sábado, 1 de junio de 2013

Puma Punku

Artium Arcanorum Mysterium


Un misterio o un presagio ominoso es algo que uno no entiende completa y cabalmente, algo que desconcierta, que asusta, que confunde o elude el entendimiento; en otras palabras, un enigma (con o sin encanto).  Esta palabra (misterio) tiene raíces en el Griego (μυστήριον–musterion) y en el Latín (mysterium), ambas expresiones que significan  lo desconocido, un secreto, un rito inentendible.   Puma Punku es quizá el misterio más grande aún sin resolver para el inquisitivo Hombre, y que está envuelto perdidamente en un misticismo infinito, un enigma más grande y más antiguo que ninguna otra cosa que jamás haya existido en este cuasi-redondo planeta.

Puma Punku

Puma Punku o Pumapunku es un masivo templo situado en Tiwanaku o Tihuanaco, en las alturas de las tierras y arcaicos suelos de Bolivia, en un lugar tan remoto como Punta Arenas.  Puma Punku se encuentra enclavada en un valle de unos 11 kilómetros de ancho, flanqueada por dos serranías paralelas las que son Kimsa-Chata hacia el Sur del establecimiento; y por la serranía de Achuta al lado Norte.  El sitio arqueológico y el actual poblado de Puma Punku se encuentran en el centro del vallecito.  En la antigua y venerada lengua Quechua las palabras Puma Punku significan: "Puerta del Puma", y en Aimará, significa: "La Puerta del Puma".

El nombre "Puma Punku" es una palabra suministrada y adoptada del Quechua.  Este es un tema que ha sido discutido por innumerables investigadores y autores los que han intentado deducir y explicar el significado arcaico original de su representación.  Entre otros muchos significados puestos a consideración, hay dos que son los más sobresalientes: un investigador propone que “Tiwanaku” significa “siéntate guanaco” porque esta palabra está formada las palabras de origen quechua "tiai", que significa "siéntate"; y la palabra "Huanacu" (huanaco), el nombre del camélido andino.  Estas palabras fueron dirigidas por el Inca Mayta Kapac al esforzado "Chaski"(1) (chasqui) enviado desde el Cuzco tras haber recorrido 109 leguas (aproximadamente 545 km.) sin detenerse, y en menos en tres días. 

(1) Los Chasquis eran  ágiles corredores de largas distancias con un físico altamente capacitado para esta función los que llevaban y entregaban mensajes, manjares reales como pescado, y otros objetos de valor a través y a lo largo y ancho del Imperio Inca, principalmente al servicio del Sapa Inca.  Los Chasquis eran despachados a lo largo de miles de kilómetros, aprovechando el vasto sistema Inca de carreteras y puentes colgantes diseminados en los Andes de Perú y Ecuador.  En la costa de lo que hoy es Perú su ruta funcionó desde Nazca a Tumbes.  Las rutas Chasquis también se extendían hacia otras partes del Imperio en partes las que ahora son Colombia, Bolivia, Argentina y Chile.

La segunda versión (entre otras muchas) es que la palabra procede de dos voces Quechuas: tiía (tiya, tilla) que significa "luz", y "huannuk" derivada del verbo Quechua "huañucu", que significa morir.  Entonces y en consecuencia a esto, la denominación Puma Punku significaría “Luz Moribunda”.  ¿Qué cosas, no?

Algunos grupos Aymarás señalan de que el nombre original de Puma Punku fué Chúcara (indócil o arisca), pero para otros grupos (también Aymarás); el verdadero nombre del establecimiento altiplánico fué conocido como Tiwanaku, que es la voz Aymará para "Taypicala", lo que quiere decir: “La piedra de en medio”.  Para efectos de este escrito, me quedaré empozado con la palabra Puma Punku.  Punto (Kachay).

Este antiguo templo tan singular y de una mística extática se encuentra construído cerca de la costa sur oriental del andino lago Titicaca, un lago de la categoría "Endorreico"(2) (persistente) en el extremo norte de la cuenca del alto altiplano, y se asienta sobre una meseta de la Cordillera de los Andes cerca de 12.600 metros de altura, en los elevados colindes entre el Perú y Bolivia.  Este templo contempla 167.36 metros de ancho a lo largo de su eje norte-sur, y 116,7 metros de largo en la extensión de su eje este-oeste.  Se cree que poseía por lo menos unos 17 metros de altura, y que ocupaba una superficie de unos 50 metros cuadrados.

(2) Un lago endorreico es aquel que no evacúa cantidades significantes de agua manteniendo toda el agua que recolecta en su cuenca hidrográfica.  Estos lagos están situados siempre al interior de una cuenca endorreica.  Estos lagos son de alta salinidad y cuando se secan, forman salares; esto  como resultado del acopio de sales disueltas por sus afluentes en sus respectivas cuencas hidrográficas.

Este magnífico templo es parte de un grupo o complejo de monumentos también parte del sitio de Tiwanaku.  Tiwanaku es tremendamente significante en las tradiciones Incas (y quizá debiera ser también para nosotros) porque en el folklore que ha sido trasferido desde tiempos inmemoriales y que ha transitado numerosas etapas zafrales, nos trae historias de colosos que crearon este sitio donde se originó el mundo, y que este "mundo" fué creado por colosales visitante extraterrestres.   

El arcaico complejo Puma Punku consiste en un gran patio occidental sin murallas, una explanada central también sin murallas, un montículo a modo de plataforma encabezado por una  piedra megalítica, y una explanada amurallada en el lado oriente.  El borde oriental de Puma Punku está ocupado por una "Plataforma Lítica".  La Plataforma Lítica consta de una terraza de piedra de 6.75 x 38,72 metros de dimensión.  Esta terraza está pavimentada con enormes y múltiples bloques de piedra.  La Plataforma Lítica contiene la losa de piedra más grande encontrada en Puma Punku y en el sitio entero de Tiwanaku.  Esta magnífica losa de piedra es 7.81 metros de largos por 5,17 metros de ancho y tiene un promedio de 1,07 metros de espesor.  Se estima que el peso de esta losa de piedra es de unas 131 toneladas métricas (131.000 kilos).

En su época de apogeo se cree que Puma Punku era "increíblemente maravillosa", casi tan hermosa como Caleta Tortel.  El templo estaba adornado con brillosas placas de metal pulido, varias cerámicas de colores lustrosos y vibrantes, múltiples adornos de coloridas telas, y sus dependencias transitadas por ricamente ataviados ciudadanos, sacerdotes vestidos elaborada y elegantemente, y otras élites con ricas vestiduras cubiertas de joyas exóticas.  Más no podemos elucubrar con respecto a este sitio porque su misterio está perdido en su antiquísima edad, sumido en la carencia de registros y notaciones, y el estado actual de deterioro de estas estructuras han caído víctimas de incontables "cazadores de tesoros", saqueo, la explotación minera de sus piedras para la construcción y lastre de ferrocarriles, y además; coronado por la eterna erosión natural.  Pero el misterio y el misticismo que le rodea perdura íntegro hasta nuestros días y aún no ha velado el misterio del origen de la cultura que lo construyó, ni de dónde provenía ésta.

Cuando el conquistador y cronista español nacido en Llerena, Sevilla; don Pedro Cieza de León llegó al alto valle andino de Tiwanaku y su "Puerta del Sol" en 1549, descubrió unas ruinas abismantemente extraordinarias rodeadas de un paisaje desolado que estaba flanqueada en sus lados este y oeste por dos enormes cadenas montañosas que alcanzan más de 4.700 y 6.000 metros de altura sobre el nivel del mar respectivamente.  Ni Cieza de León ni ninguno de los integrantes de su comitiva pudieron explicarse o imaginar un lugar más impropio y difícil para el desarrollo de cualquier civilización, incluso para una civilización avanzada.

Don Pedro Cieza de León trató de averiguar sobre la antigüedad y edad de estos templos en Tiwanaku, pero los andinos habitantes de entonces fueron ineficaces e incompetentes para dar alguna información confiable o verificable.  Los Incas le describieron a Pedro Cieza de León que la ciudad había sido edificada por gigantes celestiales en una sola noche, mucho antes del Gran Diluvio, y que posteriormente fué destruída por un enorme terremoto provocado por los rayos del Sol que cayeron sobre Tiwanaku en una noche terrible en que la luna no se podía distinguir entre el resplandor de las explosiones de los rayos que caían del cielo.  Si Dios pudo crear el Universo completo en una semana, por qué entonces estos poderosos gigantes no podrían haber construído una simple ciudad de piedra en un día?

