjetitas de diferentes y vivos colores que aparentemente, no las quiere nadie.
Tampoco me refiero a aquel sabio Mapuche (Colo Colo), que alcanzó la fama de su gente cuando logró hacer elegir "Toqui" (líder militar) del pueblo Mapuche al Cacique Caupolicán. Esto lo consiguió mediante una prueba que consistía en levantar un pesado tronco, y mantenerlo sobre los hombros por la mayor duración posible. Al aceptar esta prueba para competir por el puesto, los caciques Mapuches Tucapel y Lincoyán, sin intentarlo le dan suficiente tiempo a Caupolicán para llegar a la reunión y adherirse a la prueba como participante. Caupolicán ganó la prueba ya que era el más fuerte de todos. Lo curioso de esto es que esta afición a los palitos terminó como un problema bastante peliagudo para el señor Caupolicán.
Dentro de la obra épica "La Araucana" de Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, Don Alonso le dá a Colo Colo un paralelo con el guerrero Néstor, uno de los héroes de la Ilíada de Homero, hijo de Neleo y Cloris, y además, Rey de Pilos. Según los académicos de la honorable y ancestral lengua de los Mapuches, es muy probable que el nombre de este afamado cacique esté incompleto ya que entre los Mapuches, los nombres personales tenían siempre -e inseparablemente- un sustantivo y un adjetivo, como nos enseñó claramente nuestro egregio profesor de La Lengua Castellana, don Selim Sadek Nifuri. Estos épicos nombres Mapuches adquiridos, correspondían a animales y deberían relacionarse con un apodo o con una característica distintiva de dicho animal. Probablemente Ercilla desconocía esta regla, y por lo demás Don Alonso no hablaba Mapudungún, y en ese tiempo todavía no existía el "Correo de las Brujas", el que fué inventado por la Quintrala(1) años después.
(1) Catalina de los Ríos y Lisperguer (1604-1665) era una aristocrática terrateniente chilena del siglo XVII, apodada La Quintrala debido a su pelo rojo llameante. La nefasta Catalina de los Ríos era de descendencia española, alemana y Amerindia y era más mala que un yogurt de chorizo.
Al Colocolo con que me refiero a ustedes chilenos todos, es un vistoso felino pequeño con manchas y rayas, y que es nativo de las cuestas y las laderas del Centro y Norte de la Andeana Cordillera de Chile.
El Leopardus Colocolo, técnicamente llamado Lynchailurus Colocolo, es conocido también como el Gato de los Pajonales; o simplemente, Colocolo. El Colocolo es un felino o gato pequeño que tiene una longitud de cuerpo de entre 51 y 76 centímetros, una longitud de cola de 30 centímetros, casi tan larga como historia de pobre; y pesa entre los 3 y los 7 kilos. El color de su pelaje va desde el gris al café oscuro, con rayas y manchas de color marrón oscuro. Este gatico es un animal carnívoro al que se le distingue por poseer unos sólidos colmillos extraordinariamente fuertes, pero a la vez, tiene unos molares con puntas filudas que les sirven para desgarrar la carne de sus presas. El Colocolo posee unas enormes garras retráctiles, una excelente y clara visión nocturna, y para hacer todo esto trabajar al unísono, cuenta con un cuerpo sorprendentemente fuerte, inconcebiblemente rápido y más flexible que el increíble aguante de la clase obrera.
Este raro pero encantador mamífero es digitígrado, es decir, camina sobre sus dedos, no lo hace para no despertar a sus presas, sino para que los abogados deshonestos, los curas y los políticos no se enteren de que anda alrededor y lo hagan caer presa de las sucias prácticas de estos bucaneros cosmopolitas de pensamientos con Melanosis. Tiene las orejas muy pequeñas para ser un gato salvaje -pero a pesar de esto sabe escuchar, no como otros- y una lengua muy áspera (áspera y no suelta como los contrahechos morales nombrados anteriormente), y la aspereza de su lengua se debe a que sus papilas se encuentran dirigidas hacia atrás, y no a una naturaleza meramente cosmopolita.
Este extraordinario gato tiene un pelaje hermoso y bastante largo, y posee graciosas líneas oscuras en la parte de los hombros y la nuca. En las patas presenta severas franjas transversales oscuras; tan oscuras, como las nefastas esperanzas del desheredado, y tan transversales como las elucubraciones políticas.
Es un animal que tiene las orejas puntiagudas como la Pica (2) de Caupolicán, y un rostro ancho y veraz como las lejanas y utópicas esperanzas del desventurado. Se reproduce solo una vez al año como la Pascua, y dá a luz una camada de una a tres magníficas y hermosas crías tras un período de 80 días de gestación, suficiente tiempo como para dar la vuelta al mundo en un globo aerostático.
(2) Caupolicán después de ser capturado en la batalla de Antihuala, fué llevado ante el Conquistador Alonso de Reinoso, quien lo condenó a morir en la pica, una muerte terrible por empalamiento. El empalamiento es un método de tortura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca de madera puntiaguda. La penetración puede realizarse por un costado, por el recto, la vagina o por la boca. La estaca se solía clavar en el suelo dejando a la víctima colgada para que muriera de tremendos dolores y muy lentamente. El Alguacil de Campo Cristóbal de Arévalo fué el encargado de ejecutar a Caupolicán. Caupolicán fué subido y amarrado a una tarima que tenía un madero con punta cortado en la forma de la pica en el centro. Caupolicán, mostrando gran serenidad y valentía, miró soberbiamente a la multitud de españoles que lo contemplaban y dijo:
«Pues el hado y suerte mía me tienen esta suerte aparejada, vean que yo la pido, yo la quiero, que ningún mal hay grande y es postrero».
Aquí hay una muestra de la heredad de valentía y temeridad de la raza chilena, la que Don Alonso de Ercilla inmortalizó en "La Araucana". ¿Qué cosas, no?
Ficha Vital del Colocolo:
Hábitat: El Colocolo puede ser encontrado en las laderas del Norte y Centro de la Cordillera de Chile. Es nativo de la zona occidental central de América del Sur, que se expande desde Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Argentina, y hasta la Gloriosa República de Chile a través del equivocado nombre de la Cordillera de Los Andes.
Dieta: Los Colocolos se alimentan principalmente de pequeños mamales y algunas aves.
Reproducción: Después de un período de gestación de alrededor de 80 a 85 días, el Colocolo (en este caso la Colocola) dá nacimiento de 1 a 3 cachorros.
Depredadores: Abogados deshonestos, curas y políticos; conocidos en su hábitat natural urbano como Sangüijuelis Chupacabrus Cabronis.
Enemigos Naturales: Abogados deshonestos, curas y políticos; conocidos en su hábitat natural urbano como Sangüijuelis Chupacabrus Cabronis.
Sub-especies: Hay 2 sub-especies del Colocolo; el Leopardus Colocolo Colocolo, y el Leopardus Colocolo Wolffsohni, u Oncifelis Colocolo Wolffsohni.
Datos interesantes: El Colocolo es conocido también como Colocolo Pampas Cat, o Colocolo Gato de las Pampas, pero que los argentinos insisten en llamarlo "Ché Colocolo", ¿viste?
Estado de Conservación: Amenazado de extinción. Esta categoría es de acuerdo a La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), la cual fué fundada en Octubre de 1948 en Fontainebleau, Francia. Esta organización mundial tiene su sede principal en la ciudad de Gland, Suiza. En esta glandular ciudad, la UICN reúne a 83 estados, 108 agencias gubernamentales, 766 organizaciones no gubernamentales, y 81 organizaciones internacionales, con alrededor de 10.000 expertos y científicos de 181 países miembros. ¡Que lo parió!
También sabemos que el Colocolo comparte parcialmente su hábitat en el territorio Chileno con otro gatito pequeño -el elusivo y tímido Kodkod. ¿Ha notado usted que todos estos animales tienen el nombre repetido? ¿Colo-colo, Kod-kok? Aparentemente el Taxonomista que les puso los nombres era bien tartamudo hasta para escribir.
El Kodkod es el más pequeño de los gatos salvajes en el hemisferio occidental donde el más grande, es el jaguar. El Kodkod (Guigna de Leopardus), y también conocido como Guiña, es el gato más pequeño de las Américas, y se encuentra solamente en Chile central y meridional, con una presencia muy limitada en la Isla de Chiloé.
El Kodkod es un felino extremadamente recluído y no se adapta bien a las áreas disturbadas por el hombre, les tiene un terror ciego a los abogados, a los curas y a los políticos; y es por eso que viven en un estado de comportamiento alterado que llega a ser nocturno para evitar interferencia humana. Se dice en leyendas antiguas que este comportamiento lo adquirieron después de ver lo que le hicieron a Caupolicán, y es por eso que estos inteligentes y astutos felinos, al igual que el Colocolo, no quieren tener nada que ver con los seres humanos.
Un Colocolo Heroico
Se cuenta que en el belicoso año 1943 se creó una distinción muy importante y muy parecida la "Medalla al Valor" -la cara condecoración que Chile le dá a sus militares ejemplares- pero para animales: la Medalla Dickin.
Esta medalla era otorgada en reconocimiento al extraordinario valor con que ciertos animales prestaron críticos y estratégicos esfuerzos de ayuda y sacrificio durante las guerras, u otras situaciones especiales. Como ejemplos meramente paradigmáticos podemos señalar a los canes que eran utilizados durante las Segunda Guerra Mundial para localizar supervivientes, o el de las homéricas palomas que llevaban importantes mensajes entre la lluvia de balas y metralla.
Entre los años 1943 y 1949, se otorgó la inefable cifra de 54 medallas Dickin; 32 otorgadas a las osadas palomas, 18 para los audaces caninos, 3 a ciertos estoicos caballos, y 1 para un singular e insólito gato de nombre Simón.
¿Y el gato qué hizo para merecer este alto galardón de tan distinguida condecoración? Pues bien, este magno galardón lo conquistó el felino Simón durante su valeroso y heroico servicio sobreviviendo las ignominiosas intrigas del "Incidente de Yangtzé" en Abril de 1949 durante su viaje por el río Yangtzé hacia Nanjin, en China.
Como todos saben, Simón no era su verdadero nombre ni identidad, sino que eran su identidad y "nombre de guerra", ya que si caía en las infames manos del enemigo, su verdadera identidad (y la de su familia) estarían protegidas.
Simón viajaba como parte de la dotación del vapor de guerra Inglés Amethyst, un vapor de avanzada. Simón se embarcó al servicio de este navío de guerra en el puerto de Stonecutters Island, a principios de 1948 en Hong Kong.
Durante su travesía hacia Nanjin por el rio Yangtzé, el barco fué emboscado y sitiado por un ataque de los comunistas chinos, y durante varios días de asedio, muchos de la tripulación murieron a manos de sus brutales enemigos ambarinos. Durante la fiera contienda, el abogado deshonesto del Amethyst se cayó al agua infestada de tiburones hambrientos, cocodrilos ávidos y pirañas insaciables, pero no se lo comieron por cortesía profesional, ni tampoco se ahogó porque la mierda flota.
Al pequeño Simón -para salvar su vida de esta hecatombe-, no le quedó ninguna otra opción que huír a parapetarse en la cala del navío. Después de 5 largos y agobiadores días escondiéndose de los rojos enemigos, acosado por el hambre, agotado y consumido por el boicot, no tuvo más remedio que resurgir en cubierta.
Cuando Simón afloró a cubierta, estaba herido y aún temblando de terror, efectos de la traidora asonada del maldito escarlata chino, sosteniendo cuatro profundas heridas de metralla en su elástico cuerpo, quemaduras en su lustroso pelaje, y una horrible excoriación encefálica. La tripulación sobreviviente del ataque lo vendó y le procuraron cariñosa atención médica, y acto seguido lo pusieron a descansar. No obstante su precaria condición física, Simón se rehusó a descansar y mientras se recuperaba continuó cazando las ratas que apestaban el barco para evitar que estos sucios roedores les provocaran infecciones a sus compañeros que estaban heridos.
Después de que Simón terminaba su turno de cacería ratonil y sin tomarse un descanso, se dedicaba a patrullar entre sus compañeros enfermos, los que le veían pasar con su pequeña cabecita vendada y cojeando dolorosamente. Los supervivientes se sintieron reconfortados por el heroico y desinteresado ejemplo del minúsculo felino, y estrujaron fuerzas del ejemplo de Simón para seguir adelante, imitándole.
Simón, que a pesar de haber sido malamente herido, sirvió valiente y dedicadamente en el Amethyst durante y después del incidente Yangtzé. Acabó laboriosamente y con mucho denuedo y dolor con muchas de las pestilentes ratas que invadían el buque. Su ejemplar comportamiento fué del más alto nivel a pesar del las horrendas heridas que recibió a manos de la inusitada fiereza del ataque chino. Simón continuó liquidando sistemáticamente y con gran voluntad las ratas a razón de por lo menos, una por día. Esto fué muy importante porque las ratas infectaban a los tripulantes, y acababan con las provisiones del barco.
Simón, que vivió casi toda su vida en el mar, con el total descorazonamiento de sus compañeros de armas, murió cuatro días antes de recibir su merecida medalla. Fué dignamente enterrado con honores militares en el cementerio de animales de la P.D.S.A. (Peoples Dispensary For Sick Animals) en Inglaterra. En su epitafio se lee lo siguiente:
IN MEMORY OF
"SIMÓN"
SERVED IN H.M.S. AMETHYST
MAY 1948 - SEPTEMBER 1949
AWARDED DICKIN MEDAL
AUGUST 1949
DIED 28TH NOVEMBER 1949.
THROUGHOUT THE YANGTZE INCIDENT
HIS BEHAVIOUR WAS OF THE HIGHEST ORDER
Más de 60 años después de su muerte, algunos de los más polvorientos archivos secretos de Scotland Yard, de la CIA, de la DINA y de los Boy Scouts fueron de-clasificados oficialmente para conocimiento del público, y se descubrió con sorpresa en estos furtivos documentos de que Simón, el felino heroico, era un Colocolo chileno trabajando de agente secreto para la Corona Real Británica.
Usted dirá que yo inventé todo esto, pero le aseguro que no es así. Y si no me cree, pregúntele a Hércules Poirot, a Baden-Powell, o por lo menos tiene que darme algo de crédito por mi fértil imaginación. Cuando pueda y si puede y es capaz, levante su libre voz en templada defensa del Colocolo, este magnífico felino chileno que espera un poquito más de conciencia proveniente de sus bien amados, pero tan indolentes compatriotas.
