lunes, 1 de abril de 2013

Pasajes - Los Hermanos Pincheira


En cada generación hay una puta y un ladrón.  El freno de la puta es su conciencia; el castigo, a veces el del ladrón. 

Los enfermantemente destacados hermanos Pincheira fueron los líderes de una conocida y erradamente pregonada banda de bandoleros y abigateadores chilenos, que entre los años de 1818 y 1832 asolaron impunemente varias regiones del sur de Chile y Argentina llegando hasta la ciudad de Buenos Aires.  Estos salvajes forajidos se acoplaron a la causa Realista (descaminadamente por supuesto) y lucharon en contra de los Patriotas uniéndose entonces a la causa Realista durante la guerra por la Independencia de Chile.  Los Pincheira se educaron bajo el enajenado sobradillo de los frailes Franciscanos, así que no es ninguna sorpresa la calaña de comparsa que terminaron siendo.  La "causa Realista" no era nada de realista dado que el Rey de España pretendía ejercer dominación en unas tierras ajenas y desconocidas a más de 11.000 kilómetros de distancia de su reino y empotradas en la "Región Antártica famosa". 

Este pobre reyecito no sabía de que esta región de la que él hablaba era: "Chile, fértil provincia y señalada en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida."  Se lo dijo un español mismo, pero el rey no quiso escuchar, y consecuentemente los españoles lo averiguaron poco después "Por la Razón, o la Fuerza", y a un alto precio.

Todos los bandoleros Pincheira fueron hijos legítimos de Martín Pincheira.  Martín Pincheira había estado empleado como peón en la hacienda de Manuel De Zañartu, localizada en la criolla ciudad de Parral.  El hacendado Manuel De Zañartu que posteriormente como otros hacendados de la región, les proveyó a los Pincheira con ayuda económica, acto traidor por el cual fué declarado enemigo de la patria.  Esto demuestra que la familia completa de los Pincheira y los truhanes que les apoyaron, contrario a lo que algunos perjuros, renegados e ingratos antipatriotas insidiosos sugieren, es indigna de haber sido Chilena, y que en un absurdo e ignorante esfuerzo tratan de romantizar esta bazofia en una estulta y concúbita comedia cinematográfica de mal gusto.

La deshonrosa prole Pincheira estaba compuesta por cuatro hermanos y dos hermanas, desgraciadamente todos nacidos en Chile.  Estos rufianes fueron: Santos, Pablo, Antonio, José Antonio, Rosario, y Teresa.  Los hermanos Pincheira comenzaron a robar y a cometer toda clase de delitos desde 1817, el mismo año en que nació  Guillermo III de los Países Bajos, Rey de los Países Bajos y Gran Duque de Luxemburgo.  Los Pincheira eran originarios de la zona de Parral, ciudad fundada por el Viceroy del Perú Ambrosio O'Higgins, quien llamó originalmente a la ciudad "Villa Reina Luisa" en honor a la esposa de Carlos IV.  El actual Parral está localizado al norte de la ciudad de Chillán, nombre que en Mapudungún significa "Silla de Fuego" debido al volcán de sus cercanías.

Antes de estos obscuros acontecimientos familiares que afectarían a tanta gente, los Pincheira trabajaron al igual que su padre como peones de la hacienda del rebelde realista Manuel De Zañartu.  Antonio, el mayor de los Pincheira llegó a ser cabo del Ejército Realista y combatió bajo los blasones del Rey Ferdinando VII de España en la Batalla de Maipú.  El Rey Ferdinando VII de España fué dos veces Rey de España: en 1808 y desde 1813 a 1833.  Este último período está en controversia con José Bonaparte. 

Como las huestes Chilenas le sacaron la cresta a los Realistas en dicha batalla (Maipú), Antonio volvió a su tierra y comenzó sus correrías malintencionadas, arrastrando en ello a sus entorpecidos hermanos.  Dicen por ahí que Antonio Pincheira seguía convencido de la causa de la Corona Española, pero esto no le excusa el convertirse en un bribón asesino y sinvergüenza, el delincuente y maleante vulgar que terminó siendo con su pandilla de hermanos y hermanas; de manera que no hay ninguna controversia para su calificación como un despreciable villano puro.

Lo más curioso de esto, es que esta banda de malhechores contaba con el respaldo y el apoyo de varios sectores de la iglesia católica, esa lepra religiosa la que siempre inmiscuye su larga y sucia narizota en asuntos ajenos y que no le incumben; y estos descarados y descarriados "hombres de dios" auspiciaban hechos como asalto, saqueo, violación, y el rapto de mujeres a cambio de recompensa; como fué el caso específico de Trinidad Salcedo, por cuya libertad exigieron "una carga de vino que terminó en el vientre de los curas, dos cargas de harina para los cuarteles Pincheristas, y 200 pesos en Plata para el bolsillo de los Pincheira".  Estos hechos verídicos constan en el archivo del Ministerio de Guerra de la República de Chile.

También recibían sostén de muchos hacendados realistas como Clemente Lantaño, un terrateniente de Ñuble; y además el concubinato político del Cabildo de Chillán los apoyaba en sus correrías.  Hoy en día, todos estos traidores y facinerosos han encontrado una carrera profesional análoga como políticos deshonestos; y de los curas degenerados, pues ya todos sabemos dónde éstos terminan.  No es coincidencia que Satanás rime con sotanas.

Estos malandrines de apellido Pincheira consiguieron hacerse de un extenso refugio en las zonas altas de la cordillera de Chile, en frente de Parral, asilo que era un auténtico poblado con cientos de mujeres secuestradas, y toda clase de bienes robados y mal habidos.  Algo así como el Congreso, pero un poco más extenso.

Alarmado con esto de la guerra de la Independencia en Chile, el guatón sinflón del Virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela Griñán y Sánchez Muñoz de Velasco, le encomendó a otro traidor de nombre Vicente Benavides para organizar y mantener resistencia armada en las posesiones de la corona en el sur del país, y para ayudarse; compró el apoyo de los grupos indígenas de la zona como los Pehuenches.  Benavides controló por un tiempo los territorios rayanos al sur del río Biobío que estaba fraccionado en tres frentes.  Los llanos centrales estaban a cargo de Benavides; un infeccioso cura entrometido y depravado de nombre Juan Antonio Ferrebú (que rima tan bien con Belcebú) quien servía al dinero y no a su "dios", comandó el sector costero; y los ladrones Pincheira se dedicaron al área cordillerana.

La buenas noticias son que Benavides fué justamente fusilado en 1822.  Le sucedió Juan Manuel Picó, quien fué honestamente asesinado solo dos años más tarde, y en ese mismo año el cura Ferrebú visitó a sus demoníacos compinches cristianos (Súgart, Lucifer, Frimost, Astaroth, Silcharde, Bechard y Guland, ¿sabía usted de ellos?) en el infierno después de haber sido justicieramente fusilado.  Desde ese momento, José Antonio Pincheira se adjudicó la excusa de la responsabilidad de la guerrilla, con lo que se auto-otorgó amplia licencia para delinquir, y lo hizo ininterrumpidamente hasta su derrota en 1832, el mismo año en que Ecuador se anexó arbitrariamente las Islas Galápagos.

Un poco de Historia

Con el tiempo y el reclutamiento de forajidos, el número de bandoleros en las huestes  Pincheira incrementó grandemente y se habló de que su alguarismo fué de alrededor de unos 1.000 hombres de a caballo, y todos sometidos a un caudillaje monolítico jerarquizado militarmente; algo así como un dictador con pañales sucios.  La mayoría de este contingente estaba formado por bandidos netos, ex-presidiarios, y convictos fugados de la ley, en otras palabras, la crema y nata del espíritu político socialista.

La Alianza con los Pehuenches

Desde el año de 1822, los Pincheira trabajaron en la artesanía de alianzas con los poco honestos Caciques Pehuenches, quienes le permitieron asentarse a ambos lados de la Cordillera de Chile, no solo sin molestarlos, pero cubriendo y protegiendo sus andanzas.  Los principales arbotantes y asentamientos que los Pincheira establecieron en Chile durante esa época fueron las instalaciones y permanencias ubicadas en Los Maitenes, un pequeño lugar enclavado en la cordillera; en Roble Huacho (ubicado en medio de un bosque en la región de la Araucanía); y la infausta cueva de los bandidos Pincheira localizada a 67 kilómetros de la ciudad de Chillán. 

Una vez visité la triste y ridícula Cueva de los Pincheira cuando mis jóvenes plantas aún se entrenaban en el arte de explorar y transitar este (aparentemente) redondo planeta.  La cuevita no tenía nada de épico o extraordinario, en efecto; ¡ni parece cueva!  Es apenas un triste socavación natural en la roca que no tiene NADA DE CUEVA y que en un día lluvioso y con viento, no presta ninguna protección.  ¡Vaya cuevita!  Ni el Milodón la aceptó como morada, ni las vacas, y ni los leones o los coyotes porque ni para guarida o cubil servía.  Si usted puede mirar a la "cueva" ésta, ¡se dará cuenta de que es pura mala cueva!

Esta desproporcionada pseudo- gruta se declaró Patrimonio Histórico Nacional ¿...?  ¿Qué más se podría esperar de la falta de entelequia mental de algunos políticos orgullosos de sus hediondos pasados?  ¿Qué cosas, no?

Además de los asentamientos en Chile, los Pincheira tenían establecimientos en el extenso territorio Argentino.  Tenían colonizaciones en el valle de Varvarco (el asentamiento de Matancilla) y en la laguna Epulafquén en el territorio Neuquino.  Por el sur, comprendían  un afluente del Neuquén llamado río Agrio; en la zona de Butalón (los asentamientos de Malal Caballo (quién sabe de dónde habrán sacado el nombrecito éste), Raja Palos (sin comentarios), y Guañacos a la vera del río del mismo nombre en el Departamento de Minas.  Estos fértiles y protegidos valles eran utilizados principalmente como campos de engorda  para el ganado robado en la Provincia de Buenos Aires, antes de contrabandearlo a Chile.

No hay necesidad de repetir que los hermanitos Pincheira eran una plaga pandémica habitual.  No contentos ni satisfechos con delinquir en esta gran zona sudamericana, estos prevaricadores de pandilla atacaron la ciudad de Mendoza.