Las Piedras Monolíticas

El nombre de una piedra o roca monolítica -o monolito- se deriva de la palabra Latina monolithus, y de las palabras Griegas μόνος (monos) que significa "uno solo"; y λίθος (lithos o litos) que quiere decir "piedra".  Tal como las raíces del término lo especifican, un monolito es un bloque de roca metamórfica dura y sólida de gran tamaño, compuesta de un solo elemento.  Por extensión, este término se utiliza para referirse a los monolitos de origen natural, que son un accidente o rasgo geomorfológico similar a una montaña; o a los monolitos fabricados por el hombre, los cuales ha tallado y extraído como monumentos desde diferentes canteras desde tiempos remotos.

Existen monolitos naturales en África, Antártida, Oceanía, Europa y América, siendo el más grande y conocido de todos es el  monte Augustus, localizado en el Parque Nacional Monte Augustus en Australia occidental.  En Chile tenemos las Torres del Paine.  ¿Qué cosas, no? 

Los monolitos antropogénicos son aquellos que se han formado en base a efectos, procesos o materiales que son el resultado de actividad e intervención humana.   Entre los monolitos antropogénicos o menhires de mayor envergadura que se conocen, sin contar a mi abuelita; son el pedestal de granito del Caballero de Bronce, que fué la piedra más grande jamás movida; el obelisco inacabado de Asuán que es la piedra más grande jamás terminada por el hombre; y el Obelisco de Letrán que es el mayor de los obeliscos Egipcios.  También están los Moai de Isla de Pascua; y la piedra pómez.   

Puma Punku es conocida principalmente por sus formidables piedras, por la extraordinaria e incomprensible precisión de sus cortes, y por su milimétrico orden, alineación e instalación.  La tecnología moderna no ha sido capaz aún de emular estas técnicas y sus construcciones.  Las piedras que están adosadas entre sí en estas monolíticas construcciones están tan estrechamente concebidas y ejecutadas que una hoja de afeitar no se puede insertar entre ellas.  Este detalle es otro de los innumerables argumentos esgrimidos para corroborar la teoría de que estas increíbles construcciones fueron diseñadas y erigidas por una súper-civilización extraordinariamente avanzada que no podría haber existido en nuestro planeta, y que necesariamente debe haber sido extraterrestre.  ¿Sugestiones espurias?  Pues nadie lo puede comprobar o desmentir hasta que lo averigüemos.

Las Gentes de Tiwanaku

Solamente y gracias a la avanzada y exacta tecnología de la arqueología es que se puede dilucidar la edad de la cultura Tiwanaku ya que no existía en ese entonces ningún lenguaje escrito con el que hayan podido dejar constancia de su cultura.  La cultura Tiwanaku sin embargo, es muy anterior a la civilización Inca y probablemente no contenía las abominaciones de casta que contienen la mayoría de nuestras civilizaciones de hoy.

Tiwanaku es una de las culturas más longevas que se conocen en América del Sur.  Los primeros vestigios de la cultura Tiwanaku datan del año 1.500 AC (CE) al 1.200 DC (CE), con 27 siglos y medio de duración

Según Alan L. Kolata, un arqueólogo norteamericano que realizó sucesivas excavaciones en este sitio durante los años ochenta y principios de los noventa, cree que Tiwanaku alcanzó su apogeo alrededor del año 1000, cuando la ciudad aparentaba tener una población de unos 115.000 habitantes, además de otros 250.000 habitando los campos circundantes.  Estas cifras parecen bastante elevadas y otros arqueólogos piensan que es más probable que la ciudad haya alcanzado en su apogeo una población de veinte o treinta mil personas extendidas en un dominio físico de unos 600.000 km² aproximadamente, los que vivían mayormente concentrados alrededor de Puma Punku.

¿Ficción o Historia Impenetrable?

Lo único que podemos asegurar son hechos concretos y clara evidencia; y esto con la galimatía de que los hechos concretos y la clara evidencia se pueden interpretar de mil diferentes modos.   Las ruinas de Puma Punku son posiblemente las ruinas más antiguas que existen en nuestro planeta, y asequiblemente las estructuras más desconcertantes de nuestro mundo.  Puma Punku es solo una de las cuatro estructuras en la pretérita y arqueológica ciudad de Tiwanaku.  Las otras tres estructuras, no menos espectaculares;  son la Pirámide de Akapana (y Akapana Este), la Plataforma de Kalasasaya, Putuni o "Putuputuni" (donde hay huecos) también conocido como el "Palacio de los Sarcófagos", y el templo semi-subterráneo; estructuras construídas con una tecnología desconocida y que comparada a nuestros tiempos modernos, desafían la lógica, el método, la capacidad de ingeniería; y esconden sus misteriosos secretos dentro de sus monolíticos artilugios arquitectónicos.

¿Quién construyó estas estructuras?  ¿Cuando se construyeron?  ¿Cómo se construyeron?  ¿Para qué se construyeron?  ¿Por qué se construyeron? ¿Podrían la ruinas de Puma Punku ser la evidencia de una civilización perdida en nuestro pasado, o la tarjeta de visita de cósmicos viajeros?  El problema no es la falta de preguntas, sino que la completa carencia de respuestas. 

Según algunos Arqueólogos expertos, parece ser que Puma Punku en algún momento de su historia tuvo un muelle o un malecón, pero esto son solo conjeturas basadas en las exiguas pistas que estas estructuras ofrecen y que nos han dejado sumidos en el misterio para que las observemos, y para que nos rasquemos las cabeza completamente perplejos.  Toda la evidencia que queda hoy son unas arcaicas ruinas megalíticas que sugieren quizá el paso de un cierto evento catastrófico perdido en alguna página del libro geológica de nuestro planeta. 

¿Qué habrá pasado en las alturas cordilleranas de Tiwanaku?  ¿Hubo quizá un movimiento mega-sísmico? ¿O tal vez actividad volcánica extraordinaria?  ¿O un cometa viajero que pasó demasiado cerca de la Tierra y nos azotó con su cola? ¿Quizá un aluvión universal causado por un cambio en la posición del eje de la Tierra?  ¿Son estas las ruinas de un puesto de avanzada o fronterizo de una guerra galáctica?  ¿O simplemente el producto de la fricción y metamorfosis natural de nuestras placas tectónicas?  Lo único que sabemos de este gran misterio son lo que podemos ver de las ruinas de Puma Punku.

Hay evidencia científica y paleontológica de herramientas surtidas, huesos humanos y de animales, y otros materiales reconocibles, lo que podría sugerir que un pueblo de avanzada civilización estuvo establecido allí mucho antes de cualquier descomunal o monstruosa catástrofe.  Otra evidencia parece indicar vestigios y rastros de la existencia de seres de gran estatura y que aparentemente llevaban barbas, cosa totalmente fuera de lugar para cualquier habitante Andino.  Chullitos(3) sí; ¿pero barbas?...  menos probable...

(3) El chullo (aimara-quechua: ch'ullu) es un gorro con orejeras apretadamente tejido en lana de Alpaca o Llama que usaban (y aún lo hacen) las gentes andinas; es originario del altiplano andino y que brinda protección contra el despiadado frío de la Puna de los Andes Centrales.  En las regiones de las alturas de los Andes su variedad de colores indica su uso, desde la identificación de quién ocupa un cargo público, o para indicar quién es soltero.  ¿Qué cosas, no?

Se especula de que estos pueblos inmemoriales deberían haber sido muy sofisticados, y probablemente hayan conocido la astronomía, la geomancia, arquitectura y matemáticas; pero a pesar de esta lógica y sensata suposición; no existe ningún registro de ninguna especie sobre la planificación, el desarrollo y construcción de estos complejos y inextricables trabajos. 

¿Fué Puma Punku habitada por una avanzada civilización con una extraordinariamente adelantada tecnología vanguardista; quizá similar a la nuestra, la que simplemente sucumbió y expiró?  Curiosamente, existen mapas que demarcan estas regiones con sorpresiva exactitud.  Esto queda demostrado en mapas como el Mapa de Piri Reis (1513), y el Mapa Oronteus Finaeus (1531), los que datan anteriores a la fecha de los descubrimientos europeos.  Éstos no sólo son mapas sumamente precisos, sino que aparentemente su cartografía está basada en copias de mapas aún más antiguos.