El Loco.
Para comenzar, debo aclarar de que el Colocolo no es una pila de giles con camiseta blanca y mechas tiesas corriendo como energúmenos detrás de una pelota de 32 cascos que no les obedece en una cancha de pasto proletario, y que circulan mezclados con otro gallo con traje de cebra (o por lo menos con un atavío más exclusivo que el resto de los jugadores) que siempre está metido al medio del baile y güeviando p'arriba, p'abajo, a diestra y siniestra chiflando sin parar con un jodío silbato y repartiendo gratis y desinteresadamente unas pintorescas y originales tarjetitas de diferentes y vivos colores que aparentemente, no las quiere nadie.
Tampoco me refiero a aquel sabio Mapuche (Colo Colo), que alcanzó la fama de su gente cuando logró hacer elegir "Toqui" (líder militar) del pueblo Mapuche al Cacique Caupolicán. Esto lo consiguió mediante una prueba que consistía en levantar un pesado tronco, y mantenerlo sobre los hombros por la mayor duración posible. Al aceptar esta prueba para competir por el puesto, los caciques Mapuches Tucapel y Lincoyán, sin intentarlo le dan suficiente tiempo a Caupolicán para llegar a la reunión y adherirse a la prueba como participante. Caupolicán ganó la prueba ya que era el más fuerte de todos. Lo curioso de esto es que esta afición a los palitos terminó como un problema bastante peliagudo para el señor Caupolicán.
Dentro de la obra épica "La Araucana" de Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, Don Alonso le dá a Colo Colo un paralelo con el guerrero Néstor, uno de los héroes de la Ilíada de Homero, hijo de Neleo y Cloris, y además, Rey de Pilos. Según los académicos de la honorable y ancestral lengua de los Mapuches, es muy probable que el nombre de este afamado cacique esté incompleto ya que entre los Mapuches, los nombres personales tenían siempre -e inseparablemente- un sustantivo y un adjetivo, como nos enseñó claramente nuestro egregio profesor de La Lengua Castellana, don Selim Sadek Nifuri. Estos épicos nombres Mapuches adquiridos, correspondían a animales y deberían relacionarse con un apodo o con una característica distintiva de dicho animal. Probablemente Ercilla desconocía esta regla, y por lo demás Don Alonso no hablaba Mapudungún, y en ese tiempo todavía no existía el "Correo de las Brujas", el que fué inventado por la Quintrala(1) años después.
(1) Catalina de los Ríos y Lisperguer (1604-1665) era una aristocrática terrateniente chilena del siglo XVII, apodada La Quintrala debido a su pelo rojo llameante. La nefasta Catalina de los Ríos era de descendencia española, alemana y Amerindia y era más mala que un yogurt de chorizo.
Al Colocolo con que me refiero a ustedes chilenos todos, es un vistoso felino pequeño con manchas y rayas, y que es nativo de las cuestas y las laderas del Centro y Norte de la Andeana Cordillera de Chile.
El Leopardus Colocolo, técnicamente llamado Lynchailurus Colocolo, es conocido también como el Gato de los Pajonales; o simplemente, Colocolo. El Colocolo es un felino o gato pequeño que tiene una longitud de cuerpo de entre 51 y 76 centímetros, una longitud de cola de 30 centímetros, casi tan larga como historia de pobre; y pesa entre los 3 y los 7 kilos. El color de su pelaje va desde el gris al café oscuro, con rayas y manchas de color marrón oscuro. Este gatico es un animal carnívoro al que se le distingue por poseer unos sólidos colmillos extraordinariamente fuertes, pero a la vez, tiene unos molares con puntas filudas que les sirven para desgarrar la carne de sus presas. El Colocolo posee unas enormes garras retráctiles, una excelente y clara visión nocturna, y para hacer todo esto trabajar al unísono, cuenta con un cuerpo sorprendentemente fuerte, inconcebiblemente rápido y más flexible que el increíble aguante de la clase obrera.
Este raro pero encantador mamífero es digitígrado, es decir, camina sobre sus dedos, no lo hace para no despertar a sus presas, sino para que los abogados deshonestos, los curas y los políticos no se enteren de que anda alrededor y lo hagan caer presa de las sucias prácticas de estos bucaneros cosmopolitas de pensamientos con Melanosis. Tiene las orejas muy pequeñas para ser un gato salvaje -pero a pesar de esto sabe escuchar, no como otros- y una lengua muy áspera (áspera y no suelta como los contrahechos morales nombrados anteriormente), y la aspereza de su lengua se debe a que sus papilas se encuentran dirigidas hacia atrás, y no a una naturaleza meramente cosmopolita.
Este extraordinario gato tiene un pelaje hermoso y bastante largo, y posee graciosas líneas oscuras en la parte de los hombros y la nuca. En las patas presenta severas franjas transversales oscuras; tan oscuras, como las nefastas esperanzas del desheredado, y tan transversales como las elucubraciones políticas.
Es un animal que tiene las orejas puntiagudas como la Pica (2) de Caupolicán, y un rostro ancho y veraz como las lejanas y utópicas esperanzas del desventurado. Se reproduce solo una vez al año como la Pascua, y dá a luz una camada de una a tres magníficas y hermosas crías tras un período de 80 días de gestación, suficiente tiempo como para dar la vuelta al mundo en un globo aerostático.
(2) Caupolicán después de ser capturado en la batalla de Antihuala, fué llevado ante el Conquistador Alonso de Reinoso, quien lo condenó a morir en la pica, una muerte terrible por empalamiento. El empalamiento es un método de tortura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca de madera puntiaguda. La penetración puede realizarse por un costado, por el recto, la vagina o por la boca. La estaca se solía clavar en el suelo dejando a la víctima colgada para que muriera de tremendos dolores y muy lentamente. El Alguacil de Campo Cristóbal de Arévalo fué el encargado de ejecutar a Caupolicán. Caupolicán fué subido y amarrado a una tarima que tenía un madero con punta cortado en la forma de la pica en el centro. Caupolicán, mostrando gran serenidad y valentía, miró soberbiamente a la multitud de españoles que lo contemplaban y dijo:
«Pues el hado y suerte mía me tienen esta suerte aparejada, vean que yo la pido, yo la quiero, que ningún mal hay grande y es postrero».
Aquí hay una muestra de la heredad de valentía y temeridad de la raza chilena, la que Don Alonso de Ercilla inmortalizó en "La Araucana". ¿Qué cosas, no?
Ficha Vital del Colocolo:
Hábitat: El Colocolo puede ser encontrado en las laderas del Norte y Centro de la Cordillera de Chile. Es nativo de la zona occidental central de América del Sur, que se expande desde Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Argentina, y hasta la Gloriosa República de Chile a través del equivocado nombre de la Cordillera de Los Andes.
Dieta: Los Colocolos se alimentan principalmente de pequeños mamales y algunas aves.
Reproducción: Después de un período de gestación de alrededor de 80 a 85 días, el Colocolo (en este caso la Colocola) dá nacimiento de 1 a 3 cachorros.
Depredadores: Abogados deshonestos, curas y políticos; conocidos en su hábitat natural urbano como Sangüijuelis Chupacabrus Cabronis.
Enemigos Naturales: Abogados deshonestos, curas y políticos; conocidos en su hábitat natural urbano como Sangüijuelis Chupacabrus Cabronis.
Sub-especies: Hay 2 sub-especies del Colocolo; el Leopardus Colocolo Colocolo, y el Leopardus Colocolo Wolffsohni, u Oncifelis Colocolo Wolffsohni.
Datos interesantes: El Colocolo es conocido también como Colocolo Pampas Cat, o Colocolo Gato de las Pampas, pero que los argentinos insisten en llamarlo "Ché Colocolo", ¿viste?
Estado de Conservación: Amenazado de extinción. Esta categoría es de acuerdo a La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), la cual fué fundada en Octubre de 1948 en Fontainebleau, Francia. Esta organización mundial tiene su sede principal en la ciudad de Gland, Suiza. En esta glandular ciudad, la UICN reúne a 83 estados, 108 agencias gubernamentales, 766 organizaciones no gubernamentales, y 81 organizaciones internacionales, con alrededor de 10.000 expertos y científicos de 181 países miembros. ¡Que lo parió!
También sabemos que el Colocolo comparte parcialmente su hábitat en el territorio Chileno con otro gatito pequeño -el elusivo y tímido Kodkod. ¿Ha notado usted que todos estos animales tienen el nombre repetido? ¿Colo-colo, Kod-kok? Aparentemente el Taxonomista que les puso los nombres era bien tartamudo hasta para escribir.
El Kodkod es el más pequeño de los gatos salvajes en el hemisferio occidental donde el más grande, es el jaguar. El Kodkod (Guigna de Leopardus), y también conocido como Guiña, es el gato más pequeño de las Américas, y se encuentra solamente en Chile central y meridional, con una presencia muy limitada en la Isla de Chiloé.
El Kodkod es un felino extremadamente recluído y no se adapta bien a las áreas disturbadas por el hombre, les tiene un terror ciego a los abogados, a los curas y a los políticos; y es por eso que viven en un estado de comportamiento alterado que llega a ser nocturno para evitar interferencia humana. Se dice en leyendas antiguas que este comportamiento lo adquirieron después de ver lo que le hicieron a Caupolicán, y es por eso que estos inteligentes y astutos felinos, al igual que el Colocolo, no quieren tener nada que ver con los seres humanos.
Un Colocolo Heroico
Se cuenta que en el belicoso año 1943 se creó una distinción muy importante y muy parecida la "Medalla al Valor" -la cara condecoración que Chile le dá a sus militares ejemplares- pero para animales: la Medalla Dickin.
Esta medalla era otorgada en reconocimiento al extraordinario valor con que ciertos animales prestaron críticos y estratégicos esfuerzos de ayuda y sacrificio durante las guerras, u otras situaciones especiales. Como ejemplos meramente paradigmáticos podemos señalar a los canes que eran utilizados durante las Segunda Guerra Mundial para localizar supervivientes, o el de las homéricas palomas que llevaban importantes mensajes entre la lluvia de balas y metralla.
Entre los años 1943 y 1949, se otorgó la inefable cifra de 54 medallas Dickin; 32 otorgadas a las osadas palomas, 18 para los audaces caninos, 3 a ciertos estoicos caballos, y 1 para un singular e insólito gato de nombre Simón.
¿Y el gato qué hizo para merecer este alto galardón de tan distinguida condecoración? Pues bien, este magno galardón lo conquistó el felino Simón durante su valeroso y heroico servicio sobreviviendo las ignominiosas intrigas del "Incidente de Yangtzé" en Abril de 1949 durante su viaje por el río Yangtzé hacia Nanjin, en China.
Como todos saben, Simón no era su verdadero nombre ni identidad, sino que eran su identidad y "nombre de guerra", ya que si caía en las infames manos del enemigo, su verdadera identidad (y la de su familia) estarían protegidas.
Simón viajaba como parte de la dotación del vapor de guerra Inglés Amethyst, un vapor de avanzada. Simón se embarcó al servicio de este navío de guerra en el puerto de Stonecutters Island, a principios de 1948 en Hong Kong.
Durante su travesía hacia Nanjin por el rio Yangtzé, el barco fué emboscado y sitiado por un ataque de los comunistas chinos, y durante varios días de asedio, muchos de la tripulación murieron a manos de sus brutales enemigos ambarinos. Durante la fiera contienda, el abogado deshonesto del Amethyst se cayó al agua infestada de tiburones hambrientos, cocodrilos ávidos y pirañas insaciables, pero no se lo comieron por cortesía profesional, ni tampoco se ahogó porque la mierda flota.
Al pequeño Simón -para salvar su vida de esta hecatombe-, no le quedó ninguna otra opción que huír a parapetarse en la cala del navío. Después de 5 largos y agobiadores días escondiéndose de los rojos enemigos, acosado por el hambre, agotado y consumido por el boicot, no tuvo más remedio que resurgir en cubierta.
Cuando Simón afloró a cubierta, estaba herido y aún temblando de terror, efectos de la traidora asonada del maldito escarlata chino, sosteniendo cuatro profundas heridas de metralla en su elástico cuerpo, quemaduras en su lustroso pelaje, y una horrible excoriación encefálica. La tripulación sobreviviente del ataque lo vendó y le procuraron cariñosa atención médica, y acto seguido lo pusieron a descansar. No obstante su precaria condición física, Simón se rehusó a descansar y mientras se recuperaba continuó cazando las ratas que apestaban el barco para evitar que estos sucios roedores les provocaran infecciones a sus compañeros que estaban heridos.
Después de que Simón terminaba su turno de cacería ratonil y sin tomarse un descanso, se dedicaba a patrullar entre sus compañeros enfermos, los que le veían pasar con su pequeña cabecita vendada y cojeando dolorosamente. Los supervivientes se sintieron reconfortados por el heroico y desinteresado ejemplo del minúsculo felino, y estrujaron fuerzas del ejemplo de Simón para seguir adelante, imitándole.
Simón, que a pesar de haber sido malamente herido, sirvió valiente y dedicadamente en el Amethyst durante y después del incidente Yangtzé. Acabó laboriosamente y con mucho denuedo y dolor con muchas de las pestilentes ratas que invadían el buque. Su ejemplar comportamiento fué del más alto nivel a pesar del las horrendas heridas que recibió a manos de la inusitada fiereza del ataque chino. Simón continuó liquidando sistemáticamente y con gran voluntad las ratas a razón de por lo menos, una por día. Esto fué muy importante porque las ratas infectaban a los tripulantes, y acababan con las provisiones del barco.
Simón, que vivió casi toda su vida en el mar, con el total descorazonamiento de sus compañeros de armas, murió cuatro días antes de recibir su merecida medalla. Fué dignamente enterrado con honores militares en el cementerio de animales de la P.D.S.A. (Peoples Dispensary For Sick Animals) en Inglaterra. En su epitafio se lee lo siguiente:
IN MEMORY OF
"SIMÓN"
SERVED IN H.M.S. AMETHYST
MAY 1948 - SEPTEMBER 1949
AWARDED DICKIN MEDAL
AUGUST 1949
DIED 28TH NOVEMBER 1949.
THROUGHOUT THE YANGTZE INCIDENT
HIS BEHAVIOUR WAS OF THE HIGHEST ORDER
Más de 60 años después de su muerte, algunos de los más polvorientos archivos secretos de Scotland Yard, de la CIA, de la DINA y de los Boy Scouts fueron de-clasificados oficialmente para conocimiento del público, y se descubrió con sorpresa en estos furtivos documentos de que Simón, el felino heroico, era un Colocolo chileno trabajando de agente secreto para la Corona Real Británica.