Tuvieron también asentamientos al sur de lo que es la Provincia de Mendoza.  Estos asentamientos se llamaban Jirones, Payén Matru y El Manzanito.  En lo que ahora se llama la Provincia de La Pampa; establecieron poblados renegados en Chical Có, Limay Mahuida, y Chalileo (vaya nombrecitos, ¿no?).  A esta última –Chalileo- le cambiaron el nombre a "Isla de los Pincheira".  Más tarde, el billonario griego Aristóteles Onassis les copiaría esta magnífica idea de tener una isla propia.   

La "Isla de los Pincheira" no era solamente un lugar para darse categoría y estatus social, sino que también era un punto estratégico de control y supervisión de las rastrilladas a lo largo de las orillas del río Chadileo, el que está cerca de laguna Urre Lauquén; desde donde se desataban los asoladores malones en contra de los ciudadanos honrados y trabajadores de Chile y Argentina.  Para poder perpetrar estos asaltos en forma fulminante y cruzar rápidamente la cordillera de ida y vuelta, estos reos morales disponían y controlaban el paso cordillerano llamado Boquete de Alico, que es un paso fronterizo localizado en la zona centro-sur de Chile (y Argentina) cerca de un poblado chileno de nombre San Fabián de Alico; que es la  capital de la comuna precordillerana de San Fabián, en la Provincia de Ñuble, de la Región del Biobío, y con una escasa población de alrededor de 1.400 cordilleranos habitantes.  Nicanor Parra y Violeta Parra nacieron en San Fabián de Alico.

Los últimos Estertores

Después de muchas barrabasadas y una larga y sangrienta historia, la mayoría de los Pincheira y sus seguidores fueron derrotados, apresados y ejecutados como los sarnosos animalejos que siempre fueron.   Estos maleantes asesinos no fueron nada parecidos a Robin Hood, sino que fueron una pandilla ignorante de vulgares forajidos.  Los hermanos Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira se alzaron contra las tropas patriotas de su propio país en 1817 y durante 15 años mantuvieron una vergonzosa guerrilla en nombre del Rey de España, una despreciable y barata excusa para disfrazar el beneficio de sus propias y desviadas inclinaciones.  

Estos malditos proscritos asaltaron, saquearon, violaron, asesinaron, robaron, y raptaron  cobardemente inocentes e indefensas mujeres a cambio de recompensa (con el apoyo de la iglesia, ¿habré mencionado esto anteriormente?).  Cualquier licencioso que encumbre y vanaglorie a estos criminales; es un perfecto imbécil, un magistral e insensato cretino, y por supuesto; un traidor a la Patria.

José Antonio Pincheira fué el último maleante de la familia quien anduvo fugado por un tiempo, y después de entregarse cobardemente a las autoridades Chilenas y obtener una amnistía por sus delitos (por supuesto viniendo de sucios y deshonestos políticos interesados de la época), fué contratado como empleado en la hacienda del Presidente José Joaquín Prieto Vial, otro individuo que nunca pudo explicar el por qué de su irresponsable proceder; y por qué le dió asilo y protección a un ladrón asesino.   Las deshonestas e indecorosas historias que se cuentan de Joaquín Prieto, este hombre de tan alta posición y tan baja ralea quizá sean ciertas después de todo...  (Estoy seguro de que este "mago de las finanzas" y jefe de las Tropas Peluconas, estaba en clandestina connivencia hetaira con Joaquín Murrieta Orozco).

Esta desgraciada bazofia humana, el último criminal mañoso de la familia Pincheira, José Antonio; el que no fué menos culpable que ningún otro criminal, murió viejo y siempre traidor a la Patria, rodeado de unos hijos llenos de vergüenza, descrédito y humillación; dejando una enferma huella y una distorsionada leyenda detrás de su pusilánime y vergonzosa vida.  Los Pincheira fueron unos humanos tan pequeños, tan pequeños como la nimia conciencia que nunca tuvieron.

¡Que jamás tengan paz en el infierno Pincheiras desgraciados!


El Loco

viernes, 1 de marzo de 2013


Fragmentorum Ex Notatio Verbi

(Trozos de Etimología)


Etimología

La etimología es la ciencia dedicada al estudio del origen de las palabras; la cronología con que éstas se incorporan a un idioma; y el fundamento y las filiaciones contenidas en sus cambios estructurales de forma y de significado dentro en un lenguaje determinado.  Del lenguaje provenzal Occitano (o Lengua de Oc), y del Latín, una germanía es cualquier sistema de comunicación estructurado en el que hay un determinado contexto que rige su uso, y que contiene algunos reglamentos formales para la combinación de las palabras imbuídas en un léxico explícito.

En idiomas que sostienen una dilatada historia de notaciones alfabéticas, la etimología es una disciplina relacionada con su filología y con la lingüística diacrónica y comparativa del lenguaje en estudio, y que además incluye el estudio del origen de las palabras mediante la investigación de su significado primitivo, de su estructura primigenia, y sus cambios de nomenclatura ocurridos desde su concepción.

Nullam Luctus Tristique Dui (descargo de responsabilidad)

El objetivo de este trozo filológico es el etimologizar algunas palabras que están contenidas en la lengua Castellana, pero que no pertenecen al Castellano original, sino que han sido incorporadas diacrónicamente dentro de la lengua.  Le doy cierta importancia a la degeneración de ciertas palabras, a nuevos neologismos, a algunas variantes dialécticas, a irrefutables ranciedades lingüísticas, y a algunas palabras de obscuro significado que creo que viven en los cerebros humanos sin ninguna raíz discernible o explicable que las ate entre el cerebro y la lengua (ese apéndice contorsionista carnal de la boca), y que por lo tanto son usadas sin colegirlas.  Que quede claro que hago todo esto simplemente por joder.  ¿Qué cosas, no?

Siendo la etimología una "ciencia" asazmente inexacta, los antecedentes a usar para descubrir con pericia y erudición el origen de cómo se constituyó una palabra, es bastante escaso.  Casi todas las raíces que se esgrimen para determinar el origen de una palabra son muchas veces equivocadas, y también hay muchas personas que no estarán de acuerdo sobre la veracidad o exactitud de estos orígenes.  Además, las lenguas evolucionan y cambian constantemente, y el significado de ciertas palabras también cambia.

Habiendo dicho esto, las palabras que discuto en este escrito las elegí mera y parcialmente por curiosidad personal, y a motivo de información para mis lectores.  También quiero agregar que mi humilde y precario conocimiento dialéctico es limitado y de un peso netamente embrionario, así que el creerme en este tipo de cosas es materia de decisión personal. 

Las palabras

Las palabras descritas a continuación están elegidas sin ningún concierto o avenencia.  Considere esta lectura como un "tour" orientado infaliblemente a perderlo en el laberinto secreto y enmarañado que envuelve la contorsionada serendipia de algunas palabras Castellanas.  Quizá esto le suene a floccinaucinihilipilificación, que es el acto de categorizar o jerarquizar algo que es trivial o de muy poco uso (este vocablo por sí mismo es un hipopotomonstrosesquipedalianismo), pero que en este caso; le servirá como un subsidio auxiliar para la iluminación de su sapiencia natural.  Por otro lado y después de leer este escrito, quizá usted me catalogue de adoxógrafo por mi capacidad innata de escribir con gracia y estilo sobre vanos sujetos sin importancia alguna.  En cualquier caso mi querido lector, yo lo sigo amando.

Soldado

La palabra con que denominamos a nuestros ciudadanos que pelean como parte de un conjunto de fuerzas armadas terrestres, es soldado.  Cualquiera sabe lo que es un soldado, pero; ¿sabe cualquiera qué significa la palabra "soldado" y de dónde viene?  He descubierto que la mayoría de la gente no tiene la más peregrina idea, quizá porque no sea importante; o tal vez –como muchas palabras de nuestro lenguaje- las usan solo porque se las enseñaron.

La palabra soldado se deriva de la palabra "salis" del Latín, la que también en Latín se escribe sal.  La sal ha sido una parte extraordinariamente importante en la historia de las civilizaciones por milenios.  La facultad de la sal para preservar alimentos fué uno de los elementos de la fundación misma de la civilización porque eliminó la dependencia de la sustentación basada solo en los alimentos disponibles localmente para consumo durante las estaciones, e hizo posible el transporte de alimento a través de largas distancias, y propició la conservación de éstos por mucho tiempo.

La sal no era fácil de obtener lo que la convirtió en un artículo de muy alto importe comercial, y que hasta se transformó en una forma de capital o dinero para ciertos grupos.  Su antigüedad, importancia, y dependencia estratégica se puede ver en muchos caminos antiguos establecidos desde la Edad del Bronce.  Se dice que algunos caminos de sal como la Via Salaria de la antigua Roma, la que comunicaba Roma con el puerto de Castrum Truentinum y el puerto de Ancona en el Mar Adriático en la Provincia Romana de Picenum; estuvieron directamente ligados a la fundación de Roma.

¿Y esto qué tiene que ver con soldado?  Pues bien, ya sabemos que la sal era valiosa, tanto así, que parte de la paga de las milicias de la Legiones Romanas, era en sal.  De aquí es que se deriva la palabra "salarium", o salario en Castellano (en Inglés es salary), y los que reciben salario son "asalariados", lo que es sumamente contrario a "estar salado" o "andar salado".  Entonces, para poder entregar la parte de la paga en sal a las milicias diseminadas y desparramadas por todos los lejanos y recónditos rincones del Imperio Romano, los Césares tenía divisiones especiales entre sus milicias para transportar y proteger la sal.  Según el autor, historiador, naturalista y filósofo Romano Gaius Plinius Secundus (23 BC – Agosto 25, 79 DC) mejor conocido como Plinio el Viejo; a estas milicias especiales se les llamaba "sal dare", que en Latín significa "dar sal", y a sus integrantes, "dadores de sal" o "sal dadores".  Una vez que el salarium se les pagaba a las tropas, éstas estaban "sal-darem" o pagados, y los entregadores de la sal estaban "sal tradidit" o "sal liberados"; desde donde se deriva la expresión "saldar una cuenta" pendiente.  Cuando un legionario era atacado con la negra intención de robarle su sal, era "asaltado".