Lo circumbirúndico(4) de este asunto es que estos arcaiquísimos mapas muestran detalladamente la costa de América del Sur, los ríos del continente, e incluso parte de la topografía de la Antártida; de la cual no se cree tener conocimiento de que haya sido cartografiada sino hasta 1818.  Estos mapas contienen marcas y mojones, y los perfiles de las áreas descritas parecen ser muy exactos.  Algunos escolásticos aseveran de que estos mapas no se podrían haber elaborado sin sobrevolar estas áreas a una gran altura...

(4) Este término diccional o vocablo de facundia es de particular territorialidad, y es usado principalmente en Chile por algunas clases sociales connaturalmente desheredadas de una germanía ilustrada y apta, y es una aleatoria fusión de los inuendos del significado de las palabras asombroso, secreto, misterioso, inexplicable y prodigioso.  Así que cuando usted quiera expresar su admiración por algo, o por algún asunto que confina el significado conceptual de estas varias palabras de la lengua Castellana; simplemente use este práctico vocablo chileno y refiérase al asunto en cuestión como: "circumbirúndico".

Lo realmente circumbirúndico sería de que usted se arme de una incisiva curiosidad, de un etéreo espíritu de aventura, y emprenda excitado una jornada inolvidable a tranco de Guanaco furioso para tratar de descifrar los misterios de Puma Punku; o al menos, para que aprenda algo más de nuestros antepasados, que ante la revelada evidencia; parece que ellos eran unas gentes de lo más circumbirúndicas.

Los Marcianos

¿Usted cree en los Marcianos?  Digo Marcianos porque cuando yo era un cabro chico, a cualquier forma de vida que viniese desde cualquier punto del espacio se le denominaba "Marciano".  Marciano de Marte, claro está.  Estos astrales visitantes podrían haber sido visitantes de Neptuno, Timjull, Rhoneranger, Calingasta, Ucka, Gaglani, Ocllo, Zdiksima, o incluso de cualquier planeta de tránsito circumbinario, pero para el caso, todos eran "marcianos".  Los nombres de planetas que le dí arriba son planetas reales así que no es chapucería, ni me estoy "carrileando", ni pretendiendo ser un filosofunculista con pretensiones de ultracepidario.  El caso es que no importaba de dónde pudiesen venir estos viajeros extraterrestres, para nosotros en ese entonces eran todos "Marcianos".  Y después nos acusan a los "gringos" de discriminación.  ¿Qué cosas, no?

Tengo una historia de marcianos para usted:

Resulta de que hay  un equipo de investigadores integrados por científicos reunidos desde Noruega, Alemania, Sudáfrica, e Inglaterra los que profesan que han identificado positivamente a un antiguo "Micro-continente" en el Océano Índico.  Esta conclusión es producto de un detallado y comprensivo análisis de las arenas de numerosas playas de la islas-países de Seychelles y de Mauritius; esta última, cuna y tumba del pájaro Dodo(5).

(5) El extinto pájaro Dodo conocido en círculos ornitólogos como Raphus Cucullatus, tenía el aspecto de una gaviota mofletuda que comía frutas surtidas, y con unas alitas que no le permitían volar, y se cree que evolucionó de las palomas.  Es originario de Mauritius y fué mencionado por primera vez en los registros de navegación del Vice Almirante Wybrand Van Warwijck en 1598 quien descubrió Mauritius y al pajarraco éste.  El último pájaro de éstos fué visto vivo por el gobernador de Mauritania (1677 a 1692) Isaac Johannes Lamotius, en 1688.

Ellos presumen de que hace muchísimos años la actual masa terrestre que es hoy conocida como "Las Islas Seychelles", se separó de una masa terrenal más grande, a la que conocemos hoy como Madagascar, la que está situada a unos 900 kilómetros al oeste de las Seychelles.  Hoy, estas islas que fueron una colonia francesa, son conocidas oficialmente como la República de Seychelles, y consta de 115 islas en el Océano Índico.   Según los investigadores, esta separación tectónica se produjo como efecto y a raíz de erupciones volcánicas que ocurrieron en la corteza de la Tierra entre 61 y 84 millones años A.  Se especula que las hermosas y blancas arenas de sus playas fueron depositadas por erupciones posteriores que se ocurrieron aproximadamente durante los últimos 9 millones de años.

Esta presunción se desprende de que en estas playas encontraron Zirconio granulado cuya edad se determinó ser de hasta 2 billones de años de antigüedad, lo que los hace pensar que estos desechos han sido arrojados por las más recientes erupciones volcánicas producidas por deslizamientos tectónicos durante los últimos 9 millones de años, las que habrían vomitado de sus entrañas fragmentos de una antigua corteza continental, lo que ayudaría a explicar el origen de las islas Seychelles las que son una verdadera singularidad geológica.  ¡Huy, qué interesante!  ¿No cree usted?

Estos científicos piensan que el micro-continente que creen haber descubierto y al que bautizaron como "Mauritia", yace bajo las islas Seychelles, y su isla vecina: Réunion.  Todo esto son conjeturas, pero los isleños cuentan de que el "antiguo continente" estaba habitado por gigantes que habían venido "del cielo", y que podían construír grandes ciudades y templos en una sola noche, y que deambulaban la Tierra construyéndolas.  Platón hizo una referencia en dos de sus 36 "Diálogos" con respecto a Atlántida, aunque situada en otro océano; contienen las mismas características histórico-epopéyicas del nacimiento de estas otras ciudades y templos arcaicos; con gigantes y todo.  ¿Qué cosas, no?

¿Habrán visitado en el extraordinariamente y remotamente inmemorial pasado estos Gigantes de Mauritia –¿quizá Marcianos?- los parajes de Puma Punku?  ¡Esto es realmente circumbirúndico!

Realidad

Independientemente de lo que se diga y discuta: marcianos, gigantes o no, Puma Punku aún es un misterio sin una explicación clara.  La imaginación humana crea a veces fantásticas e increíbles explicaciones para cosas tan simples como una piedra; le asigna arbitrariamente a seres irreales y que no conoce extraordinarias habilidades y conocimientos asombrosos; encuentra un objeto al que no puede darle una explicación lógica, entonces le asigna poderes mágicos; o tropieza con una situación de la cual no puede deducir una elucidación racional, entonces recurre a la imaginación sin límites, sin importar lo absurdo que parezca, pero todo con el objeto de pretender que entiende lo inentendible, y poder explicar lo inexplicable.

Al ser humano le encanta inventar absurdeces para explicar lo que no entiende o no puede entender, y salta indiscriminadamente entre la razón y la magia para hacerlo.  El Hombre inventó la rueda, pero oposicionalmente, también inventó la religión.

Hay varios inconsequentes desvíos o atajos que se emplean para explicar los misterios existentes, y que están pobremente concernidos con los perfeccionamientos actuales en metafísica y epistemología histórica.  Por un lado, se proyecta un entendimiento personalizado para racionalizar la dispersión narrativa de la perorata historiográfica, la cual se adosa epistolarmente a la expresión de una estructura lingo-geológica subyacente de la filosofía narrativista de la historia; todo esto en el marco de una forma tropológica de método básico para abordar el entendimiento de la cognición comprobada.  ¡Chucha!  ¡Casi se me quebró la pluma tratando de escribir este pensamiento!

Por otro lado lo que ocurre es que la discriminada aplicación de la tropología a indiscriminados sectores de la historiografía, ha distorsionado la integridad direccional del conocimiento histórico factual y se ha degenerado dentro de un plano confuso y problemático, transido por opiniones indiscriminadas y genéricas, y acongojado con desasosiegos existencialistas como el relativismo, el solipsismo lingüístico, la verdad, el entendimiento, y la justificación.  Espérese.  Tengo que cambiar la pluma porque ésta también se me quebró con estas endiabladas frases.

Al término de la jornada, el narrativismo es algo así como jugar a la ruleta porque ofrece una circunspección y un miramiento escuetamente literario o análogo retrospectivo de la historia.  Quizá lo más acertado sería el utilizar una configuración narrativista tangencial que restrinja las exégesis y glosas inciertas de relativismo lingüístico y cultural; y que se circunscriba ceñidamente a la noción cognitiva de la literatura como una vía más conspicua y preferible para intuír el perfil tropológico de los automatismos lingüísticos que ambicionan explicar y narrar el pasado.  ¡Coño!, ¡se me jodió la última pluma!

