domingo, 1 de noviembre de 2015

Civilizaciones

A nosotros los bojigangas humanos nos encanta clasificar todas las cosas o para ordenarlas, o para hacerlas un beneficio propio.  En cualquier caso, cuando hacemos esto lo hacemos en una forma egoísta y arbitraria que nos haga la vida más fácil, o para aislarnos de lo que no queremos o aborrecemos.  Y entonces determinamos límites, instauramos reglas, fijamos fronteras, establecemos niveles para casi todo, trazamos líneas divisorias, codificamos contornos, circunscribimos periferias, perfilamos contextos, maquinamos metas, tasamos bordes, medimos cúspides, delimitamos profundidades, arqueamos la naturaleza, y calibramos, graduamos y acordonamos nuestros tan variados y tan poco justipreciados comportamientos. 

El problema con esto, es que nos olvidamos de la naturaleza que enclaustra y esconde la raza humana grabada en su insana genética, y dejamos su particularidad fuera de este desequilibrado orden al que llamamos inconsciente e ignorantemente: Civilización.  Como nota aparte, quiero aclarar que no desestimo a la raza humana como especie, sino que a su depreciada capacidad nomotética de razonamiento colectivo.

Este es un problema serio porque contrario a lo que la ignorancia catervática que predica idióticamente la imbecilidad universal de que todos somos iguales -a pesar de que cada uno de nosotros somos tan individuales y tan diametralmente diferentes los unos de los otros- nos encajan en el mismo envase rotulado "un-tamaño-para-todos", en esa cajita con la errada etiqueta sellada con la zafia retórica: "civilización".  La civilización es un sueño incumplido, un orden incompleto e inexistente, es una fantasía a la que nos aferramos desesperadamente para darle cierto sentido a nuestras coexistencias como especie, la que hasta ahora, no tiene un destino común conocido alguno.

Cualquiera se dá cuenta de que su amigo, su vecino, o cualquier otro perecedero mortal que anda por la calle; no comparte el mismo nivel de "civilización" que usted confina en su ser, o cree poseer.  El hecho es que en el mundo en que vivimos, aún quedan humanos que no han evolucionado mucho desde su bacteriano origen hacia el comportamiento y proceder cuadrúmano.  Hay muchos de estos seres que aún viven en el período Antropoceno, y que mental y cívicamente aún subsisten como Hedera Helix (hiedra) en nuestras sociedades contemporáneas.  Nadie sabe cuántos rezagados y otros pardales misceláneos están disimulados en nuestras sociedades descolgándose desde los períodos previos al nuestro, y que aún viven, conviven y sobreviven apretada y camufladamente entre nosotros.

La evolución más difícil de conseguir es la evolución intelectual y mental.  La evolución física y fisonómica está garantizada en forma natural, cíclica y cronológica.  Es sólo cosa de tiempo y medio ambiente amasados cuidadosamente por los instintos de conservación y capacidad de adaptación de la especie.  El hecho de que su vecino parezca un simio, no es culpa de él, pero el nivel de desarrollo intelectual que conlleve; lo es.  El destontarse es una responsabilidad personal y no es transferible.  Por supuesto que la oportunidad para conseguir esto, juega un gran papel.

Por eso es que en nuestra "civilización" los hay mezclados terroristas, bárbaros, giles que creen en un dios o en otro, brutos, astutos, amables, inteligentes, imbéciles, conscientes e inconscientes, y por más civilizados que creamos que somos, y aunque tan distintos; somos todos de la misma especie.  De la misma especie.  Ser de la misma especie no significa bajo ningún punto de vista de que somos todos iguales.  Si alguien le ha enseñado lo contrario y usted lo cree, usted es incivilizado; y probablemente una migaja pseudo-mental perdida de alguno de los oscuros, enigmáticos y variados peldaños de la larga y empinada escala de la evolución humana.  El retrasarse civilmente no es un delito, ¡no actualizarse lo es!  

¿Regresión de la especie?

Los seres humanos sufrimos de la triste perturbación de proyectar una falsa uniformidad social y cívica para apoyar nuestras interminables y fantasiosas teorías.  Es prácticamente imposible cuantificar las tendencias evolucionarias de cada grupo social en la escala de civilizaciones, entonces optamos por clasificarlas bajo una "uniformidad social de grupos" cuando nos es más ventajoso para escudar y excusar nuestros livianos silogismos.  Esto irremediablemente conlleva a la regresión evolutiva y social de la espacie humana.