Entonces el milico que transportaba, protegía y entregaba los pagos en sal incluyendo su parte, era un "saldado" o "soldado".  La palabra se mantuvo porque estos "soldados" eran los más populares entre las tropas.  Hoy por hoy, la sal no es una cosa de milicia, pero un asunto más culinario desde el cual se derivan la palabras salsa, ensalada, salame, salero, salado, salchicha, salcochar, saliva, salmuera, comensal, y otras más entre muchas con la excepción de saltimbanqui, una especie de "Chinchinero".  Ahora sabe por qué llamamos a nuestros guerreros: soldado.  ¿Qué cosas, no? 

Testículo

Esta palabrita no se deriva -como muchos quisieran creer- de la palabra "testa".  "Testa" es Italiano para "cabeza", y cabeza en Latín es "Caput".  Testículo se deriva de la palabra Latina "testis" o "testes", lo que significa literalmente: testigo. 

Esto no solo es importante, sino que además tiene sus raíces en muy antiguas y serias costumbres –tal vez machistas- donde los testículos de un hombre estaban estrechamente relacionados no solamente con su virilidad ya que estos testifican la virilidad masculina, pero también estaban intrínsecamente atañidos con la honestidad de un sujeto.  Si en algún momento de su vida alguien duda de su masculinidad o del origen de su naturaleza humana, sus testículos serán los mejores e innegables testigos de su hombría y viril reciedumbre.  Con la simple exposición de sus testigos, usted podrá establecer sin dejar lugar a dudas de que usted "tiene las bolas bien puestas", o por lo menos, de que usted "tiene bolas", o "testigos innatos" de su masculinidad.

Volviendo a las terriblemente antiguas costumbres sobre la virilidad y la honestidad acaecidas durante (aproximadamente) 300 AC y 200 DC, cuando a un hombre se le ponía en duda lo que decía, se le hacía jurar de que estaba diciendo la verdad con una mano sobre sus testículos.  Esto era un compromiso muy serio porque si se descubría que había mentido, el sujeto en cuestión era castrado.  Cuando un hombre actuaba de testículo (testigo) por las acciones de otro hombre, técnicamente era el testículo del hombre por quien daba testimonium (o testimonio que es Latín para: evidencia), pero si mentía o falsificaba los hechos, también era castrado sin miramiento alguno.  En las cortes de hoy solamente se levanta la mano derecha con la palma abierta a la altura de la cabeza para jurar decir la verdad, y ya no necesitamos hacerlo con las manos sobre las joyas de la familia.  Se puede decir entonces –y sin insultar a nadie en absoluto- de que Los Testigos de Jehová o Los Testículos de Jehová; son lo mismo, y esto de acuerdo a los libros Deuterocanonicales (Nuevo y Viejo Testamento) de la Biblia cristiana, especialmente ejemplarizado en el Libro de Génesis.

¿Sabía usted de que los pulpos (el molusco cefalópodo octópodo) tienen los testículos en la cabeza?  Quizá de ahí evolucionaron los políticos... y su bromidrosis moral.  ¿Qué cosas, no?

Hipoteca

Esta es una palabra peligrosísima si usted no sabe lo que significa.  La palabra hipoteca se deriva del Griego "Hypothēkē" o de su sinónimo en Latín: "morgagium", que significa "promesa de muerte".  En Griego, "hypo" en su acepción legal denota una "promesa"; y "theka" (o thēkē) es la "seguridad" que se ofrecía por un préstamo.  En otras palabras, la hipoteca es la "promesa de seguridad" que se ofrecía para pagar la deuda, y generalmente esas deudas se pagaban con los Tetradracmas de Atenas (la diosa)– que era la moneda del "Periodo Clásico" Griego, o con la vida; pero la hipoteca siempre se pagaba. 

Esto de pagar "con la vida" no era tan salvaje o barbárico como suena.  Lo que realmente significaba era que la deuda de la propiedad terminaría con la muerte del "hipotecario".  Esto era porque la longevidad promedio en esos tiempos era de aproximadamente de unos 35 años; y esta temprana mortandad era debido a enfermedades, guerras, Epidemias Hipocráticas, plagas, y también aunque increíble: ahogamiento.  La Eugeria (el buen envejecimiento) durante los periodos de paz permitía que algunos ciudadanos Griegos llegasen a vivir hasta los 70 años; pero esto no era lo común, así que los préstamos hipotecarios de 20 a 30 años eran prácticamente de por vida, y a los hipotecados se les iba la vida pagando la hipoteca.

Las tres razones principales que definen el principio de la "promesa de muerte" de una hipoteca: primero: la hipoteca "muere" cuando la deuda se paga en su totalidad y usted es finalmente dueño de su propiedad; segundo: usted no puede pagar la hipoteca, entonces la hipoteca "muere", por lo tanto le quitan la casa para completar el pago de la deuda; y tercero: usted muere y no se completan los pagos, entonces le quitan la casa para completar el pago de la deuda, y así entonces la hipoteca "muere".  Como usted vé, la palabra "muerte" está estipulada por todos lados en una hipoteca. 

Esto no ha cambiado nada desde los tiempos clásicos Griegos.  Hoy si usted no puede pagar su hipoteca, estas instituciones acantocéfalas a las que llamamos bancos aceleran la muerte hipotecaria, le quitan la casa en forma inmisericorde o "immiti" (despiadadamente), lo dejan en la calle, y lo condenan a una muerte larga y dolorosa junto a todos los integrantes de su familia.  Éstas son las acciones de "su banco amigo".  ¿Qué cosas, no?

Cagamosis

Si usted tiene una mente de alcantarilla, una imaginación de cenagal, y una sapiencia barata,  jamás adivinará lo que esta palabra significa o lo que representa.  No se ría porque ya hablaremos del reírse sin motivos, y después de eso, quizá ya no se ría más.

Primeramente (¡deje de sonreír!), "mosis" no es ni significa alguna o ninguna cosa; ni en nuestras concurrentes y flexibles lenguas contemporáneas, ni en los ingeniosos y talentosos léxicos del Griego y el Latín.  El superficialmente escandaloso prefijo de la palabra y título de esta sección ya usted lo conoce requetebién, y no es menester de que lo discutamos ni aquí, ni ahora.

Si le doy algunas pistas o claves; ¿cree usted de que podrá dilucidar el significado de la palabra Cagamosis?  Veamos.  Le daré 12 mojones, testículos, o "labefactums" (consecuencias) para analizar, y para que logre deducir su significado. 

Cuando un conjugium exhibe:

1. Argumentos frecuentes y falta de respeto,
2. Falta de comunicación,
3. Miente o mantiene secretos,
4. No invierte tiempo en el paralelismo coniugalis,
5. Falta de intimidad o afecto,
6. Abuso de alcohol o drogas,
7. Infidelidad,
8. Lenguaje corporal inadecuado,
9. Egoísmo y desinterés por las necesidades del coniux,
10. Depresión y soledad,
11. Falta de amor o expectativas poco realistas,
12. Problemas monetarios, legales o de progenie.

A ver qué tanta sangre de Sherlock Holmes usted tiene.  Todos los aspectos (y otros muchos más, pero yo le ofrecí solamente 12) destacados arriba influyen y predisponen -en conjunto o separados- a una institución sindical que ha sido reconocida socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los variados usos y costumbres idiosincráticas de casi todos los pueblos del planeta Tierra.

Esta afligida palabra viene del Griego "kakos" (malo) en adición a "gamos" (maridaje) y en adición a "osis" (que alude a una condición): kakos+gamos+osis = cagamosis.  Bueno, usted adivinó: Cagamosis es un matrimonio infeliz.  ¿Parecido a lo que usted pensaba o creía antes de leer esta sección? ... es lo más probable.  ¿Qué cosas, no?

Ultracepidario

Estoy seguro de que usted en más de una ocasión se ha encontrado con este pedante y pretensioso tipo de personas.  Estos rutilantes gandules sociales frecuentan fiestas, reuniones sociales, clubes, bares, cafés, y por supuesto, han infectado Internet.  Si usted está en una reunión social, estos candongos se entrometen en su conversación con la excusa de que "no pudo dejar de escuchar lo que hablaban", y se ponen a sacudir la lengua en todas direcciones y sobre cualquiera que sea el tema de conversación que fué asilado en ese momento por este emboscador.  Estos individuos no hablan para decir algo; sino que dicen algo para hablar porque el que sabe no habla, y el que habla mucho; poco sabe.

Este término tiene cimientos en un ácido comentario que Apeles (532 AC – 308 AC), un famoso artista griego nacido en Colofón, le hizo a un presumido zapatero quien criticó su pintura.  Esto también de acuerdo a Plinio el Viejo, quien por la opinión de muchos; era medio loco.  La frase en Latín dicta: "Sutor, ne ultra crepidam", la que fué alterada por otros autores Latinos a: "Ne ultra crepidam judicaret", lo que indica que el zapatero no debería juzgar algo que no entiende.  Esta frase más tarde se convierte en un popular refrán que señala: "Zapatero a tus zapatos"

Entonces, un ultracepidario es aquella persona (uso el término persona porque la verdadera clasificación de estos ronceros puede ser levantisca para sus oídos en caso de que los tenga delicados) que habla abundantemente y ofrece opiniones y comentarios en materias que están completamente fuera del alcance de su estítico conocimiento.  La aplastante mayoría de los políticos de hoy son ultracepidarios recalcitrantes y contumaces por discernimiento y elección propia.  ¿Qué cosas, no?

Filosofunculista

Parecido y junto al ultracepidario, está el filosofunculista.  A diferencia del anterior, estos son perfectos imbéciles.  El luctuoso ultracepidario es un pobre animal de costumbres y personalidad amorfa, empero el filosofunculista; es un vicioso pedófilo intelectual y un reo moral.  Estos caracteres tienen imbuída en sus existencias una gran porción de Delirium Tremens, y están rebasados de un Complejo Mesiánico malentendido.  Lo peor de todo con estos inconscientes poltrones es que no se dan cuenta de que los que le escuchan (muy sumariamente, por supuesto) reconocen de inmediato su inopia cultural antes de que el filosofunculista en cuestión haya gastado una unidad Newtoniana de su baba.

Los filosofunculistas insisten siempre y constantemente en tener la razón en cualquier tema, independientemente de las sandeces que salen del extremo salvaje de sus tráqueas, las cuales refuerza hablando a gritos, apagando así cualquier intento de otro ser humano que quiere expresar una opinión.