Alcumena

¿Qué opino yo?  Pues nada...  yo soy simplemente un adorno solipsista y ciertamente circumbirúndico de la literatura imaginaria que se columpia entre las Tarzanescas lianas del narrativismo histórico y del idealismo lingüístico; colgado apretadamente de un gran y frondoso árbol tropológico sub-abditivo de escaramuzas olvidadas.
  

El Loco

sábado, 18 de mayo de 2013

Sobre la Muerte


En memoria de George Bursenos (Georgie) (10 de Abril, 1987 - † 15 de Mayo, 2013)



Encontrarás y conocerás el oscuro secreto de la muerte sólo si estás dispuesto a descubrirlo en el espíritu mismo de la vida.  Si alguien sabía esto, ese era Georgie Bursenos.

Me enseñaste a beber del sereno río del silencio para que yo pudiera decir lo que pienso con palabras claras, claras como el agua de aquel río.  Si alguien sabía esto, ese era Georgie Bursenos.

Para conocer el dolor debemos conocer la alegría.  Tú Georgie nos enseñaste la alegría bien, y es por eso que sentimos un profundo dolor hoy, no porque te hayas marchado; sino porque nos hemos quedado atrás sin tí.  No me enseñaste resistencia, pero me enseñaste a resistir con una brillante sonrisa en mi cara.

Adiós camarada de la vida.  Cuando te conocí me tomó sólo un segundo para decirte ¡hola!, pero ahora sé que me tardaré una eternidad para decirte adiós. Adiós camarada de la vida.  Estoy muy orgulloso y honrado de haberte conocido, y me siento afortunado de tener a alguien como tú Georgie, alguien a quien se hace tan difícil decirle adiós.

Es difícil decirte adiós a tí Georgie, porque algunas personas como tú entran en nuestras vidas sin prisa, pero que se marchan demasiado rápido.  Tú entraste brevemente en las nuestras, pero dejaste profundas huellas en nuestros corazones, y por eso; nosotros nunca, nunca seremos los mismos.

Ahora eres libre para ir a todos aquellos lugares con que soñaste, ahora eres libre de visitar todos los etéreos espacios que siempre quisiste visitar, ahora eres libre para perseguir tus sueños sin los grilletes fantasmales de la vida.  No hay necesidad de que envíes postales Georgie, porque siempre estarás en nuestros recuerdos.

Un simple hombre como yo nunca será capaz de decir correctamente un adiós para siempre, así que sólo voy a decir; que tengas una feliz marcha Georgie.

Rodrigo A. Guajardo
Mayo, 2013

miércoles, 1 de mayo de 2013

Nada se Desperdicia


El filósofo alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche una vez dijo: "Debes hacer de tu más profunda desesperación, tu esperanza más invencible"; y los bigotes que Nietzsche tenía, eran más grandes que los míos.  Incluso la más profunda desesperación se puede aprovechar para algo útil y positivo, y así; nada se desperdicia.

Estas acertadas palabras de tan profundo significado pueden tener incidencias positivas en nuestras vidas si las sabemos aplicar juiciosamente.  Estas enseñanzas se pueden esgrimir con desesperación en situaciones de un carácter filipendulous, lo que nos produce una horrible cacaesthesia; o con una calma campante en contextos y circunstancias menos querellantes, lo que nos traerá placer y fruición; por lo menos, lo es para mí y este último es mi caso.

A veces cuando la vida me embosca con sus gélidos hálitos de angustia y pesadumbre, en vez de hacerme un dócil y supeditado súbdito de sus histéricas habromanías, tomo cautiva la situación firmemente entre mis sentidos, y la transformo en un kalón; en un producto de belleza ideal perfecto en el sentido físico y moral, a través de la pluma.

Hago esto porque creo que cuando eres un artista o un escritor, ni una migaja de imaginación se pierde en el tejido de tu trabajo.  No soy un escritor, tampoco un artista, pero creo que las situaciones más dolorosas o más difíciles de la vida; siempre se pueden reciclar como material para un proyecto más elevado y provechoso que el callado dolor del alma.  Entonces podemos transformar lo agrio en algo dulce usando los poderes y las herramientas del artista en forma despierta, consciente y oportunista.  Esto suena un poco frío y calculador; pero no lo es, por el contrario.

No tengo muchas herramientas, pero tengo una afilada y puntiaguda pluma, la que no le teme a nada ni a nadie, que se ríe de la muerte, que no discrimina el color de la tinta, y que nunca se gasta con las sudorosas palabras que le hago escribir a borbotones llenas de una contumaz obstinación y una empalagosa y sobona persistencia.  Mi pluma es insolente, claro; pero siempre dice la verdad.  Y es así como torno lo ácido en algo mieloso; porque el arte cuando nace de lugares obscuros y difíciles, nos dá las herramientas para sentir aquellas emociones humanas más ocultas y más poderosas.  Con esto, portentosamente podemos transformar nuestras pesadumbres en algo fructífero y significante.  Rasco la tinta de mis depresiones desde el fondo del balde de mis pesares, las cargo en mi insolente pluma, y la imprimo con violentas palabras en mil aventuras insanas, y en mil sueños sensatos.  Uso hasta la última gota de una gota de tinta.  Nada se desperdicia.  Nada.

En uno de los archivos de mi pasado está estampada la muerte de mi abuelito Víctor.  Me acuerdo de él porque hace muy poco falleció la abuelita de un amigo mío, lo que lo puso súbitamente en una dolorosa y difícil situación.  La muerte cuesta mucho, a pesar de que es gratis.  Su abuelita vivía en Kioto, Japón, y el no podía ir a los funerales con la familia debido a constricciones económicas, así que tuvo que viajar solo.  Su padre y su madre habían muerto prematuramente en el terremoto Diexi en Agosto de 1933 en el Condado de Mao, en la provincia de Sichuán(1).  Este terremoto fué de una magnitud 7.5, y dejó un saldo de 9.000 muertos, y entre ellos, sus padres.

(1) La palabra Sichuan (Szechwan) es una abreviación de "Cchuānxiá sìlù"; lo que literalmente significa: "Los Cuatro Circuitos de los Ríos y Quebradas", los que se refieren a los cuatro circuitos fluviales de la Dinastía Song; una dinastía gobernante en China entre los años  960 y 1279 de la Era Común.

Entonces, sus abuelos lo adoptaron y lo criaron por un corto tiempo hasta que un tío se lo trajo a Estados Unidos.  No mucho después de la venida de mi amigo a USA, su abuelo falleció, y su abuela se fué a vivir a Japón con una hija, tía de mi amigo.  Mi amigo estuvo ausente asistiendo a los funerales por unas dos semanas, y a su regreso, me contó lo que había sucedido en su triste pero enriquecedor viaje.

Me contó que gracias a la cortesía de nuestras aerolíneas nacionales, a las que les importa más recoger dinero que prestar servicios y que están menos organizadas que una pichanga estudiantil; llegó atrasado a la ceremonia de la cremación de su abuela.  No estaba enojado, pero sí furioso.  A pesar de todo, no todo estaba perdido porque llegó a tiempo para la ceremonia de entierro en el mausoleo que la familia mantiene en el cementerio(2), y que ocurriría en la tarde del día siguiente.

(2) Nota del autor: en un "cementerio", las criptas, mausoleos, tumbas y marcadores están hechos normalmente de cemento, y quizá por eso estos lugares de entierro se llaman "cementerios"; pero si estos artilugios estuviesen hechos de madera, estos sitios entonces ¿se llamarían Maderoterios?  ¿Qué cosas, no?

Siguiendo con el relato de mi amigo, éste me contó que se hospedó en la casa de su tía durante su estadía en el Japón.  El quería quedarse en un hotel para tener más privacidad, pero ante la cariñosa y efusiva insistencia de su tía, decidió tomar alberge en su casa.  Las paredes y los tabíqueles de papel lo ponían nervioso e incómodo; por lo que procuraba ir al baño cuando la tía estaba durmiendo.  "Son sólo unos pocos días", se dijo a sí mismo, así que armándose de paciencia y silencio, se quedó a compartir la morada de su tía por esa semana necrológicamente obituaria.