Esto no significa que nuestra especie no sea capaz de elaborar o forjar tendencias de desarrollo evolutivo, sino que no sabemos y no somos capaces de juzgar imparcialmente lo que hemos aprendido del pasado, entonces acrecentamos nuestra capacidad de cometer errores en el presente.  Esto pasa porque somos flojos y tenemos la peligrosa tendencia de simplificar demasiado nuestros problemas y desafíos presentes porque esa decaída actitud nos acomoda más.

A pesar de que nuestro acuoso planeta tiene suficiente espacio seco para acomodar una infinidad de civilizaciones y se las arregla para mantener aunque frágilmente, un equilibrio en nuestra capacidad de sobrevivir, esto no nos granjeará sobrevivencia como especie porque nos pasamos la mayor parte del tiempo peleando, explotándonos y matándonos entre nosotros; y defendiendo nuestros ridículos "derechos" y "creencias" en vez de trabajar juntos por la sobrevivencia de la especie.  Esto se llama regresión, y nosotros y nuestra actual civilización, somos expertos en esto.

El progreso tiene la imbuída capacidad de florecer en cualquier ambiente, lugar, o situación; incluso dentro de la regresión.  Esto queda demostrado en que una dada "civilización", en casi todas las generaciones de ésta ha existido y existe un exiguo grupo de individuos que son capaces de alcanzar preponderantes avances en ciencia y tecnología, a pesar de que la mayoría de los individuos de esa misma generación están en franca regresión moral, tecnológica, cívica e intelectual.  Estos individuos son los chupasangres de nuestras civilizaciones.  No porque un urbanita sea capaz de residir en una ciudad se convierte en una persona civilizada, aunque haya tenido educación porque la medida de la civilización no es su complejidad.  Civilización encierra más que eso.

En un sentido personal y subjetivo más amplio, creo que la civilización no sólo significa la seguridad, la comodidad y el esplendor en las necesidades cotidianas, sino que además debe de ser complementada y aumentada con el refinamiento y generoso incremento del conocimiento, y abundantemente condimentada con el amplio cultivo de las virtudes humanas con el solo objetivo de exaltar la vida productiva humana a un nivel superior.  Esto trae felicidad.

Como no hay mucho que podamos hacer con respecto a esto en forma masiva, y como aún no tenemos un válido y vigoroso resquicio para salir de este enfermo estuche al que rubricamos con una irresponsabilidad neurótica: "civilización"; entonces soñemos un poco.

La Escala Kardashev de Futuras Civilizaciones

Un astrónomo ruso muy astuto y visionario de nombre Nikolai Kardashev, quien es además astrofísico, Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas, y es el Director Adjunto del Instituto de Investigación Espacial de Rusia (a veces traducido como El Instituto de Investigación Cósmica) de la Academia de Ciencias de Rusia en Moscú, inventó esta curiosa escala de civilizaciones.

Este clarividente y despabilado señor propuso por primera vez en 1964 lo que llamamos la Escala Kardashev.   La Escala Kardashev propone varios niveles de civilización a partir de una amplia gama de escalas de poder, hasta la inclusión del uso de métricas distintas al poder o energía puras.  La Escala Kardashev es un método para medir niveles de civilización y de avance tecnológico basados en la cantidad de energía que una civilización es capaz de producir, manejar y utilizar para su beneficio.

Esta escala tiene designadas tres categorías denominadas Tipo I, II, y III.  Una civilización de Tipo I utiliza todos los recursos disponibles en su planeta de origen, hasta que los agota completamente y destruye el planeta y haciendo esto; arrastra a la especie a la extinción.  ¿Le parece familiar este escenario?

El Tipo II le perdona la vida a su planeta y se dedica a aprovechar toda la energía posible proveniente de su estrella; y el Tipo III obtiene y emplea íntegramente la energía que puede explotar de la galaxia en que su planeta está estacionado.  Por supuesto que la escala es solamente hipotética, pero a la incivilizada raza humana le pone el consumo de energía y sus potenciales usos en una perspectiva cósmica más civilizada.

También están las categorías IV y V de Civilización, pera ya hablaremos de ellas un poco más adelante.  Por si se está preguntando, nuestra sociedad contemporánea completa, incluído usted, yo y el gato del vecino, está clasificada como Nivel 0, porque no hay niveles menores o negativos en esta graduación.  Estamos medios jodidos, ¿no cree usted?