Usted dirá que yo inventé todo esto, pero le aseguro que no es así. Y si no me cree, pregúntele a Hércules Poirot, a Baden-Powell, o por lo menos tiene que darme algo de crédito por mi fértil imaginación. Cuando pueda y si puede y es capaz, levante su libre voz en templada defensa del Colocolo, este magnífico felino chileno que espera un poquito más de conciencia proveniente de sus bien amados, pero tan indolentes compatriotas.
El Loco.
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lunes, 1 de agosto de 2011
El Parque Bestial Urbano
No sé si usted se ha habrá dado cuenta de que las ciudades en que vivimos; todas ellas, no son nada menos que un patético Parque Bestial Urbano lleno de animales dispares de todas clases y géneros. No me refiero al urbano "parque zoológico" porque en los parques zoológicos solo viven animales civilizados. El Parque Bestial Urbano es como la apócrifa e ilusoria Arca de Noé de una imaginación con sobredosis de esteroides y una cadena de problemas adenoideos endémicos, pero real. Hay una cantidad inverosímil de animales que existen y conviven en estas sociedades cosmopolitas desequilibradas concienzudamente por la pintoresca y egoísta repartición de la riqueza tangible, pero equilibrada por el carácter y naturaleza de sus salvajes y extraños habitantes.
Cuando emito el vocablo "riqueza" no me refiero como "ricos" a aquellas personas con más dinero y valores materiales que otros, a los cuales tan injustamente se les maltrata constantemente moral y socialmente por los depravados espiritualistas desviados, socialmente ciegos y flojos que siempre quieren algo por nada, y envidian y hablan mal de los que tienen más que ellos basados en un recelo completamente desalineado emocionalmente, malintencionado intelectualmente, y estimulado por una ideología moral practicante tan equivocada y tan desmedida como su incontinencia mental misma, barbárica y sin igual. Pero a la postre, este estereotipo de pensamiento es un producto típico de amebas mentales.
Cuando nombro "riqueza", me refiero a esos seres humanos que dejaron la calidad de animales cosmopolitas invertebrados socialmente acopiando una riqueza moral sólida, un haz de principios macizos y consistentes, un respeto por la ley y el orden, una educada observancia por sus congéneres, un desarrollo personal concreto del principio civilizado, y han amasado ideales prácticos, considerados e incluyentes. También, estos valiosos vertebrados han sido capaces de desarrollar y respetar una responsabilidad social e individual, una honestidad universal, una lealtad incondicional, un sentido responsable del estado de derecho; y ciertamente contribuyen a la cultura humana: un largo trecho desde los baladíes hombres con la gangrena moral de Jericó. En otras palabras, estos seres humanos "ricos" aglutinan consciente y voluntariamente los principios y los pilares básicos de la civilización moderna.
Pero al igual que un zoológico común y corriente, un Parque Bestial Urbano tiene animales. Animales de todas clases y aromas. Muchos animales. Entonces es menester nombrar algunos de ellos aquí para que podamos diferenciar sus géneros y sus distintivas idiosincrasias. Como les pasa a todos, a mí no me gustan todos los animales. Hay algunos que me gustan, otros que detesto, hay otros que me son indiferentes, hay otros que adoro, hay otros que me encabronan, hay otros que simplemente venero, y hay otros que espero se extingan lo antes posible. Todo depende de cómo nos identifiquemos con ellos.
¿Ha notado usted que las viejitas delicadas y las abuelitas tiernas siempre tienen perritos pequeños y cautivadores? ¡Es porque son como ellas! Este es el principio básico de la transferencia emocional y el paralelismo de identidad. Estas viejitas se hacen acompañar de estos perritos sumamente mansos, adorables, débiles como ellas y que requieren máximos cuidados, y que demandan mucho amor y cariño; ni más ni menos como las atenciones que las ancianitas mismas requieren.
Y claro, hay también aquellos que se creen Tarzán de Huerto sin regadío y tienen un Dobermann, o un Pastor Alemán, o un Bulldog con cara de maldito para expresar sus machismos aparentes y la vaga creencia de que tienen genitales extra. Y claro, ellos también los aman y los cuidan con el mismo cariño que lo hacen las viejitas, con la diferencia que cuando las viejitas se hartan del jodío perro porque se defecó o meó en la alfombra: les gritan: - ¡No vuelvas a hacer eso Lulú! ¡No te lo voy a permitir más!, y acto seguido recogen a Lulú con un apuro fingido y la ponen cariñosamente en el sillón mientras miran a Lulú seriamente con sus arrugados labios fruncidos haciéndole un puchero de reproche bien intencionado.
En cambio los dueños hormonales de los perrazos más grandes cuando éstos hacen lo mismo y los sacan de quicio, les gritan como desaforados: - ¡Sale perro culiao! ¡¿Por qué mierda no te v'ai a cagar afuera?!, ¡¿Cómo chuchas se te ocurre hacer esto?! -como si el perro les fuese a contestar-, y acto seguido y refunfuñando en voz alta incoherencias de un vocablo ininteligible emitidos por sus prepucios vocales, le pegan una tremenda patada al pobre perro por donde le caiga mientras que el despistado perro trata de esconderse donde pueda. Realmente no sé del origen de qué secreción glandular han salido estos mequetrefes.
Así como es bien sabido de que los dueños de animales, cualquiera que éstos sean, se comienzan a identificar con sus mascotas y hasta parecerse a ellas según dicen algunos, hay otros animales que se congregan dentro de las regiones cosmopolitas en jaurías, manadas y rebaños de su misma naturaleza horizontal, y que también son muy, pero muy parecidos entre ellos a través de sus cardinales esencias y recuas primitivas, las que comparten en casi todos sus rasgos existenciales.
Voy a nombrar a algunos de estos animales que constituyen estas piaras de peculiaridad cosmopolita. Antes de hacerlo, comprenda que cualquier parecido con su propia realidad o con la de su vecino es una mera coincidencia, y ésta indeliberada coincidencia quizá sea más real de lo que usted crea, quiera observar, o quiera aceptar, porque le guste o nó; usted probablemente también vive en uno de estos Parques Bestiales Urbanos. Empecemos por los animales que me gustan:
Me gustan los gatos. Los gatos son magníficos, pero un poco hinchapelotas porque son muy independientes y territoriales. A pesar de que los gatos son animales muy adaptables y "domésticos", y en contra de la inexperta creencia popular, su expectativa de vida está reducida en un ambiente hostil. Todo gato, de cualquier tamaño u origen, lleva inherente en sus genes los instintos básicos de su estado salvaje, y se acerca a los humanos por una actitud más de conveniencia y comodidad que de ingentes lazos de sentimientos de afecto. Si usted cree que el gato lo ama, ¡usted está loco! Esto no descarta la posibilidad de que algunas mascotas felinas lleguen a tener fuertes lazos afectivos con sus seres humanos elegidos. En fin, el gato hace lo que quiere, cuando quiere y donde quiere. No le pide permiso a nadie y no depende de su dueño para vivir en plenitud y comodidad, y cuando le dá la gana, para la cola y se marcha sin más trámite para el lado que sea que esté encarando. Los gatos son civilizados.
Ahora un animal que adoro. Adoro a los perros. Chicos y grandes, cualquier perro porque no necesito identificarme mucho con ellos. Todos los perros son cariñosos, leales, alegres, juguetones, y son una extraordinaria compañía. La mayoría de las veces son mejores que las personas. No importa cómo les tratemos, cuánto les gritemos y hasta cómo los castiguemos, ellos están siempre contentos de vernos, y nos reciben cada vez que llegamos a casa como si hubiésemos estado afuera de viaje por un largo tiempo. Apenas nos ven, saltan, mueven la cola con un frenesí que casi se les despega del culito, nos lengüetean y nos babean a más no poder, ¡y hay algunos que hasta se mean de felicidad! Dígame usted: ¿Cuantos amigos suyos hacen esto por usted? Los perros son entusiastas y devotos de sus amos. Cuando golpean su puerta, su perro sale disparado ladrando como si la visita fuera para él; y lo hace con el mismo ánimo cada vez que alguien golpea la puerta, sin importarle que la visita no sea nunca para él. Los perros son civilizados.
Aquí hay un animal que detesto. El Perezoso, mejor conocido como: empleado público. El Perezoso al igual que su congénere humano público ambos son folívoros, flojos y negligentes; y lo único que hacen durante todas sus vidas es comer, dormir y cagar. Hay excepciones por supuesto, pero yo no tengo la suerte de conocer a alguna todavía. A diferencia de sus semejantes cosmopolitas, los Perezosos de la selva misteriosa no se convierten milagrosamente en el correcaminos a las cinco de la tarde cuando hay que dejar la oficina. Lo milagroso de esto es que al otro día, apenas entran a la oficina, se transforman en Perezosos otra vez. ¡Vaya milagro de la naturaleza urbana! Esta actitud adquirida es producto neto de la carencia total de profilaxis sicológica que ha degenerado en profundas caries mentales. El depredador más grande y peligroso de este animalejo es el trabajo responsable. Los Perezosos no son civilizados.
Bueno, éste es un animal que me es bastante indiferente: el Pidulle(1). Este Enterobio Vermicularis es el vago cosmopolita, al cual sin poner mucho esfuerzo en buscar, usted puede encontrarlo sentado ociosamente en los bancos de las plazas hablando por su celular, vagando sin destino durante sus peregrinaciones en los Mall, durmiendo con la boca abierta en el maltratado pasto de los parques, fumándose la vida en las esquinas con sus inservibles amigos sin personalidad, y sentados en los cafés pretendiendo bizantinamente el estar haciendo negocios importantes con sus laptops acompañados de una pretérita tacita de café que les dura cuatro horas.
(1) Pidulle (Oxiuriasis): pequeñas lombrices que habitan y se revuelcan en la mierda ubicada en la parte final del intestino, más exactamente, en el ciego (ojetillo) intestinal grueso. Es un parásito Nematodo de los más pequeños, pero joden tanto como los políticos de calvicie intelectual.
También y muy a menudo se le encuentra apandillado en comité en los corredores de nuestras bufonas instituciones fiscales. Pero por cierto los Pidulles no nos son tan indiferentes después de todo ya que nos mantienen ocupados en actividades poco decorosas y socialmente sin gusto, como por ejemplo la de rascarse febrilmente los labios anales con el dedo pulgar mientras esbozamos una mueca semi-macabra de satisfacción y consuelo. Estos Pidulles sociales piensan que una docena de huevos frescos es caviar de gallina. No señor, los Pidulles no son civilizados.
Las tres alimañas que siguen en esta lista de sabandijas cosmopolitas sí que me encabronan y son las que me producen el eco seco y desabrido de las arcadas de mi espíritu. La primera, es la sanguijuela, o "político" como es mejor conocida por todos. No hay mucho que explicar acerca de estos quiltros sociales ya que todo el mundo sabe que son la desgracia personificada de la humanidad civilizada. Los políticos sin embargo, tienen una gracia muy singular que les diferencia particularmente del resto de los autóctonos del Parque Bestial Urbano cosmopolita: ¡se parecen a más de un animal! Por ejemplo, también se identifican muy cercanamente a través de una relación netamente de parentesco familiar, con los zorros y las ratas. Otra cosa que nunca me he podido explicar es ¿por qué a una mujer pública la llaman prostituta, pero a un hombre público le llaman "político"? ¿Qué cosas, no?
Las sanguijuelas políticas se diferencian de los científicos en que éstos últimos se esfuerzan por hacer posible lo imposible, mientras que los políticos se esfuerzan por hacer imposible lo posible. Por eso es que la política es la prostitución de la mente y del bienestar social, y la profundidad de sus ideas raramente va más allá de la superficie de sus grasientos y malolientes cueros cabelludos que más que cueros cabelludos, parecen escrotos prestados. He aprendido mucho basado en una enormidad de ejemplos contemporáneos e históricos de que los cabecillas políticos son un tropel desbandado de farsantes canallas, fuleros cobardes, mentirosos impostores y cuentistas traidores; casi todos incapaces de acaudillar a un pueblo inteligente, patriota y valeroso. Las sanguijuelas no son civilizadas. Esto lo digo con mucho respeto y cariño por las incomprendidas sanguijuelas reales. La diferencia fundamental entre una sanguijuela y un político, es que el político es el animal de la lengua larga y de las ideas cortas.
La segunda alimaña no merece mi abominación completa como el resto de las otras falacias humanas, pero estos vómitos morales me producen desagradables náuseas y sí me repugnan superlativamente. Ésta alimaña especial es el áspid clerical, el falso clítoris religioso; los curas. Más que repulsión, los curas me producen una despiadada lástima horriblemente amplia y espaciosa, más colosal que la que siento por la honesta e infortunada serpiente bíblica, que la pobre por decir la verdad y nada más que la verdad, fué sentenciada injusta e impúdicamente al averno por los siglos de los siglos. Amén. Suerte tuvo el procreador de que no existía el "FaceBook" en ese entonces. Los curas a la sazón, aparte de ser pedófilos y degenerados infantofilios, son una triste y resentida expresión intelectual de segunda clase. El áspid no es civilizado.
La tercera y la más sucia alimaña que yo más detesto, es el abogado deshonesto -- ¡verso!--. Y sí, aunque a usted le parezca tremendamente inverosímil e inexplicable, se sabe de la existencia de algunos abogados completamente honestos, los que están clasificados dentro del bestiario urbano como "Hombres de Ley". Nunca ha habido un parecido más grande y extraordinario entre una bestia inicua y un "humano". Es casi como si uno fuese el otro. El abogado deshonesto y la hiena son gemelos morales e intelectuales de una equivalencia y simetría genética portentosa. Ya vé usted, su dios personal comete grandes errores, y muy a menudo. Al abogado deshonesto se le puede clasificar como el modelo estándar de una bazofia tautóloga de alto precio, y a la pobre e inconsciente hiena (y deshonesta también por naturaleza hereditaria) como una tautologista prebenda; al final del día, ambas vanas existencias están construídas en inuendos absolutos que no justifican sus putrefactas existencias; ni siquiera en un perfil filosófico de cualquier analecta, por escuálida de que éste sea.
