miércoles, 2 de agosto de 2017

La Historia del Sobre

Nadie nunca piensa seriamente en un sobre, ese insospechado envoltorio de papel que suele llevar documentos (y quizá otros objetos) dentro de él, y que es transportado a través de cortas y largas distancias (llueva o truene)  por todo el planeta.  No pensamos en él hasta que necesitamos uno de ellos y entonces decidimos qué tipo y tamaño de sobre queremos, pero aún sin nunca pensar en la larga historia de este práctico y anciano inventito.

La necesidad y la urgencia de comunicarnos son innatas a nuestra tan mal construída naturaleza humana, y por eso es que yo escribo, y usted lee.  Una de las convenciones de materializar estos inaguantables y demandantes impulsos de querer comunicarnos y mantenernos en contacto, se hace palpable en la redacción de cartas.

Después de la invención del papel y por siglos, las cartas eran dobladas y selladas con plomo, cera, lacre u otro apropiado sellador para efectuar la plica* de la carta y no se necesitaban sobres, entonces los servicios postales cobraban por cada hoja de la carta para lo cual debía violar el sello de éstas, contar las hojas para determinar una tarifa de envío, y luego re-sellar las cartas.  En la década del año 1840 -y debido a muchos reclamos de los usuarios del sistema de correos sobre privacidad- se efectuó una reforma postal que se implementó desde Inglaterra a los Estados Unidos.  Esta reforma postal contenía tarifas e importes más bajos de franqueo, lo que contribuyó a que más clientes, especialmente estadounidenses; usasen el servicio de correos en una forma más frecuente.

Las tarifas de envío ya no se basaron más en el número de hojas contenidas en la carta, sino que en el peso de ésta y la distancia que recorrería.  En el año 1851, el mismo año en que el General mexicano José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez reemplazó como Presidente a José Joaquín Antonio de Herrera (las malas lenguas dicen que porque tenía un nombre muy corto), el costo de una carta que pesase 28 gramos era de solo 3₵ (centavos) para los norteamericanos para enviar sus despachos a cualquier punto del país.

Historia

Hace ya más de 4.000 años y con mucha antelación a la invención de los sobres hechos de papel que usamos hoy, los babilonios diseñaron un envoltorio de arcilla para transportar y proteger importante correspondencia.  Estos ancestrales y primigenios “sobres” estaban manufacturados con arcilla porque el papel aún no se había inventado y durante el tiempo (4000 AEC) en se cree que la domesticación del Equus Caballus (caballo) comenzó en las estepas eurasiáticas cerca de Dereivka, Ucrania central.

La forma en que fabricaban estos sobres era relativamente simple.  Tomaban arcilla húmeda y la doblaban alrededor del mensaje el que estaba escrito originalmente en otra tableta de arcilla ya endurecida, entonces los bordes de la arcilla húmeda se presionaban alrededor del mensaje a enviar hasta envolverlo completamente, acoplando y sellando los extremos de la arcilla blanda.  Luego este sobre se cocía en un horno para que se endureciera y asegurándose así que la pastilla contenida dentro, estuviese salvaguardada.

Para obtener el mensaje contenido en la tableta que encerraba el sobre y poder leerlo, había que destruír muy cuidadosamente el envoltorio exterior de arcilla endurecida (el sobre) para no destruír la tableta que éste llevaba en sus entrañas.  Este práctico inventito fué el predecesor del sobre moderno.

Como pueden ver, los sobres tienen una luenga y útil historia.  Quizá la palabra “luenga” es apropiada aquí ya que tiempo después se usó la “lengua” para sellarlos.  Éste no es más que un abecedarianismo anastrófico fonético de letras y palabras en caso de que a usted se le “lengüe la traba”.

Por allá por el año 3.500 Antes de la Era Común (AEC) fué el período en que comenzó a usarse el Calendario de la Cuenta Larga Mesoamericana (Calendario Maya) por varias civilizaciones mesoamericanas precolombinas; período en que los chinos también usaban unos “sobres” esféricos hechos de arcilla para intercambiar mensajes secretos.  Estos sobres sellados de arcilla se usaban para mantener la “carta” fuera del alcance de individuos fisgones, y además para evitar cualquier falseamiento o alteración del documento original el que podía haber estado escrito sobre una tableta, seda u otro material como cuero, por ejemplo.  En aquella época en China la población en general no sabía leer ni escribir, por lo que los sobres de arcilla no eran empleados muy a menudo por la caterva habitual.

Prontamente la agudeza China se hizo patente en el desarrollo de los sobres.  Los chinos entonces desarrollaron el primer sobre de papel cuando éstos inventaron este tipo de usable pergamino alrededor del siglo II Antes de la Era Común (AEC) lo que correspondería aproximadamente a la época de las dinastías Qín (9th century BEC – 221 BEC) y Zhàn Guó (403 AEC–222 EC), los que son dos de los siete “Estados en Guerra” (Warring States).  Durante este período, en el mundo occidental, se desarrollaba la Primera Guerra Púnica en la que con la Batalla de las Islas Aegates, los Romanos hundieron la flota Cartaginesa, poniendo así fin a la Primera Guerra Púnica (241 AEC).