Si usted está pensando que esto es pura especulación filosófica, déjeme darle un ejemplo.  Es cierto que a veces las especulaciones filosóficas no logran describir la naturaleza de la realidad, como fué la antigua proposición Griega clásica que los cielos estaban compuestos por un quinto elemento: el éter.  Después de que los avances científicos y tecnológicos descifraron "los cielos", esta proposición fué destronada atendiendo a los hechos reales.  Sin embargo, en diferentes ocasiones, las especulaciones filosóficas a la postre resultaron ser bastante exactas.

Por ejemplo, en el siglo IV antes de la Era Común (AEC), el filósofo Demócrito(1) dedujo que el universo estaba compuesto por unidades indivisibles de materia conocidas como "átomos".  Esta creencia se justificó y comprobó más de 2.000 años más tarde por el físico teórico alemán Albertito Einstein, conocido por sus amigos como "el Beto".

(1) Demócrito, oriundo de AbderaTracia, fué un  griego presocrático filósofo y matemático que vivió entre los siglos IV a V AEC.  Fué discípulo de Leucipo y se le apodaba "el filósofo que ríe", porque siempre se reía de lo que él, u otros decían.  De aquí se deriva el calificativo "Abderiano(a)" para denominar a aquellos que se ríen tontamente sin sentido o causa cuando hablan, o cuando escuchan a otro.

Entonces, ¿cómo se define "civilización"?

Según una concisa pero acertada descripción contemporánea, "civilización" se definiría como: "Un estado avanzado en el cual la ciencia, la industria y el gobierno han llegado a un estado evolucionado y perfeccionado de desarrollo y estabilización de la sociedad humana en un alto nivel de cultura".  Como usted puede ver, no estamos ni cerca de esto y por eso es que somos Nivel 0.  Quizá si nos pudiéramos deshacer de los políticos falaces, de los curas depravados y de los abogados livianos; nos podríamos actualizar por lo menos al Nivel 0.5 con beneficios.

Nuestra(s) Civilización(es) Actual(es)

Los científicos sociales tales como Vere Gordon Childe, un arqueólogo y filólogo australiano quien se especializó en el estudio de la prehistoria europea; han definido una serie de rasgos que se supone distinguen a una civilización de otro tipo de sociedad.  A través de la historia, las civilizaciones se han distinguido por sus medios y capacidad de subsistencia, por sus tipos y niveles de medios de vida, por sus patrones de asentamiento y colonización de sus espacios vitales, por sus formas de gobierno, por su escalada estratificación social, por sus sistemas económicos, por su nivel de alfabetización, y por otros varios surtidos y heterogéneos rasgos culturales.

Si tratamos de clasificar nuestras sociedades coetáneas, podremos ver que hay muchas y con muy pocas áreas comunes entre todas ellas.  Lo único que estas civilizaciones pasadas y presentes tuvieron y siguen teniendo en común, es que todas ellas han dependido y siguen dependiendo pesadamente de la agricultura.  Como diría el famoso y acertado poeta Cubano de los cuatro acentos don José Julián Martí Pérez (conocido como José Martí): "¡El resto es "mielda", chico!".

En comparación con otras sociedades, algunas de nuestras concurrentes sub-civilizaciones tienen estructuras políticas más complejas, como por ejemplo, el Estado.  Las sociedades estatales son más estratificadas que otras sociedades, en las que impera una mayor y más marcada diferencia entre las clases sociales que la componen.  La clase dominante, normalmente concentrada en las ciudades, tiene el control sobre gran parte del excedente monetario e industrial (de dicho Estado), y ejerce su voluntad a través de acciones forzadas por un gobierno, o por una burocracia.  ¿Le suena conocido?

Civilizaciones se hacen de sociedades, y sociedades las forman individuos.  Para que esto funcione y para que los individuos de una sociedad progresen y evolucionen como grupo cohesivo, tienen que tener fines comunes y compartidos.  De hecho, nuestras sociedades están tremendamente divididas entre sus individuos, entonces lo que tenemos son distintas creencias, distintas metas, distintos objetivos, distintas leyes, somos de variados colores, diferentes en configuración y forma, no hablamos un lenguaje común, dilatamos el hambre y la pobreza, entretenemos la honestidad con la impudicia; y nuestros compases y bitácoras morales están descentrados y completamente desnivelados en Latitud y Longitud

Desafortunadamente todos estos factores trabajando al unísono y en una misma dirección son elementos necesarios para el progreso no solo de la especie, sino que también del civismo.  El concepto de progreso proyecta un destino.  La teoría de la evolución nos conecta con el mundo natural, que explica cómo y por qué somos una parte de la naturaleza.  Progreso y evolución no son lo mismo, pero trabajan juntos.  Al parecer, en nuestra especie los únicos coeficientes en que tenemos comunión dentro de nuestras racionadas, surtidas, mal dotadas y desiguales sociedades; es el comer, cagar y dormir.