Los abogados deshonestos --estas formas de vida que penosamente sobrevivieron la Abiogénesis y que nunca pasaron una prueba Litmus-- son incuestionablemente los especímenes que yo más detesto con todas las fuerzas de mi existencia. Son el anticristo de todos los válidos principios morales y espirituales que gravitan sobre los seres humanos civilizados, tal como lo expresa y concede claramente y por escrito el Apóstol Juan acerca de estos libidinosos apóstatas sindicalistas (www.biblia.com). Uno de los grandes y más profundos valores morales de nuestra sociedad civilizada, es la superioridad personal y ejemplar a través de un probo respeto y obediencia de las reglas y cánones explícitos de comportamiento. Estos valores no son parte del arsenal de moralidad de estos confusos matones emocionales y promiscuos piratas urbanos: los abogados deshonestos, éstos que con su voraz apetito, vicio y desenfreno por la injusticia social, han parido la corrupción sin ningún dolor. No es raro encontrar grafiti en las murallas en los lugares que los abogados deshonestos frecuentan proclamando: ¡Muera el Roto Quezada!
Las enseñanzas morales enfatizan y acentúan la auto-cultivación personal del ser humano, la emulación del modelo de una moral ejemplarizadora, y la maestría del logro de un juicio experto, práctico, respetuoso y autoritativo; y no del mondo y lirondo conocimiento oportunista de las reglas. En otras palabras, éstas son las éticas de la virtud; y no la consumada antípoda adquiridas conscientemente por el abogado deshonesto. El depredador más peligroso para estas especies es la Ética Moral porque es una expresión demasiado grande para la comprensión y asimilación de esta piara. Las hienas no son civilizadas, y los abogados son escolásticos certificados de la deshonestidad y los catedráticos dómines del libertinaje moral. ¡Qué almorrana social más incómoda y embarazosa! Bueno, suficiente acerca del consorcio de estos antropófagos de la ética que convierten los principios morales en la más monstruosa Necrópolis de la Decencia.
Más sobre el Parque Bestial Urbano
Ahora, si usted se considera un participante activo de la "Carrera de Ratas", por favor reconsidere su digna y valiosa posición como ser humano. No se mezcle ni se deje arrastrar por el bodrio cosmopolita que flota en sus obscuros y empantanados océanos de sargazo intelectual. Acuérdese que camarón de se duerme, se lo culean los sapos. Dedíquese concentrada y honestamente a mejorarse a sí mismo como un digno ser humano en cada fibra de su naturaleza, conságrese a civilizarse concienzudamente, y aunque me quiera creer o nó, con esto logrará brindarse la felicidad permanente y recuperará el intrínseco e innato valor humano real que ya tantos han (o hemos) perdido.
Destínese a salir a la calle y a redescubrir que quizá usted no pertenece en su Parque Bestial Urbano local, y que usted es una clase diferente de "animal", y también descubra que el encontrarse a sí mismo no es tan difícil; lo que sí, toma cojones y valentía el alcanzarlo. Engalánese con una lustrosa armadura de valores morales, adornada con aquellas virtudes humanas suyas las que nunca ha perdido, y dedíquese a ser usted, un ciudadano moral y civilizado, un ser humano cabal, industrioso y productivo. Y hasta es posible de que encuentre a otros gladiadores tal como usted, decididamente involucrados en la misma ardua pero enaltecedora faena.
Esto será de un gran beneficio para su familia, para la sociedad en que habita, para la raza humana en conjunto, y por supuesto; para usted quien es el más importante integrante del Parque Bestial Urbano en que habita, porque en los Parques Bestiales Urbanos no se vive; sino que se habita. Tenga cuidado de todas maneras porque el ser civilizado no es un antídoto o una vacuna efectiva contra abogados deshonestos u otras basuritas y tumorcillos sociales de este tipo.
Yo le considero a usted como uno de mis lectores muy invisibles y tremendamente anónimos, le respeto incondicionalmente aunque no le conozca; y le dedico mis quizá perturbadores e insolentes pero realistas y muy honestos escritos, con un cariño único y una púdica pleitesía porque el que dá la cara en la calle a todos es usted, tal como lo hago yo. La cara que los demás observan en nosotros es simplemente la que reflejamos.
Ahora, ¿cara de qué tiene usted? ¿De civilita, de hiena, de perro, de gato, o de almorrana? Cara de raja no puede tener porque la raja no es un animal. Pues no sé qué cara tiene usted, ni tampoco sé cuál es el rostro que los otros le ven a usted, o el que usted les exhibe públicamente a la luz del día. De cualquier manera, todos los días usted se pone un rostro para salir a la calle y enfrentar la sociedad cotidiana, aunque sea una cara de huevón, o una cara de inocente y cándido bufón, o quizá su cara real. ¿Quién lo sabe? Cuando yo le vea, le diré platónica y diplomáticamente lo que pienso.
La cara es nuestra carta pública de presentación la cual leen e interpretan a diario nuestros prójimos conocidos y desconocidos, visibles e invisibles, honrados o abogados, sinceros o políticos, morales o curas. No cualquiera puede descifrar los escondidos jeroglíficos escritos en su talante, la mayoría solo pueden leer esas legibles marcas con que usted se adorna la cara a diario, y que sus lectores saben leerlas e interpretarlas con un gran nivel de destreza y clarividencia. Su cara es su fachada, es el traje moral que usted exhibe en su exuberante desfile diario por las barbáricas calles y los brumosos pasadizos de su ciudad --o Parque Bestial Urbano--, o como usted quiera llamarla.
Como la ropa, la cara se ensucia, y por más bien vestido que aparezca en sociedad, si su ropa está sucia y manchada, a veces es mejor circular en pelotas. ¿Cuántas de las caras que usted vé a diario, a su parecer; están sucias, o manchadas, o en ambos estados? Quizá no vea tantos rostros sucios como caras de hienas, de áspides o de sanguijuelas, o quizá caras de loros parlantes como la de mi cotorrienta suegra andando por las calles. Párese a mirar esos rostros más detenidamente la próxima vez que salga a la calle, pero asegúrese que su rostro esté limpio, o por lo menos; calato (2). ¿Ha notado que cuando usted mira a su prójimo en forma directa y abiertamente a los ojos, éste (o ésta) se pone tremendamente incómodo y al vuelo, desvía su mirada de la suya? ¡Pues claro, a través de los francos ojos se puede leer fácilmente lo que hay detrás de la máscara!
(2) Calato viene del vocablo Quechua: q'ala, que significa "desnudo" o "sin ropa". Esta palabra ha sido adoptada como parte del Castellano de diversas regiones de Sudamérica, especialmente en Chile. Los chilenos son extraordinarios. Es la única raza a la cual "se le para el hoyo".
En su ciudad debe haber millones, o cientos de miles, o por lo menos una cachada sumamente grande de gentes que exhiben sus rostros y se los leen mutua y recíprocamente, y los rostros de esta comparsa desorganizada quizá comunican más de lo que piensan. Para el que sabe leerlos, estos rostros enmascarados manifiestan su moralidad, su existencia misma. Cabe decir que la mayoría de la gente simplemente no sabe leer rostros. Usted habrá escuchado más de una vez a un congénere decir: "Este gallo tiene cara de gil". En realidad es la pura cara de gil porque es todo lo que usted puede ver, y además es su opinión personal. De todas formas, ¿sabe usted lo que es un gil? ¿Bajo la autoridad de quién? Humm, esto me huele a estreñimiento cerebral…
Para poder desenredar con certeza y veracidad los intrínsecos significados y mensajes empotrados en las lingüísticas manifestaciones y filologías de las caras de los demás, uno tiene que tener una moral límpida y un carácter desarrollado, o por lo menos, exhibir un porcentaje decente de civilidad; y no ser "cara de palo" como la mayoría de los demás.
¿Soy yo civilizado? ¡Por supuesto que nó señor! ¡Que vá! De acuerdo al gráfico Coa(3) chileno, yo soy un "pobre y triste huevón". Como a mí aún me queda mucha naturaleza de bestia ignominiosa y como estoy medio atorado entre las incivilidades urbanas y los seres civilizados, y sigo siento una triste mutación entre animalejo y humano; sigo trabajando arduamente y sin descanso por una mejoría cívica y espiritual personal para poder un glorioso día, engrosar merecidamente las filas de los "civilitas" evolucionados. A pesar de esto, todavía puedo leer la cara de una traidora y sucia hiena, oler la pestilencia de las inmundas sanguijuelas, y escuchar el siseo engañador y tramposo de los traidores áspides desde un largo kilómetro de distancia, aunque esté nublado y lloviendo.
(3) El Coa es el lenguaje oficial de la delincuencia chilena. Normalmente cualquier lenguaje mal usado degenera en una jerga o en un argot, fenómenos que representan un incivilizado parásito lingüístico. El Coa es peor que esto. La palabra coa tiene su origen en la palabra española "coba", que significa embuste o adulación falsa, y se dice que está originada en el caló español, el lenguaje de los gitanos. Como sea que sea el cuento, los chilenos se las arreglaron para transformar la palabrita hasta que llegó a ser "Coa". En Castellano podríamos expresar nuestra admiración diciendo: "¡Esto es increíble!"; en Coa chileno esto se diría: "¡Estos güeones la cagaron, po!".
Para bien o para mal, yo vivo en un Parque Bestial Urbano bastante grande y que está saturado de estos dañinos y deletéreos cernícalos, pero esto no es lo peor ni lo que me preocupe más. Lo más alarmante y perturbador para mí es que estos gorgojos no solo andan todos sueltos y dispersos por el Parque Bestial Urbano, ¡sino que estas sabandijas son capaces de reproducirse! Esto último, es la más casta expresión fonética hablada de la fórmula del terror más atroz, notorio, comprimido y agobiante que he conocido en toda mi expuesta vida.
Si usted piensa que por el carácter de lo que yo escribo soy una persona discriminante, segregadora y leonina, usted está inmerso en un estado sumamente, intensamente, hondamente, supremamente y tristemente despistado, pero aún así usted tiene algo de razón; porque a pesar de lo que enuncio abiertamente, yo no estoy completamente civilizado aún. Y quizá como usted, yo soy simplemente una persona de gustos y preferencias cuasi-civilizadas sumamente refinadas, y mis sentimientos discriminativos no están dirigidos a la raza o a la razón, sino que sus raíces perduran en el sueño de la civilidad. ¿Qué cosas, no?
Lo único que le pido encarecidamente a usted mi querido lector, es que en su ardua jornada hacia la liberadora civilidad, sacúdase ese comportamiento de boya que flota gandulezcamente en el amplio mar de la inconsciencia, y por favor haga un esfuerzo supremo y costoso, y no se deje arrastrar inmerecidamente por la miopía social, la hipoacusia moral ni la cofosis intelectual. No se encierre en las letrinas nomotéticas infestadas del S.I.D.A. legal, de la sífilis política y del coma religioso que nos traen consuetudinariamente los rapaces buitres del sentido común.
Mire al futuro con un espíritu totalmente exento de ametropía en su conciencia de Hombre, porque usted, ante todo es un Hombre. Deshágase de ese cultivado nihilismo intelectual hereditario que se le cuelga porfiadamente como una rémora hambrienta de cada pensamiento, de cada pálpito de su vida, y de cada hebra de su existencia. Cuando logre cabalmente este espíritu libre; si es usted una dama, se sentirá y danzará como las Doncellas Polovetsianas; y si usted es un caballero, se sentirá y obrará como El Cid Campeador. ¡Buena suerte en su jornada! ¡Oh!, casi se me olvidaba: ¡por favor hágalo con extreme urgencia!
El Loco.
Cuando emito el vocablo "riqueza" no me refiero como "ricos" a aquellas personas con más dinero y valores materiales que otros, a los cuales tan injustamente se les maltrata constantemente moral y socialmente por los depravados espiritualistas desviados, socialmente ciegos y flojos que siempre quieren algo por nada, y envidian y hablan mal de los que tienen más que ellos basados en un recelo completamente desalineado emocionalmente, malintencionado intelectualmente, y estimulado por una ideología moral practicante tan equivocada y tan desmedida como su incontinencia mental misma, barbárica y sin igual. Pero a la postre, este estereotipo de pensamiento es un producto típico de amebas mentales.
Cuando nombro "riqueza", me refiero a esos seres humanos que dejaron la calidad de animales cosmopolitas invertebrados socialmente acopiando una riqueza moral sólida, un haz de principios macizos y consistentes, un respeto por la ley y el orden, una educada observancia por sus congéneres, un desarrollo personal concreto del principio civilizado, y han amasado ideales prácticos, considerados e incluyentes. También, estos valiosos vertebrados han sido capaces de desarrollar y respetar una responsabilidad social e individual, una honestidad universal, una lealtad incondicional, un sentido responsable del estado de derecho; y ciertamente contribuyen a la cultura humana: un largo trecho desde los baladíes hombres con la gangrena moral de Jericó. En otras palabras, estos seres humanos "ricos" aglutinan consciente y voluntariamente los principios y los pilares básicos de la civilización moderna.
Pero al igual que un zoológico común y corriente, un Parque Bestial Urbano tiene animales. Animales de todas clases y aromas. Muchos animales. Entonces es menester nombrar algunos de ellos aquí para que podamos diferenciar sus géneros y sus distintivas idiosincrasias. Como les pasa a todos, a mí no me gustan todos los animales. Hay algunos que me gustan, otros que detesto, hay otros que me son indiferentes, hay otros que adoro, hay otros que me encabronan, hay otros que simplemente venero, y hay otros que espero se extingan lo antes posible. Todo depende de cómo nos identifiquemos con ellos.
¿Ha notado usted que las viejitas delicadas y las abuelitas tiernas siempre tienen perritos pequeños y cautivadores? ¡Es porque son como ellas! Este es el principio básico de la transferencia emocional y el paralelismo de identidad. Estas viejitas se hacen acompañar de estos perritos sumamente mansos, adorables, débiles como ellas y que requieren máximos cuidados, y que demandan mucho amor y cariño; ni más ni menos como las atenciones que las ancianitas mismas requieren.
Y claro, hay también aquellos que se creen Tarzán de Huerto sin regadío y tienen un Dobermann, o un Pastor Alemán, o un Bulldog con cara de maldito para expresar sus machismos aparentes y la vaga creencia de que tienen genitales extra. Y claro, ellos también los aman y los cuidan con el mismo cariño que lo hacen las viejitas, con la diferencia que cuando las viejitas se hartan del jodío perro porque se defecó o meó en la alfombra: les gritan: - ¡No vuelvas a hacer eso Lulú! ¡No te lo voy a permitir más!, y acto seguido recogen a Lulú con un apuro fingido y la ponen cariñosamente en el sillón mientras miran a Lulú seriamente con sus arrugados labios fruncidos haciéndole un puchero de reproche bien intencionado.