 Del Griego "philosophikos": "amante del saber" + "functio": "función, desempeño" + Latín "Culus" (o "asinus" (culo) = philosophunculist.

El filosofunculista es aquel alabancioso que pretende saber más de lo que sabe para impresionar a otros, aunque tengan que inventar inanes y nimios conceptos.  En otras palabras Castellanas de menor alcurnia y con extrema pobreza de abolengo, un filosofunculista es aquel a quien le encanta hablar mierda.  ¿Qué cosas, no? 

Dompteusa

Si usted es un poco (o mucho) salvaje, desordenado, rebelde  y con ínfulas de una libertad inentendible, y esto le ha traído una serie de problemas en su vida a raíz y resultado de algunos de sus actos inmaduros,  incipientes y desmañados; usted necesita una Dompteusa.

Si usted ha demostrado un comportamiento de hombre salvaje, o demuestra que aparentemente ha vivido de forma vernáculamente oriunda en bosques urbanos emulando a figuras mitológicas parecidas a las que están pintadas en los rosetones de las bóvedas de los arcos conopiales en la Catedral de Canterbury; usted necesita una Dompteusa. 

El hombre salvaje de hoy se reconoce fácilmente porque deambula al azar y sin un rumbo trazado las calzadas de las ciudades, muy a menudo armado con un I-Phone, audífonos, u otros elementos que usa pero que no entiende, y vestido de algo que para muchos con cultura textil indumentarial muchas veces son insólitos ropajes que no pueden clasificar.  Este espécimen es el puente entre el cigüeñal de los humanos civilizados, y los peligrosos entes que han sobrevivido desde tiempos heráldicos.  Estas desorientadas unidades de naturaleza humana son fácil presa de una experta Dompteusa.

Es extensamente discutido el origen, o de dónde esta palabra proviene o se deriva, pero aquí le ofrezco unas raíces creíbles, plausibles y aceptables para este vocablo.  La palabra se compone de los siguientes trozos de etimología:

Del Latín "Domitorque" = domador, subyugador
Del Griego "Ptolemaios" = de guerra, guerrera
Del genitivo "teuse" = femíneo

Dom + pt + euse = Dompteuse: Una mujer (guerrera) que entrena o doma animales.  Una Amazona de la Mitología Clásica Griega, palabra derivada probablemente de un etónimo Iraní, "ha-mazan" (guerreros).  Una Domadora.  Una Dominatriz en Potencia.

En muchas culturas, incluyendo la suya, normalmente la Dompteusa es la Esposa (usted parece sorprendido...).  La Dompteusa más decana, profesional, ducha, experta y veterana que existe para la mortificación generalizada del Hombre Libre; es la Suegra, conocida desde tiempos inmemoriales como "flagellum inferni" (el azote del infierno).  ¿Qué cosas, no?

Sicofante

Esta palabrota con que denominamos a los abogados deshonestos y a otros afines hijos de puta de nuestra sociedad, es una deleitosa contribución "de oque" de Don Bering Comparini Quintana.

Esta palabra posee varias acepciones similares, pero aquí uso la primera acepción, o la representación original intentada para la palabra.  Las raíces y formación de esta palabra provienen de la necesidad de los Griegos para monitorear el contrabando ilícito de higos, y por ende; controlar y castigar la evasión de impuestos a la República.   La importación o exportación de higos a Grecia no estaba prohibida, pero como esta fruta divina tenía impuesta un arancel de lujo, la hacía sumamente cara y como su exacción monetaria en favor del Estado era alta, la hacía un preciado artículo del Mercado Negro.   

Para ayudar a combatir la venta clandestina e ilegal de higos, el gobierno Griego les pidió a sus ciudadanos que denunciaran a los perpetradores para el bien de la economía y la estabilidad legal de la República.  Entonces a estos ciudadanos se les denominaba: "Sycophantae", o "denunciadores".  Pero lo romántico y bien intencionado de esta palabra termina aquí.  Los fundamentos de la palabra son: "sykon", Griego para higo; y "phasis", exhibir, informar.  Por lo tanto, originalmente un sicofanta era un "informador" o un "delator de higos"; pero eso cambió radicalmente.

En la antigüedad este término figurativo se aplicaba a todos los informantes, pero como la naturaleza humana lleva engendrada la maledicencia contenida en los Gened inhonestus legisperitum (genes de abogado deshonesto), muchos de estos esbirros y sayones utilizaron este probo y bien intencionado principio para delinquir en favor de su propia lubricidad, denunciando embustera y mendazmente a ciudadanos honestos y pudientes, para chantajearles dinero y extorsionarlos con falsas acusaciones, el mismo pretexto adecuado que usan nuestros abogados deshonestos contemporáneos para enriquecer sus activos.

Afortunadamente en el año 404 A.C. auspiciada e impuesta por el Senador y Comandante de las Guerras del Peloponeso y Corintia, y miembro oligárquico del "Consejo de los Cuatrocientos", el Espartano Lysander -quien no tenía paciencia ni misericordia con este tipo de ratas- se promulgó la Ley de Thirty (Ley de Tiranía) bajo la cual comenzó a ejecutar a cuanto sicofante se le puso a su alcance.   Después de limpiar bastante la democracia, desafortunadamente la nueva ley solo perduró por ocho meses; pero desde entonces, a los sicofantes se les identifica y etiquetea como impostor, calumniador, traidor, y abogado (los deshonestos, eso es).

La ley trabajó estupendamente bien mientras duró, pero es axiomáticamente obvio de que la Ley de Thirty no funciona más porque todos los abogados deshonestos siguen vivos.  ¿Qué cosas, no?

Quidnunca (Cuidnunca o Cuidnunco)

Esta es una de las palabras más antiguas que existen y que ha estado empotrada en todas las civilizaciones desde que existe el hombre viviendo en grupo.  Quizá después de leer su definición usted comience a usarla más seguido porque tendrá personas de sobra para colgárselas.

Los orígenes de esta palabra a pesar de que son en parte obscuros, son reales.  La palabra consta de tres raíces en Latín, de las cuales se han conservado solamente dos.  Esto es típico de los cambios etimocronológicos con que las palabras se incorporan a los idiomas.  El cambio y adaptación estructural de esta palabra Latina varía entre idioma e idioma, pero su significado no ha cambiado un ápice a pesar de sus permutas y variaciones estructurales diacrónicas y sincrónicas.   Esto es porque un signo lingüístico determinado no vincula necesariamente un nombre con un objeto o una cosa; sino un concepto abstracto con una imagen acústica determinada y reconocible.  ¿Qué choro, ah?

Las raíces Latinas de Quidnunca son: Id Quod (¿Qué?), Et Nunc (y ahora), y Lingulaca (lengua suelta).  Entonces Quod Et Nunc Lingulaca quiere decir: ¿Y ahora qué, lengua suelta?  Frase que se acortó a Quid Nunc.

Esta frase se aplicaba a aquellas personas que siempre están interesados de saber cosas de los demás que envuelvan noticias desviadas y escándalo; en otras palabras una persona chismosa que siempre tiene que saber lo que está sucediendo para poder sacudir su suelta lengua con los demás.  La simple expresión en el léxico filológico retórico coloquial chileno sería: "Copuchenta".

Las personas Quidnuncas tienen una necesidad terrible y compulsiva de ejercer este tipo de gatuperio verbo-social para poder satisfacer una necesidad indigentemente psicológica profunda, la que gobierna a voluntad los bajísimos niveles de su autoestima. ¿Qué mejor manera hay de promover y estimular la imagen personal de un Quidnunca que mediante el indiscriminado uso de peyorativos negativos parloteando en un pueril esfuerzo de demostrar que son inteligentes y bien informados, o que son alguna clase de mortales superiores?  ¿La suegra?  ¡Nóooooo!  ¡Jamás!  ¿Qué cosas, no?

Abderiano

Quizá esta estrambótica e inesperada palabrilla sea consumadamente desconocida y forastera para usted, en su uso cotidiano eso es, porque en realidad usted puede identificar a un "abderiano" o a una "abderiana" sin siquiera mirarlos.

Esta palabra está directamente relacionada con la risa constante, tonta y excesiva del filósofo Griego Democritus de la Grecia Antigua, quien nació en la ciudad de Abdero, en Tracia, una colonia Ioniana de Teos en la Antigua Grecia.  A pesar de que Democritus de Abderia no era tonto, indubitablemente y manifiestamente se reía como uno.  La estúpida e irritante risilla que emitía cada vez que articulaba una frase o una oración gramatical subrayaba sus palabras con una notoria característica idiótica y una imbécil hilaridad bucal parlante.  Democritus se reía como un retardado constantemente, cosa que les desagradaba profundamente a sus contrincantes e impugnantibus de la época, así que para burlarse de él, proclamaban que "Risus abundat in ore stultorum" (la risa abunda en la boca de los tontos); proverbio que ha demostrado ser tremendamente acertado hasta nuestros tiempos.  Estoy seguro de que usted conoce por lo menos a un abderiano o alguna abderiana; y en muchos casos exceptuándose usted mismo.

La cosa es que la risa (social) ha sido una contumacia que ha problematizado a los filósofos por más de 2.000 años durante los cuales se han rascado la cabeza sin encontrar resultados o explicaciones sensatas, congruentes o lógicas para este fenómeno.  Los científicos modernos han examinado la materia gris, han analizado la corteza cerebral,  le han hecho cosquillas a niños pequeños y a adultos, han experimentado con Macacus Rhesus y políticos, ratas y abogados, perros y curas, conejillos de Indias e individuos comunes, y con cualquier otra cosa que les pudiese ayudar en la búsqueda de una respuesta.  En esta expedición en busca de la razón de la risa,  descubrieron un detalle el que eludió a Hobbes, Descartes, Platón, Kant, Anaxímedes, Schopenhauer, Tomás de Aquino, Tales de Mileto, Aristóteles, Pitágoras, Freud, Heráclito, Marx, Nietzsche, y hasta al mismo Democritus.