Si miramos a nuestras actuales "civilizaciones" con el teórico Cedazo de Conflictos, todas nuestras culturas humanas y civilizaciones actuales están basadas en un sistema político de alguna clase, lo que conlleva una marcada y perpetua desigualdad social para poder funcionar; o sea que hay un entuerto mayúsculo de civilizaciones fallidas y culturas pifiadas que nadie puede entender, ¡y ninguna de ellas funciona bien o es "justa"!  Martí también dijo: "La Libertad y la Justicia son una fantasía, vivir de sueños es lo verdadero".  Bueno, por eso es que somos una civilización Nivel 0.  ¿Qué cosas, no?

¿Y ahora qué?

Creo que estamos alcanzando (si es que ya no estamos allí) un punto pivotal inevitable de inflexión en nuestras sociedades como un solo cuerpo relacionado e incluyente.  Según dice el renombrado físico teórico Michio Kaku, un futurista Americano; los próximos 100 años en los avances de nuestras ciencias determinarán si nos extinguimos como especie; o florecemos.  100 años de ciencia determinarán si nos quedamos estancados como civilización de Tipo 0 y perecer, o iniciaremos como sociedad cohesiva nuestro tránsito hacia el Universo.  

Tienen que ser por lo menos 100 años porque de a cuerdo al filósofo Carlos Gardel: ¡20 años no es nada!  En caso de que usted esté un poco perdido con lo orígenes de Carlitos Gardel; su nombre de pila fué Charles Romuald Gardes, y fué un francés-argentino cantante, cantautor, compositor y actor, y la figura más prominente en la historia del tango.  

Los teoristas sobre tiempos futuros afirman que a medida que nuestra civilización crece y se torna más avanzada y vanguardista, sus demandas de energía aumentarán diametralmente y en forma acelerada debido a su explosivo crecimiento demográfico, lo que conllevará necesidades energéticas inherentes a sus diversos sistemas de sobrevivencia.  Teniendo en cuenta estos factores de impulso, la Escala Kardashev fué desarrollada específicamente como una forma de mesurar el avance tecnológico de una civilización, basada en la cantidad de energía utilizable que ésta necesita, tenga a su disposición, y pueda manejar para satisfacer sus variadas necesidades de aplicación y uso.

De la forma en que funcionamos como especie, necesitamos unos cuantos cientos de años para planificar solo 20, y para alcanzar sociedades desarrolladas, inteligentes y sostenibles, debemos de pensar y planificar en el orden de miles de millones de años, porque nuestra civilización actual necesita desarrollar e integrar planes de alcance inter-generacional con metas que se proyecten más allá de nuestras progenies; entonces estos planes de largo alcance necesitan ser desarrollados hacia un futuro lejano, pensando en generaciones de Tipo II.

¿Por qué digo esto?  Aparte de porque estoy loco, es porque creo que no entendemos ni podemos vislumbrar el futuro.  Si lo pudiésemos hacer, haríamos algo al respecto.  Por ejemplo, sabemos que a nuestro planeta le quedan alrededor de unos mil millones de años (más o menos) antes de que se torne completamente inhabitable.  ¡Claro!  ¿Por qué nos importaría si para ese entonces todos nosotros ya estaríamos muertos?  Sí, el problema es que nosotros morimos hoy, pero la especie se extingue mañana. 

Paralelamente, nuestro Sol entrará en su etapa natural de expansión y morirá de un ataque de fusión termonuclear surtido, y mientras lo hace; evaporará nuestros océanos en menos que canta un gallo, y freirá todo lo orgánico e inorgánico, incluyendo nuestra especie y la roca en que vivimos.  Pero eso es un problema de algún otro individuo en el futuro, ¿verdad?   Este es el típico pensamiento teorético de la filosofía fundamental política.  