Con gran exaltación me narraba lo que pasó en la mañana antes de la ceremonia que se realizaría en el terreno de los osarios y las cárcavas, y después de compartir con su tía el típico desayuno japonés que consiste en lo siguiente:

Arroz al vapor.  Un plato esencial.
Okayu (arroz con leche).
Sopa Miso.  Esta sopa contiene tofu, cebolla verde, algas wakame (algo así como el cochayuyo pero chiquito, aburaage (tofu súper frito), y otros elementos que podrían causar misteriosidades (combustión espontánea humana) repentinas.
Natto (soya fermentada),  Se coloca sobre el arroz cocido al vapor..
Nori (un alga seca).
Tamagoyaki.  Una tortilla enrollada que se sirve con rábano daikon rallado.
Pescado a la parrilla.  Normalmente salmón salado a la plancha, o jurel seco.
Tsukemono.  Normalmente ciruelas en conserva o ciruelas rojas secas.

Menos mal que yo no vivo en Japón...

Después de esta asiática y aventurera comida a la que los japoneses llaman "desayuno", su tía lo invitó a pasar al "living", para lo cual mi amigo se quedó sentado donde mismo mientras que su tía taconeando bulliciosamente sus getas(3), habría dos opacas "fusumas" (particiones verticales deslizantes) al lado oriental del cuarto, y reorganizaba dos más; cerraba una al poniente, y deslizaba otra al occidente.  Y Eureka!  Estaban en el "living!"

(3)  Para los de mente de perspicacia licenciosa, sicalíptica, lujuriosa y concupiscente, que quede muy claro de que las "Getas" son los zapatos japoneses femeninos

Detrás de uno de los tabiques que su tía deslizó, estaba un mueble que sobre su cubierta  había descansando una pequeña urna, una vasija mayólica que contenía las cenizas de la abuela recién cremada.  Al lado del receptáculo saúco había un par de "kuàizi" de bambú.  La palabra original del idioma Mandarín que le dió su nombre a estos palillos es: kuàizi o kuài'er; que significa "los objetos de bambú para comer rápidamente".

La tía esgrimió diestramente los palillos de bambú, le sacó cuidadosa y respetuosamente la tapa al contenedor mortuorio, y con mucha dexteridad y pulcridad, escarbó delicadamente entre las cenizas y recogió dulcemente tres o cuatro fragmentos de los huesos todavía sin quemar de la abuela.  Los puso uno a uno en otro contenedor de porcelana que tenía para la ocasión, y cuando concluyó haciendo esto, selló el contenedor celosamente, y se lo entregó a mi amigo con ambas manos diciéndole: "toma estos huesos, y llévatelos a casa.  A tu casa". 

Mi amigo estaba perplejo y no sabía qué decir ni cómo reaccionar.  La tía viéndolo visiblemente desconcertado y estupefacto; explicó:  "Esta es una tradición japonesa que se llama honewake"palabra que significa "dividiendo los huesos" -explicó la tía; y prosiguiendo dijo: "de esta forma, nada se pierde de nuestros antepasados, y todo se aprovecha para algo, nada se desperdicia."

La cara de mi amigo seguía en un hito emocional y perdida en concomitancia con su aliento, y haciendo de tripas corazón, le dió las gracias a la tía balbuceando unas palabras que sonaban a agradecimiento; y sin saber qué más hacer en ese momento.  Después de unos breves instantes cuando la perplejidad se fué y el aliento volvió, se dió cuenta de que no podía traer de vuelta a USA este macabro y sepulcral presente.  Aparte de eso, no sabría qué decir en las aduanas...  Pero sería aún más difícil y afrentador el no cumplir con estos íntimos deseos tan profundamente arraigados en la cultura e idiosincrasia de su tía nipona.

La ceremonia de la deposición de los restos de la abuela en el mausoleo de la familia en el cementerio, transcurrió sin perturbaciones y los asistentes volvieron silenciosamente a sus lugares por sus rutas de regreso.  El día estaba fresco pero con mucho sol.  Una suave brisa peinaba y las ramas de los cerezos del cementerio, y mecía sutilmente los pétalos de sus rosadas y delicadas flores.  Es una lástima que los japoneses no tengan Jubaea.  Todas las tumbas estaban en silencio.  La ceremonia fué corta y sucinta, no había tiempo para perder, palabras extra para gastar, ni lágrimas en demasía para derramar.  No había nada para el desperdicio...   El cementerio era pequeño y bien organizado con tranquilas residencias de sólo un piso bajo la superficie.

Al día siguiente y después de haberlo pensado mucho, y también después de haber hecho un llamado a casa para consultar con su esposa; mi amigo –que es un artista genial- elucubró una solución original y artística, pero sobre todo; equitativa para satisfacer a todos, y sin herir susceptibilidades.  Él estaba bastante acongojado por la situación, y a pesar de que él había vivido la mayor parte de su vida en un suelo extranjero, ciertas costumbres idiosincráticas todavía anidaban bajo su piel.  Decidió decirle a su tía de las dificultades y conflictos que se producirían al intentar traer las inacabadas cenizas de la abuela a USA, pero que tenía una idea para subsanar la situación.

Mi amigo es fotógrafo y también es un cineasta muy talentoso; así que decidió hacer una corta película la que incluiría los huesos, el espíritu de la costumbre, y la historia detrás de este film.  La idea era buena, pero debería convencer a la conciencia nipona de que esto era respetuoso y aceptable; y que nada importante o trascendental de este íntimo y esencial evento se desperdiciaría, o sería denigrante o fanfarrón.  Entonces, se puso a trabajar.

Lo primero que hizo fué reunir a todos los integrantes más cercanos a la familia y que eran los más apegados a su abuela.  Se reunieron en la amplia "ima" (sala de estar) de la "minka" (casa) de su tía.  Una vez que todos estaban acomodados, y las fusumas se habían acomodado propiamente para recibir a la comitiva, mi amigo explicó:

"Como todos ustedes saben, he vivido la mayor parte de mi vida en un país occidental el que lleva un sentido cotidiano muy diferente al que tenemos aquí.  También respetamos y  honramos a nuestros muertos y antepasados, pero en forma diferente.  Nosotros también tenemos ceremonias tan elaboradas como las japonesas, pero su significancia es diferente.  Por otro lado, me sería casi imposible llevarme los huesos de nuestra abuela sin correr el riesgo de que me los quitasen en alguna aduana.  Tengo que hacer escala en otro país, y eso contribuye a la dificultad; y por eso creo que sus huesos deberían quedarse aquí, en esta tierra que ella tanto amó y reverenció".

Mi amigo hizo una breve pausa aquí y observó cuidadosamente la reacción de los comensales.  Su tía tenía la cabeza doblada sobre su pecho como mirando al suelo, y estaba silente como la abuela.  Los demás asistentes le miraban sin pestañear con sus semi-cerrados, pero lúcidos ojos y con una actitud inmutable.  Sus caras parecían abandonadas de emociones, pero sus ceños delataban un curioso interés.  Mi amigo prosiguió:

"Por supuesto que quiero llevarme un trocito de nuestra abuela para compartir con mi familia, pero creo que podemos hacer algo más asequible y cercano para las costumbres y el entendimiento occidental.  Creo que así será más provechoso para nuestra familia y podré compartir y comunicar estos momentos y el recuerdo de nuestra abuela en forma más efectiva y perdurante.  Pues entonces lo que propongo es que hagamos una pequeña película para llevarme de vuelta a casa, donde podremos captar la ceremonia, los huesos de la abuela, y el genuino espíritu de esta milenaria tradición. Nada se dejará afuera; nada se desperdiciará".

Acto seguido y con gran ansiedad, se quedó esperando por una reacción del grupo.  Los nipones asistentes se miraron entre ellos rápida e intermitentemente, y después de un animado y bullicioso babeldom, la tía saliendo de su estado de "stupore mentis mummified" (estado de trance momificado) abrupta pero suavemente, le dijo a su ahijado: "Estamos de acuerdo!  Les encanta la idea de transmitir las costumbres de esta manera, pero lo que más les deleita es que van a estar en una película.  También quieren saber si se tienen que maquillar..."

Mi amigo exhaló un largo y profundo suspiro de alivio y consecución; largo como un día de Verano sin comida (podría haber dicho: más largo que flato de jirafa, pero no habría sido apropiado o muy respetuoso), y profundo como la congoja del pobre.  Les sonrió levemente a los invitados, y les dijo que les daría instrucciones esa tarde para que comenzaran la filmación al otro día.  Las visitas se pararon vivazmente y dejaron la minka entre animadas conversaciones y estridentes risas.  Mi amigo miró a su tía y le dijo: "Todo salió bién...", a lo que su tía respondió con un callado y suave asentir de cabeza acompañado por una dulce sonrisa.