Tristemente, la conclusión es de que la risa social, esa risilla tonta; no es una espontánea respuesta intelectual al saber, ni al humor o al sentido del humor, sino que está más relacionada con la estabilidad y conservación sindical instintiva de los cernícalos sociales que viven en nuestras comunidades.  Es una reacción fabricada para agradar al prójimo en busca de aceptación, lo que denota un tremendo deterioro de la personalidad, una dependencia emocional decadente, y el tristemente voluble intelecto del susodicho que la emite.  Estos monotes se ríen de cualquier cosa: de sus propias palabras, de cualquier apostilla que oyen o escuchan, de cualquier gesto que usted haga, o de cualquier cosa que ven, y con esto; le miran a usted con una cara de enajenados y le ofrecen una risa intermitente y mentecata para conseguir su aprobación.  La más cercana expresión en el léxico filológico retórico coloquial chileno sería: "Chupamedias".

Todos nosotros ofrecemos una recatada dosis de risa social a nuestros interlocutores, a veces con intangibles e imperceptibles demarcaciones abderiánicas; pero de esto ¿a convertirse en un abderiano aeolista...?  ¿Qué cosas, no? 

Ji, ji, ji...  si le intrigó ese último trozo de etimología (aeolista), ¡pregúnteme!  Ji, ji, ji... 


El Loco

viernes, 1 de febrero de 2013

Pasajes – Galileo Galilei


Galileo Galilei no inventó ni la pizza, ni los fideos, ni el i-Pod, ni contribuyó a Internet.  Tampoco diseñó ropa ejecutiva, programas de copucheo, y no tuvo nunca un "Blog" para publicar sandeces o aciertos, no escribió los guiones para los absurdos programas de Walt Disney o Cartoon Network, y ciertamente no enchuecó la torre de Pisa.  Tampoco pudo jugar ping-pong con Képler,  y ni siquiera compuso el "Pata-Pata" de Miriam Makeba; cosas que aparentemente son los valores más importantes que rigen a la mayoría de las estultas sociedades en las que estamos estancados viviendo hoy en día.

Antes de morir, Galileo era un viejito más tranquilo que una fotografía a los 77 años de edad y que tenía más cojones que el caballo de Espartero(1).  Lucía como un apacible abuelito cuya apariencia nunca delató el poder indomable e incontenible de su poderosa entelequia, la increíble profundidad de sus pensamientos, ni el tesoro intelectual y científico inmensurable que desató sobre la sociedad de su época, siendo ésta el amorfo e irreflexivo ente inconsciente que nunca valoró la importancia ni la inmensidad de su eterno legado.

(1)  Hay un  monumento erigido al político y General Joaquín Baldomero Fernández-Espartero Álvarez de Toro quien nació desde chiquitito en la ciudad de Villa de Madrid, en España en 1793.  La estatua está ubicada en la bifurcación de las calles de Alcalá y O'Donnell entre los distritos de Salamanca y Retiro.  La escultura marca la puerta de Hernani, el portón de acceso al Parque del Retiro.  Espartero fué Regente del Reino de España bajo el interregno de Isabel II de Borbón la de los Tristes Destinos.   ¿El caballo?   ¡Bueeeno!, el caballo es otra cosa...

Galileo Galilei nos honró humildemente con su vida desde el 15 de Febrero de 1564 al 8 de Enero de 1642, nacido de Sangre Noble proveniente de Gonfalonier de Florencia.   Este importante heliocentrista –Galilei- fué un Físico italiano, Matemático, Astrónomo y Filósofo que horneaba unos panes de Anís con Alcaparra para chuparse los dedos, y que desempeñó quizá el más innovador y más importante papel en la revolución científica la que continúa agitando al estricote y empujando las fronteras de nuestra curiosidad y la de algunos de aquellos otros seres humanos.

Este hombre extraordinario fué el mayor de siete hijos.  Su padre era un músico y comerciante de lana, cosas que no eran congruentes entre sí, pero como todos sabemos, la necesidad es madre de todas las situaciones.  Vincenzo Galilei deseaba que su hijo estudiase medicina y se convirtiese en un afamado y respetado doctor ya que en esos tiempos la práctica de la medicina ofrecía las oportunidades monetarias más altas y rentables de la época.  Consecuentemente, Vincenzo envió a Galileo a la corta edad de once años a estudiar a un monasterio jesuíta.

Después de cuatro años en este retardado y deletéreo ambiente, Galileo le comunicó a su descorazonado padre que quería convertirse en un monje.  Es como que hoy su hijo le anunciase a usted que que se quiere convertir en un "Punk/Flaite" profesional y desgraciado.  Esto demuestra que los "teenagers" (adolescentes) han sido insanos, insensatos y desquiciados mentalmente en cualquier época y lugar del planeta durante los años del azote social de la pubertad.  Por supuesto de que esta insana idea no era exactamente lo que su consternado padre tenía en mente, por lo que Vincenzo Galilei lo rescató apresuradamente de estas malas juntas.  Entonces en 1581 a la edad de 17 años, Galileo Galilei se enlistó en la Universidad de Pisa para apaciguar a su padre estudiando medicina, como éste tanto lo deseaba.

A los veinte años mientras se encontraba visitando una catedral, Galileo notó que una gran  candelabro que colgaba por encima de su cabeza se balanceaba incesantemente.  Inquieto y curioso por averiguar cuánto tiempo le tomaba al candelero en columpiarse entre sus máximos puntos de fluctuación oscilante; quiso medir su tiempo de pendulación.  Como no tenía una herramienta apropiada para cronometrar el tiempo en ese momento, decidió usar los latidos de su corazón a través de su pulso como escala referencial para medir el lapso cíclico de las suaves oscilaciones.

Para su sorpresa, Galileo descubrió un detalle que jamás antes ningún otro ser humano había observado, -con un ojo científico eso es- y un detalle al que nunca nadie le había dado ninguna importancia antes: el período cíclico de cada oscilación de este acompasado vaivén de la colgante lámpara era exactamente el mismo.  Esta superficialmente inocente observación en el poderoso cerebro de Galileo, le dió nacimiento al fenómeno de restauración de contrapeso debido a la fuerza de gravedad la que acelera los cuerpos con masa hacia una posición de equilibrio.  Así nació  la "Ley del Péndulo", el exordio de un Principio que hizo a nuestro querido Galileo Galilei, súbitamente famoso.  ¿Qué cosas, no?

El Ácido y Deliberado Obscurantismo Mental

Cuando se cuentan las historias de Galileo y del señor Nicolaus Copernicus quien escribió "De Revolutionibus Orbium Coelestium", hay una conexión inevitable y mandatoria con un hombre de un tamaño sorprendente y de un ponderosidad individual tan extraordinarios, que no puede desprenderse ni separarse de la historia del surgimiento y evolución de las ciencias de la Astronomía.  Giordano Bruno nació el año 1548 durante el tempestuoso Renacimiento Filosófico en la ciudad de Nola, un encantador pueblito italiano de la comuna de Campania, en el Reino de Nápoles; y situado en las llanuras entre el voluble Monte Vesubio y los altos Apeninos que cubren desde el Golfo y Mar de Liguria en el Mediterráneo, hasta la Península de Calabria que es la puntita de la península Italiana. 

La Inquisición Romana, un grotesco e infinitamente ignorante y servil adefesio del omnipotente obscurantismo analfabeto y barbárico de la iglesia católica, incapaz de rebatir la indiscutible e innegable lógica de lo cierto y de lo real, en un repelente acto de salvajismo bestial e irracional y con la más absoluta preterición eclesiástica, declaró arbitrariamente a Giordano Bruno "culpable de herejía" por su panteísmo, y entonces fué quemado vivo en la hoguera atado a una estaca.  La particular "ofensa" que decidió el término de esta valiosa e irremplazable vida humana a manos de la "misericordiosa iglesia" fué su honesta y valiente declaración de que: "La infalibilidad del Papa se aplica solamente a las materias espirituales, y no es aplicable a la ciencia de las cosas materiales.

Obviamente y como siempre ha quedado de patente manifiesto a través de la historia, con la iglesia la Verdad es simplemente una cuestión de lugar, tiempo, y conveniencia.  El Cardenal Francesco Satolli, un teólogo católico italiano, profesor, cardenal y el primer delegado apostólico a los Estados Unidos dijo exactamente las mismas palabras que enunció Giordano Bruno, con una mera diferencia de menos de 300 años; pero esta vez la iglesia lo premió con ese cuico sombrerito rojo por su "sabiduría", y no lo quemó cínicamente en la hoguera como lo hizo con Giordano Bruno.


El Poder de Galileo

Galileo Galilei durante su tenencia en la Universidad de Pisa daba conferencias sobre "Los Centros de Gravedad y el Balance Hidrostático", pero lo que realmente le revolvió las tripas a la iglesia fué la invención del telescopio, "El Tubo de Galileo"; porque este simple aparatito hecho de metal y vidrio, destronó estrepitosamente al dios católico y a los "otros" dioses de menor importancia, todos inútiles apéndices de la tramoya religiosa.

Hoy es tal vez difícil e inverosímil para nosotros el comprender la virulenta oposición que se desató en contra del telescopio.  Debemos recordar que en el medieval período del siglo XVI, la creencia en brujería, hadas, espíritus, fantasmas, espantajos, magia, encantamiento, poderes supernaturales, y el infaltable gato negro; era la ciencia común, y los hombres que creen y creían en milagros son mas bién oráculos politécnicos de la ignorancia con el facultativo e inalienable derecho de ser libremente imbéciles.

En 1610 el polímata Galileo publicó un compendio llamado "Sidena Medicea" donde describió las maravillas que se podían observar en los cielos usando el telescopio.  Entre otras cosas, probó que la "Via Láctea" no era un gran "rayo de luz", sino que estaba compuesta por una multitud de estrellas que se podían ahora observar.  Esto terminó de revolverla la diarrea mental a la iglesia, y entonces para salvar la situación, el Arzobispo de Pisa Giulio de Médici (entre otros de los tristes enemigos de Galileo) se autodenominó incumbente para "traer a Galileo a la Justicia por sus heréticas palabras y absurda filosofía contrarias a las Escrituras".  Lo más cómico y cínico de esto, es que la iglesia convenientemente oculta el hecho de que el Arzobispo Giulio di Alessandro de Medici fué el hijo ilegítimo de Alessandro de' Medici, el Duque de Florencia, y su desconocida madre aparentemente fué Taddea Malaspina, una mujer de mala naturaleza como su nombre lo indica; en otras palabras, Giulio di Alessandro era un simple bastardo sin valor humano para la época, pero algo que por pura conveniencia; la iglesia católica ocultó.