Los problemas transcendentales requieren mucho tiempo de planeamiento y transición porque las soluciones de última hora siempre fallan.  La falta de responsabilidad en planear un futuro que no nos pertenecerá, podría ponerle fin a dos mil millones años de evolución.  Es incómodo y molesto pensar en esto, pero es cierto.  Uno de los muchos problemas que yo tengo es que soy un irremediable optimista despiadadamente empedernido y brutalmente sincero, pero cuanto más aprendo sobre nuestra civilización; más concluyo en que nuestra especie es suicida.  Espero que alguien me demuestre que estoy terriblemente equivocado.

La Escala

Aquí la cosa se complica un poco más.  Ponga atención:

Como mencioné anteriormente, en el año de 1964 esta escala fué originalmente diseñada por el astrofísico ruso Nikolai Kardashev.  Kardashev en ese entonces se entretenía todo el día tratando de descubrir señales de vida extraterrestre que pudiesen estar embutidas dentro de señales cósmicas.  Para referencia, también en ese año bisiesto (1964) hubo múltiples pichangas simultáneas en el patio verde de los Maristas, y el glorioso Buque Manicero se paseaba enseñoreándose por la plaza Victoria en Valparaíso, Chile.  Aparte de esto, ese año en la sociedad chilena y en Chile no pasaba absolutamente nada.  Aquí en el Norte, en 1964 se produjo el primer Ford Mustang, de los cuales se vendieron 418.812 modelos entre los meses de Abril y Diciembre de ese mismo año.

La escala cuenta con 3 diferentes clases como base, y cada una con un nivel de energía disponible en términos de Watts: Tipo I = (10¹⁶W), tipo II = (10²⁶W) y tipo = III (10³⁶W).   Otros astrónomos han ampliado la escala a Tipo IV = (10⁴⁶W) y a Tipo V, en que la energía disponible para consumo en este tipo de civilización sería igual a toda la energía disponible no sólo en nuestro universo; pero en todos los universos y en todos los tiempos futuros. Estas adiciones consideran tanto el acceso a la energía, como a la cantidad de conocimiento que las civilizaciones tengan acceso y sostengan.

Primeramente es crucial considerar que la raza humana ni siquiera ha llegado al nivel básico de esta escala, lo que demuestra que no somos más bestias porque no nos alcanza el tiempo.  Estamos pegados en este desheredado nivel porque hemos sido incapaces de sobrevivir, mantenernos vivos y producir la energía que necesitamos sin depender de la agricultura y un surtido de animales muertos, por lo que seguimos siendo una pobre civilización de un rendido Tipo 0.   Para poder avanzar más rápido y en una forma más progresiva y tener algunas reales posibilidades de encaramarnos a una civilización de Tipo I, deberíamos considerar seriamente el eliminar permanentemente la pesada carga muerta que representan los dodoistas mamales circuncidados mentales sin moral evolucionaria; a quienes me he referido anteriormente en forma seguida y con un dedicado y honesto cariño negativo.

Volviendo a las predicciones del físico futurista Michio Kaku, éste cree (o se imagina) que podríamos alcanzar una clasificación como civilización Tipo I durante los próximos 100 a 200 años; y quizá en más tiempo.  Quizá míster Kaku sueña muy alto (lo que es bueno porque necesitamos soñadores progresistas).  Si consideramos que el hombre apareció en esta rotatoria pelotita celeste en la que vivimos juntos y revueltos desde hace unos 65.000.000 de años empezando con los primates. Si le agregamos a esto otros 2,015 años, según la última vez que sumé esto me dá 65.002.015 años de evolución.  ¿Y todavía estamos en el Nivel 0?  Quizá 100 o 200 años sea un poco irrealista. 

Ahora se preguntará usted, ¿qué realmente significa y representa cada uno de estos arbitrarios niveles altamente jerarquizados de civilización en términos más concretos y entendibles?  Ahora que aterrizamos convenientemente en el utópico campo de la fantasía inducida y auto infligida --conocida en otros círculos como "religión"-- hablaremos en detalle de esta futurista hipótesis sobre esta ponderadas "civilizaciones" posteriores.

Los Distintos Tipos de las Civilizaciones Kardashev

Tipo I

El concepto contenido en esta categoría Tipo I, implica que las especies de una civilización en general han sido capaces de conquistar y aprovechar eficientemente la mayoría, o toda la energía termonuclear de una estrella cercana o de otra fuente astral de energía utilizable para su recolección y almacenamiento.  Este acopio de energía aprovechable será utilizado para satisfacer las crecientemente agresivas demandas de energía de una población que se reproduce y multiplica rápidamente.