En cambio los dueños hormonales de los perrazos más grandes cuando éstos hacen lo mismo y los sacan de quicio, les gritan como desaforados: - ¡Sale perro culiao! ¡¿Por qué mierda no te v'ai a cagar afuera?!, ¡¿Cómo chuchas se te ocurre hacer esto?! -como si el perro les fuese a contestar-, y acto seguido y refunfuñando en voz alta incoherencias de un vocablo ininteligible emitidos por sus prepucios vocales, le pegan una tremenda patada al pobre perro por donde le caiga mientras que el despistado perro trata de esconderse donde pueda. Realmente no sé del origen de qué secreción glandular han salido estos mequetrefes.
Así como es bien sabido de que los dueños de animales, cualquiera que éstos sean, se comienzan a identificar con sus mascotas y hasta parecerse a ellas según dicen algunos, hay otros animales que se congregan dentro de las regiones cosmopolitas en jaurías, manadas y rebaños de su misma naturaleza horizontal, y que también son muy, pero muy parecidos entre ellos a través de sus cardinales esencias y recuas primitivas, las que comparten en casi todos sus rasgos existenciales.
Voy a nombrar a algunos de estos animales que constituyen estas piaras de peculiaridad cosmopolita. Antes de hacerlo, comprenda que cualquier parecido con su propia realidad o con la de su vecino es una mera coincidencia, y ésta indeliberada coincidencia quizá sea más real de lo que usted crea, quiera observar, o quiera aceptar, porque le guste o nó; usted probablemente también vive en uno de estos Parques Bestiales Urbanos. Empecemos por los animales que me gustan:
Me gustan los gatos. Los gatos son magníficos, pero un poco hinchapelotas porque son muy independientes y territoriales. A pesar de que los gatos son animales muy adaptables y "domésticos", y en contra de la inexperta creencia popular, su expectativa de vida está reducida en un ambiente hostil. Todo gato, de cualquier tamaño u origen, lleva inherente en sus genes los instintos básicos de su estado salvaje, y se acerca a los humanos por una actitud más de conveniencia y comodidad que de ingentes lazos de sentimientos de afecto. Si usted cree que el gato lo ama, ¡usted está loco! Esto no descarta la posibilidad de que algunas mascotas felinas lleguen a tener fuertes lazos afectivos con sus seres humanos elegidos. En fin, el gato hace lo que quiere, cuando quiere y donde quiere. No le pide permiso a nadie y no depende de su dueño para vivir en plenitud y comodidad, y cuando le dá la gana, para la cola y se marcha sin más trámite para el lado que sea que esté encarando. Los gatos son civilizados.
Ahora un animal que adoro. Adoro a los perros. Chicos y grandes, cualquier perro porque no necesito identificarme mucho con ellos. Todos los perros son cariñosos, leales, alegres, juguetones, y son una extraordinaria compañía. La mayoría de las veces son mejores que las personas. No importa cómo les tratemos, cuánto les gritemos y hasta cómo los castiguemos, ellos están siempre contentos de vernos, y nos reciben cada vez que llegamos a casa como si hubiésemos estado afuera de viaje por un largo tiempo. Apenas nos ven, saltan, mueven la cola con un frenesí que casi se les despega del culito, nos lengüetean y nos babean a más no poder, ¡y hay algunos que hasta se mean de felicidad! Dígame usted: ¿Cuantos amigos suyos hacen esto por usted? Los perros son entusiastas y devotos de sus amos. Cuando golpean su puerta, su perro sale disparado ladrando como si la visita fuera para él; y lo hace con el mismo ánimo cada vez que alguien golpea la puerta, sin importarle que la visita no sea nunca para él. Los perros son civilizados.
Aquí hay un animal que detesto. El Perezoso, mejor conocido como: empleado público. El Perezoso al igual que su congénere humano público ambos son folívoros, flojos y negligentes; y lo único que hacen durante todas sus vidas es comer, dormir y cagar. Hay excepciones por supuesto, pero yo no tengo la suerte de conocer a alguna todavía. A diferencia de sus semejantes cosmopolitas, los Perezosos de la selva misteriosa no se convierten milagrosamente en el correcaminos a las cinco de la tarde cuando hay que dejar la oficina. Lo milagroso de esto es que al otro día, apenas entran a la oficina, se transforman en Perezosos otra vez. ¡Vaya milagro de la naturaleza urbana! Esta actitud adquirida es producto neto de la carencia total de profilaxis sicológica que ha degenerado en profundas caries mentales. El depredador más grande y peligroso de este animalejo es el trabajo responsable. Los Perezosos no son civilizados.
Bueno, éste es un animal que me es bastante indiferente: el Pidulle(1). Este Enterobio Vermicularis es el vago cosmopolita, al cual sin poner mucho esfuerzo en buscar, usted puede encontrarlo sentado ociosamente en los bancos de las plazas hablando por su celular, vagando sin destino durante sus peregrinaciones en los Mall, durmiendo con la boca abierta en el maltratado pasto de los parques, fumándose la vida en las esquinas con sus inservibles amigos sin personalidad, y sentados en los cafés pretendiendo bizantinamente el estar haciendo negocios importantes con sus laptops acompañados de una pretérita tacita de café que les dura cuatro horas.
(1) Pidulle (Oxiuriasis): pequeñas lombrices que habitan y se revuelcan en la mierda ubicada en la parte final del intestino, más exactamente, en el ciego (ojetillo) intestinal grueso. Es un parásito Nematodo de los más pequeños, pero joden tanto como los políticos de calvicie intelectual.
También y muy a menudo se le encuentra apandillado en comité en los corredores de nuestras bufonas instituciones fiscales. Pero por cierto los Pidulles no nos son tan indiferentes después de todo ya que nos mantienen ocupados en actividades poco decorosas y socialmente sin gusto, como por ejemplo la de rascarse febrilmente los labios anales con el dedo pulgar mientras esbozamos una mueca semi-macabra de satisfacción y consuelo. Estos Pidulles sociales piensan que una docena de huevos frescos es caviar de gallina. No señor, los Pidulles no son civilizados.
Las tres alimañas que siguen en esta lista de sabandijas cosmopolitas sí que me encabronan y son las que me producen el eco seco y desabrido de las arcadas de mi espíritu. La primera, es la sanguijuela, o "político" como es mejor conocida por todos. No hay mucho que explicar acerca de estos quiltros sociales ya que todo el mundo sabe que son la desgracia personificada de la humanidad civilizada. Los políticos sin embargo, tienen una gracia muy singular que les diferencia particularmente del resto de los autóctonos del Parque Bestial Urbano cosmopolita: ¡se parecen a más de un animal! Por ejemplo, también se identifican muy cercanamente a través de una relación netamente de parentesco familiar, con los zorros y las ratas. Otra cosa que nunca me he podido explicar es ¿por qué a una mujer pública la llaman prostituta, pero a un hombre público le llaman "político"? ¿Qué cosas, no?
Las sanguijuelas políticas se diferencian de los científicos en que éstos últimos se esfuerzan por hacer posible lo imposible, mientras que los políticos se esfuerzan por hacer imposible lo posible. Por eso es que la política es la prostitución de la mente y del bienestar social, y la profundidad de sus ideas raramente va más allá de la superficie de sus grasientos y malolientes cueros cabelludos que más que cueros cabelludos, parecen escrotos prestados. He aprendido mucho basado en una enormidad de ejemplos contemporáneos e históricos de que los cabecillas políticos son un tropel desbandado de farsantes canallas, fuleros cobardes, mentirosos impostores y cuentistas traidores; casi todos incapaces de acaudillar a un pueblo inteligente, patriota y valeroso. Las sanguijuelas no son civilizadas. Esto lo digo con mucho respeto y cariño por las incomprendidas sanguijuelas reales. La diferencia fundamental entre una sanguijuela y un político, es que el político es el animal de la lengua larga y de las ideas cortas.
La segunda alimaña no merece mi abominación completa como el resto de las otras falacias humanas, pero estos vómitos morales me producen desagradables náuseas y sí me repugnan superlativamente. Ésta alimaña especial es el áspid clerical, el falso clítoris religioso; los curas. Más que repulsión, los curas me producen una despiadada lástima horriblemente amplia y espaciosa, más colosal que la que siento por la honesta e infortunada serpiente bíblica, que la pobre por decir la verdad y nada más que la verdad, fué sentenciada injusta e impúdicamente al averno por los siglos de los siglos. Amén. Suerte tuvo el procreador de que no existía el "FaceBook" en ese entonces. Los curas a la sazón, aparte de ser pedófilos y degenerados infantofilios, son una triste y resentida expresión intelectual de segunda clase. El áspid no es civilizado.
La tercera y la más sucia alimaña que yo más detesto, es el abogado deshonesto -- ¡verso!--. Y sí, aunque a usted le parezca tremendamente inverosímil e inexplicable, se sabe de la existencia de algunos abogados completamente honestos, los que están clasificados dentro del bestiario urbano como "Hombres de Ley". Nunca ha habido un parecido más grande y extraordinario entre una bestia inicua y un "humano". Es casi como si uno fuese el otro. El abogado deshonesto y la hiena son gemelos morales e intelectuales de una equivalencia y simetría genética portentosa. Ya vé usted, su dios personal comete grandes errores, y muy a menudo. Al abogado deshonesto se le puede clasificar como el modelo estándar de una bazofia tautóloga de alto precio, y a la pobre e inconsciente hiena (y deshonesta también por naturaleza hereditaria) como una tautologista prebenda; al final del día, ambas vanas existencias están construídas en inuendos absolutos que no justifican sus putrefactas existencias; ni siquiera en un perfil filosófico de cualquier analecta, por escuálida de que éste sea.
Los abogados deshonestos --estas formas de vida que penosamente sobrevivieron la Abiogénesis y que nunca pasaron una prueba Litmus-- son incuestionablemente los especímenes que yo más detesto con todas las fuerzas de mi existencia. Son el anticristo de todos los válidos principios morales y espirituales que gravitan sobre los seres humanos civilizados, tal como lo expresa y concede claramente y por escrito el Apóstol Juan acerca de estos libidinosos apóstatas sindicalistas (www.biblia.com). Uno de los grandes y más profundos valores morales de nuestra sociedad civilizada, es la superioridad personal y ejemplar a través de un probo respeto y obediencia de las reglas y cánones explícitos de comportamiento. Estos valores no son parte del arsenal de moralidad de estos confusos matones emocionales y promiscuos piratas urbanos: los abogados deshonestos, éstos que con su voraz apetito, vicio y desenfreno por la injusticia social, han parido la corrupción sin ningún dolor. No es raro encontrar grafiti en las murallas en los lugares que los abogados deshonestos frecuentan proclamando: ¡Muera el Roto Quezada!
Las enseñanzas morales enfatizan y acentúan la auto-cultivación personal del ser humano, la emulación del modelo de una moral ejemplarizadora, y la maestría del logro de un juicio experto, práctico, respetuoso y autoritativo; y no del mondo y lirondo conocimiento oportunista de las reglas. En otras palabras, éstas son las éticas de la virtud; y no la consumada antípoda adquiridas conscientemente por el abogado deshonesto. El depredador más peligroso para estas especies es la Ética Moral porque es una expresión demasiado grande para la comprensión y asimilación de esta piara. Las hienas no son civilizadas, y los abogados son escolásticos certificados de la deshonestidad y los catedráticos dómines del libertinaje moral. ¡Qué almorrana social más incómoda y embarazosa! Bueno, suficiente acerca del consorcio de estos antropófagos de la ética que convierten los principios morales en la más monstruosa Necrópolis de la Decencia.
Más sobre el Parque Bestial Urbano
Ahora, si usted se considera un participante activo de la "Carrera de Ratas", por favor reconsidere su digna y valiosa posición como ser humano. No se mezcle ni se deje arrastrar por el bodrio cosmopolita que flota en sus obscuros y empantanados océanos de sargazo intelectual. Acuérdese que camarón de se duerme, se lo culean los sapos. Dedíquese concentrada y honestamente a mejorarse a sí mismo como un digno ser humano en cada fibra de su naturaleza, conságrese a civilizarse concienzudamente, y aunque me quiera creer o nó, con esto logrará brindarse la felicidad permanente y recuperará el intrínseco e innato valor humano real que ya tantos han (o hemos) perdido.
Destínese a salir a la calle y a redescubrir que quizá usted no pertenece en su Parque Bestial Urbano local, y que usted es una clase diferente de "animal", y también descubra que el encontrarse a sí mismo no es tan difícil; lo que sí, toma cojones y valentía el alcanzarlo. Engalánese con una lustrosa armadura de valores morales, adornada con aquellas virtudes humanas suyas las que nunca ha perdido, y dedíquese a ser usted, un ciudadano moral y civilizado, un ser humano cabal, industrioso y productivo. Y hasta es posible de que encuentre a otros gladiadores tal como usted, decididamente involucrados en la misma ardua pero enaltecedora faena.
Esto será de un gran beneficio para su familia, para la sociedad en que habita, para la raza humana en conjunto, y por supuesto; para usted quien es el más importante integrante del Parque Bestial Urbano en que habita, porque en los Parques Bestiales Urbanos no se vive; sino que se habita. Tenga cuidado de todas maneras porque el ser civilizado no es un antídoto o una vacuna efectiva contra abogados deshonestos u otras basuritas y tumorcillos sociales de este tipo.
Yo le considero a usted como uno de mis lectores muy invisibles y tremendamente anónimos, le respeto incondicionalmente aunque no le conozca; y le dedico mis quizá perturbadores e insolentes pero realistas y muy honestos escritos, con un cariño único y una púdica pleitesía porque el que dá la cara en la calle a todos es usted, tal como lo hago yo. La cara que los demás observan en nosotros es simplemente la que reflejamos.
Ahora, ¿cara de qué tiene usted? ¿De civilita, de hiena, de perro, de gato, o de almorrana? Cara de raja no puede tener porque la raja no es un animal. Pues no sé qué cara tiene usted, ni tampoco sé cuál es el rostro que los otros le ven a usted, o el que usted les exhibe públicamente a la luz del día. De cualquier manera, todos los días usted se pone un rostro para salir a la calle y enfrentar la sociedad cotidiana, aunque sea una cara de huevón, o una cara de inocente y cándido bufón, o quizá su cara real. ¿Quién lo sabe? Cuando yo le vea, le diré platónica y diplomáticamente lo que pienso.