Papel

A este nuevo y útil invento le asignamos la palabra “papel” como nombre, palabra que es  etimológicamente derivada del Papiro, nombre que a su vez se deriva del Griego “πάπυρος” (papuros), naciente del nombre de la planta de Cyperus Papyrus la que se usaba para confeccionar un material análogo al papel pero bastante más grueso que éste, producto que era utilizado en la antigüedad para escribir.  Entonces papel se deriva etimológicamente así: Pa-pi-ro = Pa-pel.  ¿Qué cosas, no?

Este nuevo “papel” también hizo su poco dignificante pero gran debut en los excusados y retretes del Imperio Chino con un absolutamente práctico y conveniente uso higiénico.   El resto de la humanidad usaba palos, rocas, y hojas de alguna vegetación poco suertuda que se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

De Vuelta al Sobre

Entonces y antes del año 1845 de la Era Común, los únicos sobres de papel que estaban disponibles en el mercado  para uso casero o comercial, estaban hechos a mano -el mismo año (1845) en que el Estado de Florida fué admitido como tal convirtiéndose en el 27º Estado de la Unión en los Estados Unidos de Norteamérica- los británicos Edwin Hill y Warren De La Rue patentaron el primer dispositivo mecánico para la fabricación masiva de sobres de papel.

Edwin Hill fué un funcionario del Servicio de Correos de la Reina Victoria quien además de inventar la máquina de sobres, abogó por cambios legales y políticos en Inglaterra durante la Era Victoriana.

Warren de la Rue fué un pionero de la fotografía cósmica, y desarrolló un método a través del cual la mayoría de las observaciones astronómicas modernas se continúan haciendo con el uso de este método.

Alrededor de 50 años después del invento de la máquina de sobres, se inventó una máquina que le agregaba goma a la tapa de los sobres, entonces los sobres venían pre-engomados y solo había que pasarles la lengua o mojarlos de algún otro modo para sellarlos.  Anteriormente a este adelanto, para cerrar los sobres se usaba cola, cera, o algún pegamento aplicado manualmente para sellar el sobre.

En nuestros tiempos, los sobres abarcan una colosal variedad tamaños, colores, materiales y personalización.  A pesar de esto, el sobre aún no estaba quieto, y en Junio 10 del año 1902 –año en que la Compañía Francesa del Canal de Panamá se ofrece a vender su derecho a construír un canal para los Estados Unidos por 40 millones, lo que cambió la preferencia de construír este canal de paso en Nicaragua- el inventor norteamericano nacido en Kentucky, Americus Franklin Callahan mientras vivía en Chicago, Illinois, obtuvo una patente para el primer sobre con ventanilla.  La industria de cobros rápidamente adoptó estos sobres para enviarnos las odiadas cuentas, y lo que vemos a través de esta ventanilla nunca nos gusta.

Nota del Autor:
Hay una anécdota que dice que antes de la invención del sobre, un necesitado Emperador Chino desconocido, le afeitaba una pierna a un esclavo, luego escribía su mensaje en ella, esperaba que el cabello le volviese a crecer para así encubrir el mensaje, y entonces enviaba al esclavo a su destino.  Una vez que el esclavo arribaba a su destinación, le volvían a rasurar la pierna para poder leer el mensaje.  Algunas de las contrariedades de este mañoso sistema radicaban en que el mensajero no debía de bañarse para no arruinar el mensaje, por lo que estos mensajes generalmente eran bastante hediondos, el esclavo debía de ser lo suficientemente peludo, y el mensaje de ninguna manera podía ser urgente.

Otro Elemento Postal – La Goma

La palabra “goma” se refiere a pegamento, y su nombre proviene del Ficus (Higo) elástico, Gomero, o árbol del Caucho, una especie perennifolia del género de los higos que es nativo del Este de la India y del Oeste de Indonesia.  Cuando a este árbol se le hace una incisión en la corteza, produce abundantes cantidades de látex (derivado de Ficus Elasticus) el que es un material viscoso y adhesivo.  

Cuando usted le pasa su lengua traposa a la tapa de un sobre para sellarlo, ¿se ha preguntado alguna vez de qué está hecha la goma a la que le pasa su lengua tan despreocupadamente y que después se traga el resto que le queda pegado en su lengüita?  Para su tranquilidad, la mayoría de los pegamentos que se utilizan hoy para pre-engomar los sobres están hechos en base a goma Arábiga, la que es perfectamente digerible aunque usted no hable el idioma. 

La goma Arábiga (la que a veces es referida como goma de Acacia) es un pegamento natural preparado de la savia cuajada de varias especies de Acacia.  La Acacia es un género que abarca aproximadamente 160 especies de árboles y arbustos en la familia de los guisantes (Fabaceae).  Las acacias son nativas de las regiones tropicales y subtropicales del mundo, particularmente Australia y África.