Para conseguir esta meta en forma estable, nuestra civilización conjunta tendría que aumentar su producción actual de energía en más de 100,000 unidades, siendo el valor de una unidad la energía que producimos mundialmente hoy en forma planetaria conjunta en un año.  Otra forma de conseguir esta ambiciosa meta requeriría que fuésemos capaces de emplear eficazmente y sin desperdicio la energía existente en todo el planeta, teniendo un control permanente y constante sobre todos los recursos de energía naturales disponibles en la Tierra.  

Mi abuelo solía decir astutamente: "La Humanidad comenzará a progresar rápidamente sólo cuando las razas se civilicen".  Como un gran conjunto de razas surtidas, si nosotros los lastimosos seres humanos dejásemos de pelearnos por pendejadas entre nosotros y nos concentrásemos en un fin común; podríamos controlar los volcanes, el clima, los terremotos, los tsunamis, la biota, los ríos, el mar, el viento, la temperatura, ¡e incluso los abogados, frailes y políticos!  Sé que soñar no cuesta nada, pero es una idea alcanzable.  

Para alcanzar este tipo de nivel de civilización habrá que generar proezas extraordinarias, hazañas titánicas, gestas épicas y epopeyas aparentemente imposibles de visualizar, pero en comparación a los avances científicos y tecnológicos que nuestra especie aún puede generar, esto nos dan la esperanza de superar estos niveles básicos y primitivos de control que poseemos ahora.  Estos avances que debemos desarrollar no son nada comparados con el calibre de los que alcanzarán las sociedades con una clasificación más alta.

Tipo II

El consecuente sucesor de la civilización Tipo I, es un salto mayúsculo al Tipo II.  Recuerde que a esta altura estaríamos "civilizados" por lo que trabajaríamos juntos por una misma meta y así avanzaríamos más rápido.  Los individuos que conforman la civilización Tipo II, empíricamente deberían ser perfectamente capaces de administrar, distribuír y aprovechar completamente el poder y la energía captable de su estrella más cercana; y no sólo logar la metamorfosis de los fotones estelares a energía pura, pero además obtener el control, manipulación, y la administración de la estrella en cuestión.  Las mecánicas y métodos propuestos para agenciarse este dominio energético varían en concepción e idea.

Hasta la fecha, el método propuesto más asequible y menos lejano a la realidad para alcanzar esta meta, es la presunta "Esfera de Dyson".  Esta gigantesca esfera hipotética consiste en una mega estructura que enclaustra completamente una estrella, entonces teniendo la estrella capturada en estas condiciones de aislamiento se podría cosechar la mayor parte, o la totalidad de la potencia energética contenida en este poderoso cuerpo celeste.

Esta mega recontra grande y circumbirúndica estructura (la Esfera de Dyson) sería entonces capaz de abarcar cada pulgada de la superficie de la estrella, y de esta forma; la recopilación de la mayoría --si no toda-- de la producción energética de la estrella podría ser recolectada para su transferencia a nuestro planeta para su proceso y uso posterior.  Por otro lado, si pudiésemos domar la energía de fusión nuclear que es el mecanismo primordial que estimula a las estrellas; esto significaría el poseer un reactor de mega escala que nos serviría para procesar esta energía y satisfacer nuestras canibalísticas necesidades energéticas.  Con estos inventitos, también podríamos cazar las enormes masas de gas espacial con un reactor orbital para así utilizar su hidrógeno, extrayéndolo lentamente a medida de que lo necesitemos.

¿Qué significaría para nuestra especie el tener a nuestra disposición esta formidable fuente de energía?  Contabilizando las posibles armas y equipo bélico que pudiésemos construír en base a este manantial extraordinario de energía, hasta hoy; nada conocido por nuestra ciencia podría destruír una civilización del Tipo II.  Además, esta energía a nuestra disposición nos abriría las puertas del universo de par en par.  También nos serviría efectivamente para defendernos de posibles ataques de otras civilizaciones galácticas, o de catástrofes cósmicas.  