La cara es nuestra carta pública de presentación la cual leen e interpretan a diario nuestros prójimos conocidos y desconocidos, visibles e invisibles, honrados o abogados, sinceros o políticos, morales o curas. No cualquiera puede descifrar los escondidos jeroglíficos escritos en su talante, la mayoría solo pueden leer esas legibles marcas con que usted se adorna la cara a diario, y que sus lectores saben leerlas e interpretarlas con un gran nivel de destreza y clarividencia. Su cara es su fachada, es el traje moral que usted exhibe en su exuberante desfile diario por las barbáricas calles y los brumosos pasadizos de su ciudad --o Parque Bestial Urbano--, o como usted quiera llamarla.
Como la ropa, la cara se ensucia, y por más bien vestido que aparezca en sociedad, si su ropa está sucia y manchada, a veces es mejor circular en pelotas. ¿Cuántas de las caras que usted vé a diario, a su parecer; están sucias, o manchadas, o en ambos estados? Quizá no vea tantos rostros sucios como caras de hienas, de áspides o de sanguijuelas, o quizá caras de loros parlantes como la de mi cotorrienta suegra andando por las calles. Párese a mirar esos rostros más detenidamente la próxima vez que salga a la calle, pero asegúrese que su rostro esté limpio, o por lo menos; calato (2). ¿Ha notado que cuando usted mira a su prójimo en forma directa y abiertamente a los ojos, éste (o ésta) se pone tremendamente incómodo y al vuelo, desvía su mirada de la suya? ¡Pues claro, a través de los francos ojos se puede leer fácilmente lo que hay detrás de la máscara!
(2) Calato viene del vocablo Quechua: q'ala, que significa "desnudo" o "sin ropa". Esta palabra ha sido adoptada como parte del Castellano de diversas regiones de Sudamérica, especialmente en Chile. Los chilenos son extraordinarios. Es la única raza a la cual "se le para el hoyo".
En su ciudad debe haber millones, o cientos de miles, o por lo menos una cachada sumamente grande de gentes que exhiben sus rostros y se los leen mutua y recíprocamente, y los rostros de esta comparsa desorganizada quizá comunican más de lo que piensan. Para el que sabe leerlos, estos rostros enmascarados manifiestan su moralidad, su existencia misma. Cabe decir que la mayoría de la gente simplemente no sabe leer rostros. Usted habrá escuchado más de una vez a un congénere decir: "Este gallo tiene cara de gil". En realidad es la pura cara de gil porque es todo lo que usted puede ver, y además es su opinión personal. De todas formas, ¿sabe usted lo que es un gil? ¿Bajo la autoridad de quién? Humm, esto me huele a estreñimiento cerebral…
Para poder desenredar con certeza y veracidad los intrínsecos significados y mensajes empotrados en las lingüísticas manifestaciones y filologías de las caras de los demás, uno tiene que tener una moral límpida y un carácter desarrollado, o por lo menos, exhibir un porcentaje decente de civilidad; y no ser "cara de palo" como la mayoría de los demás.
¿Soy yo civilizado? ¡Por supuesto que nó señor! ¡Que vá! De acuerdo al gráfico Coa(3) chileno, yo soy un "pobre y triste huevón". Como a mí aún me queda mucha naturaleza de bestia ignominiosa y como estoy medio atorado entre las incivilidades urbanas y los seres civilizados, y sigo siento una triste mutación entre animalejo y humano; sigo trabajando arduamente y sin descanso por una mejoría cívica y espiritual personal para poder un glorioso día, engrosar merecidamente las filas de los "civilitas" evolucionados. A pesar de esto, todavía puedo leer la cara de una traidora y sucia hiena, oler la pestilencia de las inmundas sanguijuelas, y escuchar el siseo engañador y tramposo de los traidores áspides desde un largo kilómetro de distancia, aunque esté nublado y lloviendo.
(3) El Coa es el lenguaje oficial de la delincuencia chilena. Normalmente cualquier lenguaje mal usado degenera en una jerga o en un argot, fenómenos que representan un incivilizado parásito lingüístico. El Coa es peor que esto. La palabra coa tiene su origen en la palabra española "coba", que significa embuste o adulación falsa, y se dice que está originada en el caló español, el lenguaje de los gitanos. Como sea que sea el cuento, los chilenos se las arreglaron para transformar la palabrita hasta que llegó a ser "Coa". En Castellano podríamos expresar nuestra admiración diciendo: "¡Esto es increíble!"; en Coa chileno esto se diría: "¡Estos güeones la cagaron, po!".
Para bien o para mal, yo vivo en un Parque Bestial Urbano bastante grande y que está saturado de estos dañinos y deletéreos cernícalos, pero esto no es lo peor ni lo que me preocupe más. Lo más alarmante y perturbador para mí es que estos gorgojos no solo andan todos sueltos y dispersos por el Parque Bestial Urbano, ¡sino que estas sabandijas son capaces de reproducirse! Esto último, es la más casta expresión fonética hablada de la fórmula del terror más atroz, notorio, comprimido y agobiante que he conocido en toda mi expuesta vida.
Si usted piensa que por el carácter de lo que yo escribo soy una persona discriminante, segregadora y leonina, usted está inmerso en un estado sumamente, intensamente, hondamente, supremamente y tristemente despistado, pero aún así usted tiene algo de razón; porque a pesar de lo que enuncio abiertamente, yo no estoy completamente civilizado aún. Y quizá como usted, yo soy simplemente una persona de gustos y preferencias cuasi-civilizadas sumamente refinadas, y mis sentimientos discriminativos no están dirigidos a la raza o a la razón, sino que sus raíces perduran en el sueño de la civilidad. ¿Qué cosas, no?
Lo único que le pido encarecidamente a usted mi querido lector, es que en su ardua jornada hacia la liberadora civilidad, sacúdase ese comportamiento de boya que flota gandulezcamente en el amplio mar de la inconsciencia, y por favor haga un esfuerzo supremo y costoso, y no se deje arrastrar inmerecidamente por la miopía social, la hipoacusia moral ni la cofosis intelectual. No se encierre en las letrinas nomotéticas infestadas del S.I.D.A. legal, de la sífilis política y del coma religioso que nos traen consuetudinariamente los rapaces buitres del sentido común.
Mire al futuro con un espíritu totalmente exento de ametropía en su conciencia de Hombre, porque usted, ante todo es un Hombre. Deshágase de ese cultivado nihilismo intelectual hereditario que se le cuelga porfiadamente como una rémora hambrienta de cada pensamiento, de cada pálpito de su vida, y de cada hebra de su existencia. Cuando logre cabalmente este espíritu libre; si es usted una dama, se sentirá y danzará como las Doncellas Polovetsianas; y si usted es un caballero, se sentirá y obrará como El Cid Campeador. ¡Buena suerte en su jornada! ¡Oh!, casi se me olvidaba: ¡por favor hágalo con extreme urgencia!
El Loco.
viernes, 1 de julio de 2011
La Jubaea Chilensis
Hay una humilde pero notable integrante del reino de las plantas perteneciente a la familia "Arecaceae" cuyo nombre nativo es Kan-Kán, pero mejor conocida para el resto de la humanidad como la Palma Chilena; es la "Jubaea Chilensis"; que significa Palma Chilena Vinera, la cual nos ha brindado por años la única, original y deliciosa "Miel de Palma", la cual apaciguó los ímpetus del alma de Gnenechén -el Omnipotente Dios de los Mapuches- desde mucho antes de la llegada de los Castellanos(1) a América.
(1) El 12 de Octubre de 1492 cuando Don Cristóbal Colom (no Colón, que además era Mallorquín y no italiano o genovés como creen lo ilusos) llegó a las América, plantó la onerosa bandera y los blasones de Castilla en las tierras recién descubiertas, simplemente porque España no existía todavía en ese entonces. Los "españoles" no llegaron al nuevo continente, sino que lo hicieron los Castellanos y las Gentes de Aragón provenientes de las comarcas de Isabela I (Isabel de Castilla), Reina de Castilla y León; y de Ferdinando El Católico (Fernando de Aragón), Rey de Aragón, Sicilia, Nápoles y Valencia.
La Jubaea Chilensis es la única especie existente de la familia (o género) Arecaceae, que aún sobrevive pertinazmente los intransigentes abusos humanos. Esta palmerita es nativa del suroeste de América del Sur, y en la región central de Chile se le considera endémica. En Chile central entre los 32°S y 35°S y al sur de la Región de Coquimbo, y la Región de Valparaíso es donde se encuentra en más abundancia. También se encuentra, aunque en menos profusión, en la Región Metropolitana de Santiago, en la Región de O'Higgins y en el norte de la Región del Maule con su clima mediterráneo y estaciones secas y prolongadas.
Durante mucho tiempo se creyó que la palma de Isla de Pascua (ya extinguida) también pertenecía a la familia "Arecaceae", pero es de distinto género y ahora se le categoriza en su propia y privativa familia: "Paschalococos". Y nó, nó señor, no significa pásame los cocos como los flaites chilenos asumen. ¿Qué cosas, no? Si usted quiere los cocos de la palmerita, los tiene que cosechar usted mismo.
Esta inocente palmerita es más supercalifragilística que Mary Poppins en monokini. Durante su larga vida llega a medir hasta 25 metros de altura, y su tronquito desarrolla un diámetro de hasta 1,3 metros en la base, y muchas veces es más grueso en su parte alta. ¡Las otras palmeras han admirado siempre sus sensuales y vertiginosas caderas! Solamente comienza a florecer cerca de los 60 años de edad (como yo), cuando llega a su edad reproductiva (como yo). Sus hojas en forma de pluma parecen pequeñas comparadas con su ciclópeo tamaño, pero miden alrededor de 3 a 5 metros de longitud, coronando esta palmera en forma graciosa y desbandada, como la simbiótica peluca chascona del "Tony Caluga".
La Jubaea Chilensis más grande en existencia que se conoce es un espécimen que se le mantiene puertas adentro, como planta de interior en los Jardines Botánicos Reales Kew, en Inglaterra; y mide una cachá regrande de metros.
Su prima, la sexy "Dasyphyllum Excelsum", es de la familia "Asteraceae" y se conoce en Chile como Bulli, y se parece un poco al Eucaliptus. Se encuentra esparcida coquetamente entre Quillota y Cauquenes, y también habita en el Parque Nacional Cerro La Campana tal como su prima. Estas primas, la "Jubaea Chilensis" y la "Dasyphyllum Excelsum" están escritas con tinta roja en la lista de especies en extinción.
Lo que no me puedo explicar por más que trato (¿Quizá porque ahora soy gringo?), y desde mi punto de vista esto constituye una omisión indocta e inaceptable, es que Chile ha reconocido como especies nacionales simbólicas a la Araucaria, a la Araucaria Araucana, al Alerce (Fitzroya Cupressoides para los más entendidos), y a la Semper Glorificus Copihue (Lapargeria Rosea --como les escribí acerca de ella hace tan poco), e inexplicablemente y sin razón colegida; no han incluído entre estas supercalifragilísticas especies a la Jubaea Chilensis ¡que tiene unos coquitos tan lindos! ¿Qué cosas, no?
¿Será quizá producto de la actitud política radical y pancista, tan inherente y propia de los sucios y desvergonzados manejos administrativos de los chuecos y moralmente corcovados políticos de nuestra era? Quizá esto obedece a su lema natural intrínseco : "Omne mea nam" -- ¡todo para mí! Pues esto no me extraña un exiguo mínimo.
Hay dos mil ochocientas especies de palmáceas desperdigadas en un extraordinario concierto y despliegue biótico por todas las superficies que están por sobre el nivel del agua en este cuasi-redondo y rotatorio planeta, pero entre todas ellas, la palma chilena es la de más pasmoso y soberbio desarrollo. Aunque no hay estudios científicos conocidos que aseveren que estas plantas tienen más de de mil años de antigüedad, puede ser tácitamente señalado en numerosos estudios la referencia a la longeva edad de estas prehistóricas especies.
La raíz de esta palmera es muy curiosa ya que no posee una raíz comparativa a las de los árboles. En vez de poseer grandes raíces; del tronco germinan una gran cantidad de fibrillas delgadas que miden casi un centímetro de diámetro, pero que tienen hasta 15 metros de largo, de las cuales solo un pequeño porcentaje de ellas socavan en profundidad para buscar aguas subyacentes. La mayoría de estas raicillas se extienden horizontalmente, lo que le da poca sustentación a la palmera, y la hace vulnerable a los vientos fuertes, de la misma forma en que los nefastos políticos desestabilizan a su discreción nuestros países. Por eso es que cuando un jugador de fútbol se lo pasa cayéndose al suelo lo tildan de "palmera". Los pensamientos de muchos políticos son como las raíces de las palmeras: la mayoría escasamente profundos, y el resto; superficial. ¿Qué cosas, no?
Por si no se lo habían enseñado en el Ercilla (2), la Jubaea Chilensis se reproduce por semillas. Éstas están envueltas en vainas de un tamaño aproximado a un metro las cuales se denominan espatas. Cuando estas vainas maduran, florecen y dan fruto. Una vez que los frutos se secan, las semillas se liberan y se diseminan en la tierra alrededor de la palmera, y dependiendo de las condiciones de la biota ambiental y del ecosistema en que se encuentran, la semilla puede demorarse varios meses en germinar, y en ciertos casos, varias temporadas. Últimamente su reproducción y crecimiento no está regido por el clima atmosférico, sino que por el clima político, que por cierto es conducente a nada, y es por eso que nuestra amada palmerita está en vías de extinción. ¿Qué cosas, no?
(2) El "Ercilla", es conocido ampliamente por la humanidad inteligente y por sus educandos como el "Glorioso y Célebre Instituto Alonso de Ercilla de Los Hermanos Maristas de Chile". Nuestro espléndido colegio fué fundado por los Hermanos Maristas en la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo en Chile por allá por el año de 1929. Fué declarado "Cooperador de la Función Educacional del Estado" por Decreto Oficial de la República de Chile N° 1444 con fecha 30 de Abril de 1929. ¡Esto sí es "cool"! Nota:El Ercilla es un Colegio Católico, pero no es culpa mía.