Esa tarde mi amigo hizo una lista de cosas para hacer: escribió un guión, anotó instrucciones para los "actores", estableció el escenario apropiado, y cargó las baterías de su cámara VHS. 

Al día siguiente apenas despuntó el naciente sol del Imperio, los participantes comenzaron a llegar amontonadamente a la casa.  Los hombres vestían sus elegantes Montsukis adornados con el escudo de armas de su familia, un claro Mon (marca heráldica) en la solapa izquierda de sus Montsukis, un hermoso y adornado Sensu (abanico) en una de sus manos, un amplio Hakama (una vestimenta hasta la rodilla) sobre el Kimono, un elaborado Obi (cinturón o faja) o hecho de Kaku-obil (material duro) o hecho de Heko-obil (material dúctil), y para completar sus atavíos calzaban Tabis (calcetín japonés) y Getas, el calzado requerido para el Montsuki.  El verlos vestidos así evocaba los tiempos del Shogún (seii taishõgun), de los clanes Fujiwara y Hojo.

Las damas japonesas hicieron su flamante entrada en la minka ataviadas con blancos Nagajubans (bata bajo el Kimono) cubiertas con un exquisito, elegante y aristocrático Furisodé (el kimono formal) con sus amplios Tamotos (mangas anchas), y otras con Tomesodés (mangas normales), todas llevaban sus Obiages, obis, y obijimés, y por supuesto, sus menudos Tabis y Getas.  Había vestimentas desde Onna-bugeishas (Geisha guerrera), pasando por Geishas comunes, hasta Maikos (aprendiz de Geisha).  La elegancia y el despliegue de riqueza, donaire y exquisitez de los "actores" era digna de un Tennō (Emperador/Soberano Celestial).

Todos se reunieron en la pieza de las cenizas, y hablaron de la tradición de las cenizas, de la historia de la familia, de otros antepasados, de la vida de la abuela y de su muerte.  Hizo entrevistas con su tía y con otros familiares que con sus espectaculares vestimentas y la adherente interpretación filológica y verbal correspondientes, parecía un documental digno del National Geographic.  Una porción del film se dedicó a la ceremonia de la separación de los huesos de entre las cenizas, y la entrega de éstos a los descendientes.  El ambiente era solemne y ordenado, y los actores todos hicieron sus partes a la perfección.  También  se ejecutó la Ceremonia del Té para esta póstuma filmación de tan gran contenido idiosincrático y cultural.

A la ceremonia japonesa del té, también se le llama "La Manera del Té", y es una actividad cultural que involucra la preparación y presentación ceremonial de "Matcha", una clase de té verde en polvo.  En japonés, esta ceremonia se denomina "Chanoyu" o sadõ.  La manera en la que se lleva a cabo el funcionamiento de esta ceremonia se llama "Otemae".

Desde temprano, el Budismo Zen fué una influencia primordial en el desarrollo de esta ceremonia del té.  Estas reuniones ceremoniales del té se llaman "Chakai" o chaji y es una actividad sencilla de hospitalidad que incluye pastelillos, "Usucha" (té no cargado) y a veces, una sustento ligero.   Una ceremonia de té mucho más formal se llama "Chaji", que suele incluír una "Kaiseki" que es una cena tradicional de varios platos, seguida de pasteles, "Koicha" (té cargado) y Usucha.  Una Chaji puede durar hasta cuatro horas.

Comentario

Una vez en Washington, DC participé de un Chanoyu (no chanchullo) de éstos con mi esposa.  Ella me dijo que no comiera nada ese día porque en esta ceremonia del té se comía.  Bueno, no comí nada para el almuerzo y nos fuimos a esta ceremonia que se realizaba a las 3 de la tarde.  ¡Nunca más!  Eran pasadas las 7 de la tarde y ya no veía de hambre; la última comida del día fué una tostada casi transparente con mantequilla que me comí al desayuno;  y la Geisha no terminaba nunca con el asuntito del jodío té.  Aparte de que mi estómago creía que me habían cortado la cabeza, comencé a tener alucinaciones de hambre. 

Miraba una muralla y vislumbraba una típica "hora del té" chilena, con suculentos sánguches de pernil de chancha soltera, jamón Serrano de La Unión, queso chanco de Osorno, galletitas de agua destilada, mermelada de damascos peludos, lúcumas peladas, y el infaltable tazón de té Supremo (o Tres Montes) en bolsitas; o una infusión de "pata de vaca" sin azúcar para los giles con problemas al riñón.  Durante las Navidades, se agrega Pan de Pascua legítimo de Isla de Pascua.

Miraba el cielo raso, y veía un cortejo se sopaipillas pasadas, cuchuflís con chocolate, y unos "berlines" que orbitaban sonrientes la lámpara que colgaba famélica del techo.  No habían acabado de pasar las sopaipillas (pasadas), cuando una horda aterrorizada de empanadas de "Pino" cruzó en estampida el cielo raso.  ¡Me asusté!, no por la horda, sino que porque la seguía un botellón de Pisco Sour de La Serena...  traté de levantarme y alcanzar la botella, pero tenía los ojos blancos y no veía nada.  Mi mujer me miró de soslayo cuando me levanté de la silla y comencé a caminar a tropezones con los brazos en alto y balbuceando: "¡piscosagüer, piscosagüer!".  De un violento tirón de la camisa (lo que desafortunadamente incluyó una sección del elástico del calzoncillo) me volvió a sentar en la silla.  Como que desperté un poco...

Medio avergonzado me acomodé en la silla y fijé la vista en el piso, pero entonces y para mi infinito asombro y estupor, la alfombra debajo de mis zapatos se deslizó rápidamente a estribor desvelando súbitamente una jarra de mote con huesillos la que me hizo trepidar las glándulas salivales, y comencé a babear profusamente con la lengua medio evacuada.  Mi esposa me pasó un pañuelo por la boca, más bien me lo estampó con tremenda fuerza en la jeta lo que técnicamente calificó como un "cachuchazo"(4), acompañado con una sonrisa sulfúrica y una desafecta mirada que casi me descuartiza vivo.  La cosa estaba muy difícil, y la Geisha no tenía ninguna intención de apurarse.

(4)  En términos netamente populares Chilenos, "Cachuchazo" es el nivel más alto y el epítome del "charchazo", el que a su vez; es un bofetón (o cachetada) magistral con saña.  Es como que a uno le aplaudieran efusivamente la cara con paletas de ping-pong de fierro.  El siguiente nivel del cachuchazo es el "combo en l'hocico".

Mientras me sobaba suavemente las comisuras de mi delicada boca, disimuladamente me trataba de sacar la porción punzante del calzoncillo que se me había atrincherado en la zanja donde la espalda pierde su honorable nombre, producto inesperado del tirón de camisa que mi mujercita me había dado momentos antes.  Después de esto, no tuve más remedio que quedarme quieto y despierto.  Para poder conseguir realizar esta tarea, le pegué un tremendo "chirlito" al brazo de la silla de madera, y me aguanté.

Finalmente la ceremonia de preparación del té terminó y por fin pude tomar un té desabrido y sin azúcar...  no me quitó lo turnio.  La "comida" que siguió parecía que la había preparado la belonoide de "Twiggy" (que era más flaca que sombra de clavo), los pasteles parecían pasas a dieta, y el Kaiseki, casi-casi parecía comida.  ¡Nunca más!  Para la próxima invitación me llevo un sánguche en el bolsillo y un tazón de Pomaire lleno de ulpo!  ¡Y sí señor!, cuando tomaba tecito en Chile; me comía todo y nada se desperdiciaba.

¡No sé de dónde lo habrá sacado la parsimoniosa Geisha ésta el famoso tecito verde!  Me tomé apenas una tacita sin gracia, y me dió una colitis caballuna galopante, lo que me obligó a fruncir y a mantener bien apretadas las comisuras de mis podicem labia, y a moverme con la cautela del impala y el sigilo del leopardo por el resto de la noche.  ¡Joder!