El cinismo clerical no termina aquí, ni cerca.  Giulio se casó con Lucrezia Gaetani, y tuvieron una hija a la que llamaron Catalina, la que se convirtió en una monja benedictina y que posteriormente murió en 1634 sin haber hecho ningún ruido.  Este pícaro bandido de Giulio también tuvo dos hijos ilegítimos; Cosme, al que le nombraron Caballero de la Orden de San Esteban; y el otro bastardo fué llamado Giuliano.  ¿Qué cosas, no? 

Después del Juicio de 1633, Galileo Galilei durante sus últimos días estuvo bajo la custodia del Arzobispo Engelberto d'Ugo Piccolomini en Siena por apenas seis días.  A fines de 1633, Galileo recibió permiso para irse a su pequeña granja en Arcetri, Florencia, Italia, donde murió ciego en medio de la generalizada ignorancia humana en 1642 a la edad de 77 años, gracias a la perenne y sempiterna ignorancia y solecismo intelectual de la Iglesia Católica Romana.  En una nota más moderna, el Deutsche Bank de Alemania, en Enero de 2013 retiró todos los cajeros automáticos del Vaticano, acusando a la iglesia y al Vaticano de "lavado de dinero"(2), esto de acuerdo a los resultados de una larga investigación efectuada por el banco; el que descubrió que el Vaticano perpetraba este crimen impunemente usando estos cajeros.  ¿No me cree?, pues lea los diarios. 

(2) Por si no lo sabe, el lavado de dinero se explica de la siguiente forma: "El blanqueo de dinero; también conocido en algunos países como lavado de dinero, lavado de capitales, lavado de activos, blanqueo de  capitales o legitimación de capitales;  es el proceso a través del cual es encubierto el origen de los fondos generados mediante el ejercicio de algunas actividades ilegales o criminales, o una combinación de ellas, como el narcotráfico o estupefacientes, contrabando de armas, corrupción, desfalco, fraude fiscal, crímenes de guante blanco, prostitución, malversación pública, extorsión, secuestro, trabajo ilegal, piratería y últimamente terrorismo.  El objetivo de la operación, que generalmente se realiza en varios niveles, consiste en hacer que los fondos o activos obtenidos a través de actividades ilícitas aparezcan como el fruto de actividades legítimas y circulen sin problema en el sistema financiero". 


El Final

Más de cuatrocientos años después del primer telescopio, el legado de Galileo Galilei continúa viviendo e influyendo en la forma en que el mundo considera a la ciencia y cómo la ciencia ve al mundo y al universo.  En cada generación hay un genio que tiene la valentía y la visión para liberarse de la tradición aceptada, y cambiar el modo de pensar y de ver las cosas.  Galileo Galilei fué sin duda una de estas personas.  Fué el primer hombre en enfocar un telescopio a los cielos y ver más allá de la cegadora venda que la limitada iglesia católica lleva constante y perseverantemente sobre sus ojos.  La forma de pensar de Galileo se consideró peligrosa porque la creencia de la iglesia era que la gente común no sería capaz de afrontar el conocimiento y las enseñanzas de Galileo sin perjuicios para el alucinado establecimiento religioso.  A la iglesia nunca le ha gustado o ha querido que sus vagas ideas sean desafiadas, porque sin las infundadas creencias palustres del "cielo y el infierno", no tendrían ningún control sobre las personas.  El Misterio siempre ha odiado a la Luz del Entendimiento.

La muerte vino silenciosa y respetuosa a buscar a Galileo, y a transportarle sin dolor y cariñosamente a un lugar más ilustrado para que ahora, por fin libre de la draconiana imbecilidad humana y religiosa, pudiese visitar a gusto todos aquellos lugares celestiales que su visionario telescopio le había traído tan cerca en vida.  Pero esto de la muerte es una simple quimera, porque mientras existimos, la muerte no existe; y cuando la muerte existe para nosotros, nosotros ya no existimos.  ¿Qué cosas, no?

La muerte de un hombre como Galileo me disminuye grandemente en forma personal sencillamente porque yo formo parte de la humanidad.  Nunca pregunto por quién doblan las escabechinas campanas, porque siento que cuando alguien como Galileo muere, esas tristes campanas también doblan por mí.

Galileo nació el mismo día en que Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni murió; y el mismo día en que Sir Isaac Newton nació.  Sir Isaac Newton extrajo las "Leyes del Movimiento" del legado de Galileo Galilei.  ¿Extrañas coincidencias?  ¿Quién lo sabe?


Otro Detallito

Galileo Galilei descubrió cuatro de las 67 lunas confirmadas de Júpiter hace cuatrocientos años atrás.  También dijo:  "He amado las estrellas con demasiado cariño para tenerle miedo a la noche".

El Loco

martes, 1 de enero de 2013

El llanto de Mamiña



Nota del autor:  Para facilitar la lectura y entendimiento de las voces Quechuas, he agregado un tableta de referencia más abajo para asistir al lector si la necesita.  De antemano pido humildes disculpas por mis errores en esta venerable lengua debido a mi infinita ignorancia lingüística y a mi abismante analfabetismo filológico en este patriarcal léxico.

Aranway

- ¡Por Zupay! ¡Y qué vas a hacer! - profirió furioso el collana Inca Muru Huanca a su huatuc Quisu Mayta con un vozarrón de trueno que hizo temblar el concurrido templo de Sacsayhuamán en las alturas del Cuzco.  Las huallatas y los veneros que visitaban los techos del templo emprendieron el vuelo asustados, y las doncellas Incas atemorizadas buscaron prontamente refugio en los recintos del huatuc Villac-umu.

- ¡Estoy pidiendo consejo de Coricancha! - se apresuró a decir con una voz amilanada el asustado sacerdote mientras que una gota de sudor helado se le había quedado atrapada entre la sien y el desorbitado ojo izquierdo.

- ¡Quiero una solución antes de que despierte Inti, porque si no tienes una respuesta para entonces, Mamacocha te acogerá en su seno!

- ¡La tendrá mi señor, la tendrá mi señor! - respondió Quisu Mayta casi sin aliento y temblando de pavor como una doncella en su noche de nupcias mientras que uno de sus importantes esfínteres amenazaba con abandonar sus deberes en cualquier momento y anegarle el wara.  Acto seguido y con la infaltable autorización de la mano del Inca,  desapareció precipitado entre las cortinas del templo para ir a postrarse de rodillas y con la frente en el helado suelo de piedra frente al ornamentado  tabernáculo de  Mamaquilla, para pedirle y rogarle por misericordia, y por una respuesta para salvar su vida.

Inti se fué a dormir, y Mamaquilla se enseñoreó por sobre las alturas andinas en el Hanan Pacha mientras que Quisu Mayta hervía en fiebre y miedo de que el Inca lo enviara a Ucu Pacha.  Sin saber si ésta era su última noche en Kay Pacha, oró la noche entera hasta que la alliq lo sorprendió de cara al suelo, sumido en un sopor de desalentado cansancio y un fatigado agotamiento.

Las blanquinegras huallatas habían retornado al templo, pero estaban alborotadas.  Se escuchaban voces de alerta provenientes del ascendiente camino al templo desde allá abajo.  Quisu Mayta se levantó de un alífero brinco y se asomó a la abertura en la muralla de grandes piedras neolíticas que servía de ventana y trató de mirar en lontananza hacia abajo mientras se refregaba los ojos que aún trataban de enfocar su visión y negociar los potentes rayos que Inti dejaba caer esparcidos sobre la escarchada tierra.

¡Los sacerdotes de Coricancha, los sacerdotes de Coricancha! - proferían excitadas las voces desde abajo mientras que al paso de la carrera acelerada de estos altos ungidos que llegaban al lugar, los runakuna se postraban a su paso en señal de respeto y sumisión.  Al darse cuenta Quisu Mayta de que la amante Mamaquilla había respondido sus oraciones desesperadas, frescas lágrimas afloraron a sus ojos y volvió a caer postrado enfrente de Mamaquilla agradeciéndole entre lloriqueos y convulsiones de desahogo la creencia de que la diosa le había salvado la vida.

Hunk'as inan (Semanas antes)

Antes de que estos desfavorables acontecimientos sucediesen, la vida del Inca en el Cuzco era placentera y parecía que los dioses estaban satisfechos y que les sonreían con marcada benevolencia; pero oscuras nubes se vislumbraban en el horizonte de la familia real del Inca.

Una de sus hijas, quizá la más bella y a la que el Inca prefería más, una princesa Incaica en todo su derecho y destinada a engalanar las veneradas Aqllawasi, comenzó a enceguecer paulatinamente sin aparentes causas hasta que la pobreza de su visión ya la traicionaba, y era tan notoria que ya no lo podía ocultar.  Foscas noticias llegaron a los oídos del alarmado Inca de que la princesa Asnaq Yaku estaba quedando ciega, entonces el Inca hizo que la trajeran inmediatamente ante su presencia.  Cuando Asnaq Yaku se presentó ante su padre, a Muru Huanca le quedó de manifiesto de que su preciada hija tenía tremendas dificultades viendo las cosas a su alrededor.

¿Por qué Muru Huanca eligió a Asnaq Yaku como su preferida?  Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero dice el viento cordillerano que fué por las mismas razones que el trigo entre todas las flores; ha elegido a la amapola.

Consternado por este hecho, prontamente convocó a sus huatucs para discutir una solución para este percance tan lamentable.  Después de varios minutos de animadas y bulliciosas deliberaciones, los huatucs del Inca encabezados por Quisu Mayta no habían llegado todavía a una solución probable, entonces como el tiempo apremiaba, Quisu Mayta le dijo al Inca:

Necesitamos unos días para encontrar una solución - articuló con la voz autoritaria que le daba el adecentado penacho hecho de las plumas del poderoso Sarcoramphus Papa (Cóndor Real) que adornaba su cabeza de sacerdote.

¿Puedes solucionar este problema?

- ¡Sí, le prometemos una solución mi señor!

- ¿En cuántos días? - replicó el Inca Muru Huanca con voz autoritativa.