Leyenda
Hay una leyenda de la cual no se tienen muchas referencias verosímiles, pero que por milagro la escuché años "A" de la boca de un Indio Alacalufe(3) durante una de mis travesías cuando me fuí a descubrir la Isla Desolación, enclavada en los silentes dominios del Estrecho de Magallanes, en el antártico sur de nuestro cabizbajo planeta. Afortunadamente "escuché" esta leyenda porque por esos años sordos, yo no le escuchaba u obedecía a nadie, así que el haber escuchado una vez; es casi un milagro. Me acuerdo de esto porque mi insensato padre me amenazó con hacer un trueque con los Alacalufes, y cambiarme por un saco de "choros" si me seguía negando a "escuchar". Forzado por las circunstancias de sobrevivir, escuché. El panorama de vivir entre los Alacalufes --y esto dicho con todo el máximo respeto de un hombre civilizado por estos extraordinarios aborígenes australes-- no era una opción que estaba dispuesto a considerar en esa edad de mi vida. ¡Los Alacalufes no tenían ni teléfono ni tele!
(3) Los Alacalufes (o Kawésqar) son gentes nomádicas marítimas que viven en el sur de Chile en la Península de Brunswick, y en las islas Wellington, Santa Inés, y Desolación. Su lenguaje es el Kawésqar. Nunca mire a "huevo" a los Kawésqar, porque al igual que la mayoría de los indígenas de Chile, son bilingües ya que para comunicarse con la cultura dominante deben aprender el Castellano como segunda lengua. ¿Es usted bilingüe? ¿Ve?, ¡No joda!
De acuerdo a Urrac Sectiser --que significa Caballo (Urrac) del Viento del Este (Sectiser), en la lengua Kawésqar--, un singular y sonriente Alacalufe pataco y fuerte que conocí durante mi travesía; me relató un cuento de su pueblo. Este relato se supone que es cierto porque cuando me lo estaba contando, la abuelita de Urrac Sectiser; doña Ypacolis Iacepáaiselop (mujer de la luna) que escuchaba atentamente la narración, expresaba su aprobación con un movimiento de cabeza en signo de asentimiento. Yo pensé al principio que la señora tenía Parkinson, o un "tic" nervioso, o a lo mejor estaba media loca como su nombre lo indicaba, pero al parecer no era así. El cuento narra lo siguiente:
Hubo una vez un Alacalufe beligerante y bellaco de nombre Akschene Actási (Hombre Hediondo en Kawésqar) que nadie lo podía tragar en la tribu porque era pendenciero, malintencionado, y abusivo. Se lo pasaba borracho y molestando a la gente sin ninguna razón. No podía ver nada sano, hermoso, o importante sin estropearlo o destruírlo. Su nombre se derivaba de su aspecto y costumbres poco refinadas: se meaba en su ropa cuando estaba durmiendo la "mona", no se limpiaba bien el culito después de ir a depositar en el campo, no se bañaba y se escondía de la lluvia, y después de comer pescado no se lavaba los dientes. En fin, era un flaite Alacalufe con tufo a abogado deshonesto.
Un día, Akschene Actási andaba caminando por las orillas de una islita cerca de Isla Desolación y tropezó con un grupo de palmeritas nuevas que crecían sin ser molestadas hasta el momento. Sin fijarse al caminar, el estulto Akschene Actási tropezó con una de ellas y se hirió un pié; el que no era tan grande como el de los Patagones (4), pero que le servía muchísimo para caminar. Akschene Actási se enfureció con la joven e inocente palmera, y para vengarse del daño que le había cometido, recogió una enorme piedra que yacía cercana, y aplastó a la palmera. Le asentó la enorme piedra en su corona a la palmera, lo que la aplastó hasta que casi la derribó al suelo. Acto seguido, este pendejo maldito reanudó su camino profiriendo enojado: "¡Tahuasalúl ahuork! (¡muérete porquería!)" --en Castellano actual sería: ¡Ándate a la chucha!--.
(4) Los Patagones (o Tehuelches, que significa "Gente Bravía en Mapudungún o Mapuche) --según nos enseñó nuestro amado Profesor de Historia Don Jorge Gutiérrez; es el nombre genérico que se le ha dado al conjunto de etnias amerindias de la Patagonia y de la región Pampeana en América del Sur. Ellos, aunque divididos en varios grupos, hablaban lenguas diferentes pero compartían rasgos culturales comunes. Este conjunto de etnias suele denominarse Complejo Tehuelche. Se dice que tenían pies enormes y que no necesitaban Skis para esquiar, ni tabla para "surfear".
La palmera llena de dolor y angustia trató desesperadamente de zafarse de la piedra que estaba firmemente enredada en su corona sacudiéndose para todos lados, empujando, inclinándose, pero por más que trató, no lo pudo conseguir. La piedra estaba firmemente adherida a su corona, y por más que lo intentó, no la pudo soltar ni deshacerse de ella y entonces cuando perdió todas sus fuerzas en este intento de zafarse, finalmente quedó abatida mientras que las otras palmeras la miraban desconsoladas y sin poder prestarle ninguna ayuda.
Entonces la joven palmera arañó el suelo y con algunas de sus raíces excavó el húmedo suelo Alacalufe sureño y se mantuvo en pié desafiante a pesar del enorme peso de la piedra que la aplastaba inicuamente. Como no podía estirar sus ramas para captar la humedad ambiental y poder beber, fué hundiendo enérgicamente sus raíces tan profundamente hasta que encontró las vertientes de agua más subterráneas del oasis. Esas aguas frescas y profundas la alimentaron y fortalecieron, dándole la tenacidad para empujar la piedra tan alto, que el viento la hacía balancear, pero la piedra nunca se desplomó a tierra desde su corona. En este esfuerzo por crecer con tamaño peso encima, la palmera creció tan alta que ya ningún árbol le hacía sombra a su corona de hojas horizontales. El agua límpida de las profundidades y el cariñoso sol de la constelación de Fénix, convirtieron a la joven palmerita en una palmera reina enorme y fuerte que era una verdadera beldad.
Al cabo de unos lentos y numerosos años, volvió el malvado Akschene Actási a pasar por el lugar en que había torturado a la palmerita, para alegrarse la vida y regodear su vista con el árbol que él había estropeado unos años antes. Buscó por todos lados sin encontrarla. Él estaba seguro de la ubicación de la palmera, pero por más que buscó, solo veía palmeras altas y fuertes, en especial una de ellas que era la más alta de todas y las más fuerte también. Entonces esa palmera bajó su corona hacia Akschene Actási, le enseñó la piedra que todavía estaba empotrada en su corona y le dijo: “Akschene Actási, tengo que darte las gracias, porque tu carga aunque injusta y desmerecida me ha hecho fuerte. Pero no me ha hecho fuerte por tu maldad, sino porque me rehusé a aceptarla”.
La palmera continuó dirigiéndose al Alacalufe maldito agregando: "Ahora ya no necesito más esta enorme y pesada piedra, así que te la devuelvo". Acto seguido se inclinó sobre Akschene Actási y le dejó caer la pesada roca desde gran altura en la cabeza, aplastándolo como a un sapo. Fin. Moraleja: No sea desgraciado. ¡Sería portentoso que nosotros pudiésemos devolverles las piedras que nos han colocado encima de nuestras vidas los abogados deshonestos, los políticos mentirosos y los curas depravados!
De Vuelta a la Jubaea Chilensis
La palma chilena, llamada Kan-Kán por los antiguos habitantes de esta región, fué muy importante en el pasado, ya que a falta de industria maderera, sus hojas y las fibras de su tronco se utilizaban para techar viviendas; y sus frutos y la miel que se extraía de ellos desde hace muchos siglos, constituían y siguen constituyendo una excelente fuente alimenticia para el hombre. Desafortunadamente, ésta es una de las causas principales que han llevado a la palma chilena a vías de extinción y por eso esta noble palma se encuentra en escaso número, ya que para obtener su codiciada miel, es necesario cortar la palma provocando su muerte. Ya postrada en el suelo, a la palma se le cortan las hojas para que de ahí sangre la preciosa savia que al escurrirse, le va sangrando la vida. Una vez procesada esta savia, dá origen a la extraordinaria Miel de Palma. ¿Qué cosas, no?
Algo de Historia
Si bien existe nutrida literatura sobre esta ingenua floresta, en la mayoría de los casos se trata de investigaciones muy especializadas y hasta parciales sobre el tema de la Jubaea Chilensis. Por lo general estos estudios o trabajos investigativos forman parte de tesis universitarias, trabajos de investigación inéditos, o informes técnicos de circulación restringida. La Jubaea Chilensis es sin duda alguna, el James Bond de las palmeras.
A pesar de que las palmeras que son el árbol símbolo de las regiones tropicales, y que están situadas ahora en climas templado-fríos como en Chile, se conjetura de que éstas sean resabios de épocas más cálidas. Esto se debe a que hace aproximadamente 120 millones de años (y esto es cierto porque me lo dijo mi abuelita), cuando el quiebre de Pangaea era más evidente a finales del período Cretáceo y a comienzos del período Terciario, románticos períodos en donde desgraciadamente no había ni un gil que pudiese salir a observar los Solsticios, la mayor parte de la superficie de la tierra estaba dominada por climas tropicales. A continuación de estas edades Paleontológicas, se produjo un enfriamiento progresivo del planeta que terminó en los períodos glaciares. Las palmeras, al igual que otros árboles, se retrajeron a zonas más abrigadas del frío, algunas quedando aisladas como en el caso de la Jubaea Chilensis. Esta especia ha sobrevivido desde entonces y hasta hoy en nuestro período Cuaternario, período en que desde hace 1,6 millones de años existen todos los animales y alimañas que tenemos hoy, incluyendo abogados, políticos y curas. ¡Ha!, y también el ser Humano. (Se dice que el Chupacabras es la cruza de un abogado deshonesto, un cura homosexual y una política fea. La verdad es cruda, pero no duele).
La Jubaea Chilensis tiene una primorosa y pintoresca prima que habita en las islas del archipiélago Juan Fernández, que se le conoce como la Palma Chonta, pero que su nombre verdadero es "Juania Australis", y no como "La Juanita del Sur" como algunos morones creen. Esta palma también está enfrentada a su extinción.
La Intervención Humana
Luego, la especie más perfecta, la más desgraciada, la más inconsciente y la más depredadora de todas en la naturaleza, el hombre, emprendió su impune asalto y su infecundo combate en contra del bosque y del matorral nativo. La pobre Jubaea Chilensis hoy subsiste a duras penas, en forma natural y con el gran desdén irresponsable del hombre, solo en algunas escasas agrupaciones aisladas. En Chile, este proceso destructor inconsciente se desata con la inesperada llegada de los conquistadores, y en muchos lugares aún continúa su devastador e irresponsable azote hasta nuestros días. ¿Qué cosas, no?
Así que mi querido lector, la próxima vez que usted tenga el lujo y la suertuda fortuna de pasar en frente de una de estas silenciosas, agraciadas, y colosales palmeritas, por favor no la mire tan "a huevo" señor, y muestre un poco más de respeto y civilidad por este colosal sobreviviente de la chilenidad ancestral chilena. Muchas gracias caballero.
El Loco
(1) El 12 de Octubre de 1492 cuando Don Cristóbal Colom (no Colón, que además era Mallorquín y no italiano o genovés como creen lo ilusos) llegó a las América, plantó la onerosa bandera y los blasones de Castilla en las tierras recién descubiertas, simplemente porque España no existía todavía en ese entonces. Los "españoles" no llegaron al nuevo continente, sino que lo hicieron los Castellanos y las Gentes de Aragón provenientes de las comarcas de Isabela I (Isabel de Castilla), Reina de Castilla y León; y de Ferdinando El Católico (Fernando de Aragón), Rey de Aragón, Sicilia, Nápoles y Valencia.
La Jubaea Chilensis es la única especie existente de la familia (o género) Arecaceae, que aún sobrevive pertinazmente los intransigentes abusos humanos. Esta palmerita es nativa del suroeste de América del Sur, y en la región central de Chile se le considera endémica. En Chile central entre los 32°S y 35°S y al sur de la Región de Coquimbo, y la Región de Valparaíso es donde se encuentra en más abundancia. También se encuentra, aunque en menos profusión, en la Región Metropolitana de Santiago, en la Región de O'Higgins y en el norte de la Región del Maule con su clima mediterráneo y estaciones secas y prolongadas.
Durante mucho tiempo se creyó que la palma de Isla de Pascua (ya extinguida) también pertenecía a la familia "Arecaceae", pero es de distinto género y ahora se le categoriza en su propia y privativa familia: "Paschalococos". Y nó, nó señor, no significa pásame los cocos como los flaites chilenos asumen. ¿Qué cosas, no? Si usted quiere los cocos de la palmerita, los tiene que cosechar usted mismo.
Esta inocente palmerita es más supercalifragilística que Mary Poppins en monokini. Durante su larga vida llega a medir hasta 25 metros de altura, y su tronquito desarrolla un diámetro de hasta 1,3 metros en la base, y muchas veces es más grueso en su parte alta. ¡Las otras palmeras han admirado siempre sus sensuales y vertiginosas caderas! Solamente comienza a florecer cerca de los 60 años de edad (como yo), cuando llega a su edad reproductiva (como yo). Sus hojas en forma de pluma parecen pequeñas comparadas con su ciclópeo tamaño, pero miden alrededor de 3 a 5 metros de longitud, coronando esta palmera en forma graciosa y desbandada, como la simbiótica peluca chascona del "Tony Caluga".
La Jubaea Chilensis más grande en existencia que se conoce es un espécimen que se le mantiene puertas adentro, como planta de interior en los Jardines Botánicos Reales Kew, en Inglaterra; y mide una cachá regrande de metros.
Su prima, la sexy "Dasyphyllum Excelsum", es de la familia "Asteraceae" y se conoce en Chile como Bulli, y se parece un poco al Eucaliptus. Se encuentra esparcida coquetamente entre Quillota y Cauquenes, y también habita en el Parque Nacional Cerro La Campana tal como su prima. Estas primas, la "Jubaea Chilensis" y la "Dasyphyllum Excelsum" están escritas con tinta roja en la lista de especies en extinción.
Lo que no me puedo explicar por más que trato (¿Quizá porque ahora soy gringo?), y desde mi punto de vista esto constituye una omisión indocta e inaceptable, es que Chile ha reconocido como especies nacionales simbólicas a la Araucaria, a la Araucaria Araucana, al Alerce (Fitzroya Cupressoides para los más entendidos), y a la Semper Glorificus Copihue (Lapargeria Rosea --como les escribí acerca de ella hace tan poco), e inexplicablemente y sin razón colegida; no han incluído entre estas supercalifragilísticas especies a la Jubaea Chilensis ¡que tiene unos coquitos tan lindos! ¿Qué cosas, no?