De vuelta a los huesos

Este proceso de filmación ciertamente acercó a mi amigo a la familia, especialmente a los parientes que no había conocido sino hasta el encuentro en esta triste cónclave.  Cuando la filmación terminó, aunque sin editar, todos vieron la película juntos.  Las risas, la anticipación y el bullicio desapareció al comenzar la película, y todos la vieron con el más profundo respeto y veneración.  Todos concluyeron que este film sería muchísimo más apropiado que los huesos para llevarse a USA, y que serviría como un excelente embajador de sus costumbres.  Mi amigo prometió que apenas editara su película, les enviaría a todos una copia de ella.

De vuelta en USA, mi amigo comenzó a editar su película, y después de varios atentados editoriales, me dijo que había decidido no eliminar absolutamente nada del celuloide.  "No pude cortar nada de la película" me dijo, "todo calzaba bien y no había nada que desperdiciar", concluyó.  "De mi abuela nada se desperdició, y de esta película, nada se desperdiciará". 

Cuando vi su película, se me hizo un nudo en la garganta y no pude hablar sin miedo de que se me quebrantase la voz.  "Hasta en la muerte, nada se desperdicia", pensé.  Y sin ser un genio, mi artista amigo fué capaz de transmutar un negro episodio en una fuente de luz.  Lo único que tuvo como inspiración fué el más excelso despojo humano: la muerte.  Aprendí una valiosa lección de esto: Nada se debe desperdiciar. 

Yo no puedo hacer películas como mi amigo, pero intento escribir, y esto; no es muy diferente a la meditación.  Cuando escribo debo intimarme con mis historias, agasajarlas de sentido, de humor, de filosofía, tristeza y esperanza, ¡nada se debe desperdiciar! 

Cuando comencé a escribirles esta historia, mil ideas y mil pensamientos se arremolinaron en mi pluma y rebasaron mi tintero, y se diseminaron por mis blancos papiros, y se derramaron sobre el suelo, y no pude escribirlas todas aquí, por más que me esmeré en hacerlo.  Pero eso no importa porque cuando terminé de poner el último punto en el papel donde escribí esta historia, recogí prestamente todas las ideas y pensamientos que se habían fugado de mi mesa mientras escribía, y los puse de vuelta en mi tintero de sombras.  Cerré la tapa del tintero de sueños y los dejé encerrados ahí para usarlos en mi próximo relato, no porque éstas ideas y pensamientos fuesen geniales, sino porque así; nada se desperdicia.



El Loco

lunes, 1 de abril de 2013

Pasajes - Los Hermanos Pincheira


En cada generación hay una puta y un ladrón.  El freno de la puta es su conciencia; el castigo, a veces el del ladrón. 

Los enfermantemente destacados hermanos Pincheira fueron los líderes de una conocida y erradamente pregonada banda de bandoleros y abigateadores chilenos, que entre los años de 1818 y 1832 asolaron impunemente varias regiones del sur de Chile y Argentina llegando hasta la ciudad de Buenos Aires.  Estos salvajes forajidos se acoplaron a la causa Realista (descaminadamente por supuesto) y lucharon en contra de los Patriotas uniéndose entonces a la causa Realista durante la guerra por la Independencia de Chile.  Los Pincheira se educaron bajo el enajenado sobradillo de los frailes Franciscanos, así que no es ninguna sorpresa la calaña de comparsa que terminaron siendo.  La "causa Realista" no era nada de realista dado que el Rey de España pretendía ejercer dominación en unas tierras ajenas y desconocidas a más de 11.000 kilómetros de distancia de su reino y empotradas en la "Región Antártica famosa". 

Este pobre reyecito no sabía de que esta región de la que él hablaba era: "Chile, fértil provincia y señalada en la región Antártica famosa, de remotas naciones respetada por fuerte, principal y poderosa; la gente que produce es tan granada, tan soberbia, gallarda y belicosa, que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida."  Se lo dijo un español mismo, pero el rey no quiso escuchar, y consecuentemente los españoles lo averiguaron poco después "Por la Razón, o la Fuerza", y a un alto precio.

Todos los bandoleros Pincheira fueron hijos legítimos de Martín Pincheira.  Martín Pincheira había estado empleado como peón en la hacienda de Manuel De Zañartu, localizada en la criolla ciudad de Parral.  El hacendado Manuel De Zañartu que posteriormente como otros hacendados de la región, les proveyó a los Pincheira con ayuda económica, acto traidor por el cual fué declarado enemigo de la patria.  Esto demuestra que la familia completa de los Pincheira y los truhanes que les apoyaron, contrario a lo que algunos perjuros, renegados e ingratos antipatriotas insidiosos sugieren, es indigna de haber sido Chilena, y que en un absurdo e ignorante esfuerzo tratan de romantizar esta bazofia en una estulta y concúbita comedia cinematográfica de mal gusto.

La deshonrosa prole Pincheira estaba compuesta por cuatro hermanos y dos hermanas, desgraciadamente todos nacidos en Chile.  Estos rufianes fueron: Santos, Pablo, Antonio, José Antonio, Rosario, y Teresa.  Los hermanos Pincheira comenzaron a robar y a cometer toda clase de delitos desde 1817, el mismo año en que nació  Guillermo III de los Países Bajos, Rey de los Países Bajos y Gran Duque de Luxemburgo.  Los Pincheira eran originarios de la zona de Parral, ciudad fundada por el Viceroy del Perú Ambrosio O'Higgins, quien llamó originalmente a la ciudad "Villa Reina Luisa" en honor a la esposa de Carlos IV.  El actual Parral está localizado al norte de la ciudad de Chillán, nombre que en Mapudungún significa "Silla de Fuego" debido al volcán de sus cercanías.

Antes de estos obscuros acontecimientos familiares que afectarían a tanta gente, los Pincheira trabajaron al igual que su padre como peones de la hacienda del rebelde realista Manuel De Zañartu.  Antonio, el mayor de los Pincheira llegó a ser cabo del Ejército Realista y combatió bajo los blasones del Rey Ferdinando VII de España en la Batalla de Maipú.  El Rey Ferdinando VII de España fué dos veces Rey de España: en 1808 y desde 1813 a 1833.  Este último período está en controversia con José Bonaparte. 

Como las huestes Chilenas le sacaron la cresta a los Realistas en dicha batalla (Maipú), Antonio volvió a su tierra y comenzó sus correrías malintencionadas, arrastrando en ello a sus entorpecidos hermanos.  Dicen por ahí que Antonio Pincheira seguía convencido de la causa de la Corona Española, pero esto no le excusa el convertirse en un bribón asesino y sinvergüenza, el delincuente y maleante vulgar que terminó siendo con su pandilla de hermanos y hermanas; de manera que no hay ninguna controversia para su calificación como un despreciable villano puro.

Lo más curioso de esto, es que esta banda de malhechores contaba con el respaldo y el apoyo de varios sectores de la iglesia católica, esa lepra religiosa la que siempre inmiscuye su larga y sucia narizota en asuntos ajenos y que no le incumben; y estos descarados y descarriados "hombres de dios" auspiciaban hechos como asalto, saqueo, violación, y el rapto de mujeres a cambio de recompensa; como fué el caso específico de Trinidad Salcedo, por cuya libertad exigieron "una carga de vino que terminó en el vientre de los curas, dos cargas de harina para los cuarteles Pincheristas, y 200 pesos en Plata para el bolsillo de los Pincheira".  Estos hechos verídicos constan en el archivo del Ministerio de Guerra de la República de Chile.

También recibían sostén de muchos hacendados realistas como Clemente Lantaño, un terrateniente de Ñuble; y además el concubinato político del Cabildo de Chillán los apoyaba en sus correrías.  Hoy en día, todos estos traidores y facinerosos han encontrado una carrera profesional análoga como políticos deshonestos; y de los curas degenerados, pues ya todos sabemos dónde éstos terminan.  No es coincidencia que Satanás rime con sotanas.

Estos malandrines de apellido Pincheira consiguieron hacerse de un extenso refugio en las zonas altas de la cordillera de Chile, en frente de Parral, asilo que era un auténtico poblado con cientos de mujeres secuestradas, y toda clase de bienes robados y mal habidos.  Algo así como el Congreso, pero un poco más extenso.