Quisu Mayta titubeó peligrosamente unos segundos mientras los otros huatucs aguardaban nerviosamente la respuesta de su líder.  Había una descarnada línea de seguridad que separaba la paciencia del Inca de la degollaína instantánea, y esta línea bordeaba peligrosamente en los cinco segundos.  Casi al límite de su existencia, Quisu Mayta contestó con los ojos desorbitados:

- Tres semanas... - y se quedó como esperando que una explosión de furia de dioses se rompiera contra su cabeza.  El Inca lo miró seriamente y después de algunos inacabables segundos agregó:

- Yki kan kimsa hunk'as - (tienes tres semanas).  La voz del Inca impregnó la murallas del  Sacsayhuamán donde las tímidas huallatas y los veneros otra vez emprendieron el vuelo espantados.  Seguidamente, los huatucs también abandonaron el templo como si hubiesen visto un fantasma.  Pálidos como éstos, los huatuc se reunieron de urgencia en los recintos de Villac-umu para discutir la situación y la orientación de sus actos, los que fácilmente podrían ser los últimos de sus vidas por la maquinal promesa ofrecida por Quisu Mayta al gran Collana.

Las frenéticas discusiones entre los huatucs de cómo resolver el problema siguieron por muchos días y sus estrelladas noches altiplánicas.  En el penúltimo día de la primera  semana y en la madrugada de su último día, aún no habían llegado a un consenso de qué hacer para resolver el problema de la visión de Asnaq Yaku, cuando uno de los sacerdotes menores ofreció medio asustado una posibilidad desesperada levantando su raquítica voz para decir:

- ¿Podríamos mandarla a Gulumapu? - dijo el huidizo ullqu wamra Gualpa, un hombrecillo de corta estatura, rastreando con sus ojos las reacciones de los otros huatucs, la que no se dejó esperar.

- ¿A Gulumapu?  ¿Y para qué? – inquirió rápidamente y sin miramientos uno de los huatucs que aparentemente era importante porque llevaba en la cabeza un serio hatajo de plumas surtidas.  Las voces de los demás huatucs también se escucharon emitiendo unos gruñidos guturales en señal de estar acuerdo con la pregunta; mientras asentían como péndulos con sus cabezas incuestionablemente adornadas.

- ¡Caray puis! - dijo el sacerdotillo en cuestión, y dirigiéndose a su concurrencia, explicó:

- Para un qharichakuq como yo, que ha servido por tantos años en el awqaqkuna atipaq del Inca, y que ha recorrido todos los rincones del Imperio, enfrentado múltiples peligros...

- ¡Upalla simi, chiwi!  ¡Déjate de hablar necedades!  ¡Vete al grano y deja a un lado tu parlanchinería! – se oyó una voz molesta y desnuda de paciencia entre la multitud de penachos multicolores.

- ¡Caray puis, qué poca paciencia! – dijo la miniatura de sacerdote, y prosiguió avivadamente.  - Bueno, una vez estuve en Gulumapu, y hay unos pulmones que afloran de las montañas, y que respiran humos hediondos que curan runas.  ¡Deben ser los pulmones de los dioses de los Anti!

- ¿Curan runas? – indagó una voz.

- ¡Pues sí!

- ¡Caray puis! – exclamó otra.

- A ver si entendí bien... -  dijo Quisu Mayta que saliendo de su ostracismo habló con la  autoridad de uno que sabe que ya está muerto mientras que se acomodaba el sombrerito de plumas que era el más grande del grupo; entretanto que el resto de los huatucs de menor calibre se callaban.  - Explica eso de cómo cura gente...  en detalle... -

El iqu carraspeó un par de veces sin tragarse nada, pero para darse importancia.  Se encaramó ágilmente en un pisillo que tenía cerca para asegurarse de que todos pudieran verlo, y relató:
   
- Bueno, según lo que yo ví con mis propios ojos míos de mí que me pertenecen, hay una laguna con agua mas hedionda que ingle de guanaco con tercianas donde la gente enferma y con problemas se baña, y cuando salen de la albufera, ¡están sanos! - Aquí hizo una pausa para respirar antes de proseguir, pero fue interrumpido por Quisu Mayta que ahora estaba completamente energético y despierto, quien demandó:

- ¡Las personas enfermas, con problemas físicos y de salud?  ¿Y había ciegas también?  ¿Curaba a las ciegas también?

- ¡Caray puis!  ¡Sí!  ¡Yo lo ví con mis propios ojos míos de mí que me pertenecen!

Un silencio sepulcral se adueñó del lugar.  Ni a las bulliciosas huallatas ni a los estrepitosos veneros se les escuchaba.  Todos tenían la mirada clavada en Quisu Mayta que estaba sentado en su silla sacerdotal con la mirada perdida más allá del suelo de frías piedras sumido en profundos pensamientos a los que nadie se atrevía a interrumpir.  Después de unos embarazosos y largos minutos, Quisu Mayta levantó la vista y miró detenidamente al proyecto de hombre disfrazado de abate andino y le dijo:

- Si esto es cierto, habrás salvado mi vida y te estaré muy agradecido, además, te premiaré como a ningún otro se le haya premiado nunca - Mientras el sacerdotillo escuchaba estas palabras, las comisuras de los labios se tocaban entre sí por detrás de su cabeza; la sonrisa que su ancha cara sostenía, era abismal.  - ... ¡pero si nó¡... -remató Quisu Mayta sin terminar la frase.  No hubo necesidad de decir más para pasar este mensaje que le embetunó la cara al chato investido.  La sonrisa que poblaba el rostro del miserable ungido se borró más rápido que un relámpago apurado, y ahí fué cuando le dió isqicha galopante, una prima de "La Venganza de Moctezuma".

- ¡Está decidido! - afirmó resueltamente Quisu Mayta – Apenas despunte Inti, una delegación partirá inmediatamente a Gulumapu y se llevarán una cabra ciega para comprobar los trabajos milagrosos de los pulmones de Anti.  Los que irán serán los Sacerdotes de Coricancha, y apenas comprueben esto, volverán a toda carrera antes de que se cumpla el plazo del Inca, porque si no lo hacen... -  Quisu Mayta calló y reemplazó es resto de su frase con una mirada fulminante de la que todos intuían las consecuencias a desatarse en caso de un fracaso.

- ...lleven una buena provisión de hojas de coca.  La van a necesitar... - agregó Quisu Mayta imperceptiblemente.

Quisu Mayta se quedó en sus cuarteles esperando con desazón y esperanza a que volvieran los Sacerdotes de Coricancha con buenas noticias.  Cada atardecer, de la noche a la mañana  oró en el ara de Viracocha El Creador, e Illapa el dios del Trueno (tiempo); uno para que le ayudase con la creación de una solución, y al otro para que mantuviese el buen tiempo para que los sacerdotes recorrecaminos no se retrasaran.  Y así se lo pasó día y noche febrilmente en espera de sus enviados, hasta esa importante mañana en que la alliq lo sorprendió de cara al suelo, sumido en un sopor de desalentado cansancio y un fatigado agotamiento.

¡Los Sacerdotes de Coricancha regresan, los sacerdotes de Coricancha regresan! -  lo despertaron las excitadas y chillonas voces.  Presto y ansioso y aún con el terror bajo la piel, bajó a encontrar a los monjes al camino.  Cuando les encontró les preguntó casi sin aliento:

- Los pulmones de Anti...  ¿funcionan? – La incertidumbre y la congoja estaban desparramadas por su cara, y sus ojos con oscuros sacos producto del insomnio inducido trataban de enfocar a las figuras enfrente de él mientras que sus temblantes rodillas se ocultaban entre los largos ropajes que vestía.

Los Sacerdotes de Coricancha, que también llegaban faltos de aliento y agotados por las marchas forzadas, contestaron casi ahogándose entre las palabras que salían de sus bocas y el aire que quería entrar desesperadamente a sus pulmones:

¡Grandes son los dioses, grandes son los dioses!  ¡La cabra puede ver, puede ver! – vociferaban en jolgorio y agotamiento.  La cabra en cuestión los miraba completamente confundida porque no tenía la más peregrina idea de lo que estaba ocurriendo.

A Quisu Mayta casi se le salió el corazón por la boca.  El alivio fué tan grande, que hasta su  sacrificado y cansado esfínter se tomó una pausa momentánea, lo que forzó a Quisu Mayta a  cambiarse rápidamente el wara ceremonial.  Inmediatamente se dirigió a sus cuarteles a prepararse para anunciarle las buenas nuevas al Inca.  Una vez limpio y olorosito, y mientras que sus esforzados sacerdotes comían, bebían y descansaban un poco, se reunió con ellos para recibir los detalles.  Los detalles de esta conversación los desconozco, porque se reunieron a puertas cerradas, y desafortunadamente no pude escuchar lo que dijeron, lo que ha sido una terrible pérdida para la historia.

Esto era de una importancia vital para Quisu Mayta porque la noche anterior el Inca Muru Huanca le había llamado ante su presencia para indagar qué estaba pasando, y porque el plazo que él había fijado se vencía dentro de un día y una noche.  Esto ponía a Quisu Mayta en una posición muy precaria porque estaba a la merced de que los monjes de Coricancha regresasen a tiempo, o para salvarle la vida, o para asistir a su réquiem.

Al salir de la habitación Quisu Mayta lucía como un hombre nuevo.  Bien vestido y bien calzado se dirigió urgentemente al palacio del Inca para darle las buenas noticias de la cura milagrosa.  El Inca, después de escuchar las buenas nuevas que brotaban de la boca de Quisu Mayta como una vertiente furiosa, ordenó que velozmente llevaran a Asnaq Yaku a la lejana Gulumapu para su cura.

Los preparativos comenzaron inmediatamente, y la princesa Inca fué transportada con una gran guardia de palacio, porteadores, cocineros, doncellas de servicio, un pedicurista traído desde Qenko, y un Embajador plenipotenciario; todos destinados hacia las milagrosas tierras altas de Gulumapu.  Después de unos ocupados días de viaje en que la princesa no pudo disfrutar del paisaje porque ya estaba casi ciega, llegaron a una laguna enclavada entre las cadenas montañosas cordilleranas que bajan por las quebradas y acantilados de Los Andes hasta la Pampa del Tamarugal en los faldeos del desierto de Atacama y a tres mil metros de altura.  Una vez que ella se apeó graciosamente de su carromato y los hombres de sus bestiales guanacos y llamas, la princesa se sumergió elegantemente y un poco nerviosa en las azufradas aguas del lugar varias veces, y por varios minutos a la vez, ante la expectante mirada de los sacerdotes de Coricancha. 