¿Será quizá producto de la actitud política radical y pancista, tan inherente y propia de los sucios y desvergonzados manejos administrativos de los chuecos y moralmente corcovados políticos de nuestra era? Quizá esto obedece a su lema natural intrínseco : "Omne mea nam" -- ¡todo para mí! Pues esto no me extraña un exiguo mínimo.
Hay dos mil ochocientas especies de palmáceas desperdigadas en un extraordinario concierto y despliegue biótico por todas las superficies que están por sobre el nivel del agua en este cuasi-redondo y rotatorio planeta, pero entre todas ellas, la palma chilena es la de más pasmoso y soberbio desarrollo. Aunque no hay estudios científicos conocidos que aseveren que estas plantas tienen más de de mil años de antigüedad, puede ser tácitamente señalado en numerosos estudios la referencia a la longeva edad de estas prehistóricas especies.
La raíz de esta palmera es muy curiosa ya que no posee una raíz comparativa a las de los árboles. En vez de poseer grandes raíces; del tronco germinan una gran cantidad de fibrillas delgadas que miden casi un centímetro de diámetro, pero que tienen hasta 15 metros de largo, de las cuales solo un pequeño porcentaje de ellas socavan en profundidad para buscar aguas subyacentes. La mayoría de estas raicillas se extienden horizontalmente, lo que le da poca sustentación a la palmera, y la hace vulnerable a los vientos fuertes, de la misma forma en que los nefastos políticos desestabilizan a su discreción nuestros países. Por eso es que cuando un jugador de fútbol se lo pasa cayéndose al suelo lo tildan de "palmera". Los pensamientos de muchos políticos son como las raíces de las palmeras: la mayoría escasamente profundos, y el resto; superficial. ¿Qué cosas, no?
Por si no se lo habían enseñado en el Ercilla (2), la Jubaea Chilensis se reproduce por semillas. Éstas están envueltas en vainas de un tamaño aproximado a un metro las cuales se denominan espatas. Cuando estas vainas maduran, florecen y dan fruto. Una vez que los frutos se secan, las semillas se liberan y se diseminan en la tierra alrededor de la palmera, y dependiendo de las condiciones de la biota ambiental y del ecosistema en que se encuentran, la semilla puede demorarse varios meses en germinar, y en ciertos casos, varias temporadas. Últimamente su reproducción y crecimiento no está regido por el clima atmosférico, sino que por el clima político, que por cierto es conducente a nada, y es por eso que nuestra amada palmerita está en vías de extinción. ¿Qué cosas, no?
(2) El "Ercilla", es conocido ampliamente por la humanidad inteligente y por sus educandos como el "Glorioso y Célebre Instituto Alonso de Ercilla de Los Hermanos Maristas de Chile". Nuestro espléndido colegio fué fundado por los Hermanos Maristas en la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo en Chile por allá por el año de 1929. Fué declarado "Cooperador de la Función Educacional del Estado" por Decreto Oficial de la República de Chile N° 1444 con fecha 30 de Abril de 1929. ¡Esto sí es "cool"! Nota:El Ercilla es un Colegio Católico, pero no es culpa mía.
Leyenda
Hay una leyenda de la cual no se tienen muchas referencias verosímiles, pero que por milagro la escuché años "A" de la boca de un Indio Alacalufe(3) durante una de mis travesías cuando me fuí a descubrir la Isla Desolación, enclavada en los silentes dominios del Estrecho de Magallanes, en el antártico sur de nuestro cabizbajo planeta. Afortunadamente "escuché" esta leyenda porque por esos años sordos, yo no le escuchaba u obedecía a nadie, así que el haber escuchado una vez; es casi un milagro. Me acuerdo de esto porque mi insensato padre me amenazó con hacer un trueque con los Alacalufes, y cambiarme por un saco de "choros" si me seguía negando a "escuchar". Forzado por las circunstancias de sobrevivir, escuché. El panorama de vivir entre los Alacalufes --y esto dicho con todo el máximo respeto de un hombre civilizado por estos extraordinarios aborígenes australes-- no era una opción que estaba dispuesto a considerar en esa edad de mi vida. ¡Los Alacalufes no tenían ni teléfono ni tele!
(3) Los Alacalufes (o Kawésqar) son gentes nomádicas marítimas que viven en el sur de Chile en la Península de Brunswick, y en las islas Wellington, Santa Inés, y Desolación. Su lenguaje es el Kawésqar. Nunca mire a "huevo" a los Kawésqar, porque al igual que la mayoría de los indígenas de Chile, son bilingües ya que para comunicarse con la cultura dominante deben aprender el Castellano como segunda lengua. ¿Es usted bilingüe? ¿Ve?, ¡No joda!
De acuerdo a Urrac Sectiser --que significa Caballo (Urrac) del Viento del Este (Sectiser), en la lengua Kawésqar--, un singular y sonriente Alacalufe pataco y fuerte que conocí durante mi travesía; me relató un cuento de su pueblo. Este relato se supone que es cierto porque cuando me lo estaba contando, la abuelita de Urrac Sectiser; doña Ypacolis Iacepáaiselop (mujer de la luna) que escuchaba atentamente la narración, expresaba su aprobación con un movimiento de cabeza en signo de asentimiento. Yo pensé al principio que la señora tenía Parkinson, o un "tic" nervioso, o a lo mejor estaba media loca como su nombre lo indicaba, pero al parecer no era así. El cuento narra lo siguiente:
Hubo una vez un Alacalufe beligerante y bellaco de nombre Akschene Actási (Hombre Hediondo en Kawésqar) que nadie lo podía tragar en la tribu porque era pendenciero, malintencionado, y abusivo. Se lo pasaba borracho y molestando a la gente sin ninguna razón. No podía ver nada sano, hermoso, o importante sin estropearlo o destruírlo. Su nombre se derivaba de su aspecto y costumbres poco refinadas: se meaba en su ropa cuando estaba durmiendo la "mona", no se limpiaba bien el culito después de ir a depositar en el campo, no se bañaba y se escondía de la lluvia, y después de comer pescado no se lavaba los dientes. En fin, era un flaite Alacalufe con tufo a abogado deshonesto.
Un día, Akschene Actási andaba caminando por las orillas de una islita cerca de Isla Desolación y tropezó con un grupo de palmeritas nuevas que crecían sin ser molestadas hasta el momento. Sin fijarse al caminar, el estulto Akschene Actási tropezó con una de ellas y se hirió un pié; el que no era tan grande como el de los Patagones (4), pero que le servía muchísimo para caminar. Akschene Actási se enfureció con la joven e inocente palmera, y para vengarse del daño que le había cometido, recogió una enorme piedra que yacía cercana, y aplastó a la palmera. Le asentó la enorme piedra en su corona a la palmera, lo que la aplastó hasta que casi la derribó al suelo. Acto seguido, este pendejo maldito reanudó su camino profiriendo enojado: "¡Tahuasalúl ahuork! (¡muérete porquería!)" --en Castellano actual sería: ¡Ándate a la chucha!--.
(4) Los Patagones (o Tehuelches, que significa "Gente Bravía en Mapudungún o Mapuche) --según nos enseñó nuestro amado Profesor de Historia Don Jorge Gutiérrez; es el nombre genérico que se le ha dado al conjunto de etnias amerindias de la Patagonia y de la región Pampeana en América del Sur. Ellos, aunque divididos en varios grupos, hablaban lenguas diferentes pero compartían rasgos culturales comunes. Este conjunto de etnias suele denominarse Complejo Tehuelche. Se dice que tenían pies enormes y que no necesitaban Skis para esquiar, ni tabla para "surfear".
La palmera llena de dolor y angustia trató desesperadamente de zafarse de la piedra que estaba firmemente enredada en su corona sacudiéndose para todos lados, empujando, inclinándose, pero por más que trató, no lo pudo conseguir. La piedra estaba firmemente adherida a su corona, y por más que lo intentó, no la pudo soltar ni deshacerse de ella y entonces cuando perdió todas sus fuerzas en este intento de zafarse, finalmente quedó abatida mientras que las otras palmeras la miraban desconsoladas y sin poder prestarle ninguna ayuda.
Entonces la joven palmera arañó el suelo y con algunas de sus raíces excavó el húmedo suelo Alacalufe sureño y se mantuvo en pié desafiante a pesar del enorme peso de la piedra que la aplastaba inicuamente. Como no podía estirar sus ramas para captar la humedad ambiental y poder beber, fué hundiendo enérgicamente sus raíces tan profundamente hasta que encontró las vertientes de agua más subterráneas del oasis. Esas aguas frescas y profundas la alimentaron y fortalecieron, dándole la tenacidad para empujar la piedra tan alto, que el viento la hacía balancear, pero la piedra nunca se desplomó a tierra desde su corona. En este esfuerzo por crecer con tamaño peso encima, la palmera creció tan alta que ya ningún árbol le hacía sombra a su corona de hojas horizontales. El agua límpida de las profundidades y el cariñoso sol de la constelación de Fénix, convirtieron a la joven palmerita en una palmera reina enorme y fuerte que era una verdadera beldad.
Al cabo de unos lentos y numerosos años, volvió el malvado Akschene Actási a pasar por el lugar en que había torturado a la palmerita, para alegrarse la vida y regodear su vista con el árbol que él había estropeado unos años antes. Buscó por todos lados sin encontrarla. Él estaba seguro de la ubicación de la palmera, pero por más que buscó, solo veía palmeras altas y fuertes, en especial una de ellas que era la más alta de todas y las más fuerte también. Entonces esa palmera bajó su corona hacia Akschene Actási, le enseñó la piedra que todavía estaba empotrada en su corona y le dijo: “Akschene Actási, tengo que darte las gracias, porque tu carga aunque injusta y desmerecida me ha hecho fuerte. Pero no me ha hecho fuerte por tu maldad, sino porque me rehusé a aceptarla”.
La palmera continuó dirigiéndose al Alacalufe maldito agregando: "Ahora ya no necesito más esta enorme y pesada piedra, así que te la devuelvo". Acto seguido se inclinó sobre Akschene Actási y le dejó caer la pesada roca desde gran altura en la cabeza, aplastándolo como a un sapo. Fin. Moraleja: No sea desgraciado. ¡Sería portentoso que nosotros pudiésemos devolverles las piedras que nos han colocado encima de nuestras vidas los abogados deshonestos, los políticos mentirosos y los curas depravados!
De Vuelta a la Jubaea Chilensis
La palma chilena, llamada Kan-Kán por los antiguos habitantes de esta región, fué muy importante en el pasado, ya que a falta de industria maderera, sus hojas y las fibras de su tronco se utilizaban para techar viviendas; y sus frutos y la miel que se extraía de ellos desde hace muchos siglos, constituían y siguen constituyendo una excelente fuente alimenticia para el hombre. Desafortunadamente, ésta es una de las causas principales que han llevado a la palma chilena a vías de extinción y por eso esta noble palma se encuentra en escaso número, ya que para obtener su codiciada miel, es necesario cortar la palma provocando su muerte. Ya postrada en el suelo, a la palma se le cortan las hojas para que de ahí sangre la preciosa savia que al escurrirse, le va sangrando la vida. Una vez procesada esta savia, dá origen a la extraordinaria Miel de Palma. ¿Qué cosas, no?
Algo de Historia
Si bien existe nutrida literatura sobre esta ingenua floresta, en la mayoría de los casos se trata de investigaciones muy especializadas y hasta parciales sobre el tema de la Jubaea Chilensis. Por lo general estos estudios o trabajos investigativos forman parte de tesis universitarias, trabajos de investigación inéditos, o informes técnicos de circulación restringida. La Jubaea Chilensis es sin duda alguna, el James Bond de las palmeras.
A pesar de que las palmeras que son el árbol símbolo de las regiones tropicales, y que están situadas ahora en climas templado-fríos como en Chile, se conjetura de que éstas sean resabios de épocas más cálidas. Esto se debe a que hace aproximadamente 120 millones de años (y esto es cierto porque me lo dijo mi abuelita), cuando el quiebre de Pangaea era más evidente a finales del período Cretáceo y a comienzos del período Terciario, románticos períodos en donde desgraciadamente no había ni un gil que pudiese salir a observar los Solsticios, la mayor parte de la superficie de la tierra estaba dominada por climas tropicales. A continuación de estas edades Paleontológicas, se produjo un enfriamiento progresivo del planeta que terminó en los períodos glaciares. Las palmeras, al igual que otros árboles, se retrajeron a zonas más abrigadas del frío, algunas quedando aisladas como en el caso de la Jubaea Chilensis. Esta especia ha sobrevivido desde entonces y hasta hoy en nuestro período Cuaternario, período en que desde hace 1,6 millones de años existen todos los animales y alimañas que tenemos hoy, incluyendo abogados, políticos y curas. ¡Ha!, y también el ser Humano. (Se dice que el Chupacabras es la cruza de un abogado deshonesto, un cura homosexual y una política fea. La verdad es cruda, pero no duele).
La Jubaea Chilensis tiene una primorosa y pintoresca prima que habita en las islas del archipiélago Juan Fernández, que se le conoce como la Palma Chonta, pero que su nombre verdadero es "Juania Australis", y no como "La Juanita del Sur" como algunos morones creen. Esta palma también está enfrentada a su extinción.
La Intervención Humana
Luego, la especie más perfecta, la más desgraciada, la más inconsciente y la más depredadora de todas en la naturaleza, el hombre, emprendió su impune asalto y su infecundo combate en contra del bosque y del matorral nativo. La pobre Jubaea Chilensis hoy subsiste a duras penas, en forma natural y con el gran desdén irresponsable del hombre, solo en algunas escasas agrupaciones aisladas. En Chile, este proceso destructor inconsciente se desata con la inesperada llegada de los conquistadores, y en muchos lugares aún continúa su devastador e irresponsable azote hasta nuestros días. ¿Qué cosas, no?
Así que mi querido lector, la próxima vez que usted tenga el lujo y la suertuda fortuna de pasar en frente de una de estas silenciosas, agraciadas, y colosales palmeritas, por favor no la mire tan "a huevo" señor, y muestre un poco más de respeto y civilidad por este colosal sobreviviente de la chilenidad ancestral chilena. Muchas gracias caballero.
El Loco
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