En el estado de Tipo II, si ocurriese que un meteoro u otro cuerpo sideral del tamaño de nuestra luna o más grande penetrasen nuestro sistema solar en un curso de colisión directo con la Tierra, tendríamos la capacidad tecnológica para pulverizar y desatomizar ese objeto mucho antes que se aproximara a nuestro aguado planeta.  O quizá pudiésemos acelerar la velocidad elíptica de nuestro planeta para hacernos a un lado y dejar que la roquita sideral siga su camino y choque con otro desprevenido planeta. 

Pero si no quisiésemos alterar el movimiento natural de la Tierra, podríamos re-dirigir la piedrita astral el hacia el sol, o hacia un hoyo negro y que se joda.  Para hacer esto, tendríamos que tomar decisiones sin envolver a los políticos porque de otra forma, nunca podríamos ponernos de acuerdo para tomar una resolución de ninguna especie, y energía abundante o nó, con planeta y todo nos iríamos al Horno.  Entonces, teniendo el control y manejo de un planeta o de una estrella, acumularíamos más que suficiente energía para proteger a nuestra civilización humana y tener un seguro contra la extinción.  Los peligros existentes en ese futuro, ya no serán nada más que antiguos caminos.  Hasta ahora vamos bien y no hemos utilizado ni frailes, abogados o políticos.

Tipo III

El Tipo III de civilización convertirá nuestra especie en asiduos y osados nómadas y aventureros galácticos.  A esta altura de la historia humana creo que ya no seríamos clasificados como "Homo Sapiens" porque ya estaríamos muy pasados de moda.  Ahora; poseyendo una exorbitante cantidad de conocimiento acerca de todo lo que tenga que ver con energía en el universo, este Statum Scientiae nos daría el derecho y la oportunidad de denominarnos con un calificativo más apropiado para la especie, la que ya se ha convertido en una raza superior.  Propongo que nos denominemos: "Hominis Proficiebat", que es Latín para "Hombre Avanzado".  A esta altura ya no tendríamos el constante flagelo de los hirudos (sanguijuelas) mencionados anteriormente en el Tipo 0.

Ahora, hay que comprender que la evolución nunca viene gratis.  Con la manipulación de la energía cambiaremos muchas cosas como por ejemplo, nuestra alimentación, nuestro medio ambiente, nuestra biología, y nuestra genética por nombrar algunas de las más influyentes.  En términos biológicos y mecánicos empujados por miles de años de evolución, es factible que nuestros cuerpos hayan cambiado drásticamente en forma y tamaño, y los "terrestres" de esta civilización Tipo III diferirán enormemente de la raza humana que conocemos hoy.

Como parte de nuestra evolución, tendríamos la habilidad de transformarnos en "cyborgs", esos organismos cibernéticos que son parcialmente biológicos y parcialmente mecánicos; dejando a los descendientes humanos puros y sin alteraciones físicas mayores, como una subespecie humana en esta nueva, avanzada sociedad.  Aquellos desafortunados "humanos naturales" cuyas fisonomías sigan siendo enteramente biológicas, tendrán grandes desventajas en sus capacidades y habilidades físicas comparadas con sus homólogos cibernéticos, lo que los convertiría irremediablemente en un grupo de personas discapacitadas, inferiores, o no evolucionadas.

En esta etapa de desarrollo evolucionario la expansión y reproducción de la especie estaría mayormente a cargo de inmensos protectorados de robots capaces de "auto reproducirse", y los condones ya no prestarían uso alguno para los humanos; y su número de individuos se multiplicaría en millones, quienes se desplegarían como peste por todos los rincones de la galaxia colonizando y conquistando estrella tras estrella y cuanto objeto se les ponga por delante, repitiendo continuamente el proceso hasta conquistar el universo hasta el último rincón.  Sí, el Universo tiene rincones.

Cada uno de estos cyborgs tendría la capacidad de construír independientemente más Esferas de Dyson (o un modelo más avanzado) para continuar encapsulando energía y formando una mega-red de distribución para trasladar la energía al planeta que la necesite.  Para poder desarrollar esta ciclópea industria interestelar de producción de energía, primero nuestra especie tendría que resolver o cambiar algunas de las leyes básicas de la Física, como por ejemplo, viajar a la velocidad de la luz sin chocar con ninguna cosa en el espacio.   

¡Ah!  ¡La Velocidad!