El agua barrosa estaba demasiado caliente y no se podía estar mucho tiempo en ella, además la princesa tuvo que salir disparada unas cuantas veces a vomitar, porque el olorcito de las termas de Mamiña son más  hediondas que ingle de guanaco con tercianas y le revolvían el estomago a cualquiera.  Las milagrosas aguas entonces comenzaron a elaborar su portentoso efecto; le maceraron la piel y prodigiosamente le devolvieron la luz y la vista a sus hermosos ojos.  Una vez sanada la Ñusta, los incas la subieron de vuelta al transporte real el que los porteadores ya descansados, sostenían férreamente sobre sus poderosos y anchos hombros balanceándose sobre unas piernas todopoderosas que prometían un rápido y seguro viaje al ritmo del trote incaico altiplánico sin detenerse por seis días.  El transporte real se hacía a lomo de porteadores porque los Castellanos aún no llegaban con sus místicos caballos.

Al alejarse del lugar cargada por los porteadores entre el trote y sus afanados jadeos,  Asnaq Yaku miró hacia atrás con nostalgia fresca por última vez a ese lugar que le había devuelto la vista.  Una singular lágrima de emoción le brotó de cada uno de sus bellos ojos, las que corriendo raudamente por sus mejillas incaicas, se fundieron en una en su barbilla, y con el zarandeo que le propinaban los porteadores al transporte, la lágrima cayó al suelo no muy lejos del lugar que acababan de dejar, a la que el polvo de las tronadoras plantas de los corredores cubrió de polvo cordillerano escoltado por el silencio del altiplano.  Lo que los incas no vieron, es que la lágrima de Asnaq Yaku no se secó, sino que penetró el suelo, e hizo brotar una vertiente portentosa a la que nosotros llamamos Radium, vertiente que hoy se recomienda para las enfermedades oculares.  Desde ese entonces es que esta vertiente nos provee de las lágrimas de la Ñusta incaica.
   
Cuando el Inca recibió a su amada Ñusta de vuelta por su tour a Gulumapu y aprendió de las esplendideces del lugar, éste se convirtió instantáneamente en una leyenda, entonces los descendientes del Inca llamaron al lugar: Mamiña, que también se dice que quiere decir: La niña de mis ojos.

Y aquí termina mi Aranway.  Posteriormente y hasta nuestros días, Mamiña ha visto llegar a visitar sus Termas desde interminables caravanas incaicas, hasta regimientos de turistas con el propósito exclusivo de encontrar alivio y remedio en sus prodigiosas aguas.  Dicen los lugareños que hasta un Ekeko de Chuqiyapu (actual La Paz en Bolivia) las visitó una vez por un problema de vitíligo...  Ahora los administradores el lugar ofrecen unas prácticas y convenientes bolsitas plásticas para el vómito.  Adiyús.

Tableta de referencia Quechua

Quechua
Castellano
Quechua
Castellano
Adiyús
 adiós
Mamacocha
Diosa del mar
Alliq
la mañana
Mamaquilla
Diosa Luna
Anti
Andes
Ñusta
princesa
Aqllawasi
casas de las vírgenes del Sol, de las escogidas
Pachacutec
Transformador de la tierra
Aranway
fábula, cuento, leyenda
Qharichakuq
valiente
Asnaq yaku
agua olorosa
Runakuna
gente; personas; humanos
Awqaqkuna atipaq
ejército vencedor
Runas
Runas: gente, seres humanos
Collana
Conquistador Inca
Sacsayhuamán
recinto religioso
Gulumapu
Chile (Mapudungún)
Ucu Pacha
el mundo subterráneo, donde habitan los muertos
Hanan Pacha
el mundo de arriba, donde moran los dioses
Ullqu wamra
chico
Huatuc
Adivinos o brujos Incas
 Upalla simi, chiwi
cállate pendejo
Inti
dios sol
Villac-umu
el brujo que habla
Iqu
enano
Wara
pantalón; pañete; taparrabo
Isqicha
diarrea
Yahuar Huaca
el que llora sangre
Kay Pacha
el mundo de aquí, donde viven los hombres.
Zupay:
dios de la muerte

Mamiña

Pero Mamiña es más que eso para mí.  Hablo de Mamiña el pueblito-caserío.  Mamiña me recuerda el nitrato y el salitre, las arenas y los corvos, la pobreza y el sufrimiento de los heroicos y sacrificados pampinos que un día la hicieron realidad a fuerza de sudor y músculo, esperanzas y explotación.  Me recuerda cuando mi padre me llevaba a este lugar que aún mostraba estertores de vida mientras que él hacía negocios para su compañía chilena de carga marítima, la Naviera Nacional.

Mamiña, del Aimará "imilla" (doncella, niña), es una deidad de paraje conocida hoy mayormente por sus Termas y por las bondades terapéuticas que sus calientes aguas termales sulfurosas, las que traen hacia la superficie a borbotones el sofocante aliento de las complicadas tripas de las montañas andinas.  Está ubicada a más de 2.700 metros sobre el nivel del Mar de Chile y a unos 77 kilómetros de camino de tierra al oriente de la comuna de Pozo Almonte en la Provincia del Tamarugal,  en la Región de Tarapacá, en Gulumapu (Mapudungún para: Chile).  Las Termas de Mamiña son un importante lugar de Turismo, de descanso, y un lugar en el que se persigue salud.  Afortunadamente hoy se le reconoce legal y moralmente como territorio patrimonial de la Comunidad Indígena de Mamiña.

Dentro de su potestad existen de varias fuentes termales, y las vertientes de Ipla y El Tambo.  Cuando las visité vomité desesperadamente, dejé la mitad de mis tripas y lo que había ingerido durante la última semana desparramadas por las amarillentas piedras en las fumarolas de Baño de los Chinos.  ¡Vaya olorcito!  Pero esto no parece amedrentar a los visitantes que les encanta oler el sobaco del demonio en persona y darse largos baños en fétidas pozas de sulfuroso barro.  Dicen que las vertientes también producen purísimas aguas que pueden ser bebidas, por lo que la Compañía transnacional Coca~Cola, ha instalado una embotelladora de Agua Mineral de su exclusiva propiedad.  ¿Usted toma Coca~Cola?  ¿Qué cosas, no?

Las hermosas y cariñosas casitas que son de las erigidas originalmente fueron todas construídas con las piedras volcánica de la zona y con las callosas manos de los Quechuas; las mismas dedicadas manos que erigieron sus techos de paja y barro; barro y paja que provenían de las cercanas terrazas escalonadas en que cultivaban el sustento y futuro de sus vidas.  Hoy están abandonadas y silenciosas, como esperando que el caprichoso e inconsistente ser humano las redescubra una vez más.

Esa remota tierra de tan inmensamente pretéritos tiempos había sido ocupada por otros grupos aparentemente más humanos que algunos de los grupos que tenemos hoy.  Allí vivió la Cultura Puquina con su andenería y sus extintos lenguajes el Puquina y el Kallawaya; desde muchísimo antes de la existencia del dominio del Inca, tierras en la que aún sobreviven algunas edificaciones impertérritas del tiempo.  Sí señor, estas localidades tenían nombres bautizados miles de años antes de que la madre de cualquier conquistador hubiese nacido.

Recuerdo que mi padre me llevó a visitar una pequeña basílica desértica con el nombre de Iglesia San Marcos, la que fué edificada según los entendidos en 1632, el mismo año en que se fundó Yakutsk en Siberia, y en que el osado Galileo Galilei publicó su "Diálogo sobre los principales sistemas del mundo".   ¿Sabrá este susodicho de San Marcos cuántas cosas se habrán bautizado con su nombre?  Sin sorpresas ni variaciones de comportamiento insolente y desviadamente altanero, los ultrajeros religiosos erigieron su deleble templito sobre un antiguo cementerio indígena, el que afortunadamente fué trasladado en 1865 por gentes bastante más civilizadas y sin una moral tan complacientemente elástica como la eclesiástica.  El caso es que yo solamente miré esta infausta edificación desde afuera porque el entrar a un templete de esta laya (a cualquiera) me produce un descomunal dolor de cabeza.

Ahora Mamiña es una localidad casi desierta de calor humano, en donde ya no se vislumbra ni siquiera un buquecito manicero.  Durante los escasos días que visité sus amantes hábitos desérticos y sus viviendas milenarias, le tomé un apego especial como el que le tengo a otras localidades cordilleranas; y también sabía que la recordaría por el resto de mi inquieta y desordenada existencia.  Cuando supe que la propusieron Patrimonio de la Humanidad me llené tanto de gusto, orgullo y emoción, que derramé una sentida lágrima de felicidad, una dulce gota de agua caliente; no como la que derramó Quisu Mayta aquel día en las alturas del Cuzco; esa gota de sudor helado que se le quedó atrapada entre la sien y su desorbitado ojo izquierdo, pero ésta, mi lágrima; fué ardorosa y llena de emoción, sin miedo ni temor, empero llena de amor.

Corto fué mi tiempo en tus faldas Mamiña, pero suficiente para un amor a primera vista; y ese amor por tí será siempre el alegre polizón de mi alma.

Sé que tú derramaste una vieja lágrima también; quizá tan dulce como las de la Ñusta Asnaq Yaku, a la que presurosos el calor y el viento de Atacama bebieron sin dilación.  Sé que de vez en cuando derramas algunas lágrimas disimuladas en tu llanto, y aunque por más que te oteo el horizonte, no puede verte desde mi lejanía porque te escondes detrás de montañas majestuosas y espléndidas como mis sueños, pero tu estampa siempre estará visible en mi amplio y desbocado corazón. 

¿Por qué yo sé que de vez en cuando lloras?  Sé que quizá te habrás hecho esta pregunta Mamiña...  Pues lo sé porque lo aprendí de la misma desolada forma en que tú aprendiste a rociar algunas lágrimas de desamparo: arriesgando el manojo entero de la vida por vivir un sueño imposible, desafiando enemigos invencibles y desleales y otros muchos adversarios perecederos; y lograste atrapar el futuro entre los tejidos de tus ansias para así, poder estamparlo en el infinito y pertinaz cementerio de las memorias olvidadas. 

Mamiña, el llanto tuyo es también el llanto mío.


El Loco