Alarmado con esto de la guerra de la Independencia en Chile, el guatón sinflón del Virrey del Perú, Joaquín de la Pezuela Griñán y Sánchez Muñoz de Velasco, le encomendó a otro traidor de nombre Vicente Benavides para organizar y mantener resistencia armada en las posesiones de la corona en el sur del país, y para ayudarse; compró el apoyo de los grupos indígenas de la zona como los Pehuenches.  Benavides controló por un tiempo los territorios rayanos al sur del río Biobío que estaba fraccionado en tres frentes.  Los llanos centrales estaban a cargo de Benavides; un infeccioso cura entrometido y depravado de nombre Juan Antonio Ferrebú (que rima tan bien con Belcebú) quien servía al dinero y no a su "dios", comandó el sector costero; y los ladrones Pincheira se dedicaron al área cordillerana.

La buenas noticias son que Benavides fué justamente fusilado en 1822.  Le sucedió Juan Manuel Picó, quien fué honestamente asesinado solo dos años más tarde, y en ese mismo año el cura Ferrebú visitó a sus demoníacos compinches cristianos (Súgart, Lucifer, Frimost, Astaroth, Silcharde, Bechard y Guland, ¿sabía usted de ellos?) en el infierno después de haber sido justicieramente fusilado.  Desde ese momento, José Antonio Pincheira se adjudicó la excusa de la responsabilidad de la guerrilla, con lo que se auto-otorgó amplia licencia para delinquir, y lo hizo ininterrumpidamente hasta su derrota en 1832, el mismo año en que Ecuador se anexó arbitrariamente las Islas Galápagos.

Un poco de Historia

Con el tiempo y el reclutamiento de forajidos, el número de bandoleros en las huestes  Pincheira incrementó grandemente y se habló de que su alguarismo fué de alrededor de unos 1.000 hombres de a caballo, y todos sometidos a un caudillaje monolítico jerarquizado militarmente; algo así como un dictador con pañales sucios.  La mayoría de este contingente estaba formado por bandidos netos, ex-presidiarios, y convictos fugados de la ley, en otras palabras, la crema y nata del espíritu político socialista.

La Alianza con los Pehuenches

Desde el año de 1822, los Pincheira trabajaron en la artesanía de alianzas con los poco honestos Caciques Pehuenches, quienes le permitieron asentarse a ambos lados de la Cordillera de Chile, no solo sin molestarlos, pero cubriendo y protegiendo sus andanzas.  Los principales arbotantes y asentamientos que los Pincheira establecieron en Chile durante esa época fueron las instalaciones y permanencias ubicadas en Los Maitenes, un pequeño lugar enclavado en la cordillera; en Roble Huacho (ubicado en medio de un bosque en la región de la Araucanía); y la infausta cueva de los bandidos Pincheira localizada a 67 kilómetros de la ciudad de Chillán. 

Una vez visité la triste y ridícula Cueva de los Pincheira cuando mis jóvenes plantas aún se entrenaban en el arte de explorar y transitar este (aparentemente) redondo planeta.  La cuevita no tenía nada de épico o extraordinario, en efecto; ¡ni parece cueva!  Es apenas un triste socavación natural en la roca que no tiene NADA DE CUEVA y que en un día lluvioso y con viento, no presta ninguna protección.  ¡Vaya cuevita!  Ni el Milodón la aceptó como morada, ni las vacas, y ni los leones o los coyotes porque ni para guarida o cubil servía.  Si usted puede mirar a la "cueva" ésta, ¡se dará cuenta de que es pura mala cueva!

Esta desproporcionada pseudo- gruta se declaró Patrimonio Histórico Nacional ¿...?  ¿Qué más se podría esperar de la falta de entelequia mental de algunos políticos orgullosos de sus hediondos pasados?  ¿Qué cosas, no?

Además de los asentamientos en Chile, los Pincheira tenían establecimientos en el extenso territorio Argentino.  Tenían colonizaciones en el valle de Varvarco (el asentamiento de Matancilla) y en la laguna Epulafquén en el territorio Neuquino.  Por el sur, comprendían  un afluente del Neuquén llamado río Agrio; en la zona de Butalón (los asentamientos de Malal Caballo (quién sabe de dónde habrán sacado el nombrecito éste), Raja Palos (sin comentarios), y Guañacos a la vera del río del mismo nombre en el Departamento de Minas.  Estos fértiles y protegidos valles eran utilizados principalmente como campos de engorda  para el ganado robado en la Provincia de Buenos Aires, antes de contrabandearlo a Chile.

No hay necesidad de repetir que los hermanitos Pincheira eran una plaga pandémica habitual.  No contentos ni satisfechos con delinquir en esta gran zona sudamericana, estos prevaricadores de pandilla atacaron la ciudad de Mendoza.

Tuvieron también asentamientos al sur de lo que es la Provincia de Mendoza.  Estos asentamientos se llamaban Jirones, Payén Matru y El Manzanito.  En lo que ahora se llama la Provincia de La Pampa; establecieron poblados renegados en Chical Có, Limay Mahuida, y Chalileo (vaya nombrecitos, ¿no?).  A esta última –Chalileo- le cambiaron el nombre a "Isla de los Pincheira".  Más tarde, el billonario griego Aristóteles Onassis les copiaría esta magnífica idea de tener una isla propia.   

La "Isla de los Pincheira" no era solamente un lugar para darse categoría y estatus social, sino que también era un punto estratégico de control y supervisión de las rastrilladas a lo largo de las orillas del río Chadileo, el que está cerca de laguna Urre Lauquén; desde donde se desataban los asoladores malones en contra de los ciudadanos honrados y trabajadores de Chile y Argentina.  Para poder perpetrar estos asaltos en forma fulminante y cruzar rápidamente la cordillera de ida y vuelta, estos reos morales disponían y controlaban el paso cordillerano llamado Boquete de Alico, que es un paso fronterizo localizado en la zona centro-sur de Chile (y Argentina) cerca de un poblado chileno de nombre San Fabián de Alico; que es la  capital de la comuna precordillerana de San Fabián, en la Provincia de Ñuble, de la Región del Biobío, y con una escasa población de alrededor de 1.400 cordilleranos habitantes.  Nicanor Parra y Violeta Parra nacieron en San Fabián de Alico.

Los últimos Estertores

Después de muchas barrabasadas y una larga y sangrienta historia, la mayoría de los Pincheira y sus seguidores fueron derrotados, apresados y ejecutados como los sarnosos animalejos que siempre fueron.   Estos maleantes asesinos no fueron nada parecidos a Robin Hood, sino que fueron una pandilla ignorante de vulgares forajidos.  Los hermanos Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira se alzaron contra las tropas patriotas de su propio país en 1817 y durante 15 años mantuvieron una vergonzosa guerrilla en nombre del Rey de España, una despreciable y barata excusa para disfrazar el beneficio de sus propias y desviadas inclinaciones.  

Estos malditos proscritos asaltaron, saquearon, violaron, asesinaron, robaron, y raptaron  cobardemente inocentes e indefensas mujeres a cambio de recompensa (con el apoyo de la iglesia, ¿habré mencionado esto anteriormente?).  Cualquier licencioso que encumbre y vanaglorie a estos criminales; es un perfecto imbécil, un magistral e insensato cretino, y por supuesto; un traidor a la Patria.

José Antonio Pincheira fué el último maleante de la familia quien anduvo fugado por un tiempo, y después de entregarse cobardemente a las autoridades Chilenas y obtener una amnistía por sus delitos (por supuesto viniendo de sucios y deshonestos políticos interesados de la época), fué contratado como empleado en la hacienda del Presidente José Joaquín Prieto Vial, otro individuo que nunca pudo explicar el por qué de su irresponsable proceder; y por qué le dió asilo y protección a un ladrón asesino.   Las deshonestas e indecorosas historias que se cuentan de Joaquín Prieto, este hombre de tan alta posición y tan baja ralea quizá sean ciertas después de todo...  (Estoy seguro de que este "mago de las finanzas" y jefe de las Tropas Peluconas, estaba en clandestina connivencia hetaira con Joaquín Murrieta Orozco).

Esta desgraciada bazofia humana, el último criminal mañoso de la familia Pincheira, José Antonio; el que no fué menos culpable que ningún otro criminal, murió viejo y siempre traidor a la Patria, rodeado de unos hijos llenos de vergüenza, descrédito y humillación; dejando una enferma huella y una distorsionada leyenda detrás de su pusilánime y vergonzosa vida.  Los Pincheira fueron unos humanos tan pequeños, tan pequeños como la nimia conciencia que nunca tuvieron.

¡Que jamás tengan paz en el infierno Pincheiras desgraciados!


El Loco