En 1994, el físico teorético mexicano Miguel Alcubierre Moya propuso un nuevo tipo de tecnología (el Alcubierre warp drive) lo que nos permitirá viajar 10 veces más rápido que la velocidad de la luz, y sin llegar a romper la velocidad de la luz...  a 3,000,000 de kilómetros por segundo...  ¡Chuchas!  O sea que cuando prendamos los focos luminosos de nuestras naves espaciales para alumbrar el camino, la luz de estas lámparas estaría rezagada a unos 2,700,000 de kilómetros detrás de nuestra nave espacial, ¡por lo tanto no podríamos ver hacia a dónde carajo nos dirigimos!  Este futurista enunciado es bastante desconcertante, pero se supone que trabaja de la siguiente manera:

El concepto de la unidad "Alcubierre" se columpia en al Teoría General de Relatividad, y en realidad no intenta propulsar o acelerar una nave intergaláctica a insanas velocidades superiores a la de la luz; lo que hace en cambio, es utilizar la deformación espacio-temporal dictada por la Teoría General de Relatividad para deformar y manipular la tela del universo alrededor del galeón espacial.  Lo que ocurre entonces es que cuando se activa esta unidad Alcubierre, el espacio-temporal detrás de la nave sideral se expande, y el espacio-temporal delante de la nave se contrae. 

El efecto es que la nave experimenta una "caída libre" entre dos o más niveles de "tiempos similares y concurrentes" tejidos en la tela del universo.  Es como saltar en un "hoyo de tiempo" desde un tiempo presente a otro tiempo presente sin efectos inerciales o temporales.  También podríamos desarrollar múltiples velocidades mecánicas "warp", o inventar la "tele-portación", o sacar boletos para el "Worm Hole".  Y con esto, el Metro queda obsoleto.  ¿Qué cosas, no?

Si a esta altura usted está medio mareado con este loco escrito, tómese un descanso con un cafecito, un tecito o un matecito con Pisco antes de seguir leyendo porque lo que sigue, no lo creo ni yo mismo.  Y hablando de velocidad, cuando su suegra le pida una máquina que vaya de 0 a 200 en 5 segundos; regálele una pesa.

Tipo IV

Los seguidores de Kardashev proponen que una civilización de Tipo IV en esta escala sería demasiado avanzada y no evolucionaría más allá de Tipo III.  Kardashev cree firmemente que el Tipo III sería el límite y la máxima capacidad de desarrollo y evolución de cualquier especie.   Aunque muchos están de acuerdo con él, hay algunos creen que hay aún un nivel más, o un límite más alto que podría lograrse.

Se supone que las civilizaciones visualizadas en el propuesto Tipo IV, serían capaces de usufructuar del completo compendio energético de todo el universo y para eso, podrían viajar a la misma acelerada velocidad de expansión del espacio universal.  Además, esta especie de civilización Tipo IV podría vivir dentro de Agujeros Negros Supermasivos.  Si esto efectivamente es así, a esta especie del Tipo IV se le podría poner negra la cosa.

Para superar los métodos de generación de energía nombrados en las civilizaciones analizadas anteriormente, este tipo de hazañas (conquistar un Hoyo Negro) sería imposible conseguir hasta para la imaginación.  Entonces una civilización de Tipo IV tendría que recurrir a fuentes o surtidores de energía completamente desconocidas para el Tipo III en el universo.  Y quizá estas neófitas, desconocidas, y extrañas fuentes de energía, no se comporten o adhieran a las leyes de la Física que conocemos, y probablemente estén ubicadas "en el más allá".

Tipo V

¡Seguro!  El Tipo V podría ser el siguiente avance posible para tan avanzada civilización. Este nivel sería tan avanzado que los miembros de la especie que alcancen el nivel Tipo V serían básicamente dioses, y tendrían el conocimiento y la habilidad para manipular el universo cómo y cuando les satisfaga.  Y hasta aquí no más llegaría el famoso cuento de "La Creación" y no necesitaríamos más de la Tele ni del iPhone.

En realidad, la triste especie a la que llamamos "ser humano", está infinita y remotamente lejos hasta de soñar en alcanzar estos niveles.  Pero no debemos pensar que cosas como éstas no se pueden lograr porque el negativismo conlleva a la derrota; y la derrota es la negación de una especie.  Tratemos de proteger y cuidar nuestro planetita porque es el único que tenemos hasta la fecha.  Si no lo hacemos, estaremos muchísimo más cerca del Hoyo Negro de lo que esperamos.  Yo no soy un físico futurista, pero me imagino que los "hoyos negros" siempre huelen muy mal.

¿Mucha imaginación dice usted?  ¡No se olvide de que inventamos a los políticos!



El Loco