Hoy en día, la goma Arábiga se cosecha primariamente de dos especies, la Acacia Senegal, y la Acacia Vachellia.  Normalmente, los productores recolectan esta “goma” en forma comercial de árboles silvestres, y la mayoría de este producto -el 80%- proviene de Sudán.  También esta savia se recolecta en el Sahel, que es la zona ecoclimática y biogeográfica de transición en África entre el Sáhara del norte, y la Sabana sudanesa del sur; desde Senegal hasta Somalia, aunque históricamente la goma Arábiga se cultivaba mayormente  en Arabia y Asia Occidental por lo que de aquí proviene su nombre original.

¿Cuánta Goma Arábiga Consumimos?

Aunque usted no lo crea, lo más probable es que usted consuma una alta cantidad de goma Arábiga todos los días en las muchas cosas que come y lengüetea.  La goma Arábiga es un componente necesario y específico para una gran plétora de alimentos, la que se comporta como estabilizador para alear (ligar o engomar) alimentos para que éstos mantengan su firmeza en una pieza.

¿Dónde se encuentra la Goma Arábiga?

Postres y Confecciones

La mayoría de los dulces y calugas* duras que comemos se fabrican con goma Arábiga, la que contribuye a prevenir que el caramelo se pegue en los dientes, y hace que el dulce dure más tiempo en la boca.  A los helados con un contenido de grasa bajo también se les agrega goma Arábiga.  El polvillo blanco que cubre la goma de mascar, es mármol pulverizado.  ¿Qué cosas, no?

Soda y otras bebidas

La mayoría de las sodas o gaseosas que bebimos contienen goma Arábiga.  Este ingrediente actúa como un aditivo que absorbe el agua, lo que resulta en una bebida más espesa y quizá de mejor sabor cuando toca sus papilas gustativas.  Este efecto que produce una textura más densa hace que la soda se mantenga adherida a la lengua durante un corto lapso, lo que le permite a usted degustar más la dulzura de la bebida.  La goma Arábiga también es común como estabilizador en la cerveza, la que se usa para evitar que la fermentación continúe una vez que el proceso de preparación se haya  terminado.

Semillas Confitadas

Semillas como nueces, almendras, anarcados*,  pistachos, pecanas* y otras nueces confitadas con miel o azúcares, normalmente contienen goma Arábiga.  La goma Arábiga ayuda a que la sal, el azúcar u otras especias usadas en la confitura de estas semillas se adhieran a las nueces antes del proceso de tostado de éstas.  Entonces al tostar las nueces, la evaporación de la humedad de la goma Arábiga hace que las especias se aglutinen con la nuez.

Alimentos variados

Una gran cantidad de aderezos o adobos para ensaladas con poca grasa contienen varios tipos de aglutinantes, incluyendo goma Arábiga.  Esto se usa para substituír parte de la grasa y para impedir que el aceite y el agua se separen.  Los productos que emplean goma Arábiga incluyen mostaza, productos de huevo, productos lácteos, cremas, queso y postres manufacturados con leche tales como pudín o budín.  También se le agrega goma Arábiga a productos como, avena, cereales y pan.

Suegras Profesionales, Políticos Mentirosos, Abogados Indecentes, y Frailes Degenerados

Se cree con mucha base lógica y demostrada que la mayoría de estos individuos están fundamentalmente hechos de goma Arábiga, porque después de que uno entra en contacto con cualquiera de ellos -accidentalmente o por necesidad; es casi imposible sacárselos de encima.  Como solución para esto, hay que usar la misma técnica efectiva que se usa para ignorar y protegerse de un ataque verborreal de una suegra profesional: simplemente hay que hacerse el muerto.

Por lo tanto, no se preocupe de los vestigios que le queden en la lengua después de lamer un sobre, o de las cosas que ponga en su boca o en su lengua que contengan goma Arábiga, porque la preocupación, cualquier preocupación; es siempre agotadora.  A veces yo vivo preocupado de no preocuparme, y eso me preocupa mucho porque la preocupación de no preocuparme me mantiene preocupado en preocuparme de no preocuparme de las preocupaciones que me preocupan, ¡y esto es una preocupación muy preocupante para estar preocupado de preocuparse!  Así que no se preocupe.

Ahora ya me cansé de escribir, así que me voy a meter al “sobre” para tomarme una siestecita.


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Et sub Glossarium Glossarium – (Cum amore legentibus)
Abecedarianismo – Orden rudimentario de letras o palabras creadas relevantes a un orden alfabético predispuesto en una frase.
Anarcado – Cashew, también conocido como Marañón.
Anastrófico – La inversión de orden de letras y palabras como dispositivo retórico.
Caluga – Chilenismo para Toffee.
Pecana – Nuez americana.
Plica – Sobre sellado, lacrado.

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Post scriptum et quorumdam suggestionibus pro futurum: Si hay algún tema sobre el cual usted quisiera leer mis traumáticas y ligeramente psicopatísticas opiniones, por favor sugiéralo a: rguajardo@rguajardo.us.

Caveat: Mis opiniones personales pueden resultarle ácidas, demasiado honestas, corrosivas, irreverentes, insultantes, altamente irónicas, acerbas, licenciosas, mordaces y de una causticidad filosófica sin límites conocidos por el ser humano, y quizá no le apetezcan o acomoden intelectualmente; pero es lo que habrá disponible basado en su pedido.  Gracias. 



El Loco